ALKIMIS - 01
En el Hospital de Trabajadores en 2012, el doctor informó: «Es una chica que aparentemente ha perdido la memoria, parece tener una conmoción cerebral y no tiene historial médico. Pero estará bien, señor Harold». Harold, mientras sostenía la mano de su hija, respondió melancólicamente: «Sé que despertará, tiene mucha energía. Aún tiene mucho que vivir».
El doctor, perplejo, miraba a su alrededor buscando a la madre de la joven. Al preguntar por ella, Harold respondió con voz quebrada: «Ella está aquí mismo». El doctor comprendió que la madre había fallecido y lamentó haber preguntado, pero aseguró que la niña se recuperaría. Harold respondió: «Sí, algo así. No te preocupes, no me incomoda el tema».
A pesar de la extrañeza de Harold, su mirada confiada y seguridad al hablar compensaban cualquier duda, por lo que el doctor no le dio importancia a su comportamiento y salió de la sala.
Poco después de que el doctor saliera, la niña abrió los ojos y miró a Harold, preguntándose confundida dónde estaba y quiénes eran los demás. Aterrada, Yuli preguntó: «¿Quién eres?». Harold respondió con una sonrisa casi inmediata: «Funcionó». Yuli, aún confundida, preguntó: «¿Quién soy yo?». Harold rápidamente acarició la cabeza de Yuli, despejando sus dudas.
«Creí que nunca despertarías, hija», dijo Harold. «¿Eres mi padre?», preguntó Yuli. «Sí, vámonos a casa», respondió Harold, mientras la abrazaba y lágrimas recorrían su rostro. Cuando nadie veía, se llevó a su hija.
Poco tiempo después, el doctor irrumpió en la sala con seguridad, mostrándoles una foto que había encontrado en el historial de Harold. «Este sujeto escapó con un paciente, la chica tiene pelo ondulado y ojos verdes. Un sujeto la acompaña, tiene lentes y barba corta. ¡Encuéntrenlo ahora mismo!», ordenó el doctor.
«¿Padre, por qué estamos huyendo?», preguntó Yuli. «No estamos huyendo, el doctor me dio permiso para llevarte a casa. Solo sígueme», respondió Harold. Sin embargo, la seguridad del hospital les ordenó detenerse. Harold rápidamente cargó a Yuli en sus brazos y aventajó a los policías, escapando por una salida de conserje.
«¿Por qué nos estaban persiguiendo, papá?», preguntó Yuli, confundida por la persecución. «No pasa nada, amor, se olvidaron de darme algo, quizás. No te preocupes, vamos a casa», respondió Harold.
Después de un largo recorrido, llegaron a casa. Harold le mostró a Yuli su habitación, que tenía fotos de ella y sus compañeros de salón. Le advirtió que no entrara a ciertos lugares de la casa ya que estaban «encantados».
«Esta es tu habitación, hija», dijo Harold con una sonrisa en su rostro. «Está tal y como la dejaste. Quizás no lo recuerdes, pero siempre decías que te sentías incómoda cuando alguien movía tus cosas».
Yuli, quejándose, preguntó: «¿En qué colegio estudiaba? ¿Era la mejor de mi clase?». Harold respondió: «Hey, hey, no tan rápido, pequeña, acabas de volver. Es cierto que eras una de las mejores alumnas, no solo de tu salón sino de toda tu universidad. Terminaste el colegio a los 16 y encima con las mejores notas. Por eso siempre me sentí orgulloso. Estudias en la Superior del Norte, una de las mejores universidades de esta zona».
«Vaya, espero poder reincorporarme para que siga trayéndote felicidades, papá», dijo Yuli. Harold sonrió presumidamente y respondió: «Sí, pero aún te falta mucho para superarme», mientras se agarraba el bíceps.
Harold le dijo a Yuli que tenía que ir a trabajar y le dejó comida en la mesa. Le dijo que si necesitaba algo más, llamara por el teléfono de la cocina y él respondería.
Yuli, nerviosa, le hizo una pregunta a su padre. «¿Qué pasó con mamá?», preguntó, pasándose la saliva. Harold, mirando al suelo, respondió: «Ella ya no está con nosotros, pero siempre me acompañará y sacará adelante a nuestra familia».
Una vez que su padre se fue al trabajo, Yuli examinó su habitación y sus fotos de compañeros sin poder recordar nada. Se preguntaba qué había pasado en realidad, por qué no podía recordar nada.
Después de un rato, bajó a la cocina y vio una nota: «Hija, estoy muy ocupado trabajando en el laboratorio. Se acerca tu cumpleaños y quiero regalarte algo para toda la vida. No te preocupes, que cuando acabe te llamaré por el celular de la casa. Te quiero, Yuli».
A unas cuantas cuadras había una tienda de alimentos. Ya se les estaba acabando la comida, quizás por el camino recordaría algo. Compró lo que había en la lista.
Cuando llegó al supermercado, el cajero la reconoció al instante. «Señorita Yuli, me alegro de que por fin haya recuperado el conocimiento. Estaba muy preocupado por usted también. Sus compañeros de clases venían seguidamente a preguntarme por usted», le dijo el cajero.
Ella se quedó asombrada ante las declaraciones del cajero. «¿Me conoce?», preguntó Yuli. «Verdad, tu padre me comentó que perdiste la memoria. Sí, ya te conozco desde muy pequeñita. Por cierto, mi nombre es Julio. Si necesitas saber dónde queda algo, puedes decírmelo»,
Una vez que compró todo, vio a unos chicos con uniforme en camino a su universidad, que quedaba cerca de la tienda. Todos los estudiantes se quedaron mirándola por un largo tiempo. Avergonzada, salió corriendo a su casa.
En el transcurso, tropezó con un chico con el mismo uniforme. «Tienes que tener más cuidado. ¿Espera, yo te conozco?»,
. Sentada en el piso, empezó a recoger algunas cosas que se le habían caído.
«Posiblemente, mi padre dice que iba a tu misma universidad», respondió Yuli.
«¿Creo que te vi en 2 grado de medicina?», preguntó el chico. «No recuerdo mucho, acabo de salir del hospital. Mi nombre es Yuli, un placer conocerte» .
«Yo me llamo Samir, un gusto», . El chico estaba sorprendido por la belleza de Yuli. Sus ojos verdes y cabello ondulado eran muy llamativos. «Si quieres, te acompaño a casa».
«No sé, pero puedes ayudarme a cargar las bolsas», respondió Yuli sin ningún reclamo. Sin pensarlo dos veces, Samir ayudó a cargar las bolsas hasta la casa de Yuli, donde su padre estaba saliendo.
Harold, un poco angustiado al ver a su hija junto a un chico, sonrió fingidamente para no hacer las cosas incómodas. «¿Quién es este chico?», preguntó Harold, preocupado. Yuli, confundida por la forma de actuar de su padre, le contó lo sucedido. «Alguna vez me vio y se ofreció a ayudarme».
Samir, sin mucho que decir, dijo: «Bueno, ya tengo que irme», estirando la mano hacia el padre. Pero Harold lo dejó colgado y entró a casa rápidamente. «Supongo que tenía prisa».
«Samir, ya me tengo que retirar. Gracias por ayudarme «después de ello entró a su hogar, donde su padre la estaba esperando apoyado en la pared.
Harold, preocupado, advirtió a Yuli: «¡No puedes confiar en nadie, hija! ¿Qué tal si te pasa algo o te quieren hacer daño? Nunca vi a ese chico venir a la casa. Tú tenías la costumbre de presentarme a todos tus amigos». Yuli, asustada, respondió: «Ya veo».
Harold bajó a su laboratorio y guardó silencio, pensando en lo que había pasado. «Esto es malo», pensó.
Yuli, preocupada, le preguntó a su padre: «Espera, papá. ¿Qué le pasó?». Al ver cómo actuó su padre, Yuli, llorando, entró a su cuarto y se encerró.
Comments for chapter "01"
QUE TE PARECIÓ?
Ta chida wey , no te desanimes y ánimo n,n
Que onda con Yuli no recordá nada 😲 se pone emocionante 🧐
Yuli no recuerda nada, y tiene mucha curiosidad de su pasado, porque su papá actúa raró?
Muy buen capítulo, 👍👌
Perder parte de la memoria y volver a empezar prácticamente de nuevo no es fácil. 🙂
Empieza a atraparme la historia, aunque perder la memoria suene terrible, se empieza una nueva vida y los malos recuerdos desaparecen. El problema es la ansiedad y frustración que imagino genera el intentar recordar todo de nuevo