Astra - 22
Capítulo 8
Parte 1
Hacia el suroeste de aquella pequeña villa donde se sucedía el torneo, se encontraba otra de las ciudades del reino, reconocida por ser una de las que más índices de exportación comercial tenía, generando por ello un mayor ingreso para el reino en cuanto a recaudación de impuestos; la ciudad de Efibe.
Tanto en Thrin Theras como en los dos reinos aledaños, los sectores comerciales eran dominados casi en su mayoría por las clases sociales más altas. En el reino de Thrin Theras la clase social más alta tenía dos líneas de sangre:
Las familias Élite, las cuales estaban formadas por magos casi en su totalidad; y las familias de línea, formadas por personas sin habilidades mágicas o afines.
En el caso de los matrimonios entre miembros de la clase Élite y Línea, estos terminaban convirtiéndose en familias Élite, por lo que en muchas ocasiones los más interesados en estas uniones eran las familias de línea.
El estatus que poseían las familias élite era lo más alto que se podía llegar y era algo a lo que muchos aspiraban, y esta era la mejor manera de hacerlo.
Por supuesto, esto era algo bastante normal, ya que era aceptado por ambas líneas.
Las grandes familias de ambas castas poseían grandes dominios territoriales y las mejores y más grandes edificaciones de las ciudades.
Una de estas era la mansión de la familia Van Althius, perteneciente a clase de Línea.
En aquel momento se encontraba siendo decorada por decenas de sirvientes de la familia, tanto exteriores como interiores eran preparados para lo que podría tratarse de un evento magno en el que estarían presentes familias importantes de ambas clases.
– Ya no queda mucho
Habían dos figuras importantes conversando en otra zona exterior de la mansión, uno de ellos era el general de la orden Neo Génesis, Kai Godo; y este era acompañado por un miembro de la orden, Romeu Vitalis.
Sin embargo, había algo que los hacía distintos a lo que comúnmente aparentaban, ahora se encontraban vestidos de manera casual, ninguno de ellos traía aquel uniforme distintivo de la orden ni mucho menos los característicos sacos blancos, eran a la vista de cualquiera, personas ordinarias.
– Todo ha estado avanzando según lo que se esperaba.
– A este ritmo todo estará listo esta misma noche, por cierto Kai, sobre el asesinato de anoche en Cassperor, los miembros heridos de Fénix Negro aseguraron que se trataba de solo uno, y no de tres asesinos como lo informó Alexei.
– Ahora entiendo, ya tenía mis dudas… si hubiesen sido tres como lo indicó Alexei, no habrían dejado vivo a nadie. Conociéndolo, es muy probable que nos esté ocultando algo.
– Eso lo hace aún más extraño, ¿por qué querría encubrir algo así?
Mientras ambos se preguntaban sobre el extraño suceso ocurrido la noche anterior y la relación que tenía con Alexei, una tercera persona aparecía en escena, llegaba acercándose una esbelta figura cubierta con unas prendas que la hacían lucir como si se tratase de una modelo. La joven intervino de inmediato en la conversación.
– ¿Se puede saber de qué andan chismoseando en horas de trabajo?
Ambos magos fijaron sus miradas en aquella mujer.
– Ah, Jane… quizá tú te hayas enterado de algo más.
Jane frunció el ceño ante el comentario de Romeu, no había entendido a lo que se refería.
– ¿Algo más?, ¿de qué?
– El asesinato de anoche en Cassperor, parece que no te enteraste…
– ¿….?
– Al parecer, Alexei está ocultando al culpable.
El rostro de la bella joven por un momento se deslució cuando escuchó a Romeu decir aquellas palabras.
– Aún no lo podemos asegurar – comentó Kai, agregando a lo dicho por Romeu –, pero es una opción importante a considerar para las investigaciones. De ser así…
– ¿Qué tonterías están hablando? Si hay alguien que muere por matarlos a todos, ese es precisamente Alexei. ¿Qué clase de orate sería para hacer semejante idiotez? – Jane respondió con firmeza ante ambos magos.
Ambos se quedaron callados por un instante, y luego Kai rompió ese breve silencio para responder.
– Puede que tengas razón… en todo caso eso se verá más adelante.
– Jane – le habló Romeu
– ¿Eh?
– ¿Acabaron de hacer todo el trabajo en tu sector?
– Por supuesto, solo por eso es que he venido.
– Muy bien, acá también queda muy poco… sería bueno que te fueras adelantando, a Feraldus no se le da muy bien el manejar la orden en ausencia de Kai.
– Entiendo, los esperaré allá.
Jane se separó de ambos magos, alejándose de la mansión, mientras Kai y Romeu mantenían la vista al frente, hacia la gran edificación.
– Como sea, ahora tenemos otro asunto más importante en el que pensar.
Hacia el otro extremo de la mansión, en otro sector donde también se realizaban labores de decorado, podía notarse a otro miembro de la orden, de igual manera vestía un traje casual, aparentando ser una persona normal.
El joven mago llamado Alexei se encontraba observando el avance en los trabajos, pero en aquel momento recordaba los hechos de la noche anterior en la ciudad de Cassperor.
Le perdoné, le perdoné la vida… a un bicho… yo, Alexei Van Ewen, hice algo como eso… ¿qué tanto puede ella…?
Los pensamientos de Alexei se interrumpieron súbitamente en el momento en que se dio cuenta que alguien llegaba hacia su posición, su mirada al igual que su postura no cambiaron, pero sí refirió palabras.
– ¿Qué se supone que estás haciendo aquí?, deja de perder el tiempo y termina de supervisar tu zona de trabajo.
– ¿Ehh?, pues mi zona ya está terminada, por eso es que estoy aquí… no tienes por qué ser tan tosco con tus palabras, onii-chan.
Una silueta iba descendiendo lentamente por detrás de Alexei, su bella hermana menor estaba suspendida en el aire, mientras se abrazaba las piernas.
– Supongo entonces que has de tener una buena razón para haber venido a incomodarme.
– Pues… de hecho sí, ¿sabes? Parece que Kai se ha dado cuenta de tu pequeña mentira.
La mirada de Alexei, que estaba puesta al frente en todo momento, cambió de dirección viendo de reojos a Jayla. Pero la seriedad y tranquilidad en su rostro no habían cambiado en absoluto.
– De modo que ya lo sabías.
– Por favor, es algo bastante obvio de deducir, de hecho no entiendo cómo recién están comenzando a darse cuenta.
– Eres bastante perspicaz, hermanita.
– Solo es sentido común Aleki, pero dejando de lado eso… ¿no harás nada?
Para Alexei aquello parecía no mostrar ningún tipo de preocupación, tanto que lo expresó con una sonrisa bastante despreocupada.
– ¿Y por qué tendría que hacer algo?
– ¿Hum?
– El incidente lo causaron tres personas ¿no?, mientras siga manteniendo mi postura nada se podrá hacer, es mi palabra contra la de unos pobres guardias de media clase.
– Bueno, puede que tengas razón pero, sabes que dejarán de darte confianza en cualquier caso.
– ¿Y tú crees que eso me importa? Cada uno de los 12 miembros de la orden gozamos del libre albedrío en tanto actuemos bajo el mismo propósito. De modo que puedo hacer lo que me venga en gana mientras siga la orden de eliminar bichos.
Cuando la bella joven escuchó aquella respuesta, de inmediato dibujó una traviesa sonrisa en su rostro, mientras dejaba de flotar quedando de pie detrás de Alexei.
– Bueno tampoco es como si tuvieras todas las de perder, ya que está esa persona que atestiguó los hechos. Como sea, tal vez esta vez sí tengamos suerte y tomemos el primer triunfo de nuestra generación, eso me emociona, ya quiero que comience todo esto fufufu.
Parte 2
La multitud expectante acompañaba la sorpresiva reacción de Hana ante el pedido inesperado de la pequeña Aiko. Utilizar el poder de su espada en contra de una niña estaba posiblemente fuera de su lógica.
– ¿Me estás pidiendo que use la espada? ¿Por qué?
– Desde que la vi tuve la impresión de que era una poderosa arma, y he sentido la curiosidad de saber qué tanto he acertado.
Esta niña… luce demasiado confiada, ¿tanto poder puede tener? Si es así, no vacilaré en utilizar toda mi fuerza.
– Aiko…
Hana lucía pensativa, mientras la gente parecía comenzar a fastidiarse por la demora de la pelea. En aquel momento un grito la hizo reaccionar.
– ¡Oye!
Diciendo esto, Milo lanzó la gran espada hacia la posición de Hana; ese acto comenzó a generar murmullos entre el público, criticando el hecho de que Hana utilice su arma contra Aiko.
Todos en el lugar comenzaron a ver con malos ojos el enfrentamiento, pero antes de que lo manifiesten el presentador recalcó que aquello estaba aceptado siempre que no se atente contra la vida del oponente. Esta aclaración hizo por supuesto calmar al público.
Hana empuñaba el arma entre dudas hasta el momento en que escuchó las palabras de Milo.
– Si tanto es su deseo, hazlo… termínalo de una vez.
Luego de unos instantes Hana decidió por fin aceptar el pedido de Aiko y dirigió su espada contra ella.
– Está bien, usaré la espada, y no me contendré
– Bien dicho onee-chan
Ya con algunos minutos transcurridos desde el inicio de la pelea, Hana finalmente inició su movimiento y se arrojó contra Aiko.
Hana blandió su espada contra la posición de la pequeña, pero esta de un salto logró evitarla.
La expresión de la joven se tornó más seria, apretó con más fuerza el astil de su espada y se arrojó nuevamente al ataque. Agitó su espada, pero volvió a ser evadida; la espada golpeó con fuerza el suelo y este se agrietó por el impacto.
– ¿Mmm? – Tras ese golpe, Milo pareció percatarse de algo.
Hana seguía tratando de golpear a Aiko, pero ella la seguía esquivando.
Ella es muy rápida, apenas y logro zafarme de sus ataques.
Aiko pensaba aquello mientras lograba evadir difícilmente los ataques de Hana.
Viendo que no podía atinar ninguno de sus ataques, Hana se detuvo y habló con una sonrisa mientras veía a la pequeña.
– En verdad eres rápida, pero esto sería más interesante si tú también atacaras.
– Sí, creo que tienes razón, esta vez tendré que mostrarte mis habilidades.
Separando ligeramente las piernas mientras las flexionaba, con sus pequeños puños, Aiko tomó su postura de ataque frente a Hana, que parecía ahora tener un punto más elevado de concentración.
Finalmente mostrará su poder, tengo que estar muy despierta a sus movimientos… si tan solo los hubiese mostrado en su pelea anterior, tendría por lo menos una lectura previa. Esto será más difícil.
Al mismo tiempo en que ella dejaba de pensar, Aiko avanzó tan rápido como pudo contra su rival, dispuesta a ofrecer lo mejor de su fuerza.
– ¡¡¡Hyaaaaaaa!!!
Con un gran grito, Aiko pegó su mejor golpe, un golpe que para el público presente fue sorpresivamente detenido por Hana. De hecho, lo impresionante era la tranquilidad con la que había recibido el golpe con la palma de su mano.
– …………………………………
– …………………………………
No se podía percibir reacción de algún tipo de entre todos los espectadores, más que un silencio momentáneo.
– ¿E-Eh?
Hana no entendía lo que había sucedido, lucía confundida mientras observaba la graciosa expresión de Aiko, que mantenía apretando los dientes y con gotas de sudor recorriendo su rostro enrojecido de tanta fuerza.
– Aiko… ¿este fue tu mejor golpe?
– ¿Eh?
En aquel instante Aiko dio un brinco hacia atrás alejándose de Hana y replicó de inmediato algo avergonzada.
– ¿Q-Qué dijiste? ¿Me estás desafiando? ¡Pues ahora verás!
Una vez más, Aiko se abalanzó contra Hana y con numerosos golpes trató de lastimarla, pero todos eran fácilmente bloqueados.
En medio de aquellos golpes fallidos, Hana hizo un comentario mostrando una expresión de decepción en su rostro.
– Lo siento Aiko, te llegué a ver de una manera errada, tal vez creí que podrías ser algo que en realidad no eres, espero me disculpes por haberte interpretado de esa manera.
– ¿Qué dijiste?
Aiko de inmediato volvió a alejarse.
– Discúlpame, acabaré con esto ahora mismo – Hana comenzó a reunir con su espada una pequeña cantidad de energía mágica mientras se posicionaba.
Creo que con esto será suficiente
– Te sacaré sin ocasionarte ningún daño.
Luego de decir estas palabras, Hana agitó su espada y expulsó una ráfaga de aire contra Aiko.
Pero antes de que esta pudiese llegar a ella, la pequeña extrañamente esbozó una sonrisa; así, cuando aquella masa de aire llegó no ocasionó más que una pequeña brisa sobre su rostro y agitando con mucha ligereza sus rizadas coletas.
– ¿¿Qué??
Hana de inmediato se impresionó después de ver aquello, aquella ráfaga de aire que había salido con la capacidad de mandar a volar a cualquier persona ordinaria, simplemente había llegado de la manera más suave posible hacia Aiko.
Esto debe ser un error, el ataque perdió toda su fuerza en el camino.
Mientras Hana trataba de explicarse a sí misma cómo es que Aiko no había recibido ni el más mínimo daño, Milo cocinaba una posible idea de lo que había podido ocurrir.
Al igual que ambos jóvenes, tanto el público asistente así como los miembros de Fénix Negro no entendían lo que había sucedido. Era el caso de Dobre, aún sentado sobre su silla y de brazos cruzados:
– Claramente pude ver con qué fuerza salió esa ráfaga de aire, es absurdo que haya desaparecido por completo en esa corta distancia.
Los miembros acompañantes solo miraban la escena al igual que el resto de presentes. Mientras, en la plataforma, Aiko le dirigía la palabra a Hana.
– Parece que tu arma ya no es útil, onee-chan.
– ¿A qué… te refieres?
– Esta pelea ya está decidida
– ¿¡Qué dices!?
El entrecejo de Hana se contrajo dejando ver su enfado por esas palabras, lo que hizo que al instante volviera a posicionar su espada y cargarla de energía, sin esperar volvió a despedir una nueva ráfaga de aire que parecía aún más fuerte que la primera.
– Esta vez sí lo logrará – comentó Dobre expectante a la escena.
El resultado terminó siendo el mismo, una leve brisa que alcanzó a mover sutilmente los rizos de Aiko.
Hana parecía resistirse a lo que estaba observando y continuó lanzando ataques en un intento desesperado por saber qué estaba sucediendo.
– Ya te lo dije, esta pelea ya la gané – volvió a recalcar la pequeña Aiko.
La frustración de Hana en aquel momento la llevaron a saltar contra Aiko dispuesta a utilizar un ataque físico.
– ¡¡La va a matar!! – Dobre solo atinó a exclamar.
En un pestañeo, Hana estaba frente a Aiko. La pequeña parecía haber sido sorprendida.
La gente espectadora, en aquel momento no pudo reaccionar dada la rapidez del desplazamiento de la atacante. Hana blandió la espada para golpear con la parte ancha a Aiko y sacarla de la plataforma.
La pequeña levantó su brazo para recibir el golpe, mientras todos esperaban que aquello podría terminar mal; pero la espada chocó contra el brazo de la menor y para sorpresa de todos, no la desplazó ni un centímetro de su posición.
– ¿Qué significa esto? – se preguntó Dobre mientras se ponía de pie observando la escena.
Hana veía aturdida cómo la pequeña niña había detenido sin mayores inconvenientes ese ataque.
Aiko no esperó a darle tiempo de reaccionar y trató de golpear el abdomen de Hana, pero los reflejos de la joven la hicieron esquivar dando un salto hacia atrás.
Aún las gotas de sudor seguían recorriendo el rostro de Hana, que no podía explicarse lo que estaba pasando.
Frente a ella, Aiko mostraba una sonrisa de satisfacción toda vez que iba bajando el brazo con el que había tratado de golpear a Hana.
Sin embargo, no sería esa la mayor sorpresa que se llevarían los espectadores. De pronto, Hana comenzó a tambalearse ligeramente, esto llamó mucho la atención de Milo, que ya venía tomando con seriedad este enfrentamiento desde antes.
– ¿Eh? ¿Q-Qué me está pasando? De pronto siento como si me debilitara de manera progresiva, me pesa el cuerpo… ¿por qué?
Hana dejó caer al suelo su espada mientras eran notorios sus intentos por mantenerse de pie.
Todo el lugar permanecía en silencio, aguardando ver el desenlace de este duelo.
Aiko corrió lo más rápido que pudo hacia Hana, y dando un brinco golpeó con la parte inferior de su mano la nuca de la joven, el golpe sin embargo fue tan sutil que cualquier luchador ni lo hubiera sentido.
Pero para Hana fue suficiente, sin oponer resistencia alguna, cayó al suelo, inconsciente.
El silencio se hizo aún más llamativo, nadie creía la manera tan fácil en la que Hana había entregado la pelea. En efecto, la pequeña Aiko había sido la vencedora, tal como lo anunciaba el hombre que hacía las veces de presentador.
Parte 3
Luego de un cierto tiempo, Hana comenzó a abrir los ojos, poco a poco hasta despertar completamente, ella se encontraba recostada en una cama al interior de la cabaña en la que habían pasado la noche.
– ¿Qué me pasó?
– Quedaste inconsciente – respondió sentada en una silla al lado de la cama, Ireth –, no recibiste ningún daño de consideración, solo era cuestión de que descanses.
Ah, es verdad
Hana apretó los puños mientras sostenía la sábana que la cubría.
– No lo entiendo, ¿cómo pudo pasar?, estoy completamente segura que no recibí ningún daño, y aun así perdí de la manera más patética posible.
– Milo dijo haber descubierto la razón – comentó la joven elfo mientras se ponía de pie.
– ¿Lo… descubrió? ¡Es verdad! La pelea de Milo… ¿Qué sucedió?
– Precisamente debe estar por comenzar.
No había terminado de escuchar esas palabras y Hana se puso de pie más que de inmediato.
– Tenemos que ir a verlo.
La joven salió presurosa de la habitación, seguida por Ireth.
Cuando caminaban hacia el lugar del evento, la curiosidad que sentía Hana la hizo preguntar.
– ¿Quién será su rival?
– Mmm… no lo sé, tuve que llevarte a la habitación antes de que termine la segunda ronda.
Sin embargo, no tuvieron que esperar mucho para saberlo, en cuanto ambas jóvenes llegaron a ubicarse en alguna zona del lugar, de la que fácilmente se podía visualizar la ya dañada plataforma rústica, vieron frente a frente a dos figuras conocidas.
A punto estaba de comenzar la primera semifinal, Milo contra Aiko.
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