Asoid (Novela Ligera) - 05
Al pasar los años en la montaña de los dioses Senoch entendía a la perfección como funcionaba el proceso de la creación de píldoras; el éxito o fracaso dependía de la habilidad del practicante, fuerza de voluntad y destino del mismo. Todas las almas pertenecientes a la facción de los dioses estaban al tanto de lo que significaba el color del humo tras la creación de cualquier píldora o veneno.nnUn color blanco representaba el éxito, un color promedio al que todos estaban acostumbrados, no era algo extraordinario pero tampoco algo de que alardear, el color de humo rojo expresaba la voluntad de Ella a través de una píldora, significaba que aprobaba la creación de la misma, un nivel alto que producía mejores resultados; el color azul era la representación de la aceptación de Ella, una píldora de humo azul era algo que solo se podía observar en el segundo plano y solo por Expertos de la facción de los dioses. Mas increíble era el color morado, este representaba un fragmento de la voluntad de Ella, solo el líder de la facción de los dioses era capaz de crear tal píldora, su valor es inimaginable, algo que solo existe en leyendas.
Por último, el color al que todos estaban acostumbrados, una mezcla entre la oscuridad y la pureza de una píldora, un color que representaba la mediocridad a través de luces, un reflejo de la falta de habilidad del practicante, algo que todos habían sentido, el fracaso – No puede ser, solo tenía una oportunidad – Senoch cae de rodillas al piso, desesperado busca entre sus pertenencias y como ya había contado anterior mente, le faltaba un ingrediente para un segundo intento – ¡Maldición! No puedo creer que no tenga la piel de una bestia elemental – Gritando desesperado en medio de las dos montañas, un grito que podía describirse como mudo, nadie lo podía escuchar y nadie le iba prestar atención a alguien del piso uno de la torre central.
El chico determinado a conseguir el ingrediente faltante se introduce al peligroso mundo de Tibesa, era el nombre que recibía el bosque donde se encontraban las bestias elementales, este, rodeaba se encontraba a las afueras de cada montaña, y era extremadamente peligroso.nnEn el bosque se podían encontrar diferentes tipos de bestias, las cuales eran mezclas entre animales que del Plano Primo. En ellas se podían visualizar tatuajes de estrellas, mientras mas estrellas se encuentre en el cuerpo de la bestia mas peligroso era. En la ciudad de Ronwben la máxima cantidad de estrellas vista en una bestia era de cuatro.
Para cazar una bestia de una sola estrella se necesitaba un grupo de cuatro personas que al menos estuviesen en el cuarto piso de la torre central o un alma en solitario del séptimo piso. Una bestia de dos estrellas era completamente diferente, el nivel de dificultad para cazarla aumentaba, la necesidad de un grupo era diferente; contar con al menos cinco personas del séptimo piso no era suficiente. Por esta razón, las almas de las bestias elementales era el intercambio común entre las facciones.
Al llegar al bosque todo mal herido, brutalmente lastimado y con la voluntad de seguir adelante casi destruida – Tengo que conseguir la piel de una bestia elemental a como dé lugar – para caminar, el chico se apoyaba de un bastón que había comprado en el mercado en sus años de entrenamiento con Rick; Una vez, su antiguo maestro lo golpeo tanto que tubo que comprar ese bastón para mantenerse en pie, usarlo le traía recuerdos insípidos pero su determinación para seguir adelante era prácticamente inamovible.
Al paso de unos días y de errar por el bosque, Senoch se encontró con una bestia elemental inmensa, media alrededor de seis metros, era ver el hijo entre un león y un oso, algo abominable. Senoch lleno de miedo y determinación se dispone a crear un plan de acción – Esta es mi oportunidad – Respira profundamente y trata de recordar todo lo aprendido en la torre central acerca de fuerza de voluntad – Si mal no recuerdo, el traidor de mi maestro me conto un poco acerca de las bestias elementales – Cerrando los ojos para concentrarse, aparece un recuerdo en su mente.
Riendo a carcajadas mientras contaba una cantidad inmensa de tokens – Repite de nuevo pequeño discípulo – Se jactaba Rick de la desgracia del pequeño.
Con la cabeza abajo el chico repetía – Si me encuentro con una bestia elemental tengo que tener cuidado, si la bestia tiene entre cuatro a cinco estrellas podre derribarla; si tiene menos de tres lo mejor es correr – decía Senoch apoyado en un bastón tras haber recibido una paliza cortesía de Rick.
Senoch abre los ojos y vuelve en sí, se dispone a correr en dirección a la bestia elemental la cual estaba a mitad de su comida – ¡Ja! Solo cuento cuatro estrellas, esto será pan comido – saltando en dirección a la cabeza de la bestia para darle un golpe de gracia y poder quedarse con la piel para terminar su píldora de descanso elemental – Una vez curado, iré a destruirte donde estés Maestro – cuando estaba a punto de caer encima de la bestia, esta se voltea y ruge a todo pulmón deteniendo los movimientos de Senoch, suspendiéndolo en el aire con cara de desesperación y pánico.
La bestia de cuatro estrellas levanta una de sus patas y conecta un golpe fuertemente en la cara del chico, dejando sus garras mascadas en la cara de Senoch; saliendo disparado por los aires al menos veinte metros, golpea el tronco de un árbol facturándose así las costillas y uno de sus brazos, tosiendo sangre y desconcertado piensa – ¡Maldición! No puedo creer que ese idiota me engañara de nuevo – Mientras seguía escupiendo sangre.
La bestia mitad león mitad oso corre en dirección al chico que se encontraba moribundo para terminar su trabajo, el pequeño había interrumpido su cena, ahora él seria la cena; mientras la desesperación invadía a Senoch un miasma comenzaba a salir por los poros de todo su cuerpo, era una especie de neblina, una capa que cubría un radio de alrededor de dos metros siendo su cabeza el punto central. La bestia volvía a rugir en sensación de frustración.
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