Bajo Mi Mente En Otro Mundo - 02

Después de que Alessio despertará y de ser abrazado fuertemente, sólo veía a una hermosa chica que repetía a cada rato un nombre desconocido.

—¿Estás bien Emilio? ¿Te duele algo?

Seguía repitiendo el mismo nombre cada segundo, confundido, Alessio sólo le responde con una voz confusa.

—Eh… ¿Si? Estoy bien… Pero… ¿Do-donde estoy? —Responde confundido a la chica, ella extrañada por su confusión, algo angustiada le pregunta.

—¿Cómo que no sabes donde estás…? Estás en tu habitación. —Observa a Alessio y agarra su mano derecha con delicadeza—. Veo que aunque te hayas recuperado, te cuesta recordar algunas cosas… —Agacha la mirada.

«¿Mi habitación…? Esto para nada es mi habitación y estoy 100% seguro de lo que paso, antes estaba en mi habitación escuchando la discusión de mis tíos, me vino un fuerte dolor de cabeza y mi falta de conciencia, concentre todos mi sentidos y dolores a mi mente y después llegue aquí, no me digas que…», se cuestionaba a si mismo mirando toda la habitación recordando lo sucedido anteriormente, y mientras pensaba, sólo había un silencio que preocupaba a la chica, así que alza la mirada y le dice.

—Esto es malo… —Dice en voz baja—. ¿Sabes mi nombre?

Con una voz preocupada, lo observa con sus afilados pero suaves ojos marrón claro con un pequeño peso de esperanza que supiera al menos quien era ella, mentir no serviría de nada, así que no tuvo más opción que responderle con sinceridad mientras que ella lo miraba y Alessio se tomaba unos segundos en responder, creando un ambiente un tanto tenso.

—Eh… Lo siento… N-no recuerdo nada y menos se como te llamas… T-te pido perdón.

El rostro de la chica se transformaba en tristeza y sus ojos se nublaban de lágrimas como si hubiera perdido a alguien para siempre, Alessio observa como pequeñas lagrimas caían de sus ojos por lo que no duda en calmarla respondiéndole de manera que pudiera calmarse.

—Oye…

Tan sólo decir esto, la chica le miró con una expresión de esperanza que supiera al menos quien era ella, haciendo que agarrara su mano derecha con una suave presión, haciendo que Alessio se sintiera impresionado y un poco sonrojado, estos gestos le hacía cuestionar si era necesario que le dijera la verdad, no ganaba nada mentirle, por lo que ya estaba por decir lo que tenía que decir, aunque no fueran las palabras que ella quisiera escuchar, era lo mínimo que podía decir Alessio para calmarla, o eso al menos el piensa al momento de hablar, por lo que decide sacar su lado más caballeroso que no demostraba desde hace un tiempo…

—No te quiero dar falsas esperanzas por lo que quiero ser sincero contigo…

Diciendo esto, ella aprieta un poco más fuerte su mano y ve directo a sus ojos reflejando un brillo de esperanza, haciendo que se ponga más nervioso por lo que está por decir, así que traga un poco de saliva y piensa en sus palabras.

—Por desgracia no me recuerdo de nada, no se como te llamas, no tengo recuerdos de quien soy… No se donde estoy…

Decía mientras las bajas esperanzas de la chica se desvanecían y poco a poco soltaba la mano de Alessio, pero esto no era lo único que quería decir, así que por su propia voluntad y dejándose llevar por el momento, vuelve ha agarrar la mano de la chica que ya había dejado todo rastro de esperanza, haciendo que lo observe con tristeza y aguantando unas pequeñas lagrimas en sus ojos.

—Pero te puedo decir una cosa, tal vez no sea el tipo que hayas conocido; pero… Sigo siendo el, ni siquiera se que es lo que paso, pero haré lo posible para hacerte feliz por que veo que el fue muy importante para ti y haré todo lo posible para que te sientas feliz conmigo, quiero comenzar este mundo contigo, así que no te pongas triste, por que yo estoy aquí y no estas sola.

Al decir estas palabras, se veía como unas lágrimas salían de sus ojos e intentaba secárselas, Alessio podía sentir que había entendido que no era ese Emilio que tanto ella mencionaba, pero se sentía en culpa por haber cogido la mente y cuerpo de esa persona que ella tanto mencionaba.

« Me pregunto que habrá pasado con el, ¿Dónde estará? ¿Habremos cambiado mentes y cuerpo? Podría decirle quien era, que no era la persona que ella pensaba que fuera, tengo algunas dudas sobre como llegué a este posible mundo o si es un sueño, pero no quiero hablar de mi antigua vida, estoy en un nuevo mundo donde podría ser un nuevo yo, dejando el pasado y mis viejos problemas y comenzar un nuevo futuro aquí», se decía con placer al saber que ya no estaba más en su antigua y miserable vida, pero sus pensamientos son interrumpidos por las palabras de la chica de pelo castaño claro.

—Creo en tus palabras, al no recordar nada ni que sepas quien eres, te exprimes como siempre, se que en el fondo de esa mente confusa esta escondido el verdadero Emilio que tanto quiero y respeto, por lo que estoy dispuesta ha ayudarte a recordar todo.

Le decía con una voz de esperanza y eso hizo sentir feliz a Alessio, a fin de cuentas las horas de ver series y leer novelas le sirvió de mucho para copiar un carácter más caballeroso de sus protagonistas favoritos.

—Me alegro que lo hayas entendido, y… ¿Me podrías decir tu nombre? —Tomando un rol protagónico de las historias de fantasía que tanto veía, esa copia de caballerosidad no podía faltar en su nueva vida.

—¡Claro!, mi nombre es Il…

Al estar casi cerca de decirle su nombre, viene interrumpida por alguien que tocaba la puerta.

—¿Quién podrá ser? —Decía la chica desconocida.

—Lo siento ¿Hay alguien? Si se me permite voy a entrar.

Después de decir esto, al abrir la puerta se podía presenciar a una chica joven de cabello blanco largo, unos de sus mechones largos ocultaba la parte derecha de su rostro, y en cambio, en el lado izquierdo se podía presenciar su ojo celeste, el vestido que tenía era la de una sirvienta, los colores negros y blanco son una perfecta combinación de colores de su vestimenta, su estatura podría estar entre los 1.58 a 1.60, cumplía todos los requisitos para ser una sirvienta.

—Oh, aquí estas, disculpa por interrumpir su conversación señorita Ilna, pero podría salir de la habitación por favor, tengo que limpiar el cuarto y dar de comer al señor Emilio.

«Esa vestimenta, esa compostura, ese carácter tan característico y esa voz neutra y tranquila… N-no me digas que es una sirvienta auténtica… ¡¿En que clase de lugar estoy?!», exclamaba al ver unas de sus fantasías frente a sus ojos.

—¡Te dije que no me llames Señorita! Dime solo Hermana y listo.

—Pero si…

—Olvida lo que dije, está bien… -Decía avergonzada solo para no dar una mala impresión al nuevo Emilio.

«¿¡Hermanas!? Cuantas sorpresas, hay varias cosas que tendré que saber después…», se decía al verlas, aunque no tenían ni un parecido, era obvio que no eran gemelas ni mellizas, una era más alta que la otra, podría estar entre los 1.75 o 1.77, pero por cómo estaba vestida de manera formal y elegante no podía estar vinculada al trabajo que hace su hermana, por lo que se alza de la silla y se despide para que su hermana haga su trabajo.

—Bueno, te dejo descansar Emilio, nos veremos más tarde.

—Oh… Si y… ¿Cómo era que te llamabas?

—Me llamo Ilna, a sus servicios mi Señor.

Al referirse a el como su señor, se inclina de rodillas mostrándole respeto, esto hace extrañar a Alessio pero ella sigue inclinándose hacia la persona que tanto respetaba.

«¿Qu-Que rayos está haciendo…?», decía confundido.

Así que lista, se alza y le muestra una amable sonrisa haciendo que no evite sonrojarse, se da una vuelta y camina hacia la puerta y se va sin decirle una palabra a la sirvienta, esta no lo toma tanta importancia y entra a la habitación y se dedica a limpiar el cuarto, por lo visto, la habitación tenía la sensación de un ambiente medieval, tipo de la antigua Europa.

«Por las decoraciones de esta habitación y por la falta de artefactos eléctricos pienso que estoy en esos años medievales, eso explicaría el por que de las velas pegadas en la paredes ¡No puedo creer que realmente este en unos de mis ambientaciones favoritas!», una pequeña chispa se le hizo presente en su cabeza y comienza a ilusionarse con las posibles cosas que haría.

«Eso significa que podré tener aventuras y aprender magia!», se decía al pensar que después de que sea curado, podría tener aventuras como en las historias de fantasía que veía por Internet.

Al estar observando la habitación con curiosidad mientras que la sirvienta se dedicaba a limpiar unos muebles, a su lado derecho había un espejo donde no dudó en observarse, y grande fue su sorpresa al verse…

«Hmmm… Sigo siendo el mismo…», decía al ver que su rostro y cuerpo no había sufrido ni un cambio. «…Y hablando de ambiente… siento como el ambiente esta siendo algo incómodo, así que para romper el hielo…», Ajusta su voz.

—Eh… Hola ¿Me puedes decir como te llamas? —Pregunta a la sirvienta con su rol de protagonista de fantasía.

—Lyna. —Respondió de una manera tan simple, con una voz relajada y suave sin más.

«Que raro ¿No me preguntará sobre mi pérdida de memoria ni mi nombre? Creo que sólo quiere concentrarse con su trabajo, pero este ambiente no puede quedarse así…», bonito nombre, tiene una similitud con el nombre de tu hermana.

—Si, eso parece… —Responde con la misma tonalidad de antes.

«Que silencio más incomodó, no tengo muchas cosas que decirle si me responderá así, aunque tengo muchas dudas, no creo que sea la persona indicada con la que podría responder mis preguntas pero…», una pregunta, puede sonar raro pero… ¿Cuántas horas llevo aquí?

—Dos días. —Responde al estar pasando el trapo al espejo.

«¿Dos días? ¿En serio pasaron dos días? P-pero sentí que todo paso en menos de 2 minutos…», intrigado, le pregunta a la sirvienta.

—Eh… ¿Te puedo hacer otra pregunta? Sonará más raro que la anterior pero… ¿En que lugar estoy? —Pregunta a la sirvienta y esta deja de limpiar.

—…

«Me está ignorando completamente, no voy a llegar a ninguna parte si le sigo pregunto a ella», bueno, voy a ir a buscar a tu… Creo que era tu hermana para que me diga en que lugar estoy.

—No te muevas.

—Tranquila, estoy bien, puedo moverme…

Sin previo aviso, el muro que estaba en su habitación fue una parte derrumbada haciendo que le dejara corto de palabras.

—¡Pero que….!

Mientras que una parte del muro estaba por caerse, Lyna había saltado a tiempo para cubrir a Alessio, al escuchar como los escombros caían y el polvo se levantaba, alza su mirada de inmediato y veía que habían hecho un hueco en la pared donde podía verse el exterior, se podía ver un enorme patio verde donde al mismo tiempo se podían escuchar muchos pasos de unas armaduras y eran caballeros que salían del lugar donde estaba hospedado para ver que es lo que había sucedido.

Mientras que observaba el hueco, la puerta de la habitación había sido abierta de manera bruta, dando paso a la chica de antes.

—¡Emilio estás bien! —Decía poniéndose una armadura en su pecho.

—Si, estoy bien, Lyna me a…

Sin dejarlo de terminar de hablar, Ilna agarra la mano de Alessio y salen de la habitación dejando atrás a la sirvienta que aún le estaba costando levantarse.

—Espera, la sirvienta esta aún en la habitación, hay que volver con ella.

—Estará bien, si le pasa algo se tendrá que arreglárselas por si misma, tiene que aprender a cuidarse por si sola. —Responde con voz seria mientras acomodaba su espada en la espalda.

—Si pero….

—Lo que importa ahora eres tu, muchos de nuestro ejército va a buscarte para pedirte ayuda.

—¿E-ejercito? ¿Y cual sería el problema si me encontraran?

—Si se enteran que aún no te has recuperado y que has perdido la memoria, perderán toda esperanza en luchar.

—¿No entiendo?

—Es verdad, no te acuerdas de nada… Mira, cada vez que teníamos una emboscada o una batalla tu siempre sabías que hacer, como mandar a cada grupo que haga lo suyo, que posición tomar, y si las cosas se ponían difíciles… Tu y yo…

Su voz se nublaba de la tristeza, sabiendo que tal vez nunca volverá a ser ese Emilio que tanto ella conocía…

—Siempre… Siempre cuando las cosas se ponían difíciles, tú y yo combatíamos juntos, siempre salíamos exitosos… Pero ahora que olvidaste todo y tus fuerzas, tenemos una baja posibilidad de ganar.

—Ilna… —Desvía la mirada sintiéndose culpable.

«No sabía que tan importante era ese Emilio en este mundo, me siento mal por haber cogido su mente, su cuerpo, su vida y dejar sola a Ilna… Soy un miserable.», se decía a si mismo en el trascurso de que Ilna le agarraba las manos llevándole a un lugar seguro.

En el tiempo en el que llevaban caminando, había visto que estaba en unos de esas enormes mansiones lujosas antiguas de la época medieval, pero ya al estar llegando a una puerta que al parecer los llevaría al subterráneo, aparecieron unos enemigos, eran como 4, llevaban armaduras, escudos y espadas, así que Ilna les dice gritando.

—¡Ponte detrás mío Emilio! —Cubría a Alessio mientras que este no entendía nada de lo que estaba sucediendo.

—Je,je, desde aquí siento el olor a miedo, no me digas que ese mocoso es el que hace desprender ese aroma. —Decía un enemigo.

Pues estaba en lo cierto, Alessio estaba temblando de miedo, nunca en su vida había pasado por una situación similar, así que sólo tuvo la única opción en cubrirse en la espalda de Ilna.

—¿¡Como llegaron aquí!?

—Los soldados que estaban atrás de la mansión eran muy débiles y fueron muy fáciles en cortarles sus cuellos js,js,js.

Una risa desagradable se escuchaba de los enemigos, pero después de esas palabras, Ilna comienza a apretar sus puños y saca su espada que estaba en su espalda, haciendo que esta desprenda una luz blanca que sobresale en los bordes de su espada color nieve.

—¡No pienses que lo tendrás fácil maldito!

Su voz se escuchaba con mucha furia, si que daba miedo verla enojada…

—¡Vamos cariño, no fue para tanto! Todos los días muere gente en distintas maneras y hoy les tocó a ellos morir así, no se si ustedes también quieran formar parte de ese grupo ho…

Ni tan sólo en decir esa última palabra de su discurso sarcástico, Ilna se había lanzado ha atacar a ese tipo y con tan sólo un golpe, este explotó en miles de pedazos, haciendo que los otros 3 enemigos se pongan en alerta y comiencen ha atacarla, Ilna esquivaba con facilidad los ataques de los enemigos, y uno a uno les atravesaba con tal fuerza y rapidez haciendo que exploten y caiga una lluvia de sangre en el lugar donde estaban, convirtiéndose en un charco de sangre.

La espada de color blanco como la nieve había tomado un tono rojizo, haciendo que Ilna lo limpiara con sus dedos y los sacuda con mucha determinación y se acerca para auxiliar a Alessio.

—¿Emilio estás bien? —Dice extendiendo su mano al confuso Alessio.

—Si… Estoy bien…

 

 

—Que bien, ahora sigamos.

En su rostro se mostraba mucha determinación, al parecer era una buena espadachín, y si era así de fuerte y era la mano derecha de Emilio, ni siquiera Alessio podía imaginar lo fuerte que era el.

—Bueno llegamos.

—¿Vamos a ocultarnos en ese lugar?

—Tu te vas a ocultar.

—¿¡Pero por qué!?

—Eres muy importante sea para mi que para los soldados de este reino, no quiero perderte, si no… no sabría que hacer… —Decía con todo el peso que sentía…

Se preocupaba por Alessio o mejor dicho, por Emilio, pero a decir verdad, aunque tenía miedo, Alessio quería ayudar, pero sabía que no tenía ni un poder o habilidad que le podría ser útil en lo que no podría ser de ayuda y sólo ser un estorbo, pero sus ganas de ayudar eran tan altas como el de vivir en carne propia por primera vez su primera aventura de fantasía.

—Quiero ayudarte, no quiero que estés sola ahí peleando, pero si te hace sentir tranquila que este a salvo, creo que será lo suficiente para que te concentres, y si es así, entonces estaré esperando aquí.

Aunque más le pese no hacer nada, dejando de lado sus fantasías, decide obedecer las ordenes de Ilna, pero a cambio recibe una hermosa sonrisa que sobresalía de su rostro, enojada o feliz siempre se veía hermosa, pero en tan sólo un abrir y cerrar de ojos Ilna le da un fuerte abrazo, un abrazo de confianza, un abrazo sincero, un abrazo que no había sentido en su antigua vida desde hace mucho tiempo… Hasta se había olvidado lo agradable que era, así que le devolvió el abrazo, un abrazo tan fuerte que no quería que acabase…

—Estaré bien, no te preocupes Emilio…

—Son tantas cosas que me gustaría decirte.

—Ya habrá tiempo para hablar, ahora entra.

Sin más que decir, abre la puerta y ve como Ilna se despide de el, en lo que le dice…

—¡Buena suerte!

—No tienes que decírmelo, la suerte siempre está a mi lado.

Una sonrisa se veía en su rostro, así que se da media vuelta y se va corriendo para ayudar a los caballeros, así que entra al lugar pero… El sitio parecía ser una celda oscura y nada agradable, por lo que no tenía mas opciones que esperarla ahí.

El lugar en donde se encontraba Alessio era algo oscuro, lo único que daba luz al lugar era una antorcha que estaba pegada encima de la puerta y la luz del exterior que se reflejaba de un pequeño hueco con 3 barrotes gruesos.

Se podía escuchar las voces de los caballeros peleando afuera, se escuchaba destellos de explosiones, gritos, los sonidos de las espadas chocándose entre si, afuera era todo un campo de batalla, la curiosidad mataba a Alessio ya que era toda una situación de un mundo de fantasías estilo medieval y no podía perdérselo, así que se fue al hueco para ver como estaba la situación…

En el lugar donde se encontraba había cadenas pegadas a la pared con unos cuantos huesos, que por su apariencia llevaban mucho tiempo ahí…

«¿Qué habrían hecho estas personas para acabar en este lugar?», se preguntaba al estar yendo al hueco. —Lo que suponía—. Se dijo al ver los gruesos barrotes que estaban pegados a la pared que no le dejaban ver nada lo que había afuera, pero de igual forma siguió viendo el espectáculo con lo poco que podía presenciar.

—¿Qué estás haciendo aquí…? —Decía una voz desconocida se sobresalía en una esquina que sólo abundaba las sombras dentro del lugar donde estaba Alessio.

—Te estoy hablando, ¿Quién eres y que estas haciendo aquí?

El miedo dominó a Alessio, no podía mover ninguna parte de su cuerpo y menos sus labios, tenia el presentimiento que algo malo iba a pasar si no hacia algo, así que tomó fuerza y volteo a verlo.

—¿Porqué te me quedas mirando? ¡¿Acaso tienes algún problema conmigo?!

«¡No debí mirarle!»

Con lo poco que podía ver, pudo observar que su cuerpo estaba desgastado, lo único que tenía encima era un pantalón medio roto de color gris sin nada puesto en el torso, se le notaba los huesos y costillas… Daba la impresión de estar muy desnutrido, por su condición este tipo estaba en las ultimas y olía terriblemente mal, pero para no tener más problemas, Alessio agarra un poco de valor y responde de manera temblorosa y dificultosa ya que el miedo le dominaba y le costaba votar las palabras, por lo que para sentirse más seguro, se va a una esquina algo oscura que se encontraba cerca de el.

—Na-nada. —Respondía con un tono temeroso.

—¡¿Que?!

—Nada… N-no tengo ningún problema con usted.

— ¿Aja…? ¿Entonces que estás haciendo acá? —Por su tono de voz, parecía que le molesta su presencia.

—Bueno… Es una larga historia, pe-pero tranquilo, no estaré aquí para siempre, en un rato me iré y le dejaré tranquilo…

—¿Irte de aquí? Ja,ja,ja,ja.

«¿Porque se ríe? No dije nada gracioso.»

— Nadie puede salir de aquí mocoso, aunque esto parezca una prisión de muy bajo nivel y muy fácil de salir está muy bien protegida, tiene muchas trampas para los que intentan escapar, el que vez por la esquina izquierda que esta en tu lado es Roman, murió por excavar bajo tierra, el pobre se dio por vencido ya que ni llevaba ni cinco minutos excavando y ya se sentía mal, al cabo de un día lo encontramos muerto, al parecer metieron un hechizo de veneno o enfermedad bajo la tierra de la prisión y el que está en su derecha es Ren, murió por intentar cortar esos tres barrotes, lo único que consiguió es que aumentarán el grosor de estas y mientras estas se hacían más gruesas, absorbían toda el mana de su cuerpo cada vez que lo tocaba dejándolo moribundo hasta el punto de dejarlo casi muerto, y no fue hasta más de dos días que murió pero con honor y valentía con una porción ingenuidad je,je…

Cada vez que mencionaba esos nombres, los señalaba para que Alessio sepa quienes eran, la reacción de Alessio al saber como muriendo no evitó en tener algo de escalofríos al estar al costado de esos cadáveres, y para contener el miedo y la tensión del ambiente, le pregunta…

—¿Y-y usted no ha probado salir de aquí…?

—Pues más de una vez me lo he planteado, pero al ver como estos dos murieron me pongo a pensar que pueden haber más trampas en este lugar que aún desconozco y sería un suicidio si lo hiciera, además, ya me he acostumbrado a este lugar, aunque no sea cómodo ni agradable, tengo un lugar donde vivir sin preocuparme de nada, dormir cuando yo quiera, comida gratis y sobre todo esas hermosas sirvientas que vienen cada semana a alimentarme, pero la menor de todas es toda un ángel je,je,je ¡¿Qué más podría pedir?!. —Decía con orgullo, pero cada palabra que decía eran más las ganas de Alessio en irse de ese lugar.

—Pues… De todas formas no me quedaré aquí para siempre, no hice nada malo…

—¿Entonces por que estás aquí?

—Pues como está habiendo una batalla allá afuera, una chica hermosa me trajo hasta acá para que me cubriera y que cuando acabará, me sacaría de aquí…

—¿Y sabes como se llama la chica?

—Eh… si, se llama… Ehmmm…

—…

«¡MALDICIÓN! ¡Me olvidé el nombre de la chica hermosa que me ayudó! ¡¿Cómo puedo ser un idiota?!»

—Por tu silencio me hace saber que no te acuerdas de su nombre, ¿no?

—O-oh… Si…

—No pasa nada, yo ya me olvide el nombre de todos los que me rodeaban hace años, a excepción de estos dos tontos je,je.

Aunque este desconocido tenga una apariencia y comportamiento que le da malas vibras a Alessio, tiene un buen carisma, al menos tendrá a alguien con quien hablar por un rato hasta que acabe la batalla…

—Oye, ¿vas a hablar o que? — Reclama por el silencio que estaba creando Alessio, por lo que este dice preguntarle.

—N-no nada… Pero no se si pueda molestarle mi pregunta.

—Depende de la pregunta que hagas, si la pregunta me ofende judo que comeré unos de tus órganos y no pienses retractarte, vota la pregunta.

—Bu-bueno… Ah… ¿C-como llegó usted aquí? —Preguntaba con nervios.

Sus palabras hacía que el desconocido lo observe con seriedad creando un miedo en el, así que el tipo se acomoda y como si estuviera preparándose para hacer algo le responde.

—… ¡Que buena pregunta! No sabes lo feliz que me hace escuchar de nuevo esa pregunta, hace tiempo nadie me hacía ese tipo de pregunta, el último que me pregunto eso fue Ren, fue hace como 5 años si no me falla la memoria…

«Vaya, este tipo a estado mucho tiempo aquí, es normal que este tan feliz de contar algo de su pasado…»

—Bueno, por donde empiezo…

Al estar pensando por donde comenzar, la puerta de la prisión se abre llamando la atención de ambos…

—Es hora de su almuerzo semanal señor Marst.

De manera inesperada, la sirvienta que había salvado antes a Alessio se hizo presente…

—¡Oye tu! ¡¿Que estas haciendo aquí?! ¡¿No deberías protegerte?! ¡No es momento de que estés trabajando, no ves que ahí afuera hay una batalla a muerte y tu sólo estás trabajando como si nada!

El prisionero llamado Marst al escuchar el reclamo de Alessio, este le mira con una cara de confusión y le responde al reclamo de Alessio.

—¿Veo que no conoces las reglas de esta mansión no muchacho?

—No, no las conozco, pero lo que se es que estamos en un momento serio y ella podría ayudar a su hermana al menos.

—Déjame explicarte mocoso, la chica que esta ahí es una sirvienta ¿No? ¿Qué es lo que tienes entendido de sirvienta?

—Pues… Alguien que se dedica a hacer los deberes del hogar, limpiar, cocinar, hacer caso las órdenes de sus superiores…

—¡Exacto! A ella se le dieron unas reglas, y unas de estas es que si aunque la mansión este en guerra o no ella tendrá que seguir haciendo su trabajo a pesar de lo que este pasando, por que si no…

Al observar a la sirvienta con una mirada para darle miedo, Lyna no mostraba ni un signo de incomodidad al escuchar la conversación de ambos dirigiéndose hacia ella, como si no le diera importancia la amenaza del tipo, así que pensando para tranquilizar la situación, Alessio le dice a Lyna…

—Oye… Mejor ve a ser tu trabajo, ve a alimentar a ese tipo y yo estaré esperando a que acabes, no quiero darte fastidio.

Al escuchar lo que decía ese Emilio desconocido, Lyna sólo lo observa con vacío en su ojo y va hacia Marst a darle de comer, mientras que el sólo estaba en la esquina esperando que acabará su trabajo.

Al estar sentado escuchando a Marst masticando su comida mientras que al mismo tiempo se escucha gritos de desesperación, de dolor, explosiones, de como las espadas chocaban entre si, eran sonidos que no dejaban tranquilo a Alessio…

«¿Como rayos esos dos pueden estar tan tranquilos con los ruidos de afuera?»

Al ver como Lyna daba de comer a Marst como si fuera un niño, le daba fastidio ya que no era momento para hacer esas cosas y en vez de estar ahí, podría ayudar a su hermana.

Alessio ya no podía aguantar los ruidos de afuera, quería salir de ahí a como de lugar, así que busca una salida y ve que la puerta estaba media abierta, así que pensó en salir lo más rápido que pueda e ir a otro sitio o ayudar a la chica hermosa sin que Lyna ni Marst se percataran, así que se escabullo pegado a las paredes oscuras ya que así no podrían verlo, pero ya al estar cerca de la puerta…

—Señor Emilio, ¿A donde está yendo? —Dice sin haber volteado la mirada.

«Rayos, me descubrió…», se alza haciendo que la luz de la antorcha refleje su rostro.

—Eh… No aguanto el sonido de afuera, así que quería irme a otro lugar…

—Al venir hacia acá, me encontré con mi hermana y me dijo que estabas aquí y que te vigilará.

—Bueno si, pero…

—Un momento… Tu no eres…

Marst al escuchar ese nombre y ver su rostro con más claridad, se levanta y empuja bruscamente a Lyna, votándola al piso al igual que su almuerzo cayendo en cima de ella.

—Oye, ten más cuida…

Marst empujó a la pared a Alessio, aunque el tipo parecía tener una apariencia débil, tenía una gran fuerza que hizo que sintiera un fuerte dolor de espalda al tirarle hacia la pared y agarrara fuertemente su polo y le dice con un odio de venganza.

—¡Así que eres Emilio! ¡¿No?!

Se veía que la cara de Marst reflejaba odio, sed de venganza y muerte, Alessio no entendía nada de lo que pasaba y no sabía que responderle.

—Lyna, pásame ese cuchillo que esta ahí ¡Ahora y rápido!

«¿¡A… A.. Aca…. ACASO QUIERE HACER!?», decía Alessio con nervios…

Marst al decir eso se podía apreciar como sus ojos de color verdes se iluminaban, Lyna deja de limpiarse el resto de comida que se le había caído encima, al escuchar claramente esas palabras de Marst no evito tener una mirada de confusión, no sabía que hacer.

—¡DAME EL MALDITO CUCHILLO MALDITA SIRVIENTA, ES UNA ORDEN!

Al mostrar una expresión de rechazo, una luz rojiza sobresalía en el medio del pecho de Lyna, Alessio no sabía lo que estaba pasando, sólo escuchaba gemidos de dolor de la sirvienta y como unos rayos salían de su pecho.

—¡TRAEME EL MALDITO CUCHILLO AHORA!

La luz rojiza hacia más daño a Lyna, los sonidos de dolor que ella emitía eran tan fuertes que le hacía imposible seguir viéndola sufrir de ese modo.

—¡¿NO ME HARAS CASO?! ¡PUES SUFRE POR DESOBEDECER UNA ORDEN MALDITA SIRVIENTA! EL SUPERIOR TENÍA RAZÓN, NO ERES CAPAZ DE SEGUIR ESTAS CLASES DE ORDENES, ES POR ESO QUE ERES UNA SIRVIENTA Y NO ERES COMO TU HERMANA, NO TIENES VALOR, NO TIENES FUERZAS PARA NADA, ¡ERES UNA INÚTIL!

Diciendo estas duras palabras hacia ella, ahora salía una luz rojo sangre puro resplandeciente desde su pecho, se podía observar pequeñas gotas de lágrimas de dolor salir del único ojo que le era visible, si seguía así la situación, ella podría morir en tan sólo unos minutos si Alessio no hacía algo…

︻ ︼︻ ︼︻ ︼︻ ︼︻ ︼︻ ︼︻ ︼︻ ︼︻ ︼︻ ︼︻ ︼︻ ︼︻ ︼︻ ︼︻ ︼︻ ︼