Asoid (Novela Ligera) - 14
Capítulo 14 – El Autómata de la Torre Central
En algún lugar del segundo plano un anciano meditaba sentado ganando la sabiduría del mundo, al abrir los ojos era como si una onda expansiva golpeara todo lo que estuviese a su alrededor y detuviese el tiempo – Llegaron en el momento preciso – decía mientras volvía a cerrar sus ojos y el tiempo volvía a fluir de manera continua.
Al otro lado del reino un pequeño volteo y fijo su mirada directo a la cueva donde estaba sentado el anciano meditando – Viejo decrepito – es lo único que podía pensar mientras miraba la torre central del primer plano en la ciudad de Ronwben con preocupación en el ambiente; el niño tomaba su cabeza como su tuviese una jaqueca y acercándose llegaba una voz – Aun no se recupera Supremo – el sonido era de puro respeto hacia alguien que va más allá de los cielos.
Tomando una bocanada que podía absorber el aire de todo el reino – Si, creo que no debí haber roto el sello para ayudar al pequeño Senoch – Terminaba suspirando para retomar las actividades diarias que conllevaba ser el líder de toda una facción de Demonios – Todo depende de ti… La prueba será cientos de veces más difícil – pensaba para sí mismo mientras negaba con la cabeza de un lado al otro.
**Ronwben
En el momento en que Senoch se disponía a entrar a la prueba de la Torre Central dos sombras se detuvieron justo encima de ella; arrojaron una píldora morada seguido a gestos de manos incomprensibles para cualquiera que lo viese y no tuviese una extrema sabiduría de los dioses.
Senoch sin percatarse de lo ocurrido ya que tenía medio cuerpo dentro solo sintió un pequeño templo mientras era transportado al primer piso, él ya sabía gracias a las enseñanzas del viejo Noclu de que se trataba – Una simple prueba de presión, solo tengo que aguantar y pasar los primero 3 niveles – Respirando profundo sintió un tintineo dentro de su cabeza una voz de una mujer resonaba en ella.
El chico podía escucharla sin importar que se tapase los oídos – Bienvenido a la primera prueba de la Torre central… Torre Central… Torr..e .. Ce..n.. tral – un fuerte temblor atacaba a la torre y la dulce voz tubo un cambio drástico y casi celestial; un hombre joven de unos veintitantos años se acercaba lentamente a Senoch y se podía escuchar – Parece que has hecho enemigos solo al entrar – decía mientras inspeccionaba de arriba abajo al alma participante de la torre – No entiendo que ve en ti el Supremo Celestial – Terminaba riendo y burlándose.
Mientras en joven que recién aparecía terminaba de burlarse de Senoch decidió que era momento para presentarse – Asqueroso niño, yo soy el autómata de la Torre Central, seré yo quien decida si pasas o no mis pruebas – el brillo en sus ojos era como cual niño con algún juguete recién llegado.
El autómata comenzó a explicar la precaria situación en que se encontraba el participante – Normalmente esta prueba es difícil para aquellos que la toman la primera vez – decía mirando con desprecio al participante – Sin embargo… – haciendo una pausa dramática terminó – Esta vez será diferente, la prueba cambiara para mi gusto – con eso ultimo hizo un gesto de manos que hizo cambiar la prueba totalmente, al principio solo era aguanta la presión que ejercía la voluntad del autómata sobre ti por un periodo de tiempo, pero ahora la presión iba a incrementar a medida que avanzabas. La primera prueba comenzó a temblar y el piso en ella a cambiar.
Donde antes se encontraba la salida ahora había más terreno, desde el punto de inicio al punto final había mil pasos y la presión que ejercía cada paso era la de un gigante que presionaba contra de ti, quizás esto era una tarea fácil para alguien del nivel de un practicante, pero para un renacuajo que tomaba la prueba por primera vez era quizás una tarea imposible.
Mirando de un lado a otro, tratando de analizar toda la información que había recibido y pensando para sí mismo que el viejo Noclu había dejado muchas cosas por fuera preguntó – Solo tengo que llegar a la salida ¿Cierto? – al recibir el asentir del autómata Senoch comenzó con el movimiento de su pie para dar el primer paso, pero al instante que esto pasaba se escuchó un grito muy fuerte de parte del pequeño.
Seguido de este acontecimiento el autómata disfrutaba de la desgracia del renacuajo entre carcajadas pensaba – Que pérdida de tiempo el estar aquí, ni siquiera puede llegar a los diez pasos… me da asco – su mirada estaba pegada al chico que sin darse cuenta la duda comenzó a invadir su cuerpo.
En el momento en que Senoch dejaba de gritar, levanto su pie para quitarse una piedra que se había encajado y es en ese momento que recordó – No tengo mis artefactos conmigo, solo me queda mi ropa – Su maestro le había comentado que en el instante en que se entra a las pruebas todos lo que genere una ayuda para el participante será removido momentáneamente para que solo dependan de ellos mismos.
Con eso en mente Senoch comenzó a caminar un pie delante del otro, poco a poco incrementaba su velocidad hasta el punto de correr tan rápido como una bestia elemental en el bosque de Tibesa, el pequeño se detuvo justo antes de la prueba y se giró para preguntar al autómata – ¿No vienes? – diciendo eso el chico desaparecía para comenzar la cuarta prueba con su cara llena de inocencia.
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