Apocalypse - 15
Tres personas sentadas en un semicírculo, una de pie y una vela sobre una mesa reciben a Iñaki. El hombre de pie es el de la campera negra que vio junto a la pileta.
Roco huele a su alrededor. Los ojos de Sofia se posan sobre una de las dos mujeres, parece no comprender su imagen.
-Así que finalmente encontraste supervivientes.
-Si- responde Mike- y no serán los últimos.
-Un optimista… ¿Cómo te llamas? – le pregunta a Iñaki.
-Iñaki.
-Bueno, Iñaki, ¿a qué te dedicabas, que habilidades tenes que nos puedan servir acá?
– ¡Victorio! – exclama el hombre mayor sentado a la izquierda de Iñaki- Vení, sentate acá, toma un poco de agua y sécate.
Al sentarse las piernas le envían una señal de placer al cerebro de Iñaki como nunca antes había experimento. Agarra la botella y las toallas que le ofrece el hombre, después la envuelve a Sofia y le ofrece agua.
-Siempre tan hospitalario, Eduardo -dice Victorio rompiendo el silencio. – ¿Mi respuesta?
-Estaba por terminar la carrera de medicina.
– ¿Un médico?- pregunta Victorio y de su tono desaparece toda hostilidad.
-Sí.
-Ya veo…estoy seguro de que la gente aquí sabrá apreciar tu ayuda. Bienvenido. Tengo cosas que hacer, después hablamos. ¿Martina?
La joven se pone de pie y, sin siquiera mirar a Iñaki, abandona el piso con Victorio.
-Hola, Iñaki, mi nombre es María. Bienvenidos.
-Gracias.
-Tenemos una habitación en el piso de Mike para vos y tu hija.
<< ¿Mi hija? ¿Sofia?>> es la primera vez que alguien la llama así, pero Iñaki prefiere no hacer demasiadas aclaraciones por el momento.
-Por cierto, ¿Cómo te llamas, hermosa?
Sofia no responde.
-Se llama Sofia- añade Iñaki.
-Hola, Sofia, ¡Bienvenida!
-No te preocupes por él- dice Mike tras sentarse-, perro que ladra…bueno, eso.
Eduardo se arrodilla junto a Roco y lo acaricia.
-Supongo que no tendrás muchas energías para contarnos de vos- dice María. – ¿Qué te parece si te contamos sobre tus nuevos compañeros?
-Por favor.
-Muy bien, ¿Qué queres saber?
– ¿Cómo fue que sobrevivieron?
-Muy bien- dice María-, mi historia es la de esta urbanización ya que vivía acá cuando todo ocurrió.
Todo pasó muy rápido. Durante las primeras semanas de la infección, un anciano del bloque 1 -en el que estamos ahora- fue mordido a metros de la puerta. La medida que tomamos entonces, propuesta por la mayoría de vecinos, fue dejarlo encerrado en su casa y que todas las personas con viviendas en el bloque central fueran trasladados a los dos edificios laterales.
Tenes que comprender, Iñaki, que estoy hablando de los primeros días; la información que disponíamos era escasa y actuábamos por instinto.
Como te dije, todos terminamos evacuando este edificio. La escena me recordaba a la de una familia judía durante la Segunda Guerra Mundial viéndose obligada a dejar atrás todo aquello en lo que trabajó durante años…para terminar en un gueto. Y así solo quedo Clemente, el anciano. ¿Cómo íbamos a saber que luego nuestros dos refugios se convertirían en una trampa mortal?
Comments for chapter "15"
QUE TE PARECIÓ?