Bajo Mi Mente En Otro Mundo - 14
Al haber entrado a la habitación sin su consentimiento de si mismo, abre la puerta lentamente y da unos pasos adelante, agitado, sólo avanza sin rumbo, como si supiera a donde iría, pero de un momento a otro, se tropieza con una silla haciendo que caiga y despierte de ese extraño estado en el que estaba.
— ¡Ah, mierda…! —Decía mientras sobaba su pierna—. Dios santo, ¿Qué es lo que acaba de pasar…?, ¿Dónde estoy? —Preguntándose desconcentrado, intenta levantarse y mira a su alrededor—. ¿En serio entré…?, aquí no hay nadie, ¿Dónde rayos está Inés?
Al saber que Inés no estaba en la habitación, intenta buscarla en todos los lados pero por más que buscara, no había rastro de ella.
— Oooh no, ¿A donde habrá ido esta chica? —Cuestionado, al estar caminando por la habitación, observa unos libros que estaban cerca de el robando su atención—. ¿Qué harán estos libros aquí?, apuesto que serán de Inés.
Al ver esos libros tan raros, saca una conclusión rápida y pienso que son de ella, pero como cualquier curioso, intenta tomar uno y observarlo más de cerca.
— Uhm…, han pasado 2 semanas desde que estoy aprendiendo a leer y escribir, pero… —Toma el libro e intenta leerlo—. Aún sigo sin entender aunque estas letras las he visto…
Observando las frases, podía darse una pequeña idea de lo que podía decir ese libro, así que intenta traducir lo que vendría ser el título. —Altra…, des…, der…; rayos…, es más difícil de lo que pensé… —Decía mientras que una extraña presencia se hacía presente en su espalda.
— Sabría que me decepcionarías. —Por su llamado repentino, hizo que Alessio del susto hiciera caer el libro que estaba sosteniendo.
— I-I-Inés, que susto… —Suspira—. Lo siento, entré por que veía que tardabas tanto y me preocupe y…
Mientras que Inés se acerba hacia el para recoger el libro que dejó caer, detrás de ella había una puerta que no había antes haciendo crear una gran curiosidad a Alessio.
—Espera, ¿De donde salió esa puerta? —Al escuchar su pregunta, alza su libro y lo observa con su tipica mirada seria.
— No es de tu incumbencia. —Hace desaparecer la puerta con un suave chasquido.
— ¡¿Qu-que fue lo que hiciste?!
— Creo que tu curiosidad llegó a un punto donde debes saber entender lo que es obedecer una orden.
— Pe-pero… —Observa a Inés con curiosidad—. ¡Sabes hacer magia!—Dice emocionado con brillos en sus ojos.
— ¿Quién rayos se emociona por eso?
— Pues para uno que nunca vio magia.
— Nunca vistes la magia… —Dice observándolo misteriosamente.
Era normal que Alessio se emocionara por ver algo que nunca había visto, más aún tratándose de algo mágico, para Inés hacer este tipo de cosas era de lo más normal, siendo muy extraño para ella ver a alguien emocionarse por pequeñeces.
— Además, si no mal recuerdo, Emilio dijo que me explicaras las cosas que no supiera así que…
Justificándose con lo que le dijo Emilio, piensa que así le diría sobre la puerta, pero Inés es todo lo contrario a lo que pensaba Alessio.
— No me vengas con ese pretexto, no mereces que te lo diga.
— Vamos Inés, eso es muy interesante, dime, ¿¡yo también puedo hacer eso!?
— ¿De que rayos estás hablando?, claro que no.
— ¿Co-como que no?, si tu puedes, ¡es obvio yo también puedo…! —Dice emocionado.
Al pensar que podría hacer lo que tanto soñaba hacer como un fan de las historias de fantasías y magia, Inés en cambio lo observa con mucha seriedad a su estúpida afirmación.
— Mira, te lo dejaré claro desde ahora, tu eres un desconocido, no sabemos nada ti y no tenemos el derecho de enseñar estos tipos de cosas a un sospechoso.
— E-Espera, no soy un mal tipo, Emilio lo ha comproba…
— No me importa lo que diga el, tal vez para el no seas una amenaza, pero para nosotros, eres un desconocido que apareció de la nada, no eres más que un sospechoso, sólo tienes suerte que Emilio esté cuidando de ti, por lo contrario… —Lo observa con sus serios ojos verdes claros—. Ya habrías muerto.
Sin ningún remordimiento en sus palabras digno de su carácter haciendo que resplandezca cada vez más, le dice las cosas claras a un curioso y animado Alessio.
—Así que por ahora sólo sigue las ordenes que se te den y no te atrevas a preocuparte por mi, no lo hagas. —Decía enojada sosteniendo sus libros, así que voltea suavemente y se dirige hacia la puerta de la habitación.
«Tiene razón, fue mi culpa haberla desobedecido, aunque por la manera en la que entre, no tuve el control de mi cuerpo al entrar, pero aún así está en todo su favor en que este enojada, aunque me gustaría que me contará más sobre esa puerta y la magia…] —Observa a Inés a la par que ella le observa.
— ¿Vienes o que?, no te quedes ahí parado, no podemos perder más tiempo. —Decía mientras habría la puerta.
«Pero para eso…» —Se dirige hacia ella. «Tendré que ganarme su confianza», decía mientras la observaba y una cara de confusión se notaba en el rostro de Inés por el largo silencio de Alessio.
Al estar pasando por los largos pasadizos, llegan a la biblioteca que hace varias semanas había ido con Lyna minutos antes de su juicio.
— ¿Qué hacemos aquí?
— Hacer mi trabajo.
— ¿Tu trabajo?
— Si, tengo que ordenar y alistar libros pendientes a su entrega.
— Espera, ¿Aquí también retan o venden libros?
— Si, rentamos o vendemos libros a los pequeños pueblos y escuelas, una buena fuente de ingresos para el señor Velleda.
— Bueno…, tiene sentido al haber varios libros aburridos. —Dice sólo para que Inés lo corrigiera y darle la razón para que gane su confianza.
— ¿Qué tiene de aburrido algo que ni siquiera haz leído?, no hables por hablar. —Corrigiendo las palabras de Alessio, este no hace más que disculparse.
— Si, es verdad, tienes mucha razón Inés, siempre diciendo cosas muy ciertas. —Dice con una sonrisa, haciendo que Inés lo observé de manera seria como siempre.
— Bueno, esto es lo que haremos.
— ¡Y ahí va la jefa!, ¿Te puedo llamar jefa? -Insistiendo con su buen humor para que Inés se sintiera superior y tenga mayor confianza en el, solo hace que se sienta algo incomoda.
— No, el único jefe de este lugar es el señor Velleda, en cambio puedo ser tu supervisora por ahora.
— Jefa o no, ¡Estaré al tanto de seguir tus órdenes! —Con una pose de saludo militar, Inés lo observa extrañada por tal pose extraña.
— Vale…, lo que harás es pasarme los libros que están en la estantería de atrás, pásame la cantidad que puedas traer, después me los pasas y yo subiré en las escaleras para acomodarlos.
— ¡Si mi señora!
— No me digas mi señora…, bueno, después que hayamos acomodado los libros, tomaremos la lista de los pedidos y me pasarás los libros hasta la mesa para que pueda acomodarlos y guardarlos en una caja listo para el envío.
— Claro y firme.
— Bien, iré a recoger las escaleras…
— E-Espera.
— Que sucede.
— No te molestes señorita Inés, tu querido subordinado estará dispuesto a traer de su escalera para su comodidad, sólo dime donde está e iré a recogerlo. —Inclinado y fingiendo una voz de un caballero, se ofrece a recoger la escalera sólo para ganarse la confianza de Inés, pero esta extrañada y seria lo observa.
— No sé que rayos estás planeando, ese comportamiento tan repentino me trae molestias.
«Oh rayos, debí ser más formal y no actuar tanto…». —¡Q-Que estás diciendo Inés!, sólo quiero ayudarla para que esté conforme con mi presencia y sea de su utilidad…
— Tu presencia está demás, pero si realmente quieres ayudarme a traer esa escalera, se encuentra en unos de los armarios de la biblioteca. —Inés alza su pulgar y señala donde se encontraba el armario—. Ahí está, te espero.
— ¡Como siempre muy lista!
— Si… -Dice extrañada.
Después de que Inés le haya mostrado el lugar donde se encontraba la escalera, Alessio va a recogerlo, habían muchas cosas ahí, como materiales, herramientas, y claro, la escalera, después de unos intentos en sacarla, lo lleva hacia Inés y lo acomoda.
— Ya está, ahora que sigue.
— Pásame los libros que están en la estantería de atrás, tienes suerte que ya estén acomodados por categorías, así que una persona como tu podría sólo pasármelos sin ningún problema a que nos confundiéramos.
— Me gustan tus afirmaciones Inés, entonces es pan comido.
— ¿Pan comido…? —Sin hacer caso a su duda, Alessio sólo se dirigió a recoger los libros.
— Aquí viene un par de libros.
— Pásamelos.
— Aquí tienes mi señora.
— ¿Cuántas veces pienso repetirte que no me llames mi señora?
— Bueno pero no te enojes. —Aunque dijera eso, no cambiaría la cara seria de Inés.
— Ve por los otros libros, intenta traer unos 5 si puedes, si tu desconocido cuerpo lo soporta, tráeme 10.
— Eso ofende pero daré lo mejor de mi, mí señora Inés.
Aunque Inés le haya repetido por segunda vez que no le llamara así, deja salir un suspiro de paciencia mientras que Alessio va a traer los libros, ahora la meta de Alessio era ganarse la confianza de ella, así que a pesar de que sólo puede llevar 5 libros a la vez, esta vez decide llevar 12 libros de los gruesos y pesados, hasta el mismo no podía creer de la gran resistencia y fuerza que estaba teniendo, aunque con dificultades, logra llevar esos 12 libros a Inés, haciendo que quede algo sorprendida.
— No pensaba que te lo ibas a tomar enserio.
— T-To-do se-sea pa-para su co-comodidad. —Decía soportando el peso de los libros.
— Pero si sigues así no podremos acabar ya que te cansarías rápido. —Coge uno por uno los libros y los acomoda.
— S-Si pe-pero llevo semanas entrenando, y es-esto recompensa mi en-entrenamiento de hoy.
Y no estaba mintiendo, hacer los entrenamientos inhumanos de su gemelos había hecho que su resistencia haya aumentado, no en términos como si fuera el aumento de XP, si no en términos humanos.
— Aunque me sea difícil de decir, tienes algo de razón, pero como te mencioné, sólo tráeme la cantidad de libro que puedas traer.
— Ti-tienes razón, la próxima vez traeré traeré 8 libros, verás que acabaremos rápido.
— Si, lo que digas.
Como si no fuera la gran cosa para Inés, coge algunos libros y los acomodando mientras que Alessio solo podía soportar el peso de los libros soportando las ganas de suspirar del cansancio para no preocupar a Inés, pero esa sensación iba aumentado a la par que sentía como poco a poco disminuía el peso de los libros.
— Bien, ya está, ve por los otros libros, tendremos unas largas horas.
— Siii, ¡Será muy divertido…! —Decía soportando el peso de los libros con una falsa felicidad al saber que tendrá que hacer lo mismo por una larga hora indefinida.
Y así pasó alrededor de casi 2 horas, Alessio llevando los libros e Inés acomodándolos, la mayor parte del tiempo Alessio intentaba impresionar o ganarse la confianza de Inés, pero en las 2 horas que estaba con el, su opinión hacia Alessio no había cambiado.
— Bu-bueno, he-hemos acabado. —Decía transpirando.
— Si, pero no te olvides que debemos preparar los pedidos de los clientes, así que tenemos que ir al otro lado de la biblioteca para recoger la lista y ver que libros debes recoger y que me lo lleves a la mesa para acomodarlos, no nos tomará menos de 2 horas.
— ¿Cu-cuantos libros tendremos que acomodar?
— Si no mal recuerdo, creo que eran unos mil.
— ¡Mi-Mil!
Era algo sorprendente para alguien que nunca a trabajado y sentido el deber de sudar para traer el pan al hogar, pero gracias a Inés, aunque no quiera, el sentimiento de querer saber más sobre la magia eran tan fuertes que le daban motivaciones nuncas vistas en el, si sería posible y se le diera una orden o tarea difícil lo haría sin problemas aunque con sus dificultades.
— ¿Algún problema? —Responde Inés al presenciar la reacción de Alessio.
— Para nada, sólo me sorprendió la cantidad de libros…
Aunque sea cierto, también estaba frustrado de cagar y llevar esa enorme cantidad de libros.
— Ha habido semanas donde han pedido más libros, así que no te quejes.
— N-No me estoy quejando, pero por lo que veo, piden muchos libros, como si fuera el único lugar donde lo rentaran o vendieran.
— Pues lo que hace especial estos libros son en el estado en como se encuentran, parecen nuevos pero tienen varios años, un libro así podría costar mucho dinero, pero el señor Velleda decidió venderlo a un coste muy accesible, es por eso que la mayoría de los pueblos vecinos e incluso lejanos nos compran o rentan libros cada semana.
— Uhm…, así que el señor Velleda a parte de tener el poder de sentenciar de por vida a una persona, también tiene un corazón noble. —Decía con tono burlesco como si se tratara de un chiste reflejando una pequeña sonrisa mientras que Inés lo mira con seriedad y no se lo toma bien.
— Controla tus palabras.
— Pe-pero no dije nada malo…
— No te refieras a alguien con mayor rango que tu como si fuera tu amigo.
— Claro, claro, como no saberlo, gracias por tu sabiduría Inés.
Disculpándose para ganar su confianza, lo único que hace es que poco a poco Inés comenzará a molestarle su presencia, pero deja atrás sus emociones y se centra en su trabajo.
— Mejor vayamos a comenzar, pero no te preocupes, estos libros no son tan pesados ni gruesos, así que puedes estar tranquilo por ahora.
— ¡Sabía que te preocupas por mí!
— No te confundas, sólo es para que hagas mejor tu trabajo.
— Es lo mismo.
— Mires como lo mires, no es lo que piensas.
No era que Inés haya tenido misericordia con Alessio, al contrario, ni le importa como se siente ni como se pueda sentir su ayudante Alessio, lo primordial para ella es acabar su trabajo y pasar el menos tiempo posible con el.
Comenzando a hacer el trabajo, Alessio e Inés se dirigen a recoger la lista de los libros, no mentía que eran libros delgados y ligeros, podía llevar como 30 sin ningún problema, la mayoría de libros eran para niños y no contenían muchas páginas, así que el trabajo era más rápido, aunque lo que tardaba más era empacarlos y ordenarlos, pero en eso se encargaría Inés, así que Alessio solo se centra en llevar todos los libros que Inés le indicaba que llevara, y así estuvieron por otras 2 largas horas.
— Uf, ya queda poco, aquí tienes.
— Perfecto, con estos van 970, unos 30 más y abras acabado.
— Me impresiona que la mayoría de libros sean de niños o cuentos infantiles.
— Pues estamos casi en época de clases, es normal que muchos padres ordenen o compren varios libros para sus hijos.
Le explica mientras mete los libros en una caja y los amarra para después poner la dirección a donde tendrá que ir el paquete.
— Uhm, ya veo. —Dice mientras le da los libros uno por uno—. Debe ser una época muy movida para ti.
— Siempre lo fue, pero a pesar de eso, con mi hermano era más rápido el trabajo.
— Bueno, lamento que no esté ahora para ayudarte pero mira el lado positivo, estoy aquí para darte una manito.
— No pienses que tu presencia ocupará el puesto de mi hermano.
— Eso lo tengo claro, pero al menos no estás haciendo sola el trabajo.
— Sola o no lo acabaría igual.
— Pero nunca está demás pedir una ayuda. —Decía mientras entregaba el último libro que tenía en sus brazos.
— No se si te haz dado cuenta pero tienes que traer los últimos 15 libros. —Intentando desviarse de eso último que dijo Alessio, le afirma que debe recoger los últimos libros.
— ¡Oh!, es verdad, si no me decías no me daba cuenta ja, ja, ja.
— Ve, no pierdas el tiempo. —Decía seriamente al acomodar las cajas.
Así que yendo a recoger los últimos libros, grande era su satisfacción al saber que eran los últimos y después de eso iría a comer y hablar con Lyna, así que entusiasmado va rápido hacia Inés y le entrega los últimos libros.
— Después de esto Inés, ¿Qué vas a hacer?
— Tendré que llamar al señor Velleda para que lleve los paquetes al carruaje y los lleve a la mensajería donde repartirán todos los paquetes en cada pueblo.
— Si quieres puedo ayudarte.
— No es necesario, ve a almorzar y hablar con la sirvienta, es lo menos que puedes hacer después de esto.
La forma en que hablaba Inés desde que comenzó a hacer su trabajo era más calmada pero sin quitar ese toque serio en sus palabras, podría confundirse que estaba de buen humor y lo estaba en cierta forma, es su pasatiempo hacer este trabajo después de todo, pero no lo podía disfrutar al máximo por la presencia molesta de Alessio, haciendo que este confunda su forma calmada de hablar como si estuviera de buen humor, por lo que sede a nivelar su nivel de hablar a ella, poder de amistad activado.
—Muy amable de tu parte pero no quisieras que hagas todo el trabajo. —Dice Alessio.
— Tu sólo ve, yo me encargaré del resto con el señor Velleda, además, me sorprende lo bien que te llevas con ella.
— ¿Con Lyna?
— Si, ella.
— Pues…, fueron semanas de hablar y hablar, claro, aún me falta mucho para saber de ella, aunque a pesar de lo poco que se o de lo poco que me a dicho Emilio… —Observa el libro que le estaba por entregar—. No se que es lo que hizo en el pasado, pero lo que me importa es como es en el presente.
Podría ser un error no conocer el pasado de alguien, pero tampoco algo tan malo, a veces no hay que profundizar temas en que uno no quisiera saber o al menos no sentir mal a la persona, siendo esto el razonamiento de Alessio.
— No centrarte en el pasado de uno más que de su presente…, que peculiar forma de conocer a alguien sin saber nada de lo que hacía o pensaba. —Decía Inés trayendo devuelta su seriedad.
— Bueno, es verdad, uno cuando conoce a alguien en cierto punto sabe algo de su pasado, pero por ahora no le veo la necesidad de saber más de lo que no debo, además, no quisiera lastimarla.
Sin recibir ni una respuesta de Inés, sólo guarda los libros que le pasaba Alessio. —Ten en cuenta que Ilna sufrió por culpa de ella, ¿lo sabes?— Le responde después de un largo silencio.
— Lo sé, lo sé… —Dice observando los libros que le entregaba a Inés.
Un tanto triste al saber que a pesar que lo intente evitar, era inevitable que le hagan recordar sobre lo que hizo Lyna, al observar que su ayudante temporal no dice nada, ella hace lo mismo creando un ambiente silencioso.
Alessio sigue entregando los último 5 libros, al entregar 2 libros más, en el siguiente libro, como si ya lo hubiera visto por alguna parte, se queda pensativo al obsérvalo detalladamente, se le hacía muy familiar y no evita preguntarle a Inés que también ella se estaba preguntando del por que tardaba tanto en pasarle el siguiente libro.
— Oye Inés.
— ¿Qué sucede?
— Tengo una pregunta y espero que no te moleste.
— Sea una pregunta que una conversación contigo es ya una molestia.
— Que directa como siempre, como siempre no ocultando lo que piensas, pero dejando eso de lado. —Levanta el libro para que lo observé—. ¿Qué hace aquí el libro que me presto Lyna…?
— Oh, ese libro lo pidieron y lo tomé.
— ¡¿Lo tomates así por que sí?! —Exclama alterado.
— Si, ¿Cuál es el problema?
— ¡Tomarlo sin haber pedido permiso!, además, ¡lo iba a leer!
— ¿Siquiera sabes leer?
— Nooo…, pero sería gracias a ti que llegaría a leerlo por mi cuenta, además, le hice una promesa a Lyna.
— ¿Una promesa?
— Es verdad, nunca te lo mencioné, cuando aprendiera a leer, el primer libro que leería sería este. —Dice señalandole el libro otra vez.
— Hay más historias similares como ese en la biblioteca, te puedo encontrar uno igual.
— Por más libros iguales a este no cambiará lo importante que es.
— ¿Qué tan importante es ese libro para ti?, no interfieras tus sentimientos en mi trabajo, sólo me retrasa.
Aunque sea verdad, Alessio no podía permitir que ese libro se vaya de sus manos, así que no tiene más que convencerla.
— ¿Qué tan importante es este libro para mi? —Dice preguntándose la misma pregunta que le hizo Inés, y con una simple sonrisa le responde—. ¡Je!, este libro es muy importante para mí, antes que comenzara mi juicio vine aquí con Lyna, me sorprendió que ella quisiera leer todos los libros que están aquí en esta biblioteca, aunque le haya dicho que no era un fanático de la lectura, —Observa el libro—. A pesar de eso, le dije que si tenía algo que recomendarme y lo apreciaría mucho antes o después de que me sentenciaran, estaba muy nervioso al afrontar el juicio, pero sea su presencia que la promesa que hice con ella hacía que me calmada al saber que tengo a una amiga y poder compartir nuestras ideas, así que esa misma noche me trajo este libro, me hizo un resumen y me interesó, así que lo menos que puedo hacer es cumplir mi promesa que cuando aprendiera a leer. —Observa a la persona que le ayudaría ha aprender a leer—. Este sería el primer libro que leería gracias a ti.
Diciendo ese largo discurso, pensado que tal vez le conmovería a Inés y cambiaría de opinión, esta lo queda observando con más seriedad.
— Que cursilería son esas.
— ¿Eh?
— Tal vez para ti ese libro sea importante, pero debes saber una cosa, ese libro no es de la sirvienta, es del señor Velleda y de la biblioteca, así que ni tu, ni ella tienen autoridad para quedárselo.
— E-espera, pero antes lo tenía, así que aún puedo tenerlo hasta que no haya decidido devolverlo.
— Si, es verdad.
— Así que…
Pensando que Inés le daría la razón, esta observa con seriedad a Alessio y ataca con sus siguientes palabras…
— Pero antes de eso, tendrías que haber comprando o alquilado ese libro a tu nombre.
Con simples palabras que cargaban una gran verdad, Alessio no capta el peso de esas palabras.
— ¿En serio?, no me vengas con estupideces.
— Estás estupideces son parte de las reglas, si no quieres seguirlas mejor lárgate de este lugar, no interfieras tus emociones con mi trabajo. —Enojada, intenta agarrar el libro, pero Alessio no se lo iba a dar a sí de fácil, así que intenta razonar más con ella.
— Esta bien, tienes razón, si, pero no puedo dártelo, es muy importante para mi. —Decía sosteniendo el libro que Inés intentaba quitar con fuerzas.
— ¡No pongas resistencia!, sólo dame ese libro para terminar con mi trabajo.
— ¿Pero por qué te importa tanto el trabajo si no puedes pensar en como se sienten los demás?
— ¡¿Eso a mi que me importa?!, pensar en los demás es solo una pérdida de tiempo, tengo mejores cosas que hacer.
Un fuerte sentimiento se estaba creando en el interior de su cuerpo, lo que más odiaba de su antiguo mundo era a la gente antipática, por viejas experiencias que aún vivían en su interior hizo que resaltara más su enojo.
— ¿Co-Como te atreves a decir eso?, Si alguien se siente mal, o está sufriendo, ¿No podrías preocuparte o sentir algo de empatía?
— ¡Eso es problemas de ellos!, no puedes salvar a todos.
— ¡Pero si uno se lo propone puede hacerlo!
— No me vengas con tonterías, sólo estás siendo egoísta y dejándote llevar por tus emociones. —Enojada y sosteniendo con fuerzas el libro, Alessio toca fondo por las palabras que dijo Inés.
— ¿De-Dejándome llevar por mi emociones?, ¿Egoísta yo? —Lo observa con enojo—. Si tu eres la primera que me habla mal…, siempre me miras con enojo, con desprecia…, no puedes comprender las palabras de uno. —Sostiene con fuerzas el libro—. El egoísta no soy yo…, ¡TU ERES LA MALDITA EGOÍSTA QUE NO PIENSA EN EL PESAR DE MIS PALABRAS Y QUE SOLO PIENSA EN SI MISMA COMO LA EGOÍSTA QUE ERES!
Dejando expulsar el enojo y las verdades que veía el en Inés, esta suelta el libro haciendo caer del impulso a Alessio.
— Si, soy una maldita egoísta que sólo piensa en si misma. —Dice observándolo desde el suelo—. Tengo mis razones para serlo, así que lárgate. —Sin una pizca que le haya afectado lo que le dijo Alessio, este reacciona.
— Espera, oye…, tal vez fui muy lejos… —Intentando disculparse al darse cuenta de lo que había dicho, Inés le interrumpe con un fuerte enojo.
— ¡DIJE QUE TE LARGUES!, ya hablaste más de lo que debías, llegaste muy lejos y obtuviste lo que querías, ahora largarte de aquí con ese maldito libro. —Se da la vuelta—. Ya…, te veré luego. —Decía enojada.
— Inés yo… —Decía mientras que Inés recogía los últimos libros y los empacaba en las cajas y evitaba ver y hablar a con el—. Entiendo… —Se alza y se dirige hacia la puerta y observa a Inés, a pesar de todo lo que le dijo, seguía mostrando su típica cara enojada, así que abre la puerta y sale de la biblioteca.
Mientras seguía alistando las últimas cajas, al acabar, se sienta en una silla para reposar y observa las cajas que había acomodado.
«Por más que quieras, nunca lo entenderías, soy egoísta sólo por mi misma protección, pero como tu lo dijiste…», recordando las palabras que le había dicho Alessio, se quita sus lentes haciendo que resaltara más sus claros ojos verde limón y repite la frase que más hizo temblar sus oídos. «Tu tampoco…
…Puedes comprender el pesar de mis palabras.»
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Comments for chapter "14"
QUE TE PARECIÓ?
Mennn uff Alessio le agrandó la herida a Ines, aunque ella en parte se lo merecía. Hoy día hay muchas personas así, que miran a los demás con desprecio y suelen tener actitudes como la de Ines, pero tras leer esto me pongo a pensar, «Esas personas son así es por algo, quizás por algo del pasado». Me gustó este cap, por que es una lección para mucho de nosotros. Por parte de Alessio, bastante noble de su parte que hasta incluso sacrificó su ya fatal relación con Ines solo por mantener su promesa, sin embargo, fue bastante tonto por hablar sin pensar. No era más fácil que lo rentara? Lyna le había dado dinero anteriormente no?
Cómo tu dijiste, cada acción tiene una razón, e Inés no es la excepción, en el capítulo 28.5 se tocará eso y será el punto y aparte en nuestra querida cuatro ojos preferida.
Podría haber rentado el libro, sí, pero recordemos que el pobre ni tiene ni un centavo para ni un gramo de azúcar, respeto al dinero que le dio Lyna, Alessio le devolvió.
Ahora entiendo la forma de expresarse de Inés, quizá le faltó a Alessio prestar un poco más atención en las conversaciones que tenía con ella. En otras palabras, es bueno atender a lo que la otra persona dice. Algo así como sintonizar con los sentimientos, además de una historia. Por ejemplo, cuando un amigo cuenta algo, pensar de qué manera se ha sentido. (҂◡_◡)
En nuestra vida es bueno tomarnos el tiempo necesario para escuchar a alguien con atención.
Alessio siendo Alessio, Inés es una chica que no muestra sus sentimientos ni en sus palabras, siendo ella la única que sabe lo que expresa cada vez que habla…
Eso Inés, mano dura con Alessio💪 jajaja no le quiere :v, al decirle que es un extraño es mas que sospechoso… Pero es buena gente 😎💖
*Yo despues de seguir leyendo👀
Jajaja eso Alessio, ponle en su lugar a Inés y grítale sus verdades💪
Creo que esto no terminó bién 💫😅
Inés no tiene problemas en decirle las verdaderas a otros, no se reserva nada, en cambio, ella no es capaz de hablar de sus cosas, menos de sus sentimientos, la única forma que lo haga sería bajo una enorme presión.
Inés me cae bien :3 asi que, bajo una presión enorme ehhh, Intéresante
Aqui senti mucho pena por Ines mas que Alesio, la tacho de egoista y mala y otras cosas mas cuando ella esta haciendo solo su trabajo, seria como como ir a reclamarle a alguien que vende un producto que fue catalogado como malo pero el solo esta haciendo lo suyo y me parece algo injusto que te traten asi, yo tambien lo he sentido que tu no tienes la culpa pero esas personas quieren buscar a un culpable , en este cap alessio me parecio algo molesto con su aptitud de bueno, esta bien que quiera mantener la promesa pero podria hace run acuerdo o decir que lo guarde porque conseguiria dinero para alquilarlo de algun modo, no ponerse en plan catpichoso y jalarlo como si fuera un niño haciendo una pataleta por que le eatan quitqndo su juguete, entiendo a alessio pero debe compr3nder que no era suyo, no estab haciendo eso ines porque sea mala, no tiene porque meterse, y debe dejqr de ser un prepotente, a ver como se solucionara en el siguiente cap!
Gracias por leer el capítulo!
Un puñetazo y a dormir a Alessio, no se interrumpe en un trabajo>:)
Alessio tiene q entender q no puede agradar a todo el mundo, y más cuando alguien solo quiere hacer su trabajo. Me gusto el cambio repentino q tuvo Alessio al mostrar su fastido a la actitud sería y nada empática de Inés( aunq injusta con Inés, ya q solo está cumpliendo con su deber) es un buen detalle para mostrar q Alessio es humano, se sintió natural 🙂 . Por un momento pensé q en ese forcejeó con el libro se caerían y se verían las caras :v
Se queja de que se Inés se lleva por sus emociones y procede a dejarse llevar por sus emociones para decir «verdades». Nada nuevo por parte del patético de Alessio, más razones para que lo desarrollen a base de golpes, merecido lo tiene por hacer sentir mal a la besto waifu. Tkm Inés.