Academia de Asesinos - 75
—¡Megumi! — grita Kaizer.
La estudiante del sur, armada con un mazo, arremete contra Megumi e impacta el arma contra el suelo. Megumi intenta esquivar cada pesado golpe con éxito, pero el golpe al rostro no deja de dolerle y hasta afectó su equilibrio.
Megumi se logra poner de pie y corre hacia Libia. Ella da un salto con ambos pies al frente y golpea contra el abdomen de su rival, apenas mueve su cuerpo unos pocos centímetros. A pesar de la gran velocidad de Megumi, los nervios y el dolor hacen que cada movimiento fuera tan torpe como el anterior e incluso se expone a los contraataques de Libia. Uno de los golpes impacta contra el brazo derecho, dislocándolo en el acto y golpeando contra el suelo una vez más:
—¿Y esa confianza que mostrabas al inicio? —dice Libia en tono de burla— Te falta demasiado para llegar a mi nivel. Eres demasiado débil e ingenua. —continua, acercándose hacia Megumi.
—Realmente no espero ganar. Solo quiero demostrar que avancé en mi entrenamiento físico. —responde Megumi, apoyando su pie hacia el frente para tratar de reincorporarse.
—Pareces inteligente ¿Por qué no te rindes y nos ahorramos tu vergüenza? —propone la chica del sur.
—Suena interesante, pero…no acepto. —logra ponerse de pie.
—Imbécil.
Megumi corre una vez mas hacia Libia esta vez de manera más ágil y moviéndose constantemente para burlar su defensa y aprovechar que es mas lenta por su tamaño y el arma que usa, la cual requiere de mayor balance y fuerza.
Libia, que en realidad no busca pelear contra rivales más débiles y pequeño que ella, se para firme en su lugar y aprieta con ambas manos el mango de su arma a la espera de recibir el ataque. Su idea es apenas recibir el golpe de Megumi, bloquearlo con el mazo y luego responder con una patada. Si pudiera ella solo tendría que resistir hasta que la chica del oeste se agote, pero nota que no se dará por vencida.
A pesar de estar algo desorientada, Megumi se desliza fácilmente hacia un costado vulnerable. Entonces, abre sus abanicos y calcula el corte que hará para que no sea una herida muy profunda ni tampoco superficial para permitir que se recupere. Sin embargo, Libia se da cuenta y levanta el puño cerrado para girar medio cuerpo y golpearle a la mejilla de Megumi.
La joven cae al suelo por tercera vez, fuertes mareos provocan que no pueda levantarse, inclusive escupe sangre mientras que el dolor se apodera de su cuerpo. Aún así, logra pararse para sorpresa de todos los presentes:
—No eres tan fuerte como aparentas, pero aguantar esos golpes. Tienes mayor resistencia que la media. Dudo que después de ese golpe puedas obtener buen puntaje. —Libia la mira con soberbia mientras apoya la enorme arma en su hombre. Siente un ligero dolor en el costado de su abdomen y cuando da un vistazo se encuentra un pequeño corte y mancha de sangre debajo de su camiseta color salmón rosado— ¿Cuándo fue qué? ¿huh? —en ese momento recuerda que antes de golpearla, Megumi movió velozmente su arma para cortar esa zona tan vulnerable.
—¿Por qué no continuamos con este combate y dejas de hablar? —responde aliviada de que su ataque haya salido bien, pero también preocupada por cuanto podrá resistir.
—Vaya que eres buena y tienes agallas. Cambié de opinión, iré con todo.
Libia suspira y da un salto hacia el frente balancea su arma como si fuera una simple varilla contra Megumi. Al ver que es un ataque peligroso, Megumi salta hacia un lado y rueda por el sueño mientras que el mazo se entierra contra el suelo de la plataforma y crea un pequeño cráter.
La fuerza de esa chica de primer año de la academia del sur es monstruosa hasta para su edad.
A pesar de su gran fuerza y facilidad para atacar, cada ataque propinado por Libia la lleva a sufrir un gran desgaste y mas aún con el arma que posee. Megumi solo piensa en resistir para buscar el momento adecuado y doblegarla, ya con observar ese grave defecto en su rival es suficiente para mantener la esperanza de victoria:
—¿Qué sucede chica gigante? ¿una pequeña, dulce y bella como yo es demasiado para ti? —se mueve al otro extremo de la plataforma.
—¡Cierra la boca y no te alejes maldita cobarde!
Afuera de la plataforma, un expectante público observa como se desarrolla la pelea. Muchos criticando la forma en la que se está dando, sobre todo cayendo con críticas negativas hacia Megumi y otros murmuran sobre lo innecesario que fue poner a luchar a una chica muy grande en tamaño y fuerza contra otra que no es tan colosal y fuerte. Kaizer, Kamata, Lucian y Maia observan y analizan los movimientos y estrategia de su amiga. A pesar de todo no y es muy destacable que ella no haya entrado en pánico:
—Esa chica Libia no lo hace tan mal. —dice Kamata.
—Si, pero me preocupa Megumi. Ella es posible que busque agotarla, pero no tiene necesariamente una resistencia mayor a la de su rival.
—El golpe que recibió al principio le estará afectando. —añade Maia.
—¿Creen que debamos pedir detener la pelea? — pregunta Lucian sin apartar la mirada, aunque odie la violencia.
—Ya escucharon las reglas, no podemos interrumpir a menos que ella lo pide o no pueda continuar. —responde Kamata.
—No creo que ella quiera, pero ¿Qué pasaría si se va de las manos esta pelea y tampoco pueda? —exclama Kaizer.
—¿A que te refieres? —pregunta Maia.
—Libia está peleando muy seria y si no me equivoco es una pelea tan unilateral que no vemos la victoria de Megumi. —responde el chico.
—¿Te refieres a que esa Libia es tan predecible en su intención? —pregunta Kamata.
—Quizás sea de esas personas que tratan de contenerse, pero al no hacerlo acaba por provocar una gran tragedia. No quiero sacar conjeturas ni nada por el estilo, pero preparémonos por si ocurre algo. —explica Kaizer, pensando en intervenir para ayudar a su amiga.
—Pero de eso deberían encargarse los profesionales ¿cierto? —Lucian duda de la idea de sus amigos.
—Me temo que es posible no ayuden o traten de que no sean heridas tan duras. Es una de las tantas posibilidades. No lo sé, pero siento que los profesionales están muy raros desde el inicio del evento. Por eso estén atentos. —pide Kaizer mientras se acerca lentamente a pocos metros de la plataforma.
Después de decir esas palabras tan burlonas hacia ella, Megumi se prepara para lo que se viene con la esperanza de que caiga exhausta su rival. Piensa que una buena estrategia para derrotar a una rival de ese estilo de pelea es justamente vencerla con la fuerza del tiempo y el poco valor que le dio al cardio.
Hasta ahora, Megumi fortaleció durante meses su condición física, mejorando aspectos como resistencia, velocidad incluso a como no desperdiciar energía en movimientos excesivos.
A diferencia de Kamata o Kaizer, quienes ya tienen una cierta experiencia peleando, Megumi sufre el esfuerzo por moverse y esquivar al mismo tiempo que presta atención a detalles en la respiración agitada de Libia o los ya lentos movimientos cuando ataca.
Lentamente la estrategia surte efecto, la enorme Libia se cansa repentinamente y ya no puede seguir sosteniendo el mazo. Para quitarse el enorme peso del arma lo arroja a un lado, no muy lejos, y se acerca hacia Megumi, lanzando puñetazos dirigidos al rostro que alcanza a bloquear con ambos brazos levantados con la guardia alta. El salvajismo de Libia se nota y muchos presentes empiezan a murmura cuando se detiene.
Megumi es tumbada contra al suelo y Libia usa todo su peso para impedir que se pare. Al mismo tiempo, la joven lucha por evitar golpes a la cabeza y se retuerce con la intención de zafarse:
—La está…masacrando…—dice Maia y se cubre la boca como reacción ante la violencia que presencian.
—¡T-Tenemos que hacer algo! —deja escapar conmocionado por la situación.
—Chicos…—los tres miran a Kaizer y notan que su rostro está furioso con venas hinchadas recorriendo los costados y la frente y su cabello se eriza levemente— no traten de detenerme.
—Voy hacer que su cabeza ruede, aunque sea una compañera de otra academia. —advierte indignado con su mano en el mango de la espada.
—¿Listo? —pregunta mientras se mueve hacia la plataforma.
—Si…vamos. —responde Lucian.
—¿Chicos? ¿Qué es lo que quieren hacer? —los mira y pregunta.
—¡No se metan! ¡esta es mi pelea! ¡¿les quedó claro?! —grita Megumi desde el suelo, mientras intenta bloquear cada furioso golpe de Libia dirigidos al rostro.
—¿Qué? —deja escapar Kaizer.
—Ganaré…a mi…manera…—se dice a si misma con una sonrisa.
Ese grito desesperado de la chica detuvo a los impetuosos jóvenes y en general a aquellos que comenzaron a dudar de que pudiera hacer algo. A pesar de estar sufriendo fuertes golpizas, Megumi no se rinde y siente que puede vencer:
—¡No…necesito que se metan! ¡la venceré!
—¿Cómo piensas hacer eso? —pregunta Libia con desbordante sensación de victoria que la relaja.
—Pues…haré esto…—toma a Libia del rostro y empieza a darle cabezazos. Uno, tras otro, tras otro, no se detiene a pesar de que una pequeña herida se abre en su frente. Megumi no deja de atacar hasta que Libia se para y salta hacia atrás.
Libia se siente mareada como en el principio del combate le tocó a Megumi. Se lleva la mano al rostro y cuando la retira ve que en la palma de esta encuentra un poco de sangre luego ve a Megumi con expresión fundida en enojo. En un principio le da algo de gracia, pero luego se lo toma seriamente.
Por su parte, Megumi se voltea dándole la espalda a su rival en busca de una segunda bocanada de aire y porque se encuentra igual de perdida que Libia. Megumi se encuentra tan segura de si misma de poder lograr la victoria.
Libia se acerca con total salvajismo mientras grita el nombre de su rival y preparando su mazo para el impacto, sin embargo, Megumi usa su habilidad para crear un aura detectora que permite un pequeño instante y espacio para esquivar y con su rodilla en alza le da al rostro y noquea en el acto. Libia cae al suelo y antes de caer con la parte trasera de la cabeza, Megumi se adelanta y contiene con sus manos el impacto.
La victoria es de Megumi, que adolorida cae al suelo y los médicos entran a la plataforma con camillas y respiradores. A pedido de la chica del oeste, Libia es la que primero se retira hacia el pabellón médico. Megumi es vitoreada mientras los médicos la llevan rápidamente al pabellón.
Después de la pelea, Doncaster anuncia los puntajes de ambas jóvenes y a su lado la directora Durias elogia la excepcional actuación de ambas señoritas:
—¡Excelente combate, ambas han demostrado ser poderosas y elegantes, ahora daremos los puntajes! — anuncia Durias.
—¡Libia quien se encuentra en el campamento médico, obtuvo un puntaje de siete, felicitaciones! ¡Megumi…obtuvo un siete, felicitaciones! ¡mis felicitaciones a ambas!
Kaizer, Lucian, Maia y Kamata corren al grupo de médicos que llevan en camilla a la joven para ser tratada con mucho cuidado. El daño es mínimo gracias a que Megumi no continuó con sus ataques con la cabeza, fuera de eso sorprenda a extraño la victoria que obtuvo frente a una chica que la superaba hasta en fuerza y tamaño:
—¡Megumi! Eso fue peligros ¿estas bien? —le dice aliviado al ver que se encuentra consciente.
—Gracias Kaizer, sí, estoy un poco agotada, pero dentro de todo me encuentro bien. Mas tarde iré a ver a Libia.
—¿Segura? Dudo mucho que esté feliz de que quien la venció esté sentada a su lado cortándole fruta. —dice Kamata como siempre muy directo.
—¿Libia? ¿sabes que quería asesinarte no? —dice Lucian.
—A decir verdad…parece que ella se ha estado conteniendo. —responde Maia mientras lee las heridas y nota que no fueron tan graves.
—¿Enserio? — se sorprende Lucian.
—Eso explica muchas cosas. Bueno, quizás podamos ser amigas. Luego…luego nos vemos. Mucha suerte a todos. —se despide de sus amigos mientras es llevada a la tienda médica que se encuentra junto a los demás pabellones donde residen los estudiantes y profesionales de las demás academias.
—¿Cómo sabes que esa chica se ha contenido? —pregunta Kaizer.
—Libia recibió un par de heridas que si te pones a pensar no son nada para una chica de su contextura y si te fijas bien, Megumi sufrió apenas rasguños. Si hubiera ido enserio entonces estaríamos hablando de casi una tragedia. Apenas tiene cortes, moretones y no hay huesos rotos. —explica Maia.
En la plataforma número siete, Olympico anuncia el siguiente combate acompañado por Doncaster. En su mano sostiene el micrófono con el que dará anuncio a los estudiantes que lucharán a continuación, y en la otra sostiene los que ya fueron evaluados:
—¡Ahora el siguiente combate de la plataforma numero siete! ¡El primer combatiente es el estudiante Ashlar de la academia del este!
Al decir eso y desde la multitud se escucha a Deckardson alentar por su estudiante:
—Si…veo que el publico es bastante alentador. ¡Su rival es Lucian de la academia del oeste!
—¡Siiii, vamos Lucian tú puedes! —grita Doncaster en aliento al chico para también fastidiar a Deckardson, ambos rivales territoriales.
—Por favor que inmaduros. —se queja Olympico.
—Solo responde a lo que mi rival intenta. Descuida, confío en sus habilidades. —responde en voz baja— ¡Mucha suerte Jóvenes!
Atendiendo al llamado, Lucian se acerca a la plataforma con mucha ansiedad para demostrar que es igual de fuerte que Kamata y capaz como Megumi:
—¡Es mi turno, deséenme suerte!
—Mucha suerte Lucian y por favor ten cuidado. —exclama Maia.
—Que no te venzan tan fácilmente tirador. —dice Kamata.
—Tu puedes amigo. Demuestra lo que tienes. —dice Kaizer enérgicamente.
Tras las victorias de Kamata y Megumi la confianza de los demás se eleva, pero aun así la primera etapa del examen recién comienza y cada vez se irán haciendo más difíciles para ellos.
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