Astra - 06
Capítulo 6
Parte 1
– La segunda llave del Tártaro: La Sangre de Tarrasque, la ganó Belifas y actualmente está en poder de Feber, el rey de Thrin Theras. Si la tercera llave cae en manos del propietario de la primera y este quiere abrir el portal tendrán que volverse a jugar sesenta cristales negros así que básicamente estamos hablando de algo muy difícil ya que lejos de ganar la llave faltante podría perder una de las suyas y el ciclo continuaría – explicaba Milo.
– Es algo utópico lógicamente…
– Sin embargo, nadie podría garantizar que aquel propietario buscara apoderarse de la llave generando una guerra entre mundos. Pero bueno, ese es otro tema… a lo que iba, la llave que tiene Feber, si te apoderas de ella tendrías la posibilidad de enfrentarte a Lian.
– ¡¿C-cómo puedes sugerirme que haga algo como eso?! – se exaltó Hana haciendo que la pequeña ardilla salte desde sus piernas hacia Milo nuevamente –, ¿hasta ahora no has entendido que lo que más detesto son los criminales?, además, para enfrentar a un rey mago tendría que robarle un tesoro a otro rey mago, esa sugerencia es ilógica…
– Feber guarda la llave lejos de su palacio, en el extremo norte del reino, al interior de unas montañas, claro que tiene un muy fuerte resguardo; pero no está directamente protegido por él.
– ¿Fuerte resguardo?
– Neo Génesis, la élite del reino y su guardia personal…
¿La guardia personal del rey?… ¿Acaso está loco?
– Estás diciendo una serie de cosas que solo a un idiota se le ocurriría… aun así, si realmente sería la única opción, ese sería un gran problema, pero no el único…
– ¿A qué te refieres?
– Dices que tendríamos que enfrentar a la élite del reino, pero te has olvidado de Safiot, definitivamente el peor de nuestros obstáculos.
Y es verdad, la amenaza más fuerte dentro de Thrin Theras la representaba la organización de asesinos más grande de Belifas, y Hana se lo hizo saber a Milo recostándose nuevamente.
– Yo no diría que ellos son un obstáculo, ellos planean sus movimientos mucho antes de ejecutarlos y llegando tú recién, no le veo sentido.
Milo dio aquella respuesta cerrando los ojos mientras la pequeña ardilla dormía sobre su cabeza.
– ¿Cómo sabes eso?
– Es algo sabido en el reino, tendrías que haber vivido dentro para poder entenderlo.
– Ya veo – Hana cerró los ojos también –, por cierto… el día que mis amigos fueron asesinados, tuvieron una misión en la frontera con Delior, había un campamento de asesinos a los que tenían que matar y la primera información que tuvimos es que se trataban de miembros de Safiot…
Al parecer este comentario despertó cierto interés en Milo, quien abrió nuevamente los ojos.
– ¿Hmm?
Hana continuaba contando recostada sobre la impecable sábana blanca y cubierta hasta la cintura por la cobija.
– Finalmente desechamos esa posibilidad, pero te digo una cosa… quizá sí se haya tratado de ellos y nosotros hayamos sobrepasado el nivel ordinario al grado de poder acabar con esos asesinos.
– No lo creo, Safiot no tendría por qué salir de la frontera, además eso de andar en campamentos es ridículo, según se sabe ellos trabajan individualmente… tú… ¿viste los cuerpos de esos asesinos?
Esa pregunta le pareció a la joven algo extraña, haciendo que abriera también los ojos.
– Sí, cuando llegué a ese lugar los vi a todos
– Hay una manera de poder distinguir a un miembro de Safiot, cada uno trae una marca negra en alguna parte del cuerpo con la figura de un halcón, ¿viste aquella marca en ellos?
¿Un halcón?… no… no recuerdo haber visto aquella marca en nadie.
– Hmm… no, no tenían esa marca.
– Entonces no eran de Safiot, es más déjame decirte una cosa, dijiste que los tipos que te atacaron enantes eran de una de las organizaciones más importantes de Delior… pues si todos los miembros de las distintas organizaciones de este reino tienen un poder semejante al de aquellos, un solo miembro de Safiot podría acabar con una organización entera.
– Eso es ridículo, – dijo Hana al instante sonriendo – absolutamente; pero es una simple opinión tuya y la respeto, de ahí a creerte es otra cosa, podré creer lo que me estás diciendo el día en que vea con mis propios ojos que eso suceda. Por cierto, si dices que ellos son tan fuertes, Thrin Theras debe ser un caos…
– No es como crees… Neo Génesis, ¿recuerdas que te hablé de ellos?, pues esa organización nació como consecuencia de la aparición de Safiot. Antes de ellos había una sola orden en el reino, Fénix Negro, que se encargaba de la estabilidad de todo el reino. Pero cuando Safiot apareció, esa organización comenzó a perder gran cantidad de miembros en sus enfrentamientos con estos, así que Feber decidió crear una nueva orden con el propósito exclusivo de combatir a Safiot, una orden de puro magos de altísimo nivel, desplazando de inmediato como sub élite a Fénix Negro, que comenzó a ocuparse de asuntos menores. Desde entonces Safiot y Neo Génesis comenzaron una rivalidad eterna, por eso es que Safiot no hace movimientos muy seguido, de modo que es difícil verlos actuar.
Hana se levantó ligeramente apoyando los codos sobre la cama con la vista sobre Milo.
– Entonces, si solo han existido esas dos organizaciones… ¿a cuál perteneciste tú?
La pregunta no tuvo respuesta inmediata como venía haciéndose durante la conversación, por ello Hana se sentó.
– Oye, te hice una pregunta – cuando ella se acercó hacia él pudo notar que este ya estaba durmiendo – ¿Heh?, s-se durmió… tch…
Hana se volvió a recostar, sin duda ahora tenía más interés en saber si Milo sería ex miembro de Neo Génesis o de Fénix Negro. Ese sería motivo para continuar la conversación el día siguiente.
Bueno fue un día muy agitado, debe estar muy cansado… en fin, mañana se lo preguntaré.
Solo quedaba dormir también.
A la mañana siguiente, los rayos solares apenas lograban entrar a través de la ventana de la habitación de la cabaña, llegando directamente sobre la bella y suave piel de la joven.
Luego de despertar se sentó mientras se frotaba los ojos, dando algunos bostezos dirigió su mirada hacia la parte lateral de la cama, pensando encontrar a Milo, pero este ya no estaba.
Ella no se preocupó por aquello y quitó la cobija que la cubría, bajó los pies de la cama con mucha sutileza, se puso de pie y levantó ambos brazos en un movimiento típico de alguien estirándose luego de una agradable siesta, la única prenda de dormir que vestía, una ligera blusa que le llegaba hasta poco más debajo de su entrepierna se levantó dejando ver sus bragas.
El clima estaba muy fresco en aquel momento, poco después Hana salió de la cabaña ya vestida con su uniforme habitual.
A unos pocos kilómetros delante de aquel bosque se encontraba vistosa la cordillera que hacía de frontera entre Agaia y Thrin Theras.
– Aaa… qué hermoso día
Luego de dar un profundo respiro y llenar los pulmones de aire puro, por un instante Hana comenzó a meditar cosas irrelevantes.
Para poder cambiarme con ropa de dormir y acostarme tuve que echar a Milo de la cabaña, el que ahora no haya estado me ahorró que lo volviera a echar, afortunadamente no parece ser un pervertido… o… ¿y si en realidad es un pervertido y solo se estuvo escondiendo para verme mientras me cambiaba?
Estos pensamientos fueron acompañados por unas imágenes que se hacía en la cabeza viendo a Milo oculto con cara de pervertido observando desde alguna rendija el momento en que se desvestía.
Al instante su cara se enrojeció y envolvió sus brazos alrededor de su cuerpo mirando en todas las direcciones raudamente pensando que aún podría estar observándola.
¡¡No!! ¿q-qué estoy pensando? Yo no soy así…
El sol iluminaba de gran forma el lugar, los cuerpos de los dos sujetos habían desaparecido, pero Hana ni se dio cuenta ocupada más con sus pensamientos, observando los alrededores.
¿Dónde se habrá metido?
Mientras Hana se preguntaba a sí misma aquello, apareció detrás de ella la pequeña ardillita, esta pasó corriendo por su costado, avanzó unos metros y volteó a verla, haciendo que Hana se extrañe.
– Tú eres…
La ardilla volteó de nuevo y se alejó hacia los árboles.
– ¡Oye!
Momentos después Hana logró distinguir la silueta de Milo, quien venía llegando desde esa misma dirección, además iba trayendo consigo al pequeño roedor posado sobre su hombro.
– ………………
– ¿Estás lista?, cruzaremos la frontera – dijo Milo acercándose hacia la joven.
– Desde luego, pero…
Hana apuntó con el dedo a la ardilla en su hombro.
– ¿Hmm? – Milo se fijó en el animal –, no lo sé, no deja de seguirme.
– De algún modo le has caído bien parece.
Hana comenzó a caminar llegando a pasar por el costado de Milo.
– Vamos
Ambos comenzaron a caminar mientras se iban alejando de aquella acogedora cabaña, dispuestos a cruzar la cordillera de Genevias que hacía de límite entre Agaia y Thrin Theras.
–Al final no pudimos conocer al dueño de la cabaña.
– Es cierto…
De pronto la pequeña ardilla saltó del hombro de Milo y comenzó a correr.
– ¿…?
El pequeño roedor volteó y vio fijamente a Hana, era raro que el pequeño animal se comportara de esa manera, por supuesto esto es algo que sorprendió a la joven.
La ardilla comenzó a hacer pequeños movimientos que de alguna manera ella sintió que trataban de decir algo, inmediatamente después de estos movimientos el animal salió corriendo.
– Parece que ya decidió irse – refirió Milo.
– No, espera… hay algo extraño en esa ardilla
Hana salió corriendo tras el pequeño roedor, su intuición en ese momento la llevó a creer que aquel animal tenía algo que no era normal.
De igual manera, Milo comenzó a correr detrás de la joven.
Parte 2
Un grupo de magos iba llegando hacia la mansión de Neo Génesis en la ciudad capital de Thrin Theras, la majestuosa Aglynthor; a unos metros del patio de las banderas que representaban el continente, el reino y la orden, venían dos personajes bastante diferenciados del resto, un varón y una mujer.
Al interior del lugar, en un gran salón con un parqué tan impecable que uno fácilmente se podría ver reflejado al bajar la vista, el mago de anteojos y saco rojo se encontraba sentado en un gran sofá de terciopelo con diseño de media luna y rodeado por muebles y enseres de lujo y hermosas flores de distintos colores creciendo sobre floreros elaborados con la mejor cerámica del reino.
El mago tenía una apariencia tranquila mientras permanecía con los ojos cerrados.
– Señor
Alexei abrió los ojos al oír estas palabras dichas por uno de los magos de segunda categoría de la orden, que se encontraba de pie a unos pasos de distancia.
– Los preparativos están hechos y tenemos el equipo listo para partir.
– Entonces es hora de ponernos en marcha, quiero terminar de una vez esta última operación para desvincularme por fin de la facción Jaeger – mientras se levantaba, Alexei hizo una pregunta –, ¿qué se sabe de los relevos para Eupheos?
– Se tenía previsto la llegada de dos magos para estas horas, señor.
Con algo de preocupación, Alexei se aventuró a preguntar una cosa más.
– ¿De quiénes se trata?
Solo espero que no diga «Jayla»
– Jayla y Feraldus, señor.
Maldita sea… entonces debo evitar toparme con ella, solo eso.
– De acuerdo, salimos de inmediato, ¿tienes el lugar?
– Un pequeño pueblo ubicado al sur de Cassperor, nos indican que un espectro fue avistado en numerosas ocasiones merodeando el lugar y temen que pueda atacar en cualquier momento.
Alexei se puso de pie y de inmediato comenzó a caminar con dirección a la salida, seguido por el otro mago.
Junto a su equipo llegaron hasta la puerta principal del edificio y salieron. Su equipo estaba formado por ocho magos de segunda categoría.
Una vez fuera, mientras bajaban por las gradas del lugar, se encontraron con un grupo que recién iba llegando; Alexei vio a ambos personajes que venían a la cabeza mientras se acercaban, y su rostro dejó notar la incomodidad que sentía; sin embargo, trató de no demostrarlo.
– Veo que ya están de vuelta.
El varón, de cabellos plateados y en forma de grandes puntas, que vestía de la misma manera que los reunidos unos días antes, los grandes sacos blancos con bordados dorados, comenzó a subir las gradas sin pronunciar palabra alguna hasta llegar a cruzarse con Alexei.
– Supe que planeas dejar la facción Jaeger… interesante – comentó parado detrás de Alexei, y luego continuó su camino hacia el interior de la mansión mientras Alexei lo veía por el rabillo del ojo.
– ¡¡Her-ma-ni-to!!
El segundo personaje era una bella joven de ojos azules y de cabello rosa claro con coleta de caballo en un costado; vistiendo el uniforme de la orden, salvo algunas leves diferencias, y un saco blanco sobre los hombros dejando ver las mangas sueltas. Con esas palabras se le acercó corriendo a Alexei y lo abrazó.
Genial, era lo último que quería y es lo primero que ocurre.
Mientras se lamentaba así mismo, la joven con una expresión de emoción y un brillo en sus ojos comenzó a preguntarle con una tierna sonrisa.
– ¿Es en serio eso?, ¡me alegro por ti!, ahora podremos salir a misiones juntos.
– No lo creo Jayla – respondió Alexei mientras se alejaba de ella –, una de las cosas que menos espero es trabajar junto a ti, siempre terminas por quitarme toda la diversión y eso es algo que me fastidia bastante…
Aquella joven llamada Jayla, era nada menos que la hermana menor de Alexei. Cuando este se alejó diciendo esas palabras, ella cambió su expresión poniéndose seria.
– Me pregunto cuándo dejarás de comportarte así Aleky.
– Tengo trabajo que hacer hermanita, si me disculpas…
Alexei avanzó junto a su equipo dejando atrás a Jayla y alejándose del castillo, mientras ella se quedaba viéndolo.
– Ah, lo olvidaba – dijo el mago de cabello negro, volteando a ver a su hermana.
– ¿Huh?
– Procura no renegar mucho – refirió con una sonrisa satírica.
Disfruta tu estadía, hermanita… hehe.
Alexei continuó su camino alejándose de la mansión.
– ¿Renegar?
La bella joven quedó haciéndose esa pregunta, ¿qué habría significado aquella recomendación?
Parte 3
La pequeña ardilla no dejaba de correr, Hana corría detrás de ella sintiendo que esta la llevaría a algún lugar de importancia, y Milo que iba junto a Hana no parecía sentir ni una pizca de curiosidad por ello.
Ya al interior de la cadena de montañas, ingresaron a una zona pedregosa rodeada por grandes rocas.
– ¿Y hasta dónde se supone que la vamos a seguir? – preguntó Milo.
– No lo sé
– ………………………..
– Pero estoy segura que hay algo detrás de ella.
¿Acaso esto es a lo que llaman intuición femenina?
Sin responder a esto y con solo esa pequeña interrogante, Milo continuaba siguiendo a Hana durante unos pocos minutos, hasta que ambos se detuvieron intempestivamente dejando a la ardilla continuar su camino.
– ¿Sentiste eso? – preguntó Hana en voz baja.
Claramente se podían oír pasos lentos de alguien que venía acercándose en su dirección.
Ambos sin esperar un segundo corrieron a ocultarse tras unas rocas de tamaño regular.
– Alguien se acerca – contestó Milo –, pero… ¿qué harían en un lugar como este?
– Ahí viene…
Un sujeto bastante extraño caminaba frente a ellos pareciendo no darse cuenta de su presencia, su apariencia hacía entender que no era una persona ordinaria, cubierto con grandes mantos que ocultaban la forma de su cuerpo, un gran sombrero y una especie de bufanda que cubría gran parte de su rostro.
– Vamos a seguirlo – susurró Hana.
Milo solo la vio sin decir una sola palabra mientras el sujeto continuaba su camino, así que ambos comenzaron a seguirlo con bastante sigilo, trasladándose de una roca a otra sin que el sujeto pudiera darse cuenta, unos metros más adelante y mientras caminaba, el sujeto desapareció frente a ellos mientras seguía su camino.
– ¿Qué? – Hana salió de su escondite y fue a pararse en el lugar –, desapareció…
Milo salió también extrañado de lo que había pasado, en aquel momento la pequeña ardilla pasó por su costado en la misma dirección que la del sujeto, y justo al costado de Hana, el pequeño roedor desapareció.
– ¿?… de-desapareció también
Hana estaba sorprendida por lo que habían presenciado, tanto el extraño sujeto como la curiosa ardilla habían desaparecido frente a sus ojos.
Sin embargo, Milo parecía no haber reaccionado de la misma manera, mientras Hana se cruzaba de brazos para ponerse a pensar en lo que podría haber sucedido, este se agachó y cogió una pequeña piedra del suelo ante la vista de ella.
– ¿Qué vas a hacer?
– Nada en especial
Luego de responder lanzó la piedra en la misma dirección en la que ambos seres habían desaparecido y esta pasó por lo mismo, desapareció ante los ojos de la sorprendida joven.
¡Desapareció!
– Ya veo, es una barrera mágica.
– ¿Barrera mágica?
Fue en ese momento que Hana pudo presenciar esa extraña habilidad, Milo posó la palma de su mano en el suelo, y esa parte cambió su forma a una especie de portal oscuro del cual sacó un arco y una aljaba con flechas.
¿Qué es lo que acaba de hacer?
– Oye, ¿qué clase de magia es esa?
Milo no respondió y solo le habló para que se retirara.
– Hazte a un lado, la romperé
Luego vino esta otra extraña forma que Hana ya había visto antes, tomando una flecha, su cuerpo comenzó a liberar una especie de aura de un tono gris, en un poco tiempo tanto él como su arma se encontraban completamente cubiertos por esta.
Milo apuntó hacia ese lado. Si todo saldría como él lo imaginaba tal vez ambos podrían saber qué estaba sucediendo.
Así que disparó su flecha, esta salió prendida también en el aura gris el cual pareció darle un plus de daño mágico.
Tal y como Milo pensó, la flecha también desapareció en la zona y unos instantes después el aire pareció agrietarse frente a Hana, hasta que se destruyó mostrando otra escena.
– La barrera… se deshizo – dijo Hana observando el lugar despejarse; sin embargo, una apariencia yacía frente a ellos, tras la barrera.
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