Academia de Asesinos - 71
Esa misma noche en el hospital, Kaizer sale de su habitación para recorrer los pasillos sin que nadie se entere. El haber estado muchos días sin moverse y debilitado hizo que despertase en él una fuerte necesidad de moverse y no perder ritmo. Ritmo que puede ayudarlo en los exámenes futuros o mas bien los que sucederán en menos de dos meses. Sin contar, también, que podrá disputar un torneo el próximo año por lo que se encuentra muy enfocado en participar y ganar por sus compañeros del club de artes marciales.
Sigilosamente se escabulle hacia la cafetería, evadiendo en el camino a la seguridad, médicos y enfermeras, pero sin darse cuenta Doncaster se acerca por detrás y posa su mano en el hombro del chico:
—¿No se supone que tenias que estar descansando? ¿Hace menos de 24 horas que despertaste y ya crees que puedes caminar sin problemas?
—D-Director…que susto. —dice el chico tomándose del pecho por la gran sorpresa que le da encontrar al director— ¿Qué hace aquí?
—Creo que hice como dos preguntas. Lo justo es que respondas primero tu.
—Si, lo siento.
—Ja, descuida.
—No tengo mucho sueño así que decidí caminar un poco y aprovechar este tiempo para volver a mi estado físico, aunque debo decir que me sigo sintiendo extraño por lo ocurrido. —responde con gran intranquilidad.
—No es el momento para que lo sepa, tendrá que continuar con esas dudas. Incluso pedimos a los otros estudiantes que tampoco se lo hagan saber. —piensa mientras caminan hacia unas mesas junto a una gran ventana que da hacia el patio lleno de plantas y árboles.
—¿Usted que hace por aquí director?
—Solo pasaba por aquí y quise venir a saludar, jejeje. —sonríe, rascándose la mejilla.
—Claro, entiendo. Toma asiento. —le señala una silla.
—Gracias.
Doncaster se sienta frente al chico y llama al empleado de la cafetería para que puedan pedir algo del buffet. El director pide un café fuerte sin azúcar, mientras que el joven un vaso de leche. Sin preguntarle, Doncaster pide para Kaizer unas galletas con la excusa de que necesita muchas proteínas si quiere volver a su estado físico y resalta que no será la única vez que tendrá que volver, no para asustarlo sino para explicarle que así es como funcionan las cosas en el mundo real donde aquellos mas talentosos acaban en situaciones que llevan sus vidas al peligro extremo o sortean la muerte tantas veces que resulta imposible contarlas.
Sorprendentemente Kaizer acepta las galletas con una sonrisa y entusiasmo que contagia al director. Sin embargo, ve que la expresión no cambia demasiado porque lo encuentra preocupado aún en momentos de calma:
—¿Sucede algo más, Kaizer?
—Aquella vez en la academia…esas palabras de Alexander ¿eran ciertas? ¿usted es su padre? — pregunta, desconcertado por enterarse de tal verdad que involucra a alguien tan respetado y distinguido como Doncaster.
—Sabia que ibas a preguntar algo así. —se pone de pie y camina hacia la barra para tomar el pedido que ya es visible en la barra. A mita de camino se detiene— Si, soy su padre, pero él está lejos de haber sido mi hijo. Ese Alex no es el que mi Sara y yo criamos. —añade sin voltearse con un tono de tristeza.
—¿A qué se refiere?
Doncaster llega a la barra y tomar la bandeja con el pedido:
—Verás, él es mi hijo, pero este Alexander está alejado de lo que alguna vez fue el buen chico, bondadoso, cariño y dulce que llamados hijo alguna vez. ¿Lo comprendes ahora? Ese muchacho…es un monstruo que tendría que haber rectificado en su momento o…
—¿Matado? Director, ¿Por qué usted no ha hecho nada? ¿Por qué permitió que nos sucediera esto?
Sin intenciones maliciosas, le recrimina al director lo que ha pasado, intentando obtener una respuesta clara a la inacción que llevo a la muerte a muchos estudiantes y asesino. En vista de todo ello fue citado por los demás directores y las leyes vivientes para que exponga todo lo que sabe y su situación como director de la academia del oeste. Pero eso es algo que poco le interesa en estos momentos, solo la salud de los estudiantes y nunca ha cambiado:
—Se a donde quieres llegar, mis disculpas no podrán recomponer lo sucedido, ni siquiera son suficientes. —regresa a la mesa con la bandeja y entrega el vaso con leche a Kaizer y tres galletas color marrón sobre un pequeño plato y él se lleva una taza con café negro— En estos momentos solo puedo ofrecer mis mas sinceras disculpas y una débil promesa de hacer lo que esté a mi alcance para hacer justicia. —agrega con total sinceridad.
—Con superioridad de Alexander, sentí miedo de morir, pero por el otro lado…pienso ahora y me entusiasma saber que puedo mejorar y evitar que algo así vuelva a ocurrir.
—Me alegra que lo digas, pero tienes que entender que ser asesino no es simplemente aprender habilidades o fortalecerte. Ser asesino es algo mucho mas profundo, es mantener un equilibrio para este continente. Si bien los mercenarios son nuestros enemigos, ellos en su tierra también deben mantener el equilibrio, así como nosotros lo hacemos. —da un sorbo a su café y prosigue— A lo que intento llegar es que puedes llegar a ser el mas fuerte de todos siempre y cuando haya un motivo complejo. Por ejemplo, luchar por lo justo, por la familia, por el amor ¿entiendes? Hay que buscar ser mas fuerte que otros, pero nunca olvidar que, en esencia, un asesino es aquel que lucha por los más débiles y evita el colapso de nuestra sociedad.
Kaizer se limita solo a escuchar cada una de las palabras pronunciadas por Doncaster. La sabiduría del director es justo lo que el joven necesita para salir de las dudas que conllevó la pelea contra Alexander.
Desde su llegada a la academia, el chico no ha dejado de recibir consejos por parte de los mayores y si bien, su depresión ha hecho que muchas veces omitiese importantes consejos no ha perdido una sola oportunidad para poder aprender de los errores propios, así como de los logros:
—Hay quienes buscan ser mas fuertes porque si, porque el mundo es un lugar crudo y cruel y si no tienes la fuerza necesaria te acabas convirtiendo en presa, pero ahí es cuando quienes te rodean son los que te impulsan a seguir adelante. Hay fuertes que olvidan los valores y débiles que desbordan de justicia. ¿Quién crees que es el que logrará llegar más lejos?
—Es una pregunta difícil. —reconoce Kaizer.
—Exacto, porque piensas con lo que la sociedad te dicta, pero ¿sabes qué? Yo creo que los débiles pueden hacer algo así como los fuertes. Eso es equilibrio, fuertes injustos, fuertes justos, débiles justos y débiles injustos, todo converge. Tu puedes ser alguien muy poderoso que jamás olvidará en proteger a quienes mas lo necesitan. Esa debe ser la verdadera meta de un asesino, no solo en su búsqueda de poder sino de la justicia para todos. —aconseja para que el joven tenga siempre presenta el significado de ser un asesino y no cometa ninguna locura en su afán de ser más fuerte.
—Ser fuerte y nunca olvidar los valores asesinos…comprendo lo que dice, pero… ¿Por qué es que Alexander decidió ponerse en contra y porque nadie lo ha atrapado? A pesar de ser mercenario ya atacó dos veces a la academia. ¿Él no estaría contra todo eso que dice?
—Es porque antes de partir, su difunta madre…mi amada…mi vida…me pidió que siempre lo proteja, aunque vaya por mal camino. Que sea su faro en los momentos de oscuridad. Aunque no lo creas, él sigue amando a su madre. Lo se…
Doncaster recuerda cuando en aquel momento en la academia en llamas, Alex deja ver que en su cuello tenia un colgante que Sara le regaló aquel día en el parque. Esa es la gran prueba de que puede ser un sádico y brutal mercenario, traidor y deseoso de matar, pero también que mantiene en su memoria los recuerdos de una amorosa madre que siempre veló por él y cuidó como lo más preciado del mundo.
Naturalmente, Kaizer mantiene un cierto nivel de resentimiento para con el mercenario, tratándose del sujeto que lastimó a sus amigos e intento asesinarlos, no podría haber perdón para él.
Un silencio para nada incomodo se presenta y ambos miran por la ventana como el cielo se oscurece por nubarrones de tormenta. Entonces, un relámpago cruza todo el cielo y acompañado por gotas gruesas comienza a llover a cántaros:
—Sus deseos de destruir a la orden lo han cegado a un nivel que es casi un demente salvaje. No niego que como su padre me preocupa, pero no dejo de ser un director de academia. Oh, disculpa, no tendría que esta hablando sobre mis problemas contigo. Es decir, es algo personal. —se toma la cabeza con ambas manos, torturado por sus dos roles, padre y director de academia— Soy verdaderamente patético como director.
—No, está bien, yo…no sé que se siente tener padres o una familia numerosa, pero creo que él debe sentirse confundido como ustedes. Aún así ¿eso fue motivo de ocultar su conexión? — lo cuestiona lo mas respetuosamente posible.
—Jajaja, regañado por un niño, en verdad me sorprendes Kaizer. Sin contar claro que eres muy amable, aunque desees lo contrario. Reconozco que fue negligencia propia, pero eso ya no más. Haré todo lo que esté a mi alcance para poder detenerlo. —dice con firmeza incluso para tratar de darse fuerza a sí mismo.
Luego de unos sorbos finales, la taza de café se vacía, así como el vaso de leche. Kaizer y Doncaster se levantan de sus asientos y caminan rumbo al pasillo donde se encuentra el jardín con techo, para no preocuparse de la lluvia torrencial.
Como si fuera un niño pequeño y curioso, el estudiante mira a su alrededor las plantas tan coloridas y abundantes:
—A pesar de que lo del otro día fue algo peligroso es simplemente la punta del iceberg. Por ello deben entrenar y continuar fortaleciéndose.
—Existirán más enemigos ¿huh? —se muestra preocupado, pero no es para nada sorpresivo.
—Si, pero diría que el mayor peligro que podrás tener es cuando te alejas de tus compañeros. —mira a Kaizer, que se encuentra pensativo por las palabras que el director dice— Tranquilo, no tendrán que volver a pasar por esto ya que estaremos los profesionales para protegerlos. Esa es una promesa así que ustedes solo estudien y entrenen duro. El futuro es suyo y en el presente dejen que los adultos lo resolvamos nosotros. —le dice para darle paz, aunque por dentro, Doncaster sabe que las cosas no son tan simples como quiere hacerlas parecer.
Kaizer piensa que esas palabras son referidas al gran peligro que supuso tener que pelear contra Alexander en un edificio en llamas y poniéndose a si mismo en peligro de muerte.
Tal vez no sea justo, pero tiene lógica lo que el director dice, enfrentar a un criminal de extremo peligro y que además fuera mas fuerte y entrenado que el estudiante, ese intento de pelear contra el mercenario pudo haber terminado mal para todos. Sin embargo, Doncaster le acaricia la cabeza para darle ánimos y felicitarlo por no haber dejado a sus compañeros atrás como lo haría la mayoría.
La lluvia es cada vez mas fuerte y los relámpagos suenan a lo largo y ancho del cielo. Mientras, la conversación del director y Kaizer avanza sin problemas:
—Tranquilo, no esté nervioso. A pesar de haber sido irresponsable te felicito por la valentía y los buenos valores de no haber abandonado a un amigo. Hiciste muy bien el priorizar el escape de Lucian con las chicas. Supiste que lo mejor era dejar que escape uno de ustedes y el resto quedarse a pelear solo para protegerlos. No te sientas mal ni nada por el estil. Procura mantenerte fiel a tus sentimientos y acciones. Kamata…bueno…el quizás interpretó de otra manera y optó por quedarse contigo, pero también halago lo que hizo.
—Lo sé es un idiota. Le dije que no se entrometa.
—Diría que es una gran estima la que te tiene ¿no lo crees? No solo pienses en lo que podrías haber perdido, sino que en lo que pudiste proteger con su ayuda.
—Supongo que sí. —sonríe como si un enorme peso en su cuerpo se hubiera desvanecido con esas palabras y la larga conversación con Doncaster.
—Aprender y hacerse fuerte no es cosa de uno solo, tu o tus amigos no están hechos para estar solos sino para lograr grandes cosas juntos.
—Tiene razón, yo… ¡espero volverme más fuerte y poder protegerlos!
—Se que lo harás. Ahora ve a descansar, mañana te harán muchos análisis y seguramente en unos pocos días podrás volver a clases.
—Muchas gracias por sus palabras director, se lo agradezco de verdad.
—Ya, ya, es algo que como director debo hacer. Ve y descansa.
—Si, adiós.
—Haaaa. —suspira— Estós jóvenes se harán muy fuertes a partir de este momento. Lo siento hijo mío, pero no puedo seguir permitiendo que hagas lo que quieras. Si no puedo ser yo serán estos estudiantes los que te hagan frente, principalmente Kaizer. — piensa amargamente, mirando a la luna y recordando días más felices.
Mientras Doncaster se dirige hacia la salida, siente una ligera vibración en su bolsillo lo que lo lleva a meter su mano y de allí sacar un aparato de comunicación que se coloca en el oído y vía ondas escucha la voz de Durias:
—Te estamos esperando.
—Lo suponía.
Cuando Doncaster sale del hospital encuentra a los demás directores esperando que salga para poder tener una nueva reunión, esta vez de manera clandestina sin que nadie sepa de tal suceso:
—Con lo ocurrido debemos decidir que hacer respecto al final de este año. —pregunta consternada por la situación de la academia del oeste, que luego podría repercutir en las demás como fichas de dominó que caen una tras otra.
—Sabes que no podrás detener todo lo que vendrá a futuro. Las cosas podrían no llegar a ser tan simples después de esto. — añade Deckardson.
—Suponiendo que sigamos permitiendo que los mercenarios sigan moviéndose como ellos quieran solo por la esperanza de que nos den indicios de sus objetivos y donde se encuentra Ophiros. —dice Dekkman.
—Doncaster, la credibilidad de los cuatro grandes podría estar en duda por cosas como estas y tanto nosotros como las leyes vivientes somos las únicas fuerzas que pueden hacer frente a amenazas mayores. No podemos perder la mirada y esperanza del continente. —dice Durias.
—Lo que Durias quiere decir es que nosotros mantenemos la estabilidad del continente, tenlo en mente siempre. Un individuo no puede estar por sobre la sociedad. Ya hemos pasado por eso hace cientos de años y fue un desastre.
—Entiendo. —camina hacia el carruaje, hasta que se detiene a medio camino y voltea la mirada hacia ellos— Vamos al edificio reemplazante de la academia, hay que decidir que hacer entonces.
Los cuatro grandes se retiran hacia el edifico que reemplazaría a la academia del oeste, el antiguo instituto en que se apoyaba la orden asesina en el oeste y que apenas se encuentra a un kilometro de distancia.
En aquel sitio discutirán sobre lo que podría repercutir en la carrera de los estudiantes para convertirse en asesinos y también sobre que hacer con Alexander en un futuro ya que se ha ido de las manos con la tragedia de la academia.
Comments for chapter "71"
QUE TE PARECIÓ?