Academia de Asesinos - 17
Luego de un par de días posteriores al del incidente, Kaizer despierta en su dormitorio donde duerme junto a muchos estudiantes sin padres ni familia siquiera, pero varios edificios lejos de donde viven Kamata y Megumi. El chico se cambia, lava sus dientes y desayuna como siempre dentro de la habitación individual. Parece estar tranquilo, pero por dentro lo que ocurrió con Kamata en el día anterior resonó muchísimo en él. Ya de por si es caótico pensar que los nobles se muevan con esa impunidad, amenazando, lastimando e intentando matar si es necesario.
Todo es demasiado cruel pero no es algo inusual en un momento donde los blancos y negros son a veces difíciles de marcar, dejando grises en la humanidad de muchas personas como es el caso de Doncaster, del que no se comprende su intención verdadera. Su pasividad frente a los nobles, pero también el que odie lo injusto que es, no muestra en verdad lo que realmente quiere hacer.
Desde la perspectiva de Kaizer, alguien que no sabe cuan cruel es el mundo, la actitud del director puede ser cuestionable, pero eso no lo hace malvado sino alguien que busca un equilibrio en un continente que constantemente se encuentra fragmentado en muchos poderes ya sea los cuatro grandes, las leyes vivientes, los nobles, el gobernador de ciudad central, facciones también internas como los pueblos samuráis, geishas, así como los piratas del sur o los montañeses en el norte. Antares no es un sitio homogéneo y por eso la unidad es imposible en tal era.
Después de un gran desayuno, el chico camina rumbo a la academia que queda a pocas cuadras en un día tan fresco y nublado que está más entusiasmado por acabar las clases y dormir un poco más pero no es tan sencillo ya que según el calendario toca las clases de fortalecimiento con Olympico y sabe cuan duro es con ello. Aun así, es posiblemente la asignatura que mejor se le da con su capacidad física gracias al entrenamiento que Kaizer logró en los años como aprendiz de panadero.
En el camino se encuentra con Megumi, quien lo tumba de un abrazo y gritos entusiastas como usualmente hace al verlo a él, o a Lucian o a Kamata:
—¡Kaaaaaaaiiiizzzzzzzzzzzzeeeeeerrr! ¡¿Cómo estás?!
—Auch, auch, auch. — se queja Kaizer— Buenos días. Todo bien ¿y tú? — se pone de pie y ayuda a Megumi a levantarse.
—Gracias. Estoy bien, un poco agotada pero después de un desayuno nutritivo estoy más que lista. — levanta su brazo para mostrarle con su delgado brazo sus músculos.
—Jajaja, si, eso veo. No veo a Lucian, usualmente me lo encuentro en el camino, pero es extraño que no esté por aquí. — dice Kaizer mientras ve a los alrededores y no encuentra a su amigo.
—Si, eso es extraño. ¿Le habrá pasado algo? — pregunta Megumi.
—Quizás esté enfermo. — responde el joven al recordar que previo al examen lo notó realmente extenuado y a punto de colapsar de los nervios. Ciertamente una actitud exagerada ante un simple simulacro de examen, pero Lucian no se lo tomó así y estuvo estudiando mucho tiempo incluso sin dormir.
—Si supiéramos donde vive podríamos ir a visitarlo. — dice Megumi con gran preocupación.
—Por ahora solo podemos esperar a verlo mañana. — Kaizer aferra su mochila a su hombro y sigue caminando— Ven, tenemos una clase difícil hoy. — añade.
—Haaaa. — suspira agobiada— No me lo recuerdes. Odio las clases del profesor Olympico. No es que me desagrade, pero…odio los entrenamientos físicos. — se queja Megumi.
Por detrás, una sombra les toca la cabeza, produciendo en los dos estudiantes una exaltación tan brusca que Megumi grita asustada y Kaizer se aparta a un lado y pone en guardia frente a ella para protegerla.
No muchos se pondrían en la línea de pelea para proteger a alguien, pero instintivamente Kaizer no solo reaccionó rápido, sino que se interpuso entre su amiga y quien está acechando. Sin embargo, no hay peligro alguno pues quien se encontraba detrás era Olympico con una grata sonrisa y algo avergonzado por haber cometido tan infantil gesto de tocarles la cabeza sin pleno aviso. Cualquier habría considerado eso como intento de secuestro:
—¡B-Buenos… ¿días?! — Olympico se rasca la mejilla con una sonrisa incómoda al ver las miradas hostiles de ambos estudiantes.
—Casi me da un infarto profesor. — lo regaña Megumi.
—Podrías haber sido más delicado. — agrega Kaizer a lo que su compañera dice.
—Yo…me disculpo por eso…— ante los regaños de sus estudiantes, Olympico se agacha a un costado muy deprimido. — Perdón si no soy Hiroshi ¿saben?
—Todavía sigo pensando si en verdad es nuestro profesor de fortalecimiento. — duda Megumi.
Uno de los encargados en la entrada de la academia los recibe con una actitud muy protectora pero también critica hacia los profesores que no se ven fuertes o ejerzan correctamente sus labores en la institución. Al ver llegar a Kaizer, Megumi y Olympico, les da la bienvenida a los chicos y mira al asesino con rostro deprimido e inmediatamente suelta una crítica mezclada con aliento algo disimulado en referencia a un gran logro en la juventud del profesor de fortalecimiento:
—Chicos, no lleguen tarde. — les aconseja— Tu…—mira a Olympico— ¡por dios santo Olympico! ¡¿Dónde ha quedado el campeón cuerpo a cuerpo del torneo en el festival del sur?! ¡eres un adulto por amor de dios!
—Eso ya lo se ¡tsk! —responde Olympico de manera inmadura.
—Tengo sesenta y nueve años y es la primera vez que veo a un tipo poderoso estar con esa cara de tonto. — lo mira por detrás.
Kaizer, preocupado por la depresión de Olympico, voltea la mirada hacia el profesor que normalmente suele mostrarse como alguien imponente pero cuando se trata de aparentar sus estudiantes las emociones intenta salir a la superficie. Muy pocos conocen al verdadero Olympico, solo unos selectos, pero a petición de este nadie debe saber que detrás de esa armadura monstruosamente grande de placas gruesas color azul y el martillo que cuelga en su espalda se encuentra alguien tan noble y cariñoso que al primer momento de sacrificio indudablemente pondría su vida en riesgo para salvar a los más débiles.
De acuerdo a la asignatura del día, los estudiantes deben acercarse a la zona de entrenamiento situado cerca del bosque como cada día en la que el profesor los hace correr durante casi media hora a lo largo de los terrenos detrás de la academia. Luego realizar ejercicios con un compañero donde estiran sus extremidades y se ayudan entre sí para fomentar la confianza y cooperación mutua. Como siempre Kaizer y Megumi hacen equipo y desde lo lejos Kamata hace lo propio, pero en solitario debido al temor que despierta en sus compañeros. Bueno, al menos es lo que usualmente hacen, pero con Kamata en cama por su herida, la tensión creciente con los nobles y la extraña depresión que surgió sin más en Olympico complica las clases, aunque Lucy esté ayudando:
—¿Cuándo vas a dejar esa actitud Olympico? — pregunta Lucy.
—¿Qué cosa? — pregunta Olympico, haciéndose el desentendido.
—Tú sabes de que hablo. Compórtate de una buena vez. Disfruta de tus clases y trata de conseguirte una novia por amor de dios. — le reprende Lucy.
Frente a él todos los alumnos esperan ansiosamente de que tratará la clase del día con altas expectativas sobre el segundo semestre que llegará luego del receso invernal. Precisamente porque en la segunda parte del año estudiantil los de primer año podrán elegir sus armas y a partir de allí que clase de entrenamiento tener.
Olympico quita su cara de deprimido y explica cuidadosamente lo que harán a continuación:
—Hoy no tendremos una simple actividad individual sino al contrario. Serán divididos en grupos y dentro de esos grupos estarán tres de cada uno de ustedes. El primer ejercicio será una carrera de tres kilómetros en media hora. Luego diez kilómetros en quince minutos y finalmente veinte kilómetros en diez minutos. Aquellos que lleguen a la meta serán los ganadores. Podrán usar sus habilidades, pero no con intenciones de matar. Odiaría que algo les sucediera. Bien, comenzaré a anunciar los grupos y sus integrantes…—saca de su bolsillo una libreta con los grupos ya armados.
Por supuesto que esta exigencia no cae del todo bien entre los alumnos quienes oyen la cantidad absurda de kilómetros respecto al tiempo, cada vez menor, y entran en pánico. Algunos de los estudiantes miran a Lucy, usualmente se pone del lado de ellos, pero en esta ocasión es lo opuesto como si confiara en esos números propuestos por Olympico.
En varios meses desde comenzada las clases, ninguno de los estudiantes pudo probarse a sí mismo en un ejercicio o situación donde requieran el uso al máximo de sus capacidades físicas por lo que para la asignatura es necesario evaluar si dicha condición entre los de primer año es óptima o se requiere un ajuste para la segunda parte del año.
El primer grupo ya es anunciado como el equipo “A” por lo que el profesor prosigue con el siguiente:
—Kaizer ¿no te parece rara la ausencia de los nobles? — pregunta Megumi siendo muy observadora.
—Tengo entendido que no hay ningún noble en primer año por lo que no tengo idea. Aun así, desde lo ocurrido el otro día dudo que vayan a sentirse motivos de poder volver rápido. — responde con sentimientos iracundos sobre las amenazas que no solo cayeron sobre él sino contra sus propios amigos a quienes estima como una familia.
—Espero que Kamata descanse. No me sorprendería que él… ¿huh? — mira a su espalda y encuentra a Kamata con una inusual expresión de dolor y agonía constante mientras se sostiene la herida aún sin sanar, pero mejor que como la tenía días anteriores—¡¿Qué haces aquí?! ¡tendrías que estar descansando! — lo regaña sorprendida.
—Parece que has llegado finalmente. — dice Olympico sin sorprenderle que estuviera ahí— Espero que el profesor Ordinal no haya sido tan brusco contigo cuando fue a buscarte.
—Para nada, diría que fue placentero salir de allí. — mira a Megumi y luego a Kaizer, mostrándose molesto con solo cruzarle la mirada— Entonces ¿de que tratará el ejercicio?
—Pues…—dice Olympico.
—¡E-Espere un momento profesor! ¿Por qué Kamata no está en su cuarto del orfanato? — interrumpe Megumi.
—Entiendo la preocupación y con gusto la voy a responder. Kamata me insistió mucho para poder estar en las últimas clases de este final de semestre así que me ganó por cansancio. — responde con algo de vergüenza.
—Ya te he dicho miles de veces Megumi que estoy muy bien…—le asegura Kamata para que deje de insistirle.
—¿Seguro? — se acerca Kaizer—La herida no parecía ser muy simple. Tendrías que descansar como dijeron los médicos. Debes cuidarte y preocuparte más adelante cuando estes mejor…
Al escuchar lo que para él es un sermón, Kamata aparta la mano de Kaizer en medio de sus palabras de preocupación y antes de que pase a algo más agresivo, Olympico interrumpe con su típica aura abrumadora y rostro de buen sujeto:
—Vamos chicos, son compañeros. Deben ayudarse mutuamente ¿saben algo? justo que están los tres aquí les diré que serán el grupo “C”. Es decir, Megumi, Kamata y Kaizer, harán equipo para esta clase.
—¿Huh? — dicen los tres al unísono.
—Lo que escucharon. — replica Lucy— Tendrán que trabajar en equipo.
—Profesor. — se acerca Kamata como si estuviera haciendo frente al enorme asesino— Me niego hacer esta actividad y mucho menos con él. Prefiero hacerlo solo. Me estorbarían. — dice, negándose hacer equipo.
—Kamata, no dudo que por tu condición física y disciplina podrías fácilmente salir ganador. Pero déjame darte un consejo. Un asesino debe aprender a que la fortaleza no es si en solitario eres poderoso o cuentas con gran talento sino más bien a quienes tengas a tu lado sea al lado o a miles de kilómetros y fundamentalmente si tienes motivos para luchar por algo o alguien. Bueno, no es un consejo sino más bien algo para que tengas en cuenta. Al final ser un miembro de la orden asesina es algo más que asesinar al bando contrario o mantener el orden en Antares.
Kamata no contradice a lo que Olympico le dice y se agrupa con Kaizer y Megumi pero sin decirles nada, solo en silencio se les acerca.
Ya con los grupos armados, Megumi prepara una estrategia que acaba interesando a Kamata y gustando a Kaizer debido a lo osado y al nivel de velocidad que se requiere para su implementación. Algo de lo que Kamata se aferra mucho es a lo preciso y veloz que debe ser un asesino.
Si bien Olympico explicó de manera brillante la actividad que consiste en un miembro por grupo inicia la carrera alrededor de los terrenos de la academia y como una posta ese miembro es relevado por otro para correr distancia más larga en menor tiempo, omitió en su explicación el desarrollo o, mejor dicho, la manera en la que los estudiantes pueden actuar. Tampoco como sería la disposición del terreno, si hay obstáculos, si es llano o es dentro de la academia, solo que habría indicaciones para poder guiarse, pero no habrían de correr fuera del edificio:
—¿Están de acuerdo? — pregunta Megumi mientras traza una corta línea sobre la tierra con un pequeño palillo que encontró en el suelo hace momentos.
—Es un plan bastante bueno. Me apunto. — dice Kaizer muy emocionado por ser parte del equipo— Sobre todo el análisis que hiciste de cada miembro que nos toca enfrentar en la carrera.
—¿Kamata? ¿te convence mi plan? — lo mira fijamente la chica.
—Si. — responde reacio— Odio decirlo, pero el plan es demasiado bueno.
Entonces, cada representante de los equipos que iniciarán la carrera se reúne en la línea de largada que comienza en la entrada hacia la parte interna de la academia y finaliza justamente en el mismo lugar, pero sin llegar a entrar al edificio. Como Olympico explicó antes, el circuito solo se limita a la parte externa dentro de los terrenos de la academia.
Antes de dar inicio a la carrera, el profesor anuncia para dar mayor impacto y elevar a nuevas alturas el esfuerzo de los estudiantes:
—Bien mocosos, al golpear mi martillo contra esta enorme campana. — entre cuatro profesores traen una enorme campana oxidada con un rojo carmesí intenso que se guarda para ocasiones como festivales deportes o culturales y la apoyan cuidadosamente en el suelo—El grupo ganador aprobará el siguiente examen sin siquiera presentarse. Así que ya lo saben…esfuércense aquí y seguramente no tendrán que sufrir mi examen. ¡¿Están listos?! — mira a los chicos formados de manera lineal a la espera de la señal de largada.
La primera del equipo en comenzar es Megumi, bien conocida por ser veloz y elegante. No como los mejor en términos de velocidad por supuesto, pero entre las chicas no es alguien fácil de vencer en carreras. Seguida por Kaizer y termina con Kamata. Sin embargo, Olympico da un anuncio de último momento que deja desencantados a los grupos:
—Se que dije que debían ser uno por grupo en cada vuelta, pero…hay dos cambios de último momento…— sonríe inocentemente mientras Lucy se toma la cabeza— Todos los grupos tendrán que participar y tendrán que dar al menos diez vueltas por lo que serán menos kilómetros, pero la confrontación aumentará. Entonces ¿listos?
—¡Lo hubieras dicho desde el principio! — gritan todos los grupos al unísono.
—¡Pe-Perdón! — se disculpa Olympico.
Con un fuerte golpe de su martillo contra la campana, da comienzo a la carrera con todos los estudiantes de primer año corriendo y siendo observados por todos los demás cursos y profesores. A pesar de la corta edad que sugiere ser de primer año, la velocidad promedio es bastante alta, ya sea porque muchos han tenido entrenamiento previo o algunos explotan sus talentos físicos en ese momento o desde iniciado el año escolar. Todo lo que Olympico y Lucy pretenden de las clases de fortalecimiento.
En los primeros doscientos metros, el grupo de Shock, Tomas Scott y Mace Hofe lideran con gran diferencia gracias a que el joven cuyas habilidades permiten fundir la superficie de sus pies con pequeñas descargas eléctricas lo que le permite acelerar sus pasos ya desde el principio, veloces.
Sin embargo, detrás de ellos llegan Kaizer, Megumi y Kamata con la joven detrás ellos observando como discuten como dos tontos y por cosas que en lo absoluto no tienen que ver con la actividad de la signatura:
—¡Hey paren un momento por favor! — les pide Megumi.
—¡Él comenzó! — le dice Kaizer.
—¡Yo no…auch…auch…pedí ser parte del grupo maldito imbécil! — recrimina Kamata a su compañero con gran dolor en la zona herida.
—Cielos, sabía que esto pasaría. ¿Por qué no aceptas formar equipo con Kaizer? — lo mira a Kamata muy disgustada— ¡Hey tu herida! — mira como la herida se abre un poco.
—¡E-Estoy bien con un demonio! — se toma la venda y presiona con su mano la herida— ¡¿Y tú que miras?! — dice furiosamente al ver que Kaizer posa su mirada en la herida de Kamata.
Megumi intenta pensar una forma de al menos incentivarlos para dejar de pelear y volver a la carrera ya que el grupo de Shock le saca más de cien metros y supone una gran desventaja. En ese momento Megumi da un vistazo al suelo y nota que Shock deja residuos de su habilidad lo que podría considerarse como una trampa para evitar que los demás logren alcanzarlos. Entonces, y de manera magnifica Megumi descubre la manera en la que puede incentivar a sus compañeros de equipo:
—¡Chicos!
—¡¿Huh?! — se voltean al mismo tiempo.
—¡Están siendo muy lentos porque el capitán del equipo delante de nosotros está haciendo trampa y ustedes están cayendo! — les dice mientras señala al suelo.
—¡¿Queeeee?! ¡esos malditos tramposos! — Kamata se altera al darse cuenta de que está perdiendo por culpa de artimañas que considera baratas— ¡Me las pagarán! — acelera el paso y olvida la discusión con Kaizer.
Megumi se adelanta con mucho esfuerzo de su parte y logra ponerse a la par de Kaizer:
—Haaa…haaa…es demasiado difícil tratar con él. — dice entre jadeos de cansancio después de haber completado los ochocientos metros sin para si quiera y con otros grupos siguiéndoles el paso para rebasarlos.
—¿Estas bien? Te veo demasiado agotada. ¿No quieres descansar? — pregunta Kaizer.
—Ni loca. Esto es algo que no sabes de mí, aunque quizás te hayas dado cuenta en el grupo de estudio…yo amo ganar y no necesito de trampas para ellos. Defíneme como una competitiva chica. — explica con una sonrisa y el pulgar arriba llena de orgullo— Además no soy quien necesita estar preocupada. — refiriéndose a Kamata una vez más.
—Por favor, si te sientes mal dímelo. Esta actividad no me importaría dejarla. — dice Kaizer con el rostro sonrojado a Megumi.
Megumi lo mira fugazmente, haciendo que su corazón se acelere mucho y no pudiera apartarle la mirada de encima:
—Mira, Lucy está… ¿deteniendo a los equipos? — se pregunta Kaizer en voz alta.
—Bueno, parece que ya hay dos equipos que llegaron a este tramo. — dice la profesora, sosteniendo botellas de agua y entregándoselas a los estudiantes que caen agotados al suelo— Dieron exactamente casi una vuelta completa y eso que fueron novecientos metros a gran velocidad.
—¿P-Porque…haaa…nos detuvimos? — pregunta Megumi muy agotada.
—Para que tomen un respiro. — responde y le arroja una botella a otro estudiante que llega agotado— Además pueden hablar y discutir sus estrategias con más calma. Tienen diez minutos.
El oír eso, Megumi toma a Kaizer de la mano y camina en línea recta hacia Kamata a quien aparta del lado de los recipientes llenos de botella con agua. Como ella le explicó a Kaizer, no desea perder ni en los estudios ni en competencia, aunque sea la que mayor desventaja le da, la física:
—¡¿Qué carajos creen que hacen para de idiotas?! — les grita con un rostro tan intimidante que hace estremecer incluso a Kamata, usualmente temido hasta por los nobles.
—Megumi. — Kaizer le dice con calma.
—¿Huh? — Megumi devuelve la mirada aun desconcertada por no estar ganando la carrera.
—Tranquila, estoy seguro que podremos lograr ganar. Solo tenemos que enfocarnos en una táctica. Seguramente hay un motivo para que Olympico haya cambiado tan repentinamente los puntos de la carrera. — sospecha Kaizer.
—¿Crees que Olympico haya hecho apropósito el cambio a último momento? — cuestiona Kamata— Aun así, no quita el hecho de que sean un lastre ambos. Yo mismo podría vencer aquí y ahora.
—¿Crees que me parece correcto hacer esta carrera con alguien que me odia sin razón? — se exalta Kaizer por la actitud de su compañero.
—Bueno, ya basta. Tenemos algo más importante de que preocuparnos así que centrémonos en eso. — dice Megumi mientras piensa una manera para poder trabajar juntos y sin que los otros dos sigan peleando.
—¿Oh enserio? ¡no entraste a la academia por méritos propios! ¡te aceptaron sin hacer siquiera el maldito examen! ¡eso es motivo suficiente para despreciarte! — exclama molesto por lo que cree que es una injusticia.
—¡Me aceptaron porque me enfrente a ese criminal! ¡tsk! Ya…no quiero discutir. — decide terminar la discusión negando con la mirada y volteándose para ya no darle importancia.
—Si, más les vale dejar de discutir porque si perdemos esta carrera les propinaré una paliza que jamás olvidarán. — les advierte Megumi con su puño en alza y mostrándoles un lado más temible como nunca imaginaron de ella.
La pasión ardiente de Megumi los convence para lograr la tan ansiada victoria y alejarlos de la rivalidad que los envuelve con fuego intenso.
Después de descansar, los grupos se forman nuevamente para finalizar la carrera y tener por fin un ganador. Kaizer le extiende su mano a Kamata para sellar su momentánea tregua en virtud de la victoria y evitar que Megumi los regañe otra vez.
Una vez más el martillazo anuncia el reinicio de la carrera.
Aprovechando que renovaron sus energías a excepción de Kamata que no puede seguir por el dolor en su costado, Megumi acelera el paso hasta alcanzar a su compañero mientras que Kaizer se acerca hasta ponerse a la par de Shock y su equipo.
Por detrás, ella intenta calmar a Kamata para que no gaste energía de manera indebida y acabe desmayado por el agotamiento. Lo nota demasiado exhausto y justo antes de que pudiera darse cuenta se desmaya sobre el suelo. Su respiración se vuelve agitada y el dolor es mayor a lo que se imaginaba. Megumi se detiene y corre hacia él:
—¡Kamata! ¡¿estas bien?! — se sienta y coloca su cabeza en sus piernas para calmar su angustia y esperar a que los profesores lleguen— ¡Eres un maldito tonto!
—Deja…deja de fastidiarme…además ¿no querías ganar? — dice Kamata, lamentándose por no haber hecho nada más que estorbar. El dolor es punzante y lo obliga a permanecer recostado en el regazo de Megumi.
—Si, pero hay cosas más importantes. Aunque hay otra persona que priorizó igual que yo tu salud y estuvo a punto de hablar con Olympico para sacar del equipo. — dice Megumi— Aunque le propuse que si te pasaba algo me detendría y él debía continuar con la carrera.
—¿Huh? ¿Él? — señala hacia Kaizer a lo que Megumi asienta con su cabeza— Tienes que estar bromeando.
—Si lo conocieras mejor no tendrías esa actitud. Es muy agradable, se preocupa por los demás y al igual que tu…detesta las injusticias contra los más débiles. Se parecen mucho.
—Hablas como si te gustase.
—…—no responde a pesar de que su mente y corazón son un caos sin respuesta.
A falta de cien metros, Shock usa sus habilidades para detener la implacable marcha de Kaizer quien esquiva gracias a la premonición, en la que ningún ataque físico puede hacerle algo a menos que fueran más numerosos. Sin embargo, un traspié de Shock hace que acabe con la cara en el suelo y sus dos compañeros que dependían de la habilidad de este no puedan continuar corriendo por el efecto de aceleración. En pocas palabras, a poco más de veinte metros ningún puede continuar y así Kaizer logra llegar a la línea de llegada.
Exhausto y casi sin poder respirar, Kaizer se desploma sobre el suelo. En señal de que está bien levanta el dedo índice al grito de:
—¡Lo logramos! — esboza una sonrisa dolorida.
Olympico da por terminada la actividad y sobre sus cabezas el cielo se cubre por nubes negras que oscurecen todo el lugar, dando lugar a una lluvia torrencial que obliga a todos a volver al salón de clases. Por su parte, Kamata vuelve a la enfermería con su herida levemente abierta.
Desde lo lejos, Olympico le extiende su puño a Kaizer a modo de felicitaciones por vencer en tal difícil ejercicio a lo que el chico responde con el mismo gesto y expresión alegre. No obstante, por dentro siente que puede mejorar aún más y que lo que hizo no fue suficiente. Siente que no pudo lograr más y se siente culpable por ello. La necesidad de mejorar es demasiado grande y eso lo deprime.
Lucy se retira, no sin antes mostrarle a Olympico que la determinación de fortalecer de esa manera a los jóvenes permanece intacta:
—Cambios a último momento ¿heh?
—Hubo alguna vez un profesor que me enseñó que todo asesino necesita no solo un motivo por que luchar, sino que debe estar dispuesto a plantar cara a los cambios desde los más pequeños a los más drásticos. Nos entrenamos para lo que surja. ¿No es así esto?
—Si. — dice Lucy con amargura al pensar sobre su juventud— Aunque a veces no te prepara para ciertas cosas.
***PARTE II***
En la oficina de Doncaster este se reúne una vez más con algunos profesores entre ellos Olympico, Lucy, Hayopher y Lezztor ya que durante la mañana llegó un halcón mecánico con mensaje escrito por Hiroshi, quien continúa su avance hacia la frontera.
En ambas manos el director sostiene dicha carta en la cual explica lo que sucedió y el enfrentamiento que mantuvo por breves instantes con Kazumayo. Nadie emite siquiera un sonido solo esperan a que Doncaster termine de leer la carta.
Después de eso aparta la hoja a un lado y suspira amargamente. Y eso que no es solo eso sino el asunto sobre la desaparición de varios estudiantes aristócratas:
—Ese es el informe de Hiroshi. —dice Doncaster.
—Sabía que los mercenarios estaban actuando en el continente, pero nunca me hubiera imaginado que esto llevaba tiempo. —se preocupa Lucy.
—Lucy, eres de la división de inteligencia que investiga a los Mercenarios ¿No tienes alguna información? Al final eres…—dice Hayopher.
—Eso es lo de menos. Si se trata de Hiroshi no hay nada que preocuparse. No por algo es de los mejores asesinos en la orden. —interrumpe Doncaster con plena confianza en Lucy.
—Eso no soluciona el principal problema de los mercenarios. —cuestiona Olympico.
—Si, tienes razón. Pero por el momento solo podemos esperar al informe de Hiroshi. Habrá que esperar. — Doncaster busca café en la máquina junto a su escritorio y bebé varios sorbos—Hay otro problema. Ya deben saberlo. El secuestro de niños los aristócratas. ¿Lucy? —recibe de parte de ella unos documentos correspondientes a la división de inteligencia de la que aún sigue siendo parte a diferencia de Hiroshi quien está fuera, pero con los contactos trabajando para él—Según las investigaciones de la división de inteligencia estos aristócratas no han salido del continente. Eso es seguro. Lucy, puedes continuar. —le cede la palabra.
—Hemos realizado varias investigaciones en inclusive interrogamos a varios de los que Kaizer y Kamata golpearon y ninguno sabe que ha pasado con sus compañeros. Lo cierto también es que durante varias semanas detectamos fuerte presencia en el Este, Sur y el Oeste. Navíos, llegada constante de inmigrantes hacia el territorio este entre otras cosas. —explica con sumo detalle lo que dice en los informes.
—Espera un momento Lucy. ¿A dónde vas con todo esto? —interrumpe Lezztor.
—Todo viene de esto. —muestra un mapa con varias flechas que van hacia los tres territorios de Antares y estás provienen de un mismo sitio, el Sur del continente.
—¿El sur? ¿Te refieres al nuevo mundo?
De repente, Doncaster golpea con fuerza donde está Antares usando su mano abierta y una expresión asustada que deja perplejos a los demás.
Por alguna razón, una muy oscura, Doncaster entra en pánico y sin dar respuesta alguna inmediatamente Olympico se adelanta a los demás para cambiar de tema:
—Hay que incrementar la seguridad en Antares.
—Opino lo mismo. —se pone a favor Lazzter.
—Tenemos un problema bastante serio. —dice Hayopher, rascándose el costado de la cabeza—Económicamente no podremos solventar una movilización tan grande de navíos y hombres. Además…—su expresión es demasiado seria—el gobernador es quien toma las decisiones en lo que respecta a la economía continental. Sabes que los 4 territorios pagan tributos. En estos momentos Antares afronta serios problemas de inflación y el comercio tanto interno como externo con otros continentes como el Norte y el Este es irregular por ataques misterioso.
Detrás de las imponentes academias, organizadas divisiones que vigilan y protegen al continente y todo un sistema complejo se encuentra una realidad de pobreza en el norte, trata de personas en el sur, niños que quedan huérfanos en el oeste y organizaciones criminales en las fronteras que son originarias del este.
En la ciudad central, el gobernador es débil y no acepta que Antares se encuentre en crisis por lo que durante años se ha encerrado en su propia burbuja de buenas noticias, festivales locales y viajes a lugares turísticos dentro de esa ciudad avanzada a diferencia de los demás territorios.
Al acabar la reunión, Lucy camina junto a Olympico para seguir conversando en particular por la extraña expresión de Doncaster al mencionarse sobre el Sur mejor conocido el Nuevo Mundo. Es la primera vez que tal cosa es mencionada. Ni los profesionales saben de ello salvo las altas esferas de la orden como los cuatro grandes y las leyes vivientes:
—Jamás vi tan asustado a Doncaster. Ese lugar, el nuevo mundo, ¿Crees que Hiroshi sepa algo? — se preocupa Lucy.
—No, así como tú y él compartieron el las divisiones de las leyes vivientes, el conocimiento es el mismo. —explica Olympico.
—Esto no tiene sentido. —cuestiona Lucy.
—Hay que esperar más información. No hay de otra. Tenemos muchos problemas como para pensar en un territorio desconocido. —dice Olympico.
—Para cuando resolvamos esa incógnita será muy tarde. —dice Lucy.
—No seas tan negativa. Además, no es como si no le digamos su debida importancia, pero ahora necesitamos con urgencia reforzar las entradas al continente e investigar con todos los recursos disponibles para encontrar a los nobles perdidos. Es mucho con lo que lidiar. —dice Olympico—Sobre todo porque estamos muy cerca de obtener las pruebas necesarias contra ellos.
Comments for chapter "17"
QUE TE PARECIÓ?