Academia Fantasma - 01

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  Aquella noche en sus almas se forjó el FIN.

La doncella llenó el cielo de gris.

Espero que hayas aprendido tus salmos.

Porque bajo este techo, Dios no está llegando.

Marcados y puros juntos sufrirán.

Ella oz juzgará por igual.

Tu sangre llevará consigo.

El castigo por haber sobrevivido.

De una forma lo puedes evitar.

El fuego a la oscuridad engullirá.

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14 de junio de 1962, 2:30 AM

Aquella noche el cielo estaba despejado, sin rastro de nubes, lleno de hermosas y brillantes estrellas rodeando a la luna llena que entregaba una luz espectacular al ambiente, mientras las limusinas llegaban trayendo consigo a padres e hijos para celebrar el primer aniversario de la academia Cornelius.

La academia que ostentaba el título de excelencia por ser la más eficiente en el sistema educativo, y poseer estudiantes brillantes, rodeada de un hermoso bosque lleno de vida y colores, y por otra parte sus bellos interiores que desbordaban fineza y riqueza.

La fiesta en si ya había comenzado, todos están recorriendo la institución para echar un vistazo, o simplemente iban al gimnasio el cual se encontraba repleto de gente bailando al ritmo de la banda contratada para la ocasión.

Entre la multitud de personas que bailaban en el gimnasio había un rincón, conocido como “el rincón de los solteros”, aquellas desafortunadas almas las cuales no tenían pareja y estaban solo con un vaso de bebida o con su teléfono celular, intentando no verse deprimentes.

Entre el grupo que allí se encontraba había una joven de 17 años cuyo nombre era Yui Cornelius, quien, junto a su hermana Alicia de 16 años, eran las hijas del director y dueño de la academia.

Yui era una chica muy desconfiada y muy poco sociable, por lo que el siquiera cruzar palabra con alguien le era difícil, pero, por otra parte, Alicia a pesar de ser menor era sociable con todos y muy segura de sí misma, por lo que siempre mostraba una sonrisa cálida y sincera a quien se le acercara.

Estando en el rincón, Alicia invitó a su hermana a retocar su maquillaje, pero esta se negó por lo que fue sola.

Al pasar unos momentos, como Alicia se encontraba en el baño y aun no regresaba, Yui tomó parte del rincón de los solteros, y se fue hacia un rincón aún más apartado del resto, para estar más tranquila y no llamar demasiado la atención.

Uno de los profesores que estaba patrullando que todo estuviera en su lugar, vio como Yui se distanciaba del resto, y pareciéndole ya rutinario este comportamiento de parte de la menor, fue para conversar con ella.

—Buenas noches, señorita Yui, ¿cómo está usted? — le pregunto cordialmente

—¿Qué hace tan solitaria por este rincón?, ¿no está a gusto con la celebración? —

esperaba respuesta por parte de la menor pera esta no respondía.

—¿Por qué no vas a bailar?, digo para disfrutar un rato de esta noche, después de todo es una noche muy especial para todos— Yui despegó la mirada de su teléfono celular.

—Estoy bien aquí sola, y no me gusta bailar, es aburrido— respondió manteniendo su semblante un tanto distante y desinteresado. —A parte no tengo pareja con quien ir a bailar, y además estoy esperando a mi hermana, que ya debe estar por regresar— volvió la mirada nuevamente a su celular.

—Ya veo— este desvió levemente la mirada y le miró de nuevo —pero… mientras ella regresa, ¿no le apetecería bailar?… me refiero a bailar conmigo, aunque sea solo una canción— le extiende una mano —Sé que quizás no sea la persona adecuada, pero me alegraría que se la pasara bien como los demás—

Yui miró la mano de este y suspiró ya un tanto harta de paciencia dejando su teléfono celular en el bolso junto a las cosas de su hermana. —Está bien, bailaré con usted, pero solo mientras Alice regresa—

—Está bien— este sonríe y volvió a extenderle la mano esta vez siendo correspondida.

Esta tomó la mano del maestro para acompañarte hacia la pista, en donde todos se dispondrían a bailar la próxima canción.

La banda comenzó a tocar el lento, momento exacto en el que todas las parejas se levantaron de sus asientos, y se reunieron en la pista para bailar lo que podría ser el baile más memorable e inolvidable de sus vidas.

Y sí que lo fue, pero no por el momento romántico que estaba llenando el ambiente de rosa. Si no por el suceso que hizo que todo aquel momento lleno de romanticismo se volviera el más horroroso de todos.

Desde el alto techo, un hombre cayó directamente en el centro de la pista de baile. El grito de este y de las personas allí presentes fue tan desgarrador, así como el impactante sonido de su cabeza aplastándose contra el suelo del gimnasio.

Los músicos detuvieron sus instrumentos de golpe, y todo quedó en silencio durante unos segundos, aquella escena había causado desesperación y pánico en el ambiente.

Las puertas y ventanales que yacían cerradas fueron abiertas al unisonó por una fuerte ventisca que se formó de la nada. Una fuerte explosión había provocado tal nivel de desastre en solo cosa de segundos.

Todos estaban tan distraídos tratando de esquivar los pedazos de cristal que caían de los ventanales, que nadie se había dado cuenta de cómo toda la estructura que sujetaba el sistema de luces se desplomó encima de ellos.

—¡Yui, cuidado!—

El maestro gritó acercándose rápidamente y empujando a Yui, a la cual logró arrojar justo debajo de las gradas en donde estaba protegido.

Luego de aquel espantoso momento, los lamentos de las vidas que estaban al borde de la muerte fue lo único que se podía escuchar. Algunos tuvieron la fortuna de ser golpeados justo en la cabeza por las vigas, dándoles una muerte instantánea e indolora. Pero otras se retorcían de dolor y desesperación, tratando de salir de la prisión de metal doblado en la cual estaban.

Yui quedó perpleja al ver como el profesor que hace solo unas milésimas de segundo atrás le había salvado la vida, había perdido su cabeza justo en frente ella, su grito de horror fue tan desgarrador que retumbo hacia las profundidades de aquel bosque que se llenaba de una extraña, oscura y espesa niebla, cubriendo todo lo visible a su paso, dejando la academia sumida entre el abismo y la oscuridad.