Bajo Mi Mente En Otro Mundo - 18
Los sonidos de los pájaros se escuchaban en la fresca mañana, no había nada mejor que escuchar eso y dormir con tranquilidad, aprovechando que no estaba su gemelo para molestar esa agradable siesta podía dormir hasta la hora que le plazca, pero ya no era necesario que él estuviera ahí para que se levantara, al estar dos semanas en ese mundo y levantarse temprano cada día para su entrenamiento se había vuelto algo habitual, por lo que se levanta y observa su alrededor extrañado.
— Uhm…, supongo que aún no viene… —Decía Alessio al saber que su gemelo aún no había llegado, por lo que se vuelve a acostar en su cama y se pone a pensar lo que pasó en el día anterior.
— Que mal, fue un día muy agotador, a pesar de que me haya disculpado, no pude regresar el libro a la persona que lo ordenó…, aunque haya tenido la voluntad de querer devolver el libro… —Recuerda la cara enojada de Inés—. Esa mirada solo hacia cuestionarme si realmente era lo correcto…
Al estar pensando sobre lo que paso el día de ayer, era normal que se sintiera así, por su culpa Inés había sido castigada y más aún la hizo incomodar, todo esto estaba fuera de sus planes al haber querido socializar y llevarse bien con ella, lo único que había provocado era todo lo contrario de lo que quería hacer.
Mientras se queda ahí acostado en su cama observando el techo blanco, alguien toca su puerta interrumpiendo sus pensamientos.
— Tal vez sea Lyna…, ¡YA VOY! —Reclama al alzarse de su cama para abrir la puerta.
«Bueno, al menos la presencia de Lyna podrá calmar este sentimiento amargo, es agradable tener a alguien con quien confiar.», pensaba con una sonrisa que calmaba sus lamentos, así que, al abrir la puerta, se topa con la persona que menos se esperaría ver.
— Veo que dormiste más de lo que debiste. Son las 10 de la mañana, vístete rápido y comencemos a trabajar. —Sin decir unos buenos días, era Inés la que le atendió a primera hora del día, dejando sin palabras a Alessio.
— Oh…, eres tu Inés…, bueno…, al no estar Emilio me quedé dormido…, muchas gracias por el aviso.
— Cámbiate, hay mucho que hacer el día de hoy, te espero en la biblioteca.
Sin decir más, se da la vuelta y va hacia la biblioteca, su aparición inesperada y su característica cara seria no era una novedad, pero había un pequeño cambio que se percató Alessio, no tenía el mismo tono enojado como días anteriores, en cambio, era un tono serio sin mayor misterio.
Al escuchar la orden de Inés, este no tiene más que hacer caso, por lo que se pone su típica ropa con su chándal y baja a tomar su desayuno, al bajar y abrir la puerta, observa su desayuno servido, pero como sucedió unas semanas atrás, no vio por ni un lado a la sirvienta, por lo que extrañado toma su desayuno y al terminar limpia sus cosas.
«De seguro me estuvo esperando, ¿qué raro que Lyna no haya querido levantarme…», decía al secar los trastes.
— Listo, ya está, debo ir donde Inés…
Dejando las cosas ordenadas, sale de la cocina y camina por los largos pasadizos, se podía apreciar que iba a hacer otro hermoso día, pero al estar caminando, observa una puerta abierta, no le da tanto misterio por lo que intenta pasar sin darle mucha importancia, pero curioso para ver que había ahí, observa un cabello blanco siendo iluminado por la luz del día y como la suave brisa chocaba en su rostro y su cabello, no cabía duda que era Lyna sentada en una silla cruzando sus manos, esto hace extrañar a Alessio y se la queda observando, parecía que ella no sentía la presenciar del chico, por lo que sigue haciendo una cosa extraña nunca antes vista por él.
Al no poder ver si realmente tenía sus ojos abiertos o cerrados ya que la única parte que podía ver era la zona de su largo cabello que ocultaba su ojo derecho, la duda le crece más aún cuando ve que un pequeño brillo sale de sus manos cruzadas, parecía como si estuviera rezando a alguien, o eso es lo que pensaba Alessio sorprendido por lo que estaba observando, cada vez ese brillo se hacía un poco más intenso y un suave suspiro sale de la chica al transformar ese brillo que sobresalía de sus manos a unas pequeñas bolitas que brillaban y salían flotando de la ventana, volviendo a la realidad, siente como si alguien la estuviera observando y voltea al verlo con una mirada de confusión y preocupación, pero al ver que era el chico que tanto apreciaba ese sentimiento naciente se calmaba.
— Eres tú, Alessio, ¡Buenos días! —Dice con una sonrisa y se levanta de la silla y lo acomoda.
— Buenos días, Lyna…, ¿puedo hacerte una pregunta?
— Claro, ¿Qué sucede?
— Ese brillo que salía en tus manos…, ¿Qué era?
— ¡Oh!, ¿¡L-Lo viste!?, pe-perdóname, fue descortés de mi parte dejar la puerta abierta… —Decía avergonzada.
— ¿De qué estás hablando?, no creo que haya sido para tanto…
— E-Es verdad, no sabes lo que es expulsar mana…
— Espera, ¿¡Eso lo que estabas expulsando era mana!?
— Si…, cada ser vivo debe expulsarlo cada cierto tiempo, e-es como si votaras tus desechos… —Decía avergonzada.
— Interesante…
— N-No hay nada de interesante en eso Alessio…, e-es algo privado, lamentó que hayas tenido que ver eso…
Sin aún no haberse dado cuenta que al expulsar mana era como orinar o hacer las heces, Alessio le cuesta procesar esa información, pero no fue después de unos segundos que se da cuenta por lo sonrojada y avergonzada que estaba Lyna.
— ¡O-Oh!, ¡ya entendí!, ¡ya entendí!, discúlpame no llegué a captarlo je, je. —Reía avergonzado.
Realmente tenía una vaga idea sobre el maná, era algo que había escuchado en algunas historias de fantasías pero nunca logró entender, pero sabiendo que si seguía preguntando sobre el tema solo le traería incomodidad por lo que le pregunta otra cosa sin pensar.
— Lyna…, ¿me acompañarías hasta la biblioteca?, Inés me dijo que vaya y creo que ya la he hecho esperar mucho…
— Claro y no te preocupes, fue mi culpa haber dejado la puerta abierta. —Decía al cerrar la puerta de su habitación y sigue a Alessio que había esperado a que cierre su puerta para poder caminar juntos.
— Vaya, realmente no sabía que se podía hacer eso…
— ¿Nunca lo has hecho?
— Que yo sepa no…
— De seguro te tocará en cualquier momento, ¿en todo caso ya desayunaste?
— Claro, estuvo delicioso, aunque me levanté algo tarde, por lo que lo comí frío y ya limpie los trastes, también me quiero disculpar si no me levanté temprano y si te hice esperar.
— Muchas gracias y no te preocupes, al ver que aún no venía el señor Emilio dejé que descansaras un poco más, ¿cómo te sientes?
— Así que me dejaste dormir más de lo permitido, pues digamos que me siento mejor, dormir más horas me sirvió para tener más energías y afrontar otro día con Inés.
— Lamento que no hayas logrado entregar el libro a tiempo, ya habrá otra ocasión, no te preocupes. —Dice con tranquilidad frotando el hombro de Alessio —. Todo irá bien, no te preocupes.
Esas palabras y las motivaciones de Lyna eran suficientes para que pueda otra vez afrontar el día con Inés, por lo que, sin perder más tiempo, Alessio le responde.
— Tienes razón, muchas gracias por darme apoyos a primeras horas del día, no sabes cuánto me ayudas.
— Y tú no sabes lo feliz que me haces. —Le responde con una sonrisa.
— Puede parecer descortés de mi parte, claro, no estás en la obligación de responderme.
— Tranquilo, si es respecto al mana no hay ni un problema, es normal que no lo sepas, es algo vergonzoso, pero si es para que calme tu curiosidad no habrá ni un problema.
— Gracias, pero no me sentiría cómodo que me lo dijeras sabiendo que te incomoda…
— No te preocupes, enseñarte cosas nuevas no es un problema, más bien es una ayuda para que sepas más, a pesar que no pueda enseñarte como maestra por las noches, en mis tiempos libres puedo enseñarte sobre estas cosas.
— Negarme no servirá de nada, así que con gusto aceptaré tus enseñanzas.
— ¡Perfecto! —Exclamaba feliz juntando suavemente sus dos manos de la felicidad.
Aunque no pueda enseñarle por la noche, era una buena idea aprovechar los tiempos que pueda pasar con él en enseñarles cosas, era normal que la sirvienta esté feliz no solo por el simple hecho que haya aceptado su petición, si no que su idea haya sido reconocida por él, no era una chica que daría una idea a cualquiera, la mayor parte eran siempre rechazadas, por lo que ese temor se iba desvaneciendo al pasar del tiempo con Alessio.
Al ver la felicidad que le mostraba Lyna, este tampoco evitó sentirse alegre y le devolvió una sonrisa, parecían grandes amigos caminando por el largo pasillo, pero una presencia a las lejanías con su típica cara seria interrumpe la tranquilidad del chico.
— ¿La que está allá no es la señorita Inés? —Dice Lyna al presenciar a Inés esperando fuera de la puerta de la biblioteca.
— Si, es ella…, maldición…, no sé cuánto tiempo la hice esperar…
— ¿Cuánto tiempo llevas despierto?
— Tal vez no mucho que treinta minutos desde que me desperté.
— No es mucho tiempo, pero tranquilo, todo estará bien, será en otra ocasión que te explicare sobre el maná, ¿te parece bien? —Le responde con una sonrisa.
— Gracias, Lyna.
Al acercarse poco a poco a la biblioteca, se puede observar como Inés los veía con seriedad, no sabría cómo reaccionaría al ver que trajo a la sirvienta, lo más seguro es que esté pensando que siempre necesita de ella para afrontar sus nervios, cosa que no estaba equivocada.
— Al fin llegas, ya has tardado más de lo que debiste. —Dice Inés observando solo a Alessio.
— Buenos días señorita Inés, siento mucho que el señor Alessio haya llegado tarde, fue mi culpa no haber estado ahí para levantarle temprano y haberla hecho esperar, no volverá a pasar. —Dice Lyna inclinándose al defender a Alessio con una tonalidad distinta que reflejaba su carácter como sirvienta, dejándolo confundido.
— Hum… —Observa con seriedad a Lyna, era de las pocas veces que ellas interactuaban, y cuando lo hacían era siempre muy incómodo, cosa que Alessio se dio cuenta—. Que no vuelva a pasar, entra, no hay más tiempo que perder.
Al inicio parecía que Inés iba a decirle algo más a la sirvienta, pero no dice más y entra a la biblioteca dejando a ambos solos.
— ¿Por qué me defendiste? —Pregunta Alessio a Lyna después que Inés haya entrado a la biblioteca.
— Fue mi culpa no haberte levantado temprano, no te preocupes Alessio, solo céntrate en hacer bien tu trabajo, ¿sí? —Levanta su mano para que chocara con las suyas.
— Entiendo, ¡daré lo mejor de mí! —Chocan sus manos. —Bueno, voy entrando, nos vemos más tarde.
— Claro, te prepararé un especial y delicioso almuerzo, ¡te gustará mucho!
Ahora sin más que decir, Alessio toca la manija de la biblioteca y se despide de la sirvienta a la par que ella se despide con las manos en alto, devolviéndole el gesto, al entrar a la biblioteca, observa a Inés acomodando algunos libros, por lo que no tiene más que acercarse a ella y preguntar.
— Hola, Inés, ¿Qué vamos a hacer el día de hoy?
— Hasta que entraste, haremos lo mismo que ayer.
— ¿Hoy también tendremos que entregar libros?
— Claro que no, solo vamos a ordenar algunos libros, después tendré que guardar unos documentos del señor Velleda, nada en especial.
— Ya veo…, ¿Por dónde empiezo?
— Ve a la estantería de allá y me lo pasas para que los acomode.
— Veo que no habrá nada de interesante más que hacer lo mismo…
— Es así este trabajo, o lo haces o te largas, así de fácil, pero en la situación en la que estás y por así decirlo estas bajo a mi cuidado, por lo que no te dejaré que te vayas y no hagas nada.
— Entiendo…
Si hubiera sido unos días antes de lo que sucedió el día anterior hubiera cuestionado su comentario sin problemas pero por todo lo sucedido mejor se quedó callado y siguió sus órdenes por unas largas horas, no había nada de qué hablar, solo había trabajo que hacer, era una situación tan incómoda que no podía soportar más, parecía que a Inés no le afectaba ese silencio, por lo que después de varias horas que parecía que iba a seguir así, Inés muestras signos de querer hablar con Alessio, por lo que le dice:
— ¿Tienes algo que decir? —Pregunta.
— Como…
— Llevas horas sin decir nada, en tu rostro puedo observar que quieres decir algo, dilo.
— Me sorprende que puedas deducir bien las cosas…, ya hasta pareces Emilio. —Dice con tono burlesco, pero Inés no reacciona a su comentario y lo observa con seriedad, haciendo que se dé cuenta que no debía haber dicho eso—. Perdóname, no tenía que haberte comparado con él…
— Lo hecho está hecho, ¿Qué es lo que quieres preguntarme?
— Bueno…
Al entregarle unos libros, se queda callado unos segundos acorralado por sus palabras, era verdad que le quería preguntar algo, ciertamente era relacionado el maná, pero al saber que se trata de algo intimo tal como le dijo y expresaba Lyna, prefiere buscar otra pregunta más adecuada para el momento, su silencio tan largo solo deja confundida a Inés.
— ¿Cómo se llama tu hermano? —Pregunta Alessio después de un largo silencio.
A pesar de esta pregunta un tanto personal que le hizo, parece que no le sorprendió que hiciera esa pregunta.
— Se llama Ron. —Responde con normalidad.
— Ya veo…, ¿Cuántos años tienen?
— Ambos tenemos dieciocho, somos gemelos.
— Vaya…, son un año mayor que yo, ¿Dónde está?
— ¿En serio lo preguntas? —Responde Inés, parecía que esa pregunta le molestaría por la reacción de seriedad que mostraba, la oportunidad de tener una conversación sin enojar a Inés había fallado, haciendo que Alessio se prepare para disculparse, pero una voz seria le responde.
— No se encuentra aquí por ahora, se fue a buscar un Altramista por ti, lo más seguro es que regrese en una semana o dos.
Su respuesta casi calmada hace que Alessio se tranquilice y no tenga por qué disculparse, un peso menos para él.
— Oh, ya me acordé, fue el quien se le ordenó que vaya a buscar un Altramista en mi juicio, lamento que eso tuvo que pasar.
— No te lamentes, lo hecho ya está hecho, ve a recoger más libros, haz y habla al mismo tiempo, muévete.
— Está bien…
Sin más que decir, sigue haciendo lo mismo que estaba haciendo antes, creando nuevamente un silencio incomodo, por lo que sorpresivamente, Inés le vuelve a dirigir la palabra.
— ¿No tienes otra cosa que quieras decirme?
Era raro que Inés quisiera entablar una conversación con Alessio, confundido este intenta entender el porqué de este cambio.
— Digamos que si, pero… —Observa a Inés—. ¿Por qué quieres que te pregunte cosas?, ¿no estás enojada conmigo?
— Claro que lo estoy, pero demostrar mi enojo no nos ayudará a progresar en el trabajo, además, la tarea que se me encomendó era responder a tus preguntas o dudas, por lo que solo estoy siguiendo la orden que se me dio.
Una respuesta digna de su personalidad que resaltaba en ella, esto deja más que satisfecho a Alessio con su pregunta, pero no era la única que tenía, así que aprovechando que podría preguntarle cualquier cosa, pregunta sin precipitarse.
— Tiene sentido, ¿entonces podrás responderme las preguntas que quiera?
— Responderé a todo lo que esté en mi alcance.
— Esta bien, déjame ver…, ¡ya se! —Observa a Inés al mismo tiempo que entregaba los libros—. ¿Me puedes explicar que es el maná?
Sin pensárselo, pregunta lo que más le daba curiosidad en ese día, parecía una pregunta precipitada y lo era dejando un poco incomoda a Inés, cosa que era normal y era algo que se esperaba Alessio, haciendo que Inés alce su seño y cierre sus ojos sin decir nada por unos segundos, parecía que no iba a responder, por lo que Alessio se da cuenta e intenta disculparse.
— Ya veo…, discúlpame por… —Viene interrumpido por la respuesta de Inés.
— ¿Así que quieres saber sobre el maná?
— Si…, pero si te incomoda no pasa nada, podemos dejarlo así…
— Eso es verdad, pero si es para calmar tus dudas no tengo más que ceder a responder.
Dejando claro que, si le daba incomodidad hablar sobre el tema, pero sabiendo que era parte de su trabajo que se le ordenó, no tiene más que responder a su extraña duda, por lo que Alessio la escucha atentamente y curioso.
— El maná es la energía que ciertos seres vivos tienen en su interior, gracias a este podemos usar ciertos elementos de magia e invocaciones, al usar magia podemos expulsar este mana, es como si fuera la energía que nos brinda para usar dichas cosas, consumir mucho de esto nos puede agotar, pero es mejor eso a que se acumule y que nos afecte al cuerpo por no liberarlo, sería como una fuerte fiebre y un mal de cabeza y estómago, por lo que para las personas que no suelen usar magia, cada cierto tiempo deben expulsarlo como si fueran los restos de tu almuerzo pero algo más «espiritual», en resumidas palabras, si liberas magia te cansas, pero al mismo tiempo si no lo haces haría mal a tu cuerpo, por lo que también podrías morir si no lo expulsas por mucho tiempo.
— Interesante…
— Bien, respondí a tu pregunta, lo que me da curiosidad es que hace varios días no sabías de esto, pero hoy comenzaste a saber sobre la existencia del maná, dime, ¿quién fue el que te mencionó sobre esto?
— Bueno, al querer venir hacia aquí encontré a Lyna en su habitación, había un brillo que resplandecía en sus manos, eso me llamo la atención y la observé a escondidas, al parecer no se dio cuenta de mi presencia, pude observar que en sus manos salían unas burbujas o bolas pequeñas de color cristalino que se elevaban al cielo, después se dio la vuelta y se avergonzó al verme.
— Así fue como supiste de esto, es normal que haya reaccionado así, es algo íntimo.
— Lo sé, me costó darme cuenta a lo que quería dar a entender, realmente fue algo difícil preguntarte esto por la misma razón.
— No cabe duda que eres un mirón, pero es lo de menos. —Guarda los últimos libros—. Puedes irte, ya es hora para que vayas a amozar, vuelve en una hora, yo seguiré haciendo unas cosas.
— No es mi culpa que me veas de esa forma, fue solo un accidente, tendré más cuidado para la próxima, entonces…, nos vemos más tarde.
— Si, nos vemos.
Sin decir nada más, Alessio se dirige a la puerta y va directo al comedor, al llegar, presiente un delicioso aroma, no era mentira lo que le dijo Lyna sobre que le iba a cocinar algo delicioso, así que abre la puerta y la observa poniendo los cubiertos.
— ¡Hola, Alessio!, veo que ya acabaste, ven, siéntate, tu almuerzo ya está listo.
— ¡Claro!, ¡Desde aquí huelo algo delicioso!
— Te dije que iba a cocinar algo especial, ¡te gustará!
No había nada mejor que probar el delicioso almuerzo de la linda sirvienta, realmente no era un novedad para Alessio que ella le cocinara platillos exquisitos, tenía una gran suerte que tuviera a alguien que le atendiera tan bien y con cariño, cosa que ni sus tíos hacían por él, más bien, era él que los tenía que atender y cocinar, pero eso no quiere decir en dejarle todo el trabajo a Lyna, cuando puede siempre la ayuda a dejar los cubiertos en el lavadero y si le sobra tiempo los lava y los seca, un gesto que Lyna admiraba demasiado de él.
— ¡Sorpresa!, ¡espero que sea de tu agrado!
Al mostrar lo que había cocinado, como siempre no podía faltar el arroz, pero esta vez iba acompañado de varias jugosas piernas y pecho de pollo al vapor servidas en otro plato, dejándose ver lo bien doraditas que estaban, en otro plato estaba una combinación de verduras frescas y jugosas, en un pequeño plato aparte había un poco de kétchup, siendo este último la creación de Alessio que le enseño a Lyna días atrás, no podía vivir sin el kétchup, siendo un fan de esta crema. En otro plato había unas papas y huevos al vapor acompañado de una crema amarillenta similar a la huancaína peruana, trayéndole nostalgia a Alessio, este último no fue algo que le enseño a Lyna, era algo que ya existía en ese mundo, tomándolo por sorpresa la primera vez que lo probó.
— ¡¿Qué te parece?! —Pregunta contenta al ver la cara de felicidad de Alessio que desprendía un gran brillo en sus ojos.
— ¡Maravillo!, ¡Delicioso!, ¡cómo no esperarme de ti!, siéntate, también debes comer.
— Muchas gracias por tu invitación, ahora vuelto, voy a traer mi plato con un poco de arroz, comerlo junto a ti será muy divertido.
— Lo mismo puedo decir, pero tranquila, esta vez yo seré el que te servirá. —Alzándose de su silla, Lyna intenta detenerlo.
— E-Espera, aprovechando que estoy parada puedo ir, no te preocupes.
— Si, pero viendo que ya hiciste demasiado mereces reposar, déjame servirte tu plato y disfruta de lo que hiciste.
Las palabras que salían de Alessio solo hacía que una agradable felicidad se reflejara en la sirvienta, su corazón latía con tal suavidad que sentía cosquillas cada vez que él era gentil con ella, por lo que sede.
— Esta bien, ¡te esperaré, Alessio!
— ¡Bien!, no tardaré mucho.
Al irse a la cocina y servirle una gran porción de arroz, no se había percatado que ella comía poco, por lo que, al llevarle su plato, esta se queda asombrada por la cantidad que le sirvió, no era tanto, pero si una cantidad fuera de sus límites.
— ¿No crees que es demasiado?
— ¡Rayos!, es verdad, tu comes como un pajarito.
— Tampoco es que coma tan poco, solo que es una cantidad un tanto exagerada de lo que almuerzo generalmente.
— Ya veo, creo que me precipité un poco, si quieres puedo dejar una parte en la olla…
— No te preocupes, si me lleno y tienes más hambre, puedes comerte una parte.
— Comer más de lo que debo solo me haría ser más gordo.
— Eso no me importa, gordo o no seguirás siendo el Alessio que conozco y aprecio. —Le responde con una sonrisa que purifica cada vez más a Alessio.
Dejando el plato que sirvió para Lyna, listos, comienzan a servirse sus presas y su porción con la ensalada, era todo un manjar lo que había en la mesa, al estar comiendo Lyna no evita ver lo feliz que estaba Alessio al probar lo que ella le había preparado, por lo que corta unas de las papas al vapor bañadas con la crema amarilla y se lo da en la boca a Alessio, aunque le avergonzara que lo hiciera, acepta y lo come, trayéndole varios recuerdos cuando comía esa crema en su antiguo mundo y aprovechando el momento, corta una mitad de su huevo al vapor bañado con la crema amarilla y con su tenedor se lo da en la boca a Lyna, siendo el primer gesto que él hace hacia ella, dejándola sorprendida y emocionada, por lo que lo come con suavidad apreciando ese gesto sin ocultar su felicidad.
— ¡Que delicioso! —Exclama Alessio al terminar de comer.
— Sabría que te gustaría.
— No mentías al haber dicho que sería algo especial, gracias por tu esfuerzo.
No cabía duda que el almuerzo que ha hecho Lyna fue todo un éxito, con tan sólo ver la reacción de Alessio como un niño después de haber comido una gran cena de Navidad, estaba muy orgullosa de sus resultados.
— Como piensas que voy a mentirte, hacerte algo especial para ti son de las cosas que puedo hacer por ti sin recibir nada a cambio, con tu sonrisa y tu agradecimiento lo vale. —Le dice con una notable alegría al acomodar los platos con la ayuda de Alessio.
— Es cierto, no hay nada mejor que tu comodidad, déjame ayudarte a llevar todo al lavadero, así podré digerir bien la comida.
— Esta bien, con gusto aceptó tu ayuda, de paso te puedo explicar sobre el maná.
— Oh…, sobre eso…
Ahora pensándolo bien, antes de entrar a la biblioteca Lyna le había mencionado que ella le explicaría sobre el tema, pero a las tentaciones de Inés al darle la oportunidad de que le preguntara cualquier cosa no era algo que podía dejar pasar de largo, así como así, no era un evento que sucediera todos los días.
— … Inés ya me lo contó. —Responde Alessio un tanto apenado—. Sé que querías decírmelo pero dando la ocasión de que Inés me haya dado la oportunidad de preguntarle cualquier cosa, se me vino a la mente preguntarle sobre eso…
Lo único que le preocupaba a Alessio era decirle esto, tal vez eso haría sentir mal a la sirvienta ya que ella quería decirle dicha información, pero parecía que la sirvienta diría unas palabras.
— No pasa nada, no es la única cosa que puedo enseñarte, hay más cosas que puedo darte su significado, pero me alegra que ya sepas algo nuevo, eso merece unas felicidades.
Parecía que no le importaba que Alessio le haya preguntado eso a Inés, no era que le molestara, más bien se sentía contenta que haya aprendido algo nuevo, como una madre al ver a su hijo progresar, aunque como trata a Alessio tendría sentido.
Por lo que, para felicitarlo a su manera, se acerca a él y cargando un par de platos en su mano izquierda, con su mano derecha frota suavemente el hombro del chico.
— Lyna…
— Tu nuevo conocimiento merece ser reconocido, aunque haya sido con un tema algo íntimo, es mejor saber que no saber. —Le responde con una agradable sonrisa.
— Tu igual, gracias por el almuerzo y tu comodidad, no podía pedir más, además, tus esfuerzos también deben ser reconocidos.
Devolviéndole el gesto, pone su mano derecha en el suave y blanco cabello de la chica, frotándolo a la par que ella frotaba su hombro.
Al ayudarle al llevar las cosas y limpiar junto a ella, estos gestos de ayuda hacia latir el corazón de la sirvienta con tal tranquilidad, pero sin que se haya dado cuenta, el tiempo que paso con Alessio estaba por acabar.
— Bueno, mi descanso ya debería de acabar, tal vez Inés está esperándome, muchas gracias Lyna, fue un grandioso almuerzo.
— Igualmente puedo decir de tu presencia, muchas gracias por pasar tiempo conmigo. —Le responde con una sonrisa de oreja a oreja juntando ambas manos hacia adelante, un gesto muy característico de las sirvientas.
— Bien, nos vemos luego, ¡Esfuérzate en tu trabajo!
— Tu también Alessio…
Decía con un notable bajón en su voz, haciendo preocupar a Alessio.
— ¿Sucede algo, Lyna?
— No…., s-sólo que…
De un momento a otro, esa voz que había descendido sin ni un motivo se había vuelto suave y como si se sintiera avergonzada de lo que le quería decir.
— Dímelo, tampoco es que te vaya a hacer algo si me lo dices.
— E-Es que tal vez no nos veamos hasta mañana, y eso me hace sentir un poco mal, sé que tal vez nos podamos encontrar por el pasadizo, pero no podré pasar tiempo contigo…
— Es verdad, al estar ocupada toda la tarde hasta la noche no tendrías tiempo a venirme a ver, aunque si pudieras en la noche Inés siempre va a enseñarme de siete a diez, por lo que se nos haría imposible platicar.
— E-Es por eso que quiero darte algo…
— ¿Darme algo…?
Con esa tonalidad preguntona que podría confundirse como un posible rechazo a su petición, eso es lo que piensa Lyna notándose en su rostro, pero Alessio continúo hablando.
— Pues si viene de ti no habría ni un problema.
Al finalizar su frase, esto daba más seguridad a la sirvienta con lo que quería darle, parecía que era algo muy especial para ella.
— ¿E-En serio?, no te molestaría…
— Para nada, con gusto recibiré lo que tengas que darme, te prometo que lo apreciaré con todo mi corazón.
Con sus afirmaciones que daban más confianza a la sirvienta, era notable lo avergonzada que estaba, para calmar esa sensación jugaba con sus dedos.
— P-Podrías agacharte un poco…
— ¡¿Eh?!
— P-Por favor, sé que es vergonzoso, p-pero así no podré dártelo si no te agachas un poco casi a mi altura.
Al decirse eso, Alessio se agacha, el al medir 1.74 y ella 1.59 era obvio que él era muy alto a comparación de ella, por lo que se agacha hasta poder verla fijamente cara a cara.
— ¿Así está bien? —Responde Alessio.
— hmj…
Sin recibir ni una respuesta más que un sonido de afirmación, ella se queda paralitica, parecía que no haría ni un movimiento, preocupando a Alessio.
— ¿Lyna, sucede algo?, con gusto quiero recibir lo que te tengas que darme, pero Inés me esta…
Sin que se diera cuánta, viene interrumpido por un gesto inesperado, podía sentir como en su mejilla era tocada por algo suave y algo húmedo, no parecía ser algo desagradable, era tan suave que si hubiera estado casi dormido ni cuenta se habría dado, más bien, eso le ayudaría a dormir más profundo.
Pero a tal gesto sin que él se lo esperaba, Lyna se había acercado un poco a él y beso suavemente su mejilla con sus lindos y delicados labios, no dudó más de 2 segundos, pero eran lo suficiente para que Alessio sentiría bien ese gesto.
— A-Ahora puedes irte, s-suerte en tu trabajo. —Decía después de apartar sus labios de la mejilla del chico que tanto apreciaba, y sin decir más se da la vuelta y entra a la cocina, dejando a solas a un Alessio confundido.
— Lyna… —Decía al seguir estando agachado tocando la zona donde la sirvienta lo había besado, una acción tan inesperada que ni se hubiera esperado.
— ¿Entonces esto es lo que querías darme…? —Con una sonrisa, se alza y dice en voz alta para que Lyna lo escuchará desde el comedor—. ¡Muchas gracias por todo!, ¡Eres la mejor!
Sin recibir ni una respuesta, era obvio que no le respondería por lo avergonzada que estaba, por lo que contento y con las motivaciones en alto, se dirige hacia la chica seria.
En cambio, Lyna había escuchado con atención las palabras del chico, estaba escondida atrás de la puerta, su corazón palpitaba tan rápido que aún le costaba creer lo que había hecho, para ella era el siguiente paso, cosa que se sentía orgullosa y que se lo haya tomado bien, por lo que toca con suavidad sus labios y recuerda la sensación de tocar la piel del hombre que poco a poco comenzaba a sentir algo, haciendo ver una notable sonrisa de gran felicidad al poder por fin sentir algo por alguien y que esa persona lo aprecie tal como ella es, cosa que nunca había experimentado más que en las historias que ella leía.
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Comments for chapter "18"
QUE TE PARECIÓ?
Igual me gustó la explicación del maná y curiosidad, una explicación divertida.
Ohh que gran demostración de aprecio y es que ese acto de Lyna le produjo esa sensación de ingravitez! (。♥‿♥。)
Lyna una loquilla en hacerlo con la puerta abierta, espera, eso sonó raro xdxd
Jajaj Alessio pensaba que era Lyna… pero luego su decepción cuando vio que era Inés😔👌 asi que Alessio mide mas que Lyna, jajaj y yo que oensaba dibujarla mas alta que él, jejej es buebo saberlo 💫💖
Y ahhhhhhh 💖💖💖💖👌 jajaj el ship se hizo cannon señores, se hizo cannon, no necesito más.
Hay… Que dicha para estar vivo
Pues Lyna mide unos 1.59, mientras que Alessio mide 1.74, así que sí, Lynita es chaparrita xd
Lyna chaparrita, por Diosito que pensaba que era alta, no se poraue, pero bueno, si es así, entonces ya lo tendré como referencia para futuros fan arts ^^
Porfin un beso aunque sea en la mejilla jjjajaja, estuvo bueno ese acercamiento pensé que Alessio se pondría supernervioso pero lo tomo normal me gusto el cambio que esta teniendo con respecto a pasados capítulos, esta algo más maduro y no tan impulsivo, gran punto tal vez por lo que hizo con el libro y Ines también, ya no es tan agresiva si no algo seria pero social, a por el siguiente!
Gracias por tu comentario, Jarson.
Alessio cochino, eso no se hace :v .
Q gusto de ver q algún alguien tuvo los ovarios para dar el primer paso xd, me decepcionas Alessio :v