Academia de Asesinos - 8
En los días siguientes, los conflictos entre aquellos alumnos de familias nobles de mayor importancia y aquellos de ramas secundarias y los que precisamente son más humildes empeoró al punto de que la enfermería se ha puesto en alerta máxima y declaró el primer día de la llegada masiva de heridos como emergencia estudiantil.
Hiroshi, Olympico y otros profesionales recorren los pasillos, deteniendo peleas e intentando solucionar los problemas que puede producirse entre alumnos. Siempre con la consigna de que ningún noble sea perturbado o se actúe más allá del regaño. Esto no solo molesta a los profesores, sino que infunde de duda sobre lo que piensa Doncaster. Por esa razón Hiroshi se acerca a la oficina del director para hablar sobre el asunto:
—¿Sí? ¿Qué pasa Hiroshi? — mira a la puerta desde la comodidad de su asiento.
—Siento molestarte Doncaster pero tenemos que hablar. — entra a la oficina y camina hacia una de las sillas frente al escritorio — Esto tiene que parar.
—Hablas del asunto de los nobles ¿verdad? Cielos, sabía que algo así pasaría aun antes de empezar el año. — se masajea los costados de la cabeza.
—¿De qué hablas? Tu ¿sabías que este año se volvería así?
—Me temo que en parte es mi culpa por no haber hecho algo. Pero tendrás que esperar para que este asunto se solucione. — responde asqueado por lo que pasa en la Academia.
—No pareces convencido. Además, siento que escondes algo. ¿Por qué no me dices?
—Eres alguien de fiar, Hiroshi. Pero el problema no es confiar. Me temo…que puede que empeore si lo sabes. — se levanta de su asiento y camina hacia la biblioteca que se encuentra junto a la puerta y frente al par de sofá.
—Si es algo tan grave deberías confiármelo. Es mi deber como…ex ley viviente — le pide.
—Casi olvido que alguna vez fuiste un alumno de esta Academia y sin duda de los mejores de tu generación. Además, junto a ti, Olympico y Lucy son de los más confiables. — mira a Hiroshi y suspira — Está bien, te contaré que sucede. Pero tendrás que actuar de otra manera con los alumnos. Entiendo que tu calidez con ellos se asemeja a la de un hermano mayor, un tío o un padre, pero lo que voy a confiarte es algo que podríamos considerar como…información clasificada que solo los demás directores saben ¿entiendes?
—Si, haré lo que sea necesario para ayudar con esto. —dice Hiroshi.
—Te advierto que tendrás que actuar casi indiferente si queremos que esto funcione a nuestro favor. — dice Doncaster.
Hiroshi escucha atentamente lo que Doncaster va a decirle:
—Desde hace meses las Leyes Vivientes se encargaron de investigar sucesos extraños en las demás zonas del continente. En el norte la actividad delictiva es cada vez mayor. En el este la pobreza aumenta. En el sur hay organizaciones esclavistas que llegan desde el continente del este. Y aquí…no hacemos más que recibir a mercenarios.
—Excepto lo de los mercenarios, podemos considerar que lo demás es algo circunstancial que podría pasarle a cualquier otro lugar. Es verdad que requiere atención, pero no le veo conexión alguna. — responde Hiroshi.
—A simple vista tiene sentido lo que dices, pero con la información obtenido nos encontramos con algo más siniestro y perverso. Los nobles están detrás de esto. Manipulando a grupos de criminales, colaborando con organizaciones esclavistas e inclusive acelerando crisis económicas. Hasta colaborando con mercenarios.
—Se que los nobles han intentado por siglos establecerse como dueños del continente. Mas que nada por ser descendientes de los fundadores de antaño. Pero llevar a tales extremos su codicia. Es demasiado.
—Es verdad lo que dices. La razón por la que no podemos hacer nada aun es porque no hay nada concreto y la influencia de los nobles no es cosa de broma. Al menos por ahora. Las leyes vivientes son la fuerza de elite asesina por excelencia y su poder de recolección de información ayudara a la investigación. — reconoce orgulloso— Sin embargo, temo por algo en concreto.
—¿Qué cosa? — pregunta Hiroshi.
—En realidad es algo que me está inquietando sobre Kaizer.
—¿Qué pasa con él?
—Nada, creo que lo mejor es dejar que el tiempo me haga cambiar de parecer.
—Cielos, en verdad eres cada vez más extraño a medida que envejeces.
—Jajaja, no me das el suficiente crédito. Lo único que quiero que sepas es que es un joven interesante y espero mucho de él. — sonríe — Pero por otro lado siento que debes vigilarlo más de cerca. No es por desconfiar de él o su capacidad. Es solo que algo malo ocurrirá y estará involucrado. No sé de la manera, pero él estará dentro de la tormenta que se viene y no hay nada que podamos hacer.
—¿Enserio crees algo así? No es como si desconfiara de tu juicio, pero Kaizer es apenas un muchacho que la ha pasado muy mal. Como cualquier chico de los que vienen aquí a estudiar. — lo defiende Hiroshi.
—Entiendo eso y sostengo lo que dije el otro día. Kaizer posiblemente sea quien lidere a esta nueva generación, pero eso conlleva ciertas cosas que le serán desagradables. Es por eso que quiero que lo guíes como sabes.
Después de hablar con Doncaster, la sensación de preocupación en Hiroshi no ha disminuido. Es más, le preocupa que las acciones de los nobles estén vinculadas con una posible traición a futuro contra las academias. Nada le asegura lo contrario, pero por la petición de Doncaster para esperar tendrá que ser paciente antes de hacer algo:
—¿Quién iba a decir que este año sería tan complicado? — camina rumbo a la sala de profesores— En cuanto les diga a ellos estoy seguro que se molestarán. — mira a través de la ventana que comunica el pasillo con el patio externo — ¿En qué piensas Doncaster? Nunca te he visto tan preocupado. No desde lo que paso con Alexander… ¿aun te sigue preocupando? — se pregunta en silencio.
Sabiendo como es Olympico al ser alguien que se sensibiliza con la situación de muchos alumnos en situación de ser huérfanos y tener que venir desde el orfanato hasta la academia. Es muy preocupante que lo acepte y decida no quejarse con Doncaster. Pero no hay de otra si se quiere mantener una cierta paz interna hasta que salga a la luz los esfuerzos de las familias nobles y sus ramas para derrocar a la orden. Eso si las sospechas del director son de verdad reales.
***PARTE II***
Varios días después en los bosques cercanos a la ciudad central, Alexander deambula entre los árboles, maldiciendo y buscando una manera de salir del continente. Desde que escapó de los exámenes en la academia del oeste y del hecho de que no hubo señal por parte de sus aliados en Ophiros ha molestado de tal manera que si ve a cualquier persona en su camino podría resultar en un asesinato feroz.
Entre la vegetación una sombra se asoma. Un hombre encapuchado se presenta ante él con una posición solemne pero también que impone respeto:
—Buenas tardes, joven Alexander. — se inclina respetuosamente.
—¿Cómo me encontraste? — se voltea sin haberlo presentido.
—No es muy difícil. Sobre todo, con el escándalo que ocasionaste hace casi un mes. — responde el encapuchado.
—Es un mercenario, pero no parece ser de rango bajo. Debe ser rango medio. — piensa mientras lo observa detenidamente — ¿Y qué? ¿vienes a castigarme por mí eso? — pregunta con mirada molesta.
—Eso depende.
—Depende ¿de qué? — pregunta desafiante.
—Vamos, vamos. Ambos sabemos que puedo defenderme sin problemas. La cosa es que vine a buscarte para llevarte a “La Isla”. Sabes de que hablo. Tienes una misión muy importante — agita unas hojas en su mano derecha.
Alexander se entusiasma por saber que le han dado una misión a pesar de estar molesto con los altos mandos. Lo cierto también es que su lealtad aún permanece a prueba y por esa razón no se lo ha tenido en cuenta como el joven esperaba.
Aun así, su oportunidad por fin ha llegado. Especialmente por la espera que supone para él, que es demasiada. Sin embargo, se muestra cauto ya que cualquier muestra errónea de emoción podría hacer que sea visto como débil. Nada es seguro en una orden que sigue siendo desconocida por más que Alexander sea reconocido como un prodigio.
De igual manera ¿Por qué rechazar la oportunidad?:
—¿Una…misión? — dice, intentando ocultar su emoción.
—Si, a pesar de ser un niño impulsivo, terco y excesivamente agresivo. Además de no aceptar guía alguno los de arriba estiman tus habilidades. En lo que a mí respecta no estas apto aun, pero si los superiores lo aceptan no queda de otra que darte la responsabilidad. — se sincera el mercenario desconocido.
—Quiero preguntarte algo. — dice Alexander sin apartarle la mirada.
—¿Qué cosa?
—¿Por qué ahora? ¿Por qué darme una misión después de mucho tiempo? ¿Qué los superiores desconfían de mí?
—Si qué haces preguntas. Solo digamos que los de arriba no sienten que seas parte, al menos no aún. De verdad no pienso responder todas tus dudas. No estoy de humor para responder.
Alexander no evita disimular su malestar por la respuesta tan vacía y ruda por parte del mercenario, pero no queda de otra que aceptarlo. Lastimosamente no es el caso con el joven:
—Maldito imbécil. —lo maldice en voz alta y se pone en guardia para atacarlo.
De repente el ambiente se tensiona y la piel de Alexander se petrifica al sentir una intensa sed de sangre que es difícil de describir. Es como si una bestia estuviera en alerta máxima y el joven fuera apenas una ardilla frente a un zorro:
—Si que tienes ánimos por iniciar una pelea. Ya que muestras entusiasmo por la misio. Los superiores no están dando órdenes últimamente por lo que esto es extraoficial. No después de la declaración de emergencia por parte del rey y su élite. Mas bien quienes están dando órdenes son los científicos miembros de la sección científica. Para ser más exacto, la misión es de búsqueda de individuos fuertes para fortalecer nuestras filas e investigar nuevas formas de vencer a los asesinos en su territorio. No tienes que pensarlo muchos. Eres muy inteligente y capaz pero tu error es dejarte llevar por la ira. El grupo científico buscara usar lo mejor y eliminar esos rasgos negativos en favor de la orden mercenaria. — explica el hombre.
—Suena a que tratan a la gente como conejillos de laboratorio.
—Eso es precisamente lo que serán. ¿Acaso te importa eso? Alguien que no duda a la hora de matar, torturar y despedazar. Careces de empatía y no olvides que los medicamentos para la depresión también te lo proveen la división científica. Se más agradecido y has lo que se te ordena.
—¡Ya lo se! ¡maldición! — Alexander se toma de la cabeza al sentirse entre la espada y la pared, pero no oculta su emoción por la oportunidad otorgada — Está bien lo haré. Pero dime de que trata la misión.
—Cerca de fines de año un tren que va desde el este hasta el sur llevará a cinco presos de categoría cuatro a la prisión isla conocida como “Valkar”. La misión es simple, interceptar el transporte y liberar a esos malnacidos. Es muy sencillo. — le entrega el documento sobre los presos para que lea sobre la misión.
—Entiendo ¿y cuál es mi equipo?
—¿No te lo dije? Irás solo. No podemos gastar recursos en esta misión. Además, lo lograrás estando solo.
— … — Alexander frunce el ceño.
Aprieta su puño, intentando contener sus ansias de golpearlo, pero eso llevaría a un conflicto con la orden mercenaria y por ende se consideraría como un exiliado. Considerando las normas y leyes mercenarias donde los rangos son más estructurados que en la orden asesina. Cualquier agresión a un superior es digna de la expulsión.
No se puede permitir tal conducta por lo que se queda callado y lee cada documento sobre los presos:
—Tirakus nivel tres. Riurik nivel cuatro. Brutallio nivel cuatro. Baligra novel tres. Ehirazu nivel cinco. Es el más alto de los cinco en términos de amenaza. —dice en voz baja.
La criminalidad en Antares se rige por una clasificación exacta y rígida. Cada criminal es clasificado del uno al seis en peligrosidad dependiendo del crimen y lo que se requiere para mantenerlo retenido.
Nivel 1: Puede considerarse como el más bajo y que consiste en meros asaltantes, por ejemplo. Solo se requiere de la fuerza de un grupo de personas comunes.
Nivel 2: Se complejiza la cosa porque en este rango ocupan muchos mercenarios de poca monta pero que han cometido crímenes como violación o asesinato. Se requiere de la fuerza de un asesino profesional.
Nivel 3: Es parte de la sección intermedia. Aquellos criminales que provocaron crímenes seriales. Un grupo de profesionales se requieren para contener a la amenaza.
Nivel 4: Al igual que el nivel 3 se cataloga a aquellos criminales que mataron en serie sin embargo lo que varía es lo que se requiere para contener a dicha amenaza pasando de ser un grupo de profesionales a un grupo de élite.
Nivel 5: Se cataloga a aquellos criminales que masacraron en masa. Sea a un gran número de asesinos como a civiles o provocando atentados. Su peligrosidad es bastante grande y se requiere de al menos un grupo de élite como las Leyes Vivientes para contenerlos, aunque nunca ha pasado porque el nivel de los niveles 5 nunca fue tan alto para llegar a ese punto de la intervención del cuerpo más fuerte de la orden asesina.
Nivel 6: El nivel de amenaza es increíblemente alto. La única manera de contenerlos es con las leyes vivientes y como seguridad también se ha pensado en que los cuatro grandes se unan. Sin embargo, se ha considerado demasiado una fuerza combinada, sabiendo que el poder de ambos grupos, las leyes y los cuatro grandes es demasiado grande por lo que jamás se ha usado como opción.
Después de un rato observando a Alexander, el emisario se retira en silencio y fundiéndose entre la maleza como si fuera un ente espectral.
Ya seguro en la soledad, el joven mercenario deja escapar toda su ira al golpear el tronco de un árbol a una velocidad antinatural, dejando apenas imágenes residuales de los movimientos y estallido de la madera con cada impacto de sus nudillos. Mientras tanto los gritos desgarradores se sienten en todo el bosque. La frustración en él es inmensa:
—¡Maldito infeliz! ¡maldito Doncaster! — su expresión se vuelve endemoniada con cada centímetro de ira abarcando su rostro al recordar como Kaizer frustró su ataque osado en la academia del oeste— Ese pequeño bastardo. Me las vas a pagar con sangre…
Camina hacia lo más profundo del bosque. Con cada paso que da los animales salvajes retrocede infundidos del temor que irradia el mercenario. Hace falta apenas un paso en falso para ser asesinados por la ira de Alexander. Instintivamente se alejan temblorosos.
—Brutallio, Baligra, Tirakus, Riurik y Ehirazu. Así que a estos idiotas tengo que liberar. No parecen la gran cosa. Mas bien son todos psicópatas y peligrosos criminales, pero si esto hace que los de arriba me tengan más en consideración que así sea. Me pregunto ¿Por qué querrían investigarlos? — se queda pensando unos momentos las razones— Bueno, no es como si me importara. Una misión se debe completar sin chistar y eso haré.
A lo lejos, lo suficiente como para no ser detectado, el emisario observa a Alexander quien camina rumbo al este para cumplir con la misión entregada.
De una de las ramas más altas del árbol más grande del bosque, el emisario espera para moverse a voluntad y no perturbar su vigilancia:
—Ya se fue. —toma un comunicador de su bolsillo y se lo coloca en el oído— S-Si señor, está en camino hacia el este— dice en tono de respeto por intermedio del aparato.
—Perfecto. Continúa dándole misiones. Si los resultados son positivos tranquilamente podrá aspirar a su ascenso. Todo sea por la causa.
—Todo sea por la causa. — responde enérgicamente— Entonces ¿Qué haremos si el rey se entera?
—No lo hará. Está demasiado ocupado con lo que sucede en el sur de Ophiros. Tú mismo corroboraste esa información. Solo acata mis ordenes sin contradecirlas. — corta la comunicación.
—S-Si, mi señor. —responde al silencio con voz temblorosa— Todo sea por la gran causa.
Desaparece entre los árboles mientras el cielo se nubla precediendo a una tormenta.
***PARTE III***
Mientras tanto en la cafetería de la academia del oeste, Kaizer y Lucian esperan a Megumi a que termine de limpiar el salón de clases como se acostumbra hacer en el instituto. Se enseña a ser responsable y dar servicio a la comunidad.
Durante muchos días Kaizer ha querido presentarle a su primer amigo la primera amiga que obtuvo y como es costumbre en su forma de ser, desea que también se hagan amigos.
Al cabo de casi media hora, Megumi se hace presente en el lugar. Saluda con una amigable sonrisa algo que a Lucian le parece simpático y desde el primer momento cae genial:
—¿Qué vamos a comer? — pregunta Kaizer.
—A mí me gustaría una pizza. —dice Megumi con un pequeño hilo de baba que cae desde su boca.
—Yo no lo decido aún. —dice Lucian.
—El platillo del día es pizza y de segunda opción dice pasta. — lee Kaizer el cartel que se encuentra en la entrada de la cafetería.
—Lo que pidan ustedes me parecerá bien. — dice Lucian.
Los tres se dirigen hacia donde los estudiantes deben hacer los pedidos y cuando reciben su comida regresan a la mesa donde disfrutan de una enorme pizza de queso con jamón y ajíes. Una delicia culinaria que se disfruta estando entre amigos:
—Increible…mmm…delicioso…delicioso… ¡delicioso! — se entusiasma Lucian.
—S-Si…nos quedó claro. —dice Kaizer muy sorprendido al verlo comer tan enérgicamente— Oye Megumi… ¡¿Huuuuuuh?! — se queda boquiabierto cuando la ve comer al mismo nivel que Lucian.
—Oh, perdón es que no he probado una pizza tan rica…—responde Megumi mientras que aleja su mano de las de Kaizer y Lucian quienes las tienen apoyadas en la mesa. Kaizer se da cuenta de ello, pero guarda silencio una vez más.
—¿Verdad? Si no me equivoco la masa proviene de una panadería local muy famosa y no queda tan lejos de aquí. Podríamos ir alguna ocasión.
—¿Te refieres a Les Lunaries? — pregunta Megumi
—S-Si ¿Cómo lo sabes? — se sorprende una vez más Kaizer.
—Jejeje, bueno es que yo fui un par de veces a comprar unos pastelillos que me gustaban, aunque ya no los hacen. Una lástima. —se lamenta Megumi.
Lucian sonríe al ver que Kaizer se sonroja cuando ve a Megumi. Entonces dice en forma de broma para aliviar la tensión:
—Qué bonita pareja hacen. Envíenme recuerdos cuando se casen, jejeje. — sonríe al decirlo.
—¡¿Q-Q-Q-Que?! N-No, nosotros somos amigos. — se pone nervioso y sonroja mucho más.
—E-E-Es vedad, no seas así. — Megumi se pone muy nerviosa y golpea la cabeza de Lucian por mero impulso.
Sin embargo, el buen momento es interrumpido cuando los nobles entran y empiezan a acosar violentamente a todos los que se encuentran por el camino, sea golpeándolos, empujándolos, arrojándoles la comida o quitándosela para tirarla a la basura. Nadie hace nada ante tal despropósito, ni siquiera los empleados de cocina.
Uno de los nobles mira que en la punta más lejana de ellos está Kamata, a quien recuerdan por haberlos obligado a retirarse cuando acosaban a otros estudiantes:
—Oye, mira quien es. Deberíamos ir y mostrarle quienes somos para que no se le olvide. — da un paso.
—Hey, hey. — lo detiene Borka— No, él no.
—¿Por qué no? — pregunta.
—Cállate y haz lo que te digo. Él no. — responde Borka sin olvidar la sensación del otro día cuando Kamata logró intimidarlo.
—Eres cobarde ¿o qué? Maldición Borka. — indica con un gesto a los demás nobles para que lo sigan— Si no lo harás entonces yo si lo haré.
—¡Tsk! Haz lo que quieras. No me haré cargo de lo que ocurra. — camina hacia la puerta y ve a Kaizer. Su intensa ira y resentimiento por lo de la vez pasada hace que el orgullo pese mucho más. Curiosamente decide confrontar a los tres jóvenes y no a Kamata por una simple razón y es que los rumores del solitario chico son suficientes como para querer evitarlo a toda costa.
Los ojos de Megumi brillan por lagrimas que piden salir a cántaros. Como si viera al mismísimo demonio presentarse a ellos. Borka patea la mesa y arroja las bebidas contra una columna junto a ellos y reventando las botellas:
—Les dije que esto no iba a quedarse así. — dice Borka mientras toma una porción de pizza y la come— Mierda, esto es asqueroso— la escupe a los pies de Kaizer.
El joven frunce el ceño en desaprobación a lo que está haciendo. Entonces se pone de pie y lo confronte sin importar que supera por media cabeza la estatura de Kaizer:
—¿Qué vas hacer imbécil? ¿tienes idea de quién soy o solo te harás el valiente frente a tus amiguitos? — lo insulta buscando una reacción por parte del joven.
—…— Kaizer lo mira mientras su corazón se acelera y aprieta los puños con claras intenciones de romperle la mandíbula.
—Kaizer, vámonos. Es lo mejor por ahora. — le dice Lucian.
—Está bien. Vámonos de aquí. —se calma y caminan hacia la salida.
—Ya haré que te arrepientas. Serás comida de peces maldito imbécil. — murmura Borka.
De repente uno de sus compañeros de la nobleza cae al suelo y otro se arrastra por el suelo intentando escapar de Kamata. Borka se queda petrificado al ver que el chico se le acerca con mirada espeluznante como si fuera un depredador listo para atacar:
—Me parece que te dije el otro día que se calmen conmigo. Ahora viene este imbécil y cree que es gracioso. ¿Fuiste tu? — le recrimina Kamata a pesar de ser mucho más pequeños en estatura, pero tiene un algo que atemoriza a Borka.
—T-Te equivocas. Ellos…ellos se movieron por su cuenta…yo solo…yo solo…— evita la mirada de Kamata.
—Una vez…solo una vez más y los enviaré al hospital. Que te quede muy en claro que me importa una puta mierda si son nobles. Les romperé todos los huesos si pretenden fastidiarme. — amenaza con mirada asesina.
—D-De acuerdo…
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