AkiTora - 07
Capitulo 7.
Negociaciones.
Había sido un día ajetreado para Aki quien acababa de terminar de dar su presentación en la prefectura de Hokkaido, habían transcurrido ya unos dos meses y medio desde que comenzó su gira y en ese tiempo se había presentando en diferentes regiones alrededor del país, como Kyushu en las prefecturas de Okinawa, Kagoshima, Miyasaki y Fukuoka, así como en Honshu en la prefectura de, Aomori, Akita y Fukushima.
Eran alrededor de la una y media de la madrugada cuando nuestra estrella de pop se encontraba sentada en el piso frente a una pequeña mesa de madera redonda. No tenía mucho tiempo desde que había terminado el concierto en el que había regresado al hotel tras comer algo ligero para que no le cayera pesado a su estómago y ahora se encontraba sentada en medio de esa vacía habitación sin poder dormir aún. Tenía entendido que el día siguiente tomaría un merecido descanso en donde Tomoyo la había invitado a realizar turismo, pero estaba algo dudosa en si aceptar o no su propuesta ya que se encontraba bastante cansada.
Tal como había mencionado el director de la disquera, en ese tiempo de gira había estado pensando en nuevas canciones, después de todo aún quedaban unos tres meses más de gira antes de poder volver a la capital y no tenía intención de llegar con las manos vacías. Pensaba trabajar doble en esa temporada para que cuando regresara pudiera tomarse aunque sea unas dos semanas de completo descanso sintiéndose segura de que ya tenía bastante material preparado para presentar; sin embargo, a pesar de ser ese el plan, Aki se encontraba en un gran bloqueo mental en ese momento. Por alguna razón no lograba poner en orden sus ideas y gracias a eso su habitación se encontraba hecha un desastre con un montón de bolas de papel arrugadas esparcidas por el piso.
No le tomó mucho tiempo concordar con su manager en lo que le había dicho anteriormente esa misma mañana. Ella se estaba sobrecargando de trabajo y es por eso que su cerebro no se encontraba trabajando en su plena capacidad dado que necesitaba de sus respectivas horas de sueño para poder reponerse.
Tras escribir una última nota en su cuaderno de apuntes, decidió ponerse de pie, estirarse un poco y después dirigirse a la cama tras cepillarse los dientes y sostener su largo cabello en una trenza con el objetivo de que este no le amaneciera enredado.
Tras cerrar los ojos, sólo pudo esperar que su manager la dejara dormir hasta tarde ya que no tenía ninguna intención de madrugar.
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Mientras Aki se iba al mundo de los sueños, para cierta banda de rock la noche apenas empezaba. Se encontraban en la habitación del hogar de Tora. Habían comprado botellas de alcohol y frituras junto a algo de comida para botanear. Se encontraban jugando el juego de «yo nunca, nunca» mientras bromeaban y reían.
La ocasión del festejo es que ese día por fin, los padres de Yuu habían aceptado el que su hijo se uniera a la banda y habían aceptado firmar el contrato oficial con la única condición de que permitieran que los abogados de la familia lo revisaran y se hicieran los arreglos necesarios para que la familia se sintiera a gusto, por lo cual ya habían acordado una fecha de reunión en donde estarían presentes de igual manera los abogados de la compañía y todos los miembros de la banda junto a Yuu y sus padres.
Para ser sinceros, habían pensado que sería imposible convencer a los padres del pequeño y adorable Yuu. Los intentaron convencer desde aquella reunión en el restaurante de Yakiniku, pero los primeros encuentros con la familia del muchacho fueron nulos ya que ni siquiera habían accedido a verlos. De tal manera que todos sus contactos con los padres del chico hasta el momento eran a través del mismo quien seguía diciéndoles que lo único que tenían que seguir haciendo era insistir. Yuu estaba bastante convencido de que sus padres terminarían por acceder tarde o temprano ya que por su parte se había encargado de suplicar fervientemente a sus progenitores por la oportunidad de entrar en la banda que tanto había admirado por algunos años lo cual había terminado por ablandar a sus padres quienes solían mimarlo demasiado.
Todo había sucedido esa misma tarde, cuando los padres de Yuu después de tantas insistencias por parte de su hijo por fin habían accedido a verlos, cosa que aprovecharon y se arreglaron de la mejor manera que pudieron a recomendación del castaño, quien les había dicho que por favor llevaran ropa más normal. No les había pedido precisamente que fueran vestidos de gala, pero tampoco quería que vistieran con sus facetas de estrellas de rock como solían andar, con ropaje oscuro, uñas y maquillaje llamativo, exceso de accesorios y botas con plataformas, lo que había resultado ser un mayor reto para Tora, Julian quienes eran los dos seres más narcisistas que habitaban en todo Japón y por lo mismo estaban bastante orgullosos de sus atuendos normales, sin embargo terminaron por aceptar el cambio de look.
Nuestra vocalista había dejado que Yuu escogiera su atuendo, para lo cual había acordado que lo único que no cambiaría de su atuendo eran sus inseparables pupilentes carmesí ya que, según ella, esos pupilentes eran algo así como los lentes para ocultar la identidad de superman y no iba a dejar que alguien pudiese tomarle una fotografía por accidente y lo divulgara por los medios. Después de todo, el hecho de no mostrar su verdadero color de ojos había desembocado un cierto grado de misticismo entre los fans.
En internet había bastantes teorías conspiranóicas de por qué Tora no mostraba su verdadero color de ojos ante la cámara, desde que tenía memoria nunca había sido fotografiada con su verdadera tonalidad de orbes esmeralda, incluso cuando había asistido al colegio en ningún momento había permitido que alguien la fotografiara, negándose incluso a participar en la foto del anuario cuando se graduó de la escuela media. Enfrente de las cámaras siempre se esforzaba por ocultarlos.
Inicialmente había empezado como un juego para la castaña, quien quería crear una especie de alter ego entre su vida personal y su vida como artista, pero nunca había pensado que esa pequeña excentricidad escalaría altos niveles de forma rápida y crearía tanta curiosidad en el fandom hasta tal grado de inventarse historias sobre por qué no mostraba sus ojos. Actualmente a la disquera le gustaba ese tipo de publicidad y le habían pedido de favor que continuara con el misterio, así que solía ser bastante cuidadosa y usaba lentes oscuros cuando no llevaba los pupilentes puestos.
Yuu tenía buen gusto cuando se trataba de escoger ropa a la moda. Se había encargado de supervisar el atuendo de todos los integrantes de Schleife antes de llevarlos a conocer a su familia. Cuidó ser muy cuidadoso con el atuendo de la vocalista, ya que sabía que ella era muy especial con su manera de vestir y no quería hacerla sentir incómoda de ninguna manera, así que, a pesar de que le hubiera gustado escoger colores pasteles mucho más animados que los que solía utilizar por la muchacha, optó por continuar escogiendo la paleta de colores de preferencia de la muchacha, haciéndole usar una blusa negra con rayas blancas que se ajustaba a sus curvas con algo de encaje en la parte superior, unos pantalones ajustados de mezclilla, zapatos de tacón bajo color hueso y una boina color roja igual con rayas negras que le daban un aire de muchacha francesa el combinaba bien con todo el conjunto. Igualmente, lo acompañó con pulseras en la mano izquierda de oro, aretes largos del mismo color que la boina, un cinturón y un maquillaje discreto contrario a las sombras llamativas que solía utilizar.
—Jajajaja —Se burló Julian—. Te ves muy bien —Dijo mientras arqueaba una ceja y sonreía de manera pícara— Ahora sí te pareces más a tu hermana.
—Cállate… —Contestó mientras lo fulminaba con la mirada para después observarse a sí misma algo incómoda por sentirse dentro de un atuendo mucho más pop del que le hubiera gustado.
—Por lo menos combinamos —Dijo entretenido.
Julian llevaba puesta una camisa blanca abotonada con un saco negro, pantalones de vestir y zapatos. Bastante elegante para lo que solía usar habitualmente. Tenía su cabello recogido en una coleta baja dejando que los mechones de cabello negro cubrieran parcialmente las perforaciones de su oreja para no causar mala impresión.
Aria por primera vez en mucho tiempo había decidido utilizar un vestido que le llegaba hasta la mitad del muslo de color azul con encaje, zapatos de tacón y medias lisas, aretes de aro y un collarín sencillo, mientras que Ciro se había vestido con una camisa azul, un pantalón blanco y zapatos negros, nada espectacular.
La mansión de Yuu era enorme, debían de conducir un pequeño tramo en auto antes de poder llegar a la entrada principal; tenía extensos jardines y flores por doquier, una fuente en el centro enfrente de la entrada principal la cual tenía algunos grabados barrocos. Sin duda tenía un aire de castillo, y para ser honestos, era un lugar bastante impresionante, todos los miembros del grupo estaban impresionados de ver el lugar en el que vivía el muchacho a su corta edad. Todos los miembros de Schleife por supuesto estaban bien acomodados gracias a su trabajo, y tenían igual casas impresionantes, pero no se comparaban para nada con ese lugar el cual parecía sacado de algún cuento de hadas, incluso Tora se empezó a preguntar si no estaba tratando con alguien del linaje imperial.
Sorpresivamente el padre de Yuu parecía ser alguien de apariencia estricta. No se parecía nada a su hijo, tenía una mirada inexpresiva, cabello color negro, rasgos duros, un aspecto de empresario y algunas arrugas que demostraban severidad en sus acciones. Su madre por otra parte, era todo lo contrario, se veía como un ángel, tenía el cabello largo y ondulado de un hermoso color caramelo y ojos miel, parecía bastante joven y tenía unas curvas bien marcadas junto a un busto de un tamaño envidiable. Sin duda no era japonesa.
Estuvieron hablando alrededor de dos horas sobre tecnicismos, sobre qué es lo que harían en caso de que él aceptara unirse a la banda, cómo le harían publicidad, sobre las ganancias, y que su contrato estaba pensado para redactarse para un tiempo de un año, el cual por supuesto contaría como un tiempo de prueba en caso de que él decidiera cambiar de opinión y no renovarlo, sin embargo la banda se mostró accesible y le informó a los padres que si un año les parecía demasiado podían hacer que se redactara para la mitad de ese tiempo como habían estado haciendo hasta ahora, aunque por supuesto, cuando esas palabras salieron por la boca de Julian, la expresión de Yuu cambió, se notaba que no tenía intención de abandonarlos tan pronto y sus padres parecieron entender ese gesto como un reproche para que no intentarán irse por aquella vía.
Los señores Okumura, sin embargo, mostraron muchas trabas diciendo que Yuu estaba bastante ocupado en casa, en sus clases privadas y mencionando que no les parecía una idea alentadora dejarlo irse por ese camino. Incluso mostraron su disgusto a la banda, ya que no eran muy fanáticos del rock, mencionaban que si fueran parte de una orquesta o tocaran música clásica por supuesto no habrían dudado ni un instante en dejar que su hijo se uniera pero que no pensaban dejar que su talento se desperdiciara en un hobbie, cosa que molestó a todos, especialmente a Tora.
—Discúlpeme si interrumpo señor —Dijo la castaña—. Estoy totalmente de acuerdo en que su hijo es muy talentoso, esa es la razón principal por la que deseamos tanto que se una a nosotros, sin embargo debo corregirlo en lo que menciona sobre el rock —Se aclaró la garganta—. Contrario a lo que piensa, no es un género sencillo de tocar. Por supuesto el medio está rodeado de personas que podrían pasar por amateurs, sin embargo, Schleife siempre se ha esforzado por mantener un alto grado de excelencia, todos los integrantes de la banda son gente estudiada que empezaron a tocar desde edades muy tempranas. Yo, por ejemplo, empecé a cantar desde los cinco años. Eso significa que he pasado 17 años de mi vida dedicándome únicamente a perfeccionar mis habilidades; aparte del canto sé tocar la guitarra y el piano, incluso llegué a participar en concursos oficiales de piano, si es que le interesa saber que no solo me interesa la música contemporánea, sino que también tengo conocimiento de la música clásica y toda la parte teórica, desde niña lo estudie —Hizo una pausa y luego señaló a Aria—. Ella es una guitarrista de primer nivel; empezó a practicar desde los 8 años, pero también sabe sobre composición, sabe tocar el teclado y un poco de batería. Ciro, por su parte, sabe cantar, tocar el bajo y es bueno haciendo mezclas —Antes de que alguno de los dos padres pudiera decir algo más, Tora añadió— Como puede ver todos manejamos más de un instrumento, tenemos las bases de la teoría musical, la composición, el ritmo, el oído musical así como el manejo de programas adecuados para el medio en el que nos movemos, cada uno de nosotros nos complementamos en lo que pueda fallarle al otro, sin embargo, si lo que busca es excelencia —Señaló a Julian—, aparte de ser un Dios con la guitarra, canta, toca el violín, el bajo y es egresado de Geidai —El salón se quedó en silencio por unos momentos antes de que el padre se levantara de su asiento.
—¿Geidai? —Dijo impresionado el señor Okumura— ¿La escuela Nacional de Bellas Artes y Música en Tokio? —Dijo incrédulo— No sabía que tenían a un egresado con ustedes… Es una de las Universidades más antiguas y de más prestigio en el país —Volteó a ver a su hijo—. ¿Eso es cierto? —Yuu asintió con la cabeza— ¿Y por qué no lo dijiste antes muchacho?, yo pensé que habías empezado una fase de rebeldía… —Miro ahora a Julian—, ¿Cómo es que tú te dedicaste a esto en lugar de ir al extranjero?, siendo un egresado de Geidai podrías haber probado suerte en Europa—Dijo sin entender.
—Señor, con todo respeto. En todos mis años de carrera no pude encontrar de ninguna manera la pasión que me provoca estar frente al escenario como me lo causa tocar junto a ellos —Vió a todos sus compañeros—. Puede que los menosprecie por no tener un título Universitario como el mío, pero le aseguro, como estudiante de Geidai, que muchos de los alumnos que estudian ahí están cegados por una gran soberbia, a muchos se les sube a la cabeza pertenecer a una escuela de tantísimo prestigio y menosprecian a los demás cuando su nivel no es tan impresionante como lo hacen creer —Volteó a ver a Tora—. Nuestra hermosa vocalista, por ejemplo —Sonrió—, ella es la que se esfuerza más. La conozco desde niño y siempre la he visto ensayando, lo hacía por horas todos los días, sin falta alguna, a tal grado que nunca vi a nadie en Geidai que tuviera una voz tan preciosa y pulida como la suya, y eso que he conocido a muchas alumnas de canto en el pasado pero nunca escuché tanto amor y pasión de nadie como él que ella regala en su trabajo. Tora podrá haber aprendido todo lo que sabe por su propia cuenta, pero eso no quita que sea una excelente profesional —Vio ahora a sus compañeros—. Todos se esfuerzan en dar lo mejor de sí, como antiguo alumno de Geidai le puedo asegurar… Que todos son excelentes músicos, y por lo mismo de que buscamos excelencia, es que queremos a su hijo con nosotros.
Por supuesto, que después de ese discurso cualquiera aceptaría. La siguiente media hora fue sobre los arreglos que ya se habían mencionado anteriormente para la firma del contrato, y algunos detalles extra sobre la manera de trabajar de la disquera, sus políticas de privacidad, derechos de autor, etc.
Es por eso que ahora se encontraban celebrando tan noche, sin duda tenían que festejar. Esos dos padres mimadores habían sido un trabajo duro, por un momento habían pensado que no lograrían convencerlos e inclusive se habían molestado cuando menospreciaron su trabajo, pero por suerte los dos líderes de Schleife los habían defendido y habían hecho valer todos sus años de arduo trabajo, de desvelarse y arruinarse las manos para alcanzar el nivel que tenían, todo su esfuerzo, los callos que tuvieron que hacerse al dominar sus respectivos instrumentos, todas las lágrimas derramadas. No había duda de que todo Schleife era una pequeña familia, que se apoyaba mutuamente, se daba aliento y siempre apreciaba el trabajo de los demás a pesar de que por fuera parecía que no se apreciara a primera vista por todas las burlas internas que se hacían, y ahora se había agregado un nuevo integrante a aquella familia, un pequeño y adorable hermano menor del cual igualmente tenían muchas expectativas.
—Gracias por defenderme Julian —Dijo Tora por lo bajo mientras se sentaba al lado del chico aprovechando que los demás integrantes de la banda se encontraban ahora en medio de una discusión debido a que Ciro no quería confesar uno de sus secretos en el juego de «verdad o reto» que se había dado gracias a un pequeño juego de alcohol en el que por supuesto Yuu sólo era un observador ya que aún no tenía edad para ingerirlo.
—¿Por qué? —Mencionó sin comprender mientras seguía viendo la escena en un gesto despreocupado— No dije nada que no fuera cierto.
—De todas formas… Gracias —Repitió mientras un tenue sonrojo coloreaba sus mejillas y soltaba una sonrisa sincera.
—De nada —Respondió el azabache quien la volteó a ver por primera vez mientras le contestaba con otra sonrisa cargada de dulzura mientras acariciaba la cabeza de la castaña en un gesto afectivo.
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Otro día había empezado, eran las doce de la tarde cuando Aki se levantó. Se sentía aún un poco cansada, sin embargo, su cuerpo no estaba acostumbrado a levantarse tan tarde por lo cual decidió levantarse y pedir algo de desayunar a recepción. Una vez que se lavó los dientes, procedió a revisar su teléfono celular para leer el mensaje de Tomoyo en el cual le preguntaba si tenía deseos de hacer viaje turístico o si prefería quedarse a descansar, a lo cual tan solo suspiró para después acceder.
Después de todo no se sentía tan agotada como pensó que amanecería la noche anterior, y no le vendría mal despejarse un poco y respirar algo de aire fresco. Había acordado la noche anterior, que su bloqueo mental se debía al constante estrés que había estado viviendo en los últimos meses de gira, de tal manera que estaba segura que una vez que se relajara y despejara su cabeza, la inspiración volvería a su cuerpo.
Una vez arreglada y desayunada, se apresuró a salir del hotel para encontrarse con Tomoyo quien ya había ordenado unos de los autos del hotel para que los llevaran al centro. Por supuesto que Aki había regresado a sus lentes oscuros, su sombrero y su cubrebocas para intentar pasar desapercibida, y aunque sinceramente, Tomoyo pensaba que eso no ayudaba en mucho, prefería eso a nada, así que no le dio mucha importancia.
La manager sabía que su amiga había estado muy atareada intentando escribir nuevas letras. Lo sabía porque la conocía a la perfección y era obvio que le mentía cuando le decía que se iría a dormir temprano ya que al día siguiente despertaba con unas ojeras enormes. Es por eso que quería dejarla descansar aunque sea ese día, quería que su mente se despejara y sabía que a Aki le encantaba salir a ver el paisaje y a las personas ya que generalmente tenía que estar oculta debido a sus circunstancias no solo de ser una persona famosa, sino de ser hermana de alguien aún más famosa con la cual compartía el mismo rostro.
Empezaron por ir a algunas tiendas locales ya que la muchacha tenía interés en comprar recuerdos de las regiones en las que había pasado, así que estaba viendo diferentes artículos, desde llaveros, separadores de libros, camisetas y tazas con el nombre de la región grabados decidiendo que comprarse. Parecía bastante entretenida viendo todo y al final se decidió por comprar una almohada rosada con forma de cilindro la cual le pareció conveniente ya que estaba bastante cansada de dormir con las almohadas de los diferentes hoteles a los que iba dado que en muchas ocasiones eran duras y provocaban que se torciera el cuello.
Continuaron yendo al parque Odori en donde se subieron a la Torre de comunicaciones de Sapporo en la cual podían apreciar todo el paisaje desde arriba. Habían grandes zonas verdes, personas paseando y divirtiéndose, hermosos árboles florecientes que animaban la vista y brindaban calor al ambiente. Desde arriba podía verse los diferentes puestos de comida que había en el parque los cuales Aki, quiso ir tras quedarse descansando una media hora en una de las bancas de las zonas verdes mientras disfrutaba la briza del aire. Compraron takoyaki para variar y caminaban por los alrededores mientras veían a su alrededor, todo le parecía precioso.
Tomoyo se encargaba de cuidar que nadie volteara a verlas más de lo necesario pero todo parecía marchar bien, nadie les estaba prestando atención dado a que estaban ocupados en sus propias cosas y eso la tranquilizaba. Al principio había pensado si era bueno llevar a un guardaespaldas para que las cuidara pero sabía que al hacer eso llamaría mucho más la atención así que había preferido no hacerlo, sin embargo eso no evitaba que intentara cuidarla por todos los medios posibles.
—Comer takoyakis me dio mucha sed —Mencionó la ojiverde.
—Espérame aquí —Dijo Tomoyo—. Iré a buscar unas bebidas.
Tras decir eso, la manager regresó sobre sus pasos, habían visto unas máquinas expendedoras de bebidas cerca de la zona de comida así que supuso que iría ahí. Mientras Aki la esperaba, decidió irse a sentar a una zona alejada de las personas y cerca de un árbol que proyectaba una enorme sombra, por lo cual podría irse a relajar. Mientras se recargaba en el tronco podía observar a lo lejos a una familia jugando con un pequeño cachorro el cual estaba jugando con una rama de árbol persiguiendola tras que un pequeño niño la lanzara.
La escena le pareció adorable, de manera que se quedó un momento observando la escena, mientras el cachorro buscaba la rama, y regresaba nuevamente a su dueño para esperar que este la lanzara nuevamente y así repetir el proceso. Después desvió su mirada para ver qué más podía mirar y se alegró al observar algunas ardillas corriendo por el pasto para después subirse por los troncos de los árboles y desaparecer entre la espesura de las hojas.
—Disculpa —Escuchó una suave voz llamarla lo que ocasionó que regresara su atención al frente en donde pudo observar a una muchachita rubia de grandes ojos azules, piel blanca como la porcelana. Su rubio cabello que simulaba al oro caía en tenues caireles sobre su espalda media, traía puesto un vestido rosa que le llegaba a las rodillas, medias blancas, zapatos bajos y un sombrero que combinaba con el vestido, sin duda parecía una muñequita.
—S… ¿Sí? —Preguntó algo nerviosa al notar como la niña, la cual parecía tener unos 16 años aproximádamente la observaba fijamente.
—De casualidad… Tú no eres… —Aki sintió su corazón acelerándose al darse cuenta de que sucedería lo mismo que pasó en el centro comercial— Tú eres… ¿Aki-san?
—… ¿Eh? —Exclamó sin entender.
Continuará…
Fujiwara Aki
Nakano Tomoyo
Fujiwara Tora
Testa Julian
Nakamura Ciro
Shimura Aria
Aoyama Yuu
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