Apocalypse - 01
Un hombre se encuentra sentado en en uno de los asientos de un tren, los murmullos de los pasajeros y el movimiento del tren van cerrando sus ojos. Dormía con la cabeza apoyada contra la ventana hasta que un cierto olor lo despierta.
Frunciendo la nariz, mira y huele a su alrededor. Una mujer, sentada frente a él se lleva un pañuelo a la boca mientras tose. El tren continúa avanzando, «Próxima estación, belgrano C «anuncia la grabación por los altavoces.
El olor se intensifica, mirando para su izquierda puede ver a un vagabundo peleando con su mujer. Mientras los observa, su celular vibra. Era un mensaje de Valentina, su novia. » Iña voy a llegar a casa un poco mas tarde, voy a pasar por la verdulería»
Mientras Iñaki guardaba su celular, escucha otra tos.
Gira el cuello y descubre a un hombre que, ocupando los dos asientos, se lleva el cuello de su camisa a la boca. Gotas de transpiración caen por su frente. «Próxima estación, Núñez». Las puertas se abren e Iñaki abandona perezosamente el tren.
Iñaki sube las escaleras de dos en dos con tal de salir de la estación del tren lo antes posible. El aire matutino refresca sus sentidos y camina las dos calles que separan la estación de su oficina rápidamente.
-Buenos días – el saludo de su jefe apenas es audible.
-Buenos días, Gonzalo. ¿Cómo estas? – Pregunta Iñaki mientras cuelga su campera en el perchero -. Pareces cansado.
-Lo estoy – Responde mientras ojea unos papeles en su escritorio -. Martín tenia que venir hoy a la mañana para abrir la oficina pero, como ves, no esta aquí.
-¿ Se habrá enfermado?
-Eso supongo. El cliente de recursos humanos tenía una reunión con el hoy a las 8:00, pero me llamó a las 8:30 diciéndome que no había nadie en la oficina. Lo llamé enseguida pero no me respondió ni el celular ni el teléfono fijo – Gonzalo hace una pequeña pausa mientras mira a Iñaki a los ojos -, ¿Vos no sabes nada?
-No, no se nada.
-Bueno, siendo las 9 y….5 minutos, todavía no me pude comunicar con el.
El reto del día transcurre de manera rutinaria. Unos minutos antes de cerrar Gonzalo se acerca al escritorio de Iñaki.
-Algo anda mal. Martín es despistado pero nunca falta al trabajo. Voy a ir a su casa -dice mientras agarra su abrigo -, haceme el favor de llamarlo antes de cerrar la oficina… a ver si vos tenes suerte.
-Ok, si me comunico con él te aviso. Seguramente sea una tontería.
Gonzalo se gira y, antes de abandonar la oficina, le da una mirada a Iñaki que parece vaticinar todo lo contrario.
La mirada de Gonzalo permanece en la mente de Iñaki. A solas y un poco mas nervioso, agarra el celular y toca el nombre de Martín. Da tono, esa «U» se alarga manteniéndolo en la espera. De repente el sonido se corta por un silencio y su celular comienza a contar la duración de la llamada.
Iñaki parece distinguir algo al otro lado de la línea…rozando el teléfono.
Traga saliva y agudiza el oído. El sonido cambia otra vez. Se escucha un sonido constante… un gruñido, una tos, un gruñido. Todo eso se transforma de repente en un rugido. Pasos. Gritos. Más rugidos.
La llamada se corta…
El camino hacía en tren parece alargarse bajo los pies de Iñaki. Un soplo de aire frio se mete entre su ropa.
Ya en el andén, el tren desacelera frente a Iñaki hasta que emite un chirrido y se detiene. Se sube al tercer vagón. Iñaki se encuentra reviviendo la llamada a Martin cuando su celular comienza a vibrar, es una llamada de Valentina.
-Hola, cariño, ¿Cómo estuvo tu día? -Pregunta Valentina.
-Bien, ¿y el tuyo?
-Siempre tan elocuente. Por acá esta todo un poco caótico, nos encargaron un proyect…semana que vie…difícil…
-¿Hola? ¿Valentina? – Dice Iñaki para luego mirar la pantalla del celular y comprobar que no tiene señal.
Guarda el celular y levanta la cabeza justo a tiempo para ver una figura desaparecer en el siguiente vagón. Su silueta se esfumó detrás de la puerta que divide a ambos vagones.
El otro vagón se mueve con vida propia delante de Iñaki de izquierda a derecha y de arriba abajo. Intenta ubicar la figura. Algo ajeno al tren se mueve rápidamente en aquel vagón. El tren avanza lleno de personas. Iñaki se balancea de un lado a otro y no consigue enfocar sus ojos. Menea la cabeza. Iñaki se encuentra con el rostro de una mujer. Esta se lleva una mano a la boca y dirige su mirada al suelo.
Un cosquilleo recorre cada nervio del cuerpo de Iñaki. Sus piernas se vuelven pesadas. Aun así, da un paso adelante. La mujer abre cada vez más sus ojos y el resto de pasajeros comienzan a mirarla. La curiosidad insta a Iñaki a averiguar qué es lo que está sucediendo y, sin siquiera percatarse, da otro paso adelante…Iñaki se detiene, inhala y decide seguir caminando hacia el otro vagón.
Camina esquivando a los pasajeros que se acumulan en su camino. Cuando está a unos 5 metros de la puerta que divide a ambos vagones, las luces del tren parpadean dos veces…Iñaki siente la adrenalina recorriendo su sangre y frota sus manos transpiradas, se detiene y observa la escena. la mujer destapa su boca. En ese momento las luces del tren parpadean una vez, dos, tres.. hasta que se extinguen.
Parches fosforescentes se iluminan de repente al mismo tiempo que un golpe hace estallar en pedazos el cristal de la puerta que separa a ambos vagones. Fragmentos de vidrio caen debajo de diferentes zapatos. En ese momento el tren acelera furioso e Iñaki sale despedido en la dirección contraria. Se estrella contra la puerta.
Un grito retumba en el vagón. El tren sigue acelerando. Las luces diminutas en el túnel aparecen y se esfuman en menos de un segundo consumidas por la velocidad.
De pronto, la luz blanca del andén inunda el vehículo y este frena con un quejido metálico. Iñaki termina por perder el equilibrio y golpea su rostro contra la espalda de alguien. Las puertas se abren y un soldado entra al tren apuntando su rifle de asalto en la dirección de la puerta con el cristal destrozado.
Más militares se adentran en el vehículo en medio del griterío, y el movimiento de los pasajeros lleva a Iñaki hacia el andén.
-¡Salgan por las escaleras a mi derecha!- grita un uniformado por encima del resto-.
¡Abandonen la estación ahora mismo!
Pasos como martillazos retumban en todas direcciones. Iñaki mira atrás para comprobar que la longitud del tren está cubierta por soldados, sus uniformes verdes ocultan los colores de los vagones. Entre la multitud de voces Iñaki comienza a sentirse observado…Recuerda a la figura, recuerda a la mujer. <<¿Eran ambas la misma persona?>> se pregunta.
-Joven, abandone el andén ahora mismo- las palabras de un soldado lo arrastran al presente de nuevo.
Iñaki se había quedado observando el tren, perdiendo la noción del tiempo. El militar lo vuelve a apercibir. Se da la vuelta y camina obedientemente hacia las escaleras.
Comienza a subir y ve como el último de los pasajeros -un hombre de vaqueros y un buzo negro- sube el último escalón y gira a la izquierda. Las escaleras quedan desiertas. Iñaki aligera el paso mientras las voces de los militares a su espalda, y los pasos más adelante, van dando paso al silencio.
Como si fuese una danza sincronizada, en el momento en el que Iñaki llega a la siguiente planta <<Buzo negro>> gira a la derecha y desaparece tras la esquina que conecta con las escaleras mecánicas a unos 40 metros de su ubicación
Solo en las instalaciones del subte de Buenos Aires. De repente escucha pasos detrás suyo. Agudiza el oído: los sonidos son espaciados, lentos, pesados. ya no puede escuchar a los pasajeros ni a los militares.
Las pisadas se acercan. Iñaki se da la vuelta pero no distingue nada, la luz sobre su cabeza no ofrece sombra alguna. Silencio. El sonido desaparece y se queda contemplando la esquina sin conseguir ver las escaleras. Aguanta la respiración con al mirada puesta en esa bendita esquina.
Con puños apretados, Iñaki las sensaciones corporales que surgen en él como una cascada y permanece rígido.
El misterio se desvanece cuando la figura de un soldado -el que le había indicado que abandonara el andén- aparece al final de las escaleras. La mirada del soldado se posa sobre Iñaki.
-¿Y el resto de los pasajeros?- pregunta el soldado tras limpiarse el sudor del rostro.
Armándose de coraje Iñaki le pregunta:
-¿Qué es lo que está pasando?
Pero el soldado hace caso de lo que Iñaki pregunto y da un paso más hacia el.
-Voy a subir con usted y asegurarme de que todos han evacuado las instalaciones- dice ignorando la pregunta de Iñaki.
-¿Vos solo?- Pregunta Iñaki mirando sobre su hombro.
-Si.
-Algo pasó en el vagón donde estalló el cristal, ¿Verdad?
-Sígame, por favor.
El soldado se dirige a las escaleras mecánicas. Sus botas impactan contra el suelo al mismo tiempo que su rifle roza su uniforme componiendo una monótona sinfonía. Iñaki se ve forzado a aumentar la velocidad para no quedarse atrás.
En cuestión de segundos están subiendo las escaleras y vislumbrando las luces de la noche porteña. Atraviesan los tornos de la entrada y llegan a la superficie.
Donde las escaleras se convierten en vereda Iñaki se encuentra una vez más a <<Buzo negro>>.
-Muy bien- El militar rompe en silencio-, continúe hasta la salida, por favor.
Iñaki asiente y comienza a subir las escaleras mientras el soldado se queda atrás bloqueando la entrada del subte. La silueta de <<Buzo negro>> capta el reflejo de un semáforo y va cambiando de color: verde, amarillo, rojo…Iñaki sube el primer escalón. El sonido seco de la suela de su zapato contra la escalera de hormigón parece despertarlo.
Se da la vuelta mientras observa sus manos. Ahora es Iñaki quien se ha quedado inmóvil observando una herida inflamada y ennegrecida en la mano derecha de <<Buzo negro>>, mientras el hombre contempla sus dedos extendidos con igual interés. El pasajero eleva un tanto la cabeza y clava sus ojos en Iñaki…están vacíos. No hay pupilas, ni córnea o iris… la blanca esclerótica cubre la totalidad de sus ojos. Deja escapar un rugido inhumano y comienza a descender las escaleras.
El movimiento toma a Iñaki por sorpresa y antes de que pueda reaccionar Buzo negro está sobre el. El hombre extiende sus brazos agarrándolo por los hombros. Abre su mandíbula como un tiburón y le enseña sus dientes ennegrecidos. Iñaki reacciona poniendo las manos en el pecho de su atacante e intenta alejarlo mientras siente cómo sus pies comienzan a dudar sobre el suelo.
-¡Apártese ahora mismo!-grita el soldado.
El hombre ejerce cada vez más fuerza al mismo tiempo que lanza mordidas al aire. Con los pies en escalones distintos Iñaki siente que está a punto de perder el equilibrio.
-¡Ultima advertencia!
La presión en los hombros de Iñaki es insoportable. Su cara está a centímetros de los dientes de buzo negro y un olor rancio entra en su nariz.
Un sonido explota a su alrededor y muere al instante. Un resplandor blanco enceguece a Iñaki durante un segundo seguido por un pitido agudo en sus oídos. Enseguida se da la vuelta para encontrarse a buzo negro en el suelo junto a la puerta de entrada.
El hombre ha caído escaleras abajo y yace a centímetros del soldado. Sus piernas quedaron dislocadas en un ángulo grotesco. La tibia perforó la piel de su pierna derecha.
El sujeto comienza a gemir y rugir una vez más. Al parecer ha perdido el control de su cuello ya que en su rostro solo se mueven aquellos ojos…sabe que Iñaki aun esta alli.
La criatura desafía todo lo que Iñaki había aprendido sobre el cuerpo humano.
-Tenemos uno en la entrada-comunica el militar a través del micrófono en su casco.
-¿Un que?-pregunta Iñaki agitado.
-Por favor, vuelva a su casa-responde el solado sin dejar de apuntar al hombre en el suelo.
Iñaki siente sus labios moviéndose pero no escucha el sonido de su voz.
El sujeto se arrastra apoyando el peso de su cuerpo sobre los codos. El soldado no aparta su vista de el.
-¡Vuelva a su casa!- Su voz se magnifica en las escaleras haciendo que Iñaki recupere su sentido auditivo.
Sin pensarlo dos veces, abandona, por fin, el subte.
Comments for chapter "01"
QUE TE PARECIÓ?
Soy super fan de los apocalipsis zombies, en verdad quede intrigada. Imagine cada suceso gracias a la excelente narrativa y descripción de el ambiente en las escenas. Sin embargo note que algunas palabras les faltaba alguna
S
oR
. Solo es una observación. Muchos éxitos!!Es una historia sumida en el caos, acción y la confusión, con momentos de tensión y gira en encontrar una cura supongo y sobrevivir en el intento ( ◐ o ◑ )
Ala burguer, me imagine un apocalipsis zombie pero muy realista, y lo sentí muy latino. El hecho de nombrar las calles, las ciudades, le dio un toque que me hizo imaginarlo como si fuera el metro que hay en mi país. Muy buena obra! te felicito 🙂