AkiTora - 09
Capítulo 9.
Fiesta de Bienvenida.
La pequeña gira de Aki por Japón había finalizado y se encontraba de vuelta en la capital. Era aún temprano cuando la mujer regresó a su apartamento, había sido llevada a su hogar por su manager y tras haber bajado sus maletas las colocó en la entrada para después cerrar la puerta no antes sin despedirse de su amiga quien le dijo que descansara para esa noche a lo que ella sólo asintió con la cabeza a manera de contestación.
Tras mirar las maletas abandonadas al lado de la puerta optó por dejarlas ahí por el momento, la verdad es que no tenía las energías suficientes para empacar de una vez, tenía deseos de recostarse un rato, tal vez dormir una o dos horas y ya de ahí prepararse para el resto de su día. Tenía igual que ir a comprar comida dado que su refrigerador se encontraba vacío. Afortunadamente había desayunado adecuadamente por lo cual su estómago no era un problema por lo menos por el momento.
Tras quitarse los zapatos y colocarse unas pantuflas para estar dentro de la casa, se dirigió a su cocina, lavó un vaso y se sirvió agua, tenía la garganta algo seca y se había acabado su botellón de agua a mitad del camino pero no le había dicho nada a su manager dado que lo único que quería era llegar a su casa lo más pronto posible.
A pasos lentos subió las escaleras, sus pies le pesaban y sus ojos se cerraban, pero como pudo logró entrar a su habitación, en donde, una vez dentro empezó a despojarse de sus prendas una a una, empezando por su blusa con olanes y sus pantalones entubados los cuales le costaron un poco de trabajo quitarse sin tropezarse en el intento. Procedió a deshacerse de ese molesto sujetador el cual ejercía algo de presión en sus suaves pechos, acción que le ocasionó un gran alivio, después lo botó en alguna parte de la habitación y dejó caer su cuerpo sobre su suave cama, ni siquiera tuvo las ganas enredarse entre las sábanas porque su cansancio era tanto que en cuanto cayó encima de esta, se quedó automáticamente dormida.
Despertó después de unas cinco horas, eran alrededor de las 2:30 de la tarde cuando abrió sus ojos y se estiró. Lo primero que hizo fue girar su mirada hacia el reloj y después mirar su cuerpo semidesnudo dándose cuenta de que le vendría bien un buen baño con agua caliente para relajar sus músculos, por lo cual se levantó y se dirigió a su ropero en donde escogió un atuendo sencillo conformado por una blusa blanca de tirantes y un short a puntos perfecto para pasar la tarde en casa. Después preparó la bañera y mientras ésta se llenaba se apresuró a conectar su teléfono celular el cual se le había olvidado poner a cargar previamente, aún tenía un 10% de batería por lo cual pudo ver el mensaje que le había dejado Tomoyo en donde le indicaba que estaría en su casa dentro de una hora, por lo cual le respondió con un mensaje afirmativo y se apresuró a regresar al baño tras tomar un par de toallas.
Una vez sumergida en el agua caliente no pudo evitar recordar el concierto presenciado en Sapporo en donde había conocido momentáneamente a la nueva compañera que había ingresado recientemente a la compañía. Justamente había coincidido su regreso a la ciudad con la fiesta de bienvenida que Tomoyo había mencionado aquella ocasión. Esa noche Liah sería presentada en un evento que se organizaría en un hotel el cual fue rentado para el momento. En el evento estaban invitados los músicos de la compañía, la pelinegra incluso le había mencionado el hecho de que podía llevar un máximo de dos invitados siempre y cuando agregara sus nombres en la lista para que pudieran acceder a la fiesta sin que seguridad los echara.
Mientras pensaba en ello, recordaba que no se había preocupado en comprar algún vestido para la ocasión por lo cual tendría que remover entre su ropa para ver qué ponerse, cosa que le ocasionaba cierto grado de pereza ya que después de todo, tenía deseos de quedarse a descansar en su casa todo el día después de la gira, no tenía tantos deseos de ir a una fiesta y sinceramente no le provocaba mucha emoción los eventos donde asistían una gran cantidad de personas. Siempre había sido una persona introvertida y prefería los eventos pequeños y más personales, pero de cualquier manera tenía que asistir quisiera o no, más que nada como una cortesía, además de que tenía deseos de conocer más a fondo a esa pequeña rubia ya que había algo en ella que le llamaba la atención, aunque no sabía bien explicar el por qué.
Cuando salió de la tina y terminó de secarse, se vistió y tomó la secadora de pelo para evitar que se le esponjara su largo cabello, estaba a mitad del proceso de secado cuando escuchó sonar el timbre, por lo cual se levantó de su silla frente al tocador para bajar las escaleras y abrir la puerta. Era Tomoyo quien ya había llegado y para su sorpresa la muchacha venía ya con un montón de bolsas de compra cargadas de comida, lo que le ahorraría el viaje al supermercado, cosa que agradecía dado que ya no podía volver al que se encontraba por su zona debido al incidente de la vez pasada.
-No pensarás irte así esta noche, ¿verdad? -Cuestionó la manager mientras le recorría el cuerpo con la mirada de abajo hasta arriba- Se ve muy fresco -Dijo en forma burlesca.
-Ja, ja… Muy graciosa -Contestó arqueando una ceja mientras se apresuraba a ayudarla a llevar las bolsas de compra.
-¿Ya escogiste lo que te pondrás?
-Aún no -Suspiró-. Iba a buscar algo en mi ropero en cuanto terminara con esto-Dijo tras señalar su cabello aún húmedo.
-Tal como lo pensé -Sonrió-. Lo bueno es que tienes una estupenda manager -Tras decir eso, se apresuró a sacar una bolsa extra de papel ubicada en el asiento trasero de su auto para después cerrar la puerta y entrar nuevamente al apartamento.
-¿Qué es eso? -Dijo confundida.
-Tú vestido -Se lo dio en las manos.
-No lo habrás comprado para…
-Considéralo como un regalo de cumpleaños adelantado -Sonrió-. Bueno, la mitad del regalo porque aún planeo que vayamos a cenar.
-Para eso aún falta -Dijo confundida.
-No importa, sabía que no tendrías nada preparado para hoy a pesar de que te avise hace unas semanas, así que pensé en pasar a conseguir algo para ambas tras dejarte esta mañana.
-Waooo… ¿no te fuiste a descansar? -Exclamó sorprendida- Deberías de haber dormido un poco, tú también debes estar cansada.
-En realidad tengo mucha energía, así que no estaba cansada, además tenía ganas de ir de compras así que no supuso molestia -Dijo entusiasmada mientras la veía con entusiasmo-. Pero vamos mujer, ¡Ábrelo!, no tengo todo el día.
Aki se apresuró a abrir la bolsa y quitarle el papel para regalo con sumo cuidado para después sacar un hermoso vestido largo slip bajo asimétrico, fruncido de la espalda con un cordón de tiras cruzadas de color esmeralda, tenía un escote no muy pronunciado y una abertura en la zona de los pies.
-Por Dios Tomoyo, es hermoso -Dijo impresionada mientras tocaba la tela con los dedos, se veía de alta calidad-. Debió costarte un buen dinero -Dijo apenada mientras la volteaba a mirar con ojos conmovidos.
-No te preocupes por eso -Sonrió enternecida-. Ya te dije que es un regalo adelantado -Miró el vestido-. ¿Por qué no te lo pruebas?, si fallé en la talla aún estaríamos a tiempo de realizar un cambio.
-Sí -Asintió con la cabeza mientras subía las escaleras de forma entusiasta seguida de su amiga-. Si no mal recuerdo, por aquí tengo unos zapatos plateados que combinaría bien con el vestido -Aseguró mientras entraba a su habitación y empezaba a revolver entre sus cosas al mismo tiempo que Tomoyo se acercaba al mueble en donde se encontraba su joyero.
-¿Puedo? -Preguntó mientras señalaba el objeto obteniendo un asentimiento con la cabeza por parte de la ojiverde por lo que lo abrió en respuesta- Veamos… Qué tenemos aquí -Dijo para sí misma mientras observaba los collares, aretes y anillos de la muchacha.
-Después tenemos que ir a tu casa también Tomoyo -Sonrió-. No creas que seré la única que vaya bien vestida, también te quiero ayudar a arreglar.
-Claro -Volvió a reír-. Pero me dejarás maquillarte, hace mucho que no lo hago -Dijo entretenida obteniendo otra risa divertida por parte de su amiga.
Al final de cuentas la fiesta prometía ser divertida siempre y cuando estuviera al lado de su maravillosa manager y compañera que agradece al cielo por haberlas juntado cuando entró a la compañía.
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Mientras tanto, en otro lado de la ciudad se encontraba cierta banda de rock dentro de una enorme mansión que parecía sacada de un cuento de hadas. No era tan impresionante como la casa del nuevo baterista quien provenía de una familia muy bien acomodada, sin embargo tampoco se quedaba atrás. Tenía una gran extensión de terreno, jardines y una enorme piscina techada en el patio trasero, así mismo contaba con dos pisos, una cocina enorme como el digno sueño de un chef, aunque su dueña rara vez cocinaba, esta se encontraba ubicada al lado de un gran comedor el cual de igual manera rara vez usaba a no ser que tuviera invitados ya que prefería comer en su sala viendo la televisión.
La sala constaba de un sillón largo color vino, con una mesita de centro y una gran pantalla de plasma, estaba ubicada al lado de un gran ventanal de vidrio que daba vista al pequeño jardín que tenía, los cuales eran cuidados por una trabajadora muy amable que se encargaba de regarlas cuando ella no se encontraba en casa o no tenía el tiempo suficiente para hacerlo debido al escaso tiempo que pasaba ahí por su trabajo. Al lado del ventanal se encontraba ubicado un hermoso piano de cola color negro, y nada más por mencionar, dentro de su hogar igual había una sala entera de juegos con mesa de billar, máquina de mini fútbol, maquinas antiguas de juegos como pacman, o metal slug, entre otros, así como un mini bar integrado al lado de una sala de cine lo suficientemente grande como para invitar a sus amigos y compañeros del trabajo, aunque generalmente era el lugar de descanso en donde la banda solía pasar la mayoría del tiempo cuando no estaban ensayando, tal como lo hacían en ese preciso momento.
Lo más útil de todos los lujos que tenía la casa de la famosa vocalista de Schleife no era nada de lo mencionado anteriormente, sino que para Tora, su mayor orgullo era el estudio privado que había mandado a hacer para que la banda pudiera practicar sin necesidad de andar alquilando lugares o teniendo que ir a la compañía cada que quisieran hacerlo, estaba totalmente insonorizada y equipada con los instrumentos necesarios para que no tuvieran que andar siendo trasladados constantemente, incluso había varias de las guitarras de su compañero guardadas ahí, ya que éste era bastante especial con sus cosas y prefería siempre usar a sus «bebés» como él solía llamarlas, dentro había también una batería y otro piano eléctrico más pequeño que el de su sala pero que era suficiente para su propósito.
-Muy bien. Tomémonos un descanso -Dijo Tora respirando un poco agitada mientras iba a una mesita ubicada al lado de la entrada del estudio en donde se encontraban colocadas varias botellas de agua a temperatura ambiente para que pudiera aclarar su garganta.
Habían estado ensayando las últimas horas. Desde la llegada de Yuu, su nuevo integrante habían empezado a pasar todas las tardes ensayando para que el nuevo pudiera ajustarse a su música, incluso habían empezado a componer nuevas canciones en conjunto en la denominada «lluvia de ideas» en donde cada integrante aporta con algo, ya sea trayendo algún ritmo, o inclusive una letra, el encanto de Schleife es que en sus discos las letras de las canciones, a pesar de ser principalmente escritas por Tora, la verdad es que todos participaban y escribían, por supuesto siempre se les daba los créditos correspondientes a la canción los cuales se colocaban en los discos para que los fans pudieran identificar quién escribía cual.
De ésa manera los fans inclusive habían escrito blogs en donde suelen describir las características de las canciones de cada integrante, como por ejemplo, que Tora solía escribir canciones más dramáticas, de amoríos, o tragedias del corazón y mucho de autosuperación personal, Ciro era más fiestero y alegre al momento de componer, de tal manera que sus canciones siempre solían ser las más rítmicas y bailables, las canciones de Aria eran algo deprimentes con contenidos sobre la sociedad y la realidad del país o del mundo en general, con mensajes fuertes que pretendían despertar a las masas, las de Julian, por otra parte, tenían un poco de lo mismo que las canciones de Aria, pero igualmente era bastante sensible a pesar de su apariencia, era famoso por escribir obras de arte, su música solía incluir más instrumentos de orquesta, letras sobre amor, lealtad alguna que otra sobre infancia dolorosa, sus canciones eran de las favoritas por su contenido y melódica.
-Yuu -Dijo Tora tras refrescarse con el agua-. Estás adaptándote muy bien a nosotros -Sonrió entusiasmada- Y me ha encantado lo que hicimos contigo -Dijo mientras observaba de arriba abajo su nuevo atuendo.
-Tienes razón -Apoyó Aria mientras observaba su atuendo actual, pantalón de mezclilla con zapatos, cinturón, una camisa blanca semi abierta, un collarín liso y uñas pintadas de negro-. Es sencillo, pero combina contigo -Continuó.
-No entiendo por qué tanto drama por la vestimenta -Dijo Ciro negándose con la cabeza mientras se encogía de hombros.
-¡Tú cállate Cirox! -Dijo Aria suspirando cansada para después responder en tono burlón- Un cabeza de zanahoria como tú no tiene derecho de opinar, digo, mírate, esos tonos chillones en tu cabeza dicen a gritos que estás falto de atención.
-¡¿Qué dijiste maldita?! -Gruñó molesto.
-Ahí van de nuevo… -Suspiró Tora mientras negaba con la cabeza -Aunque tiene razón -Se unió a la burla, logrando que Julian se riera por lo bajo mientras se tapaba la boca con la mano para intentar ocultarlo.
-¡Ahhhh! -Volvió a gritar el peli naranja- Tú también te estás riendo, desgraciado -Señaló al guitarrista fastidiado.
-Por supuesto que sí -Respondió Julian en tono arrogante mientras se acariciaba el cabello de manera presuntuosa-. Por lo menos yo no tengo que teñir mi cabello para llamar la atención de las fans, con ese corte y color más pareces un cantante de K-pop.
-Jajajajajaja – Estallaron en risa Tora y Aria al mismo tiempo antes de que la segunda guitarrista tomara la palabra – Tienes razón, se ve bastante afeminado también, ¿Por qué no nos bailas un poco Cirox?, deberías ir a conseguirte otros tres chicos con cabello teñido de colores chillones para formar tu grupo.
-Ustedes cállense – Se dirigió hacia las dos mujeres dado que Tora igual no había dejado de carcajearse en todo ese rato -Y tú – Dijo mientras señalaba a Julian -Te ves muy confiado – Sus ojos empezaban a sacar chispas de competitividad-. Si tan confiado estás, hagamos una encuesta de popularidad en línea, verás que te patearé el trasero.
-¿Otra? -Dijo divertido- Creí que ya estarías cansado de perder.
Mientras los chicos peleaban, Tora y Aria se reían divertidas al mismo tiempo que Yuu intentaba tranquilizar a los dos de manera infructuosa.
-Vamos, chicos no se peleen -Decía Yuu mientras se ponía en medio de los dos-. Ambos tienen lo suyo, no se peleen por la popularidad.
Ambos chicos se quedaron viendo al menor. En cualquier otra ocasión ambos lo hubieran mandado al demonio por meterse en donde no lo llamaban, pero Yuu de cierta manera desplegaba un aura de tranquilidad que gritaba al mundo «yo amo la paz mundial», así que no se sentían cómodos al contestarle mal a alguien tan pacífico, por lo que sólo se despegaron e ignoraron el asunto. Al parecer el nuevo era el factor clave que necesitaba la banda para evitar que estos se destruyeran entre sí.
-Volviendo al tema del atuendo -Mencionó la castaña-. Aún siento que le falta algo, ¿No lo crees Aria?
-Sí… está bien que escogiéramos un atuendo discreto ya que el chico llama la atención por sí mismo pero… Siento que le falta algo para contrastar con esa calma.
-Mmm… -Tora se quedó pensativa, observó a Ciro, luego a Yuu, después observó de nuevo a Ciro y así consecutivamente- ¡Se me acaba de ocurrir algo bueno! -Dijo divertida-. Llamaré inmediatamente a Nao-chan, necesita un nuevo tinte.
Nao era la estilista de Schleife, era la mujer que diseñaba y hacía la ropa oficial de la banda, desde los diseños que usarían en los conciertos, en las revistas de moda o algún evento como entrevistas, así mismo era la encargada de arreglar su apariencia en general como cabello, o maquillaje, Nao sabía un poco de todo, por supuesto que tenía ayudantes para que la apoyaran en el trabajo, pero ella era la principal y quien decidía lo que se hacía. Por su puesto, era ella quien se hacía responsable de mantener al cabello de zanahoria con aquel tono tan brillante y al mismo tiempo de mantenerlo sano, sedoso y brilloso a pesar del tinte.
-Ohh, eso suena interesante -Dijo Aria-. Me apunto a ver como termina esto.
-Yo paso -Dijo Ciro-. Tengo cosas mejores que hacer como para pasarme las horas viendo como le tiñen el cabello a otro sujeto, ya suficiente tengo conmigo.
-¿Qué me dices de ti? -Preguntó Tora dirigiéndose hacia Julian, ella tenía los ojos brillantes debido a la emoción y las mejillas levemente sonrojadas, se notaba a leguas que quería que fuera.
-Lo siento -Dijo el chico mientras le acariciaba su cabeza de manera amorosa-. Me gustaría ir, pero hoy no puedo, tengo un asunto pendiente que atender.
-Buuuuuu -Exclamó decepcionada.
-Perdón -Se volvió a disculpar, en realidad le sabía mal decepcionar a la chica pero había quedado con un amigo de antes.
-Está bien -Se encogió de hombros -. Aunque me lo tendrás que recompensar después -Dijo entusiasmada mientras obtenía un suspiro de resignación de respuesta por parte del pelinegro, la verdad es que él no sabía negarse a Tora, sabía que la mujer era insistente y no dejaría de molestarlo hasta que le invitara alguna comida o algo por el estilo.
-De acuerdo, te invitaré a comer lo que quieras -Contestó obteniendo un gritito de alegría de la castaña lo cual provocó que él sonriera enternecido.
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Tanto Tomoyo como Aki ya se encontraban arregladas para la ocasión. La primera tenía puesto un vestido morado sin mangas que le llegaba hasta la rodilla, zapatos de tacón color plata, un colgante de oro con forma de corazón y unos aretes pequeños con forma de diamante, así como unas pulseras de color oro ubicadas en la muñeca izquierda, su cabello estaba peinado en una media cola dejando la mayor parte de su negro cabello totalmente lacio caer por su espalda al mismo tiempo que su rostro quedaba totalmente despejado, aquél vestido hacía resaltar aún más sus ojos violetas. Mientras que Aki por su parte, ya se había colocado aquél vestido regalo de su amiga, que al igual que ella, el color verde pegaba totalmente con sus ojos esmeralda , la prenda se ajustaba en su cintura marcando aún más su figura, y hacía lucir sus exquisitas piernas aún más largas de lo que ya eran, al igual que su compañera tenía unos tacones color plata que mejoraban a la vez su postura, un collar sencillo de oro, aretes largos y las uñas las tenía pintadas de un color rosa pálido, el cabello lo tenía totalmente suelto lo cual le daba un toque sensual a su aspecto, se lo había peinado de tal manera para que sus ondulaciones se marcaran aún más.
No era de sorprender que cuando llegaron a la fiesta, las miradas se clavaron en las dos, ya que después de todo se veían estupendas, aunque poca duro la atención antes de que los invitados volvieran a lo suyo. Aún habían pocas personas, tal parece que habían llegado un poco temprano, pero eso no importaba, así tenían tiempo de recorrer el lugar, y, en el caso de Aki se apresuraría a buscar algún balcón alejado para poder desaparecer en cuanto el salón empezará a llenarse de demasiada gente.
Su manager se separó de Aki tras decirle que iría a saludar a algunos colegas, por lo cual ella sólo asintió con la cabeza y se dedicó a observar el lugar, había muchas mesas, un escenario en el centro, y una barra entera repleta de bocadillos y bebidas. Se acercó para tomar un cubo de queso blanco y saborearlo como si de un manjar se tratara.
-Me alegra que vinieras -Escuchó una voz suave tras de sí por lo cual se giró pero no vio a nadie -Aquí abajo -Dijo aquella voz, por lo cual la chica bajó su mirada encontrándose con la misma chica por la que se estaba haciendo esa fiesta, ahora que lo recordaba la ocasión pasada cuando la vio, ella se encontraba sentada, por lo cual no había notado que Liah era bastante pequeña de estatura, ¿cuánto mediría?, ¿Un metro con cincuenta centímetros?, lo único que sabía es que ella le llegaba al pecho y eso que la muchacha estaba usando tacones también.
-Hola de nuevo -Saludó-. Me sorprendió descubrir que de hecho ahora éramos compañeras de empresa -Bromeó -. Te fui a ver en tu concierto aquél día en que nos conocimos.
-¿Enserio? -Mencionó mientras sus azules ojos brillaban de emoción- ¿Y qué te pareció?, qué vergüenza… Pensaba prepararme emocionalmente antes de que algún senpai me escuchara, que nervios.
-¿Enserio estabas nerviosa? -Dijo sorprendida- En el escenario te veías muy tranquila, incluso me sorprendió que supieras ballet.
-Ah, sí -Asintió con la cabeza-. Estudié danza algunos años, pero lo que en realidad quería era ser cantante así que lo abandoné después de unos años, aunque igual me ha servido mucho esos conocimientos para el medio.
Aprovechando ese silencio, Aki se decidió a observar fijamente a Liah. La muchacha tenía puesto un vestido rosado con brillos parecido al de una princesa de Disney que le llegaba tres dedos arriba de la rodilla, zapatos de tacón bajos color blanco, aretes de aro, y su rubio cabello estaba suelto, le llegaba hasta el hombro y se lo había rizado por lo cual caía en hermosos caireles, tenía puesta una diadema con un adorno de flor en la cabeza, se veía como una pequeña hada de algún cuento infantil.
-De cualquier manera me sorprendiste, cantas muy bien y lo coordinas con el baile de manera natural, te robaste el espectáculo esa noche.
-Jejeje, ¿Enserio lo crees? -Contestó algo apenada mientras sus mejillas se sonrosaban- Espero tu opinión hoy también, senpai.
-Vi que hay un escenario colocado aquí adentro, supongo que nos cantarás algo hoy también.
-Así es -Asintió-. Al parecer esta sala es la que se usa para el comedor del hotel y el escenario lo usan para que los clientes disfruten de sus cenas con algo de música clásica, nos costó un poco de trabajo que nos prestaran el lugar por la noche, pero al final accedieron.
-Eso me trae recuerdos de cuando debuté -Sonrió divertida.
-¿Tuviste problemas para conseguir lugar?
-El director se encargó de todo, pero por lo que sé, fue fácil que accedieran a recibirme, aunque bueno… Hubo algunos malentendidos con el dueño -Negó con la cabeza de forma cansina-. Al parecer pensaron que la que se presentaría era mi hermana e inclusive le habían dicho a los clientes que daría un concierto, aunque eso se aclaró, al final nos dejaron usar el lugar igualmente, pero fue una situación incómoda.
-Debe ser difícil entrar al medio cuando tu hermana ya hizo su fama de años atrás -Reflexionó-. Aunque debe de ser aún más difícil teniendo en cuenta que son gemelas, se presta fácilmente a la confusión.
-Creo que ya me acostumbré -Rió nerviosa.
-De cualquier forma no los culpo -Dijo tras juntar sus manos mientras un gran sonrojo coloreaba sus mejillas-. Cualquier persona que no sea observadora no podría distinguirlas, aunque Tora-san desborda un aura más seductora mientras tú una más dulce.
-Será que… ¿Acaso eres fan de mi hermana? -Dijo tratando de ocultar la decepción en su voz.
-¡Sí! -Levantó los brazos-. Su hermosa voz profunda y magnética hace que mi piel se ponga de gallina, su belleza sin igual y su gran carisma -Suspiró mientras recordaba la imágen de su ídolo-. Aunque tú también eres buena en lo que haces senpai, ambas son sorprendentes aunque de maneras diferentes, cada quien tiene un estilo totalmente opuesto, el tuyo es más dulce y calmado.
-Y el de Tora tiene más impacto -Susurro para sí misma, ya estaba acostumbrada a que la gente dijera que la música de su hermana era más como una bomba que te explotaba directamente en el corazón y que su estilo en comparación palidecía, así que entendía lo que la rubia estaba diciendo aún si no fuera de manera directa y tratara de suavizar el golpe.
-No deberías deprimirte -Dijo la muchacha notando su cambio de ánimos-. Deberías de enorgullecerse más de tu música, es mejor que seas original y sigas tu propio estilo a que intentaras simplemente copiar y pegar el de tu hermana, por lo menos tú diste un giro diferente a la dirección que ella tomó.
-Creo que tienes razón Liah -Su estado de ánimo volvió a mejorar-. Muchas gracias.
-¡De nada! -Contestó aún entusiasmada para después girar su cuerpo tras escuchar que alguien la llamaba, era la misma mujer con lentes de la vez pasada- ¡Oh!, ¡Mi manager me habla, seguramente es algo sobre el show de esta noche! -Dijo para después hacer una reverencia educada para despedirse de Aki-. Si me disculpas, iré a ver que sucede, espero disfrutes el espectáculo.
Cuando la rubia desapareció de su vista. Aki volvió a sonreír enternecida. Sin duda alguna Liah era una buena chica, le había sorprendido saber que la había reconocido más que nada porque era una fan devota de su hermana y no tanto porque la conociera a ella, pero al final de cuentas eso no importaba porque al parecer ella conocía el trabajo de ambas e igualmente había reconocido su talento. Era diferente a las personas que solo se la pasaban comparándolas a las dos como si fueran una misma existencia, Liah le había dado su valor como ser individual y no solo como una extensión de Tora y eso era algo que su corazón agradecía.
A continuación miró a lo largo del salón buscando a su manager, y la encontró en la zona de bebida aún platicando con algunas personas. Razón por la cual pensó que sería mejor no interrumpir y decidió girar sobre sus propios pasos, dándose cuenta de que ahora el salón se encontraba mucho más lleno de gente, y seguían llegando aún más invitados, por lo que pensó que sería el momento adecuado para ir a esconderse al balcón que sería su refugio.
Comenzó a caminar en dirección a su improvisado escondite cuando de repente se vió obligada a detenerse al escuchar una voz masculina gruesa y semirasposa que reconoció muy bien. Negó con la cabeza tratando de convencerse de que sólo estaba imaginándolo, pero su cuerpo se giró de manera automática y su mirada se enfocó en un grupo de personas que se encontraban en una de las esquinas del salón, cerca de la zona del ponche y no pudo creer lo que sus ojos observaron.
Ahí, parado, y riendo casualmente, se encontraba una de las grandes celebridades más amadas y conocidas de Japón, adorada por miles de mujeres no solo en el país, sino fuera de este, famoso por su gran habilidad con la guitarra y su atractivo exótico que dejaba sin aire a más de una además de su gran talento de composición. Sí… Así es, por alguna razón, el guitarrista y cofundador de Schleife se encontraba en la fiesta.
-¿Julian? -Susurro sorprendida.
Continuará…
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