Academia de Asesinos - 7
Mas tarde en el campo de tiro junto a un enorme bosque que se encuentra detrás de la academia, Lucian dispara a blancos compuestos por latas, bolsa de papas llena de rocas y maniquíes de madera colocados en diferentes posiciones a lo largo del terreno.
Derriba sin problema alguno cada blanco que tiene en el camino y en el más lejano, que es un maniquí con dos señalas marcadas para disparar, el pecho y la cabeza, logra disparar a ambos puntos, dejando sin palabras al profesor encargado de vigilar ese sector y varios estudiantes que también están practicando allí. Por supuesto que las armas no usan más que balas de pintura por seguridad, pero el hecho de que diera en el blanco a la primera es muestra de que el chico tiene un talento enorme.
Kaizer se acerca por detrás sigilosamente para asustarlo, pero Lucian se da cuenta y pregunta:
—Ya me preguntaba dónde estabas — se voltea y lo ve venir.
—Me disculpo por eso. Es que tuvimos una clase bastante densa de despertados y de un poco de historia de Antares — responde Kaizer.
—Nosotros también pero el profesor que nos tocó es comprensible. Permitió que descansemos un poco después de la media hora para volver con el tema de los despertados.
—¿También tuvieron esa clase? — Kaizer pregunta sorprendido.
—Si, aunque acabé armando un avión de papel porque me aburrí, jajaja. — ríe Lucian y luego se pone de serio — Kaizer, quiero preguntarte algo.
—¿Qué pasa? — su expresión se vuelve seria.
—¿Notaste algún hecho de violencia con algún grupo de chicos?
Kaizer asienta con la cabeza y camina hacia un banco de madera donde se sienta. Luego mira hacia Lucian y añade:
—Por lo que sé son parte de las familias nobles y se dedican a agredir e insultar a los que consideran de clases bajas y sin habilidades.
—¿Te los encontraste en algún momento? — pregunta Lucian.
—Esta mañana. Ellos estaban acosando a un grupo de chicos de tu clase. Impulsivamente me metí en el asunto y ellos intentaron agredirnos a mí y a Megumi. Aunque fue extraño porque uno de ellos me propuso formar parte del grupo.
—Con que así ¿huh? Ese es Borka, un noble de baja cuna, pero bastante fuerte. No forma parte de la familia principal así que podría decirse que es injustificable que pretenda tener un grupo de aristócratas siendo que su líder es miembro de una familia noble de tercera. —explica Lucian — Lo que es más raro es que a pesar de todo también acosan a otros nobles — añade.
—Dime, Lucian, ¿a qué viene eso? Por lo que veo ya tuviste un encuentro con ellos. —nota marcas de agarre en los brazos de Lucian y se indigna al ver eso — Parece que se propasaron inclusive.
—No te preocupes por eso. Lo importante aquí es que esa gente esa amenazando y golpeando gente y parece que ningún profesional puede hacer algo al respecto — dice Lucian.
—¿Qué podríamos hacer nosotros? Solo somos…
—¿Estudiantes? Solos contra nobles. ¿Quién fue el que se abalanzo contra un mercenario sin importar lo que le sucediera?
—Si…tienes razón — abre sus ojos al darse cuenta que las palabras de Lucian tienen un sentido muy lógico donde a pesar de ser débiles la voluntad de ayudar a los demás que lo necesitan debe ser impulsado por la sed de justicia que alberga en los corazones — ¿Qué quieres hacer entonces?
—Esperaba que me ayudaras — responde Lucian.
El profesor encargado del campo de tiro regresa a la sala de profesores para su descanso, donde otro hace el relevo pero que esta franja del lugar vacío es de diez minutos. Kaizer se pone en alerta al ver que no hay nadie a los alrededores. Lucian continúa disparando mientras espera por la respuesta de Kaizer.
Por detrás se escuchan risas y murmullos de muchas personas, Kaizer se voltea y ve a Borka con sus aliados que ahora resultan ser muchos más que antes. Desde la mañana temprano hasta pasado el mediodía consiguió reunir tres miembros más a su facción por intermedio de amenazas y demostraciones de poder.
Poco a poco son rodeados por los seudomatones, predispuestos hacerse ver como fuertes y autoritarios:
—Con que aquí estabas y miren a quien me encuentro. Parece que entre fracasados inmundos se llevan bien. — Borka se acerca a Lucian y empuja levemente — Dime algo, Lucian, ¿Por qué duermes después de haber entrado a la academia por lo fácil? No es como si tuvieras las habilidades y el talento. Rowy — señala a su aliado del lado derecho — nos confirmó que pasaste tu examen práctico de manera penosa contra otro de tu condición. Santo cielo, hasta me da vergüenza ajena pensar en la situación.
—Lo peor de todo es que cree sentirse exitoso con solo entrar a la academia. Vaya tonto — dice Rowy.
—¿De qué hablas? — pregunta Lucian.
—Si que eres tonto. Déjame iluminarte. — dice Borka mientras golpea sus nudillos entre si y ordena a los demás que encierren aún más — Verás, tu apenas podrías… — se detiene.
Kaizer se adelante hasta el frente de Borka y lo mira fijamente. Al principio el noble no le toma importancia, pero lentamente esa mirada de chico triste comienza a tornarse de una ferocidad tan grande que hace incomodarlo.
Los secuaces esperan la orden de iniciar la golpiza. Preparados con sus puños para dar una lección a aquellos a quienes consideran débiles. Borka se lleva una mano hacia la boca sin poder decir nada y sus piernas tiemblan sin control ante la inexplicable e inminente sensación de peligro. De la nada cae al suelo frente a todos y repite una y otra vez:
—¿Q-Quién eres? ¿q-quién eres? ¿q-quién eres?
—¿Qué mierda estás diciendo Borka? Los tenemos aquí y ahora. Vamos a golpearlos para que aprendan — alienta Rowy.
—T-Tenemos… — dice Borka.
—¿Qué? — pregunta Rowy mientras ve la cara de pánico de Borka.
—T-Tenemos que retirarnos por ahora…si…es lo mejor…no es más que una coincidencia… —se pone de pie y se aleja lentamente con sus aliados siguiéndolo — Esto no se quedará así. Me las vas a pagar maldito huérfano de mierda — murmura Borka.
Kaizer agita de un lado hacia el otro su cabeza. Siente un poco de mareos producto de la situación que llevo a subirle la presión, pero es lo que él cree. Hiroshi se acerca a toda prisa justo para alcanzar a Kaizer, quien se estaba desmayando:
—¡¿P-Profesor Hiroshi?! — exclama Lucian.
—Lucian ¿cierto? — mira al joven — Lo llevaré a la enfermería. Por favor vuelve a clases. Un profesor está llegando hasta aquí así que ve con él para que te escolte.
—Profesor, nosotros…bueno…los nobles…ellos… —intenta explicar Lucian.
—No te preocupes. Estoy de su lado así que cualquier cosa que ocurra vengan conmigo que lo hablaremos y encontraremos una solución — responde Hiroshi para calmar la ansiedad de Lucian.
***PARTE II***
En la oficina del director, después de haber llevado a Kaizer a la enfermería de la academia, Hiroshi se reúne con Doncaster para hablar seriamente sobre las osadas acciones de los nobles dentro de la institución con testimonios y pruebas contundentes como para expulsarlos sin dilación:
—Doncaster, la situación es seria. Esos chicos en apenas dos días ya golpearon a cinco estudiantes y su grupo aumentó a doce miembros. Es más que obvio que las casas nobles tienen pensado tomar a través de la nueva generación a la academia.
—Tengo bien sabido lo que está pasando, pero ten paciencia Hiroshi. Aun nos hace falta más pruebas para tomar una decisión — responde Doncaster mientras bebe su taza de café.
—¿Cuántas pruebas más? Hay testigos y pruebas concretas sobre lo que hacen — dice Hiroshi.
—No es tan simple como crees. Esto es un asunto…
—Político ¿cierto? — interrumpe Hiroshi muy molesto.
—Tratar con los asuntos de la nobleza, quienes continúan siendo influyentes a pesar de ser menores en poder e influencia que los directores de las academias y el gobernador de la ciudad central. Ellos siguen controlando sectores como conexión con otros territorios y el bajo mundo. A pesar de lo que representen en termino negativo, los nobles controlan el mercado negro e impiden la esclavitud siempre y cuando continúen siendo influyentes. Si los atacamos de cualquier manera esa relación con ellos se quiebra y la estabilidad se perdería. Recuerda Hiroshi, Antares tiene una estabilidad que consiste en tres pilares, las Academias, los Nobles y las Leyes Vivientes. Cualquier desestabilización sería terrible. — explica Doncaster.
—Mierda — maldice Hiroshi.
—Escucha. Entiendo cómo te sientes, ya lo hablamos esta mañana. Junto con los demás directores estamos tratando este tema sin que colapse el sistema. A mí me gustaría hacer algo, de verdad quisiera eso, pero tengo que pensar no como asesino de la orden o como padre sino como el director de esta academia y uno de esos mismos pilares — se levanta de su silla — ¿quieres café?
—No — niega con la cabeza.
Doncaster llena su taza de café y coloca un poco de licor de uva para calmar sus nervios. Hiroshi sabe que cuando llena la taza y coloca licor de ese gusto es porque el directo está colapsado. Lidiar con la situación que el mercenario provocó cuando irrumpió en los exámenes y las acciones de los nobles resulta muy agotador.
En eso, Hiroshi no se queda callado porque como bien sabe, el director trabaja en varios frentes conectados entre sí. Los nobles, los mercenarios incluso los sospechosos movimientos que durante días surgieron en islas cercanas al continente, pero no perteneciente a este:
—Tendrías que descansar un poco — dice Hiroshi.
—Necesito un favor. ¿Podrías enviar mensajes a estas direcciones? — le entrega una hoja de papel con direcciones anotadas.
—¿No vas a detenerte? — pregunta Hiroshi.
—No cuando hay tanto por hacer y el tiempo es preciado — responde Doncaster.
—¿Al menos podrías decirme que haremos con este problema de los nobles? Tengo que saberlo. — le pide Hiroshi antes de irse de la oficina.
—Por ahora tomaremos la situación con cuidado y sin un castigo claro. Tengo el presentimiento de que algo grave ocurrirá — teme Doncaster.
—Está bien. — abre la puerta — Procura cuidar de tu salud. Pediré a Olympico que vigile que no abuses del alcohol y que tomes tus fármacos — dice Hiroshi.
***PARTE III***
Kaizer despierta en la enfermería, tapado con una sábana larga color blanco y a su lado derecho Megumi le hace compañía con expresión de preocupada al enterarse lo sucedido en el campo de tiro. Ni bien se enteró de ello, corrió hasta la enfermería y rogó a la encargada poder cuidarlo.
Toma una manzana y la corta con cuidado en trozos. Trozos que deja en un plato apoyado en la mesa de luz. Se da cuenta que Kaizer está despierto y mirando al techo:
—No me di cuenta que estabas despierto. P-Perdón por estar sin permiso. — dice Megumi avergonzada.
—Descuida Megumi, solo me bajó la presión y me desmayé — responde Kaizer ruborizado.
—¿Cómo te sientes ahora? ¿estas mejor? — pregunta la chica.
—Me siento bien. ¿Ya terminó la clase?
—Sobre eso… — dice Megumi sin ocultar su rostro amargo.
—¿Qué paso? — pregunta Kaizer
—Parece que la última clase se canceló antes de que empezara. Hiroshi tuvo que salir muy apurado. Solo pudo despedirse y dejarnos libres antes. — le cuenta ella.
—Entonces debería irme a la pensión. ¿Tú que harás? — pregunta Kaizer.
—Creo que regresaré al orfanato.
—Se que no debería preguntar, pero ¿Por qué no están en una pensión? Me refiero a ti y ese chico.
—Eso es algo que no te contaré ahora. Ah, por cierto, cuando llegué aquí me encontré con un chico llamado Lucian. Bastante amable. Me pidió que te dijera que lamenta lo ocurrido y espera verte mañana. — se pone de pie y camina hacia la puerta. Antes de salir de la vista de Kaizer añade — Te espero afuera para ir caminando. Si te parece… — mira hacia abajo avergonzada —¿podrías acompañarme hasta el orfanato?
—S-Si, claro — responde Kaizer.
Megumi sale de la enfermería y cierra la puerta disimuladamente. Se agacha y cubre con sus dos manos el rostro mientras piensa sonrojada:
—¡Que alivio que este bien, pero…! — se envuelve con sus brazos — ¿Por qué me siento de esta manera? — se da cuenta de que su corazón se acelera al pensar cuando él la tomo de la mano para sacarla de una situación terrible para ella.
Mientras tanto, Kaizer sale de la cama rumbo a la salida y se despide de la enfermera que lo cuidó por un breve tiempo. Llega hasta la puerta y extiende su mano hasta la perilla, pero se detiene antes de poder tocarla. La enfermera lo mira de reojo. Kaizer piensa en la mirada de Megumi que se posaba en él mientras descansaba y también cuando acababa de despertar, esa sensación de ser cuidado y que alguien vele por tu bien, algo que inesperadamente lo hace feliz y hace que su corazón vibre de felicidad.
Desde la otra punta del pasillo, una mujer los observa junto a una columna la cual usa para esconderse. Sus ojos se vuelven estrellas de la emoción de ver a dos jóvenes como si fueran una pareja disfrutando de la juventud. Obviamente malinterpretando la situación.
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