Bajo Mi Mente En Otro Mundo - 26
Cuando el grupo de aventureros estaban avanzando al campamento que Julia les había indicado, los asaltantes que se hacían llamar «Los Mapolas»; se dividieron en dos pequeños grupos: algunos vigilaban las afueras del campamento, mientras que otros estaban cocinando su cena en las tantas fogatas que había.
—No hay ni un rastro de la chica, hemos buscado por todas partes, pero por una extraña razón no hemos encontrado sus huellas —decía unos de los asaltantes al que parecía ser el líder del grupo.
—Ya veo… Eso será un problema, una posible aprendiz de tierra puede traernos muchos problemas, que suerte tuvo. —Se alzaba—. Quiero que mantengan bien seguro la zona hasta el amanecer, mañana a primera hora nos marcharemos antes que lleguen los caballeros; mierda, aquí nos vendría bien una aprendiz de tierra. —Tocando su frente para calmar su estrés, un sonido molestoso salía de una carpa.
—No se ha callado desde que su hija escapo. —Decía unos de los asaltantes.
—Cómo me hubiera gustÁ-ado desnudar a su hija delante de él, a ver cuánto gritÁ-aba para después pegarle. —Agregaba otro.
Ante esos comentarios de sus subordinados, los gritos del padre se volvieron muy fuertes, aunque estuviera vendado.
—Veo que no aprende. —Observa la carpa—. Ustedes vuelvan con los otros, la cena ya estará lista, Mapo tercero ha hecho un buen sudado. —Mandaba el líder.
—¡Qué rÍ-ico! Pero me hubiera gustado compartirlo con esa chÍ-ica, poner las escamas en su cabello rizÁ-ado le sería de buen adÓ-orno. —Confesaba uno de ellos.
—Tú y tus fantasías raras nada románticas, no sé cómo te pudieron aceptar. —Respondía su compañero.
—Los requisitos eran haber cortado la cabeza a Á-alguien, y traer pescado una vez a la semÁ-ana, con eso bastaba para entrar, pero creo que yo los superé a tÓ-odos.
—¡¿De qué hablas?! ¡Yo corté tres cabezas de un solo corte, además de traer veinte pescados en menos de una semana!
—¡MiÉ-entes!¡MiÉ-entes! ¡Yo corté cinco cabÉ-ezas! A no ser que tú quieras ser el sÉ-exto.
—¡Lo único que pasará después es que corte tu puta lengua!
Mientras que ellos dos salían del campamento en su estúpida conversación, el que parecía ser el líder del grupo, se acerca a la carpa para observar al padre de Julia que no paraba de moverse; teniendo vendado sus ojos, no sabía quién era el que había entrado, pero al presenciar la entrada de alguien, el padre se desespera más.
—Veo que me tienes miedo; es bueno saberlo. —Lo observa levantado su ceja derecha—. ¿Eres tú el que estaba haciendo esos ruidos molestos? —Preguntaba sin recibir ni una respuesta—. ¿Nooo? —Agregaba con tono burlesco.
—¡N-NO! ¿¡D-DONDE ESTÁ MI HIJA!? ¿¡Q-QUE LE HAN HECHO!? —Respondía desesperado.
—Así que no fuiste tú. Ya veo… Tu hija no está, está en muy, muy, lejano de aquí, pero… —Al acercarse poco a poco, agarra con fuerzas la cabeza del padre—. Odio a los cerdos gritar, ¿sabes lo que pasa cuando escucho a los cerdos gritar? —Abre su arma mariposa y lo pone en el cuello del padre.
—¡P-POR FAVOR! ¡P-POR FAVOR! ¡PIEDAD! ¡PIEDAD! ¡S-SOLO QUIERO A MI HIJA!
—Si sabes entonces, pero no sabes que a cada cerdo que escucho gritar… ¡LE CORTO EL CUELLO! —Fingiendo cortar su cuello, el padre en la desesperación, por accidente se raspa con su arma, haciéndose un pequeño corte.
—¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡¿Qué hice para acabar aquí…?!
—Si que eres un gordiflón miedoso. —Soltando su cabeza bruscamente, hace que choque con el palo de metal en el que estaba atado, quedando medio inconsciente—. Que padre más miserable, ni le basta que su hija este libre, ¡tch! —Guarda su arma mariposa con estilo.
Guardando su arma en su bolsillo, saca un paquete de cigarrillos, al encenderlo, escucha unos pasos que se dirigían hacia él, llamando su atención.
—Señor Mapo segundo, la chica ha vuelto. —Decía al abrir la carpa.
—¿C-cómo? ¿Ha vuelto? —Tosiendo al escuchar lo que dijo su subordinado, ahora tiene toda su atención.
—Sí, y no ha vuelto ella sola.
—¿No está sola? Eso quiere decir… No me digas que ya están aquí. —Expresaba con un tono preocupante, pero sin dejar de lado ese tono serio.
—No son caballeros, por lo visto son aventureros… dicen que quieren la libertad del padre a cambio de un intercambio.
—¿Aventureros? ¿Intercambio? Agh… —Suspiraba—. Esos pares de idiotas creyéndose los héroes —Bota su cigarrillo y lo pisa—, vamos.
—Sí señor.
Al salir de la carpa dejando atrás al padre, sin que se dieran cuenta, Luz estaba por encima de ellos en las ramas de los árboles; teniendo el objetivo a la vista y que la zona haya sido media despejada, vuelve hacia donde estaría Lyna e Inés para avisarles que tienen el camino libre y guiarles donde se encontraba la carpa.
En cambio, Alessio, Jeremy y Julia estaban siendo guiados por los asaltantes hasta llevarlos al centro del campamento, los nervios que sentía cada uno era tanto que podían sudar del temor, siendo Alessio el que más sufría por esto, ver las armas filudas y el terrible olor que desprendían, podría ser lo peor que ha experimentado en semanas luego de afrontar a ese gran tipo en su primer día en este mundo, o la confrontación con Marst.
Al adentrarse en el campamento, el número de enemigos era cada vez más alto, podrían ser unos veinte como mínimo. Jeremy, que estaba por delante de ellos dos, no se podía saber que rostro estaba poniendo, ni en qué cosa estaba pensando, pero si una cosa que estaba seguro Alessio, era que Jeremy, en todo caso que la situación llegue a un combate, el los cubriría para que vuelvan al carruaje y estén a salvo y esperar la llegada de Lyna e Inés con el padre, mientras que Luz defendería a Jeremy desde las alturas.
El plan que tenían era perfecto, no podía fallar algo, y si eso pasara, Luz y Jeremy se encargarían de protegerlos y solucionarlo…
«¡Hermano! ¡Otra vez estarás fuera!», salía su voz infantil en sus recuerdos mientras caminaba.
«Sí, otra vez los chicos necesitan de mi ayuda.», respondía su hermano mayor mientras se alistaba.
«¡P-pero! ¡Ve otro día! ¡Así podremos jugar hoy!»
«Será para después, las tareas son primordiales, después vendrá la diversión», con un tono medio serio ocultando un sentimiento de tristeza y venganza, intenta salir de la casa, pero viene detenido por el pequeño Jeremy.
«¡No! ¡Lo prometiste! ¡Lo juraste por la frente! ¡Eres un mentiroso! ¡Un mentiroso! ¡¿Por qué quieres ir?! ¡¿Por qué no te quedas a mi lado?!»
Escuchando los berrinches de su hermano menor, lo observa pensativo y se agacha a su misma estatura.
«Jeremy, calma, escúchame, no me estoy yendo para siempre, sólo…, es una misión importante, tal vez sea algo que aún no logres entender, es normal a tu edad», Abraza a su hermano. «No me voy a ir a ni un lado, no dejaré a mamá ni a Jennifer solas, y menos a ti, pero hay responsabilidades que debo cumplir si quiero…»
Quedándose a mitad de palabras, el pequeño Jeremy lo mira confundido, como si su hermano mayor quisiera ocultar algo, pero a su corta edad no logra captar bien ese silencio.
«Oye Jeremy», le decía a su hermano menor al improviso al cambiar tema. «Te quiero, hermano»
Al decir esto, Jeremy que tenía los ojos medios humedecidos del berrinche, golpea suavemente a su hermano mayor.
«¡¿Como que me quieres?! ¡¿Por qué siempre me lo dices en momentos importunos?! ¡Eres un mal hermano! ¡Hermano mentiroso! ¡Hermano mentiroso!»
Escuchando las palabras que decía su hermano, era comprensible que no se esperaría una respuesta más madura a su edad, a fin de cuentas, sus berrinches era el significado de que él también lo quería, haciendo que lo abrece para tranquilizarlo.
«Ya, ya, ya. Yo también te quiero.» Abrazándolo con mucha más fuerza de lo habitual, esto asfixia a Jeremy, separándose bruscamente de su hermano mayor.
«¡¿Qué te pasa?! ¡Casi me dejas sin aire! ¡¿Cuál es tu problema?!», tosía.
«Nada, nada, ja, ja, ja.», soltaba una pequeña carcajada, mientras que su hermano menor sacaba un pequeño puchero del enojo ante su «broma».
Viendo que su hermano menor no le iba a dirigir la palabra, como si tuviera el presentimiento de algo, decide sacar algo que se escondía entre los muebles, llamando la atención del pequeño Jeremy.
«¡Ey, ey! ¿Qué ves?», decía el hermano mayor al sentir la mirada de Jeremy.
«Nada, nada», respondía volteando su mirada disimulando no haber visto nada, haciendo reír a su hermano.
«Ay Jeremy, ja, ja, ja… Ten, feliz cumpleaños adelantado», al sacar una cosa en vuelta entre los muebles, se lo entrega a su hermano.
«¿Eh? ¡Trae eso! ¡No me digas que…!»
Sintiendo la envoltura, más o menos se daba una idea de lo que había ahí dentro, por lo que lo desenvuelve rápidamente, haciendo que su hermano mayor exprese una sonrisa satisfactoria.
«¡Es el bate que te había pedido hace un año!», expresaba con emoción.
«Me alegra que te guste, pude comprarlo gracias a los chicos, es de la mejor marca, por lo que te podrá durar por un largo tiempo, además, puedes agregarles mejoras para que su daño sea más letal»
«¡Wow! ¿Entonces ya estoy listo para pelear con monstruos y detener bandidos con ustedes?», Tiraba pequeños golpes al aire.
«Ja, ja… No… No aún, te falta mucho para llegar a eso.», sin que se diera cuenta, por accidente había desanimado a su hermano, por lo que para reprender ese error, corrige sus palabras.
«Pero eso no quiere decir que algún día puedas hacerlo.», agregaba.
«¡¿En serio?!»
«¡Claro! Ten en cuenta que los monstruos y los bandidos no perdonan, harán lo que sea para cumplir con sus objetivos y hacernos daños, pero al igual que ellos, también podemos contraatacar; pero no sólo se trata de vencer y llevarse todo el crédito y admiración de los demás, ¿para qué ser un aventurero si no vas a cumplir unas de las reglas más importantes? ¿Sabes cuál es?»
«Eh… ¿No dejar que te maten o que te coman vivo?»
«¿A quién rayos se le ocurrió escribir esa regla? Más que motivadora da miedo, ¡ugh! Aparte de eso, la regla principal que todo aventurero debe seguir, es cumplir y ayudar sea quien sea; no importa la raza, piel, cabello, ojos o, en otras palabras, que sean distinto a nosotros, todos necesitan una mano, y nosotros estamos para darla; acuérdate siempre de eso Jeremy, no hay cosa más humana que dar una gota de sangre por el bienestar de los demás. El día que llegues a tener un grupo, se amable y bueno con ellos, no hay mejor segunda familia como el de un grupo en armonía; si algún día llegas a tener uno, recuerda defenderlo y protegerlo, porque no habrá otro grupo igual como el primero que te supo valorar, recuerda siempre eso, querido hermanito»
Recordando ese último momento que pasó junto con su hermano mientras caminaba hasta el centro del campamento, sabía que no había porqué temer, las probabilidades de salir lastimado eran altas, pero si se trataba de defender a su grupo sin importar el daño ni costo, lo aceptaría sin importar qué, a la par de cumplir la última voluntad de su hermano al que siempre admiraba y tenía en sus pensamientos.
Estando cada vez más cerca de lo que parecía ser el centro del campamento, por los tantos carruajes y puestos de madera que estaban colocados, hacía entender que ya habían llegado; todas las miradas caían hacia ellos, y el que era el líder, los observaba con seriedad y misterio.
En otra parte del campamento, Luz estaba guiando a Lyna e Inés hacia la carpa donde se encontraría el padre; Luz iba primera para ver si había algún enemigo cerca cada vez que las dos avanzaban, al tener el terreno libre baja de los árboles y les habla.
—La zona está despejada, todos fueron hacia el centro, tengan… —Sacaba un pequeño cuchillo serrucho de su mochila que colgaba de su correa y se lo entrega a Lyna—…, ahí delante está la carpa donde se encuentra el padre de Julia, desátenlo sin hacer mucho ruido; cuando lo tengan vayan de frente al carruaje, nosotros las alcanzaremos, ¿está bien?
—Hmp. —Respondía Inés como un sí.
—¿Lyna, sucede algo? —Decía Luz al ver a Lyna observando el cuchillo con cierto temor, como si estuviera recordando algo—. Lyna, por favor, atenta. —Tocaba las mejillas de la sirvienta, haciendo que vuelva en razón y la observe.
—O-oh… L-lo siento. —Apartaba la mirada.
—¿Por qué lo sientes? —Sintiendo un pequeño temblor en algo, baja su mirada y observa las manos de Lyna que temblaban suavemente—. Mira, no puedo quedarme mucho tiempo aquí, tengo que ir a cubrir a los otros, pero escúchame, Lyna, no tengas miedo, todo irá bien; ya no eres una sirvienta, no pienses que no servirás en nada, ambas son piezas fundamentales en este rescate, eres una aventurera, y nosotros nos arriesgamos para salvar a otros; cualquier cosa que pase los protegeré desde arriba, ¿está bien, amiga? —Tocando el hombro de Lyna, hace que bote un suspiro.
—E-está bien, cuenta con nosotras.
—Perfecto, esa es mi amiga —Sonreía—, Inés, confío también en ti. —Sin recibir ni una respuesta de ella más que un «Hmp» de afirmación, le basta para saber que entendieron el plan—. Bien, ahora me iré a cubrir unos traseros, confío en ustedes.
Sin decir más, salta por los troncos de los árboles hasta llegar a las ramas, saltando en cada una hasta llegar al centro del campamento.
Ahora, Lyna e Inés estaban solas, no había momento en sentir inferioridad ni incomodidad entre ambas, pues tenían un objetivo en común y que deberían cumplir.
—B-bien, sigamos el plan señorita Inés… ¡¿E-eh?! —Se sorprendida al ver que Inés había dado los primeros pasos antes de que comenzara a hablar, entonces tuvo que seguirla.
Estando cerca de la carpa, siendo Inés la primera en llegar, se hace a un lado, entendiendo que Lyna debería ser la primera en entrar; esto extraña a la sirvienta, siendo observada por Inés, su expresión seria que caía en ella la ponía más nerviosa que la misión misma, no era una mirada seria que daba a cualquiera, era una mirada de enojo y odio que botaba cada vez que ellas dos cruzaban miradas.
Nerviosa y ante tal presión que sentía sobre la mirada de Inés, sin pensárselo dos veces, abre la carpa como signo de escape de esa presión, pero gracias a esto tuvo la voluntad de abrirlo, pero grande fue su sorpresa al observa a un tipo desconocido atado a un palo de metal.
—¿S-señor Ceres? —Preguntaba Lyna en voz baja—. ¿E-es usted? ¿Se encuentra bien?
Sin recibir ni una respuesta de parte de él, Inés que acababa de entrar y observar lo inútil que era Lyna al solo preguntar, la aparta y va hacia el cuerpo del padre.
Tocando sus vías respiratorias y sintiendo un pequeño aire saliendo de su nariz, llega a la conclusión que estaba inconsciente, podía ser una ventaja llevarlo así para que no haya mucho ruido, pero su sobrepeso haría más difícil el rescate al sólo cargarlo hasta el carruaje.
Inés pensaba dejarle todo el trabajo a Lyna en que lo cargue, total era una sirvienta, pero en la situación en el que estaban sólo los atrasaría, por lo que decide despertarlo.
—¿Cómo es su estado, señorita Inés? —Preguntaba Lyna estando detrás de ella, observando como Inés preparaba su mano derecha.
Extrañada al observar cómo Inés ponía su mano derecha en el pecho del padre, cierra sus ojos e inhala tres veces.
—Uno. —Decía Inés mientras que una pequeña luz eléctrica verdosa salía de su palma de su mano, al igual que un sonido eléctrico que lo acompañaba, después de eso, espera tres segundos para volver a respirar e inhalar—. Dos. —Respiraba e Inhalaba—. Tres. —Con mucha más fuerza que antes, apretó con sus uñas el pecho del padre, y bastando sólo con eso, aparta su mano y como si hubiera hecho un gran esfuerzo, comienza a traspirar al mismo tiempo que exhalaba e inhalaba al haber gastado una enorme cantidad de mana.
Lyna, extrañada ante lo sucedido, intenta atenderla, pero a centímetros de estar cerca de ella, Inés le dirige a la palabra.
—N-no me atiendas a mí, sirvienta. —Dijo al intentar calmar sus suspiros.
Negando la ayuda de Lyna, otro suspiro salía de su costado —era el padre que había despertado—, pero teniendo atado sus ojos no sabía quiénes eran, por lo que pensando que eran los asaltantes, vuelve a entrar en desesperación.
—¡N-NO ME HAGAN NADA! ¡P-POR FAVOR! ¡AYUDA! ¡AYUDA!
—S-señor Ceres, tranquilícese, no le haremos nada… S-señor…
Lyna intentando calmar al padre, intenta acercarse hacia él para desatarlo con el cuchillo, pero sus movimientos bruscos le hacían imposible con el riesgo de lastimarlo.
—¡POR FAVOR, QUIERO VER A MI HIJA! ¡QUIERO VERLA!
—Señor Ceres, cálmese, su hija está bien, está bien…
Calmando al padre con sus suaves palabras, parecía que lo había logrado, haciendo que responda: «Mi hija…» Mientras que Lyna intenta acercarse hacia él para desatarlo.
—Así es, su hija está bien, no se preocupe, señor Ceres, estamos aquí para llevarlo a un lugar seguro… —Al estar cerca de cortar la cuerda que juntaba las manos del padre con el palo de metal, el padre instintivamente con mucho miedo, escucha un sonido causado por el acero de un arma, por lo que agarra con fuerzas la mano de Lyna, haciéndole caer el cuchillo.
—¡P-POR FAVOR! ¡NO! ¡NO! ¡NO ME HAGAN NADA! ¡POR FAVOR! ¡POR FAVOR!
—¡A-Ay! —Exclamaba Lyna del dolor—. S-Señor Ceres… ¡M-mi mano!
—¡N-NO PERMITIRÉ QUE ME QUITEN LA VIDA! ¡NO SE LOS PERMITIRÉ! ¡YA TUVE SUFICIENTE CON USTEDES!
Ante la desesperación que sentía pensando que se trataba de una mala broma y que lo querían torturar hasta morir, sin importarle qué le sucediera, botando todo su miedo y agonía, aprieta e intenta arañar lo más posible la mano de Lyna como signo de defensa y venganza ante todo lo que le habían hecho.
Sintiendo como su mano era apretada y rasguñada, no le venía en mente en agarrar el cuchillo con su otra mano; lo que más le importaba era separar su mano la de él, haciendo que el padre se desespere más ante la presión que ella hacía, como si no quisiera dejarla ir y hacerle el máximo daño posible pensando que era un Mapola.
—S-señorita Inés, a-ayúdeme… ¡Auch! —Soportando el dolor que estaba recibiendo, Inés escucha el reclamo de la sirvienta, por lo que sin saber lo que estaba pasando, se alza a duras penas y va hacia el padre, observando como apretaba con demasiada fuerza y rasguñando la mano de Lyna sin piedad alguna.
Inés no mostro ni una muestra de sentimiento ante tal cosa, por ella podría dejarla así, pero debido a los gemidos de dolor que botaba y la poca colaboración que daba el padre, no tiene de otra que detenerlo y desatarlo por su cuenta, por lo que recoge el cuchillo y comienza a desatarlo sin importarle si lograba lastimar a Lyna con los movimientos bruscos del padre.
—¡¿QUIÉN ANDA AHÍ?! ¡DEJENME! ¡DEJENME!
Aumentando su desesperación pensando que le harían algo, hace más daño a la mano de Lyna, no era sólo un simple fuerte apretón que aplastaba los bordes de los huesos de sus manos, los arañazos que recibía continuamente en las mismas zonas le comenzaban a arder y a sangrar.
—¡S-señorita Inés, ayuda! ¡D-duele! ¡D-duele!
Gimiendo ante tal dolor, Inés intenta mantener el control ante los movimientos bruscos del padre, haciendo que por accidente logre rasguñarlo con el filo del cuchillo. El padre, al sentir el rasguño, como respuesta, hace más daño a la sirvienta, apretando más fuerte su mano.
Soportando sea los gemidos de dolor de Lyna que los movimientos bruscos del padre, sin más remedio, corta con mucha fuerza las cuerdas dejando libre las manos del padre, haciendo que soltara la mano de Lyna, para que luego ella tocara su mano para calmar el dolor.
El padre, tirado en el piso asustado, siente que alguien se le acerca y sin que se lo esperara, Inés le saca la venda de los ojos de una vez por todas, haciendo que observe después de varios días.
—¡¿QUIÉNES SON USTEDES?! ¡¿QUÉ ME VAN A HACER?!
Abriendo sus ojos a duras penas, al ver sus siluetas se pone más nervioso, en eso, Inés se le acerca con seriedad para calmarlo a su manera.
—Cállate de una de vez, infeliz, estamos aquí para llevarte con tu hija, no quiero oír ni una palabra más, ni de ti, sirvienta, hay que irnos, ahora.
Apresurada ante todo el escándalo que habían hecho, Lyna, sin más remedio que aguantar el dolor y ardor, se acerca hacia el padre.
—S-señor Ceres, tranquilo, por favor, lo llevaremos con su hija, pero queremos que puedas colaborar con nosotras sin hacer mucho ruido, ¿entiende?
Al observar a las dos chicas con más detalle y ver sus vestimentas, se dio cuenta que estaba en las manos correctas, calmándose.
—¡¿S-SON AVENTURERAS?! ¡AL FIN! ¡GRACIAS! ¡GRACIAS! —Intenta abrazarlas, pero Inés alza su mano en signo de «STOP» y le dirige la palabra.
—Deje esa absurdez para luego, deberá seguirnos si quiere vivir, le sugiero que mantenga la boca cerrada y no haga ni una estupidez, ¿oíste bien?
—¡Claro! ¡Claro! Bueno, tengo la boca ya cerrada, ¡JA, JA, JA…!
Bromeando ante la situación en el que se encontraba, ni una de las dos se rio de su chiste.
—Es hora de irnos, ve tu primera sirvienta.
—Oh, claro, vamos señor Ceres, ¡Auch! —Sobaba su mano.
Al dar los primeros pasos, escuchan como la parte trasera de la carpa estaba siendo abierta, no habían contado que también había una puerta trasera, por lo que dos Mapolas habían entrado desde ahí por los ruidos que habían escuchado.
—¡Oye viejo gordiflón! ¡Quieres callart!… —Decía uno de ellos.
—¡Qué hace usted levantÁ-ado! ¡Quienes son estás dÓ-os!
Descubiertas por dos Mapolas, estos no mostraban ni un signo ni pizca de gracia ante el ingreso de esos intrusos, por lo que preparados, alistan sus armas para dar caza a ellas y al padre, y en defensa, Inés se pone delante de Lyna y del padre; y apretando sus manos, observándolos con seriedad, un destello de luz verdoso se creaba dentro de sus puños.
Mientras que las chicas iban a afrontar una situación complicada, Jeremy, Alessio y Julia habían llegado al centro del campamento rodeados entre tantos Mapolas, que lo único que desprendían era un olor a pescado más que miedo. El que parecía ser el líder los esperaba al costado de una fogata, los observa misterioso mientras fumaba un cigarrillo, paso seguido exhala y comienza a hablar.
—Así que estas de vuelta, extrañabas a tu padre, ¿no? —Le habla a la hija mientras volvía a fumar.
—Usted y su grupo son unas personas desagradables, torturan y roban a quien le plazca, no puedo permitir que mi padre siga sufriendo.
—¿Desagradables dices? Bueno, si te refieres al olor que la mayor parte de nuestro grupo desprende… sí, así es, olemos mal, pero nuestras intenciones no son lastimar porque queramos o porque nos divirtamos, bueno, una que otra risa si nos da al darle una lección a los que se lo merecen, pero bueno, tampoco daré lecciones a una ex prisionera sobre nuestra política o forma de pensar, viniste por algo aparte, viniste para hacer negocios… ¿No? —Observaba a Jeremy.
Ante la mirada de Mapo segundo, Jeremy no deja de observarlo con una mirada de enojo.
—¿Cómo te llamas joven aventurero? —Preguntaba como signo de intimidación.
—Yo no vine aquí para dar mi nombre más que hacer un intercambio, lo máximo que podrás esperar de mí es pequeñas gotas de mi saliva en tu rostro.
Sin miedo ante estar rodeado de tantos Mapolas, responde sin dejarse intimidarse, provocando reacciones negativas a los enemigos que ya se habían puesto en pose de ataque.
—Qué joven tan divertido, pero no tanto al igual que tu difunto hermano.
Esperando a que Jeremy reaccionara o estallara o se sorprenda al mencionar a su hermano, Jeremy se queda inmune sin mover ni un musculo, asombrando a todos ya que esperaban un movimiento suyo para atacarlo. Alessio en cambio lo observaba con mucha tensión conociendo. Conociendo cómo era Jeremy de compulsivo, pero más le sorprendía su supuesta neutralidad al mismo tiempo que sentía confusión al que haya escuchado mencionar al hermano de Jeremy, como si Jeremy tuviera algo que ver con los Mapolas.
Luz quien saltaba por los árboles, observa la escena en la que estaban pasando sus compañeros rodeados de Mapolas, el silencio que abundaba le hacía entender que algo malo podría pasar, por lo que prepara sus flechas.
—Más que increíble, se podrán parecer algo en el rostro o en su forma de cabello, pero por lo visto, tú eres más «inteligente», por poco podría pensar que eras él y que volviste entre los muertos, pero sería una gran contradicción al haberle dejado tan desfigurado el rostro que su mismo cuerpo no podría tener tal aberración y lo separaría de su cuello.
Escuchando tales palabras que salían del posible y cierta persona que acabo con la vida de su hermano, sólo rompía más su corazón y una sed de venganza cada vez más calentaba su pecho, haciendo que cambiara su vista a otra parte, y gracias a esto, observando por las ramas de los árboles, observa a Luz que intentaba calmarlo y que siguiera con el plan.
—¿No vas a atacar o vengarte, muchacho?
Tratando de provocar a Jeremy. Este solo aprieta sus manos y observa sea a Alessio que a Julia y piensa en sus compañeras, paso seguido, recordando las palabras de su difunto hermano:
«El día que llegues a tener un grupo, se amable y bueno con ellos, no hay mejor segunda familia como el de un grupo en armonía, si algún día llegas a tener uno, recuerda defenderlo y protegerlo, porque no habrá otro grupo igual como el primero que te supo valorar, recuerda siempre eso, querido hermanito»
Esas palabras que marcaron para siempre al joven Jeremy, hace que el corazón del muchacho desprenda un fuego ardiente al querer proteger a sus amigos, por lo que, decidido, sabe lo que debe hacer y responde al provocador Mapola.
—No, yo vine aquí para hacer un intercambio, la venganza es un juego de idiotas que yo no cometeré, ahora hay cosas más importantes que quiero cumplir.
—Ya veo… Eres muy joven para ser muy sabio —bota su cigarro—, tienes toda mi atención.
—No quiero extenderme mucho, pero sabemos que tienen prisionero al padre de esta chica que también había sido su prisionera y que logró escapar por suerte y la encontramos y nos contó todo, y como aventureros es nuestra obligación de ayudar a los indefensos y más necesitaros, por lo que le traemos una bolsa llena de tantas monedas de plata que tal vez valga lo suficiente para liberar a su padre, también con la condición que no le diremos a nadie y haremos como si nada de esto hubiera pasado, esa es mi oferta, la toma o la deja, punto final.
Directo y sin mostrar ni una pizca de su típica forma de hablar que tanto lo caracterizaba, parecía otra persona dentro de su cuerpo, sorprendiendo a Alessio, siendo la primera vez que lo veía de esa forma.
—Entiendo, entiendo… Nos darás tantas monedas de plata que ni son de oro, ¿y quieres la libertad de su padre? ¿Acaso sabes a que persona quieres liberar? Vale más que todas tus monedas de plata que ni llegan al valor de una monera de oro, no hay trato.
—Sí que lo hay —Continuaba Jeremy—, Usted quiere dinero, y por lo que he sabido de ustedes, andan en una mala racha de no conseguir dinero y son buscados por todo el país de MondsLye y OrdLean, y por mala suerte de ustedes, justo acabaron en la capital del país de OrdLean. Necesitan con urgencia algo de dinero para que se vayan de aquí, pero por confiados se quedaron estancados quince años aquí a robar y a robar a la gente rica que ahora ya no se dejan robar fácilmente, ¿y saben qué? Sus cabezas cuestan más de lo que podría ganar en un solo año y ya no tienen tampoco muchos lados por donde escapar más que al noreste, tomen más bien nuestro intercambio como un impulso a su escape, además, no le diremos a nadie sobre su paradero. Eso, es lo máximo que les puedo ofrecer.
Bajo la intimidación y la verdad que soltaba Jeremy, los Mapolas al escuchar sus palabras como signo de amenaza, esperan la señal de su jefe para poder atacar, pero en cambio, Mapo segundo no mostraba signo de dar señal de ataque.
—¿Y cómo puedo saber si realmente nos delataras al darte a ese viejo gordo mugroso?
—Usted tiene mi palabra.
—No, no creas que caeré en eso. ¿Nos das la oportunidad de dejarnos libre y decirnos al lugar a donde tenemos que irnos? Una mierda de intercambio se hará, más bien… —Se acerca a Jeremy—. Haré lo mismo que le hice a tu hermano, hizo casi exactamente lo mismo al querer saber el paradero de sus amigos, el muy idiota cayo en su mismo intercambio, aunque tu parezcas ser algo distinto, haré que tus acabes igual, cada quien que entra a nuestra zona o interfiere en nuestros asuntos, o nunca vuelve, o vuelve mutilado como correo, como lo fue con tu hermano, entiendes, ¿no?
Ante la negación y amenaza de Mapo segundo, Jeremy, Alessio y Julia estaban acorralados, el plan del intercambio estaba por fallar y no tenían más que otra que defenderse ante los montones de enemigos que estaban en su alrededor, haciendo que Luz prepare sus flechas.
—Lo entiendo perfectamente, pero sea lo que tenga que suceder, no quiero que te lo tomes como una venganza… —Se acerca a su oído izquierdo—. Yo defenderé a los míos, como tú a los tuyos, pero con la gran diferencia que aquí no nos hemos juntado por una ideología o política; nuestro lapso es legítimo, y real.
Escuchando la amenaza que le estaba diciendo el hermano de la persona que asesino varios años atrás, prepara su cuchillo mariposa para atacar, y al mismo tiempo, Jeremy estaba preparando sus dagas ocultas en sus muñecas.
Alessio confundido y dándose cuenta de lo que estaba por pasar, estaba listo para comenzar a correr junto con Julia hacia el carruaje. Todos estaban preparados para atacar, pero sin ninguna señal sea de Jeremy que de Mapo segundo, unos ruidos externos entre los lejanos arbustos, se escucha nacientes explosiones y gritos, tales explosiones de color verde que nota Luz desde las alturas, da por hecho que era un tipo de señal de parte de Inés, por lo que sin perder tiempo y aprovechando que los enemigos estaban desconcentrados, dispara tres flechas en los hombros a tres Mapolas, dejando el paso libre a Alessio para que escape junto con Julia, comenzando la batalla.
—¡Ven! —Gritaba Alessio a Julia.
Aprovechando el hueco libre que les había dejado Luz, otros Mapolas van por ellos, pero Luz con su gran puntería, les da en sus hombros, cayeron desplomados. Dejando así el camino libre a Alessio y a Julia para que vayan al carruaje.
En cambio, Jeremy ve la señal de Luz, comienza a atacar a Mapo segundo, pero sin que se diera cuenta, este esquivaba fácilmente cada ataque de sus dagas.
—Así que no estaban solos, ¿eh? —Decía Mapo segundo.
Mientras decía eso, unos cuantos Mapolas van por detrás de Jeremy, que ni tonto ni perezoso, se deja agarra por ellos e intenta cargarlos en su espalda, extrañando a Mapo segundo.
—¿Te dejas capturar así de fácil? Que cobardes son tus otros compañeros, pero no escaparan tan fácil ¡Vayan por ellos! —Ordenaba a los suyos, y en eso, los dos Mapolas que estaban encima de Jeremy, cada uno recibe una flecha en sus espaldas y caen desplomados.
—No… Nunca estoy sólo. —Respondía Jeremy con una sonrisa.
Se quedó estupefacto ante la puntería de la arquera escondida entre los árboles.
—Creo que yo también necesitaré una ayuda.
Tirando su cuchillo mariposa, de sus muñecas saca otras dagas incluso más pequeñas de las de Jeremy, pero al sacarlas y al estar expuestas al aire libre, crecen un poco más al estar en el mismo tamaño que las de Jeremy, sorprendiéndole.
—No te sorprendas, sólo andan algo calientes. —Burlaba mientras iba a atacar a Jeremy.
Viendo que Mapo segundo iba a ir enserio, acomoda su garganta y habla.
—¡Luz! ¡Cúbrelos, yo podré sólo! —Manda Jeremy al referirse a Alessio y a Julia.
Escuchando la voz de Jeremy, saca unas flechas y le da un tiro a otros tres Mapolas que iban detrás de Alessio y Julia, para después saltar en cada rama estando detrás de ellos.
Acorralados entre tantos Mapolas que iban detrás de ellos, Julia extiende su brazo, y apretando su mano al formar un puño, menciona en voz alta:
—¡Tierra Polvo!
Creando una pequeña explosión bajo sus pies y saliendo disparado hacia arriba una cantidad de polvo que cegó a los Mapolas, y sin saberlo, había hecho una buena combinación para que Luz, desde las alturas, bajara con gran fuerza hasta caer encima de un cuerpo de un Mapola, clavándole una flecha tranquilizante en su espalda, llamando la atención de los demás.
—¡Luz! —Exclamaba Alessio.
—No se distraigan, ustedes sigan. Los detendré. —Sintiendo la presencia de alguien por detrás suyo, sin dudar, da un giro de 180° en horizontal con una patada en el rostro al enemigo, para que luego dé un fuerte impulso hacia unos troncos hasta llegar a las ramas y con su arco, comience a disparar flechas sin parar.
Sabiendo que tienen cobertura, Alessio y Julia comienzan su trayecto hasta llegar al carruaje teniendo el paso libre.
En cambio, Lyna, Inés y el padre corrían por el bosque, los dos Mapolas que los habían descubiertos estaban detrás de ellos, pero las explosiones que daba Inés hacían que no lograran acercarse.
—¡Debí hacer caso a mi mujer en comer menos! —Decía el padre mientras sudaba y bajaba su ritmo de velocidad.
—Señor Ceres, no se detenga. —Agregaba Lyna al dar ánimos.
—V-viejo gordo… Con su ritmo hará que nos maten… —Decía Inés a duras penas, usar constantemente la magia explosiva le hacía perder una gran cantidad de mana y resistencia.
—Señorita Inés, ¿Se encuentra bien? —Preguntaba Lyna.
—¡D-déjate de preocuparte! ¡Sólo cumple con lo que se te pidió!
—C-claro… Pero tú…
—¡Déjate de preocuparte! ¡Agh! —Al tirar la última explosión, cae desplomada al piso, gastando todas sus fuerzas.
—¡S-señorita Inés!
Al verla desplomada en el césped, deja de correr y va a atenderla con la posibilidad de que los otros Mapolas los alcance.
—¡Señorita Inés! ¡¿se encuentra bien?! ¡Responda!
—¡No me digas que tienen arqueros! ¡Estamos perdidos! —Decía el padre pensando que Inés había sido alcanzada por una flecha.
—No fue eso, la señorita Inés perdió una enorme cantidad de maná, pero se encuentra consciente, no hay de otra más que cargarla… Ayúdeme señor Ceres.
Intentando cargar el cuerpo de Inés, el padre ve como dos bellezas estaban en poses algo sensuales, por lo que al sentir extrañas sensaciones, voltea su mirada y no hace caso a lo que decía Lyna.
—¿Sucede algo señor Ceres? —Preguntaba Lyna.
—¡N-nada! ¡N-nada! ¡Es mejor que lo lleves tú! ¡Un hombre no puede cargar a una dama! —Avergonzado y culpable al haber pensado de ese modo con sus rescatistas, se retracta y niega cargar a Inés para no aumentar esa sensación que estaba por sentir.
—Señor Ceres, yo no podré sola…
—¡Allá están! ¡La chica explosiva cayó! ¡Vamos! —Gritaban desde las lejanías algunos Mapolas interrumpiendo a Lyna.
—Señor Ceres…
El padre, escuchando y viendo en la situación en las que se encontraban, no tiene más de otra que soportar sus pensamientos extraños, por lo que toma a Inés y lo carga en su espalda.
—No hay tiempo que perder, no quiero volver a soportar sus olores a pescado, vamos.
Tomando la iniciativa, comienza a correr sin saber a dónde ir, por lo que le pregunta a la sirvienta sudando.
—¿¡S-sabes a donde hay que ir!?
—¿Cómo?
—¿¡S-saBes a DoNDe hAY qUe iR!?
—Lo siento, pero no logro entenderlo.
Sabiendo que no podía hablar bien mientras corría, más aún teniendo el pañuelo amarrado en su boca, con sus fuerzas se lo baja hacia su cuello y habla.
—¡¿Sabes a donde carajos hay que ir?!
—Nos hemos desviado un poco del camino, pero no es tanto. Creo que a la derecha podremos ir al camino principal que nos llevaría al carruaje.
—¡P-Perfecto!
Haciendo caso lo que decía la sirvienta, van por el lado derecho a toda prisa, parecía vía libre que los llevaría hacia el carruaje, pero sin saberlo y el cumulo de árboles que bloqueaba la vista al exterior, quedan atrapados en una esquina rocosa.
—¡E-espera! ¡¿Qué clase de camino derecho es este?! ¡¿A dónde diantres nos llevaste, piernas bonitas?!
—N-no era la derecha… ¿P-piernas bonitas?
—¡Oh…! Olvida eso último… Estamos atrapados.
—Todo es tu culpa, s-sirvienta inútil… —Decía Inés en voz baja con los ojos cerrados.
Escuchando los pasos de los Mapolas que se aproximaban con linternas que se reflejaban en los bordes de los árboles y arbusto, esto aumentaba los nervios en Lyna, temblando del miedo.
—N-no, no puede estar pasando… —Decía Lyna al dar pequeños pasos hacia atrás—. E-es mi culpa, por mi culpa moriremos… Y-ya no volveré ver a A-Alessio… T-todo es mi culpa….
—Sí, es tu culpa, pero tampoco te lleves todo el peso, chica bonita, hiciste lo mejor que pudiste, bueno, tu otra amiga hizo más que tú ja, ja, ja…
Sin decirle nada alentador a la sirvienta, Lyna lo ve con sentimientos de culpa.
«Sabía que no serviría para una misión como esta, soy solo una sirvienta, y lo seré por el resto de mi vida…», eso es lo que piensa Lyna.
Escuchando como los pasos cada vez se escuchaban más cerca, observa al padre y a Inés que mantenía aún los ojos cerrados, mientras que el padre retrocedía como si también estuviera pensando en algo.
«No quiero que acabe… Quiero ver a Alessio… Quiero a Alessio… Ayuda…»
Diciéndose estas palabras cerrando sus ojos para no ver a los enemigos, unos pequeños ruidos entre las ramas se hacían más fuertes, haciendo que abra sus ojos; y al abrirlos, ve una cantidad considerable de Mapolas, entre ellos, los dos Mapolas que los habían descubierto.
—VÁ-aya… Se quedaron sin salÍ-ida… Ja, ja, ja… —Reía uno de ellos.
—No te rías de ellos por su fracaso de escape, deben ser aventureros principiantes… —Observa al padre—. ¡Oye gordo! Deja de temblar, usaremos tu grasa para venderlo a un buen precio, así que no sientas miedo, con ese dinero por tu grasa darás de comer a muchos de nosotros, estarías haciendo un bien común, ja, ja, ja. —Reían los demás.
—¡OÍ-igan! ¡¿Ríanse también de mis chÍ-istes?! ¡RiÁ-anse! ¡RiÁ-anse! —Expresaba moviendo bruscamente sus brazos en señal de llamar la atención.
Mientras que los otros Mapolas se reían de su rabieta, Lyna, atemorizada, ve unas hojas caer desde los árboles que estaba encima de ella, por lo que alza su mirada con curiosidad y observa a Luz; al verla, nota que su vestimenta estaba algo dañada, pero su mirada expresaba que estaba bien, al hacer contacto visual con ella, le hace unas señas.
—Yo me ocupare, tranquila amiga. —Decía con voz sigilosa para tranquilizar a Lyna mientras preparaba sus flechas.
Escuchando las palabras que calmaban su angustia, se queda observando como los otros Mapolas empujaban con fuerzas a su compañero en forma de burla mientras que este seguía con su rabieta.
—Sólo un poco…
Teniendo a la mira a tres de ellos de los que no serían un peligro para que Lyna, el padre e Inés corrieran, dispara las flechas e impactan en los cuellos de estos, cayendo desplomados y alertando a los demás.
—¡Hay una arquera entre nosotros! ¡Cuida… AHG!
Sin que pudiera terminar en avisar a sus compañeros, Luz, que había preparado su arco, baja con gran fuerza y aterriza en dos de ellos y los golpea con la pala inferior de su arco, para que luego les clave dos pequeñas flechas en sus espaldas, quedando sólo tres de ellos.
—¡Lyna! ¡Corre hacia el lado izquierdo! ¡Lo más seguro es que choques con el camino donde tomaron Alfonso y Julia! ¡VE! ¡VE! ¡VE!
Gritando y tomando de improviso a Lyna, esta se queda congela con la velocidad que acabó Luz con esos enemigos, pero no le tomo muchos segundos para que volviera en si al escuchar el nombre clave de Alessio, haciendo que sacuda su cabeza y agite la cabeza de arriba y abajo como un «Sí».
—Vamos, señor Ceres. —Decía Lyna tomando la delantera.
—¡Ay por el Dragón del Norte! ¡Como son los jóvenes de hoy en día…! —Decía el padre corriendo al mismo paso que Lyna.
—¡No crean que escaparan tan fácil! —Decía unos de los Mapolas al preparar su lanza apuntando a la cabeza de Lyna, pero a tan sólo unos milisegundos de lanzarlo, Luz se había adelantado, tirándole una flecha directa en su pecho…
No cabía duda de que Luz era una arquera impresionante, esto deja perplejos a los dos últimos Mapolas, que, sin cortos de palabras, uno comenzó a hablar ante su puntería y rapidez reacción.
—¡Oye! ¡¿Qué poción o magia has usado?! ¡Es imposible que alguien tenga una reacción así!
—No… ¡Ella es más que perfÉ-ecta! ¡Más que esa chica con cabello rizÁ-ado! ¡Ella lo es TÓ-odo! ¡ES PÉRFÉ-ECTA!
Manifestando su gran placer al ver en acción a Luz, ella, que había preparado sus dos próximas flechas, apuntando, los mira con atención ante cualquier movimiento que hagan.
—No use ni un tipo de poción o magia más que un fuerte paralizante en mis flechas, así que les recomendaría que se rindieran antes que estás puntas claven en sus asquerosas y repugnantes pieles. ¡O no quisieran que se los clavara en la otra parte donde huele a pescado dejándolos estéril!
Amenazándolos sin ni un tipo de remordimiento en hacerlo, los dos Mapolas comienzan a reír ante su divertida amenaza, o eso era lo que Luz sentía al verlos reír, haciendo que estire más ambas flechas, haciendo que los dos dejaran de reír.
—Tranquila, tranquila chica del arco, ¿crees que realmente nos importa reproducirnos? ¡Ja! Te salió mal la jugada. ¿Rendirnos? Ni por diez pescados que nos ofrezcan; somos Mapolas, somos despiadados con los que se interfieren en nuestros asuntos. Más bien, se ve que sólo eres experta en batallas a larga distancia, ¿qué ventaja tendrás al estar cerca de nosotros? Podremos esquivar tus flechas fácilmente, y recargarlas te tomará tiempo, así que tendremos la oportunidad de agarrarte y derrotarte. ¡Que idiota que eres! —Reía al igual que su otro compañero.
—Sí, pero tranquÍ-ila, te aseguro que tu cabeza estará en buen estÁ-ado con unos adornitos de pescÁ-ado en tu cabello después de descuartizÁ-arte, ja, ja, ja.
Agregaba uno de ellos.
Esto podía atemorizador a cualquiera si no tuviera un plan secreto o como salir de una situación donde la muerte está más que asegurada; pero Luz, más lista que ellos, tenían un plan en mente, haciendo que no se deje atemorizar por dos payasos como ellos, siguiéndoles el juego sin dejar de apuntar, botando una leve carcajada que los dos Mapolas no logran notar…
—Oh… T-tienen razón… —Baja su arco y deja de apuntar—. No tengo escapatoria ante ustedes… S-sabía que esta misión era un suicidio y no pensé bien en las consecuencias… E-está bien… Ustedes ganan…
Al bajar su mirada y relajando sus brazos, los dos Mapolas —creyentes en su fácil victoria— comienzan a reír a carcajadas y diciéndole de todo a la pobre Luz temblorosa en vez de atacarla.
Ella consiente y alegre que le haya tocado los enemigos más crédulos que haya visto, preparando ambas flechas, deja de lado esa inofensiva Luz y dispara ambas flechas al suelo, callando a los dos Mapolas llamando su atención.
—¿De verdad se rindió?
—Eso parÉ-ese… ¡Las palÁ-abras hirientes son más letales que las Á-armas! ¡Ja, JA, JA, JA!
Comenzaban a reír nuevamente los dos, pero una nueva risa les estaba por acompañar.
—Ja, ja, ja… ¡JA, JA, JA!
Luz, que desde el punto de vista de los dos Mapolas parecía una chica con baja autoestima y fácil de derrotar, comenzó a reír de la nada, cual risa sarcástica del típico villano de turno. Esto causó que la vieran con un poco de incertidumbre, dejando que los dos Mapolas dejaran de reír y se vieran entre los dos, confundidos
—Oye, loca de arco, ¿qué te sucede? —Preguntaba uno de ellos.
—No, no… —Se retractaba ante su incertidumbre—, dÉ-ejala, entre más loca, más sabrÓ-osa. —Agregaba el otro con ganas.
—Ay Mapolas, Mapolas, Mapolas… —Alza su mirada y los observa—, cuánta gente inocente muriendo por culpa de ustedes, gente que ni les han hecho nada, pero igualmente llegaron a torturarlos y matarlos sin piedad ¿y para qué? Debo admitir que son los más graciosos que he visto de este par de sociópatas y asesinos a olor a pescado, sobre todo tú, chico con un hablar un tanto peculiar pero divertido, ¡deberías ser comediante en la capital! Oh, claro, ya te condenaste al estar aquí; pero ni que hablar del que se cree rudo al camuflarse entre palabras que oculta un buen hablador, podrías haberte convertido en un buen… ¿Poeta? ¿Escritor? En fin, tú también estás condenado al estar aquí…
Entre más hablaba y hablaba, ambos Mapolas —Irritados al ver como se burlaba de ellos— preparan sus armas, y listos para atacar, Luz que estaba esperando el momento exacto para que sus flechas que estaban clavadas en el suelo se recargaban de aire… continúa con sus últimas palabras:
—Pero qué sentido tiene decir esto… A fin de cuentas, moriré a manos de ustedes como tú dijiste —Señalaba al Mapola que hablaba normal, haciendo que apretara con fuerzas su lanza—, «ustedes son despiadados con los que se interfieren en sus asuntos», pero al igual que en la vida existe un equilibro y habrá personas que nunca se quedan de manos cruzadas… ¡SUS ASUNTOS SERÁN INTERFERIROS POR NOSOTROS!
Dando un grito que ambos Mapolas lo toman como un signo de amenaza, listos para acabar con la vida de la chica que se burla de ellos; Luz, pisoteando con su pie derecho dos veces al suelo, los observa con brillos en sus ojos y sin que se lo esperaran, un pequeño estallido de aire sale disparado por los pies de Luz y sale volando hacia una altura considerable, dejándolos sorprendidos ante el escape de ella.
—¡Pero que mierda…! —Decía uno de ellos al verla como ascendía al cielo.
—¡Tal vez hayan tenido razón! ¡No soy buena en batallas a cerca distancia! —Sacaba tres flechas y rápidamente los metía en una pequeña botella roja que estaba sujetado en su correa y apunta —. ¡Pero me las puedo ingeniar desde las alturas! ¡Se ven como hormigas! ¡Ja, ja, ja!
Burlándose ante la confianza que estos Mapolas han tenido en su falsa victoria que Luz los ha hecho creer, molestos, uno de ellos, como muestra de enojo e impotencia, prepara su lanza.
—¡No crÉ-eas que saldrás con la tÚ-uya! ¡A ver qué tanta movilidÁ-ad tienes desde arrÍ-iba!
Lanzando su lanza con gran fuerza, va directo hacia Luz, pero esta, siguiendo apuntando y bajando a gran velocidad, está más concentrada al lugar donde tirar las flechas y en qué zona caer para amortiguar su caía. La lanza que venía hacia ella era el menor de sus problemas.
—Ya casi… Ya casi… ¡Bien!
Al tener en la mira su blanco: la lanza que se estaba aproximando a ella, inhalando un poco de aire para tener mejor puntería, da un giro de 180° esquivando a milésimas de segundos la lanza antes que chocara en ella, y lista para tirar de las flechas, deja sorprendidos a ambos Mapolas mientras que las tres flechas salían disparadas del arco llegando a sus objetivos, dichos objetivos era caer en tres puntos distintos de donde se encontraban los Mapolas, formando un triángulo.
—¡Muy buen esquive pero que mala puntería! Ja, ja, ja
Reía al estar preparando su lanza al ver que Luz caería cerca de ellos, pero sin saber que eso era la intención de Luz, prepara una nueva flecha y con mucha más velocidad, lo tira cayendo la flecha cerca del Mapola que se estaba burlando.
—¿Eh? Ya ni sabes apuntar. Je, je, je… —Observaba la flecha que Luz había fallado, pero al querer alzar la mirada, sin que se lo esperada, Luz, con gran velocidad y fuerza al caer, lo noquea al darle un fuerte golpe con su rodilla en su rostro, cayendo al suelo, y la fuerza que esto produjo al impactar con la tierra, la flecha que había caído al costado de él, explota haciendo que un pequeño cúmulo de aire salga y Luz logre saltar a una altura considerable para llegar a la rama de un árbol, en cambio, el cuerpo inconsciente del Mapola cayo impulsado hacia su compañero, quedando él sólo.
—¡Oye! ¡Mapo cuarenta y cinco Á-avos! ¡DespiÉ-erta! ¡DespierÉ-erta! —Decía desesperado —, ¡TÚ!
Al observar a Luz sentada en cuclillas entre las ramas —enojado y con una sed de venganza— suelta a su compañero y va corriendo hacia el árbol donde estaba Luz.
—¡Té matarÉ-e! ¡Té matarÉ-e! ¡Té matarÉ-e! ¡Té matarÉ-e! ¡Té matarÉ-e! ¡Té matarÉ-e!
Sin mucho éxito al no poder escalar, con enojo e impotencia al no poder lograrlo, los rasguños y golpes que daba al árbol malogrando sus dedos hace ver que realmente quería matar a Luz.
—Pobre chico… —Decía Luz en voz baja.
—¡BÁ-aja! ¡BÁ-aja! ¡BAJAAAAAAAA! ¡AHAHAHAHA!
Gritando ante la impotencia y segado con la venganza, sin darse cuenta en su entorno, las tres flechas que Luz había tirado que daban forma a un triángulo, habían comenzado a incendiarse.
—Debo ir donde Jeremy, espero que Lyna haya logrado encontrado a Alessio… —Preparándose para ir hacia Jeremy, los gritos del Mapola que aún seguía intentando subir al árbol la interrumpen y lo observa.
—¡AHG! ¡AHAHAHAH! ¡TEÉ-E VOOOY A MAÁ-AAATAR! ¡LÓ-OS MATARE! ¡LÓ-OS MATARE! —Gritaba a todo pulmón.
Luz, extrañada ante la reacción tan precipitosa y violenta del Mapola, este no era consciente que su entorno se estaba incendiando, por lo que le dirige la palabra.
—Esto nunca hubiera sucedido si nunca se hubieran metido con nosotros, subestiman a los desconocidos, hubiera sido bueno que esto hubiera acabado de otra manera… —Observa como unos cuerpos comienzan a prender fuego—, lamento que esto haya pasado, pero hay ciertas cosas que no salen como uno quiere, pero lo mejor que te puedo decir, si aún puedes entender las palabras de alguien fuera de tu entorno, es que dejes todo esto y bueno… Eso ya depende de ti.
Dándole un pequeño consejo, a pesar que sea un enemigo segado con la venganza y destinado a estar en el camino incorrecto, una fuerza interna quiso decirle esas palabras, porque, a fin de cuentas, ella sentía que al igual que ella y todos, era una persona, que por desgracia, se había juntado con las personas equivocadas en una circunstancia que ella desconoce, pero a pesar de que le haya dedicado unas palabras, parecía que estaba completamente segado que ni cuenta se estaba dando de su entorno.
Ante las cenizas y partículas de fuego que estaba comenzando a abundar, Luz, sin más que decir, y preparando sus flechas, salta a las siguientes ramas hasta llegar al lugar donde estaba peleando Jeremy con los otros Mapolas restantes; mientras que el Mapola —aun intentando subir al árbol— ve como Luz se iba en árbol en árbol, por lo que este sólo se ostenta a ver como esa chica que humilló a sus compañeros —con rabia y venganza—, comienza a golpear y romper el césped mientras que el fuego poco a poco se propagaba más y más, y los cuerpos inconscientes de sus compañeros comenzaban a prender en llamas.
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Comments for chapter "26"
QUE TE PARECIÓ?
Luego de unos largos meses y de varios problemas personales y correcciones (Gracias Fernando por ayudar), he aquí el capítulo 26, disfrútenlo, la parte dos está en proceso de escritura.
Capitulo de acci9n, vemos a Luz haciendo gala de sus habilidades, gran arquera pero ese señor ceres xd aparte de miedoso que es compresible araña a la waifu , pobre su manita y ademas quien se emociona con jovenes qiue podrian ser sus nietas en una situacion como esa jajja xD todo un roshi el ceres en cambio ines ha aportado algo esra vez pero Alessio y Luz no se para que llegar al carruaje pero bueno algo habra que hacer ese duo dinamico para el siguiente capitulo, donde tambien veremos la pelea de Jeremy contra el asesino de su hermano y mas si podra hacer algo porque el mapo se ve muy superior pwro sera parte de una estrategia de jeremy que se confie?? Y tomando en cuenta que el lugar donde estan se va a incendiar les queda poco tiempo, buen capitulo
Wow, 👀💫 pero cada vez se pone mejor. Increíble, me doy cuenta que ya mismo llego hasta donde está publicado :3 pero ver como se va dando el desarrollo de los personajes que nos presentas 🧐🎩 es completamente satisfactorio, la lectura muy fluida, y me gustan que sean largos, jejeje, para poder leer más 😅❤
Este capítulo desde su inicio hasta su final, lo sentí como si Jeremy va ajustar cuentas muy pronto, y cuidado, que esto está de llamas ^^ por el siguiente capítulo :3
Que habilidad la de Luz