Apocalypse - 06
Los latidos de su propio corazón retumban en los tímpanos de Iñaki. <<¿Son dos, tres…?>>, se pregunta inspeccionando la enredadera. Unas manos atraviesan entonces la enredadera y se adentran en el jardín interior. El individuo explora el aire con las manos. La criatura ha venido sola. Iñaki relaja los hombros y reanuda la búsqueda.
Tras quitar la puerta del medio, Iñaki encuentra la pala junto a la manguera. La agarra y camina hasta el árbol que se encuentra en el extremo más alejado del jardín. Ahí va a enterrar a Valentina.
Iñaki clava la pala en la tierra y se da la vuelta para observar la reacción de <<Manos Curiosas>>. A escasos metros detrás de Iñaki, los brazos se paralizan por unos segundos para luego seguir investigando el aire.
Iñaki tira la tierra por encima de su hombro, vuelve a cavar y nuevamente el infectado se detiene. Iñaki no nota ni una pizca de violencia en la criatura, solo curiosidad. <<¿Sería igual si me viera con sus propios ojos?>>- piensa Iñaki al hundir la pala en la tierra-. Supongo que no>>.
A la décima vez Iñaki no puede evitar soltar una carcajada. El comportamiento del infectado le recuerda al de un bebé. Los brazos se vuelven a congelar y, mientras la risa de Iñaki va muriendo, la cabeza del cadáver comienza a abrir una brecha en la enredadera. Una vez la totalidad de su cara atraviesa la enredadera, este voltea a ver a Iñaki. Los gemidos se transforman en gruñidos y las manos, antes curiosas, se transforman en garras.
Iñaki con los dedos aferrados a la pala decide acabar con el de una vez.
El infectado agita los brazos dando dentelladas entre las barras de metal. Iñaki avanza y aprieta un poco más el mango de la pala.
La luna proyecta la sombra del muerto sobre los pies de Iñaki. <<Hay que destruir su cerebro>> recuerda. Da un paso adelante, alza la pala con las dos manos y la estrelló contra la frente del infectado. <<Esta es la única manera de sobrevivir>> piensa Iñaki.
Los ojos blancos del infectado se conjuran una y otra vez en la mente de Iñaki al reanudar la excavación. Su rostro se mezcla con el de Buzo Negro, el de José y el de Valentina.
A medida que continúa cavando, algo comienza a cambiar dentro de Iñaki. Una sensación de querer seguir viviendo tan grande que sería imposible de explicar. << Voy a sobrevivir sea como sea, no importa que tenga que hacer>> repite Iñaki en su mente.
Las embestidas contra la tierra son cada vez más explosivas. Una hora pasa hasta que Iñaki juzga que el hoyo es lo suficientemente profundo. Es hora de ir a buscar a Valentina.
La pequeña montaña de tierra que se había acumulado junto al agujero ha vuelto a su lugar. Valentina descansa debajo con sus ojos cerrados. La noche guarda silencio, respetuosa. Las lágrimas de Iñaki caen en la tierra junto a unas rodillas que desean echar raíces.
Un escalofrío recorre la mente de Iñaki mientras las imágenes de Valentina acuden a su memoria:
-Ya tengo novio -dijo Valentina evitando la mirada de Iñaki.
-Ya se-respondió Iñaki con certeza-, se llama Iñaki.
-¿Iñaki?-preguntó ella uniendo sus cejas.
-SI, encantado. ¿Vos como te llamas?-
…
-¿Y si nos vamos a vivir juntos? -pregunto Iñaki aquella vez en su habitación.
-¡No!- respondió al instante ella quitándose un mechón de la frente-…¿Crees que mi padre nos dejara?
-Solo hay una forma de averiguarlo -responde Iñaki poniéndose de pie y dirigiéndose hacia la puerta.
-¡Iñaki!
Con su voz en sus oídos, Iñaki palpa la tierra. Quiere tocarla una vez más…solo una vez más. Pero la tierra se escabulle entre sus dedos.
El silencio ceremonial de la noche lo perforan en ese momento unos cuantos gemidos moribundos. Es hora de sobrevivir. Iñaki se pone de pie con piernas de piedra, echa un último vistazo a esa mezcla marrón de tierra removida y se va.
A la noche siguiente….
Comments for chapter "06"
QUE TE PARECIÓ?
Corazón Valiente Iñaki 🙂