Apocalypse - 05

Ha caído la noche. Las agujas del reloj giran sin descanso mientras las siluetas de los dos cadáveres acechan a Iñaki en la oscuridad del salón. El alcohol que nadaba por su torrente sanguíneo también lo ha abandonado.

La puerta de entrada continua abierta y otras tantas horas transcurren de igual manera. Un sonido o un pensamiento- Iñaki no está seguro- rompe su estado de ensueño. Nunca antes sus extremidades le habían pesado tanto ni había sentido su mente tan anestesiada. <<¡Supervivencia!>>…Iñaki no sabe de donde proviene el mensaje ni si debería oírlo.

¿Para qué seguir viviendo en un mundo como este? ¿Para terminar siendo otro zombie más? ¿Son siquiera conscientes de serlo? ¿Para seguir existiendo, seguir respirando?

Las preguntas resuenan en la cabeza de Iñaki cuando siente algo moviéndose en su pierna. Su corazón se dispara al mismo tiempo que lleva una mano a sus jeans; es su celular. Al sacarlo del bolsillo ve que la pantalla indica Mama.

-¿Iñaki?- pregunta la voz de su madre.

-Si.

-¿Estas bien hijo? ¿Qué está pasando en Buenos Aires? A nosotros nos evacuaron, ¿Podes creerlo? Estamos en un polideportivo a media hora de la ciudad de Rosario rodeados de militares y doctores, ¡esto es una locura! Yo creo que es todo una exageración…lo del virus ese y lo de los ataques también. ¿Iñaki?

-¿Si?

-¿Vos como estas, como esta todo por Buenos Aires? ¡Acá no podemos ni siquiera ver las noticias!.

-…todo se fue a la mierda.

-¿Que dijiste?- Su tono cambia de repente.

-Que todo se fue a la mierda.

-Qué…¿Vos estás bien?

-Estoy vivo…

-¡¿Cómo está Valentina?!

Silencio.

-¡Iñaki, ¿Cómo está Valentina?!

-Valentina está muerta.

-¿Qué…o..ue..habl…ime…igo…hij…¡Valentina!…pones…ñal…

La señal del celular abandona a Iñaki junto con la voz de su madre…Parece ser que la era de la comunicación llegó a su fin.

<<Mi madre y mi padre siguen vivos>>. Sin perder tiempo, Iñaki camina hasta la puerta y cuando está por cerrarla intuye que alguien lo observa. La sensación dura lo que un pestañeo. Iñaki cierra la puerta y se dispone a llevar a cabo la horrorosa tarea.

Iñaki lo preparó todo: la ventana que da a la parte posterior de la urbanización está abierta a la noche de par en par. Es hora de deshacerse de los cuerpos.

Los restos del infectado yacen a 15 metros de Iñaki; su cuerpo es una mezcla grotesca de carne, huesos y fluidos. En el salón aun sigue Valentina, tendida en un charco de su propia sangre.

Es hora de deshacerse de ella también.

Iñaki se agacha, pasa un brazo por debajo de sus rodillas y otro por su espalda. Está por ponerse de pie cuando se detienen a mirar sus ojos; ya no son los ojos de Valentina.

Un pensamiento se cruza por su cabeza y gentilmente cierra los ojos de su amada. Con otro gesto igual de delicado limpia un trazo de sangre que manchaba su frente. Ahora sol parece estar durmiendo.

Finalmente, Iñaki se pone de pie con el cuerpo de Valentina pegado a su pecho. Las lágrimas vuelven a los ojos de Iñaki.

Iñaki avanza lentamente hacia la habitación. Su cuerpo no quiere deshacerse del cadáver, mientras que su mente no está tan segura…

<<¡Vos porque no crees en nada!- la voz de Valentina irrumpe en su mente-Yo quiero que me entierren como a mi abuela>>. Iñaki no está seguro pero cree recordar que su respuesta, entre risas fue <<Ok, ok, pero yo seguramente moriré primero>>.

Con cuidado, Iñaki apoya el cuerpo de Valentina sobre el borde de la ventana pero lentamente vuelve a alzarlo; va a enterrarla.

Iñaki camina hacia el ascensor y cuando presiona el botón la puerta se abre al instante.

Al entrar, la luz del ascensor otorga un nítido reflejo de Iñaki y Valentina en el espejo del ascensor.

Iñaki fija su mirada en el cuerpo de Valentina. Sus pantalones están rasgados y sus piernas son ahora de un color morado. Su camisa está completamente manchada de sangre.

Los pasos de Iñaki resuenan en el garaje. Al llegar a la puerta que da al parque de la urbanización, Iñaki deja a Valentina en el suelo abre la puerta.

Una vez en el parque Iñaki se dirige a una caseta de plástico. <<Herramientas>> indica una inscripción sobre la puerta. Al tratar de abrirla Iñaki nota que está cerrada con un candado.

Iñaki da un paso atrás, y con todas sus fuerzas le asesta una patada a la puerta. La puerta de la caseta se hunde hacia adentro, liberada del candado. Silencio…durante unos pocos segundos…hasta que llega a los oídos de Iñaki el primer gemido…