AkiTora - 08
Capítulo 8.
Nuevo talento.
Aki observaba la escena totalmente confundida, no terminaba de procesar lo que estaba sucediendo. La habían descubierto en un parque público donde fácilmente podría convertirse en un escándalo si es que ella no aclaraba la situación por lo que debería de hablar rápido, sin embargo se encontraba bastante desconcertada y feliz al saber que en esa ocasión la habían reconocido, por lo cual tenía ganas de gritar que sí era esa persona, aunque sabía que no debía de hacerlo. Tomoyo no tardaría en regresar con las bebidas, y si se daba cuenta que en ese breve tiempo en el que desapareció la habían descubierto ya no confiaría en ella nuevamente para salir a la calle sin ayuda de un guardaespaldas.
En su momento de silencio, levantó la mirada para observar con más detenimiento a la muchacha que la había descubierto, acción que le ocasionó gran sorpresa. La persona que la miraba era una hermosa muchacha la cual se veía de unos 15 o 16 años aproximádamente, tenía un hermoso cabello color dorado que caía sobre sus hombros en preciosos caireles, su piel era semirosada y lechosa, era poseedora de unos enormes ojos de un color azul profundo bastante cautivadores que hacían que te perdieras inevitablemente en ellos, llevaba puesto una blusa verde, un pantalón de mezclilla, zapatos abiertos, y dos moños rosas adornando su cabello, sus pechos eran pequeños y redondos, las facciones de su rostro eran finas y redondeadas, orejas pequeñas, al igual que sus finas manos. Sin duda alguna, esa muchacha parecía una muñequita de porcelana.
—¿Disculpa? —Preguntó Aki sin saber bien qué otra cosa responder.
—Sí —Reafirmó la rubia mientras ladeaba la cabeza en un gesto adorable— ¿Eres Aki-san, verdad?
—Debes de estar confundiéndome —Contestó la castaña mientras se levantaba de su lugar y pretendía retirarse.
—No, no, no —La detuvo la menor—. No debes preocuparte, no le diré a nadie que estás aquí, así que por favor, déjame hablar un poco contigo.
—De verdad estás cometiendo un error —Insistió ya desesperada.
—No es cierto, sé que eres Aki-san —Sonrió de oreja a oreja mientras se inclinaba levemente para mirar aún más cerca las facciones de la castaña—. Aunque trates de ocultar esos hermosos ojos con esos feos lentes de sol, no puedes ocultar ese color verde tan peculiar, además, eres demasiado bonita como para que no pueda reconocerte en la calle solo porque vistas con prendas discretas, aún así llamas la atención.
—Emm… —Aki retrocedió unos pasos al mismo tiempo que su rostro enrojeció gracias a los halagos de la muchacha, no estaba acostumbrada a ser adulada y mucho menos por alguien tan linda— ¿Enserio crees que soy bonita?
—¡Por supuesto! —Contestó entusiasmada mientras sus ojos brillaban— Ese color de cabello y tus ojos son preciosos, no deberías ocultarlos… —Se calló por unos segundos— Bueno, teniendo en cuenta que eres alguien famosa, entiendo por qué lo haces —Corrigió.
—Perdón… —Se rascó la nuca en un gesto confundido— ¿Me podrías decir quién eres?
—¡Oh! —Exclamó mientras se llevaba su mano a la boca en un gesto de sorpresa— Pero que descortés soy, hablándote como si te conociera de toda la vida —Negó con la cabeza como si desaprobara sus propias acciones—. Mi nombre es Liah.
—¿Liah? —Repitió— Que nombre tan bonito, nunca lo había escuchado —Observó a su alrededor para ver si su manager ya venía de regreso pero no la veía en la lejanía, así que regresó su atención a la oji azul—. Hablas muy bien el japonés.
—¿Mmm?, ¡Por supuesto que sí! —Contestó ofendida mientras fruncía el seño— ¡Soy japonesa!
—¿Eh? —Exclamó sorprendida mientras la sangre volvía a subirse a su cabeza por la vergüenza— Lo… ¡Lo lamento!, es que yo asumí que… ¡Perdón! —Dijo mientras hacía una rápida reverencia, quería que se la tragara la tierra, sin embargo levantó la cabeza nuevamente cuando escuchó a la chica echarse a reír, aquel sonido era tan dulce y suave, nada escandaloso, como una suave brisa.
—Perdón, perdón —Se disculpó mientras intentaba aguantar la risa—. Sólo te jugué una broma, no pensé que te lo tomarías tan en serio —Dijo mientras sonreía dulcemente—. En realidad soy de Estados Unidos —El color del rostro de Aki cada vez se asemejaba más y más al de una manzana—. En serio, lo lamento —Insistió tras notar la incomodidad de la muchacha.
—Ya veo… —Contestó un poco ofendida mientras desviaba la mirada.
—En realidad llevo unos pocos años viviendo en Japón —Empezó a explicar para intentar aligerar el ambiente—. Siempre he sido fan de Japón y de su cultura, así que desde muy pequeña me esforcé para aprender el idioma ya que tenía muchos deseos de venir.
—¿Tú sola?
—Bueno… En realidad estoy aquí gracias a una beca que conseguí para estudiar en el país.
—Ya veo, debe de ser duro.
—Al contrario, es muy divertido —Respondió mientras levantaba los brazos en un gesto infantil—. Aunque al principio tuve que hospedarme en la casa de una familia japonesa quien me hizo el favor de recibirme y dejarme estar en su casa como parte de su familia, por supuesto no quería ser una molestia así que siempre trabajé para poder alquilar un departamento aunque fuera pequeño.
—Pequeña, pero muy trabajadora —Susurró más para sí misma que para la muchacha.
—Jajaja, tienes razón, si soy pequeña —Volvió a sonreír tras notar nuevamente la incomodidad de la mayor tras saberse escuchada—. En realidad no tengo intención de incomodarte de ninguna manera —Intentó tranquilizarla—. Tampoco quiero armar un alboroto, así que no te preocupes, tan sólo quería saludarte.
—¿Saludarme?, ¿A mi? —Preguntó un poco incrédula.
—¡Sí! —Contestó entusiasmada— Después de todo eres una importante senpai.
—¿Senpai?
—Sí, en realidad yo también estoy metida dentro del mundo de la música, mi objetivo es ser una famosa cantante en el futuro, aunque claro… Apenas soy novata —Rió nerviosa mientras se rascaba la cabeza—. Desde niña me gustaba la música japonesa y su cultura como había mencionado, así que en realidad me esforcé por aprender a cantar y busqué la manera de venir al país para intentar debutar.
—Eso es asombroso —Contestó la castaña con una genuina sonrisa—. A mí me pasó algo similar —Confesó mientras cerraba los ojos recordando los hermosos recuerdos de su infancia cuando cantaba al lado de su hermana frente al televisor de su sala—. Espero que lo logres.
—Muchas gracias —Dijo tras dar un pequeño brinco en señal de entusiasmo para después girar sobre sus propios pasos y notar que había a lo lejos una mujer de cabello castaño y corto con lentes llamándola desde lo lejos—. Si me disculpas, tengo que irme ya.
—Por supuesto…
—Nos volveremos a encontrar —Mencionó antes de echarse a correr en dirección a la mujer sin darle oportunidad a Aki de preguntar por qué decía eso, pero antes de que pudiera siquiera intentar pensar en aquello, otra voz le habló.
—¿Aki? —Preguntó Tomoyo tras notar que su amiga no le estaba haciendo caso— ¿Te sientes bien?
—Ah… Tomoyo —La volteó a ver algo sorprendida, no había notado en qué momento llegó— ¿Desde cuándo estás ahí?
—Te estuve llamando un rato pero parecías estar distraída —Tomoyo giró su vista en los alrededores mirando a la rubia alejarse—. ¿Quién era esa muchacha con la que estabas hablando?, logré verte cuando venía de regreso pero no logré distinguirla bien, ¿La conoces?
—Mmmm… No en realidad, vino a saludarme, creo que era una fan.
—¿Te dijo algo? —Preguntó preocupada.
—No… No, Tomoyo, no una fan de Tora —Corrigió sabiendo lo que su manager pensaba—. Ella… Me reconoció.
—Vaya… —Hizo una pausa para después decir— Que extraño, incluso a mí me costaría trabajo diferenciarte de Tora si es que las viera de frente, debe de ser realmente una fan si fue capaz de distinguirte a pesar de tu disfraz.
—Eso creo —Sonrió nuevamente mientras apretaba su vestido en la zona de su pecho cerca de su corazón—. En realidad… Me hizo feliz que lo hiciera.
—Tienes razón —Apoyó Tomoyo mientras se sentaba a su lado—. Me alegro por ti, Aki —Sin necesidad de decir nada más, la mujer le extendió la lata con bebida que le había pedido su amiga y se quedaron un rato observando el paisaje antes de continuar con su paseo.
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Mientras tanto, de regreso en Tokio, se encontraba cierta banda de rock haciendo desastre dentro de uno de los vestidores de su compañía. Ahora que habían metido oficialmente a un nuevo miembro a Schleife no podían desperdiciar el tiempo, ya tenían todos los papeles en regla y pronto se anunciaría la noticia del nuevo baterista que se había integrado a la banda de manera casi milagrosa y por mera casualidad en pleno concierto. Los rumores ya se habían extendido pero aún no había salido ninguna noticia oficial, ninguna entrevista ni afirmación sobre nada, así que los fans no podían hacer otra cosa más que teorizar, algunos incluso inventaban rumores y los habían expandido por internet haciendo aún más grande el asunto.
En ese momento se encontraban dentro de Wild Music Records en la zona de los vestidores, en donde siempre había una enorme cantidad de vestuarios diversos los cuales se encontraban a disposición de los artistas para que pudieran usarlos cuando fuera necesario, obviamente con los permisos del director, cosa que para ellos no representaba ningún problema, ya que al ser su gallina de huevos de oro, podían tomar lo que quisieran sin presentar una petición formal e incluso llevárselos a casa por varios días siempre y cuando los regresaran. Cosa que por supuesto utilizaban a su favor y aprovechaban cada que se encontraban en aprietos y no sabían que utilizar.
En esa ocasión el interés se centraba principalmente en Yuu, su nuevo pequeño miembro, al cual querían buscarle un nuevo estilo. Ahora que se había adentrado al mundo del espectáculo tenían que renovar su imagen para que no se viera como cualquier otra persona común andando por las calles, tenía que vestirse y actuar de la manera apropiada para una estrella y por supuesto, verse como tal. Tora se veía especialmente entusiasmada por ayudar al ahora menor del grupo a encontrar un estilo adecuado para él. A la castaña le fascinaba jugar con la apariencia de las personas, buscando y combinando atuendos, zapatos y accesorios, era una gran amante de la moda y tenía un gran estilo, no por nada era constantemente halagada en los medios por su increíble buen gusto, incluso algunas revistas de moda la habían llamado para ser la modelo invitada de sus nuevas colecciones de ropa.
—Muy bien, Yuu —Dijo la vocalista tras escoger unos pantalones de mezclilla, tenis blancos, una camisa ajustada de tirantes y una chamarra de mezclilla, asimismo le extendió unas muñequeras negras y una gargantilla lisa—. Este es un atuendo básico, no es demasiado extravagante, pero realza tu figura —Sonrió—. Por lo que veo, no va a ser necesario que te sobre exijamos a cambiar por completo tu apariencia, con un mínimo de esfuerzo considero que es suficiente para ti dado que no queremos que tu apariencia rockera se vea forzada y lo fundamental en tu aspecto vendría siendo tus facciones dulces.
—¿Dulces? —Preguntó sin comprender mientras arqueaba las cejas en un gesto inocente al mismo tiempo que sus mejillas se sonrosaban.
—Sip, a eso mismo me refiero —Contestó la muchacha mientras desviaba la mirada para evitar la necesidad de mimarlo como si fuera un niño.
—Tora habla de tus rasgos finos —Se metió Aria quien observaba la escena desde otro estante de ropa buscando más combinaciones para que el muchacho se probará—. A simple vista se nota que tu estilo es diferente al de Julian o Cirox.
—¿Mi estilo? —Se volteó a ver de pies a cabeza— ¿Hablas de mi ropa?
—No solo eso —Contestó la pelinegra mientras sacaba un par de pantalones negros—Tu manera de actuar, caminar, y comportarte es típica de un niño rico, lo cual es lógico teniendo en cuenta el lugar en donde fuiste criado, incluso tu postura te delata, tienes unos modales excesivos, lo cual no es malo, pero tu apariencia no encaja con la de el típico muchacho rebelde sin causa, ¿Me comprendes?, desprendes un tipo de aura muy… ¿Amigable? —Preguntó lo último sin saber si ese era el adjetivo correcto.
—Es todo cuestión de la personalidad —Continuó Tora—. Julian, por ejemplo, no necesita aparentar su aura de «chico malo», desde su apariencia saca a relucir cierta rebeldía y carácter fuerte, por lo cual en su caso resaltamos esa cualidad suya y lo estereotipamos aún más para que sea llamativo.
—¿O sea que sus aspectos son mera apariencia? —Preguntó el muchacho sin comprender.
—Jajaja, me gustaría decir que sí —Se rió Tora —. Pero Julian y yo por nuestra parte nos fascina vestir así todo el tiempo.
—Eso es ocasionado por su excesivo narcisismo por el cual siempre quieren ser el centro de atención —Dijo Aria mientras la miraba por el rabillo del ojo—. No se trata de aparentar —Corrigió la muchacha—. Al fin y al cabo dentro del mundo del espectáculo lo importante es resaltar, es obvio que no vivimos todos los días vistiendo atuendos glamorosos y excesivamente llamativos, sería agotador ir así por la vida, sin embargo frente a los medios tenemos que mantener cierta imagen —Continuó—. Al fin y al cabo terminan asociando esa apariencia con nuestra esencia y cada uno desprende su propia personalidad a través de esta.
—En tu caso, Yuu —Habló nuevamente Tora —, tus facciones suaves y tu amabilidad natural y cortesía que muestras concuerda a la perfección con la imagen del chico «adorable y torpe» —Sonrió—. Lo cual nos viene muy bien porque estábamos cargados de tipos toscos y altos, ya nos faltaba alguien que suavizara nuestro aspecto.
Yuu solo podía quedarse escuchando a las dos muchachas hablar. Había querido corregirlas en algunas cosas al sentirse un poco ofendido al ser catalogado como alguien «poco varonil» aunque fuera de manera indirecta, aunque las chicas no parecían entender que el hecho de llamarle «lindo» o «adorable» a un chico en muchas ocasiones resultaba ofensivo, aunque no tuvo ganas de replicar. Entendía un poco lo que querían llegar a decir con eso de las «apariencias» y las «auras», dado que él mismo era fan de Schleife y estaba al tanto de la imagen que proyectaban a través de pantallas, la cual no era necesariamente igual a como lo eran en la realidad, ahora que los conocía en persona podía notarlo claramente.
—¿Y por qué ellos no ayudan? —Preguntó Yuu mientras veía a Julian y Ciro sentados en unos bancos en una de las esquinas de la habitación, uno se encontraba con los audífonos puestos, y el otro estaba jugando videojuegos desde su celular.
—Ignóralos —Mencionó Aria mientras buscaba entre unos cajones algunos anillos, pulseras y collares que pudieran combinar con sus atuendos previamente escogidos—. Les suele aburrir mucho este tipo de cosas, cuando no se trata de ellos mismos suelen ser bastante indiferentes, prefieren dejarnos a nosotras o a las estilistas de la empresa la elección de los atuendos. Solo se preocupan por estos cuando se trata de sus propias prendas, ya que según ellos «no podrían permitirse verse mal» —Dijo en tono sarcástico obteniendo una mirada frívola de ambos chicos quienes lograron escuchar sus afilados comentarios.
—Pruébate esto —Dijo Tora mientras le pasaba un conjunto entero ya con todo incluido —. Los vestidores se encuentran por allá —Señaló con el dedo índice.
Cuando el castaño desapareció por la puerta Tora se estiró un poco y después se fue a sentar al lado del sexy guitarrista quien seguía con sus audífonos puestos, sin embargo, al verse cerca de la muchacha optó por apagar la música. Ciro seguía ensimismado en el videojuego así que ni siquiera se dio cuenta de la presencia de la muchacha por lo que en ese momento eran solo ellos dos, dado que Aria seguía buscando más ropa, parecía estar entusiasmada con el cambio de estilo, era algo que disfrutaba.
—¿Estás feliz por tu nuevo baterista? —Mencionó el chico mientras la miraba de reojo con sus preciosos ojos castaños.
—La verdad sí —Dijo tranquila—. Estoy harta de cambiar constantemente de gente —Suspiró—. La mayor parte de ellos fueron niñatos con el único objetivo de volverse famosos, tengo esperanzas en que Yuu pueda resolver nuestro problema —Volteó a ver al chico, ambos estaban muy cerca el uno del otro, parecían tener una unión especial—. ¿Qué opinas tú del novato?
—Mmm… Aún no podría decir nada —Se encogió de hombros—. Parece buen chico, y su habilidad con su instrumento es bueno, aunque aún le falta por mejorar, habrá que ver cómo lo hace, pero por lo menos veo que tiene pasión e interés, eso es buena señal.
—Vaya… —Rió enternecida— Eso quiere decir que lo tienes en alta estima, generalmente eres tan duro con los nuevos aspirantes, no recuerdo haberte oído hablar de alguien nuevo tan bien a tan poco tiempo de conocerlo.
—Porque la mayoría eran mediocres —Mencionó sin darle mucha importancia.
—¿Incluido Jio? —Dijo divertida.
—¡En especial ese sujeto! —Explotó mientras una gran vena roja surgía en su frente, señal de la molestia que le ocasionaba escuchar ese nombre.
—Aunque a Jio lo odiaste aún antes de escucharlo tocar —Lo miró con una mirada de picardia—. ¿Hay alguna razón en especial? —Ante eso último el muchacho desvió la mirada mientras un tenue sonrojo coloreaba sus mejillas.
—Cállate —Dijo antes de volverse a colocar sus audífonos para así ignorar a la chica ya que jamás admitiría que le molestó el hecho de que ese hombre llegara al estudio y lo primero que hiciera fuera intentar ligarse a Tora.
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A lo largo del día Aki había estado paseando de un lugar a otro en compañía de su manager, habían pasado algunas horas recorriendo el parque y sus alrededores, dándole de comer a los patos, comprando bocadillos y admirando paisajes, habían ido igualmente a algunas tiendas intentando alejarse de las zonas transcurridas para evitar que alguien la reconociera.
La muchacha buscaba disfrutar lo más que pudiera su día ya que esa noche se desvelaría nuevamente para seguir pensando en nuevas canciones y después se iría a dormir y pararse temprano ya que el día siguiente tendrían que partir al nuevo destino de su gira. Aprovecharía el viaje para seguir durmiendo y reponer energía.
Habían estado caminando por una zona comercial, dado que Aki tenía deseos de comprar algún recuerdo y algo de ropa del lugar así como provisiones para el día siguiente. Afortunadamente todas las personas se encontraban embobadas en sus propias cosas y nadie la notaba, por lo cual se sentía a en libertad de actuar con normalidad.
Entretenida y observando el lugar, se había encontrado con una constante en el paisaje. Se trataba de una gran cantidad de carteles en los cuales invitaban a la gente a asistir a un concierto gratuito al aire libre que se realizaría en el parque Oodori, en el centro de Sapporo a las seis de la tarde. Eso le llamó especial anterior ya que ese era el parque en donde habían pasado toda su mañana y no recordaba haber visto algo fuera de lo normal, tal vez se encontraba distraída en ese momento. Sin embargo, eso no impidió que su curiosidad aumentara y quisiera regresar a esa hora.
Al parecer, por lo que mencionaba el anuncio se mostrarían varias bandas independientes y aspirantes a artistas por lo cual no pudo evitar pensar nuevamente en la muñequita que había conocido en la mañana. Tal vez ella se presentaría en ese lugar, y esa era la razón por la que se la encontró en la mañana, podría estar reconociendo el lugar o haciendo pruebas de sonido, teniendo en cuenta el hecho de que ella le había mencionado que también quería ser cantante, no era una idea descabellada, y en realidad tenía curiosidad por escuchar que tan buena era.
—Tomoyo —Llamó a su manager—. Nosotras tal vez podríamos…
—Absolutamente no —La interrumpió—. No podemos ir a un lugar tan concurrido de gente, podría pasar un accidente y serías reconocida.
—¿Pero qué tiene de malo? —Renegó inflando sus mejillas de manera de puchero— Podemos escucharlo desde lejos —Defendió—. No es necesario que nos coloquemos hasta enfrente.
—Mmm… No es seguro.
—Por favor Tomoyo —Se tomó de la cabeza —. ¿No crees que a mí también me gustaría escuchar a alguien presentando un show y no sólo ser la que los presenta?, tengo ilusión de verlo.
—Ves muchos conciertos en el trabajo, cuando haces colaboraciones o conoces a colegas.
—¡No es lo mismo verlo tras bambalinas! —Suspiró— Quiero ser parte del público —Suplicó—. Hace mucho que no veo un concierto desde la perspectiva del público —Junto sus manos en forma de súplica—. Por favor Tomoyo, tendré cuidado.
—Mmm…
—Además —Sonrió—. Si me reconocen tal vez me inviten a cantar aunque sea una canción.
—Aki, es un evento para amateurs, no sería justo que les robaras el show —Levantó una ceja—. Además dudo que te dejaran subir al escenario así como así —Vio la cara de decepción de su amiga—. Pero está bien… podemos ir a echar un vistazo siempre y cuando me prometas que te mantendrás a buena distancia del resto de personas, eso implica que estarás hasta atrás y tal vez no veas como te gustaría, ¿Aún así te parece bien? —Preguntó, obteniendo una enorme sonrisa cargada de entusiasmo por parte de la castaña por respuesta, lo cual le indicó que aceptaba sus términos.
Así pues, cuando dieron las cuatro de la tarde, salieron del restaurante familiar en donde habían comido un poco antes y se dirigieron de regreso al parque. Se encontraba ya oscureciendo por lo cual se habían encendido los faroles que iluminaban el lugar con una luz cálida obteniendo como resultado un paisaje bastante diferente al que habían presenciado aquella mañana. Ahora el parque estaba lleno de letreros y flechas que indicaban la dirección en la que se realizaría el breve concierto, y todo el camino era iluminado por grandes arcos colocados en lo ancho del camino, encima de los cuales habían cables de luces enrollados alrededor de estos lo cual provocaba una vista de lo más encantadora, como si estuvieran caminando en el interior de un gran túnel de luz.
Aki parecía encantada y totalmente conmovida por la hermosura del paisaje, recordando de alguna manera su niñez, cuando solía correr por los festivales escolares de manera libre y no tenía que andar preocupada de no llamar la atención porque alguien pudiera reconocerla, de cierta forma extrañaba esa época.
Finalmente llegaron a un gran escenario que había sido montado temporalmente en el centro del parque. Por el momento solo se encontraban colocados los instrumentos y había varias personas realizando mantenimiento de sonido y asegurándose de que todo funcionara adecuadamente, y al mismo tiempo revisaban que los cables no se encontraran estorbando el camino para evitar posibles accidentes. Las personas se iban juntando alrededor del escenario como iban llegando, sin embargo ella se quedó alejada cerca de un árbol lo suficientemente distanciado como para que nadie se fijara en su persona. Las personas venían en grupos y todos parecían esperar con entusiasmo que empezara el evento.
Pasaron varios minutos antes de que se anunciara que el concierto daría inicio y la gente empezó a festejar. Aki sólo se quedó parada recargada en el árbol al lado de Tomoyo quien se encontraba mirando los alrededores, cuidando que nadie les estuviera observando, sin duda alguna su amiga parecía ser bastante paranoica, pero dado los incidentes por los que había tenido que pasar con anterioridad tampoco es como que la culpara por ello, al contrario le agradecía por siempre cuidarla.
Uno a uno empezaron a presentarse diversas personas, algunos actuaban en grupo y otros permanecían como solistas, algunos interpretaban canciones originales y otros covers, así mismo habían los que tocaban solamente su instrumento y los que utilizaban canciones pregrabadas en donde lo único que prestaban era su voz, tal como había dicho su manager, era un trabajo de novatos, nada fuera de lo común, aunque aún así eso no evitaba que Aki disfrutara cada una de las presentaciones.
Cerca del final del concierto, la castaña se encontraba bastante decepcionada al notar que no había visto ni rastro de la chica que había visto en la mañana, por lo que pensó que sus suposiciones habían sido apresuradas. Estaba a punto de decirle a Tomoyo que se marcharan cuando notó que se estaba haciendo tarde y ella aún quería llegar a componer antes de dormir, cuando escucho la voz del presentador empezar a hablar.
—Buenas noches, público —Mencionó el sujeto—. Gracias por asistir a este evento, espero se lo estén pasando muy bien —Se escuchó un alabo del público en contestación—. Desafortunadamente nuestra noche de amateurs ha finalizado, sin embargo les tenemos una sorpresa.
—¿Sorpresa? —Se preguntó Aki para sí misma.
—Esta noche tenemos a una invitada especial —Hizo una pausa—. Se trata de un nuevo talento que ha debutado recientemente en el mundo del espectáculo, recientemente ha firmado contrato con la compañía musical Shining Star y se está preparando para el lanzamiento de su primer sencillo.
—¿Con nuestra empresa? —Dijo Aki sorprendida— No he escuchado nada de una nueva artista —Volteó a ver a Tomoyo.
—Mmm… debe ser ella.
—¿Ella? —Preguntó aún más curiosa.
—Sí, hay una nueva muchacha que últimamente se ha hecho famosa debido a videos virales en internet —Dijo pensativa—. Shining Star vio sus videos y se dio cuenta de que ya contaba con una cantidad considerable de seguidores y decidió ofrecerle trabajo, la muchacha aún es menor de edad y por lo que sé, hubo algunos problemas para conseguir que los familiares firmaran el contrato, sin embargo ya es oficial —Volteó a ver a la ojiverde quien la observaba expectante—. El jefe la ha mantenido en secreto ya que quería presentarla en la próxima fiesta de la compañía, a la que asistiremos tras el término de la gira, ese día sería el debut de la chica en televisión al mismo tiempo, así que sería considerada como una fiesta de bienvenida como la que te hicieron a ti cuando ingresaste a la compañía.
—Ya veo… —Mencionó por lo bajo.
—¿Cómo se llamaba esa chica? —Se preguntó la manager en voz alta, sin embargo no pudo adivinar el nombre cuando el presentador volvió a hablar.
—Con ustedes, señores y señoras, ¡Liah Mitchell!
—¿Liah? — Mencionó anonadada la castaña.
—¡Sí, Liah! —Repitió Tomoyo mientras golpeaba la palma de su mano con su puño— ¡Su nombre es Liah!, es de Estados Unidos, si no mal recuerdo.
—Tomoyo…
—¿Sí?
—Esa es la chica con la que estaba hablando en la mañana.
Encima del escenario apareció la misma muchacha, que ahora tenía su hermoso cabello sujetado en una coleta alta, tenía puesto un maquillaje sencillo el cual funcionaba simplemente para resaltar sus suaves facciones y un vestido con tul color plateado con rosa que se asemejaba al vestuario de una bailarina de ballet, unos aretes con forma de estrella y pulseras de plata, así mismo tenía unas zapatillas de bailarina.
La música empezó en una suave melodía a piano con la cual la chica empezó a bailar armónicamente al compás del instrumento. Empezó con una reverencia y después a brincar y hacer volteretas con pasos de ballet, levantando los brazos con tal delicadeza y lentitud que se asemejaba a una muñequita de esas que vienen dentro de las cajas musicales, incluso ella podía levantar la pierna hasta la altura de su cabeza y hacer unos brincos impresionantes los cuales inmediatamente llamaron la atención del público, dejando el lugar en completo silencio. Todos parecían totalmente atentos a la pieza de arte que estaba siendo interpretada.
En algún punto la rubia cruzó ambos brazos delante de su cuerpo y se inclinó suavemente al mismo tiempo que el piano dejaba de sonar. A continuación la música empezó a cambiar a una melodía mucho más movida acompañada de una guitarra acústica y violines de fondo, al mismo tiempo que Liah se desataba rápidamente el broche de su cabello dejando caer sus rizos de oro sobre su espalda, y al mismo tiempo se quitó el tul en un solo movimiento quedando solo con un vestido plateado liso, que se ajustaba a su cuerpo y le llegaba a la mitad del muslo.
La melodía ahora sonaba más al estilo pop e inmediatamente después fue acompañada por una armoniosa voz que dejó a todos los presentes, incluyendo a Aki, totalmente sorprendidos. Su voz era suave y aniñada, pero animada y muy entonada, así como alegre, su canto era acompañado con sus pasos de baile mucho más modernizados acompañado de saltos, movimientos de manos y piernas más similares a los utilizados por las idols japonesas. Acto que concordaba a la perfección con su apariencia adorable.
Aki se quedó embelesada mirándola, y sólo podía recordar las palabras que le había dicho aquella niña momentos antes de despedirse. Le había mencionado que se volverían a ver, y ahora entendía por qué lo había dicho. Ambas estarían trabajando dentro de la misma compañía de ahora en adelante, y eso era algo que Liah supo desde un principio, es por eso que había ido a saludarla, y la misma razón por la que la había llamado «senpai». Supo que Liah la había reconocido entre el público a pesar de la cantidad enorme de gente, ya que esta le había guiñado el ojo tras continuar con su presentación.
Mientras el público enloquecía, Aki solo podía observar y preguntarse, qué clase de persona sería Liah.
Continuará…
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