Academia de Asesinos - 80
Al día siguiente a cincuenta metros de la entrada al bosque ubicado frente a la academia del oeste, se encuentra una multitud de estudiantes que entre aquellos a punto de graduarse y otros que están a pocos años de hacerlo. Todos observan y esperan a la última prueba de los estudiantes de primer año.
Hay gran expectativa ya que los combates individuales habían dejado gran sabor de boca para todos. Muchos querían ver quiénes eran las futuras estrellas en la academia.
Sobre un escenario cuidadosamente colocado entre la academia y el bosque, los cuatro grandes se preparan para dar el tan ansiado anuncio. ¿De qué tratara la última prueba? ¿Qué equipos serán los encargados de iniciar y cuáles serán los totales? Muchas preguntas suceden entre la multitud.
Entonces Doncaster da un paso al frente con el micrófono en su mano:
—Buenos días a todos a la prueba final. No voy a dar un discurso ni nada por el estilo, sino que iré al grano. Esta última prueba consiste en actividad de equipos y por supervivencia. Cada equipo constará de cuatro miembros que competirán en una carrera de posta exactamente diez kilómetros. Aquel equipo que gane tendrá automáticamente diez puntos. Si bien se evaluará cosas como desempeño individual, grupal y todos los conocimientos previos serán tenidos en cuenta, la victoria es un paso fuerte para aprobar. Aunque también se dé el caso de que equipo que pierda, pero haya logrado demostrar todo lo mencionado también podrá aprobar.
—En pocas palabras, es una prueba que dependerá de ustedes el aprobarla. —añade Durias.
—Podrán usar habilidades, armas y conocimientos en sus respectivos campos. Sin embargo, se prohíbe matar. Ahora Durias anunciará los miembros de cada equipo.
—Los equipos serán de cuatro personas como bien dijo el director Doncaster.
A simple vista, la prueba final no representa muchos problemas para los estudiantes más prometedores. Sin embargo, el reto parece ser aún más complejo ya que no saben el circuito ni las dificultades que puedan llegar a sortear para cumplir con la meta. Ninguno de ellos siente que deba subestimar la prueba final.
Durias acaba de nombrar al primer grupo compuesto por miembros de la academia del este así que prosigue con el segundo grupo mientras tanto, los chicos conversan entre sí:
—Un equipo de cuatro. Da igual de quienes sean mis compañeros voy a ganar a como dé lugar. —dice Kamata con su característica confianza en sus habilidades.
—¿No sabes tu equipo y ya crees que vas a ganar? A veces te pasas. —se queja Lucian.
—¿Conoces la confianza? Pruébala, estoy seguro que vas a necesitar de algo así alguna vez. —le responde agresivamente.
—Chicos no empiecen por favor. —les dice Megumi.
—Megumi tiene razón. —dice Kaizer sin apartar la mirada en Durias y con los oídos prestando atención a cada nombre de la lista ideada por los cuatro grandes.
—¿Pasa algo? Te encuentro muy serio. —dice Megumi.
—La mayoría de nuestros compañeros ya fue asignados.
—¿Qué quieres decir? —pregunta Lucian.
—Solo quedan cuatro de nuestro curso, exceptuando a Maia quien está en otro tipo de examen. —responde Kaizer.
—Eso quiere decir que estaremos nosotros cuatro. —exclama Kamata.
—Esperemos a ver que dice la directora. —dice Kaizer.
Entonces, Durias da el anuncio del próximo equipo:
—El equipo número doce estará integrado por Kaizer, Kamata, Lucian y Megumi.
—¿Yo con él? —Lucian señala a Kamata, indignado por la selección.
—Créeme que tampoco estoy muy feliz de que estemos en el mismo equipo.
—¡Cierra la boca, idiota! —se cruza de brazos y trata de ignorarlo.
—¡Oh! ¡¿quieres pelear bastardo?!
—Dejen de pelear chicos. Podemos lograrlo. —dice Kaizer.
—Vamos a lograrlo. —añade Megumi.
—Increíble que hasta hace ayer estaba muy deprimido y ahora se puede sentir su fuerte determinación y ansias de ganar. —Kamata mira sorprendido a su amigo y piensa en silencio. Le sorprende como está animado y eso es algo que el espadachín valora por sobre todas las cosas de Kaizer, su capacidad para enfrentar las adversidades.
—¡Yeaaaahh! —Megumi levanta sus puños con entusiasmo. Sus intenciones de transmitirle energía positiva a sus compañeros los hace sonreír.
—¡Wow, ese fuego interno de Megumi es inmenso, ella también pretende vencer! —Lucian es sorprendido por la fuerte y apasionada voluntad de ella.
Durias termina de anunciar a los equipos y explica cómo se procederá respecto al circuito. Un par de asesinos transporta una enorme pizarra con el mapa del circuito incluido y obstáculos a vences:
—El circuito corresponde a diez kilómetros y casi en su totalidad es parte del bosque que tenemos detrás. Sin embargo, son varias vueltas las que deberán dar para cumplir con la meta. No se angustien, van a encontrar señalizaciones y cada tanto a un profesional que los guie y vea que todo esté bien…
Durante varios minutos explica el trayecto y el cuidado a tener ya que en el bosque viven lobos, osos, así como zorros y otros animales que podrían cruzarse por su camino.
Durias da sus últimas palabras y desea la mejor de la suerte a todos:
—Primer carrera de la prueba final será entre el equipo tres contra el equipo número doce. Por favor acérquense al sitio desde donde van a empezar.
—Somos nosotros. —dice Megumi.
—Bien ¡vamos! —aplaude Kaizer para animarlos— Entonces será de a uno. Es una carrera de posta. Tiene sentido, ahora lo importante es ver si nuestra organización es la mejor para ir contra el grupo que nos toca. —analiza por dentro.
Dekkman se acerca al escenario e interrumpe con un anuncio que pone patas para arriba los exámenes finales y llena de profundo malestar a los presentes:
—Antes de iniciar con la prueba final tengo un anuncio importante y es acerca de un ligero cambio respecto a cómo se estructurará la prueba.
Doncaster mira a Durias y ella parece no saber que sucede, luego mira a Deckardson y tampoco lo comprender:
—Esta carrera no solo será de supervivencia sino también de eliminación directa.
El decir eso una gran tensión se empieza a palpar. Lo que fue el anuncio de que no se podría matar ni nada extremista ahora está opacado por este anuncio del director del norte lo cual se presta a la confusión:
—Podrán incapacitar a sus rivales. Sea de manera directa o indirecta con trampas.
—Dekkman ¿Qué diablos haces? ¿te volviste loco? —pregunta Doncaster.
—Es necesario Doncaster. Incluso tú mismo eres participe de esto. —responde.
Tras el anuncio, Kaizer se lo nota preocupado no solo por quienes serán sus rivales sino por sus compañeros ya que ahora tendrán que defenderse más que estar pendiente de la carrera.
En la pista de salida, Durias los recibe y presenta a ambos equipos, el tres y el doce:
—Kaizer, Kamata, Lucian y Megumi, ellos son Accard, Libia, Athorax y Velbarc de la academia del sur.
—Soy Accard y no se preocupen, van a morder el polvo. —se presenta con excesiva confianza en sí mismo, casi como Kamata.
—Em…Megumi ¿ella no es la chica a la que venciste el otro día? —Lucian señala a Libia.
—Eh…si…
—¿Ella te odia? —pregunta Kamata.
—Quizás si…pero creía que nos habíamos vuelto amigas.
—Pues aún tiene su mirada asesina posada en ti. —dice Lucian.
—No se dejen intimidar, enfóquense. —les pide Kaizer con sus brazos cruzados y una clara y desbordante determinación en sus palabras.
—Jamás lo había visto tan enfocado. —lo mira Megumi con una sonrisa perdida en el rostro del joven.
—Supongo que Hiroshi estaba en lo cierto. Tenemos que usar estrategias contra ellos. —dice Kamata.
—Es cierto, no será fácil esta prueba. Ya sabiendo quienes son nuestros rivales podremos idear una estrategia. —dice Kaizer.
—¡¿Heh?! ¡¿de que hablan?! ¡¿Qué estrategia?! ¡¿de que hablaron con Hiroshi?! ¡no entiendo nada de lo que hablan! —pregunta histéricamente sin entender de que hablan ellos dos al punto de querer golpearlos.
Se acerca Durias y llama tanto a Accard como Kaizer.
—¿Ya eligieron el orden de sus corredores?
—Nosotros ya hemos escogido el orden, pero dudo mucho que ellos si lo hayan hecho. —se burla del equipo al que enfrentarán.
—Es verdad, no nos dimos el tiempo para hacerlo. Además, no nos dijeron más que un par de cosas acerca de los cambios. Presiento que hay más, pero no nos dijeron. —desconfía Kamata sobre las intenciones verdaderas de las pruebas.
—Megumi la primera…Lucian el segundo, Kamata el tercero y yo…el cuarto. —dice Kaizer.
—¿Qué? ¿Por qué yo primera?
—Eres la más rápida de los cuatro. Si comenzamos con ventaja tendremos más oportunidades. —explica Kaizer.
—Yo estoy bien con mi orden. —dice Lucian.
—Quizás tu no, pero ¿Por qué debo ser tercero? Estaré muy aburrido si me lo preguntan. —se queja Kamata.
—Claramente eres el más fuerte físicamente y más capacitado para vencer en un cuerpo a cuerpo. Nos darás ventaja en los últimos metros. Luego iré yo porque Accard será el último. —explica Kaizer porque decidió el orden de esa manera.
—Okey, si es así, no puedo contradecirte mi amigo. Bien, que así sea.
Megumi se acerca tímidamente hacia la zona de salida donde espera Libia. Para sorpresa de la albina, quien fue su rival en la primera prueba le extiende su mano y sonríe en señal de respeto y camaradería:
—Te deseo lo mejor Megumi y…lamento lo brusca que he sido contigo.
—Libia…creí que tu…
—No te guíes por mi forma de mirar, si a eso te refieres. Muchas personas se incomodan y lo que menos quiero es que tú lo hagas.
—Por supuesto que no lo haré, pero tampoco te dejaré ganar. —responde Megumi.
—Eso es lo que quería escuchar. Démoslo todo en este examen. —se emociona Libia.
Durias extiende su brazo hacia adelante y da un vistazo sobre si están listas, a lo que ambas asientan con sus cabezas y con la mirada al frente:
—Entonces… ¡comiencen! —da la señal al levantar su mano hacia arriba.
***PARTE II***
Mientras tanto, Doncaster e Hiroshi hablan con Dekkman sobre la decisión a último momento que los cuatro grandes tomaron pero que al parecer todo fue ideado por el director del norte. Esa decisión no agradó a nadie y mucho menos a los profesionales presentes, para ellos se siente como algo adrede para golpear con fuerza y una vez más al grupo de Kaizer y Dekkman no lo ha negado en ningún momento:
—Creía que lo que conversamos el otro día…—dice Hiroshi.
—Necesitamos una generación fuerte y el hecho de que estos chicos enfrenten adversidades hará que se fortalezcan. No lo tomes a mal, pero tienen que vivir al límite. —se justifica Dekkman.
—¿Tienes idea de la edad que tienen? No hay que presionarlos de esa forma. —cuestiona Doncaster.
—Si debemos ser juzgados, que lo haga la nueva generación. ¿Te recuerda a algo esa frase? —exclama Dekkman.
—Si, es la que pronunciamos cuando sentimos que fracasamos.
—También es un recordatorio de que no importa lo que hagamos porque el final vendrá una generación que nos suplante y haga mejor las cosas. Mientras tanto formémoslos y que sea a nuestra manera.
—Eso no tiene el más mínimo sentido. —dice Hiroshi.
—Lo tendrá a futuro.
Hiroshi hace una mueca visible frente a Doncaster producto de lo molesto que se encuentra. Sin embargo, el director del norte tiene un buen punto y hasta Doncaster le da la razón. El motivo es simple, según la concepción de los asesinos del norte es necesario que los novatos y aquellos aspirantes tienen que demostrar con hechos y no estar sujetos a actitudes de los adultos que los hagan palidecer o se muestren débiles en momentos de crisis. En pocas palabras es necesario de asesinos fuertes y la generación que está surgiendo tiene que ser más capaz que la anterior.
A pesar de no estar de acuerdo con obligar a ser más rudos y violentos a los estudiantes, Hiroshi deja a un lado sus sentimientos y vela porque esos chicos sean capaces de, en un futuro no tan lejano, enfrentar a cualquier enemigo.
Lucy y Olympico se acercan por detrás:
—Quizás tenga razón el director Dekkman pero aun así son unos niños. Tener que hacerlos cargar con tanto es innecesario. —dice Lucy.
—Por más que no lo quiera admitir, Dekkman tiene razón y se demostró este año. Estos chicos van a vivir muchas cosas duras en los años por venir e incluso después de graduarse. Tendrán que volverse cada vez más fuertes. —responde Hiroshi— Pero…—se da media vuelta y mira a sus compañeros— ellos no van a estar solos si es lo que también pretende Dekkman. —sonríe.
—Claro que no, aunque estamos viviendo de una contradicción tras otra. —responde Olympico.
—Ni loca permitiré que recorran este camino sin un guía o amor maternal. —exclama Lucy.
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