Apocalypse - 04
Arrodillado junto al cuerpo de Valentina, la mirada de Iñaki no se ha movido de su rostro ni sus manos de su cuerpo. Las lágrimas, sin embargo, ya se secaron.
El tiempo parece haberse congelado hasta que Iñaki oye el sonido de la sirena de una patrulla. Puede oír el rugido de su motor y las ruedas mordiendo el asfalto. Iñaki agudiza el oído y escucha el chirrido de las ruedas deslizándose sin control…cristales rompiéndose, metal retorciéndose.
Un sonido atronador retumba por toda la casa y una nube de humo asciende al cielo tras la ventana.
Iñaki se acerca a la ventana y sus ojos se agigantan al contemplar el infierno debajo. Un incendio devora la entrada del edificio al otro lado de la calle. El humo cubre las paredes y las ventanas. Apenas se puede distinguir lo que antes era un coche de policía.
Un cuerpo ardiente sale corriendo del interior del vehículo. El olor a quemado traspasa la ventana y se mete en la nariz de Iñaki. Otro cuerpo en llamas sale del coche. Un grito desesperado se escucha desde la esquina de la calle. Iñaki mira con ojos y oídos…No puede creerlo. Abre la ventana…no es un grito, son unos cuantos.
Una figura gira en la esquina y corre calle abajo en la dirección del incendio. Unos diez infectados rugen hambrientos tras el. El pobre hombre continúa su carrera mortal y en cuestión de segundos está pasando por debajo de la ventana de Iñaki.
El trance en el que Iñaki está sumido se ve interrumpido y cierra la ventana de inmediato.
La escena solo puede tener un único desenlace y no desea presenciarlo. El salón se oscurece de inmediato tras cerrar las cortinas y, al encender las luces, el cuerpo de Valentina reaparece. Sus ojos se quedaron contemplando el vacío y su sangre brilla reflectando la luz artificial.
Las piernas de Iñaki flaquean y se desploma junto al cadáver una vez más. El algodón se su ropa comienza a absorber la sangre en el suelo. Un escalofrío asalta los nervios de Iñaki y lo deja temblando en el suelo.
En la calle, el fuego encontró el tanque de gasolina de la patrulla y la explosión lanza al vehículo por los aires. Las ventanas inferiores del edificio donde se había incrustado el auto estallan esparciendo partículas de vidrio por la acera. Las llamas se propagan, las viviendas sin ventanas invitan al fuego al interior y todo el bloque comienza a arder.
Mientras el humo negro asciende y oscurece el cielo, Iñaki sigue arrodillado sobre el cuerpo de Valentina; con la mirada fija en su rostro y la mente ausente.
Unas horas después…
Los dedos de Iñaki resbalan sobre la botella de cerveza. El frío entumece su mano. Iñaki cierra la puerta de la heladera y se derrumba a su lado. Destapa la séptima cerveza con los dientes y se la lleva a la boca.
De repente, Iñaki oye un sonido, un susurro. El rítmico sonido hace que se forme una sonrisa en la cara de Iñaki y que abra lentamente sus ojos. Parece un tambor emulando el canto de una sirena.
Con mente ligera y cuerpo pesado Iñaki se pone de pie y busca el origen de tan placentera música. Los objetos a su alrededor intentan confundirlo, no lo consiguen. La puerta se abre camino entre el resto de estímulos. Ella es quien toca el arpa tan dulcemente.
Iñaki siente algo helado entre sus manos. Iñaki acerca su cara al objeto y se encuentra con una botella de cerveza. <<¿Cómo llego a mis manos?>>, se pregunta mientras ríe.
Iñaki continúa caminando hacia la puerta mientras el redoblar de los tambores se intensifica. Camina con convicción hasta que siente que sus pies se toparon con algo. Mira abajo y, cuando su mente comienza a procesar lo que ve el sonido que proviene de la puerta se intensifica aún más. <<Valentina>> piensa. Levanta un pie, luego el otro y sigue caminando.
Iñaki se encuentra frente a la puerta. <<Valentina>> repite una vez más; ella es la sirena detrás de la puerta que quiere entrar y abrazarlo con todas sus fuerzas. Extiende la mano y gira el picaporte.
La puerta se abre con fuerza hacia dentro y el canto de sirena es reemplazado por un gruñido…entonces comprende. Iñaki intenta recomponerse cuando el zombi lo agarra por el brazo y se lo lleva a la mandíbula. Iñaki tensiona el bícep y recupera su mano. La cara del infectado parece ser la mismísima definición del diablo. Extiende sus manos e intenta agarrar a Iñaki a toda costa.
En ese instante Iñaki siente el cristal frío en su mano derecha. Lo aprieta con fuerza y le propina un botellazo en la cabeza al infectado. El zombi gime al mismo tiempo que pequeños pedazos de vidrio se dispersan por el suelo. El muerto viviente intenta agarrar a Iñaki una vez más.
Los restos de la botella se transformaron en un arma blanca. El movimiento del vidrio corta el aire y se adentra en el ojo derecho del infectado. Su expresión desquiciada se paraliza para luego desplomarse sobre Iñaki. Con asco, Iñaki empuja el cuerpo y siente como el contenido de su estómago sube por su garganta y termina bañando el piso.
Comments for chapter "04"
QUE TE PARECIÓ?
El interés por saber más de esta historia no se ha disipado. 🤩
Ah, pobre Iñaki! horror momento que pasó aturdido por las circunstancias, una riña entre un zombi y el humano que esquiva por fortuna. w(°o°)w