Academia de Asesinos - 15
Cerca de doscientos cincuenta alumnos de primer año entre aquellos con habilidades como también los que no fueron tan afortunados se preparan para afrontar el simulacro de examen.
Megumi y Kaizer se sienta uno al lado del otro mientras que Lucian lo hace al frente. Todos los estudiantes deben permanecer juntos durante los simulacros con el fin de comparar a todos por igual y no por separado. Esto a petición de Lucy y Olympico, quienes creen que lo mejor es mirar a los que no posee habilidades como potenciales igual que los demás:
—¿Nervioso? — pregunta Megumi.
—Estuve intentando memorizar muchas cosas. Siempre recordando lo que me explicaste. Solo espero no olvidarlo.
—Tranquilo. Para que sea más sencillo intenta no perder tiempo con los pasos extra que nos enseñaron. Usualmente te equivocarías, pero sin ese paso extra la solución sale más fácilmente. — explica Megumi
—Ya veo. Muchas gracias. — agradece el joven.
—¿Saben si también nos tomarán en el simulacro algo de historia? — pregunta Lucían, preocupado por una de las curriculas que le suponen más problemas en la academia.
—Sabes que sí. Es una de las seis curriculas más importantes. Matemática, literatura, historia, química y moral. — responde Megumi.
—Maldición. —dice Lucían.
—No me digas que temes a la historia. — Megumi se consterna poniéndose en el lugar de su amigo— ¿Qué es lo que te dificulta?
—No lo sé. La historia me parece tan aburrida que muchas clases me duermo. Soy un idiota. — Lucían se toma la cabeza.
Sin embargo, Kaizer se percata de que falta Kamata entre el tumulto de estudiantes que aún no se han sentado y los que si lo han hecho. No lo encuentra por ningún lado y eso lo hace dudar si en verdad se tomará enserio los exámenes. Pero la realidad también es que tiene una corazonada respecto a la desaparición del joven estudiante, quien había presentado interés en estudiar y aprobar los simulacros para mejorarse a si mismo y no tener problemas en los exámenes reales:
—Parece que esté este es el salón. — dice Kaizer— Y parece que Kamata no está.
—Le dije que descansé bien o no llegará a dar completo el simulacro. Lo mejor será que vaya por el si es que se perdió o algo. — Megumi se desvía, pero es detenida por Kaizer.
—Deja que yo vaya. — dice Kaizer.
—¿Estás seguro? El aún se comporta hostil hacia ti y dudo que acepte que te le dirijas, así como así. —dice Megumi.
—No te preocupes por eso. Llegaré antes que el profesor llegue.
—Por favor no tardes Kaizer. — le pide Megumi.
—No te preocupes, estuve estudiando todo lo posible con tu ayuda. Así que no puedo permitirme desaprobar. — eleva su dedo en señal de que todo estará bien.
—¿Seguro que no quieres que te acompañe? — pregunta Megumi.
—Concéntrate en el simulacro. Lucían, ¿Puedes quedarte con ella?
—Seguro, la prioridad nuestra será aprobar. — responde Lucían.
—Yo…no lo decía por esa razón, pero ya que… —responde Kaizer con expresión de desagrado.
Kaizer se dirige hacia uno de los profesores antes de que expliquen el examen y pide para ir al baño a lo que le responden positivamente, pero con la condición de que se apresure ya que no le darán no mas de cinco minutos para que vaya.
Ya en los pasillos empieza a correr para apurarse y encontrar a Kamata. Siendo alguien tan diligente a la hora de entrenar y estudiar, Kamata no tiene un perfil tan despreocupado cómo para faltar al simulacro por lo que algo extraño ocurre.
Recorre los números salones y ninguno se encuentra abierto hasta que sin saberlo comienza a sentir voces que sacuden su mente. Voces de burla, malintencionadas, macabras y llenas de resentimiento mientras que una más leve pero incluso más nítida que las demás lo guía con su corazón pidiendo ayuda.
***PARTE II***
Momentos antes, Kamata sigue por detrás al enorme grupo de estudiantes de su misma edad que se dirigen hacia los simulacros de exámenes y para su pesar lo obligan a esforzarse para aprobar en tal fastidiosa jornada cuando un chico en estado de shock y llanto sin control le pide:
—¡Por favor, necesito ayuda! ¡m-mi amiga…ella…por favor!
—¿Heh? — Kamata lo mira con desdén.
—¡Por favor te lo suplico! — le ruega de nuevo.
—¡Aaaaah, está bien! — acepta a regañadientes.
—Muchas gracias.
—Antes que nada, dime que fue lo que pasó. — le pide Kamata mientras es guiado hacia la parte más aislada y vacía de la Academia.
—Estábamos acomodando los estantes del salón de clases cuando de repente se le cae el mueble de metal encima. No sabía que hacer así que corrí por los pasillos buscando ayuda hasta que te encontré.
Kamata sospecha de la historia del chico, pero si alguien está peligrando y necesita ayuda, y a pesar de hacerlo a desgano no podría siquiera negarse. Por el momento se mantiene cauto a medida que avanzan por los pasillos:
—¿Por qué no estaban yendo hacia el salón para hacer los simulacros? — pregunta Kamata, desconfiando.
—El profesor nos pidió arreglar los estantes…— responde su compañero de primer año.
—¿Qué no es importante el simulacro? ¿Por qué les pediría algo que llevaría tiempo en un día tan importante? — vuelve a preguntar con las dudas creciendo cada vez más.
El chico no responde, se mantiene en silencio y con los pasos entorpecidos a medida que se acercan al salón de clases que corresponde a la materia de química liderada por el profesor Siamonis, asesino especialista en dicha especialidad.
Las sospechas de Kamata para con el chico son justificadas en parte ya que ni bien llegan al salón de clases vacío, corre entre lágrimas hacia una chica que yace en el suelo cubierta de orina, sangre y con la ropa desgarrada. Un panorama inaudito para el joven quien considera los actos de chantaje y el uso de personas como lo más bajo a lo que puede caer una persona. Eso lo enfurece:
—Hey, ¿Que mierda están haciendo? — los mira Kamata con una seriedad que congelaría la sangre al ver que una chica está siendo víctima de violencia.
—Oh dios mío, oh dios mío. ¡Se supone que iba a estar bien! — grita el chico mientras se acerca su amiga.
—Deberías estar aliviado de que este entera. Ahora váyanse y no me hagan arrepentirme. — dice Borka con actitud amenazante y odio por la vida.
Haciendo caso al noble, el chico levanta a su amiga y se retiran del salón, dejando a Kamata con el grupo tan agresivo y sin saber que pretender de él:
—Hola Kamata, veo que estos días que no estuve aquí le disté un excelente trato a mis amigos. — dice Borka.
—Solo les enseñe el verdadero lugar que les corresponde. Son un montón de débiles y estúpidos aristócratas que creen ser mejores. Vaya mentira descarada. — responde Kamata. Ni se inmuta a pesar de que frente a él hay siete nobles con ganas de matarlo.
—Nada más alejado de la realidad que creer que eres especial solo porque hiciste eso contra los míos.
—Debes…—Kamata mira a su alrededor como se preparan para atacarlo— sentirte realmente valiente con tus lacayos rodeándome ¿no?
—Si la ventaja numérica existe ¿Por qué habría de no aprovecharla? A decir verdad, me siento mejor el no ser quien se ensucia las manos. Para serte honesto no te hicimos venir aquí solo para hablar o darte una buena lección. Tu entenderás. — sonríe Borka y mira hacia atrás de Kamata.
Sin que se dé cuenta Kamata, uno de los nobles se escabulle y entierra una pequeña navaja en el costo del torso del chico. El ataque no parece ser mortal, pero lo inmoviliza lo suficiente como para que se le abalancen varios de ellos y empiecen a golpearlo con patadas al cuerpo y puñetazos, dejándolo muy adolorido y con varias partes lastimadas:
—¿Q-Que mierda…acabas de…hacer? — se queja del dolor y toca la herida de la navaja.
—Vuelvo a decirte ¿enserio creías que íbamos hablar o darte una lección? Te metiste con las personas equivocadas y lamentablemente tu vida se termina hoy. Bastardo. — dice Borka
—¿Qué? ¿van a matarme aquí? Ja, tiene que ser una maldita broma. — Kamata desafía al grupo.
—Por alguna razón me pones de pésimo humor al ver que sigas con esa actitud. Si que tienes bolas como para no importarte tu propia vida. Maldito plebeyo desgraciado. — se acerca al chico y agacha. Lo toma del cabello y levanta el rostro— Somos nobles pedazo de imbécil. Crees que eres rudo, pero al final estas solo. Esa es la diferencia absoluta que hay entre nosotros y así permanecerá basura sin valor. Romperte sería muy sencillo, pero quitarte la vida me provocara mucha satisfacción.
—Aaaaagghhh…que extraño…usualmente…es al revés. Maldito idiota, ni eso sabes plantearte. —se toma con fuerza la herida intentando no desmayarse.
—Si, matarte me ahorrará muchos problemas. — dice con desprecio al verlo a los ojos— Termínenlo de una vez y desháganse del cuerpo en el bosque. Y ni una sola palabra de regreso ¿entendido? — les dice a los demás quienes asientan con su cabeza.
La puerta se abre con un chirrido muy disimulado pero que hace levantar la mirada a Borka, encontrando a Kaizer quien observa la terrible escena y a su compañero herido en el suelo, rodeado por el grupo de nobles:
—¿Qué está pasando? — deja escapar Kaizer.
—Bien, parece que es una reunión interesante. — dice Borka.
Dos nobles cierran la puerta y avanzan por detrás de Kaizer mientras otros dos se acercan por delante con navajas en sus manos para ultimarlo con el mayor dolor posible. La venganza para ellos se encuentra a pocos pasos.
Kaizer mira a cada uno de sus enemigos como se desplazan lenta y peligrosamente para asestarle un golpe mortal. Claro, el miedo lo sacude a nivel que jamás ha imaginado, pero no lo domina, sino todo lo contrario, es consciente de que hay una vida en juego además de la suya y no puede flaquear por lo que surge de su interior una llama de intensa ira.
Sin saberlo, sus ojos cambian adoptando una apariencia furiosa muy similar a la de un dragón de antaño. Borka se petrifica al chocar su mirada con la de Kaizer quedándose en un estado de shock y temor que no había sentido desde aquel día en que fue golpeado al rostro por justamente él. Al mismo tiempo los nobles que lo intenta rodear se ven abrumados por una fuerza extraña y que los doblega hasta ponerlos de rodillas. Como si de un rey se tratase.
En un instante la distancia se corta hasta que Kaizer queda cara a cara con Borka:
—Ustedes no son seres humanos. ¿Acaso no sienten empatía o vergüenza al menos? — pregunta Kaizer sin moverse de su sitio.
—¡¿Quién mierda es este maldito?! ¡los otros idiotas están quietos como si le tuvieran miedo. No, es lo mismo que me sucede ahora. No puedo moverme y aunque quisiera no puedo levantar mi mano por el temblor. ¿Quién mierda es este asqueroso plebeyo? — piensa Borka, aterrado de que sea su fin.
—Me llevaré a Kamata. No me detengan. — pide Kaizer.
—¡¿Qué mierda estas diciendo?! ¡antes muerto! — le grita Kamata con su orgullo herido y la molestia de que sea Kaizer el que haya llegado para salvarlo.
—No es el momento para ser hostil. Si quieres golpéame luego pero ahora es momento de llevarte a la enfermería. — ayuda a levantarlo y usar el hombro como apoyo para que pueda caminar. La baja estatura de Kamata ayuda a que Kaizer maniobre mejor.
—¡Tsk! Eres demasiado molesto. — responde Kamata, debiendo tragarse el orgullo.
—Oye, oye ¿Qué crees que haces? Ustedes se buscaron esto y no se irán a ningún lado. — amenaza Borka.
Kaizer no le responde y sigue su camino hacia la puerta, donde ningún noble vigila parado, sino que siguen arrodillados con temor en sus corazones. Al ver que el chico se aleja desafiando a la autoridad noble o eso cree Borka, este se muerde la muñeca y con la sangre que amena de su herida crea una cuchilla sangrienta gracias a la habilidad de su familia. No por algo su casa se llama Carmesí, proveniente de la habilidad con la sangre:
—Maldito infeliz…—murmura mientras se acerca. Impotente y con intensiones asesinas— ¿Te crees mejor que nosotros? ¿Qué yo? Jajaja, no me hagas reír. — empieza a elevar su voz— No tienes idea de lo que soy capaz. Ya fuimos por Kamata, luego iremos por ti, por Lucian…por esa maldita puta…no descansaremos hasta ¡arruinar tu existencia! — correa con la cuchilla sangrienta al frente.
Escuchar las amenazantes palabras del noble contra sus amigos y sobre todo Megumi detienen sus pasos e inmediatamente se voltea y mira fijamente a los ojos de Borka. Por primera vez el atrevido aristócrata del clan carmesí siente un temor tan grande y profundo que de alguna manera su orgullo y egolatría por su condición provocan una contradicción en él. No sabe que decir ni cómo actuar:
—Varios meses desde que entré aquí. Mi sueño es ser un asesino para luchar por las personas y sigo queriendo eso, pero jamás imaginé que exista personas así peleando por lo mismo. Hasta que los veo a ustedes. — deja con cuidado a Kamata a un lado y regresa sobre sus pasos hacia Borka. Su mirada es aún más penetrante y hostil contra el noble— No sé cómo son los nobles, pero sí sé que son personas sin empatía. — sigue caminando hasta volver cara a cara con Borka. Este lo mira con miedo, pero a diferencia de hace momentos es reducido con sus hombros encogidos y manos temblorosas. Kaizer lo mira indiferente y nota que la cuchilla es soltada hasta que cae al suelo y deshace dejando un pequeño charco de sangre.
A pesar de estar arrinconado y con mucho miedo, Borka lanza un cobarde ataque con otra cuchilla que guardaba en la otra mano y busca atravesarlo en el estómago, pero es detenido fácilmente con la mano desnuda de Kaizer logrando tomarlo del antebrazo sin problema.
Ni la fuerza en bruto de Borka puede acercar el arma a su objetivo:
—¡Ya basta de estupideces! ¡solo eres un plebeyo de mierda! — grita Borka enloquecido de su propia debilidad.
—¿Por qué tienen que resolverlo todo de manera violenta? No es necesario todo esto ya que apuntamos a lo mismo — dice Kaizer, decepcionado y preparando su puño lleno de rabia que impacta contra el estómago de Borka y lo manda a volar contra la pared. Levanta su mano y ve los nudillos sin ser consciente aun de lo que acaba de hacer. El solo hecho de haber lanzado tal violento golpe es suficiente para asustarlo y rápidamente busca a Kamata para ir a la enfermería.
En el suelo, Borka mantiene la consciencia y mira la silueta de Kaizer, quien se aleja con Kamata sosteniéndose en el hombro:
—E-Ese maldito…es…demasiado peligroso…para que siga con vida…—dice en voz baja hasta desmayarse mientras los demás nobles lo socorren.
***PARTE III***
Tras haber salvado a regañadientes a Kamata, Kaizer lo lleva hacia la enfermería que se encuentra al otro lado del edificio. El orgullo del joven aspirante a espadachín hace que se sienta avergonzado por haber sido emboscado por aquellos a los que considera inferior:
—¿Te sientes bien? — pregunta Kaizer.
—…— no responde ni con palabras ni con muecas.
—Perdón si hice algo indebido. Me disculpo por eso, pero algo así no puedo dejarlo pasar.
—¿Por qué? — deja escapar Kamata.
—¿Huh?
—¿Porque viniste por mí? Eres un maldito estúpido. — lo regaña sin entender porque haría algo tan empático por la gente.
—Es lo que deseo hacer. Además, tu… — recuerda Kaizer cuando en el camino se encuentra con ambos estudiantes que fueron usados para atraer a los nobles. De inmediato se es cuenta que si continúa hablando es posible que Kamata se enoje. Todo por el orgullo y honor que sigue además de la búsqueda de fuerza individual.
—Además yo ¿Qué? — Kamata mira fijamente a Kaizer a la espera de que le diga.
—No, nada. Solo quise saber si faltaba alguien y parece que eras tu. Me alegro que la herida no sea grave.
Kaizer se siente culpable de que le haya ocurrido eso a Kamata, además el miedo corre por su cuerpo al pensar que Megumi puede llegar a estar en peligro a futuro:
—¿Te preocupa algo? — pregunta Kamata al ver a Kaizer tan callado y con mirada seria.
—…—niega con su cabeza— Esto de los nobles es algo que no me imaginaba. Ahora veo que son personas que no les interesa la vida de los demás. Lo tengo bien claro.
—Son unos imbéciles. En cuanto me recupere los aplastare sin dudarlo. Malditos imbéciles. — dice Kamata muy enojado.
—Sera mejor que… — dice Kaizer hasta que Kamata lo mira e interrumpe.
—Creo que te confundes. Nunca dije o insinúe que pudieras opinar sobre mí o lo que pueda hacer. Solo acepté tu ayuda por esta ocasión. Pero nunca aceptaré que un debilucho cómo tú me trate como su amigo. Te haré el favor de…
—Ya, eso lo sé. No tienes que actuar de esa manera. Por el momento prioriza tu recuperación.
—¡Tsk! Aunque tengo que admitir que esa fuerza y movimientos no son ordinarios. Puedo asegurar que tampoco fue consciente hasta luego de haberle dado ese golpe a Borka. ¿Habrá sido pura suerte o está ocultando su verdadero potencial? — piensa Kamata— Déjame en la enfermería y lárgate al examen… ¿huh? — Kamata se da cuenta de que Kaizer se detiene y mira al frente, encontrándose con Megumi.
—¡¿Kamata?! — grita Megumi y corre a ver cómo está— ¡¿Qué fue lo que pasó?!
Después de dejar a Kamata en la enfermería, Kaizer, Lucian y Megumi esperan afuera a la espera de que lleguen los médicos, pero con la certeza de que se encuentra bien y fuera de peligro. Sin embargo, la osadía de los nobles deja pensando en los limites que se han roto de parte de ellos solo para probarse a si mismo y a los demás que están por arriba de cualquier y que sus acciones no tienen consecuencia alguna.
Naturalmente Kaizer omitió frente a Megumi el incidente con Borka para evitar preocuparla, pero Lucian se da cuenta de que en su relato se cuenta algo incompleto por lo que no dice nada, al menos no aún:
—¿Qué es lo que pretenderán los nobles? No lo entiendo. —dice Megumi.
—Además de mostrarse como fuertes e importantes no veo otra cosa. — responde Kaizer.
—Bueno, no es como si pudieran protegerse a si mismo. Estarán asustados por lo que ha pasado la ultima vez. — sospecha Lucian.
—Lo único que sabemos es que tendremos que tener cuidado y hablar cuando llegue Hiroshi. —reconoce Kaizer sin dar vueltas en el tema.
—¿Te dijo algo antes de irse? — vuelve a preguntar Megumi y se sienta en el suelo con brazos cruzándose.
—Tuvo que ser muy importante. — añade Lucian.
—Solo que tengamos cuidado y que cuando vuelva muchas cosas tendrán que cambiar. No se si lo insinuó o solo lo dijo para darme tranquilidad, pero algo ocurre y solo los profesionales saben. — responde Kaizer mientras se sienta al lado de Megumi y esta desliza tímidamente su mano hacia la de su amigo que yace en el suelo.
—Nada puede ocurrir si estamos juntos. Solo espero que Kamata entienda que no puede continuar así…—dice Megumi con la mirada en la puerta y expresión de tristeza por su amigo.
—Oye, por cierto ¿Qué pasó con el simulacro? — pregunta Kaizer.
—Lo suspendieron a los diez minutos. No sé porque, pero de repente llegó alguien y al rato Olympico dio por terminado el examen. Según lo que pude averiguar no es algo institucional, sino que varios nobles desaparecieron hoy a la mañana. — explica Lucian.
—¿Huh? Eso no suena al grupo de Borka. ¿Algo mas esta ocurriendo? — piensa Kaizer.
—¿Creen que fueron secuestrados? — pregunta Megumi— ¿huh? ¿Cómo es que pudiste averiguar eso? — se sorprende.
—Lo dudo. Son raros los secuestros de nobles sobre todo porque tienen bastante poder y habilidad, aunque fuera de nuestra misma edad. Además, tienen seguridad detrás. — responde Lucian con rostro pensativo.
A lo lejos ven a Olympico, Lucy y un par de profesores que se dirigen a la enfermería, preocupados por el estado de Kamata. Antes de entrar al lugar, Olympico se detiene y lo mira a Kaizer:
—Te espero en el salón de entrenamiento físico. Tenemos que hablar. — esboza una expresión muy seria pero que no es la usual que muestra todos los días sino una casi aterrada.
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