Academia de Asesinos - 9
A la siguiente semana, Kaizer termina su clase de historia en la que se trataron temas como lo época en la que se fundó la ciudad del oeste y en que se basa su economía desde aquellos tiempos remotos.
Ciertamente al chico no le parece interesante la materia por lo que se pasó casi toda la clase con un ojo abierto y el otro intentando enfocarse sobre la pizarra.
Después de darse cuenta de que la clase acabó, se despierta y pone de pie. Se acerca al banco delante donde se encuentra Megumi y la ve preocupada:
—¿Qué pasa, Megumi? — pregunta Kaizer al notar que el rostro de ella está lejos de la sonrisa que los tiene acostumbrado.
—Solo pienso en lo que pasó el otro día. Esos chicos son peligrosos. — responde la chica.
—¿Te refieres a los nobles? Si, esos chicos están locos. ¿Cómo pueden ir golpeando a los demás? Son…son muy crueles. —dice Kaizer, sosteniendo su bolígrafo en la mano con fuerza.
—También me preocupa lo que nos hagan a nosotros. —dice amargamente Megumi. Sus manos tiemblan de tan solo imaginar de lo que son capaces los hijos de las principales cabezas de familia noble.
—No te preocupes, yo te protegeré. — Kaizer se golpea el pecho. Detrás de él se asoma Lucian.
—Cuéntame a mí también. Esos idiotas solo saben golpear porque en los estudios son descerebrados. — alardea por sus altas calificaciones que asombran a su propia clase.
La simple mención de estudios y calificaciones recuerda a Megumi sobre los exámenes que se acercan del final de cuatrimestre. Se levanta de su silla y se agarra la cabeza:
—Ahora que recuerdo la semana próxima son los simulacros de exámenes de fin de cuatrimestre. Kaizer, tenemos que estudiar.
—¿E-Exámenes de final de cuatrimestre? ¿D-De que hablas? — pregunta, nervioso.
—No me digas que olvidaste eso. — Megumi lo mira en shock.
—¡Jajaja! — Lucian se descostilla de risa y se bula de su amigo.
—¡Tu cállate! — golpea a Lucian en el brazo. —Escucha Kaizer. Un mes antes de los exámenes de fin de cuatrimestre la academia toma un examen de simulacro para ver el nivel de los estudiantes. Dependiendo de los resultados se podría establecer lo que se va a tomar al final del año o si necesitamos clases extra lo cual no estaría mal ya que más de la mitad está mal en los estudios. —le explica Megumi.
—Ya veo. Entiendo es posible que nos vaya mal…ya veo…sí, sí. —dice Kaizer, dando por hecho el fracaso en el examen que vendrá.
—¡Ya ponte a estudiar maldita sea! — Megumi lo golpea en el rostro con un feroz cachetazo sin haber medido su fuerza.
Después de eso salen del salón y caminan rumbo al patio interno a disfrutar del día soleado:
Megumi mira a lo lejos a Kamata, quien deambula solo y sin que nadie se meta con él por el temor que infunde en los demás:
—Eso me recuerda a que debo… — de unos pasos — Chicos, lo siento, pero debo irme un momento. — se acerca a Kaizer — Y tú vas a estudiar, aunque no quisieras. Además, seré tu tutora. —infla su pecho llena de orgullo por ser la que mejor calificación posee.
—¿Vas a ayudarme? M-Muchas gracias.
—Por cierto, vas a tener un compañero. — se detiene y se voltea. Lo mira con una sonrisa y guiña un ojo — Espero que se lleven bien ¿sí?
Después de decir eso se aleja, dejando intrigado a Kaizer por saber quién será su compañero de estudio:
—Si me lo preguntas…me sigue pareciendo rara. — dice Lucian.
—Tú también eres raro. — dice Kaizer mientras la ve alejarse a Megumi.
—¡Jajaja, es verdad! Pero es buena chica. Ahora lo entiendo. — sonríe al ver a Kaizer como observa a la chica.
—¿Qué cosa entiendes?
—No, nada. Será mejor que vuelva a mi salón de clases o Hiroshi me regañará por llegar de nuevo tarde.
—¡Hey, espera Lucian! — deja que se vaya, pero dejándole muchas dudas — ¿Qué fue lo que quiso decir? — se pregunta.
Kaizer siente miradas hostiles hacia su persona y proviene desde el grupo de nobles. Estos hablan entre ellos desde una de las esquinas, mirándolo fijamente de manera maliciosa:
—Ellos. — los mira de reojo — No quiero volver a cruzarme con ellos. Si no hubiera sido porque estaba Megumi y Lucian yo no habría podido enfrentarlos cada a cara. —piensa, sintiéndose de alguna manera débil.
***PARTE II***
Mas tarde, cuando las clases terminan y los estudiantes regresan a sus hogares y otros al orfanato, Kaizer se reúne con Hiroshi en una de las torres de vigilancia cercanas al bosque detrás de la academia:
—Extraño lugar al que te convoqué ¿verdad? — pregunta Hiroshi mientras fuma un cigarro de hierbas tranquilizantes.
—¿Fumas? — se sorprende el chico.
—Jajaja, ¿creías que lo sabrías todo sobre mi con apenas unos días? — dice irónicamente.
—No, tienes razón. — se acerca al borde de piedra que llega a la altura del pecho del chico.
—A veces necesito relajarme y pensar. Venir aquí me ayuda y con esto…bueno, aún más. — le muestra el cigarro — Pero no quiero que tomes esa costumbre.
—…
—Bonita vista, por cierto. A veces vengo aquí después de las clases a charlar y beber unas cervezas con Olympico y Lucy. En ocasiones solo vengo solo a meditar, pero con la misma sensación de siempre. — dice mientras acerca el cigarro y da varios pitazos y expulsa el humo color verde producto de las hierbas — Un enorme vacío interno. — se percata de que Kaizer lo mira confundido — Olvídate de eso ultimo. Son cosas de este adulto tonto.
—No es muy diferente a como me siento últimamente. — deja escapar con aires de tristeza.
—De eso quería hablar contigo. ¿Te sientes bien aquí? ¿hay algo que desees hablar con algún mayor? — pregunta Hiroshi muy preocupado.
—¿Algo como qué? No es como si todo lo que pasase fuera negativo. — dice Kaizer al pensar en Lucian y Megumi, dos personas que se convirtieron en preciados amigos.
Hiroshi lo ve sonríe y no evita pensar:
—Con que era eso. Me alegro que por fin tuviera amigos. De alguna manera puedo entender a qué se refiere. Es un adolescente, al fin y al cabo. Todo lo que quiera decir estará sujeto a como se sienta y dudo de que se quiera abrir a alguien mayor.
Se acerca al muro de roca y continua su conversación mientras da varias pitadas al cigarro:
—A decir verdad, hay algo que últimamente me disgusta mucho. — dice Kaizer mientras observa el bello atardecer color naranja.
—¿Qué cosa?
—Últimamente siento como si estuviera estancado. Sin progreso. No avanzo en los estudios ni en los entrenamientos físicos. Muy pronto se vendrán los simulacros y no me siento preparado para ellos, no lo estoy. — se lamenta el chico.
—Tengo entendido que Megumi está organizando un grupo de estudio para ayudar a quienes la tengan difícil en los exámenes. Una fantástica idea.
—Lo sé y ella me invitó a ese grupo.
—Entonces ¿Qué te preocupa?
—Son los exámenes los que me preocupa. No he podido destacar nada como hubiera querido al llegar aquí.
—En eso tienes razón. Dentro de los que te rodean hay destacados. Megumi por ejemplo, tiene las mejores notas y es posiblemente la estudiante más brillante de la academia. Lucian es por mucho el mejor tirado de su clase. Te superan en sus especialidades.
—Por eso. No creo estar hecho para…
—No creo que eso sea la cuestión. —interrumpe al joven — Te enfocas demasiado en los demás y crees ser débil cuando lo cierto es que todos tenemos nuestra propia fortaleza. Si, ellos te superan en esas cosas, pero tu…vas a superarlos en las tuyas. —se cruza de brazos y apoya su espalda en la pared de roca — ¿Sabes porque decidí recomendarte?
—¿Por qué busque pelea contra ti?
—Bueno, jajaja, esa puede ser una razón más que válida pero no. La verdadera razón es porque te encontré entre tanta mierda y miseria que se permite en el continente. La corrupción e injusticia se ha vuelto tan común que jóvenes talentosos quedan fuera del sistema. Sufriendo por la desolación. Mientras los estúpidos nobles se enriquecen y aumentan su poder. Golpean y abusan de su poder constantemente. Personas como tú, sin nada, pero con gran valor y fuerza de voluntad para seguir viviendo con honestidad se quedan atrás. ¿Sabes porque destacan Megumi, Lucian inclusive Kamata?
—No.
—Porque fueron encontrados en las situaciones más terribles. Ellos son la prueba de que dentro de la mierda puedes hallar diamantes en bruto.
—Lo dices como si fuéramos rocas.
—Puede ser, pero ustedes son parte de la familia de la academia. Si me lo preguntas los prefiero a ustedes y no a esos nobles. No lo olvides, por algo fuiste recomendado. Ahora solo tienes que explotar a tu manera y no pensar demasiado en lo que pueden lograr los demás.
—Dices cosas muy extrañas, Hiroshi. — le dice con una risita.
—Jajaja, cierto. ¿Te sientes mejor?
—Un poco…
—Ya veo, también te preocupa la situación de los nobles. No tienes que ocultarlo. Tendría que haber hablado contigo en su momento, pero no tuve la oportunidad. — lo mira fijamente— Tengo que pedirte que no les hagas nada.
—¡¿Qué dices?! ¡Ellos son los que buscan pelea! — Kaizer se siente indignado ante la petición tan egoísta de Hiroshi.
—Lo sé, lo se. Créeme que se cómo te sientes, pero las cosas son más complicadas de lo que parecen y no queremos tomar ninguna acción precipitada. — se siente mal por pedirle algo así a Kaizer. Aun sabiendo que los hijos de los nobles se han vuelto demasiado violentos.
—¡¿De qué hablas?! ¡¿Qué acción?! ¡solo nos estamos defendiendo!
—Dios santo, Doncaster. ¿Es necesario exponerlos a tal vulnerabilidad? — se maldice por dentro— Piénsalo como una manera de mantener la estabilidad en el continente y la orden asesina. Si les pasa algo a esos mocosos ocurrirá un desafortunado conflicto con las casas nobles. Hasta que eso ocurra pretenderemos no tener poder de oposición y los dejaremos ser.
—Tiene que ser una broma. ¡¿Viste cómo actúan con los demás?! ¡Lastiman, roban y hasta enviaron a varios a la enfermería por solo cruzar sus miradas! — dice Kaizer muy enojado.
—Si, todo lo que dices es muy cierto. Nosotros los adultos no podemos justificarnos. Solo somos un grupo de egoístas que usamos niños como carne de cañón. Nuestra generación…se ha vuelto tan patética. — aprieta sus puños y guarda silencio.
Kaizer le da la espalda a Hiroshi y desciende por las escaleras para irse a su habitación en el orfanato. Cuando Hiroshi mira la pared de roca, ve como la zona donde Kaizer apretó con fuerza mientras discutían, se encuentra marcada al punto de quebrarse como si nada. Se acerca a ese minúsculo rastro de destrucción y dice en voz baja con tono de asombro:
—Dices que eres débil e inútil. —sonríe muy emocionado— Tal parece que te equivocas niño. Al final tú serás alguien extremadamente fuerte.
De repente, una pequeña roca cae rodando desde el techo hasta el vacío y en presencia de Hiroshi, quien ni se sorprende:
—¿Cuándo vas a volver de tu descanso? Se supone que debes darle al primer año…—mira hacia arriba y la ve a ella, una mujer hermosa de cabello castaño. Lleva gafas y una hermosa silueta. Esta mujer se encuentra recostada— Lucy.
—Solo quería ver el espíritu juvenil. Sabes que lo mío no es dar clase sino más bien…
—Lo se. Quieres darles un cálido hogar a estos niños. No hace falta que lo recalques todo el tiempo. Se por lo que pasaste.
—No es del todo lo que dices. También es porque quiero hacer el bien aquí en la academia y lo que Doncaster nos pide como tutores y adultos responsables es una locura. ¿Permitir a los hijos de los nobles hacer lo que quieran? Es una maldita locura. —dice Lucy, decepcionada.
—Es cuestión de tiempo. Tampoco me agrada esto, pero si queremos detenerlos sin que preparen algo contra nosotros, tenemos que conseguir todas las pruebas necesarias.
—Si que aceptas todo lo que Doncaster diga. Como siempre confiaré en ti.
—Gracias, Lucy.
***PARTE III***
En algún lugar del territorio este de Antares, los nobles empiezan a moverse entre las sombras, organizando sus oscuros e inhumanos negocios.
Grandes cargamentos de esclavos desembarcan en las costas de (nombre de la costa) provenientes del continente desconocido más al este. Niños, niñas, mujeres y hombres de guerra descienden de los navíos con grilletes en sus pies y manos.
La marcha tétrica de miradas caídas, cuerpos heridos, mutilados y desnutridos avanzan hacia una ruta que va dirigida hacia el territorio noble más próximo donde el director de la academia del este, suma autoridad en el sitio, no puede ejercer su poder ya que por convenio es imposible tocar a los nobles. De todos modos, se sabe que sucede por parte del director y cada movimiento que están haciendo. Esto también es sabido por los nobles, quienes no dudan en refregárselo en la cara a todas las autoridades locales:
—Hao Bao, lleva a los mocosos a las granjas. Las mocosas a los prostíbulos junto con las mujeres, pero recuerda que las embarazadas irán a sectores a parte para seguir procreando personal. — ordena Li Yue, el líder de la casa Ceniza y uno de los principales comerciantes de esclavos en el continente.
Bajo la sospecha constante y soberbia de hacerlo frente a las autoridades de Antares, Li Yue maneja todo el bajo mundo y las rutas comerciales no solo de trata de personas con total desprecio por la vida humana sino también de la preparación y distribución de sustancia usadas para la guerra y que sirve también para profundizar las miserias y guerras civiles en otros lugares. Algo muy grave a la vista de las Leyes Vivientes, la mayor elite del continente pero que a pedido de los directores de academia, es preciso que permanezca igual para poder tomarlos desprevenidos:
—Entendido señor ¿y los prisioneros de guerra? — pregunta Hao.
—No hay que apresurarse. Digamos que son futuros empleados de las minas al norte, pero por el momento veamos si podemos sacar rédito con sus naciones para ver si quieren recuperarlos. Posiblemente saquemos grandes ganancias. — dice Li Yue.
—La mayoría son de la resistencia en el continente que se encuentra al norte. Podríamos enviar emisarios para ver si los quieren de vuelta. —propone Hao.
—Lo más conveniente es asegurarnos los clientes. Entiendo que en el bajo mundo los prisioneros de guerra tienen un gran valor si están sanos, así como las embarazadas. — recorre las jaulas y ve las penosas condiciones en que se encuentran las mujeres con sus vientres a punto de dar a luz y bebes en brazos sin saber el cruel destino que tendrán — Usaremos a la mitad. Las que ya hayan dado a luz quítenles sus bebes y véndanlos como esclavos o para darles otros usos. Eso hará que nos tengan en consideración por la buena mercancía que tenemos.
—Entendido. Ah, ¿quiere que envíe un mensaje al Sur? Estarán interesados en tener más mano de obra para sus barcos. — pregunta Hao.
—Por el momento no hace falta. Además, siento que hacer negocios con ellos es mejor de lo que esperaba y ciertamente tenerlos a la expectativa nos puede servir. Sobre todo, si la mano de obra es de primera calidad. —responde con una maliciosa sonrisa.
—Se lo informaré a…
—No se lo digas a nadie aún. Primero organicemos correctamente la comunicación con cartas y luego podemos preocuparnos por las ventas. La última vez que intentamos comunicarnos con nuestros compradores hubo demasiada interferencia gracias a esas malditas Leyes Vivientes. Por cierto ¿Has visto a Kazumayo?
—Hace un rato vino a ver la mercancía, pero luego se fue al Sur. Dice que tiene trabajo. — responde con suma tensión.
—Ah, es verdad. Me había olvidado que es el profesor de la Academia del Sur. Eso es perfecto porque necesitamos esclavos de mayor valor que niños sin habilidades o guerreros heridos. — dice Li Yue, satisfecho por el trabajo de su brazo armado.
—Sobre los directores ¿Qué haremos? — pregunta Hao con mucha preocupación.
—No me preocuparía por eso, ya que saben que no pueden entrometerse.
—¿Cómo lo sabe?
En ese momento, la silueta de Li Yue se vuelve perversa con expresión diabólica sedienta de sangre y disfrute por la muerte de aquellos que considera inútiles para sus planes de un mundo lleno de nobles y personas con habilidades:
—Se de muy buena fuente que nos están investigando, pero hasta no tener suficientes pruebas podemos hacer lo que nos plazca.
A lo lejos, una figura mantiene una férrea vigilancia sobre el lugar donde trafican esclavos. Esta persona saca de su bolsillo un comunicador y dice:
—Parece que tenías razón. Ellos son parte del ataque al barco de inmigrantes que vienen desde el Este.
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