Academia Fantasma - 02

63 años después.

12 de junio de 2025

Por medio de una autopista concurrida, obstruida levemente por gran cantidad de tráfico, iba un bus escolar.

En su interior, viaja el curso completo de 45 estudiantes de segundo año, pertenecientes al poco conocido Instituto Bosston. En él, iban cantando y disfrutando del karaoke desde que partieron del instituto, el curso se encontraba feliz y emocionado por su ultimo paseo juntos, pues ya en tercero todos debían afrontar la difícil decisión de tomar un camino que los separaría o quizás los juntaría.

En el fondo del bus, por la fila de asientos de la izquierda, iban tres amigos que la verdad no estaban entusiasmados ni unidos a la felicidad del resto de la clase.

Estos eran Yuki Jaehat de 16 años, Alex Lagos de la misma edad y Gen Winsley de 15 y medio.

Este trio de amigos era único en la clase. Desde que ingresaron a primer año es como si las coincidencias inexplicables del destino los hubieran unido, y desde ese momento nunca se han separado.

Los tres compartían gustos y aficiones por lo que no tardaron en llevarse bien y pasar todo el año juntos, confiando plenamente en el otro.

Los demás integrantes de la clase por supuesto no veían con buenos ojos el cómo los tres se distanciaban de todos y solo pensaban en sí mismos.

—Agradezco que no tengamos paseos de curso cada semana— dijo Alex mientras contemplaba la bulla a su alrededor. —No soportaría tener que escucharlos cantar cada semana, me vuelven loco—

—Y que lo digas, todos cantan y cantan, no se ponen de acuerdo para cantar solo una canción, ya ni siquiera entiendo que es lo que están cantando— le respondió Yuki.

—¿Por qué no colocarnos nuestros audífonos y olvidarnos de ellos?, la buena música impedirá que los escuchemos— sugirió Gen. —La verdad, tienen toda la razón. Es bastante molesta toda esta bulla—

—Ya lo intenté, sus voces son tan molestas que hacen que haya eco entre la canción y sus chillidos—

—Ya no falta mucho para llegar al siguiente pueblo, allí descansaremos un momento de todo este escándalo—

—Dios te oiga, Gen, ya no lo soporto—

Finalmente, y tal como Gen había dicho, no falto mucho para que el bus llegara a uno de los pueblos que estaban a orillas de la ruta del paseo.

El curso pudo bajar del bus, caminar un poco para estirar las piernas, comprar bocadillos y bebidas, y tomar algo de aire fresco.

Por otra parte, uno de los estudiantes llamado Will Murphy se había mareado en el trayecto, y justo antes de llegar al pueblo había vomitado en su asiento, por lo que el conductor del bus apodado “Bill” tuvo que limpiar todo ese desastre.

La novia de Will, Annerose Tino, estaba siempre a su lado. A pesar de ser muy miedosa y tímida ella era realmente entregada a su relación. Incluso superando ese miedo en ocasiones, claro que ni ella misma se daba cuenta.

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Estuvieron en el pueblo durante una hora, tiempo en la cual todos aprovecharon de sacar fotos para su uso personal y una foto grupal junto a los profesores que los acompañaban. El profesor de matemáticas, Marcelo Novoa. El profesor jefe del curso, Matías López y para asistirlos en este viaje una profesora recién llegada, muy querida entre el alumnado, que fue electa para acompañarlos, su nombre es Elizabeth Becket.

Tras que el olor a vomito finalmente dejara el bus, y todo estuviera en condiciones, el curso retomó su viaje. Pero al momento de llegar a las montañas y comenzar su ascenso Will volvió a marearse, estaba a punto de cometer una tragedia sobre su linda novia, por lo que ya no pudiendo ignorar el asunto, Yuki, quien sacó una bolsa de papel de su mochila que siempre llevaba por algún accidente de este tipo, evitó la asquerosa tragedia.

Luego de cuatro horas de recorrido, el sol finalmente estaba siendo engullido por el mar y para fortuna de Yuki, Alex y Gen, la mayoría de sus compañeros estaban dormidos, por lo que no habría karaoke y chillidos esta noche. Pero lo que si hubo y que apreció de la nada fueron fuertes relámpagos y truenos, seguidos de una intensa y fuerte lluvia.

—Que extraño— dijo Gen al revisar su celular. —Según esto, no debería de llover en toda la semana—

—Esto no es solo una lluvia, Gen, es una tormenta eléctrica, estas no avisan siempre, son imprevistas—

A medida que el bus avanzaba, se adentraba más y más en lo que se había convertido en una verdadera tormenta.

El viento comenzó a soplar con tal intensidad que lograba que algunos árboles se ladearan.

Los rayos despertaron al resto del grupo, quienes estaban con un leve shock por el susto.

—¡Kyaaa!, no me gustan los rayos— Gritó Annerose asustadísima.

—Tranquila, amor. La probabilidad de que un rayo golpe en el bus son de una en un millón— dijo Will tratando de tranquilizarla.

—Eso no me tranquiliza para nada, ¿y si somos ese uno de un millón?—

No dio resultado.

¡ ¡ ¡ SKREEEEEEECHHH ! ! !

El bus frenó de golpe sorprendiendo a todos, los que aun dormían fueron despertados abruptamente, luego de que sus cabezas se golpearan contra el respaldo del asiento que tenían en frente.

La presidenta y vicepresidenta del curso, las gemelas Nagi Stuart y Lani Stuart fueron las primeras en buscar respuestas ante la situación.

—¿Que sucedió? — preguntaron ambas al unisonó.

—Pues al parecer hubo un deslave y bloqueo la carretera, hay varios policías afuera y la señorita Elizabeth fue a hablar con ellos, para ver la situación más de cerca— le respondió el profesor Matías.

Yuki abrió la ventana del bus y sacó su cabeza para ver que ocurría, quedando de inmediato empapado por la fuerte lluvia. Efectivamente como decía el maestro Matías, había ocurrido un deslave y varios metros de tierra junto con varios árboles que estaban obstaculizando la ruta.

La maestra Elizabeth estaba a orillas de la carretera mientras hablaba con un oficial de policía.

Con una vista privilegiada, a pesar de que la lluvia obstruía un poco la visión, Yuki fue capaz de apreciar un detalle en particular, el rostro del policía, el cual reflejaba horror y miedo, como si estuviera viendo algo realmente terrorífico y ciertamente desconcertante.

Luego de unos minutos la maestra Elizabeth subió al bus con sus ropas empapadas.

—Al parecer hay otra ruta para continuar, es por el medio del bosque, pero es una ruta que no se usa hace más de 50 años, así que no sabría decir en qué condiciones se encuentra, quizás este peor que esta—

—Si es la única alternativa, no tenemos que pensarlo más, si la tormenta empeora, podríamos estar días aquí estancados en medio de la carretera. Bill, ¿conoces la ruta de la que habla la Maestra Elizabeth? —

—Si, está unos pocos metros más atrás, justo al lado de unos manzanos muertos—

—Bien, demos vuelta y usemos esa ruta—

Obedeciendo al maestro Marcelo, Bill dio un giro de 180 grados y regresaron por el mismo camino donde vinieron.