Bajo Mi Mente En Otro Mundo - 15
Después de la discusión que tuvo con Inés y que esta le votada de la biblioteca, no tenía otro lugar más que ir al comedor donde le esperaba la sirvienta de cabello blanco.
— ¡Oh!, hola Alessio, ¿Qué tal te fue?, espero que tengas mucha hambre, hice un platillo especial para ti. —Feliz, lo saluda con todas sus alegrías, en cambio, Alessio la observa y lo saluda con una falsa sonrisa.
— Hola Lyna…, si…, me vendría bien probar tu deliciosa comida como siempre.
Pensando que eso le animaría un poco, Lyna presencia ese tono distinto en sus palabras, así que no evita en preguntarle.
— Alessio…, ¿Hay algo que no va? —Decía al ver algo desanimado al chico que apreciaba.
— ¿Eh…?, no, no, ¡psh!, que va, sólo a sido una dura mañana, sólo es eso.
Intentando negar lo sucedido, no es lo suficiente para que Lyna siga cuestionándose ese estado en el que estaba.
— Sabes que podrías contármelo, puedes contarme cualquier cosa, sólo no te agobies y desahógate conmigo.—Diciendo estás lindas palabras, hace purificar un poco a Alessio y calme un poco su culpa.
— Siempre diciendo cosas así, sólo harás que me sonrojes. —Respondía con una sonrisa que hacia feliz a Lyna.
— Ese es el Alessio que siempre quiero ver, ve a sentarte y espérame, te traeré tu almuerzo, estoy entusiasmada por saber como te fue toda la mañana con la señorita Inés.
Reflejando su felicidad de pasar tiempo con el, Alessio no podía estar más que frustrado en como le fue con Inés.
— Eeeh…, si…, yo te espero aquí. —Decía mientras iba a sentarse, así que espera a que Lyna vaya por su almuerzo y pasan unos minutos hasta que llega con un pequeño carruaje donde llevaba su cena, los cubiertos, un vaso y algunos condimentos.
— Lo siento si me tarde un poco, estuve acomodando todo para que tu almuerzo sea perfecto y poder ver esa linda sonrisa que desprendes cada vez que te veo y que ilumina mi día.
Sin ocultar lo que sentía con una notable felicidad, sólo hace que Alessio se sienta más arrepentido por lo que dijo a Inés.
—¡Tada! —Abre la taza que cubría su almuerzo—. Es tu favorito, no te contengas. —Decía mientras ponía el plato en la mesa.
— Arroz con puré hecho con papas naturales, acompañado de un sabroso pollo al vapor y con unas pequeñas gotas de la grasa del pollo encima del puré y en arroz, como no disfrutar de este manjar hecho… —Observa a Lyna—. Por la persona que tanto me…
Mientras observa a Lyna, comienza a recordar lo enojada que estaba Inés y unas de sus palabras se hace escuchar en su mente.
«Soy una maldita egoísta que sólo piensa en si misma»
— …Aprecia… —Decía descendiendo su voz y bajando su mirada.
— ¿Pasa algo Alessio? —Pregunta confundida por ese cambio repentino—. ¿No es la cantidad suficiente que quieres?, si quieres puedo ir a servirte más… —Pensando que era sólo por que no le sirvió una gran porción, esto hace sorprender a Alessio.
— E-Espera…, si me sirves más de lo que puedo masticar me volveré una bola, no te preocupes, la cantidad que me serviste es más que suficiente, no puedo estar más que agradecido.
— Oh…, pero si quieres más no te contengas, sólo avísame y te serviré más. —Decía con una sonrisa que sólo hacia sentir un poco mal a Alessio.
— Si…, gracias. —Sin decir más, comienza a masticar. —¡Hum!, ¡está muy bueno!
— Me alegra que lo disfrutes. —Decía mientras lo miraba sentada a su costado.
— No sabes cuanto me sube los ánimos tu almuerzo, tiene ese toque especial que sólo tu sabes dar, como no esperarme de ti, eres la mejor cocinera que he conocido. —Diciendo lo que realmente sentía, hace que Lyna se sienta un poco avergonzada de las sinceras y lindas palabras que escuchaba de el.
— N-No es para tanto…, lo hice para que lo disfrutes y dejes atrás el peso que llevas cada día. —Un poco sonrojada con una suave sonrisa al decir esas cosas, sólo hace que Alessio escuché bien esas palabras y haga eco en su ser.
— El peso que llevo…
— ¡Si!, a-así que disfruta del almuerzo que lo hice con mucho cariño para ti.
Un tanto avergonzada de las palabras que decía pero que no podía contenerse en decirlo, hace pensar a Alessio de como una persona tan tierna, bella, amable y cariñosa quisiera pasar tiempo con un tonto como el, recordando el peso de su pasado, ese viejo sentimiento de culpa, de rechazo de su vida asocial, y en como se comportó con Inés, sólo hace que se sienta más miserable, sólo siente que ella merecía a alguien mejor que el.
— Lyna…, ¿Puedo preguntarte una cosa? —Pregunta con un vacío en sus palabras.
— Claro Alessio, estoy aquí para escucharte en cada momento.
Por esas palabras que chocaban en su corazón, sostiene con su mano derecha su rostro, quería de una vez por todas votar ese peso del pasado con la persona que había entablado una humilde amistad.
«El peso de mi pasado, de las cosas que no pude decirle a nadie, en como me sentía, que es lo que no quería, lo que me molestaba, lo que me gustaba, compartir mis ideas, gustos…», Apretando con fuerzas su frente con su mano derecho, esto sólo hace preocupar a Lyna, haciendo que sostenga la mano izquierda de Alessio con sus suaves manos.
— A-Alessio, ¿Qué sucede…?
Consumido en ese sufrimiento que estaba creciendo dentro de el, no hace caso al llamado de Lyna.
«…Sólo soy un miserable consumido por mis sufrimientos, no merezco estar al lado de nadie, ni de Emilio, ni de Ilna, ni de Inés, ni de… Lyna…, sólo soy un monstruo consumido por su pasado, lo mínimo que me haga sentir mal, sólo estallare y no me sabré controlar, me conozco como soy, el más mínimo enojo sólo me hará ser la persona que menos me gustaría ser…»
Sosteniendo con fuerzas su mano izquierda con la de Lyna, está se da cuenta del cambio de temperamento de Alessio.
«…Soy una persona inestable, sólo sirvo para alejar las persona de mi, es por eso…, por eso que paro solo, por mi rostro y presencia nadie se atrevería a conocerme por siempre estar enojado…», resentido y diciéndose las cosas que el pensaba de si mismo, consumido en su enojo, siente como si alguien estuviera encima de el y chocara parte de su suave pecho en su rostro.
— N-No se que es lo que pasará por tu mente… —Decía casi abrazando a Alessio e intentando despegar poco a poco su mano derecha de su frente—. …Pero cualquier cosa que pases o lo mal que te sientas. —Observa los ojos de Alessio—. Estaré ahí para escucharte, como tu lo haces conmigo. —Acaricia su cabello.
— Ly-Lyna… —Observando su ojo celeste resplandeciente, intenta desviar la mirada. —No, no merezco tu amabilidad…
— ¿Por qué no?
— No me conoces, por el mínimo enojo o frustración que sienta sólo estallaré…, y hará que mi enojo me consuma…, y tal vez diga cosas o haga algo que no quiera.
— Pues, ahora se algo de ti. —Decía jugando y acariciando su cabello con una compresible voz que resaltaba con su personaliad calmada.
— No, no debe ser algo que te haga feliz, sólo…, soy un tonto…
— ¿Pero que hay de malo enojarse?, de sentirte frustrado… —Decía acariciando su cabello con suavidad.
— ¿Q-Que hay de malo…?
— Somos seres humanos, a veces no podemos aguantar sea un enojo, una tristeza, o algo que nos haga sentir que no podemos más…, no voy a decirte que sigas así, puede parecer tonto, pero cuando estas así tengo más oportunidades para acercarme a ti, de abrazarte, de acariciarte…
— …
Sin ni una respuesta de Alessio, se da cuenta de lo embarazoso que fue decir eso, pero por más que quisiera negarlo o dejar el tema, viendo la situación, no podía contenerse y seguir hablando para hacer sentir mejor a la persona que aprecia.
— S-Se que es una estupidez…, pero hay una cosa que no lo es… —Con sus suaves palabras, suelta la mano izquierda de Alessio y lo abraza suavemente. —Que cada día se más del chico que me dio la oportunidad de conocerlo y la amabilidad que tanto buscaba, si tienes algo que decirme, estaré encanta de escucharte, de oírte. —Observa a Alessio—. Así que no te pongas así y cuéntame lo que tengas que decir Alessio.
Esas palabras, palabras que hacían calmar su amargo ser, hacían que se tranquilizara y la viera sin quitar de vista su ojo.
— Lyna…
— No te preocupes, estoy aquí para escucharte, dime que es lo que te hizo sentir así, no ocultes ese sufrimiento sólo para ti, compártelo conmigo. —Acaricia su cabello.
— No, no quiero que sepas lo que hice…
Negando en decir lo que hizo con Inés, pensando que si le contara comenzaría a verlo de manera distinta y cambiaría su amistad con ella, Lyna sostiene su mejilla suavemente y le dice con sus suaves palabras.
— ¿Hacer que?, no te contengas en contarme tus sufrimiento, tus miedos, cuéntamelos, no te juzgare o dejaré de verte de otra manera, para mi eres y serás Alessio, el chico que hace que mi tiempo pase con calma y seguridad. —Decía con suavidad para que Alessio calmada su peso y se sienta más seguro en contar esa cosa que le hacía sentir así.
— ¿Por qué dices esas cosas…? —Decía con un vacío en sus ojos, pero las siguientes palabras de Lyna hacen que vuelvan a iluminarse.
— Aunque todo lo que te he dicho hace que me avergüence, veía que era el momento en decírtelo y que lo sepas, e igual que yo, puedes decirme cualquier cosa sin miedo, es por eso que estamos aquí los dos juntos, para hablar, para conocernos, olvidar todo y disfrutar de contar nuestras cosas, problemas, secretos…
Mientras más hablaba, su tono de voz se hacía más suave como una pluma chocando en los oídos del confuso Alessio.
— No te obligo que me cuentes algo que no quieras, lo respetaré, pero aunque me contradiga.., quiero saber tus miedos, tus preocupaciones, o ye-yendo un poco más íntimo…, t-tus gustos más personales. —Decía avergonzada.
Las palabras que decía Lyna, Alessio sentía la confianza y la gran voluntad que tuvo Lyna en decirle esas cosas que calmaba sus confusiones del momento, realmente tuvo un gran coraje en decir todo ese discurso, ¿por que no haría lo mismo Alessio?
«Si, no debo temer en decirle lo que pasó con Inés, aunque ella diga que no cambiaría la forma en como me ve, quien sabe lo que pueda pasar…»
Habiendo pensado que Lyna sería como las demás personas que conoció en su otro mundo, todo lo que le dijo hizo que agarrara un poco de fe, haciendo que suspira un poco y al querer decirle lo que paso, al observar su lindo ojo celeste que chocaba con los suyos, creaba una fuerte confianza que nacía en su ser.
— Bueno…, no se como te lo tomaras…, pero… —Tomándose unos segundos para pensar en lo que quiere decir, le dice. — …La cita no fue tan bien como digamos…, desobedecí una orden de Inés, le di incomodidad, la hice enojar y le dije algo que no debía haber dicho.
— ¿Y esa cosa sería…?
Ahora venía la parte difícil, no sabría como se lo tomaría al escuchar las palabras que le dijo a Inés, asi que traga un poco de saliba y suspira.
— L-Le dije q-que era una maldita egoísta que sólo piensa en ella misma y tal vez la hice sentir mal. —Arrepentido, intenta desviar la mirada, pero Lyna lo sigue observando y le pregunta.
— ¿Cuál fue la razón para que le dijeras esas duras palabras?
Ahora acorralado, no tenía más que contarle lo que pasó.
— Bueno, todo comenzó con ese libro. —Señala el libro que estaba al otro lado de la mesa—. Yo le tenía que ayudar a llevar los libros hasta la mesa para que ella lo empacara, al llevar los últimos 15 libros, ya al acabar, veo ese libro y era nada más que el libro que me prestastes, me enojé un poco al verlo ahí y que ella lo haya tomado sin permiso, así que intente convencerla pero era inútil, sólo comenzamos a discutir y explote, haciendo que le diga esas palabras.
— ¿Pero cual fue la razón por la que te enojaste a parte de que lo haya tomado sin tu permiso? —Acariciaba su cabello para que pudiera contarle con seguridad.
— Tan sólo saber que el libro iría a otro lugar y no poder cumplir con la promesa que hice contigo, me frustraba al no poder leerlo cuando aprendiera a leer, le dije esto a Inés, pero sólo me respondió diciendo que cursilería era eso, y así comenzamos a discutir…
Ahora diciendo lo que pasó, en sus ojos se mostraba arrepentimiento y vergüenza, pensando que Lyna le llamaría la atención pero esta le responde suavemente.
— Sabes…, me hace muy feliz que quieras mantener nuestra promesa, no sabes como haces que mi corazón lata cada vez que dices algo bonito, pero por lo que veo en tus ojos, te sientes arrepentido por lo que haz dicho. —Dice observando sus ojos decaídos—. Me parece muy lindo de tu parte que te sientas arrepentido por lo que dijiste, la señorita Inés puede ser algo dura a veces, pero ella es una persona fiel a su trabajo, así que sólo debías de haber seguido lo que ella te dijo que hicieras.
— Si… pero no quería dejar tu libro sin haberlo leído, esa promesa es muy importante para mi, ese sería el primer libro que leería después de saber leer, en como me lo resumiste esa vez supe que también es muy importante para ti…
Sintiendo el peso de no poder cumplir la promesa con la chica que lo salvo dos veces y la comodidad que le otorgaba, era lo menos que el podía hacer por ella para pagarle por todo lo que ella hacía por el, pero por ese pensamiento que bloqueaba sus espectativas de lo que pensaba Lyna de el, esta le responde.
— Lo se, no sabes cuanto me alegra oír eso viniendo de ti, pero también hay otras personas que les gustaría leerlo, no dárselo sería muy egoísta de nuestra parte. —Suelta a Alessio y se dirige a traer el libro.
— Si, tienes razón, esa persona podría aprender y disfrutarlo…, sólo he estado pensando en mi mismo que en como se sentiría esa persona si no recibiera ese libro.
— Así es, pero puedes cambiar eso. —Dice acercándose a Alessio.
— ¿Cambiarlo…?
— ¡Si!, saber que sientes lastima de tus errores y pensar en como se sentiría esa persona es muy bonito de tu parte.
Al acercarse, le da en sus manos el libro a Alessio, haciendo que este alze la mirada.
— Aún puedes cambiar ese sentimiento, disculparte con Inés y devolver el libro para que esa persona esté feliz, haciendo esto podría cambiarte no sólo tu humor, si no también de ellos.
— Si pero…, si no mal recuerdo aún no lo has acabado de leer, y quien sabe, nunca podré leerlo y nunca sabremos el final…
—: Si…, lo se, tal vez no sepamos el final, pero… —Pone su rostro en el cabello de Alessio y lo abraza cerrando sus ojos—. …El final que yo puedo darle es cuando el destino me llevó hacia ti. —Decía abrazándolo y acariciando su cabello—. Así que no te preocupes, dedícate a disculparte y a devolver el libro, es lo mejor que puedes hacer para que te sientas mejor contigo mismo. —Decía mientras daba las últimas caricias y se sienta a su costado.
— Si…, tienes razón, es lo mejor que puedo hacer. —Sosteniendo el libro y dejando sus lamentos atrás, observa a Lyna. —¡Después de que acabe tu delicioso almuerzo iré a devolver el libro y me disculpare con mi cita! —Ahora con el mismo carácter característico que Lyna conocía de el, no evita mostrarle una sonrisa.
— ¡Ese es el Alessio que conozco!
— Bueno, ¡A comer!, ¡Hum!, ¡Que rico! —Decía mientras masticaba.
«Aunque sepa que te pone triste dejar el libro que tanto quieres, me pone muy feliz lo especial que es para ti…», se decía mientras alzaba su mano derecha hacia su pecho. «… el libro que tanto me gustaria leerlo junto contigo, pero aunque eso no pase, me basta con tan sólo escuchar tu linda voz y el calor que desprendes cada vez que estoy a tu lado», Observa a Alessio masticar. «Eres muy tierno cuando comes, quisiera que estos momentos sean eternos y disfrutar de tu presencia cada momento hasta el fin de mis días.»
Y así, gracias a las suaves y calmadas palabras de Lyna, hizo que los sufrimientos y pesos de Alessio sean apartados de su mente y ahora tenga el objetivo de corregir lo que hizo.
— ¡Que rico estaba! —Decía al acabar su almuerzo.
— ¡Me alegra que te haya gustado! —Se levanta de la silla para recoger los cubiertos.
— Muchas gracias por el almuerzo Lyna.
— No hay de que, todo sea para tu comodidad.
— No, enserio, también gracias por las palabras que me dijistes, fueron el postre perfecto, me sirvieron de mucho, gracias de corazón. —Diciendo esto, se alza y observa lo feliz pero también avergonzada que estaba.
— Só-Sólo dije lo que mi corazón quería decirte y que era lo correcto que hagas… —Algo sonrojada de la emoción, siente como una dura pero suave mano acaricia su cabello—. A-Alessio… —Dice confundida por su gesto inesperado.
— Este es mi parte de agradecimiento, sigue así Lyna, eres la fuente de mi felicidad. —Decía con una sonrisa con un pulgar en alto mientras que Lyna tiene la mirada hacia abajo de la vergüenza, aunque apreciara ese gesto, no sabia como reaccionar, asi que le vuelve a repetir lo que tenía que hacer.
— N-No te olvides lo que tienes que hacer…
— ¿Lo que tengo que hacer…? ¡Oh claro!, tienes razón. —Antes que dejara de acariciar su cabello, le dice con entusiasmo—. Gracias Lyna, ¡eres la mejor!
Sosteniendo el libro, se dirige hacia la puerta y antes de irse, observa a la chica que le dijo esas palabras de motivación.
—Ya vuelvo, ¡nos veremos más tarde!
Al terminar de despedirse, observa como esa bella chica de cabello blanco lo observa sonrojada pero con una humilde y hermosa sonrisa que desprendía de su rostro sin despejar su mirada de el, viéndolo de una forma distinta y responder su despedida con una relusiente sonrisa como el tono de su piel.
— ¡Cuídate Alessio!, ¡suerte! —Decía al verlo salir de la habitación.
Al ver que ya no estaba, vota un suave suspiro y se dedica a llevar las cosas sin antes decir lo que no podría decirle delante de el.
— Te quiero mucho…, Alessio. —Decía tocando su pecho para calmar los pulso de su corazón cada vez que sentía sus sentimientos hacia el chico que le dio la oportunidad de conocer y saber más de ella, y ofrecerle la humildad y respeto que nadie le mostraba, no como una sirvienta, si no como una persona, su amiga.
Caminando en los largos pasadizos, motivado por las dulces palabras de la sirvienta, era más que suficiente para que el arrepentimiento que sentía fuera apartado y un nuevo objetivo estaba en sus ojos; al estar cerca de la biblioteca se detiene y toma un respiro.
— Bien, hmm…, no se cuántas veces voy a detenerme antes de abrir una puerta, sólo es una disculpa, aunque lo que más me pone nervioso es el rostro de enojo de Inés, pero viendo como es su carácter, no creo que me perdone así de fácil, pero es mejor que nada.
Abriendo suavemente la puerta sin perder más tiempo, asoma su cabeza y entra despacio y mira ambos lados.
— ¡INÉS!, soy yo, Alessio. —Decía para que supiera que había llegado—. Que silencio.
Al cerrar la puerta y caminar hacía donde supuestamente estaría Inés, grande fue su sorpresa al no ver ni un rastro de ella.
— Era obvio que no se iba a quedar todo el día aquí esperándome, pero veo algo diferente en este lugar. —Observando bien su alrededor, había algo que faltaba, como si un cúmulo de cosas habría desaparecido. —No me digas que…
Al recordarse que el cúmulo de cajas donde Inés había guardado los libros no estaban, no hizo más que salir de la biblioteca y buscarla con prisa.
«Mierda, tengo que encontrarla rápido, no puedo dejar este libro sin que llegue a su dueño, es mi culpa, me dejé llevar por mi egoísmo, sólo pensé en mi, no pensé en como se sentiría la persona que querría este libro, no pensé en las palabras que te decía, la incomodidad que te provocaba, soy una pésima cita, todo sólo para saber sobre esa puerta, sobre la magia, mi curiosidad y egoísmo provocó esto, soy culpable de esto, ¿Dónde rayos estarás?].
Buscando y buscando por pasadizos, cuartos e inclusos baños, no encontraba ni un rastro de ella, hasta el punto de ir con Lyna a preguntarle pero no sabía donde estaba, decepcionado en no haber encontrado a Inés, observa el libro y camina en unos de los largos pasadizo.
— No se cuanto tiempo llevo buscando a esa chica, además que es difícil buscar a tan sólo una persona en una enorme mansión como esta, como si se tratara de una aguja en un pajar; si tan sólo hubiera sabido que podía alquilar este libro podría haberlo hecho, aunque a decir verdad, no tengo ni siquiera dinero para comprarme una canica, así que de todas formas, aunque si lo hubiera sabido no podría haberme dado el lujo de alquilármelo, sin olvidar que le debo dinero a Lyna, aunque a ella no le importe, no me gustaría comenzar mi nueva vida en este mundo endeudado; tal vez cuando venga Emilio le pida si puedo trabajar en algo, tal vez pueda ser un nuevo sirviente para esta mansión ya que veo que falta personal, aunque me resulta humanamente imposible que Lyna se encargue de toda esta mansión ella sola, una ayuda no le vendría mal.
Caminando y pasando por uno de las grandes ventanas, voltea su mirada y observa el enorme jardín, era tan bello que era imposible dejar de observar el hermoso jardín verdoso lleno de flores y árboles, si tuviera la oportunidad podría ir a acostarse bajo un árbol y sentir la fresca tarde bajo las hojas de primavera, o eso era lo que aparentaba el clima de ese día.
-Que bonita tarde, es un buen ambiente para estar afuera y respirar. —Decía observando las afueras, pero unos dos cabagones con carruaje que se iban de la parte trasera, hacen interrumpir su mirada. -¿Cabagones…?, ¿de donde salieron?
Intentando ver la procedencia de donde habían salido, observa como por debajo donde estaría la salida trasera, ve como otros dos cabagones estaban quietos y como algunos señores estaban cargando por lo que se suponía que fueran las cajas donde estaban los libros que Inés había guardado en los carruajes.
— ¿Esos no son las cajas que estaban en la biblioteca…?
Mientras que el penúltimo cabagon se iba, pudo observa a Inés y al señor Velleda juntos al lado del último cabagon, donde Velleda estaba observando una lista e Inés no mostraba ni un signo de emoción más que estar ahí quieta.
— Así que ahí estabas, tengo que ir rápido antes que sea tarde. —Decía mientras aumentaba su velocidad pero sin quitar su vista a ambos, pero antes de llegar a las escaleras, observa como poco a poco el señor Velleda se ponía alterado y aunque no escuche nada, puede ver que no es una agradable situación, pero a pesar de eso, aunque Inés haya dicho unas palabras, Velleda continúa llamándole la atención. —¿Qué rayos le estará diciendo…?
Parado e intrigado por saber que es lo que está pasando, observa como Inés alza hasta su codo de su mano derecha su túnica y lo extiende hacia Velleda, y este, desde la lista que sostenía, saca una regla gruesa de madera, y sin remordimiento, sostiene la mano de Inés y le da 5 fuertes golpes en el brazo descubierto de Inés, y esta, aceptando su castigo, no muestra ni un signo de dolor, haciendo que Alessio se sorprenda y quede confundido por lo que acaba de pasar.
— ¡De-desgraciado…! —Enojado por lo que acaba de ver, baja rápidamente para darle su merecido a Velleda, aunque por más rápido que bajara, al llegar al primer piso observa a Inés entrando a la mansión, quedando perplejo y preocupado.
— I-Inés… —Decía mientras ella cerraba la puerta—. ¿Te encuentras bien? —Su preocupación no se hizo esperar y sin ni un signo de emoción tan característico de ella, le responde.
— ¿Así que lo viste?
— Eh…, Si…
— No te preocupes, no es de tu incumbencia.
— ¿Cómo quieres que no me preocupe?, te dio 5 golpes con esa gruesa regla, ¿debe dolerte no?, voy a llamar a Lyna para que preparé una bolsa con hielo… —Preocupándose por Inés, esta le interrumpe con signos de rechazo, como si le diera igual su ayuda.
— Dije que no es de tu incumbencia, me lo merecía y ya, lo hecho ya está hecho, y dime…, ¿Por qué tienes aún ese libro en tus manos?
— Oh, quería devolvértelo y que vaya a la persona que lo alquiló.
— Así que cambiaste de opinión.
— Aunque me duela tengo que aceptarlo, así que te lo entregó y quisiera que vaya a su dueño y que sea feliz.
— ¿Qué sea feliz?, pienses como lo pienses, veas como lo veas, nosotros a los que nos encargamos en esto no nos interesa que es lo que sientan los clientes, mientras que cumplan con las fechas de retiro y paguen es lo que importa, los sentimientos y emociones sólo retrasan mi trabajo, además, ya es muy tarde, esa persona no tendrá ese libro.
— ¿C-Como que no?
— El último cabagon para entregar los libros se fue hace poco, tu oportunidad se fue, sólo acepta tu error y ya, no busques más soluciones.
— No, no…, debo entregarlo…
— ¿Acaso escuchaste lo que dije?
— Si tomo un cabagon, lo más probable es que los alcance…
Con sus expectativas altas y corregir lo cometido, no se da cuenta del llamado de Inés, por lo que esta le grita para que vuelva a la realidad.
— ¡Alessio!
— ¿Eh…?
— Dime, ¿Por qué quieres entregar ese libro con tantas ganas?
— Para hacer feliz a la persona que lo alquiló…
— ¿Ese es el motivo por el cual quieres salirte con la tuya y no aceptar tu error?
— ¿Salirme con la mía?, creo que te estás equivocando, sólo quiero hacer lo correcto.
— ¿Lo correcto?, si, no te niego que sea lo correcto, pero dime, ¿cuál es tu motivación para hacerlo?
— ¿Mi motivación?, me avergüenza decirlo, pero la persona que tanto aprecio y la mejor compañía que tengo me dijo las palabras que necesitaba para saber que es lo que tengo que hacer, así que ahora lo tengo claro, y se lo que tengo hacer, primero, darte mis disculpas por lo que te dije antes, y segundo, tengo que dar este libro a esa persona para que pueda disfrutarlo, puedo esperar a que vuelva el libro a la biblioteca, y esta vez, te lo alquilare, pero sobre todo esto y repito, te pido perdón por lo que te dije, me arrepiento por esas duras palabras que te dije, lo siento.
Arrepentido pero motivado por las palabras de la chica que le dio las fuerzas para hacer lo correcto, estaba dispuesto a ir a donde fuera por tan sólo entregar ese libro.
— ¿Así que ese es tu motivación? —Pregunta Inés.
— ¡Si!
Pensando que esas palabras le haría entrar en razón, se olvido que ella es todo lo contrario a lo que el piensa.
— Que pésima forma de insultar mi trabajo.
— ¿Eh?
— ¿Devolver algo sólo para sentirte bien?
— ¿Co-como?, ¿de que estás hablando…? —Viene interrumpido.
— Como mencioné antes, no interfieras tus sentimientos en mi trabajo, sólo lo retrasas.
— ¿Retrasar?, tal vez si pero veo que eso no te afecta, yo sólo lo solucionare y verás que…
— ¿Ver que?, ¿ver como no tienes voluntad propia y esperas que alguien te diga las cosas para que lo hagas?, no te detendre, si quieres ir a llevar ese libro y hacer sentir bien a esa sirvienta, hazlo, no me incumbe, pero no te burles del trabajo que me mantiene viva como si fuera un juego al que puedes tratarlo como quieras.
Mostrando signos de enojo y peso, hace pensar bien a Alessio con lo que quiere hacer, siendo una decisión muy dura si ir o no, mostrando confusión en sus ojos, Inés lo observa y sigue su camino hacia las escaleras y se detiene antes de subir.
— Te espero en la biblioteca, hay cosas que hacer, pero eso si, no digas ni una sola palabra, sólo sigue mis instrucciones y ya, ya has hablado suficiente. —Dice enojada al observar a un Alessio silencioso y quieto, como si estuviera analizando sus palabras.
Sin hacer caso lo que el sentía, sube las escaleras dejando atrás a un pensativo Alessio, al estar en un punto donde nadie le vea, alza su manga y observa las marcas de todos los reglazos que había recibido y las marcas que se habían quedado de años anteriores, si no fuera que no le hubiera dado otro más, lo más probable es que hubiera comenzado a sangrar, así que frota suavemente sus heridas y camina hacia la biblioteca en el anaranjado atardecer que iluminaba el lugar.
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Comments for chapter "15"
QUE TE PARECIÓ?
Primero que nada, olvida el comentario del capitulo anterior (el 14 xD) acá ya se explicó porque no rentó el libro xD.
Como siempre Lyna siendo lo mejor de lo mejor, la perfección de la perfección, la diosa de los dioses! ¡Que gratificante es un buen consejo cuando lo necesitas, dicho con cariño, amor y por supuesto con una Lyna de por medio! Excelente personaje, todos lo son. Excelente historia, le voy a poner las 5 estrellitas :3 yyy bueno ya no hay más caps publicados 🙁 a esperar el siguiente entonces T.T
¡Gracias por compartir tu historia bro! 🙂
Es que Lyna, es que Lyna siempre es la mejor xdxd
Muchas gracias por haberlo leído, colega, te lo agradezco de corazón ^^
A mi modo de ver, Alessio se siente arrepentido por lo que le dijo a Inés, aunque ella se lo merece por la forma como lo trata y critica.
Alessio como siempre tiene mucha voluntad y es la potencia que no cualquier ser humano lo tiene, esa voluntad que le mueve a hacer una cosa. En este caso para corregir y hacer algo bueno para que la otra persona se sienta bien.
Igual veo que siente abrumado emocionado por momentos ☜(⌒▽⌒)☞
Bueno, hacer enojar a una persona que ya te habla mal y que te mira con enojo no es una buena combinación en el que una persona le gustaría afrontar… Muchas gracias Mari por comentar, ten un buen día ^^
Alessio: solo harás que me sonroje 😳
Yo: Siii, unos capítulos mas y hay boda 💫🎊
No lo digo yo, lo dice la ciencia XD
Este capitulo vuelve a recalcar que si tienes un mal día, una comida deliciosa lo cura todo 💖
Eso mi reina 👏🤧 a los hombres se les gana con la comida jajaja
Buen cap ^^
¿A quién no le alegra el día al comer algo delicioso? A mi sí xd.
Muchas gracias por leer el capítulo, Carito, te lo agradezco infinitamente <3
Este capítulo fué algo especial ^^
Y pues si, a quien no le alegra la comida 👀 huyy comida 🤤
Y de nada, estamos para apoyarnos y sigo con mi lectura nocturna ^^
Lyna salvando la situación, diciendo lo que comente en el capitulo pasado pero a su forma, Alessio debe conocer sus limites y no interferir en esas cosas, el es nuevo y no tiene autoridad para regir sobre los demás y imponerles su ideología, seria como que un primo lejano venga a tu casa y te este criticando todo lo que hacen normalmente , se sentiría incomodo y por eso entiendo a Ines y Iina aunque no es la forma de tratarlo pero tampoco alguien se podría quedar callado si intentan inmiscuirse en su forma de vida , que buen que Alessio este madurando un poco y se de cuenta sobre el garrafón que hizo en el capitulo pasado pero bueno acepto su error y tiene que afrontar las consecuencias, el castigo de Ines se debió tal vez a su culpa y que deberá cargar con que le quito a un niño la esperanza de leer el libro que quería por ser un egoísta y no buscar soluciones de manera calmada, veamos como evoluciona!!
Gracias por el comentario!
Wooow..! Debo resaltar la manera en q le das personalidad a tus personajes, pese q pueden ser estereotipados le das cierta profundidad q se sale de la regla misma, cosa q es agradable ver.
Me dio hambre cuando describiste el asado de pollo con puré de papa 🤤.
¿De dónde Lyna sacó esa madurez? SIempre la tuvo y no la demostró o fue motivada por el cariño que siente por Alessio. Bien Inés diciéndole verdades al patético de Alessio, lo único que no me gustó fueron los reglazos hacia ella, era mejor si le partían la cara a Alessio;)