Academia de Asesinos - 109
El Torneo de las academias, es un mega evento considerado como el de mayor prestigio de todo Antares. En él compiten representantes de las cuatro academias en una sede en específico y se realiza al menos una vez cada dos años, algunas veces cada cuatro y por ciertas circunstancias como lo que llaman “la paz extensa”, cada un año.
Este torneo de proporciones continentales tiene su origen hace exactamente 1.200 años y se enfrentan estudiantes seleccionados por los directores o profesores más capacitados. Sirve exclusivamente para dar a conocer el talento a todo el continente y por supuesto medir fuerzas con las demás academias siendo la del territorio en el norte la más fuerte durante al menos 200 años.
En esta ocasión se realiza en la ciudad “Aberdian”, capital de Antares y sede del poder político en el continente que por cuestiones de seguridad y conexión con las demás naciones resulta conveniente organizarlo en aquella ciudad. Además, es sitio donde la orden se encuentra ubicada desde hace cientos de años con un enorme edificio administrativo donde se contabiliza la cantidad de asesinos, estudiantes, así como las misiones y diferentes grupos oficiales que se mueven en Antares y en el extranjero. Sin embargo, la orden asesina se encuentra administrada por dos grupos como si de una diarquía se tratase, los directores quienes se encargan de formar a la nueva generación y son los consejeros, así como quienes conforman el brazo consciente de la orden. Mientras tanto, existen las leyes vivientes, la mayor fuerza de elite de la orden y los que funcionan como “el brazo ejecutor”. Ellos realizan misiones de alto peligro y poseen autoridad en todo el continente. También son reconocidos incluso por los criminales y los mercenarios como una fuerza respetable y de temer.
Después de entrenar todo lo posible, por fin llegar el día en que llegan las comitivas de cada academia, así como miles de espectadores civiles. Siendo un evento muy seguido y tradicional en Antares, las personas que no son parte de la orden pueden ir a ver y disfrutar también del festival que consiste en cientos de puestos de comida, objetos para comprar, etc. Económicamente hablando, es muy importante para ciudad.
Hiroshi había seleccionado a los cinco que conformarán el equipo del oeste que consiste en cinco estudiantes. Habiendo llegado muy temprano al hotel ubicado a tres kilómetros del estadio, Hiroshi organiza todo lo referido a los chicos, equipaje, documentación, es alguien verdaderamente detallista. Sin embargo, el transporte se tarda demasiado y las inscripciones tienen como horario límite las 10.00am por lo que empieza a sentirse inquieto al punto de que sus puños empiezan a golpear el pecho de Olympico. Varias veces lo golpea hasta que el gran asesino suelta varios insultos y ambos discuten por ello.
Para calmarlos, Lucy los golpea y se dirige a los chicos:
—¿Están nerviosos? —pregunta ella.
—Un poco. —exclama Lucian.
—¡¿Un poco?! ¡yo estoy que exploto! —dice Megumi entre temblores mientras camina de un lado hacia el otro, murmurando incoherencias por los nervios.
—Si, ya lo noté. —suelta Lucy observándola moverse como si fuera un autómata nervioso.
—Mientras que me enfrente a rivales fuertes…da igual. —exclama Kamata con rostro intimidante. Incluso las personas que pasan por la puerta del hotel, donde están reunidos los chicos, buscan evitar la mirada del joven espadachín.
—Lucy, sé que esto puede sonar algo negativo, pero ¿Qué pasa si perdemos? No nos pudimos organizar como queríamos además…apenas lleguemos sabremos a que evento nos inscribiremos. Los demás equipos ya lo sabrán y tuvieron tiempo. —dice Kaizer.
—Oh, vamos, lo importante es divertirse ¿cierto, profesora? —intenta animarlo Haiser.
—Claro, por algo es un festival. No se lo tomen como si fuera una guerra. Solo serán combates, eventos de obtener bandera y demás. Todo estará cuidado desde el lado de la seguridad para cada estudiante que participe.
—¿Les estás contando sobre el torneo? —pregunta Hiroshi.
—Los animaba solamente… ¡cásate conmigo! —salta sobre él y lo abraza.
—Haaaa…en fin, ustedes cinco fueron elegidos por sus capacidades y talento. Les resultará importante porque obtendrán más experiencia al enfrentar a otros estudiantes. Si consiguen ganar el evento permitirá que para sus pasantías de último año consigan ser considerados por los mejores grupos o asesinos en la orden. —explica Hiroshi.
Tras una hora de espera y con Hiroshi volviéndose loco llegan los dos carruajes para transportarlos al estadio. El camino es puede ser algo corto, pero les da suficiente tiempo como para calmar sus ansias.
Los chicos, ninguno logra calmarse puesto que Kaizer mira por la ventana y aun así siente el estómago revolviéndose. Megumi y Lucian discuten sobre un sombrero que tiene el tirador en su cabeza y que disgusta a la chica por el muy mal gusto de su amigo. Haiser se toma de la cabeza y murmura canticos para evitar los nervios. Y Kamata, duerme en la parte trasera del carruaje con su espada apoyada en su hombre, siempre en alerta y Abbadon intentando convencerlo de que usarlo hará que obtenga la ansiada victoria sobre cualquier rival. Siempre y cuando permita que lo posea.
Durante el camino y mirando al cielo despejado de la mañana, acompañado por el paisaje urbano de la gran ciudad, Kaizer siente curiosidad por lo que piensan sus amigos acerca del torneo:
—¿Qué clase de personas creen que lleguen a competir? —pregunta el chico.
—¿A qué viene eso? —le pregunta Lucian.
—Ya conocemos a todos nuestros compañeros en la academia incluyendo a los de años superiores. ¿Cómo creen que sean los de la academia del este, sur o norte? ¿serán fuertes?
—Yo solo espero poder hacer muchas amigas. —dice Megumi con su característica sonrisa.
—Espero que no sean debiluchos. Eso es lo que espero. —exclama Kamata con ojos cerrados y tono de voz siempre desafiante.
—Haaa, tu sí que tienes un problema serio con las batallas. —dice Megumi decepcionada. —Sabes que habrá compañeros de otras academias. No son enemigos.
—Ya, ya, es típico de él. Significa que le gusta pelear y conocer gente fuerte. A decir verdad, espero poner en práctica mis nuevas habilidades y todo lo que conseguí mejorar en nuestro entrenamiento. —dice Kaizer.
—Ustedes ¿Qué fue lo que hicieron en sus vacaciones? —la chica los mira con expresión extraña.
—Entrenamos, algo que quizás ustedes no hicieron del todo. —dice Kamata.
—Para tu información nosotros…entrenamos…un poco…—dice ella cayendo en la cuenta de que entrenaron apenas un par de días. Sin embargo, fue lo suficiente como para que Megumi mejorase en algunos aspectos.
—¡Kamata, eso no fue para nada cortés maldito espadachín idiota! —lo regaña Lucian. Para sorpresa de todos, Kamata no le devuelve el insulto, sino que se disculpa con la chica.
—Está bien, lo entiendo. Nosotras disfrutamos de la playa, aunque también hicimos ejercicios para fortalecernos. Yo inclusive siento que soy otra persona.
—No fue mi intención decir lo que dije…se que a tu manera te hiciste mas fuerte. —añade el espadachín a su disculpa.
—¡Jajaja, descuida! —le palmea la espalda mientras ríe a carcajadas.
Una vez llegan a la sede del torneo, un estadio enorme con capacidad para albergar unas 53.000 personas, son recibidos con mucho entusiasmo y fuerte seguridad. Los cuatro grandes están allí para darles la bienvenida entre ellos también Doncaster quien a pesar de ver a sus estudiantes se muestra muy cauto. Casi no les dirige la palabra. Sin embargo, cuando los cuatro directores se apartan para dejarles pasar a los estudiantes de las academias el director de los chicos sonríe y dice en voz baja:
—Mucha suerte chicos. Los estaré alentando.
No obstante, Kaizer se queda con esa sensación de que algo no anda bien con el director. Quizás tuviera sus razones, pero el tiempo es escaso y hay muchas cosas por hacer como inscribirse rápidamente a los eventos. Eventos de los que no saben nada. Kaizer, para quitarse la duda, se acerca a Hiroshi y pregunta:
—¿Por qué el director nos recibió así? No parece que estuviera muy contento con que hayamos venido.
—No te preocupes. Él solo debe estar ocupado con muchas cosas de los cuatro grandes. A pesar de todo, los directores son quienes tendrán que inscribirlos y no los profesores.
—¿Enserio? Creíamos que tú lo harías.
—Para nada. Nosotros tenemos que ir al gimnasio que está debajo del estadio. Hay una zona de espera exclusiva para cada equipo. Posiblemente nos crucemos antes con algunos de ellos. Recuerden que es un torneo amistoso por lo que matar está prohibido. Piénsenlo como una especie de intercambio mas proactivo que otorga gran prestigio a las academias y para ustedes.
El grupo avanza hacia dentro de la gigantesca estructura, dejando boquiabierto a los chicos quienes jamás habían visto tal edificio usado para eventos deportivos. Es tal la sorpresa de cuando llegan se encuentran con un enorme espacio por donde pasan los equipos y se reúnen en una gran sala.
En aquel lugar son atendidos por agentes administrativos que analizan la salud de cada competidor. Les toman presión arterial, peso, revisan que estén óptimos de estado físico y sin enfermedades existentes. Una vez cumplen con todos los requisitos de cuidado y protección además de otorgarles un seguro medico por si ocurre algo antes y durante el torneo son llevados por fin a otra sala a la espera de que se les asigne su lugar exclusivo de espera.
Se llevan una gran sorpresa al ver viejos rostros. Kaizer se reencuentra con Accard y Megumi con Libia.
La albina se pone tan contenta de volver a ver a la enorme chica que salta sobre ella y la abraza. Ambas lloran de alegría. Kamata lo toma como algo verdaderamente vergonzoso al observarlas:
—Hace dos meses que no se ven…no es para tanto…—dice con expresión fría.
—¿Es la misma Libia que apaleó a Megumi? Si que tuvo un gran cambio. —exclama Lucian.
—Oye, no seas patán. Tu tienes a Maia. —le dice Kamata.
—¡¿Qué?! ¡¿de qué hablas?! —se pone rojo el tirador.
—Hola chicos, ha pasado tiempo. —Libia se acerca amistosamente.
—Sigues siendo muy alta. —dice Megumi midiendo su propia estatura con la de Libia.
—Y tu pequeña, jajaja. Espero verte mas tarde. —sonríe Libia.
—Lo mismo digo, ojalá podamos enfrentarnos de nuevo. —le dice Megumi.
—Jajaja, te advierto que no me vencerás esta vez.
—Ya veremos, ahora soy un poco mas fuerte. —Megumi levanta su brazo y muestra sus músculos.
Mientras tanto a metros, Kaizer y Accard se saluda con un fuerte apretón de manos y recuerdan aquel combate que tuvieron y dejó una gran amistad entre ellos:
—Parece que fue hace mucho tiempo nuestra pelea y puedo notar que no eres el mismo. ¿Qué diablos te pasó? —pregunta Accard.
—Pasaron muchas cosas. Tu también te vas diferente. —le dice Kaizer.
—¿Qué opinas de este lugar? Es increíble que exista una estructura tan enorme. Me sorprende. —dice Accard.
—Si, me sorprendió cuando salimos apenas del hotel y ya podíamos ver a lo lejos este estadio. No puedo esperar a entrar y ver con mis propios donde competiremos.
—Lo sé, yo también tengo la misma curiosidad. —Accard mira a su alrededor y se acerca a Kaizer para susurrarle. —Escucha, son eventos muy físicos por lo que tendrán que luchar contra otros estudiantes. No se confíen ¿de acuerdo?
—Claro. Entiendo, muchas gracias por decírmelo.
Accard lleva a Kaizer con su equipo para que los conozcan. Todos se presentan cortésmente, debido a que Accard es el capitán de dicho equipo y lo respetan por lo que el comportamiento es casi el mismo. Sin embargo, algo llama poderosamente la atención de Kamata entre los miembros del equipo del norte. Un joven con mirada penetrante y peligrosa se encuentra con la de Kamata:
—¿Kamata? —Megumi ve la situación y lo llama, pero el chico está bajo los instintos de cuando un espadachín ve a otro. Los deseos incontenibles por luchar lo dominan casi por completo.
El espadachín del oeste se aproxima hacia el chico del norte. Al acortar distancia quedan cara a cara, aunque Kamata, al ser más pequeño en tamaño, debe levantar levemente su rostro para intercambiar miradas agresivas. Las duras palabras dejan atónito al callado espadachín de las tierras frías:
—¿Qué miras? ¿acaso eres estúpido o quieres probar el filo de mi espada? —desafía Kamata. El otro chico arquea una ceja.
—Solo veo a una presa. Un idiota inferior al que arrasaré en este torneo. —responde.
—Muy mala elección de palabras.
—¿Qué tal si lo solucionamos ahora? —pose su mano en el mango de su espada.
—¿Adelantarnos a los hechos? Me parece una excelente idea. —se prepara para desenfundar.
En el ambiente se siente una presión tan fuerte que las demás delegaciones se ven perturbados. Estudiantes, profesores, guardias, administrativos, el lugar se funde en una sensación de cualquier cosa podría pasar si no se los detiene a ambos. Cuando los profesores de ambos chicos se apresuran a detener la violenta escena, Kaizer interviene y los separa poniéndose en el medio y carga en su hombro a Kamata para llevárselo. En el camino, Kamata maldice a su amigo por detener la batalla:
—Lo siento, pero tendrán que hacer esto en el torneo. —dice Kaizer al espadachín.
—Me llamo Tarox…recuérdalo…mediocre. —le dice a Kamata.
—¡Tsk, ya nos veremos bastardo y sabrás quien te venció! —responde mientras Kaizer y Lucian tienen que llevarlo a rastras porque es difícil de contenerlo cuando se entusiasma de más.
—¡Kamata cállate o nos meterás en problemas! —lo regaña Megumi.
—Harás que nos descalifiquen enano estúpido. —insulta Lucian.
—¡¿Qué mierda me dijiste?!
—Ya paren. Venimos para hacer amistades no para que nos matemos con otros equipos. —interrumpe Kaizer para poner orden.
Luego de la trifulca entre Tarox y Kamata, las delegaciones son guiadas a sus zonas exclusivas donde podrán descansar, comer y hasta tienen una vista directa del campo donde se realizarán los eventos. Haiser y Lucian quedan maravillados con la maquina de dulces que están en una esquina donde repiten a Hiroshi si es para que ellos coman sin restricciones:
—Si, pero modérense. Saben que si comen demasiado no podrán rendir al máximo en los eventos.
—¡Kyaaaaaaahh, tienen asientos con vista directa! —exclama Mgumi, emocionada de ver las comodidades que ofrece la sala para la academia del oeste.
—Kaizer. —lo llama Kamata.
—¿Sí?
—Ese chico, Tarox.
—¿Qué hay con él?
—No puedo explicarlo, pero mis manos tiemblan de emoción con solo pensar en enfrentarlo. Es mi primera prueba para convertirme en el mejor espadachín.
—Te noto muy feliz.
—¿No lo estarías si encontrases a un rival adecuado? Vamos, en estos momentos tienes a Accard como gran rival.
—¡Jajaja, puede ser!
En ese momento, Kaizer se siente observado y da un rápido vistazo hacia atrás con mucha preocupación. Su corazón late muy rápido. Está nervioso:
—¿Kaizer? ¿estás bien? —pregunta Megumi al verlo sudar tanto.
—S-Si…
Después de dos horas son llamados a presentarse ante una multitud que los observa desde las gradas. Es el momento de los jóvenes. Es el momento de que dé comienzo el torneo.
Uno detrás del otro, los equipos marchan a través de un túnel alumbrado. Los gritos de las personas se pueden oír con intensidad.
Los nervios se quedan atrás, Kaizer, Megumi, Lucian y Kamata dan fe de ello. Aprendieron a no dejarse vencer en situaciones llenas de tensión que podría hacer sucumbir hasta al mas valiente estudiante. Ya no son esos niños que entraron a la academia por primera vez hace un año. El torneo no es cosa fácil y lo comprenden muy bien.
Al salir del túnel, son abrumados por el sonido masivo de muchas personas coreando a los equipos. Si, los nervios vencen a Megumi y aunque cueste admitirlo, ella se aferra al brazo de Kaizer haciendo que este se sonroje. Para tranquilizarla le sonríe y coloca su mano en las de ella que siguen afianzadas en el brazo de él.
Finalmente están los cuatro equipos en la arena y ante miles de personas que aplauden al mismo tiempo. Muchas de ellas tienen pancartas y carteles con el equipo que alentarán, así como algunos nombres de estudiantes.
Los participantes resultan ser, en muchas ocasiones, celebridades por solo su participación en el torneo.
Frente a los equipos se encuentra una plataforma donde están los cuatro grandes sentados uno al lado del otro. Se ponen de pie y dan la bienvenida a los competidores. Luego se acerca un hombre de al menos unos cincuenta y tantos hacia el micrófono. Es el gobernador de la ciudad y quien ostenta el poder político y económico en Antares:
—¡Sean todos bienvenidos a una nueva edición del torneo de academias! Para quienes no sepan, mi nombre es Reynaldo Hobercriz y soy el gobernador de la ciudad. Es un enorme placer dar por iniciado el también famoso festival en el que durante siete días habrá eventos y toda clase de disfrutes culturales. Comidas, espectáculos, intercambios culturales, todo será para que puedan disfrutarlo sin restricción. Para mas importante aún, los eventos. Como sabrán, cada uno de ellos tendrán un puntaje determinado. Habrá eventos individuales, dúos, equipos completos, de búsqueda, etc. Aquel equipo que tenga mayor cantidad de puntos ganados al final del séptimo día será el equipo ganador y se quedará con la copa además del reconocimiento como la mas fuerte de las cuatro academias. A partir de mañana daremos por iniciado el torneo con el primer evento que será anunciado ese mismo día. ¡Mucha suerte joven y de nuevo sean todos bienvenidos! —con ese deseo del gobernador salen volando fuegos artificiales en puntos concretos del estadio para darle color al torneo.
Kaizer reúne a sus amigos para darles ánimo, pero al mismo tiempo siente un escalofrío en su cuerpo como su alguien estuviera acosándolo entre la masiva multitud que los corea. Se detiene a mirar las tribunas llenas de personas. Megumi lo nota un poco alterado así que intenta animarlo abrazando una vez más su brazo y tararea una canción a lo que responde con una gentil sonrisa:
—Ven, Hiroshi quiere llevarnos a comer una pizza. Se que tu comida preferida es la pizza. —le dice Megumi.
—Claro, me emociona mucho. —exclama Kaizer. Da un ultimo vistazo hacia las tribunas que se van vaciando de a poco.
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