Academia de Asesinos - 108
De regreso a la academia durante la mañana de un lunes caluroso, los dos grupos se reencuentran en la cafetería. Las chicas entregan recuerdos que compraron y recogieron del mar para dárselo a los chicos. Hiroshi, entre tanto, recrimina a Lucy que debían entrenar a lo que ella ignora lo que dice. Entonces, el espadachín se acerca a ella y con la cara ligeramente roja le dice:
—T-Te ves muy bien con ese bronceado…
Sin decir nada, pero claramente impactada por el cumplido, Lucy se voltea para evitar la mirada:
—G-Gracias.
—Profesora…sí que está roja eeehhh. —se burla Maia.
—¡Sh, cierra la boca! —exclama avergonzada.
—¿Qué crees que esté pasando? —pregunta Kamata a Kaizer por lo bajo.
—Ojalá lo supiera. —responde el chico.
Megumi se apresura a entregarle algo a Kaizer. Le extiende la mano dejándole un collar con conchas marinas hecha por ella. Él se queda mirando el objeto y luego se enfoca en sus ojos sin saber que responder. Es difícil de comprender lo que significa el collar para los sentimientos de la chica. Ella durante mucho tiempo se ha cerrado a nivel emocional, pero con Kaizer es tan fuerte y tan inocente lo que ella siente que cada dulce muestra de afecto es bien intencionado.
Kaizer también es alguien que no ha disfrutado del cariño como tal pero siempre dispuesto a darlo. De cualquiera manera no sabe que decir a Megumi por lo que interviene Hiroshi, en parte regañarlo y en otra parte para impulsarlo:
—Escucha, te está regalando eso porque representa sus sentimientos. Kaizer, jamás dejes a una dama esperar por una respuesta. —dice en voz baja al oído.
—¿Cómo haces con Lucy? —responde en el mismo tono.
—¡Idiota, eso es diferente!
—¿Kaizer? —Megumi lo mira, inclinando su cabeza a un costado.
—Es un bonito detalle. Muchas gracias Megumi. —le dice sonriendo, pero intentando no mirarla a los ojos.
—N-No, de nada, sé que te gustan este tipo de cosas. —dice ella.
Maia hace lo suyo regalándole un collar de coral de hermosos colores rosa y blanco para Lucian y luego da un tímido abrazo. Él le devuelve el gesto quedándose un rato extenso así.
—Bien, chicos y chicas, no interrumpir este momento. Lucian, Kamata, Kaizer, y Haiser vayan a la entrada del bosque. Quiero decirles algo muy importante. —tan pronto como le pide eso se retira hacia dicha entrada.
—Hiroshi. —lo detiene.
—¿Sí?
—¿Por qué te fuiste tan repentinamente mientras estábamos en el bosque?
Hiroshi no responde a eso, pero posa su mano en la cabeza del chico y exclama:
—No se tarden.
Después de eso, los chicos y chicas regresan a sus habitaciones donde desempacan sus cosas. El regreso a la academia es idóneo a pocas semanas del torneo de las academias.
Cuando salen de la habitación se encuentran con estudiantes corriendo por los pasillos cosa extraña siendo que las clases empiezan en casi dos meses. Los ven amontonarse frente a la pared como si hubiera algún anuncio allí.
Los dos chicos se miran entre si desconociendo que está ocurriendo. En el camino se cruzan con Rose a quien le pregunta porque tanto alboroto y su respuesta fue negativa, solo que hay un aviso en una pizarra donde se pegan noticias diarias o semanales para estudiantes:
—Vamos a ver. —exclama Kaizer.
—¿No tenemos que ir a con Hiroshi? —pregunta Kamata.
—Cierto. Bueno, apresurémonos para ver que sucede. —dice Kaizer.
Lucy los ve a punto de caminar en aquella dirección, entonces los detiene llamándolos por sus nombres y se dan vuelta atraídos por el llamado. Ven a Megumi junto con la profesora. La joven corre hacia ellos y en el camino, producto de su torpeza, se tropieza de frente y acaba cayendo sobre uno de los profesores que está regresando con unas bebidas sobre una bandeja. Para su mala suerte las bebidas terminan por el aire junto con la bandeja producto del accidente y caen sobre ellos. El resto termina sobre el suelo, dejando un charco que provoca una estampida de personas resbalándose con el líquido esparcido.
El pasillo se convierte en una escena de puro caos con personas pisando y yéndose contra el suelo. Los que se detienen, sin ignorar el peligro que conlleva, atestiguan lo ocurrido y de paso otros reían.
Tras aquel incidente, regresa Lucy quien había ido con Hiroshi para pedirle que espere a que los chicos se pudieran bañar. Le explicó el accidente de Megumi y acabó riendo a carcajadas, pero al final accede a esperar un poco más.
La albina espera a que ellos salgan de su habitación mientras tanto piensa en cuando termina provocando la estampida. Ella estaba en el suelo con el rostro rojo de la vergüenza. Rápidamente Kaizer le extendió su mano para que pudiera recomponerse:
—Yo…perdón…es que me dejé llevar. Por favor, discul…—dice Megumi.
—Descuida…espero que no te hayas hecho daño. Y…humm…te extrañé…extrañamos todos. —le interrumpe la disculpa por puro impulso. Sus brazos la rodean y apoya su cabeza en el pecho cálido. Ella se siente muy reconfortada. La mira fijamente y luego se avergüenza separándose en una escasa pero simbólica distancia.
—Kaizer…—se petrifica ante la poderosa pero honesta mirada de su amigo y la muestra de afecto inusual en él, pero muy cálida.
Volviendo de sus pensamientos, ve salir a Kaizer de la habitación con ropa nueva al igual que Kamata, aunque este no ha cambiado su estilo siendo el oriental el predominante:
—Chicos, ¿de casualidad el profesor Hiroshi los citó para ir a la entrada del bosque?
—Si, pero ¿Cómo lo sabes? —pregunta Kaizer.
—Es que…Lucy me pidió que también fuera. ¿Qué creen que sea? —pregunta mientras rasca su mejilla con el dedo índice.
—No lo sé, pero también nos pidió a Kamata, Lucian y Haiser que vayamos. —responde Kaizer.
—Al parecer tiene que ver con ese tumulto de personas al final del pasillo. —dice Kamata, bostezando después de darse una agradable ducha.
—Oye, cúbrete la boca cuando bosteces. —lo regaña Megumi.
—Kamata…Lucian…Haiser…tu…esto me intriga. —dice Kaizer.
—¿Alguna teoría de porque nos citaron? —se acerca Lucian.
—Por ahora no, aun así, lo siento extraño que nos llame a nosotros. —exclama Kaizer.
—Yo no tengo nada que ver con lo que pasó en el bosque, aunque entrenar fue decisión mía. —dice Haiser, llegando junto a Lucian.
—Tendremos que averiguarlo yendo hacia la entrada. —dice Kaizer. —¿Será algún castigo extra o simplemente Hiroshi nos ha estado ocultando algo? Demonios, ni siquiera pude ir al club de artes marciales para avisarles de mi decisión respecto al festival de academias.
El grupo encara hacia la salida de la academia que da hacia la parte trasera de esta. Mientras tanto en el bosque, Hiroshi junto a Lucy aprovechan la brecha de tiempo para recorrer la zona donde se ocurrió la batalla entre ellos y la legión de mercenarios.
El asesino se encuentra con el chico solitario saliendo de su cueva. Este se muestra serio, pero no le sorprende que lo hayan ido a visitar siendo que el espadachín le aconsejó no estar demasiado aislado por el peligro que supone que los mercenarios vuelvan por él. Sin embargo, siente que lo vigilan y hasta le resulta molesto ya no tener esa libertad que disfruta tanto:
—¿Qué otra cosa quieres de mí? ¿acaso tengo que escuchar lo que van a decir? Suficiente con que se aparezcan sin permiso en mi hogar. —dice el chico amenazante hacia los profesionales.
—Solo venimos a ver cómo te encuentras. —dice Lucy.
—Vorex, ya lo hemos hablado antes. Queremos ayudarte y apoyarte. No estamos para pelear ni nada así que por favor baja tu arma y tranquiliza la sed de sangre. —le pide Hiroshi.
—De acuerdo. —Vorex hace caso y baja su martillo, pero manteniendo la guardia en alza.
—¿Cómo te sientes en estos momentos? —exclama Hiroshi. —Estos días estuviste muy inquieto. —refiriéndose al hecho de que hizo un gran viaje siguiendo a los carruajes hasta la montaña.
—No es nada que te interese. Mis movimientos son míos y nada más. —responde a la defensiva.
Vorex atrae con su habilidad al arma que dejó en el suelo y retrocede de un salto mientras mantiene la mirada en ambos asesinos. Hiroshi lo ve peligro la inestabilidad emocional del chico tras muchos años de aislamiento en el bosque. Le cuesta confiar en las personas así que intenta mantener la distancia. Lucy detiene antes que el espadachín piense en avanzar hacia él y con actitud conciliadora le trata de explicar Vorex la situación de manera definitiva:
—Hola, mi nombre es Lucy, entiendo como has vivido durante estos años. Siendo muy joven no estamos aquí para pelear contra ti, es más, queremos ofrecerte una alternativa a la vida que llevas. Solo permíteme explicar por qué estamos aquí y si no te logramos convencer, nos marcharemos ¿sí? —se acerca con una amable sonrisa.
—Ya me explicó Hiroshi y tomé una decisión sobre eso. —responde de manera hostil.
—¿Sin embargo? —pregunta ella presintiendo que hay dudas en el chico acerca de esa decisión.
—Yo…—agacha su cabeza para acomodar sus pensamientos.
—Escucha, Hiroshi estuvo vigilándote durante mucho tiempo y ciertamente lo confirmamos, queremos proponerte iniciar una nueva vida y que seas feliz junto a personas con las que podrás estar bien. —explica Lucy.
—¿Cómo una familia? —pregunta Vorex. Recuerda en esas escasas horas vividas con Megumi en la cueva. Aquella sensación tan reconfortante y llena de humanidad que es lo que la soledad del bosque no permitió siquiera otorgarle. —¿Quieren darme una familia? ¿a eso van?
—Si quieres llamarlo familia, aunque son algo disfuncional…si, inclusive puedes vivir mejor que antes. —exclama Hiroshi. —No venimos para hacerte pasar un mal rato. Buscamos que tengas un lugar para que te sientas seguro y explotes tu verdadero potencial.
Vorex no niega que le resulta seductora la idea de una familiar, pero tiene muchos complejos y una barrera que le impide dar ese paso. La seguridad que le ha dado el bosque durante casi toda su vida no cree que pueda ser superado por la sociedad de la que tanto ha escapado, pero también siente curiosidad. El chico permite que ambos asesinos se acerquen y durante un par de minutos intercambian palabras:
—Sé que buscas tu identidad, quien es tu padre. Lo mejor que te puedo ofrecer para reforzar la oferta que te hice anteriormente es que podrás averiguarlo usando nuestros recursos y ayuda. —dice Hiroshi.
—Eso no me lo ofreciste aquella vez. —dice el chico sintiéndose incomodo por que haya omitido Hiroshi esa parte del acuerdo.
—Habías aceptado, pero necesitabas de más tiempo y ordenar tu mente. Te ofrezco eso ultimo. Si no te convence entonces te dejaremos tranquilo de forma definitiva. —propone Hiroshi.
—Está bien…acepto. Iré con ustedes. —no lo duda y acepta. —Mi habitación…no la compartiré con nadie.
—Estoy bien con eso. Tu habitación estará cerca de dos chicos problemáticos pero excelentes personas, un espadachín y un chico de curiosos ojos dragonoides. Imagino que no estarás en contra de tener vecinos. —responde Hiroshi.
—Para nada.
En el regreso hacia la entrada, Hiroshi nota a Lucy muy callada y con su expresión simpática y coqueta opacada por desazón. Ella entiende muy bien el corazón de los jóvenes y Vorex no es la excepción. Por su parte, Hiroshi tiene el corazón un poco endurecido y siempre busca aprender sobre cómo tratar con los chicos:
—Lucy ¿estás bien? Te noto rara desde que dejamos al chico.
—¿Tanto se me nota? —pregunta ella.
—Diría que quien no te conociera puede que no se diera cuenta, pero si, estás muy seria y triste. Nostálgica ¿quizás?
—Al ver a Vorex y su situación, no evito pensar en muchas cosas. Pude notar la tristeza con la que él menciona la palabra padre o familia. Siento que no podemos ignorarlo.
—En caso de que no aceptase la propuesta sería difícil que podamos obligarlo. Podría ser peor.
—Pero tu dijiste…él dijo que vendría a la academia. ¿Por qué decidió dudar?
—Quizás sea por temor al rechazo o a interactuar. Quien sabe, solo esperemos que con esta oportunidad que le estamos dando de saber quién es y de donde viene pueda impulsarlo a venir.
—Casi como un soborno. —cuestiona Lucy. —Tú no eres de hacer esas cosas.
—No y no me gusta, pero si permitimos que siga en el bosque, Alexander seguramente tome represalias.
—Haaaa, esta situación es demasiado difícil de sobrellevar. —se queja Lucy.
—Un paso a la vez Lucy como diría…Silver…
***PARTE II***
—Se están tardando demasiado. —dice Kamata.
—Deben estar retrasados con algo de la academia, se un poco más paciente. —le responde Megumi.
—¿Qué piensan sobre lo que quieren hablarnos? ¿será grave? —pregunta Lucian, preocupado. Un tanto nervioso y mucho más cuando ven que dentro del bosque se están acercando. —Aquí vienen.
Una vez llegan con ellos, empiezan a preguntarles muchas cosas por lo que cuando llega Olympico este los calla muy amablemente pero como es alguien de tamaño enorme se siente extraño verlo tan calmado y sonriente. Para cualquiera que no lo conozca sería amenazante, pero para los chicos da ternura y resulta convincente así que hacen caso. El asesino enorme es el que faltaba por lo que Hiroshi empieza a decirles:
—Iré al grano. Saben que hemos hablado sobre como castigarlos y ciertamente destinar una parte de sus vacaciones para entrenar es suficiente. El susodicho castigo ya está fuera de esto, quédense tranquilos. —esas declaraciones llenan de tranquilidad en los chicos, pero el anuncio no termina ahí. —Sin embargo, tengo otra cosa que decirles. Estuve hablando con muchas personas y en parte, muy importante, con el director. Van a representar a la academia del oeste para el torneo de academias que se hará en la capital.
—¡¿Qué, que?! —reaccionan al unísono.
—Espera un momento Hiroshi. —deja escapar Kaizer. —¿Hablas enserio? No…no sé cómo procesar esto…
—¿Enserio tendremos que participar? —pregunta Megumi.
—Esto tiene que ser una broma profesora. —Kamata mira a Lucy, sin poder creer lo que Hiroshi acaba de anunciarles.
—No…no lo es. Los avances que tuvieron en estos días fueron muy grandes. —reconoce Lucy.
—Esperen un momento…esto es muy raro. —dice Kaizer. —Tengo que hablar con mis compañeros del club de artes marciales.
—De eso no tienes por qué preocuparte. Ya hablé con el presidente del club, aunque ellos ya estuvieron de acuerdo de antemano para que participes en representación de ellos. —dice Olympico.
—Ustedes cinco participarán. Una vez estamos en el hotel hablaremos sobre las pruebas. Lo importante de esto es que podrán mostrar los avances del entrenamiento que recibieron. —les comenta Hiroshi.
—Sigo sin entender ¿Por qué nosotros? —pregunta Kaizer aun dudando de porque fueron elegidos por sobre los casi graduados o un año o dos mayores.
Hiroshi espera un poco para responder y luego se sienta sobre uno de los troncos, junta sus dos manos y mira a cada uno de los chicos. Está muy serio, fundiendo al ambiente en algo más que un anuncio. Se siente como si el torneo fuera algo más que una simple competición:
—En el continente ha habido varios problemas serios por lo que se decidió desde la orden que los casi graduados vayan a misiones reales con profesionales. Y de entre los de años más avanzados no hay el talento que ustedes disponen. Suena cruel pero irónicamente han estado envueltos en los conflictos con los nobles, fiesmeros y la legión de mercenarios, así como con Alexander. Demostraron aptitudes más allá de la que cualquiera de su edad podría. Por eso es que también me reuní con Doncaster y decidimos al equipo que competirá.
—¿Por qué Maia no está aquí? —pregunta Lucian.
—Maia fue elegida para concurrir durante este año al mismo tiempo que en la academia, a la división médica de la orden. —explica Lucy.
—¿Cuánto tiempo estará fuera? —es visible que Lucian no se encuentra del todo a gusto.
—Descuida, solo estará cuatro meses fuera. —responde la mercenaria. La respuesta le disgusta al chico, pero es lo mejor para la joven.
—Me alegro mucho que ella pudiera enfocarse en lo que más le gusta. Hace tiempo quería aprender más sobre medicina que lo que leía en la biblioteca. —dice Megumi.
Luego, las miradas se enfocan en Hiroshi seguida de un silencio:
—Volviendo al tema en cuestión. ¿Tienen alguna pregunta? —pregunta Hiroshi.
—¿En qué consistirán las pruebas o etapas? —pregunta Kaizer.
—Lo malo es que organizamos al equipo, pero no pudimos averiguar nada acerca de las etapas. Solo eso sabemos. —responde Olympico con honestidad.
—Solamente podemos decirles que entrenen y con gusto los ayudaremos en todo lo que podamos. Al llegar ese día les van a anunciar las reglas y de que trata cada etapa. Hasta entonces esperemos. —les dice Lucy.
—¿Cuándo sería el torneo? —pregunta Kaizer inclinando su cabeza a un costado.
—En una primera instancia iba hacerse en un mes partiendo desde ahora. —dice Hiroshi. —Sin embargo, por cuestiones de calendario y otras cosas más…—levanta dos dedos sin decir una palabra más.
—¿Dos meses? —pregunta Megumi pero el espadachín niega con la cabeza.
—¿Semanas? —pregunta Kaizer. Hiroshi asiente con la cabeza.
—¡¿Queeeeeeeeeeeee?! ¡¿dos semanas?! —se exaltan y dicen al unísono.
Lejos de sentirse contentos, el poco tiempo que disponen para organizarse hace que entren en pánico. Kaizer es el primero en mostrarse molesto y en completo desacuerdo con el anuncio:
—¡Es una locura Hiroshi no tenemos tiempo!
—Tengan presente que a comparación con muchos alumnos que se presentarán, ustedes ya tienen una muy clara ventaja. Solo aprovechen este tiempo. —le responde Hiroshi para calmarlos.
—Aunque hayamos entrenado tenemos que seguir entrenando y por si fuera poco no tenemos idea de que hay que hacer. —se queja el chico.
—Kaizer tiene razón. Estamos sin vista ante todo el panorama. ¿Cómo podremos establecer una estrategia? ¿las academias en que condición estarán? No veo nada bueno en que nos digan esto ahora. —dice Kamata.
—Siendo honesto tampoco me gusta. Les contaré algo y traten de asimilarlo. Hace unas semanas Doncaster tuvo una conversación por comunicador con los demás grandes. Hay un gran resentimiento con el director por el asunto de Alex y lo del tren prisión. La respuesta fue avisarle a último momento sobre el cambio de fecha del torneo. —explica Hiroshi.
—Entonces es en venganza contra la academia y el director. —Kaizer no ve con buenos ojos lo que acaba de escuchar.
—Se podría decir que es en represalia. —dice Hiroshi.
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