Academia de Asesinos - 26
La máscara que porta Breiner manifiesta no solo una apariencia tétrica casi demoníaca de grandes cuernos y expresión que infundiría temor a quien lo vea sino también a una fuerte aura asesina capaz de doblegar al más valiente. Ese es el poder del líder de los Fiesmeros.
Alexander, por su parte, no cae en temores innecesarios y mantiene su posición sin preocuparse por su enemigo de enfrente. Si, lo sorprende que Breiner este tan interesado en matarlo a pesar de que le ofreció hace momento una oportunidad para ser parte, pero solo porque se encontraron por caprichos del destino no porque haya decidido el Fiesmero a buscarlo:
—Así que había otra manera de manifestar sus mascaras. Veo que mi información es muy escasa o incompleta. — dice Alexander.
—¡Jajaja! ¿ahora entiendes que nosotros somo más fuertes de lo que piensas? ¡Nosotros hemos sobrevivido durante muchos siglos de esta manera y lo seguiremos haciendo! — grita Breiner muy orgulloso de lo que es.
—Sobrevivir es algo muy diferente a ser fuerte. Te aclaro que lo que estás diciendo no tiene la más mínima lógica, pero…—sonríe el joven mercenario y se echa para atrás en posición de ataque— ¡me viene muy bien un desafío como se debe si quiero completar esta misión!
Mientras avanza hacia su enemigo, Alexander nota que ambas manos que había roto ahora se encuentran sanadas. Los huesos que se habían hecho paso entre carne, tendones y piel hasta quedar expuestos a la superficie ya no estaban, sino que fueron devueltos a su estado original. Inmediatamente la mirada de Alexander se dirige a la máscara de la cual emana un intenso vapor que puede considerarse como energía manifestada de esa manera.
Alexander se da cuenta de lo que ocurre y prepara su puño para intentar destruir la máscara a sabiendas de que esa habilidad es fuerte, pero a la vez frágil por ser de un material que corresponde a la voluntad del usuario y es tan frágil como un palillo delgado. Aun así, todo depende de que tan fuerte sea la voluntad de quien la porta. Puede ser tan frágil como eso, un palillo, o igual de fuerte como una roca, pero no indestructible como Alexander creía en un inicio:
—Lo mejor es ir de frente. Las máscaras no son de diamante por lo que el vapor puede llegar a afectar en algún momento. Todo tiene su límite y Breiner lo sabe, por eso inició su transformación rápidamente, pero ¿Por qué? ¿será que no puede soportarlo? Eso es muy extraño. — piensa Alex.
En un momento, Alex siente como una misteriosa aparición lo absorbe por detrás en la oscuridad de la desesperación y allí Breiner yace transformado en una criatura enorme de casi cinco metros, cuernos, una musculatura imponente, cola con punta de acero y cabeza de toro:
—¿Qué mierda? — se sorprende Alex.
—¡Bienvenido, Alexander! Esta es mi habilidad especial como usuario de la máscara y líder del culto.
—¿Dónde se supone estamos? — pregunta Alex con malhumor.
Es como si hubiera sido separado del mundo, donde la oscuridad puede inclusive arrebatarle el oxígeno y matarlo una vez entre a su cuerpo. Alexander se pone en guardia y usa su habilidad por primera vez en mucho tiempo al sentir que está en peligro. Si, Breiner ha usado su habilidad como usuario de la máscara y algo más ya que ningún usuario podría simplemente modificar la realidad y crear un espacio aparte. Y, de hecho, no se tiene data de que exista algo capaz de tal proeza.
Entonces y para poder comprobar el estado del lugar empieza a correr de un lado hacia el otro a gran velocidad en busca de algún indicio u oportunidad de salir, solo para acabar en el mismo lugar, frente a Breiner en su terrorífica forma.
Breiner lanza un brumador grito de bestia que sacude la realidad creada por él, haciendo que Alex trastabille hacia atrás y de alguna manera sintiéndose realmente intimidado:
—Jejeje ¿lo entiendes verdad? — dice Breiner en tono bestial.
—¿Entender qué? — pregunta Alexander.
—De nada te sirve hacerte el fuerte. Estás asustado por este infinito poder que poseo. ¿Creíste que ibas a simplemente enfrentarme en igualdad de condiciones? Pobre mocoso. —dice Breiner.
—¿Qué es este lugar? — pregunta Alexander, ignorando el intento de humillación por parte de Breiner.
—Con que al grano. Solo digamos que esto representa el miedo en su estado más crudo y brutal. ¿Qué te recuerda esto? — sonríe el fiesmero.
—Me recuerda a que hay imbéciles como tú que creen que algo así puede detenerme. — responde Alexander sin miedo ni dudas.
—Di cuento quieras, pero esa es la realidad. Eres solo un mocoso temeroso y cree saberlo todo, pero he aquí la dura realidad… ¡todos estamos solo y moriremos de esa mane-!
Alexander lo golpea tan fuerte en el rostro que logra moverlo varios metros y aventarlo contra el suelo oscuro. Ni el duro y fibroso rostro de Breiner pudo soportar el golpazo del mercenario que a pesar de todo ha sentido en sus nudillos la superficie casi rocosa.
Los ojos del joven miran profundamente a Breiner, y en un instante este siente escalofríos por la fulminante y feroz mirada que yacen sobre él.
Breiner se queda petrificado y en ese momento recuerda su niñez, el cómo era torturado para alcanza un nivel sin precedentes en el manejo de su mascara al punto de casi morir de todas las formas conocidas, sea comido por animales, muerto en combate por desventaja y encima por quienes eran sus amigos más cercanos, envenenado, sin comer, sin beber, sin dormir. Él simplemente sobrevivió de todas las maneras posibles y eso no solo llenó de odio a quienes esperaban mucho de él, sino que la mayor razón de eso es que no ha manifestado algo más que media mascara y un cuerno apenas por lo que muchos ya lo consideraron un fracaso. El primer gran fracaso de la historia del linaje vencedor, aquellos que debían liderar al culto como la poderosa familia que era.
Si, Breiner era solo un deshecho para su familia en caso de que no lograse el deseo de los que más esperaban de él, inclusive los de su misma edad eran muy crueles al casi querer romper su mascara para definitivamente expulsarlo. Todo eso en frente de sus padres, quienes esperaban el resultado del artefacto siendo destrozado.
De tan solo recordar esos días traumáticos y el cómo convertido en hombre y su mascara evolucionada más allá de toda lógica entre los del culto de las máscaras, regresó a hacer justicia por su mano al aniquilar a todos de la generación a quien consideraba débiles incluyendo a sus padres.
Tras varios intercambios feroces de golpes entre la bestia enorme y el joven mercenario, ambos acaban heridos pero la peor parte se la lleva Alexander que siente como sus nudillos se ven afectados por la dura piel y del costado de la frente brota sangre hasta caer desde su mentón a las arenas. Breiner por su parte no se ha dado cuenta, pero el rostro se ha agrietado levemente y el brazo está en una condición similar debido al desgaste y violencia de los puñetazos del mercenario:
—Este tipo es más duro de lo que creía, pero…—Alex sonríe emocionado— es muy divertido.
—¿Todavía tienes esa actitud egocéntrica mocoso? Si que tienes agallas. Creo que será divertido romperte para variar. Luego serás solo un maldito recuerdo de lo que los mercenarios pudieron haber logrado. — dice Breiner.
—Dices mucho, Breiner, para ser alguien que lidera a un grupo de idiotas que sirven al mejor postor. No son tan diferentes de un grupo de bandidos muertos de hambre. — Alex truena su cuello y prepara para atacar una vez más.
—Lo que dices…no me molesta en lo absoluto solo por una simple cosa…— Breiner lanza otra vez su poderoso rugido y gruñe como bestia y mira fijamente al mercenario— compararnos con esas basuras es una estupidez que jamás dejaré pasar. Somos mejores que ellos.
—¿Qué los bandidos? ¡jajaja! No me hagas reír. Déjame preguntarte algo. ¿Esa transformación tiene un límite? Porque siendo honesto…no parece que estuvieras pudiendo mantenerla. — dice Alex, burlándose del fiesmero.
—Di lo que quieras. Nosotros no somos como los del sur que dependemos de nuestras emociones para ser más poderosos. Nuestro poder reside en la voluntad de nuestro espíritu, disciplina y el poder de nuestra mascara. Mantener esta forma no represente una dificultad para mí.
—Si, este sujeto no puede mantener esa forma. Se nota en las grietas del rostro y como el último golpe que me dio en las costillas se sintió como el de un niño. Está perdiendo fuerza, pero…hay algo que no tiene sentido aquí. No comprendo que puede ser. — se da cuenta y abre sus ojos— Oye, ¿no estarás…muriendo?
—Ya tengo un sucesor predestinado. Solo tiene que resolverse un cierto problema o mejor dicho, debe morir aquel que pretende mi trono para que el otro ascienda sin problemas. —Breiner levanta sus puños.
—¿De qué hablas?
Breiner arremete con fuerza usando su mano casi tan grande como el torso entero de un hombre adulto para aplastar al joven. Ágilmente se aparta a un lado y evita el ataque.
Alex contraataca aproximándose con su habilidad de súper velocidad hasta por detrás de la bestia y golpea con una patada a la parte trasera de la rodilla, obligándolo a ceder.
En el breve tiempo que tarda Breiner en caer con su rodilla sobre el suelo, Alex salta con otra patada al costado de la cabeza y de la fuerza ejercida cae con su cabeza, creando un poderoso temblor por el impacto. Tras este efectivo ataque, Alex retrocede varios metros a la expectativa de si su enemigo se levanta o por fin logro vencerlo.
Sin embargo, ese lugar oscuro de sombras no desaparece:
—Bueno, esa habilidad tendrá que desaparecer de esa manera. — Alex vuelve a sonreír.
—Y ahí estas de nuevo con esa sonrisa tan prepotente. La juventud no te servirá de nada para vencerme. — advierte Breiner— Debo alabar tu valentía a pesar de todo ya que no tiemblas ni dudas en atacar. Cada momento que dure esta batalla no hace más que aumentar mi admiración y arrepentimiento de no poder hacer que formes parte de mi gente, pero sabes cómo es esto…tengo que matarte. — añade sin darse cuenta de que el codo derecho se cae a pedazos por las grietas que se formaron desde el primer intercambio de golpes.
—¿Ahora tienes arrepentimiento? Jajaja. Eres muy gracioso fiesmero. Cuando te mate quien no tendrá arrepentimiento seré yo…— responde desafiante el mercenario.
—Oh, entonces en algo vamos a concordar y es que tenemos que terminar con esto rápido. Descuida, enviaré tu cabeza a tu padre lo más rápido posible. — dice Breiner.
El mercenario reacciona completamente molesto con una expresión furiosa y escupiendo la sangre que llega a su boca en el suelo. Una vez más tiene que escuchar sobre su padre en boca de otros, algo que en verdad lo molesta y enfurece al punto de que se pierde en su propia ira:
—Las personas…—murmura Alex.
—¿Eh? ¿Qué dices? — pregunta Breiner al no llegar a escuchar con claridad.
—Tienden a hablar estupideces sin comprender las consecuencias. Son demasiado idiotas al parecer. Mi padre ha muerto desde hace tiempo y no voy a tolerar que sigan mencionándolo ni comparándome con él. ¡¿Escuchaste bastardo hijo de puta?! — grita, iracundo el mercenario.
—¡Jajaja, veo que toque una fibra sensible! ¡¿huh?!
Alex le devuelve el gesto desapareciendo de su vista y saltando sobre su cabeza para darle una patada al costado derecho donde la grieta no hace más que aumentar de tamaño y extenderse un poco más a lo largo de la mitad izquierda del rostro. Se queda prendido sobre la cabeza de la bestia y fuera de si empieza a darle cabezazos secos y violentos, una y otra, y otra y otra vez:
—¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhh! — grita entre dolor y furia— ¡Muérete, muérete, muérete, muérete, muérete!
La frente de Alex se abre por la herida producto de la dureza de la cabeza de Breiner y aun así continúa atacando salvajemente al fiesmero, que no puede defenderse al ya no tener casi fuerza y los ataques tan repentinos:
—¡Si, pedazo de basura! ¡esto es lo que te ganas por querer enfrentarte a mí estúpido imbécil! — grita Alex con su rostro cubierto de sangre, escupiendo maldiciendo. La herida de la frente se extiende un poco más hacia los parpados— ¡¿Crees que es gracioso burlarte de mí?! ¡¿acaso perdiste el juicio?! ¡tienes muy mala suerte de haberte topado conmigo porque yo soy tu muerte! ¡soy tu final! ¡muérete de una buena vez y sácame de esta mierda que llamas habilidad hijo de puta! — golpea con más fuerza al pensar en las palabras sobre su padre— ¡Yo no soy como ese viejo estúpido e idealista!
El enorme cuerpo de la bestia empieza a tambalearse y sus brazos caen al ya no poder defenderse ni sostenerse de pie. Finalmente cae al suelo con Alex en su rostro aun dándole una feroz golpiza con su propia cabeza. Alex lo mira fijamente con desprecio y a su alrededor ese velo oscuro desaparece revelando el cielo casi de noche estrellada y varias caravanas a la vista desde lejos. Acto seguido, vuelve la mirada hacia Breiner, quien regresa a su forma original, pero con la máscara destrozada casi irreconocible.
—Dice que existe una leyenda del culto, algo así como algo establecido desde el inicio de los Fiesmeros. Cuando se implora en los santuarios, el dios puede otorgar una habilidad que va más allá de toda lógica de este mundo. Claro está que debe ser con una condición y nunca es equilibrado. Hasta diría que siempre es más lo que debes pagar que lo que puedes recibir. —dice Alexander.
—¿C-Como…es que tu…sabes tanto…de mí pueblo? —dice un Breiner agonizante que ve lentamente como su vista se pone oscura.
—Los muertos no pueden hablar, menos los que yacen en su último y agónico aliento. —responde muy serio el mercenario.
—Tu…no eres…como tu…padre. E-Eres un…monstruo despiadado…—Breiner cierra los ojos en sus últimos momentos orina en sus pantalones y la máscara yace en el suelo destruida y sus fragmentos desparramados en las arenas.
—Tu no me conoces en lo absoluto, pero te agradezco por reconocerme como un monstruo. —dice Alex y patea el rostro del ya fallecido Breiner— Me hubiera interesado saber más sobre los Fiesmeros y esa manía de regalar su vida por poder. Cómo si este mundo te regalase todo. Malditos holgazanes sin talento. Bien, ya he perdido mucho tiempo así que tendría que…—da un paso y se encuentra con un enorme grupo de exploradores de los pueblos de las arenas apuntándole desde todos los rincones—No hay niños ¿Verdad? —observa que no haya ningún niño a quien considera inocente—Es un alivio. Entonces acabemos con esto porque ya estoy de malhumor y tengo que esperar en los próximos meses un tren.
Los nómadas atacan con arcos y flechas, cuchillos arrojadizos y lanzas desde diferentes direcciones frente a un enemigo que se mueve a una velocidad inhumana. Tras varios minutos donde más de una veintena de nómadas de las arenas defiende lo que creen son sus tierras, Alexander logra vencer sin dificultad a pesar de tener heridas un tanto considerables.
Empapado de sangre mira al cielo y luego a los cuerpos sin vida y algunos maltrechos de los nómadas:
—Es por eso que no soy como él. — dice Alex y aprieta sus dientes.
Toma el abrigo de uno de los nómadas muertos y se libera de su chaqueta cubierta de sangre. Se coloca el abrigo y toma un bastón para caminar por el mar de dunas a la espera de encontrarse con el pueblo más próximo. Sin embargo, la fatiga y las heridas causadas por la dura batalla hacen que caiga desmayado sobre la arena sin poder sostenerse de pie.
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