Academia de Asesinos - 3
El amanecer del día siguiente marca el inicio de los exámenes para ingresar a la prestigiosa Academia de Asesinos en el territorio del Oeste, más precisamente en las afueras de la gran ciudad portuaria de Pumbakar, hogar de posiblemente los más famosos en el continente, donde cientos de jóvenes se hacen presente para intentar cumplir su meta de poder formar parte de la orden. Cada uno con diferentes habilidades y razones de estar allí.
Kaizer camina rumbo hacia la entrada, donde una increíble cantidad de candidatos busca ser reconocido por los profesionales y ser oficialmente estudiante. Un asesino de la orden guía a la gran columna de al menos 300 jóvenes de entre 12 y 13 años hacia el gran patio donde se realizan demostraciones durante los días de clases y que sirve para el examen final.
Este enorme patio tiene 3 plataformas de combate, cada una lo suficientemente grande como para permitir moverse. Las reglas son simples y la más básica a la hora de evaluar la capacidad física y técnica en combate, aquel que incapacite o tire fuera de la plataforma al rival es el ganador. Pero no siempre el ganador es aquel que logra vencer en combate, sino que hay un grupo de evaluadores que toma nota de cada movimiento, estrategia, capacidad de actuar según la circunstancia. La fuerza o velocidad no lo es todo.
Al llegar, no evita sentirse emocionado por ver a tanta gente aun sabiendo que debe derrotar y mostrar un amplio repertorio frente a su rival.
En su mente, la decisión de formar parte de la Academia lo hace fortalecer en espíritu. Ve con detenimiento la plataforma y a cada profesional que evalúa los exámenes mientras recuerda como durante los últimos años ha entrenado sin parar su habilidad a pesar de no contar con un lugar adecuado y siempre bajo el acoso de grupos de chicos abusivos.
Sin embargo y lentamente, los nervios invaden a cada chico y chico que hace momentos estaban eufóricos por la confianza que habían adquirido previamente. Kaizer comprende que no será fácil porque de los 300 presentes solo apenas podrían convertirse en estudiantes unos 20 y quizás menos. Solo el rendimiento determinará cuantos serán los alumnos del primer año.
El líder del cuerpo de evaluadores es Olympico, uno de los asesinos top en el continente, mejor amigo de Hiroshi y uno de los dedicados profesores en la Academia. Este les da la bienvenida a los candidatos y anuncia el sistema con el que se regirá la evaluación:
—Saludos para todos. Como sabrán, los exámenes de admisión son un proceso que consiste en 2 tramos muy importantes: Demostración y examen escrito. El primero consistirá en equipararlos con otro compañero y ambos deberán enfrentarse demostrando sus habilidades o en su defecto, como se sobreponen con talento físico e inteligencia y el escrito es simplemente cultura general. Si aprueba una instancia y la otra no, tendrán que realizar un tercer examen. Si vienen con una recomendación podrán saltarse una instancia, pero la otra deberá ser completada de manera eficiente. Los presentes pudieron superar la instancia del escrito por lo que ahora daremos comienzo a la demostración — anuncia con entusiasmo — comenzaremos por anunciar a los primeros dos candidatos. Estravius y Leonard, acérquense a la plataforma número uno.
Kaizer observa pacientemente a que llegue su momento de ser evaluado. Como uno de los pocos recomendados pudo seleccionar un tramo de examinación para saltarse, y así deshacerse de la parte escrita, siendo algo demasiado difícil para él al nunca haber ido a la escuela previa.
A su lado, un joven de su misma edad y sonriente se le acerca con ánimos realmente altos y un aura demasiado amistosa:
—Disculpa ¿estas nervioso? Porque yo si lo estoy, jejeje. Por cierto, me llamo Lucian — extiende su mano.
—Si, bastante, jeje. Soy… — le devuelve el gesto y piensa en el nombre que le dio Hiroshi — me llamo Kaizer, un gusto.
—Es un placer. Y si…ya sabía de tu nombre, tienes la identificación que nos dan a todos colgado en tu cuello, jejeje — responde Lucian
—Ah, sí, jejeje — ríe Kaizer, incomodo de los nervios.
—Tranquilo, es algo normal sentirse nervioso. Para ser honesto, estoy tan inquieto que no puedo dejar de reír y hablar. Debo ser un verdadero fastidio, jejeje — sonríe Lucian.
—La verdad es que me siento preocupado. No sé qué clase de examen sea. Aparenta ser de enfrentamiento, pero hay que demostrar habilidades ¿y si no logro ser lo suficientemente bueno? Estoy abrumado — Kaizer se toma de la cabeza y su rostro se torna pálido.
—En eso estoy de acuerdo. Dicen que todos los años cambia demasiado y dudo que este sea la excepción. Bueno, es que el nivel de la academia del Oeste es de los más altos en el continente. Iguala al del Norte y supera al del Sur, Este y el Centro. Ni hablar de que algunos de sus profesores son de la mayor elite. — explica Lucian.
—No quiero imaginar el nivel de los que se gradúan. Y dime Lucian ¿Qué clase de habilidades tienes? — pregunta Kaizer.
—Habilidad…yo… — guarda un momento de silencio y mira hacia el suelo.
—¿L-Lucian? ¿dije algo malo? — se preocupa al ver el lenguaje corporal de Lucian.
—N-No, descuida. Vaya pregunta, no tengo ninguna habilidad sobre humana. Sin embargo, tengo un dominio con armas muy superior a la media. Quizás sea algo inútil frente a la mayoría de los que poseen habilidades, jejeje — Lucian vuelve a sonreír incomodo y con los ánimos aplastados aun antes de llegar al examen — creo que tu debes tener una habilidad más… ¡¿Huh?! — se exalta al ver a Kaizer muy entusiasmado por el talento de Lucian con las armas — ¡¿Qué es lo que te pasa?!
—E-Es que es asombroso que sepas usar armas. De verdad me impresiona ¿alguien te enseño?
—Eh, no, no me enseñó nadie. Bueno, hay dos personas a quienes les agradezco su ayuda, pero he aprendido solo — se sonroja.
—Cielos, que increíble — se sorprende Kaizer.
—Ya, ya, vamos a ver los exámenes. Supongo que ya habrá varios resultados — le dice — que chico tan extraño, pero me cae bien — piensa Lucian, mientras sonríe.
Ambo se acercan entre la multitud de los jóvenes aspirantes a Asesinos con Kaizer a la cabeza hasta que llegan a la primera fila. Allí observan a los primeros combatientes que buscan impresionar a los examinadores de la mejor manera posible.
Para que los exámenes fueran equitativos, los evaluados se dividen en dos clases, los que poseen habilidad y los que no, por ende, parten en distintas plataformas. De alguna manera, Lucian ya sabía de antemano que iba a suceder algo así ya que su propio hermano le ha advertido que la Academia busca la excelencia entre los dos grupos y no dejar a la deriva a uno y glorificar al otro. Esto parte como una reforma desde hace más de diez años gracias a Doncaster.
Kaizer se queda petrificado al ver como un joven de su misma edad, pero más pequeño de estatura, aunque portador de una ferocidad inusitada y talento con las espadas de madera. Tal es así que se roba todas las miradas y deja en ridículo a un chico un año mayor y que Kaizer logra reconocerlo como uno de los abusivos que se entusiasmaba con golpearlo hace tiempo, pero allí lo ve, tirado y abrumado en el suelo frente a un chico considerado un genio de las espadas. Los examinadores quedan tan impresionados que la admisión es automática y hasta algunos presentes, entre candidatos, periodistas y asesinos profesionales, no dejan de tener más que palabras de elogio:
—No puedo creer que un chico de ¿Cuánto? ¿13? ¿14 años? Haya logrado vencer a otro un año mayor — exclama un periodista.
—Si este es el nivel de algunos prodigios entonces la orden Asesina habrá terminado con el problema de no tener genios desde hace diez años — dice un Asesino profesional entre la multitud.
—¿Ese chico tendrá rival una vez entre a la Academia? — dice un candidato.
—Creo que el próximo candidato tendrá demasiados problemas para impresionar a los examinadores — dice un periodista.
Al lado de Kaizer una chica de cabello plateado y deslumbrante belleza murmura con nerviosos intensos se queda mirando los combates, escondida detrás de la gran multitud como si temiese a las personas:
—No me imaginaba que fueran demasiado talentosos algunos estudiantes — dice la chica
—Si, me pone aún más nervioso que antes — responde involuntariamente Kaizer.
—¿Tendremos alguna posibilidad? — pregunta la chica.
—Si no la tuviéramos nos sería difícil intentar estar aquí — responde y luego mira a la chica, encontrándose con su mirada.
Se quedan petrificados hasta que la chica se aleja a toda prisa mientras pide disculpas una y otra vez sonrojada. Corre a toda prisa ya que una de las examinadoras llama su nombre para la demostración, pero la exaltación de la chica casi como asustada al ver a Kaizer, le llama la atención:
—Que chica tan extraña — deja escapar Kaizer.
—Veo que también encontraste una amiga ¿huh? — le dice Hiroshi mientras acaricia la cabeza del chico.
—Oh, Hiroshi. Agradezco mucho la oportunidad — agacha su cabeza en agradecimiento — no voy a defraudar tu confianza.
—Jajaja, sé que no lo harás. Me demostraste que eres muy capaz, aunque te advierto que a partir de aquí las cosas serán más complicadas así que no te desanimes si no consigues tu meta — aconseja sabiamente.
—No, estoy seguro que lo lograré — responde, decidido.
—Esa es una gran respuesta. Tienes todo mi apoyo — lo anima — Entonces ¿Ves a algún rival que te de curiosidad? — pregunta el espadachín
—No lo sé, pero ese chico que acaba de vencer…lleva un rato largo mirándome como si quisiera matarme o algo — responde incomodo, habiéndose dado cuenta de que todo este tiempo estaba siendo observado por un joven de estatura muy pequeña que porta una espada de madera y atuendo digno de los pueblos de orientes y que sin habiendo desplegado mucha potencia, venció con suma facilidad a su rival, atrayendo todas las miradas del público — pero por alguna razón me entusiasma mucho.
—Oh, esa mirada es nueva en ti. Bueno, estaré pendiente de tu resultado. Ahora me debo ir a tomar examen así que nos vemos luego. Mucha suerte — se aleja con su mano en alza.
Olympico ordena que saquen al chico que yace en el suelo con mucho cuidado y que le den primeros auxilios por si tiene alguna herida seria. Además de proveerle agua y un sándwich para que recupere fuerza, aunque según todos los examinadores, no tuvo oportunidad de demostrar suficiente como para ser aprobado:
—Siguientes candidatos por favor acérquense a esta plataforma cuando diga sus nombres. Ka… ¿huh? — Olympico se detiene y mira que entre la multitud se acerca un joven de al menos dieciocho años y que camina como si no tuviera oposición y emanando una intensa sed de sangre. Inmediatamente Olympico lo reconoce y se pone en guardia — ¿Alexander? — pregunta, sorprendido como si estuviera viendo a un fantasma.
—Oye, oye ¿Cómo que, que, hago aquí? — extiende sus brazos y sonríe maliciosamente— este es mi hogar. No puedes privarme de estar aquí ¿cierto? Yo vengo cuando se me da la puta gana ¿me escuchaste? — se acerca y mira a cada uno de los aspirantes — con que estos son los candidatos a Asesinos. Veo que no hay nada nuevo. Me sorprende que se puedan mantener en pie a pesar de seguir perdiendo hombres y mujeres frente a nosotros — dice en tono de burla
—Ten mucho cuidado maldito mocoso — responde Olympico con tono amenazante y venas hinchadas en la frente y rostro
Sin aviso previo, Olympico saca su martillo de la espalda y ataca al misterioso joven a modo de advertencia. Con una fuerza implacable impacta el arma contra el suelo sin haberse percatado de que Alexander ha desaparecido, dejando que el martillo destroce el suelo a veinte metros a la redonda.
Alexander se aparece frente a Olympico y lo golpea en el pecho y luego al rostro. Dos certeros golpes que lo dejan sin aire y al borde del desmayo:
—M-Maldición ¿Cómo es que se ha vuelto tan fuerte? — se toma del estómago con saliva desbordando de su boca mientras intenta no caer al suelo.
Los candidatos observan con terror en sus ojos. Muchos periodistas sacan fotos y preparan artículos primicia y los profesionales sucumben ante la inexplicable escena que presencian donde un poderoso miembro de la orden Asesina es abrumado casi sin esfuerzo por un chico varios años más joven. Nadie puede mover un dado:
—Olympico, siempre supe que eras de tercera y un verdadero fracaso como asesino. ¿Aun recuerdas a tu grupo? Que montón de patéticos. ¡Esta es la gran era de los Mercenarios y deberían admitirlo! Ustedes, jóvenes aspirantes. No malgasten sus esfuerzos aquí. Únanse a nosotros — les dic a los chicos con insultante intensión de debilitar a la orden.
—E-Eres un maldito…aaaagghh…no digas nada de mi grupo. Ellos…ellos… — respira con dificultad.
—Intenta no escupir mis pies ¿quieres? Deberías sentirte con suerte — se agacha y golpea con cachetazos el rostro de Olympico. Lo humilla con duras palabras y escupe en el rostro — solo te rompí una costilla y perforó tu pulmón. Si tanto te jactas de tu fortaleza física debiste mejorar un poco más, idiota.
Kaizer no deja de mirar y sentir impotencia. Aprieta su puño y tiembla lleno de ira:
—Debemos hacer algo Lucian. No lo sé, algo — dice en voz baja y con intenciones de intervenir
—Lamentablemente no hay nada que podamos hacer. Ese tipo es un mercenario y por lo que tengo entendido se lo conoce como Alexander “El Traidor”. No creo que fuera alguien sencillo de tener cerca y me sorprende que esté aquí. Posiblemente lo estén buscando en todo el continente.
—Entiendo, pero si no hacemos algo el profesor Olympico — responde apretando sus dientes.
—Ya te dije, no hay nada que podamos hacer. Solo somos aspirantes, no somos profesionales — deja escapar con resignación y solo ruega que no ocurra una tragedia — Pero me da tanta rabia que desearía golpearlo con todas mis fuerzas
Entre el regocijo que sienta por interrumpir los exámenes y doblegar con suma facilidad a Olympico, Alexander da un discurso sobre el porqué aquellos candidatos a entrar a la Academia deben unírsele como Mercenarios y pelear contra los Asesinos. Al principio comienzan a dudar, sintiéndose casi convencidos por las palabras tan bien ejecutadas por el joven catalogado como terrorista mientras tanto, varios examinadores se lanzan en un intento suicida por vencerlo. Rodeándolo y atacando sin preocuparse por su propia seguridad, pero uno a uno los golpea son piedad a velocidades que ni siquiera los mejores puede igualar.
Suelta un par de carcajadas y escupe al asesino que yace en el suelo, destruyendo el orgullo y humillándolo frente a muchas personas. El público empieza a entrar en pánico y a escapar desesperadamente con sus hijos para evitar entrar en el rango del conflicto.
Alexander mira cómo se desangra Olympico por las costillas rotas y que penetraron en sus pulmones. Todo en un pequeño lapso de tiempo:
—Como que esto se ha tornado aburrido. ¿Qué no puedes hacer algo más que estar tirado en el suelo? Vaya patética excusa de asesino — Mira a los candidatos restantes —. Veo que siguen mirando ¿vienen al final o se quedan aquí y se reúnen con estas basuras inservibles? Bueno, al final quien no se una a la orden mercenaria será considerado como enemigo y merecedor de una muerte cruel. Es decir ¡estamos en guerra malditos imbéciles y eso le consta a cada uno de ustedes por querer entrar a la academia! — truena sus nudillos y esboza una sonrisa macabra de violencia — ¡prepárense todo mundo! Empezando por ti, Olympico
—No vas a ganar nada con esa actitud, mocoso — dice desafiante el profesional
—Tienes bolas para ser alguien que no sirve — responde el mercenario mientras lanza su puño sosteniendo una manopla con puntas de metal
Sin darse cuenta, Kaizer predice lo que sucederá en unos segundos, entonces mira a su alrededor muy rápidamente y ve que nadie mueve un solo musculo, solo se quedan mirando la atroz escena de violencia extrema.
El chico se mueve hacia adelante, impulsado por una intensa sed de justicia:
—Y-Yo… ¡no puedo seguir viendo esto!
—¿Heh? ¡¿Qué, espera?! — dice Lucian al verlo correr muy rápidamente hacia la pelea e intenta impedir que haga algo verdaderamente precipitado.
Olympico cierra sus ojos, esperando el golpe mortal. Mientras tanto se acercan los asesinos apostados como guardias quienes han sido alarmados por los aspirantes a asesinos.
La muerte acecha al asesino. Sin poder hacer nada se entrega a ella hasta que el ambiente se envuelve en un silencio sorpresivo. El puño de Alexander es detenido por las manos desnudas de Kaizer. La valentía absoluta impulsó al chico a entrar en batalla frente a tal peligroso criminal:
—Dime algo, mocoso. ¿Qué crees que haces? — lo mira con ansias de querer asesinarlo sin piedad.
—¡E-Estoy impidiendo que continues lastimando a personas inocentes! — responde valiente sin percatarse que sus piernas tiemblan. La firmeza para actuar y responder a pesar de tener a tal peligrosa persona frente a él hace que tímidamente los periodistas y notero se hagan eco y comiencen a escribir sobre lo que está pasando. Destacando con gran precisión al chico.
—Olympico ¿no sientes vergüenza de que un maldito mocoso intervenga para salvarte? Me das lastima. — confronta al asesino — Descuida en breve estaré contigo después de aplastar al mocoso — vuelve su mirada al chico — debes sentirte con mucha suerte al creer que intervenir es sensato, pero déjame decirte cuan equivocado estas. Apenas eres un mocoso sin conocimiento de lo que es el mundo y las clases de personas que existen y eso te va a llevar a la muerte — advierte el mercenario.
—Yo, no…no se mucho sobre el mundo, pero puedo asegurar que habrá personas que deseen hacer el bien, así como el mal — responde en base a su poca experiencia de vida, pero con la certeza de que es así el mundo que lo rodea.
—Eres un pedazo de mierda ignorante y eso te costará caro — dice Alexander.
Alexander mueve un poco su cuerpo hacia un lado para poder atacar con sus puños desnudos. Sin embargo, la poca desarrollada habilidad de Kaizer se activa sola, permitiéndole ver unos pocos segundos el futuro y así poder esquivar no uno, ni dos, sino diez puñetazos que Alexander lanza dirigidos hacia el rostro del adolescente sin llegar a impactar:
—Eres rápido mocosos. Me pregunta ¿Qué clase de habilidad tendrás para poder esquivar de esa manera tan precisa?
—Si lo supiera no estaría tan asustado. — piensa, intentando ocultar su expresión de terror — De la nada mi habilidad se activó. Es un verdadero dolor de cabeza no poder manipularlo como deseo después de haber entrenado hasta el cansancio — añade mientras continúa esquivando — Lo que es peor, aún hay gente a mi alrededor y eso que solo han pasado apenas siete minutos desde que este mercenario se apareció aquí. Por favor…alguien…que alguien llegue rápido… — ruega, agotado por esquivar más de treinta puñetazos que si al menos uno solo llega a impactar podría ocasionar una gravísima herida.
El mercenario se detiene con expresión lejos de la calmada y soberbia que tenía hasta hace unos segundos. Detrás de él se encuentra una persona que se encuentra entrando a la mediana edad, portando una capa marrón y un bastón que mantiene junto a su persona, el director de la Academia del Oeste, Doncaster Blayzer. El rostro de esa persona es de alguien confiable inclusive para los estudiantes y pares asesinos. Este se acerca hacia el hombro de Alexander y esbozando una triste expresión en el rostro le pregunta:
—¿Por qué no te detienes de una vez? Ya es momento de que dejes esto. No es necesario continuar si vas a seguir lastimando gente.
—¡Apártate viejo de mierda! — mueve su puño hacia atrás, obligando al hombre a retroceder un poco, solo para detener el ataque con la mano — ¡¿Qué?! — se sorprende el mercenario.
—Te pido que te calmes. Como ex estudiante de esta academia y si tienes un poco de aprecio por las personas que conociste, debes marcharte — le pide sin intenciones de seguir peleando.
—Esto no se ha terminado — advierte Alexander mientras se aparta rápidamente hacia un lado. Mira a Kaizer con resentimiento y lo señala — Te voy a romper el cuello así que cuídate maldito bastardo — sonríe al amenazarlo. Sus pies se envuelven en una transparente aura color amarillo y de un paso se impulsa lejos del territorio de la escuela, desapareciendo entre el paraje del bosque.
La conmoción sobre la aparición de un mercenario en medio de los exámenes no pasa desapercibida y lleva a casi cancelar por solo seis meses la entrada de nuevos aspirantes, pero la sabía decisión de Doncaster por priorizar a los que han logrado aprobar hace que no haga falta tomar tal decisión, aunque en verdad, la preocupación latente carcome sus cabezas. Sobre todo, el ¿Cómo es que Alexander ha podido llegar al continente?
Hiroshi llega a toda prisa con un grupo de asesinos y sus armas listas para ser usada pero solo se encuentran con muchos heridos y Kaizer en el centro de la escena:
—¿Qué demonios ha pasado? — deja escapar el espadachín.
—Eso mismo quisiera saber — responde Doncaster.
Sin mediar palabra regresa a su oficina, pero antes habla brevemente y en voz baja con Hiroshi, su mano derecha en la Academia para evitar que la prensa escriba artículos en su contra, algo muy común en los últimos meses:
—Quiero que traten a Olympico lo más rápido posible. Es fuerte y muy resistente pero un golpe de Alexander no es algo que pueda resolverse con descanso y unas vendas.
—Entendido — asienta Hiroshi.
—No…hace falta…e-estoy bien… — se acerca a duras penas el examinador.
—Olympico, dudo mucho que en tu condición hablar sea sencillo — se acerca Hiroshi y ayuda a Olympico a mantenerse de pie.
—Ya les dije que estoy bien.
—No quiero arriesgarme — dice Doncaster — y de paso invocaré una reunión de urgencia con los profesores y examinadores — mira a Kaizer quien se encuentra hablando con un Lucian muy sorprendido y diciéndole a su compañero que se ha visto genial — Creo que hemos encontrado un diamante en bruto realmente interesante entre los aspirantes.
Hiroshi camina hacia Kaizer, preocupado por todo el alboroto y donde el chico se encuentra en el centro del asunto, llevándose las miradas y asombro de los presentes. Ambos se miran por unos segundos con un orgullo difícil de ocultar.
De la nada chocan sus puños y sin volver a mirarse. Hiroshi se aleja por detrás de Kaizer hasta quedar espalda con espalda:
—Increíble que te hayas enfrentado a ese mercenario. — dice Hiroshi.
—Muchas gracias, Hiroshi — responde Kaizer — aunque hubiera querido hacer el examen y aprobarlo. — dice triste.
—Enfrentaste a un mercenario y pudiste haber muerto. La fuerza que te impulsó a defender a Olympico te hace ser el candidato más fuerte de todos los presentes. No lo olvides y será mi primer consejo para ti. La verdadera fuerza no es la muscular sino la voluntad que nos impulsa a cometer acciones valientes y cariñosas — se aleja corriendo junto a un grupo de otros espadachines para vigilar el perímetro.
Su tono cálido, como el de un padre amoroso, es como si fuera una caricia al alma del vulnerable chico, pero con una fuerza de voluntad y sed de justicia tan interesante que Doncaster lo ve con interés.
Después de impresionar a todos, Kaizer acompaña a su nuevo amigo, Lucian, para que haga su examen.
Al final del día y con todos los aspirantes con los exámenes ya completos, esperan el momento para saber los resultados. Esperanzados de haber conseguido tal logro. Kaizer da un pequeño vistazo a la multitud, entre ellos el grupo de abusivos que lo han torturado por tanto tiempo con expresiones soberbias al suponer que consiguieron entrar a la academia.
Hiroshi se acerca al escenario para el acto final, el de anunciar a los aprobados. Poco a poco nombra a los que han conseguido pasar los exámenes con éxito hasta alcanzar los cien alumnos para el primer año. Sorpresivamente, Kaizer y Lucian aprueban el examen y formarán parte de la nueva generación de asesinos en la orden.
Ambos se encuentran realmente emocionados.
Frente a todos los presentes, Doncaster aparece una vez más para realizar los anuncios para los cursos de primer año:
— Bienvenidos Jóvenes Promesas, como todos los años hare este anuncio, todo aquel que desee renunciar a la academia está en su derecho de hacerlo, aquellos que sigan hacia adelante recuerden que el sacrificio que comienza desde este año, para futuro beneficiara al mundo. Ahora sin más preámbulos el sistema es el siguiente, aquellos que sean Aspirantes con Habilidades irán a un curso, mientras que los que no poseen irán a otro, se compartirá el comedor, el descanso y los entrenamientos libres. Aquellos que no tengan habilidades sigan al Profesor y Asesino Profesional Camelhire, y aquellos que posean habilidades diríjanse con Hiroshi. Mañana Por la mañana comenzaremos con las clases de Primer Año. Mucha suerte, espero que se esmeren mucho.
—Kaizer ¡Mucha suerte, espero verte en el almuerzo de mañana después de nuestra primera clase — le dice Lucian
—Seguro. Esfuérzate, serás un gran asesino — responde con una gran sonrisa
Chocan sus puños en señal de una amistad que ha nacido. Se separan para iniciar al día siguiente con la primera clase. La emoción en ambos para llegar a ser grandes asesinos profesionales ha comenzado como una fuerte ilusión y para sorpresa de muchos y del mismo Kaizer, su primer enemigo se ha mostrado de manera soberbia y poderoso. No será la última vez que se vean las caras.
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