Apocalypse - 11
La lluvia de puños continúa golpeando la puerta de la escalera. Iñaki siente las vibraciones en las suelas de sus zapatillas. Sofia es una estatua en sus brazos y Roco ladra furioso.
Los ojos de Iñaki recorren cada rincón buscando una escapatoria. Gritos, ladridos, gemidos, vibraciones…<<pensá,pensá>>.
<<Bajar por las escaleras es imposible -descarta Iñaki en su mente- salir por la ventana también…>>.
-¡Mierda!- grita Iñaki- ¡Bajar, tenemos que bajar!
Los rugidos de los reanimados aumentan mientras Roco ladra, muerde al aire y su saliva vuela por los aires.
<<Tranquilo -se dice a sí mismo- respira, respira. ¿Cuántas maneras hay para bajar? Las escaleras…y el ascensor. ¡El ascensor! ¿Funcionara? – se pregunta Iñaki apretando a Sofia en su brazos-. Es la única opción>>.
-Roco, prepárate.
Iñaki se acerca a la puerta del departamento. Gemidos moribundos entran por sus oídos y recorren cada nervio de su cuerpo. Otro paso más. Iñaki abre la puerta.
El ruido es ensordecedor, pero todavía no han conseguido derribar la puerta de las escaleras; su hedor a muerte, sin embargo, consume el aire del pasillo.
Iñaki toca el botón del ascensor con todos los dedos de su mano. La luz se enciende. El motor mecánico vuelve a la vida y produce el sonido más bello que Iñaki haya oído jamás.
¡CRACK! las bisagras de la puerta absorben la fuerza de los golpes. Los gemidos se oyen más cerca. El ascensor no llega.
Una mano se mete por la abertura, otra…y otra. Roco gruñe.
– ¡Roco, no!
La puerta del ascensor se abre en el mismo momento en el que Roco sale corriendo en la dirección contraria. Ladridos y rugidos explotan en el pasillo mientras más manos serpentean hacia adentro.
– ¡No te muevas. Sofia!
Iñaki deja a Sofia en el ascensor y va tras Roco.
¡CRACK!
El perro se acerca cada vez más a la puerta, donde ya sobresalen brazos enteros.
– ¡Roco!
La puerta se desploma. Cientos de rugidos, gruñidos y gemidos retumban en el pasillo.
– ¡Roco!
El can levanta las orejas y mira en la dirección de Iñaki con duda en sus ojos.
– ¡Vamos!
Roco se da la vuelta y corre hacia Iñaki. Los zombies comienzan la persecución.
– ¡Sofia!
La puerta del ascensor está cerrada y la niña no está junto a él.
– ¡Sofia! -grita Iñaki con Roco a su lado.
Los muertos se acercan.
– ¡Sofia!
Entonces se abre la puerta del ascensor, Sofia está adentro con su dedito sobre el botón. Los ojos de Iñaki no comprenden lo que ven pero a sus piernas no les importa. Entra en el ascensor con Roco y presiona el <<0>> casi diez veces por segundo.
La puerta comienza a cerrarse. Alza a Sofia en sus brazos. El ascensor tiembla. Una mano se adentra por la abertura, un anillo de oro capta la luz y ciega a Iñaki durante unos segundos.
La puerta se cierra finalmente y la mano -sin su dueña- cae a sus pies.
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