ALKIMIS - 03
Después de un largo recorrido, gracias a la cautela de su padre al conducir, llegaron a la universidad.
Yuli: ¿Llegamos temprano?
Harold, con una expresión de tranquilidad, asintió con la cabeza.
—Así es, hija. Por eso salimos temprano, tengo que hablar con tu director y, además, te sentirás más cómoda ya que no hay tantos alumnos a estas horas—. Mientras decía esto, un hombre con traje se acercaba al auto.
—Hola, Harold. Hace mucho tiempo que no te veo en persona—, dijo el hombre mientras estrechaba la mano de Harold.
—Yuli, este es Mario, el director del colegio. Quizás no lo recuerdes, pero te entregó muchos diplomas en persona—, comentó Harold, con una sonrisa.
Yuli respondió con una sonrisa y estrechándole la mano a Mario.
—Espero seguir siendo la misma de siempre, haciendo sentir orgullosos tanto a mi padre como a la universidad. Pero, en este momento, me gustaría conocer mi salón de clases— Yuli con entusiasmo.
Sin perder más tiempo, Harold bajó del auto y le abrió la puerta a Yuli.
Mario: Bueno, Yuli, llamaré a un compañero de tu salón para que te dé un recorrido por las instalaciones de la universidad.
Al escuchar esto, Harold miró de manera fulminante al director. Este, al notar la mirada, decidió hacerle el recorrido él mismo.
Harold: Director, cuando termine, lo estaré esperando en su oficina—, dijo Harold, elevando la voz.
El director asintió con la cabeza mientras ponía una mano en el hombro de Yuli y la llevaba dentro de la universidad.
Este hombre parecía tener unos 40 años, con una calvicie pronunciada y una contextura un poco obesa.
Llevaba gafas y un traje café que combinaba con sus zapatos.
Después de un tiempo, el director le mostró su salón a Yuli.
Yuli: Señor Mario, gracias por el recorrido. Lamento haberle quitado tiempo—, dijo Yuli, preocupada.
Mario: No es ninguna molestia. Eres la hija de un compañero mío y espero que te readaptes bien—. Dicho esto, se fue caminando a su oficina.
Al entrar a clases, Yuli se encuentra con Samir, el chico que le ayudó a recoger las compras del supermercado.
Samir se acerca a Yuli.
—Hola, Yuli. Me alegra mucho que finalmente te hayas reincorporado. Si quieres, puedo prestarte mis apuntes para que te pongas al día—, dice Samir con una sonrisa, sentándose en un escritorio delante de ella.
Yuli: Lo siento, pero no puedo hablar contigo—, dice Yuli, mirando hacia otro lado.
Cuando Samir estaba a punto de replicar, sonó la campana con un anuncio de la dirección: <<Su compañera Yuli Dreco Miari se ha recuperado, gracias a todos por el apoyo que dieron indirectamente, así como por su constante preocupación>>.
Una vez terminado el anuncio, el aula se llenó de estudiantes, y todos los alumnos del salón rodearon a Yuli.
—Estábamos muy preocupados por ti, Yuli—.
—Sí, la verdad es que no pensábamos que despertarías—.
—Nos alegra mucho que ya estés bien—.
Ante tantas preguntas y después de sentirse acorralada, Yuli solo se limitó a responder vagamente a las preguntas.
Yuli: G-gracias, chicos. Ya me siento mucho mejor—, dijo con una sonrisa nerviosa mientras sacaba sus cuadernos del maletín.
—¿Qué es todo este alboroto? —exclamó la maestra apenas entró, con una voz autoritaria.
Ante esto, todos se sentaron rápidamente en sus lugares sin refutar una sola palabra.
—Vaya, “Yuli Dreco”, me alegra que te hayas recuperado. Sé que te será un poco difícil reincorporarte a la clase, pero espero que no hayas perdido tu toque— con una mirada presuntuosa, mientras comenzaba su clase.
Después de una larga clase, llegó la hora del receso, y Yuli salió primera de la clase, seguida de Samir.
—H-hey, aunque sea puedes decirme por qué no quieres hablarme. ¿Acaso hice algo malo? ¿Es porque soy feo, acaso no te agrado? — Samir mientras la seguía, moviendo sus manos para que le prestara atención.
Ella seguía caminando sin prestarle atención.
—Eso es de mala educación, Yuli… tienes que contestar a una persona cuando te habla—Samir estaba desanimado mientras se quedaba parado en medio del pasillo.
Yuli se sentía muy mal por no responderle a aquel chico que le ayudó el primer día que salió, pero no quería más problemas con su padre, después de un largo recorrido sin que la siguiera Samir.
De una de las esquinas de los pasillos salió un grupo de tres chicas, bien arregladas con un uniforme rojo que embellecía el color teñido de su cabello.
Acalorando a Yuli.
—Hola, Yuli. Créenos, nos alegra mucho que te hayas recuperado de ese accidente—, dijo la chica que estaba al frente.
—A cierto, quizás no recuerdes nuestros nombres. Discúlpanos—, empezó a señalar a sus dos compañeras.
—La más bajita se llama Valentía, la de cabello marrón que no sigue los estándares de moda se llama Jimena y yo, tu servidora, me llamo Yanira—, dijo mientras mencionaba los nombres con una voz burlona.
En un descuido de las chicas, Yuli optó por escapar corriendo al patio de comida de la universidad.
Chocó con Samir en medio del trayecto.
Yuli: Disculpa, no fue mi intención. Es que no te vi. Por favor, perdóname—, dijo sin mirar el rostro de la persona con la que había chocado.
Samir la ayudó a levantarse.
—Disculpa aceptada, pero debes quitarte esa manía de correr por lugares transitados sin ver dónde vas—.
Yuli: S-Samir—, dijo sorprendida.
—Ahora sí me hablas. Se te hará costumbre chocarte conmigo cada vez que quieras hablarme—, replicó Samir con una sonrisa en su rostro.
Yuli solo se limitaba a mover la cabeza sin responderle.
—Disculpa, sé que quizás estoy siendo muy pesado. A pesar de todo, recién nos conocemos hace dos días. Supongo que necesitas tiempo para adaptarte de nuevo—, dijo Samir, algo entristecido.
Al escuchar eso, Yuli se sintió peor, ya que Samir había sido amable con ella desde el momento en que la conoció.
—Discúlpame, no es eso. Es algo personal, no es nada contra ti. Has sido bastante amable conmigo— agachando la cabeza mientras le agradecía.
En medio de la conversación, una señora con un vestido blanco intervino, jalándole la oreja a Samir.
—SAMIR, ¡otra vez coqueteando con chiquillas y esta vez con la hija del colaborador! — mientras lo reñía.
—Lo siento, mamá. Es que me cae muy bien. Además, no le estaba coqueteando—, replicó Samir, quejándose.
—Bueno, no quiero problemas, Samir. Ve a tu salón, ya va a tocar la campana—, dijo la madre de Samir, sonriéndole a Yuli.
Yuli: ¿Tu mamá es profesora?
Samir: Sí, créeme, es un dolor de cabeza. De hecho, siempre está supervisándome de lejos.
Yuli: Mi padre es igual cuando otras personas que no conoce se me acercan—, dijo Yuli, caminando junto a Samir a su salón de clases.
Cuando iban entrando al salón, escucharon una alarma. Consecutivamente, varias personas se dirigían a un salón.
Por curiosidad, siguieron a los demás alumnos. Dentro del salón, se encontraba un alumno de último ciclo desangrado. Parecía un suicidio, pero Samir y Yuli se percataron de que una ventana estaba abierta. Y del otro lado de la pista, se veía a un hombre con capucha y buzo negro subiéndose a un transporte público.
—Un paso, alumnos. La policía ya llegó—el director con una voz autoritaria.
Cuando llegó la policía, enviaron a todos los chicos a sus casas y cerraron la universidad mientras realizaban las investigaciones.
Comments for chapter "03"
QUE TE PARECIÓ?
Fue el Brayan 😮
el brayan esta en todas B)
Hey Samir sufrió la ignoracion por un momento, chale 😃
Pobre Samir se sentía mal porque Yuli no le hacía caso para evitar problemas con su Padre,
Yuli al principio no le prestaba atención pero después fue sincera con él.
Muy buen el capítulo : )
Vaya vaya…. acontecimientos que suscitan interés y se crea tensión :-O
Chale! Recién vuelve a la universidad y la tienen q cerrar :’v Re-chale!