Astra - 03
Capítulo 3
Parte 1
Hana se lanzó contra el misterioso joven, planeando un golpe frontal el cual este recibió directamente con su espada sin moverse de su posición.
– ¡No puede ser! – exclamó Hana mientras intentaba vencerlo en fuerza.
– Pensé que tomarías esto más enserio, un ataque tan simple como este no habla nada bien de tu calidad como guerrera, si es que debería llamarte así.
El joven empujó hacia atrás a Hana luego de criticar su primera ofensiva, nunca antes a ella le había sucedido algo así.
Este tipo menosprecia mi fuerza.
– ¿Qué has dicho, asesino? – retrocedía Hana bastante exaltada – Ahora verás mi verdadera fuerza.
Hana volvió a lanzarse contra él, esta vez saltando de un lado a otro tan rápido como le era posible mientras se acercaba más, su objetivo era encontrar un punto ciego en la defensa de su oponente, uno que le permita asestar un golpe limpio, estaba segura que ese sería uno de los costados así que centró sus movimientos en ello.
El joven pareció entonces empezar a cambiar su expresión, sin duda estaba sorprendido por la agilidad de Hana.
Cuando Hana llegó a estar segura que era la posición y el momento, decidió golpear nuevamente. Agitando con fuerza su espada pensó en acabarlo de un solo golpe.
Para su sorpresa, el joven giró de forma repentina y volvió a bloquear el golpe, el impacto generó una fuerte ráfaga de viento en todo el lugar, aunque la violencia del impacto pareció impresionarlo.
Su velocidad y fuerza se han incrementado de manera considerable, ¿quién es esta mujer?
La misteriosa persona comenzó a sentir curiosidad por Hana mientras seguía deteniéndola.
– No me gusta esa manera que utilizas para referirte a mí, mi nombre es Milo. Y estoy sorprendido, la primera impresión que me diste es totalmente diferente a esto…
Luego de responder tan tranquilamente, con un impulso de fuerza Milo logró empujar a Hana de regreso, lo que ella vio después le impresionó aún más, de pronto la espada de hoja recta y delgada que empuñaba el joven comenzó a tornarse de un color oscuro, un aura de un tono gris se empezó a formar de la nada a su alrededor, era como si desde su mismo cuerpo emanara ese extraño poder y lo canalizara hacia su arma, ahora esa espada parecía tener un poder extraordinario, y eso preocupaba demasiado a Hana.
Ahora Milo había tomado una posición distinta a la que tenía antes, alzó su espada apuntándola contra Hana y fijó su mirada directamente contra la de ella, esa mirada era fría y no parecía expresar sentimiento alguno.
– Esta vez seré yo quien inicie el ataque.
Solo dio un paso antes de dejar su posición y correr con gran rapidez hacia Hana, pero ella podía seguirlo con la mirada.
Hana pensó que sería suficiente para detenerlo, pero estaba equivocada. De pronto los golpes que a un inicio lograba bloquear y eludir comenzaron a aumentar su velocidad, los movimientos de Milo eran precisos, si tan solo uno de eso golpes pasara su defensa sería el fin.
A este paso terminará venciéndome… no, terminará matándome.
En medio de esa avalancha de ataques Hana se vio obligada a retroceder, era necesario que tome un respiro para volver a atacarlo, dio una salto hacia atrás haciendo una pirueta en el aire hasta quedar a una distancia media de Milo.
– No imaginé encontrar alguna vez un criminal con tus habilidades, lo que más me preocupa es el aura que desprende tu arma, aunque me cueste aceptarlo… no creo que pueda vencerte así.
Milo parecía estar todavía recuperándose de sus heridas, Hana podía notarlo por la manera agitada en su respiración, pero ni aun así él parecía sufrir algún tipo de inconvenientes enfrentándola.
– Entonces, ¿ya te diste cuenta de que no tienes posibilidades de vencerme? – dijo Milo dejando su postura pero aun manteniendo la extraña aura de la espada activa.
– No confundas las cosas, en ningún momento dije que me rendía.
Hana extendió su brazo hacia delante con la palma de su mano extendida y luego, un ligero movimiento con los dedos hizo que el punto en el que Milo se encontraba estallara muy fuerte.
– ¡¡…!!
La explosión que se generó en el lugar hizo que Milo salga aventado por el aire, aunque luego de caer al suelo logró ponerse de pie casi al instante.
– Pero… ¿q-qué fue eso?
Milo se encontraba temblando aún por el fuerte impacto.
De haber tardado en reaccionar, me hubiese matado
Ya de por sí, el simple hecho de que alguien pudiera haber salido ileso de ese ataque fue una gran sorpresa para Hana. A consecuencia de eso su paciencia se agotaba cada vez más rápido.
– En serio es increíble, nunca antes alguien había podido sobrevivir a esas explosiones – murmuró Hana mientras mantenía su brazo extendido –… pero veamos si te dura esa suerte.
Hana apuntó nuevamente y comenzó a mover los dedos continuamente haciendo estallar de manera sucesiva los puntos hacia donde Milo se desplazaba. Trataba de seguir su ritmo de movimiento, pero él siempre iba un paso adelante.
Milo había comenzado sin duda, a tener un interés particular en Hana.
Es magia… esa mujer usa magia, no me lo esperaba
Pensaba Milo mientras seguía evitando los ataques explosivos, su destreza y agilidad le permitían anticipar las explosiones.
Hana se detuvo, sentía como sus dientes se apretaban fuertemente entre sí, nunca antes había estado tan enojada frente a un enemigo, Milo había evadido todos sus intentos por matarlo.
¿Qué clase de persona es? ¿Cómo es posible que pueda ser tan rápido?
Pero su paciencia se había agotado, si había un momento para ponerle fin a esta pelea, era este.
– Es una lástima que tremenda habilidad se pierda.
Hana clavó su mirada contra la de Milo y comenzó a pronunciar algunas palabras.
– En nombre de la orden Liberty, serás absuelto enemigo del reino.
Hana llevó su brazo hacia el costado opuesto y desde esa posición soltó explosiones continuas formando una media luna para no darle a Milo oportunidad de escapar.
La forma en que llegaban los estallidos hacia la ubicación de Milo no le daban opción a escape, Hana sabía que lo tenía… que por fin lo tenía.
El campo de batalla se cubrió completamente con grandes cortinas de polvo, no había forma de que alguien saliera vivo de eso. Hana estaba segura que había eliminado a su oponente.
– Se acabó…
Hana bajó su brazo aún algo agitada por el enfrentamiento, la molestia que suponía la presencia de Milo había desaparecido, o eso es lo que creía.
Ella tuvo entonces un presentimiento y se dispuso a ver más detenidamente la zona de las explosiones. Pero antes que siquiera pueda distinguir algo, Milo ya había salido impulsado desde esa humareda a gran velocidad empuñando su espada, él ahora no tenía contemplado darle tiempo de reaccionar.
Hana trató de utilizar su magia nuevamente, pero él ya estaba cerca.
– ¡Diablos! ¡Está demasiado cerca!
Hana levantó su espada para intentar defenderse. Ni siquiera ella terminaba de hacerlo, Milo con un movimiento rápido de su espada hizo que el arma de Hana salga volando hasta incrustarse unos metros más allá en el suelo y de inmediato le puso la hoja en el cuello dejándola inmovilizada.
– Ahora sí, se acabó.
– ¿C-Cómo es posible? Mi ataque debió haberte matado.
Hana quería una explicación de cómo habían llegado a eso, quería saber cómo Milo había salido ileso a su ataque.
– Cuando vi venir aquellas explosiones no tuve más opción que usar magia para defenderme.
– ¿Magia?
«Ahora todo estaba claro, Milo es un mago, no solo tiene una destreza impresionante sino que además es un usuario de magia. ¿Pero qué clase de magia?»
– N-No puedo creerlo, derrotada por un asesino.
– Lo dices con tanto desprecio, que me conmueves.
Contestó Milo con una expresión fría sin quitar la hoja de su cuello.
– M-Maldito ¿te estás burlando?
– ¿Acaso me ves con cara de estar haciéndolo?
– ¿Qu…?
– …………………………
– ¿Q-Qué esperas?, mátame, fui derrotada, fracasé en mi objetivo.
Luego de un breve silencio, todo el ambiente tenso por la situación, se vio interrumpido por unas palabras…
– No lo haré.
Milo bajó su espada mientras esta regresaba a la normalidad y caminó hasta quedar a espaldas de Hana.
– Tengo una deuda contigo, me salvaste la vida y ahora yo te perdono la tuya… deuda saldada.
Hana no vio con buenos ojos aquella acción, y lo demostró con el gesto de fastidio que hizo.
– ¿Crees que voy a aceptar algo como eso?
Mientras reprochaba la actitud de Milo, Hana no podía evitar que sus ojos se llenaran de lágrimas, no solo era una derrota para ella, habían golpeado su orgullo.
«¿Cómo podría ir a hacerle frente a uno de los reyes magos si había perdido contra un simple asesino?», tal vez era eso lo que pensaba en ese momento.
La rabia de Hana era tanta que no pudo evitar gritarle a Milo a la cara todo lo que sentía, todo por lo que había decidido hacer su viaje, todas las ilusiones que tenía en ese nuevo camino que había emprendido y que de manera abrupta había terminado en un pestañeo, mientras él solo escuchaba.
* * *
Más tarde, con la caída de la noche, los tres sujetos encapuchados llegaron hasta el punto del enfrentamiento entre Hana y los dos extraños sujetos.
– Hubo un enfrentamiento aquí – refirió uno de ellos mientras observaban los rastros producto del enfrentamiento.
– Lo más probable es que se trate de ella, aunque el enfrentamiento parece haber sido de hace algunas horas, si no nos apresuramos le perderemos el rastro.
Los tres sujetos continuaron su camino tras los rastros que Hana había dejado desde aquella tarde.
Parte 2
En la escena del último enfrentamiento, aún se encontraban ambos jóvenes. Extrañamente ninguno tratando de seguir con alguna clase de conflicto, sino por el contrario, ellos hablaban calmados.
– De modo que el rey escarlata asesinó a tus amigos. Ya veo, ahora entiendo el odio que tienes…
Decía Milo haciendo referencia a los asesinos.
– No es por eso… desde niña fui criada por una organización militar, el objetivo de su existencia era la de eliminar toda la maldad existente en el reino, allí aprendí que un mundo sin el mal sería un mundo maravilloso, y me esforcé por ser parte de esa misión…
– Entonces… aprendiste a odiar en ese lugar…
– Hasta cierto punto se podría decir, esa idea en mí no ha cambiado, pero por más que quiera en estos momentos ves que no puedo hacer nada contigo.
– ¿C-Cómo se supone que deba tomar eso?
– Da igual, pensaba cruzar la frontera, pero con esto que ha pasado no sé qué pensar.
– Ya veo… espera, ¿ibas a cruzar la frontera?, ¿es que acaso aún no lo has hecho?
– Claro que no – Hana levantó extrañada la cabeza para ver a Milo.
– ¿¿Qué??… e-entonces fui yo quien la cruzó.
– ¿¿¿Queeeé??? ¿¿T-t-tú v-vienes del otro lado de la frontera??
En aquel momento la confusión se apoderó del lugar.
– Ya veo… había perdido la noción del tiempo, tanto que terminé cruzando la frontera sin darme cuenta, ¡qué idiota! – decía Milo mientras Hana se había quedado perpleja viéndolo a la cara.
No es posible que se trate de un Theriano.
– En fin – continuó Milo luego de dar un suspiro –, dices que quieres venganza por tus amigos… pues yo te ayudaré a conseguirla.
Esas palabras, no caben duda que Hana las había oído muy bien, y Milo se lo había dicho sin despejar su mirada de la de ella. Ella por supuesto había quedado aún más sorprendida.
– ¿Eh?
– …………………………………
– ¿Eeehhhhhhhh?
– Tengo una deuda contigo… la pagaré ayudándote con eso.
– P-Pero dijiste que la habías pagado perdonándome la vida.
– No lo aceptaste… además pienso tomar aquello como un mal entendido.
– ¿E-Estás seguro de eso? – Hana agachó la cabeza y bajó la voz – yo… yo quise matarte, de hecho, aún quiero hacerlo.
– No hagas que cambie de opinión… Como sea, olvida eso… ya te lo he dicho, ese será mi agradecimiento contigo.
Hana comenzó a sonreír al oírlo.
– G-G-Gracias – algunas lágrimas le volvieron a salir a causa de la emoción –… ¡¡¡Gracias!!!
– Tch, no te emociones tanto, te ayudaré pero seguiré viviendo mi vida como a mí me plazca, te ayudaré a mi manera y…
– ¡Un momento! – Hana cambió su expresión poniéndose bastante seria, incluso asustando un poco a Milo – Si vienes conmigo será bajo mis condiciones.
– ¡¡¿Qu…?!!
– Tendrás que unirte a la orden, de otra forma no hay trato – dijo Hana señalándolo con el dedo.
¿Trato? ¿D-Desde cuándo tomó esto como un juego?
– ¿Unirme? ¿Estás loca? No sé si te acuerdas, pero yo soy…
– No me importa quién seas, mientras reivindiques tus crímenes con buenas acciones no habrá problema y ahora es un buen momento para que lo hagas, ¡vamos solo tienes que decir una palabra!
La emoción que embargaba a Hana, el verla bastante emocionada era aparentemente un tipo de situaciones bastante incómodas para una persona como Milo.
– De… acuerdo, aunque te advierto que no sé trabajar en equipo por si te interesa saberlo.
– ¡¡Bien!! ¡¡El primer recluta!! ¡¡¡Sí!!!
Hana comenzó a saltar de alegría haciendo caso omiso a la «advertencia» de Milo.
¿¿Recluta?? ¿Y le emocionan este tipo de cosas?
Milo echó un suspiro luego de pensar para sí mismo.
– Por cierto – la joven se acercó a Milo –, me llamo Hana… Hana Reis – le extendió la mano –, soy la nueva líder de Liberty.
Milo le extendió también su mano sonriendo ligeramente.
– Creo que te lo había dicho antes… mi nombre es Milo.
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