Asoid (Novela Ligera) - 06

La habilidad básica de la facción de los fantasmas es la defensa, las almas que son escogidas por esta facción tiende a mejorar sus habilidades físicas, pero una vez que entiendes la sabiduría de la montaña fantasmal te das cuenta que no es del todo cierto.
Quizás esto no sea algo nuevo para las almas pertenecientes al segundo plano, pero, para alguien que ni siquiera se asomaba al primer plano, era algo extraordinario. Comprender la verdadera raíz detrás de la montaña fantasmal era algo que nadie podía hacer en Ronwben. Un punto que diferenciaba a lo común del prestigio de haber sido escogido por Ella.
Una vez la neblina del puente fantasmal te tragaba, te dabas cuenta que tu esencia se desvanecía del mundo, era como desaparecer en cuestión de segundo, un modo sigilo, perfecto para esconderse y atacar, la verdad detrás de la facción de los fantasmas es que son Asesinos por naturaleza, son capaces de desvanecer su presencia de un momento a otro; dominar esto puede llevar cientos de años, quizás solo un puñado son capaces en el primer plano, claro está, en el segundo plano es algo conocido por todos. El desvanecimiento comienza por liberar un miasma protector que crea un radio de invisibilidad alrededor del usuario.

Cuando Senoch estaba a punto de ser devorado por la bestia elemental logró liberar el miasma primordial de la facción fantasmal, creando una barrera que era capaz de hacer desaparecer su esencia; la bestia rugía una y otra vez por el hecho de haber perdió a su presa.

Exaltado el chico respiraba de manera agitada, costillas rota y un brazo inútil fue lo que le dejo la condenada bestia – No puedo creer que por fin mi suerte haya cambiado – con un brillar en sus ojos, la codicia lo invade y por primera vez desde que llego al mundo siente que Ella esta de su parte; cuando una bestia elemental se alimenta de otra, esta devora todo, desde su alma hasta sus hueso, pero este no era el caso para el pequeño suertudo. Debido a que Senoch interrumpió la cena del Oso-león, la bestia no había terminado de devorar a su presa.

El pequeño logra ver que en la piel de la bestia muerta se observaban tres estrellas a lo largo del cuerpo, una serpiente con alas no era algo que podías disfrutar de ver todos los días, inclusive en Tibesa, era algo realmente raro, algunos dirían que estas bestias estaban extintas. Cuando el pequeño todo mal herido comienza a hurgar entre los huesos y la piel de la bestia elemental se da cuenta de que algo brillante esta dentro de su vientre. Una forma ovalada que desprendía un aura intensa, el color del huevo se podía explicar solamente si mezclabas el azul del cielo junto a un perfecto atardecer. Senoch no le presto mucha atención y lo arrojo a su collar Interespacial, el pequeño lo único que quería era la piel de la bestia. El segundo y su ultimo intento para recuperarse, el estado del pequeño era deplorable, costillas rotas, un brazo fracturado, innumerables heridas internas, era cuestión de tiempo para que descendiera.
Senoch cierra los ojos y se sienta de piernas cruzadas para concentrarse, mentalmente crea un mapa que debe seguir para el desarrollo del la píldora, este proceso lo hizo meticulosamente, tardando un total de cuarenta y ocho horas; tosiendo sangre una que otra vez retoma la concentración para darle el uso correcto a la píldora – No puedo volver a fallar – tosiendo mas sangre, se apresura y extrae los ingredientes de su collar Interespacial, seguido de un gesto de manos el proceso comienza… Una esfera de luz se va creando en su alrededor de sus manos y comienza a encogerse, debido al estado de Senoch la píldora comienza a desestabilizarse – ¡No! No de nuevo, tengo que hacerlo – Aguantado todo el dolor posible comienza a girar sus manos rápidamente, hasta que visualiza como un humo blancuzco va apareciendo; esta acción hace que el pequeño respire un aire de tranquilidad, al hacerlo, lo que antes podía ser como blanco se tornó gris.
Otro fracaso que deja sin esperanza al pequeño, derrotado sin acuesta en el suelo casi sin ninguna energía en lo absoluto, pero justo antes de desmayarse entra en un trance, el tiempo se había diluido y podía sentir como sus manos eran guidas por algo o alguien, una nueva fórmula aparecía en su mente – ¡Eso es! Hay infinitas soluciones – levantándose de golpe se dirige dónde estaba el cadáver de la bestia, e detiene a inspeccionar minuciosamente hasta que toma un hueso de tamaño mediano; comienza hacer gestos de ritual con sus manos, una esfera de luz lo rodea, acción seguida por el crujir de los huesos de la bestia – Polvo elemental ¡Esa es la respuesta! – Senoch tritura los huesos encima de la esfera de luz consiguiendo un denso humo blanco – Esto no es el final – Gastando todas sus energías, el chico sabia que esta era su ultima oportunidad, estira la mano en dirección de la masacre que había cometido el oso-león y una burbuja de sangre se forma, utilizando la sabiduría de los dioses, la mezcla con la esfera de luz, y el humo blanco comienza a tornarse rojo, no obstante , Senoch arroja también a la mezcla su propia sangre debido a la heridas sostenidas en el combate donde había quedado con una herida fatal. La esfera de luz comienza a dar saltos, era como si estuviese viva, quería salir disparada, pero al mismo tiempo detener, se podía escuchar al aire quebrarse y humo azul reinaba las partes profundas de Tibesa.

Agitado, Senoch no tuvo tiempo de entender lo que había pasado, simplemente con un movimiento se llevó la píldora a la boca, la misma se disolvió al entrar a la garganta y en cuestión de segundo Senoch estaba curado; lo que el chico no sabía es que esa no era una píldora de descanso elemental; acababa de hacer era algo extraordinario, una píldora de voluntad. Dicha píldora era capaz de hacer aumentar la suerte y el destino del usuario, en pocas palabras, era como recibir una dosis de cinco mil tokens de un solo golpe. Solo un grupo de almas eran capaces de hacer dicha píldora de nivel rojo.

Senoch decidió quedarse en Tibesa por un tiempo, al pasar de los años fue perfeccionando la técnica de extraer el alma de una bestia elemental y aprovechar todo dentro de ella, huesos, dientes, garras, cola, piel, en pocas palabras todo lo referente a la bestia elemental.

En poco menos de cincuenta años logró perfeccionar a su punto máximo el arte de cazar, al mismo tiempo entreno su sigilo, debido a que Senoch no sentía la confianza necesaria para acabar con una bestia mayor a dos estrellas, él sabía que bestias de una estrella no eran mas que entrenamiento básico; el chico tomaba prestada la fuerza de bestias de cuatro estrellas para acabar con aquellas de niveles inferiores, las atraía recibiendo uno que otro golpe, pero con la ayuda del miasma todo era mucho más fácil. Senoch llamaba la atención de las bestias de rango alto para conseguir que estas atacaran a bestias de rangos inferiores, esto era mucho más rápido y eficiente que hacerlo el mismo, luego de ver como las devoraban, el pequeño entraba en acción y una escena muy parecida a la del oso-león se repetía una y otra vez durante años y años.

Decidiendo que entrar a la montaña de los cazadores ya sería una pérdida de tiempo el chico se pone en dirección a la montaña demoniaca – Tal vez no pude entrar a la montaña fantasmal y no tenga el tiempo para dedicarle a la montaña de los cazadores – lamiéndose los labios con una sonrisa algo perversa comienza su camino hacia una nueva misión – Definitivamente seré capaz de dominar el encantamiento elemental de los estúpidos demonios – Pensaba para sí mismo mientras corría