Academia de Asesinos - 47
Dos días después, Doncaster es escoltado por solo Olympico y Lucy hacia la provincia de Letelia, muy cerca de las montañas más cercanas con el territorio del Norte. Allí se concentran pequeñas actividades mineras que comercian con los vecinos del norte, no es para menos ya que usualmente se sienten más identificados con la cultura de esa zona más que del oeste.
El viaje es sencillo y fluido, la ruta que lleva a dicha provincia tarde menos de un día en llegar, sin accidentes geográficos ni problemas con aldeas o posibles asaltos. Además, la carreta avanza en el medio de grandes extensiones de campos, pastizales y granjas por lo que se pueden transitar con mucha seguridad:
—¿No te sorprende que se haya decidido una reunión tan secreta? —pregunta Lucy.
—Si, y justamente Durias fue quien lo organizó. Seguramente es por el torneo. — responde Doncaster.
—Están demasiado preocupados por el torneo anual y no por la seguridad en Antares. ¿Por qué no me sorprende? — Olympico se indigna ante lo que cree es una falta de prioridad por las urgencias en el continente.
—Te sorprenderías respecto a cuan duro es ser director de academia. Además, no nos preocupa mucho el torneo, más bien es una excusa. — dice Doncaster.
—¿Una excusa? — pregunta Lucy.
Doncaster les indica con su dedo que se acerquen con cuidado y dice en tono bajo para que el conductor no escuche:
—Si bien el torneo es un acontecimiento muy importante para las academias y las relaciones entre los territorios, también es una excusa para encontrar a organizaciones criminales. Recuerden que el torneo es un flujo constante de movimientos de seguridad que deja a la ciudad desprovista de asesinos que cuiden y eso involucra también a dinero, esclavos, criminales entre otras cosas. — explica el director.
—El torneo es un medio para capturar a peligrosos grupos. Pero ¿a quién van a capturar entonces? Una reunión entre los cuatro grandes es un acontecimiento importante y se llevará a cabo en una provincia con pocos habitantes y escasos recursos. Hay algo mas ¿verdad? — dice Olympico.
—Hay pocas certezas ya que estos últimos meses nuestras redes de inteligencia se han mostrado débiles, pero hay movimientos en el bajo mundo y por eso querer actuar cuando ellos crean que el evento del torneo de academia esté en proceso. — dice Doncaster.
El carruaje llega a una villa minera, y encapuchados se dirigen hacia una de las casas de piedra cubierta por el humo que se impregna a la superficie de la roca.
En la puerta vigilan varios guardias locales, que fueron ordenados por Dekkman para que cuiden la reunión. Olympico y Lucy se mantienen detrás del director y una vez en la puerta, este les revela su identidad como aquel que rige en el oeste:
—Puede pasar excepto sus dos acompañantes. Por favor…—indica una casa en frente— si gustan en esperar allí. Los demás acompañantes están aguardando en aquel sitio. —dice el guardia.
—Vaya, solo es una reunión. — les dice Doncaster.
Lucy empuja levemente a su compañero y ambos se cruzan a la casa de enfrente para esperar a que la reunión pase sin ningún conflicto.
***PARTE II***
Los guardias abren la puerta, y allí se encuentran sentados alrededor de una mesa de madera los asesinos más fuertes del continente y quienes, junto con las leyes vivientes, poseen el poder más grande de toda la orden. Sin ellos como eje fundamental, la seguridad se vería comprometida. Lo mismo ocurre con las leyes vivientes ya que ambos grupos mantienen el equilibrio y seguridad de no solo la orden sino la sociedad antera de Antares.
En propias palabras de Doncaster, ellos son la última línea de defensa contra lo que amenace la paz, sea mercenario, esclavista, noble o lo desconocido de otros continentes lejanos:
—Veo que no envejeciste nada, Doncaster. — dice Dekkman mientras se pone de pie y le extiende la mano— Siempre es un placer ver a un veterano de las leyes vivientes.
—Lo mismo digo Dekkman. ¿Cómo están las cosas en el Norte? — pregunta Doncaster.
—Se podría decir que bien.
Doncaster intercambia feroces miradas con Deckardson, incentivado por las malas relaciones producto de su frenética rivalidad desde los torneos de academias donde por tres años seguidos se enfrentaron en representación del oeste y el este con una victoria para cada uno y empate sin ganador:
—Dios santo ¿pueden olvidarse de esa pelea? Ambos quedaron inconscientes. Al menos asuman que están en igualdad de condiciones. Además, pasaron más de veinte años. — dice Durias.
Doncaster ignora a Deckardson y abraza a su vieja amiga, Durias, actual directora de la academia del sur. Una de las que tiene mayor lógica en el grupo, no se guía siquiera por las tonterías de sus dos compañeros y es junto con Dekkman, una de las de mayor capacidad analítica y como punto en contra, es la más débil:
—Es un gusto volver a verte ¿Cómo está todo por allá? — pregunta Doncaster.
—Muy bien, gracias. ¿Tu como has estado? Supe que sufrieron un ataque a comienzo del año. Lamento no haber preguntado cuando nos comunicamos, no lo vi necesario por ese medio. — dice Durias, refiriéndose al ataque de Alexander.
—Descuida, por suerte se pudo solucionar sin víctimas. Estoy aliviado de ello. — responde Doncaster.
Deckardson se siente y en tono más serio pregunta:
—¿Es cierto que un aspirante a primer año lo enfrentó y peleó de igual e igual con ese criminal?
—¿Se refiere a Kaizer? Esa información no tendría que haber salido de la academia. — piensa al sospechar que alguien ha estado divulgando información sin autorización— Vaya que las noticias vuelan. Si, pero todo resultó sin problemas y espero que se mantenga de esa forma. — responde con una expresión serena.
—Claro que sí. — dice Dekkman— Entonces pongámonos al día ¿quieren? — mira a Deckardson, ya que quería continuar molestando al director del oeste y frente a Dekkman, no tiene poder ni voto siendo el más fuerte asesino del norte y en Antares. No tiene oposición, pero siempre se mantiene calmo y con una actitud que aboga por la paz entre directores para así hacerla llegar al continente.
Durias es quien comienza informando sobre lo que en el sur acontece como los constantes acosos de esclavistas desde el este, las aguas del sur y ataques a pescadores en puntos desconocidos del territorio peligroso más debajo de Antares.
Por su parte, Deckardson informa lo mismo, esclavistas bajo banderas de lugares que no corresponden al continente y la constante llegada de navíos con exiliados de otros lugares conflictos. Sumado a esto, los movimientos de principio de año por parte de los nobles no es algo como para que pueda ocultar, siendo de público conocimiento y el quiebre de relación entre ellos y la orden.
Dekkman informa sobre la situación de la prisión más grande y donde se encuentran no solo criminales peligrosos sino también mercenarios enviados como espías e infiltrados desde hace muchos años con la finalidad de establecerse en todas las estructuras posibles para producir diversos sabotajes.
Llega el momento de Doncaster, que en su informe omite muchas cosas con el afán de mantener la seguridad de sus operaciones, no por falta de confianza hacia los demás directores sino porque si llegó hasta sus oídos sobre Kaizer, entonces lo demás es cuestión de tiempo si no se cuida lo que se dice o hace. Peor si los directores descubren la misión de Hiroshi o las buenas relaciones con las leyes en favor del oeste:
—La seguridad de Antares está muy comprometida desde hace tiempo. — dice Durias.
—Eso es porque nunca nos hicimos cargo de esos nobles de mierda. ¡Tendríamos que haberlos eliminado en su momento! — dice Deckardson.
—Si hubiéramos hecho una redada para encarcelarlos o ejecutarlos, las bajas podrían haber causado un desequilibrio completo y el caos en Antares nos llevaría a tomar decisiones drásticas. Por suerte no lo hicimos. — dice Dekkman.
—Aun así el problema no está resuelto y hasta parece haber empeorado. — dice Doncaster mientras bebe una copa de agua a pedido suyo.
—En ese sentido tienes mucha razón, sin contar que se podría haber desestabilizado los tres poderes y no solamente el de los nobles. Hay un equilibrio que preservar por el bien de la paz en Antares. — dice Dekkman, convencido de que el no ocuparse de los problemas desde raíz es la mejor opción que confrontar directamente a los enemigos.
En ese momento, Doncaster se queda en silencio y pensativo. Los sucesivos traspiés como director, los chispazos con profesionales de confianza como Olympico, Lucy y principalmente Hiroshi, lo han vuelto dudoso en cada decisión que toma y tambien el ignorar la curiosidad y sentimientos de los estudiantes, quienes más que nadie desea fortaleza para proteger a sus seres queridos:
—¿No estamos siendo algo negligentes? — deja escapar Doncaster.
—¿Qué mierda acabas de decir? — dice Deckardson.
—No entiendo Doncaster, ¿a qué te refieres? — dice Durias.
Dekkman no dice nada y deja que hable su compañero:
—¡Dekkman! ¡¿Qué no le dirás algo?! — Deckardson se enfurece sin saber lo que dice su colega.
—Déjalo hablar Deckardson. Tendrá una razón y quiero saberlo. — responde Dekkman y mira a Doncaster— Dime Doncaster ¿Por qué negligentes?
—Desde que asumí ningún estudiante se ha animado a ir más allá. Dudar, investigar y sacar conclusiones sobre la historia o enfrentar a los nobles que han hecho lo que querían durante mucho tiempo. Este año los nuevos estudiantes se han vuelto…—dice Doncaster.
—¿Osados? —interrumpe Durias.
—No quisiera decirlo así pero sí. — dice Doncaster.
—Esa es una falla tuya. Sabes que tenemos que mantener una paz y el convenio dicta que hay cosas que no se puede revelar si no se es un asesino de alto rango. Solo un puñado sabe la verdad y tiene que mantenerse así. — dice Deckardson con inusual seriedad.
Doncaster siente que las acusaciones de su compañero son acertadas y no tiene motivos como para rechazarlas. Durias intenta apaciguar las aguas, ya que la rivalidad entre ellos es constante y hasta para Dekkman, muy molesto. No se puede llevar a nada una reunión con enfrentamientos. Entonces, el director de la academia del Norte toma una decisión que no agrada a ninguno, pero como es el más fuerte entre los presentes no hay manera de llevarle la contraria:
—Hablemos sobre el torneo y la organización que está en movimiento. Después de eso terminaremos la reunión. Espero no haya objeción. — dice Dekkman.
—¿Te refieres al caso de la familia Don Leopold? — pregunta Durias.
—Esos malditos mafiosos, hace tiempo que tendríamos que haberlos erradicado. — dice Deckardson.
—No somos barbaros, Deckardson. Respetamos a las personas y buscamos siempre la paz para no caer en la barbarie. La posición de los cuatro grandes ya no es de imponer por la fuerza sino velar por la paz y seguridad de todos en Antares. — dice Durias.
—Eso no nos detuvo con lo Leville ¿o se olvidan que hace cinco años aniquilamos una aldea entera en el Sur solo porque no aceptaron el paso de una caravana? — dice Deckardson.
—¿Tu qué piensas? — le pregunta Dekkman a Doncaster.
—Usar al torneo para ocultar nuestra operación para eliminar a la familia de Don Leopold. Solo porque se sospecha que participan en actividades de la organización mantícora. Tiene que ser una operación muy cuidada o podría filtrarse la información. — responde Doncaster.
—…—Dekkman observa a los demás debatir sobre qué hacer con esa familia considerada en la ciudad central como muy poderosa a la vez que temida.
Luego de dos horas discutiendo que hacer, se llega a una votación donde ganó la opción de aniquilar a la familia completa de los Leopold por 3-1 con Doncaster votando por el no y planteando una opción que involucra encarcelarlos peor no matarlos. Inclusive Durias, quien al principio no estuvo de acuerdo, con la explicación de Deckardson aceptó adoptar tal propuesta.
Pero como es alguien que respeta las decisiones democráticas, Doncaster acepta y habiendo terminado la reunión es uno de los primeros en irse:
—Siempre es el primero en irse. Maldito idiota precipitado. — se queja Deckardson.
—Está muy raro Doncaster. ¿Qué fue lo que sucedió en la academia? —pregunta Durias.
—¿Raro? ¿que no viste las noticias? Unos estudiantes de su academia apalizaron a unos nobles. — responde Deckardson.
—Dices eso, pero…—dice Durias, preocupada por el director del oeste.
Dekkman se acomoda en su asiento de madera después de estar un rato parado y bebe un poco de agua:
—¿Dekkman? —pregunta Deckardson— ¿Qué piensas?
—¿Huh? — mira a Durias y Deckardson— Dejemos esto por hoy. Nos reuniremos días antes de la operación. Aconsejo que organicen a sus mejores asesinos. Tengan cuidado cuando regresan a sus territorios. —dice Dekkman.
Cuando todos abandonan la casa, Dekkman se queda un rato más, pensando en cada palabra que salía de la boca de Doncaster:
—Algo estás ocultando y espero que eso no nos perjudique, odiaría tener que…arrancarte de tu puesto como director de la academia por traición a la orden. — piensa serio y decepcionado con quien cree, es un amigo de muchos años.
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