Academia de Asesinos - 74
—Tienes que estar tranquilo, enserio, nos irá bien en el examen. —dice Megumi al estresado Kaizer y su fuerte negatividad.
Finalmente, el tan esperado día llega donde muchos estudiantes de primer año llegan para dar su examen de finales de año. Aquellos jóvenes estudiantes de primer año de las cuatro academias tendrán que demostrar sus habilidades, conocimientos y por supuesto establecer lazos amistosos entre sí. Esto último es algo que ha sido muy importante para los directores y academias a lo largo de los siglos desde la creación de la orden.
La emoción de los chicos es tal, que Lucian, Maia y Megumi corren de aquí para allá, preguntando nombres y que especialidad tienen las caras nuevas que solo verán por un día. Kaizer, por su parte, no parece estar muy entusiasmado debido a que por los nervios, estrés y constante depresión no ha podido estudiar lo necesario. Teme reprobar. En cambio, Kamata se encuentra inmutable y con mirada tan filosa como un cuchillo que hace helar la sangre a los estudiantes de las otras academias. Lo hace apropósito para imponerse frente a los demás.
Los estudiantes se reúnen frente a un escenario en el cual hay distribuidas un total de treinta sillas con cuatro al frente donde esperan los cuatro grandes, mejor conocidos como los directores de academia:
—Es sorprendente como es que hace un mes la academia acabó en llamas y ahora celebramos este evento. —deja escapar Maia.
—Lo más importante para los de primer año es hacer los exámenes y pasar de año. —responde Megumi.
—Si…seguramente…—dice Kaizer, no tan convencido como sus compañeras.
—¡Hey, no se pongan así de amargados y disfrutemos esto! Supongo que es un festival también. —dice Lucian con un enorme entusiasmo.
—Este es un importante evento que es necesario tomarlo con seriedad maldito tirador idiota. —los regaña Kamata.
—¡¿Huh?! ¡¿a quién le dices tirador idiota, espadachín de mierda?! —responde igual de agresivo.
—¡¿Acaso quieres morir?!
—¡Ven, te reto!
—¡Ya paren! —dicen Maia y Megumi al unísono.
Megumi ve como Kaizer tiembla, las manos le sudan y se inhibe de tan solo pensar en los exámenes, entonces ella lo toma de una de sus manos y sostiene con fuerza para darle calma. Una costumbre que se le arraigó y que ella considera necesario para lidiar con su querido amigo.
Kamata, sigue viendo a cada estudiante como si fueran obstáculos a superar, pero otros intercambian miradas con él, sembrando una ligera presión que lo hace sonreír y luego responde desafiante:
—¿Qué tanto ven perdedores? ¡están viendo a quien los aplastará así que tengan cuidado!
—No creo que sea corrector ser así con otros compañeros. —dice Kaizer.
—¿Compañeros? ¿estas escorias? Perderán en las pruebas, esa es la absoluta verdad.
—En verdad te levantaste con ganas de pelear. —murmura Maia.
—Claro, porque de eso se trata estos exámenes ¿cierto? —responde con la mirada sobre el escenario donde se encuentra la facción más fuerte de la orden.
—Da igual, estas muy loco si crees que nos enemistaremos con todo el mundo porque se te da la gana. —se queja Lucian.
—Sigue con esa actitud tan amistosa porque aquí prevalecerá el más fuerte.
—Quizás…quizás tenga razón. —piensa Kaizer— A decir verdad, de la academia saldrán pocos grupos de asesinos porque mayormente actúan solos. ¿Es posible que todos nosotros al final de la cursada podamos unirnos como un equipo? —añade preocupado mientras mira a cada uno de sus amigos.
Ante la atenta mirada de los cuatro grandes, Hiroshi da unos pasos hasta un micrófono y allí anuncia la apertura del evento, así como también da la bienvenida a los estudiantes y profesionales que llegaron desde los otros territorios.
Doncaster, Dekkman, Deckardson y Durias conversan en voz baja acerca de la organización en la espera por definir a los equipos que también participarán del torneo de academias el siguiente año. Considerando que dicho evento sucede anualmente salvo excepciones como el presente año donde el repentino ataque de Alexander provocó que la academia del oeste no participase:
—¿Podemos estar seguros de que Alexander y su grupo no ataquen? Fueron audaces en escapar del tren prisión y sin dudas que el golpe de suerte en la tragedia de la academia del oeste ayudó a que organicemos este evento aquí y no en el Sur como se estaba pautado. —dice Durias con claro tono molesto en su voz.
—Seguros no estamos. Si vuelven a atacar sabremos si ellos se ocultan cerca y dudo de que deseen eso. —responde Doncaster.
—Entonces solo queda disfruta de que mis muchachos aplasten al Oeste una vez más. —expresa con sonrisa impaciente el director Deckardson.
—No olviden lo más importante y es la seguridad de todos aquí. Tratemos de mantener la calma en estos tiempos duros. —pide Dekkman— Me refiero a ti también Deckardson.
—Si, si, lo se. Mi gente es tan importante como cualquier persona de aquí. —responde el director de la academia del Este.
Intimidados por Kamata y su feroz personalidad, muchos tratan de no mirarlo a los ojos, ni a él, ni a su espada la cual genera una extraña y oscura presión por sobre quien pose la mirada en ella. Sin embargo, algunos sienten mucha excitación de estar en el mismo lugar para medir sus fuerzas contra él.
Ciertamente la experiencia es nueva para ellos y cada uno opta por tomar una actitud diferente, desde nervios por parte de Kaizer, curiosidad en Megumi y Maia, así como ansiedad en Lucian y excesiva agresividad junto a una gran seguridad en sí mismo departe de Kamata.
Después de las palabras de Hiroshi, se acerca Doncaster y enuncia unas palabras:
—¡Bienvenidos jóvenes a los exámenes finales! Como sabrán, este año tan particular nos ha dado una oportunidad excelente de poder fortalecer lazos con otras academias. En un inicio los exámenes han sido simples y respetados, pero con el correr del tiempo la modalidad cambio hasta llegar a convertirse en tres etapas que otorga una complejidad y los hará más fuertes y brillantes. En cada uno de ustedes hay un futuro prometedor…
—Durias, tú tienes influencia en la división de inteligencia ¿supiste algo respecto al paradero de Alexander? —pregunta Deckardson en voz baja mientras Doncaster continua con su discurso emotivo.
—Si supiera algo se los diría, pero se están escondiendo bien, demasiado bien y las unidades recolectan diariamente información. Me temo que se volvieron fantasmas. —responde desanimada.
—Diablos, entonces hay que seguir esperando. —maldice el director del este.
—Cállense y disfruten del evento. Eso fue lo que acordamos. —los regaña Dekkman.
—El director Deckardson explicará en que consistirán las tres etapas. Sin más que decir les doy la bienvenida y no olviden divertirse porque de eso se trata también esto. —dice Doncaster para animar a muchas caras cabizbajas entre los estudiantes. La tristeza por las pérdidas de amigos y profesores durante el incendió aún pesa en los corazones de los estudiantes por lo que intenta animarlos.
Deckardson se pone de pie y avanza hacia el micrófono:
—Buenas, buenas estudiantes. Soy Deckardson, director de la academia del este y uno de los organizadores de este evento. Lo que les voy a explicar en breve se trata de las tres etapas que compondrán los exámenes finales. La primera etapa será un examen escrito donde tendrán que demostrar lo visto durante el año. Son simples preguntas y selección de opción. La segunda etapa es una prueba individual de habilidad donde enfrentarán en un combate singular a otro estudiante de primer año. Por último, la tercera etapa y será una carrera con un circuito incluido y será de grupos de a cinco personas. Esta prueba final representará todo lo que han experimentado, resistencia física, fortaleza, resistencia mental, recolección entre otras cosas y al final una carrera que defina a los ganadores. Por supuesto que esto se explicará a su debido momento con mayor detalle. No olviden que la suma de las tres etapas debe dar como mínimo 20 puntos. —explica Deckardson— Como los salones se encuentran ocupados por los de último año, vamos a comenzar con la segunda etapa.
—Entonces jóvenes ¡que empiecen las pruebas individuales! —anuncia Doncaster.
—En unos momentos anunciaremos quien enfrentará a quien. Habrá diferentes plataformas, en total unas diez donde podrán combatir. Recuerden que es solo inmovilizar o hace que el otro se rinda. Matar o herir de gravedad estará prohibido y penado. —advierte Durias.
Olympico y Farclar se acercan con un bolillero, artefacto que contiene pequeñas bolas huecas con un papel en el cual lleva escrito el nombre de un estudiante.
Dekkman mete la mano dentro del bolillero y toma una bola del fondo y extrae hacia afuera. La abre y saca el papel. Una vez extiende el largo papel lee su contenido:
—¡Primer combatiente, Mark de la academia del Norte! — mete una vez más la mano y saca otra bola, la abre y ve el nombre— Enfrentará a Kamata de la academia del Oeste. Por favor vayan a la plataforma número uno. Mucha suerte. —dice Dekkman.
—¡Eres tú Kamata! —dice Megumi.
—Supongo que sí. —responde el espadachín.
—¡Maldito suertudo! —dice Lucian.
—¡Ja, ya quisieras! —sonríe con molestia.
—Mucha suerte y trata de evitar heridas graves. —aconseja Maia.
—Gracias.
—¿Quién crees que sea tu rival? —pregunta Kaizer.
—No lo sé, pero lo venceré sin problemas.
Mientras Kamata avanza hacia la plataforma, Kaizer mira al suelo con un sentimiento tan familiar como parte de su propio corazón. No puede evitar sentirse mal consigo mismo, rasgo tan presente en las personas que sufren de una patológica depresión como los adictos a la violencia o entrenamiento. Megumi se acerca a verlo más de acerca hasta que él reacciona poniéndose rojo de la vergüenza:
—¿Estas bien? —pregunta ella.
Verla tan de cerca ayuda a florecer sentimientos profundos y más aún con solo notarla más hermosa que ayer pero menos que mañana:
—S-Si, estoy bien. —responde— E-Ellas está demasiado linda. —piensa.
Después de anunciarse los combates y al ver que los demás tienen que esperar, caminan hacia la plataforma uno. El combate de Kamata no ha comenzado aún, entonces aprovechan para presenciar su pelea en una situación donde no sea luchar por su vida.
Todos esperan a ver cómo es la pelea de Kamata contra Mark. El espadachín es considerado como uno de los estudiantes más brutales y talentosos de la academia, por lo que las expectativas eran crecientes a cada momento. Mark no se queda atrás cuando en talento se refiere. Ambos disfruten de una consideración enorme en sus respectivas academias y verlos cara a cara elevan mucho la importancia de esa pelea.
El espadachín novato se inclina hacia adelante y presiona del mango de la espada a la espera del inicio del combate. Mark, por su parte, lleva ambas manos a los costados de su cintura donde descansan unas cuchillas que corresponden a su especialidad:
—Te aseguro que no lo haré tan fácil si crees que puedes vencerme. Por lo visto eres solo palabras y nada de talento. —advierte Mark.
—Ven y pruébalo. —responde Kamata.
Durias da comienzo al combate con el golpe de un martillo contra una pequeña campana oxidada color azabache.
Mark inicia el ataque arrojando cuchillos. Uno detrás del otro sigue de largo cuando Kamata esquiva corriendo a lo largo de la plataforma de casi veinte metros de ancho y veinte de largo. Kamata no desenvaina su espada, no lo ve necesario frente a un rival que solo quiere mantener la distancia.
Ante la imposibilidad de darle, aunque sea una sola vez, Mark intensifica el ataque al lanzar varios cuchillos a la vez. Kamata toma un gran suspiro y esta vez si desenvaina la espada para avanzar de frente donde se acercan las cuchillas. En ese momento Mark siente que su rival se encuentra a otro nivel cuando no solo desvía las armas arrojadizas, sino que no recibe daño alguno. Acto seguido, el espadachín corre a toda velocidad donde el ojo del estudiante del norte casi no alcanza a verlo y lo golpea con el mango de la espada en el hombro.
Mark retrocede con pequeños saltos hacia atrás:
—Mi hombro izquierdo ya está inutilizado. Este chico es asombroso. —Mark se queda estupefacto.
—¿Qué pasó? ¿no era que no podías vencerme? —pregunta Kamata en referencia a su conversación previa. Él puede no olvida ni perdona esas palabras donde fue subestimado.
—Bueno, tengo que reconocer que eres muy fuerte, más de lo que podría imaginar.
—Qué bueno que veas la diferencia entre ambos.
—Puede ser, pero…en el norte hay alguien aún más monstruoso que yo o tu. Para tu buena suerte es de segundo o tercer año, casi no lo veo y me es difícil saberlo, pero su presencia estremece a cualquier.
—¿Ya terminaste de descansar?
—Entonces descubrió mi intención de hacer tiempo. Este chico es muy bueno.
Completamente agotado por la breve pelear, Mark pregunta:
—¿Cómo es que demonios pudiste esquivar mis ataques rápidos con cuchillas?
—¿Quieres saber la razón de eso?
—¿Es alguna clase de secreto familiar o qué?
—No, no es nada de eso. Simplemente lo demostraré en carne propia.
—¿Huh?
Kamata desaparece frente a sus ojos. Solo se mueve a una velocidad superior a la media, pero un estudiante de primer año no puede vislumbrar. Los profesionales le siguen la velocidad al chico. Su velocidad lo lleva a posicionarse detrás de Mark y noquearlo de un golpe con el pate más baja del mango de la espada en la cabeza. Los cuatro grandes se impresionan por tal despliegue de habilidad que incluso para un chico de primer año resulta ser raro. Dekkman, director de la academia del norte pregunta por Kamata y trata de saber más del chico con un interés enorme para poder explorar la posibilidad de realizar intercambio de estudiantes, pero Doncaster rechaza la oferta.
Hiroshi se sube a la plataforma y detrás de él una pequeña unidad médica para revisar a Mark:
—Excelente Kamata. Tu puntaje es ocho. Si bien tu capacidad de batalla, técnica y mente fría son increíbles para incluso tu edad, confías demasiado en tus habilidades. Incluso no hemos visto siquiera tu habilidad especial por lo que era necesario ver como alcanzas a desplegarlo.
—¡Tsk, si tuviera que usar mi habilidad habría sido cortado fácilmente! —chasquea la lengua, molesto por el bajo nivel de su rival y la nota que esperaba fuera demasiado alta— Haaaa, solo es un simple debilucho. —sigue quejándose de su rival.
—¡Impresionante Kami! —le aplaude emocionada por el resultado y la entretenida pelea.
—¡¿K-Kami?! ¡¿de dónde mierda sacaste eso?! —se exalta el espadachín mientras se aleja y patea en el camino una silla— ¡No me digas así, suena raro!
—Jajaja, tranquilo, tranquilo. Descansa un poco, lo mereces. —palpa fuerte la espalda del espadachín.
—Eso…eso ya lo se…—responde, ahora calmado— Supongo que esperaré a que terminen. ¡Procuren aprobar con excelentes notas!
Las plataformas se llenan de muchas personas curiosas entre aquellos que están en la academia y también muchos periódicos que ven con buenos ojos cubrir un acontecimiento tan importante previo al torneo de academias.
Hombres y mujeres de traje con cuadernos y lápices, anotando y observando lo que encuentran destacable. Lo primero que ven importante es la figura de Kamata y su bien preciado talento. Sin embargo, evitan acercarse para no verse en el camino de su presencia o mirada penetrante. Lo encuentran difícil de tratar y se demuestra cuando una periodista joven busca alguna palabra o frase significativa y este la mira con desdén, como una bota a un insecto.
Desde la plataforma tres se anuncia el siguiente combate con Lucy subida allí y el micrófono en su mano:
—Ahora el siguiente combate será entre la señorita Libia de la academia del sur contra Megumi de la academia del oeste.
—¿Libia? ¿Quién será? —pregunta Megumi y observa a su alrededor.
—¿No será aquella chica que mide como dos metros y hace rato te observa? —señala a una chica que se acerca a la plataforma con actitud agresiva y sin pizca de empatía.
—¡¿Qué?! —pregunta Megumi con voz temblorosa y llena de nervios— ¡¿E-Esa chica…será mi oponente?!
—Creo que sí. ¿No hay manera de que no pelees? —pregunta Kaizer, preocupado por su amiga.
—No, está bien. Yo puedo afrontar esto. Confía en mi ¿sí? —le dice ella aun cuando se siente con mucho temor.
Sus nervios se reflejan en los ojos, aunque intente parecer fuerte. Megumi llega hasta la plataforma solo para ver que la diferencia de tamaño es asombrosa. Lo primero que se pregunta Megumi es ¡¿enserio esta chica tiene mi edad?!
Sin embargo, su corazón tan decidido a demostrar que ella es fuerte y no solo una carga la impulsan a aceptar que su rival pueda superarla, pero no sin dar batalla.
Después de dar indicaciones y explicar reglas, Lucy advierte:
—Recuerden que estas son evaluaciones en conjunto con otras academias. Pretendemos que ser un periodo de aprendizaje, no de violencia. Como dictan las reglas, el combate acabará cuando alguna de las dos lo diga hasta entonces no se detendrá. ¿Entendido?
—Si, claro. —responde Megumi.
—Aja. —responde Libia solo asentando con la cabeza.
Megumi dirige su mirada hacia el público, donde se encuentran sus amigos y haciendo mueca con su boca les pide sonriente:
—Deséenme suerte.
—¡Ve por ella chica agresiva! — grita Lucian para animarla.
—Intenta no hacer el ridícula. —lo sigue Kamata.
—¡Vamos amiga tú puedes, confío en ti! —añade Maia.
—¡S-Suerte Megu! —le grita Kaizer. Su sensación de que la pelea no saldrá bien es tan fuerte que las palabras no le salen como normalmente lo haría.
—¡Gracias chicos! —agradece y luego golpea sus cachetes con las palmas de sus manos— Bien, aquí vamos. — se da animo en voz baja.
Las dos chicas se acercan sin bajar la mirada y con la frente en alto. Megumi le llega hasta la barbilla y nota que fue exagerado decir que media como dos metros, pero sigue siendo demasiado alta para ella.
La chica extiende su mano con una sonrisa para buscar un cálido saludo y desear un buen combate, sin embargo, Libia la empuja tan fuerte que la envía contra el suelo:
—Ups, te tropezaste ¿cierto? —dice en tono de burla.
—¡Hey, eso fue a propósito! — grita Maia con enojo.
—Estoy bien, jejeje, solo pise mal.
Megumi se reincorpora, pero es empujada otra vez por Libia. Mientras, Lucy advierte la mala actitud de la chica y muestra honor para con su compañera de academias:
—Si, si, no se preocupe. La ayudaré a levantarse. —extiende su mano y con un apretón excesivo a la de Megumi lleva hacia Libia.
Cuando Lucy golpea la campana, Megumi siente un impacto feroz hacia su rostro tan fuerte que la tumba contra el suelo y hace sangrar la nariz.
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