Bajo Mi Mente En Otro Mundo - 26.7
Victoriosos luego de derrotar al Mapola convertido en bestia y de rescatar el padre, había emociones encontradas en el carruaje, luego que Jeremy haya sido expulsado por la explosión hacia el carruaje, Luz había sido la primera en abrazarlo.
—¡Jeremy, Jeremy! —Lo abrazaba hasta asfixiarlo.
—¡Luuuz! ¡Me asfixias peor que ese Mapola!
Dejándolo de abrazarlo para que tomara un respiro, Luz, en signo de disculpa, saca su lengua rascando su cabeza.
—¡Ups! Mi error, je, je, je.
—Tranquila, esto por fin acabo, al fin. —Bajando su mirada para recordar a su hermano, sentía como un peso que le había estado consumiendo varios años atrás se desvanecía, pero un nuevo sentimiento crecía al observar a sus compañeros—. Gracias, chicos, me alegra verlos que están bien. —Expresaba una sonrisa sincera de oreja a oreja
Acabado su rescate y yendo hacia el pueblo, los chicos se quedaron conversando todo el trayecto, era una victoria que todos sentían; las posibilidades de ganarlas eran bajas, pero la confianza y armonía que sentían cada uno de ellos hizo que lograran afrontar el problema.
Llegando al pueblo luego de treinta minutos de viaje al fin habían llegado a San Siro, cuya alegría era notorio en Jeremy hacia su amor a su pueblo natal.
—¡Al fin en casa! —Expresaba feliz.
—Sí, nunca pensé sentirme tan feliz de estar acá, parecieron meses. —Agregaba Luz.
Lyna, ayudando al bajar al padre y a Julia, Luz le dirige la palabra hacia ellos.
—Debe ser un alivio para ustedes poder al fin tener algo de paz, ¿no? —Preguntaba.
—Fueron días difíciles, realmente sabíamos el riesgo de venir hasta acá, pero gracias a ustedes podemos al fin descansar, así que estamos muy agradecidos. —Respondía la hija.
—Sí, en estas tierras se suele ver mucho peligro si no sabes por donde entras, por lo visto ustedes no son de aquí, ¿cierto? —Dice Jeremy.
—No, venimos de PerKler, más específico desde el Norte.
—Wow, eso si está muy lejos, realmente se siente mal estar lejos de casa, pero no se preocupen, ¡aquí en San Siro se podrán sentir como su hogar! Tenemos tiendas, bares, hostales, un gremio, una bella plaza que ya habrán visto al llegar, hay muchas cosas de las cuales se podrán sentir cómodos.
Sin ocultar su amor hacia su pueblo, el padre no mostraba los mismos sentimientos que él.
—Pero eso no quita que sea un pueblo, no sé como el señor Emilio pueda aceptar estar acá.
Revelando la identidad de Alessio, Jeremy y Luz, que se habían recordador la tarea que les dio Emilio, sorprendidos, intentan buscar una excusa para ocultar la identidad de Alessio.
—Oh, respecto a eso… Eh… —Decía Luz, observando a Jeremy en busca de una ayuda.
—Señor Franco… —Interrumpía Lyna—. Escuche, como hemos hablado antes, el señor Emilio está acá por motivos personales, saber más de lo que quisiera sería una falta de respeto, así que, por favor, ¿podría ser tan amable de no volver a hablar del tema?
Sintiendo la presencia de la sirvienta, sus palabras suaves pero duras, como si lo estuviera llamando la atención, o como si estuviera planeando algo ante él, le hace temer.
Inés, que bajaba del carruaje, observa al padre y le habla.
—No se atreva a hablar que Emilio estuvo acá, si lo hace sólo le traería problemas, ¿entiende?
—C-claro, c-claro, q-que chicas tan raras tienen en este lugar, muy atractivas y todo, pero dan mucho miedo… —Intentando observar otra parte, ve a Alessio bajando del carruaje—. Por favor, señor Emilio, no me haga nada, es todo un honor estar con usted, es un día que nunca olvidaré, pero no sé si podré mantener la promesa de no decir nada, por favor, si digo algo no me haga daño, por favor —Pedía clemencia.
Alessio, que estaba bajando y se ponía a su lado, sabía la confianza que le dio Emilio para que salga de la mansión, no podía romper esa promesa, pero tampoco podía hacer sentir mal al padre, ¿qué ganaría haciéndolo? Por lo que, sabiendo lo que tenía que hablar, sería sincero con él.
—Escucha, señor Franco. —Se quitaba la máscara que se había puesto antes de entrar al pueblo—. Entiendo que estar a mi lado debe ser muy importante para ti.
—Sí, a-así es señor Emilio, es todo un honor, lo siento por mi comportamiento y si mi hija no demuestra los mismos modales que yo hacia usted, pero le suplico que no nos haga nada, por favor.
Observándolo con tranquilidad con una pizca de seriedad, el padre lo sentía como un signo de amenaza.
Alessio, que había alzado su brazo, hacía pensar al padre que algo malo le estaría por pasar, era como si la fuerza de mil caballos estuviese por caer hacia él, pero estaba muy lejos de la realidad ese pensamiento, menos si se trataba de un mero humano de la Tierra como Alessio.
—Me alegra que estés bien al igual que tú hija. —Apoyaba su mano encima del hombro del padre.
—¿C-cómo? —Tartamudeaba.
—Es lo que oíste, cada uno de nosotros estamos contentos de que todo haya salido bien, tal vez uno que otro rasguño hemos recibido, pero no lo tanto para habernos hecho perder la esperanza de vivir.
Siendo aconsejado por Emilio, era el mayor regalo que uno podría recibir; el padre, tan fanático ante él, toma muy en cuentas sus palabras, asintiendo con la cabeza mordiendo sus labios, como si estuviera soportando las lágrimas.
—P-pero yo no hice nada… Hasta piernas bonitas hizo más que yo… —Botaba lo que tenía dentro.
—Se llama Lyna —lo corregía—, y tal vez sea verdad, pero sabes, no lo digas como si no hubiera más oportunidades de poder ayudar, mira, te daré la mejor ayuda que podrás hacer por nosotros.
—¡¿En serio?! —Iluminaba sus ojos como chica anime.
—S-sí je, je…
El padre, que se había emocionado como un niño, agarraba las manos de Alessio con entusiasmo, pero al sentir la mano sudosa del padre lo pone un poco incomodo.
—Escucha, Franco, la mejor ayuda que podrás hacer por nosotros sería mantener el secreto, habías dicho que te dificulta mantenerlo, ¿no?
—Así es, pero si usted lo ordena…
—No quiero que te lo tomes tanto como una orden, si no una promesa con tus rescatistas, no creo que estén listos a la presión pública como yo, y menos quisiera que te agobiaran con muchas preguntas y arruinen tu privacidad.
—Tiene razón, tiene sus ventajas y desventajas al estar al lado suyo, eso en mi provocaría algunos malos tratos con mis conocidos si se enteraran que estuve con usted, ni que hablar de los posibles enemigos que podría tener ya que bueno, tú tienes muchos enemigos, y yo no quiero volver a pasar por lo que pasé en estos días, entonces…
Sintiendo que el padre podría extenderse en sus palabras, Alessio sostiene su mano con fuerza y le dirige la palabra:
—¡Entonces ya lo entiendes! ¡Así que puedo confiar en ti! ¡Dame esos cinco!
Al alzar su mano hacia él, el padre confundido ante eso gesto, recuerda cuando lo hizo con Lyna, por lo que, sonrojándose, evita el tema y cambia su dirección.
—S-sí entendí, no hay necesidad de hacer eso en público.
—Oh… esta bien, no pasa nada. —bajaba su mano—. Oye Luz.
—Sí, ¿qué pasa Alfonso?
—¿Podrías llevar al señor Franco y a la señorita Julia al hostal para que pasen la noche?
—Claro, no hay problema, Lyna, ¿te vienes?
—Sí, no habría problema, pero… —Observa a Alessio—. ¿No te molesta que vaya?
—¿Por qué me molestaría? Tú ve tranquila, en unos minutos estaré devuelta contigo. —Le sonreía.
—Entonces en unos minutos nos vemos. —Le devolvía la sonrisa.
Cada uno despidiéndose del padre y de la hija, Luz junto con Lyna los guían hacia el hostal donde ellas estaban hospedadas, lo más seguro el padre no soporte estar ahí una noche.
En cambio, Jeremy, Alessio e Inés habían ido al gremio a contar lo que sucedió con los Mapolas y justificar su tardanza; al pasar veinte minutos, mientras que salían del gremio, Luz y Lyna los esperaban sentadas.
—¡Ese maldito Tom!
—¿Qué pasó? —Preguntaba Luz a un Jeremy enfurecido.
—Sólo porque nos tardamos como una hora en avisar que hemos terminado el encargo, no se nos pagó los cincuenta moneras de cobre, y sólo nos dio diez.
—Cierto… El tiempo limite era hasta las siete. —Observa el reloj que estaba encima de la puerta del gremio que marcaba las 20:50.
—En fin, también ya informé lo que sucedió con los Mapolas, mañana a primera hora irán al lugar a recoger los cuerpos, además, le di la cosa esa que saque del Mapola gigante, me dijo que hasta mañana me dirá el valor de este, espero que sea algo bueno por todo el trabajo que hemos hecho. —Cruzaba sus brazos medio decepcionado.
—¿Y como están el padre y la hija? —Preguntaba Alessio.
—Le hemos alquilado una habitación, así que estarán descansando. —Respondía Lyna.
—¡Qué bien! —Estiraba Alessio sus brazos—. Que día más movido… ¡oye Jeremy!
—¿Sí? Qué sucede, copia.
—Tú habías mencionado que había un buen lugar para para beber, ¿no?
—Claro que lo he mencionado, ¡es el mejor lugar para calmar tus penas! Pero bueno, no les obligaré a ir, sé que están cansados y eso, tal vez sea otro día o no sé…
Jeremy, que había comenzado a caminar para ir hacia el hostal, se da cuenta que estaba dejando atrás a sus colegas, por lo que voltea su mirada hacia ellos.
—¡Oigan! ¿Qué hacen ahí parados como estatuas?
Los demás que se observaban entre sí al estar de acuerdo en algo —a excepción de Inés—, extrañaba al confuso Jeremy.
—¿A dónde crees que vas? ¿Acaso no tienes algo de sed? —Decía Alessio al haberse acercado a él.
Sorprendido al entender lo que sus colegas estaban queriendo decirle, con brillos en sus ojos y formando un puño de alegría, le responde.
—¡Sí, y mucha! —Respondía provocando una sonrisa entre todos.
Así que dicho, y sin perder tiempo, da la iniciativa y comienza su camino hacia ese lugar que él llamaba: La segunda casa de los aventureros. Por lo que al llegar y tomaran asientos, había demasiadas personas ahí, no sólo aventureros, sino también pueblerinos; la buena vibra, cantos y olor a cerveza era lo que más abundaba.
Lyna, que había elegido un asiento que estuviera cerca de la pared y que a su costado este Alessio, daba a entender la inseguridad que sentía del lugar.
Hablando del lugar, era como un bar cualquiera de esos tiempos; decorado la mayor parte de madera y piedra, daba ese ambiente que fascinaba a Alessio.
—Se ve que hay mucho movimiento por aquí. —Expresaba Alessio.
—A estas horas es cuando viene más gente a beber y divertirse, y claro, luego de esta dura tarde como no mejor que celebrarlo por nuestra mayor hazaña, ¡¿no es así?! —Entonaba Jeremy.
Seguro y feliz al estar en su lugar favorito de su pueblo, le hacía mucha ilusión que sus amigos estén con él, ciertamente tenía en mente no sobrepasarse como las otras veces, pero más de una vez al llegar a plantearse ese pensamiento siempre acababa con lo contrario, haciendo que emita un leve suspiro burlesco.
—Bien, ya que estamos acá, ¿que pedirán?
—Ya que es una noche especial por todo lo que ha pasado, ¡un buen vaso de cerveza! —Respondía Alessio a Jeremy.
—¡Así se habla mi amigo!, yo tomaré lo de siempre, ¿ustedes chicas? —Observa a Luz—. No, yo ya sé lo que tu quieres, no me lo digas. —Ponía su dedo índice en el labio de Luz.
—¡Ñam! —Mordía—. No hables por mí, sé que dirás que quiero un vaso de jugo de fruta, pero por esta ocasión y por nuestros esfuerzos, también pediré una refrescante y fría cerveza.
—Así que hoy te atreves, ¿eh? Pues bien, tres vasos de cerveza, ¿tú, Lyna?
—Y-yo… también como ustedes, merecemos celebrarlo.
—Ya van cuatro, ¿tú, Inés?
Ella, que hacía sentada al costado de Jeremy, el podía presenciar su aura seria, como si realmente estuviera detestando estar ahí; por lo que, sin muchas escapatorias, y no estar sin decir nada, le responde.
—Agua.
Respondía sin más.
—¿Sólo agua? Y yo creía que realmente eras alguien que bebía de más…
Siendo observado por los ojos asesinos de Inés, Jeremy se queda corto de palabras y hace caso a su pedido.
—¿Me puedes dejar de ver con esos ojos cuatro ojos? Bien, te traeré tu vasito de agua, y cuatro cervezas para nosotros; Alessio, ¿me acompañas?
—Claro, ya volvemos chicas.
Alzándose de la silla a la par que Jeremy, ambos se van a la barra a pedir las bebidas.
—Cuatro cervezas y un vaso de agua. —Pedía Jeremy a la atendedora al dar las monedas.
—A que ese vasito de agua es tuyo, ¿no, Jeremy? —Burlaba ella con una mirada picara.
—¡Qué te hace insinuar que yo tomaré algo así! ¡¿Qué clase de ofensa es esa?!
—¡Ja, ja, ja! Bueno, entonces cuatro cervezas y un agua, está bien, esperen aquí.
Marchándose a servir sus pedidos, Jeremy se apoyaba con su mano.
—Ella, mi hermana y Luz son unas mocosas.
—¿Por qué lo dices?
—Siempre encuentran la manera de burlarse de mí, cierto que no me molesta que lo hagan, pero si yo lo hago siempre salgo perdiendo o siendo la burla.
—Bueno, si no te molesta, lo mejor sería seguirles el juego, ¿no?
—¿No es eso lo que acabo de decir? ¡Si yo lo hago saldrá mal! Ya ha pasado, pero bueno, digamos que es la parte de la diversión, además, tienes la suerte de tener a una chica como Lyna, se me hace imposible llegar a creer que ella te pueda hacer una broma pesada.
—Bueno, hace menos de un mes que nos conocemos, una que otra cosa chistosa nos habremos dicho, pero quien sabe, tal vez algún día decidamos hacerte una broma pesada. —Reía.
—¡Agh! A ti también se te contamino eso de Luz, pero yo me refiero entre ustedes dos, o sea, se ven que son muy cercanos, desde una perspectiva de alguien que no los conoce podría pensar que son algo como enamorados o conocidos de varios años; no me mientas, ¡ustedes no se conocen desde hace un mes! ¡No es posible que tengan una relación así en tan sólo menos de cuatro semanas!
Lyna, que observaba los movimientos exagerados de Jeremy y como Alessio reía e intentaba calmarlo al poner su mano en su espalda, esto le daba confianza y felicidad al verlo divertirse.
Pero mientras los observaba, dos sombras desconocidas se hacían presente en las chicas.
—Ya, ya, no exageres, sólo nos llevamos bien, no hay más misterio. —Comentaba Alessio—. Reconozco que hay cierta tensión entre nosotros, pero por más que quisiera dar un paso, debo calmar mis impulsos, ir rápido sólo nos agobiaría tarde o temprano, así que prefiero conocerla más, al igual que ella a mí, tal como lo hemos prometido.
Recordando la promesa que se hicieron los primeros días que se conocieron, no evita expresarse con una sonrisa y paz en su ser, saber que podía contar con ella al 100% le hacía sentir que no estaba sólo.
—Sí, sí, mucho sentimentalismo. —Comía las nueces servidas en la barra—. Pero quien soy yo para juzgar las relaciones de las personas, ustedes se llevan bien, eso es lo que importa, aunque… ¿Qué pasa con Inés? ¿Siempre es así?
—Digamos que sí, realmente no sé mucho de ella, pero semanas antes que viniéramos aquí tuve un problema con ella y bueno, es un tanto incomodo estar a su lado.
—A saber lo que le hiciste y seeee… Tiene un aura un tanto aterradora, pero entre nosotros, eso tiene su toque.
—¿Su toque?
—No me quiero extender, sólo que también tiene su lado bello explosivo, al ser una Altramista pura es un tanto bella, y si tiene una hermana mayor mejor. —Bromeaba al masticar.
—Digamos que sí tiene lo suyo, pero… ella tiene un hermano gemelo si no mal recuerdo.
Escuchando eso, Jeremy escupe lo que estaba masticando.
—¡Buaj! ¿Un hermano? ¡¿Y gemelo?! Cielos, tú eres una copia del señor E, una sirvienta como aventurera, y una Altramista con un hermano gemelo, no cabe duda de que somos el grupo más peculiar de todo San Siro, o si no, de todo OrdLean o del mundo entero.
Al escuchar como los vasos chocaban al caer a la barra, Jeremy observa las bebidas.
—Y aquí están —decía la camarera al traer las bebidas—, ¿qué planes tienes para esta noche, Jeremy? —Preguntaba.
—¿Acaso eres tonta? Es claro que esta noche lo pasaré con mis colegas, más bien, te tardaste un poco en traer las bebidas.
—Ya sabes, mañana es el festival del atardecer verdoso y suele venir más gente de otras partes.
—Tiene sentido, bueno, suerte con tu trabajo, volvamos con las chicas, copia. —Cargaba tres vasos.
—Gracias por las bebidas. —Agradecía Alessio a ella.
—Diviértanse. —Respondía al observarlos irse.
Ambos al dar media vuelta y cargar las bebidas hacia la mesa donde habían estado, parecía ser que se divertirían a lo grande, posiblemente repetirían más rondas por la ocasión, pero algo que estaba delante de ellos posiblemente no les haga hacer eso.
—Oye, eres nueva por acá, ¿no? ¿no te molesta que me sienta acá para conocerte más? ¿por qué apartas los ojos preciosa? No pude evitar tu belleza desde que te vi hoy en la fila. —Decía un desconocido a Lyna.
—Ustedes dos son muy hermosas. —Agregaba otro al mencionar a Lyna e Inés.
—No les hagan caso, están algo pasados de vasos. —Decía Luz enojada.
—¿De qué hablas? Mira, al ser una Altramista pura estás tan bella que quisiera… ¡Ay! —El otro muchacho, sin saber el carácter de Inés, esta le había apretado su mano y golpeado su entrepierna con su codo.
—¡Wow! Que chica tan dura, pero la timidez y bellos atributos de esta chica me cautivan más, ni que hablar de tu bello cabello blanco, es tán…
Sin permiso de nadie, el muchacho que intentaba coquetear con Lyna, aprovechando que ella estaba paralizada y sin mostrar signo de defensa, agarra con toda libertad el cabello de Lyna y comienza a olerlo al mismo tiempo que pone su mano en los muslos de ella.
Ante esto, sin saber que había provocado que un enojado Alessio resaltada ante esta acción, dejaba caer los vasos de cervezas al suelo y va directo hacia él.
—¡Oye, que te sucede! —Al agarrar y apretar la vestimenta de ese muchacho, este, sin nada de temor, voltea su mirada hacia Alessio.
—¿Eso que te interesa? Metete en tus asuntos. —Respondía a secas, como si no sintiera vergüenza por lo que estaba haciendo, sin importarle lo que sentía Lyna.
Gracias a esta respuesta, Alessio, sin pizca de gracia, haría lo que fuera para sacar a ese tipo.
—¡Oye idiota! ¡Deja de molestar a mi amiga!
Al intentar jalar el polo del sujeto, esto le da cierta incomodidad a él, por lo que agarra la mano de Alessio y al alzarse de la silla no sé esperaría que el chico midiera aproximadamente un metro y ochenta y algo, con una compostura algo musculosa y robusta, mostraba un aura imponente.
—¡¿Qué te dije que te metieras en tus propios asuntos, imbécil?! —Empujándolo tan duro que lo hacía caer al suelo y mancharse con la cerveza que había hecho caer, lo observa desde arriba.
—Oye, Carl, déjalo al pobre, es un debilucho, que más podrá hacer. —Decía uno de sus amigos.
Lyna, que se había alzado de su silla para atender a Alessio, este, enojado, no se quedaría atrás.
—¡¿Qué crees que estabas haciendo maldito desgraciado?! ¡Te vi! —Resaltaba su enfado.
—A-Ale… Alfonso, tranquilo…
—¿Tranquilo? ¡¿Acaso debería estar tranquilo por lo que este cerdo quería hacerte?! ¡¿O la incomodidad que les estaba dando a Inés y a Luz?!
—No… P-pero no te debes meter en problemas, recuerda nuestra promesa con el señor Emilio. —Le susurraba.
Escuchando lo que le decía, tenía razón, no podía provocar problemas y revelar su identidad ante nadie; Alessio no era un chico que podría provocar una pelea, pero en esta situación injusta que encendía su enojo no podía dejar eso atrás.
—¡Oye! ¿Qué hacen tan silenciosos ahí? —Decía el muchacho llamado Carl—. ¿Qué te haces preocupando si le hablo así a tu amiga? ¿Acaso no se comparten las mujeres? Ja, ja, ja. Las mujeres están hechas para que admiremos su belleza, si eso incluye también a algunas excepciones. —Observaba a Inés—. Pero si quieres marcar terreno esta bien, eso tendremos que decidirlo, si una chica me interesa, la obtendré sin importar qué.
Escuchando la amenaza que le estaba dando, esto encendía más sus ganas de darle una paliza, pero tampoco quería provocar problemas, así que aguantando lo que le decía, tiene más en cuenta lo que le decía Lyna.
Levantándose gracias a la ayuda de Lyna y Jeremy, todos dentro del bar los estaba observando, como si esperaran algo de ellos.
—Quisiera darte una paliza y hacer que te lamentes por lo que le has hecho a ella; ella no es un juguete, ni otra mujer lo es, así que ten cuidado con lo que dices, no permitiré a nadie que le haga daño o hable mal a mis amigos, y muchos menos a ella, ten bien en claro eso.
Haciendo notar su enojo apretando ambos puños para soportar en darle un puñete, el muchacho votando una leve risa, lo observa como un insecto.
—¿Qué clase de cursilería haz dicho, idiota? Yo hablo y hago lo que quiero con quien quiera, tú no eres nada para impedírmelo, menos un enmascarado que le avergüenza mostrar su verdadero rostro, así que no digas estupideces y dámela, le daré el mejor placer que tu ni podrías darle, es toda una belleza carnosa andante, y tú sólo eres un mero perdedor que no aprovecha lo que está a su lado.
Provocando a Alessio para humillarlo, este se sigue conteniendo ante esas palabras, pero no fue hasta que…
—¡¿Eres sordo?! ¡Dije que me pases a la puta de tú amiga, no seas sordo idiota!
Alessio, sin soportar la situación, observa a su alrededor y toma la mano de Lyna.
—Nos vamos de acá.
Mandando a sus amigos irse de ahí, el da el primer paso sin hacer caso las barbaridades que decía, este era unos de los motivos por el cual odiaba la cerveza y sus efectos.
Al darle la espalda y Lyna siguiéndole, el sujeto que aún buscaba provocarlo dice el detonante.
—Que buen trasero, perrita.
Dicho esto, sin ya una pizca de paciencia y soportando todo eso, suelta la mano de Lyna y se avienta hacia él.
—¡Dije que la dejaras en paz!
Dándole un puño en su estómago, el chico había logrado lo que quería, estaba listo para humillarlo y divertirse.
Los demás que observaban lo que estaba por pasar, se quedan viendo y animando la pelea que estaba por comenzar, el espectáculo parecía prometedor.
—¡Alfonso! —Decía Lyna.
—Mierda, déjenlo en paz. —Jeremy al igual que Lyna que querían ayudarlo, vienen retenidos por lo otros colegas del chico.
—Ja, ja, ja, mírenlo defender a su amiga, ja, ja, ja. —Apretando la cabeza hacia el suelo a Alessio, este no podía hacer nada, pero tampoco quería quedarse con las manos cruzadas, por lo poco que podía hacer, intenta darle algunos golpes en su abdomen, pero parecía que no reaccionaba ante estos.
La situación se había vuelto todo un espectáculo para los otros que estaban bebiendo, ni uno mostraba la voluntad de ayudar a Alessio, más le importaban lo que veían que detenerlos.
—¡Eres un cobarde! ¡Te ocultas bajo una máscara! ¡Qué patético!
Ahora intentando quitar la máscara de Alessio, este intentaba escabullirse, no podía mostrar su identidad ante los demás, aunque sabiendo que eso lo podría beneficiar en cierta forma, era más los problemas lo que podría ocasionar si rompiera la promesa que hizo con Emilio.
—¿QUÉ ESTÁ SUCEDIENDO ACÁ?
Ante esto, una voz tan clara que dejaba que todos poco a poco dejarán de hablar, tienen su atención.
—¡Oye, John! ¡De-deja de arruinar la diversión! — Comentaba uno de los clientes en estado de ebriedad.
El chico al haber escuchado la voz del dueño y jefe del gremio, suelta a Alessio y lo observa un tanto nervioso.
—¡jefe! ¿Qué le trae por acá? Para ser alguien amargado y serio, una bebida no está más que mal, ¿no?
Hablando de forma relajada viendo como él se acercaba, John observa a Alessio y lo levanta.
—¿Qué sucedió acá? ¿Por qué ambos miembros de mi gremio estaban peleando?
—Bueno jefe, lo que pasó es que este principiante merecía unas buenas instrucciones, así que…
—Tú cállate, Carl, te conozco como eres, quiero que tú hables. —Mira a Alessio.
—Este idiota hablo mal de mis amigas, faltándole el respeto y sobrepasándose con ellas. —Respondía sin contenerse.
—Entiendo.
Observando con seriedad a Carl, agarra con fuerzas su palma derecha.
—O-oye jefe, sabes que duele.
—¡Más te dolerá si sigues comportándote así! ¡Sabías las reglas que se te dieron al calmarte con el alcohol para que vuelvas aquí, y lo primero que te hemos dicho que no hagas lo haces!
—Ya, pero sabes, un hombre nunca puede calmar su instinto natural, menos a una belleza poco común por acá… —Observando a Lyna con una mirada picara, John, sin pizca de gracia, le da una bofeteada que tiembla el ambiente.
—¡Compórtate de una vez, idiota! Estas así de cerca de irte de mi gremio, ya estás advertido, ¡oíste!
—Claro, señor…
—¡No te oí pedazo de mierda!
—¡Claro, señor!
—Más te vale, y va para todos los de aquí, se pueden divertir y hacer bromas, pero la falta de respeto es lo menos que se acepta acá, y si llegan a sobrepasarse como hace este idiota don nadie ignorante, a ustedes también se le espera, ¡oyeron!
—¡Sí, señor! —Entonaban los aventureros.
John, sin decir más y observar que la situación había sido solucionada, observa a Alessio.
—Llama a todos tus amigos, los espero afuera.
Caminando hasta la salida, Alessio hace lo mismo y les dice a sus compañeros que lo acompañen.
Ya afuera, John que los esperaba les habla.
—Lamento mucho que se hayan topado con ese miembro, ya Jeremy y Luz lo conocen, y ya habrán visto lo idiota que es y con el cual no se deben meter o no hacerle caso por más provocativo que sea.
—Sí, pero no podía permitir que le dijera esas cosas a Lyna, no sé si lo habrá visto, pero había puesto su mano encima de ella y la había tocado su cabello sin permiso, ¿cómo debería haber reaccionado ante esto? ¡Yo no podía permitir eso!
—Alessio, escucha, Emilio te dio esta oportunidad para que estes acá, no te juzgo por lo que querías hacer, ese idiota merecía y merece una buena paliza, pero recuerda que nadie puede saber que hay dos Emilios acá.
—¡¿A mi qué me importa?! ¡Yo sólo quería darle una paliza! ¡No permitiré que nadie le hable mal a Lyna! ¡Sí tan sólo podría ser más fuerte!
Consumido por su enojo e impotencia sin poder haber hecho algo, Lyna, que se acercaba hacia él, toca su mano para calmarlo.
—Alessio, olvida lo que dijo, es un tipo desagradable y no merece que le demos más atención.
—¿Pero acaso sabes que te estaba tocando? ¿Eso no te molesta?
—Claro que sí, me estaba dando fastidio y sentía miedo, pero quiero que te calmes, eso pasó y no podemos hacer mucho, no debemos llamar la atención.
—Es cierto lo que dice John y Lyna, por desgracia, es típico de aquí que suceda estos tipos de comentarios o acciones, lamento mucho que hayas tenido que pasar por eso, Lyna. —Apoyaba Luz.
—Haz caso amigo, Carl es todo un idiota desde hace años, le gustaba provocar a la gente por su mera diversión, tu no debes caer en su juego, aunque tu acción era buena, puro traernos varios problemas. —Agregaba Jeremy.
Escuchando las palabras que poco a poco le hacían razonar ante lo sucedido, calmándose, observa a John.
—Sí… Tienen razón amigos, perdonen si casi los meto en un aprieto, me dejé llevar por mis emociones que por la razón.
—Nadie aquí está juzgando lo que querías hacer, es muy bueno de tu parte defender a tus amigos, pero con la condición que tienes deberías pensar mejor ante estas situaciones y no dejarte llevar por tus impulsos y usar la razón; no te tomes a mal lo que sucedió esta noche al no haber hecho nada, tómalo como una experiencia, es lo único que te digo. —Observaba a cada uno.
Alessio entendía lo que quería decir John y sus amigos, pero las injusticias que había visto en su primer mes en este nuevo mundo como la vez que no pudo ayudar a la pareja y su hijo, haber perdido varias peleas quedando humillado y no poder darle su merecido a ese sujeto, le hacía sentir mal como si realmente no podría hacer nada a cambio.
—Sí, señor… —Respondía con un bajo aliento, con impotencia y recordando lo anteriormente mencionado, no dice más.
—Esta bien, es mejor que vayan a descansar, me enteré de que han derrotado a unos cuantos Mapolas, habrá sido un trabajo muy pesado, ¿no?
—Sí, cada uno dio su esfuerzo, ¿a que no, Alessio? —Dice Jeremy.
Alessio, que no parecía querer responder, Luz habla.
—Así es, todos esos Mapolas eran un par de idiotas, y si no fuera por Alessio, tal vez una parte del rescate no hubiera sucedido.
—Cierto, Alessio fue muy valiente al afrontar esos Mapolas. —Motivaba Lyna.
Escuchando las palabras que decían sus amigos no podía echarse a quejarse o bajar su autoestima ante ellos, no serviría de mucho, él se había prometido no volver a esos pensamientos y ser diferente en este nuevo mundo, por lo que, con sólo estas palabras y este pensamiento, los observa con una leve sonrisa.
—Gracias chicos, ustedes también dieron lo suyo —observa a Inés—, eso también te incluye.
Ella, sin sentir nada ante sus palabras, no dice nada y sólo parpadea sus ojos en señal de cansancio.
John, que estaba observando la situación que estaba delante de él, se queda más calmado y nostálgico ante viejos recuerdos del hermano de Jeremy y su grupo.
—Muy bien… ¡Jeremy! —Alzaba la voz, asustándolo.
—Ay mamá… —Daba un brinco—. Viejo, ¿cuántas veces me tienes que gritar al llamar mi nombre? Bueno, ¿qué sucede?
Esperando una respuesta de él, John sólo lo observa.
—¿Dirás algo o qué?
—Sí, te iba a decir que sigues siendo un idiota, buenas noches a todos.
Provocando una leve risa en todos para animarlos, Jeremy, que, enojado y humillado ante esto, más aún que Inés por primera vez había botado una leve risa maliciosa, lo hacía resaltar.
—¡Viejo! ¡¿Qué rayos te pasa!? ¡Ugh!
Al ver que John se iba sin hacer caso a sus rabietas, Luz se acerca hacia él y bromea.
—Tranquilo Jeridiota, es una bromita, no te alteres, vamos se más divertido, no te enojes, ¡¿sí?!
—Ya, ya, ya, total que más da. —Bostezaba—. Hoy a sido un día duro, pero valió la pena, los dos días anteriores fueron bien aburridos, ni que hablar cuando estuvimos con esos viejos. —Tronaba su espalda.
—No te quejes, al menos gracias al dinero extra que nos dieron puedes tomar tus cervezas.
—Sí, pero todo ese dinero fue desperdiciado por lo que sucedió hoy; en fin, volvamos al hostal, quiero darme un baño.
Al caminar y dar la delantera, los demás lo siguen mientras conversaban de diversas cosas, las risas y burlas formaba un grupo envidiable, era cierto que hace poco se conocían, pero el lapso que todos formaron los hizo tan importantes que parecía sus mejores días de su vida al convivir todos juntos.
Inés, que siempre era la única en estar atrás, no compartía lo mismo que ellos, la única razón por lo que estaba ahí y soportaba todo eso, no era más para vigilar a Alessio. Sus dudas eran cada vez más claras, y cuando tenga el momento adecuado en hablar con él, tiene planeado en decirle algo importante.
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Comments for chapter "26.7"
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Buena conclusión de ese pequeño arco de los Mapolas pero me pregunto porque siempre debe haber un problema en cada cap xD, como peleas o riñas pobres no pueden descansar a gusto pero ey al menos lo pusieron en su lugar a ese Carl y pudieron disfrutar la velada , Alessio defendiendo a la waifu a pesar de que el chico media mas de 1.80 eso si es ser valiente y lo vale y Lyna se lo hara saber creo, ese Jon tampoco se queda atrás por lgo es parte importante del gremio, ahora veamos que pasara con Ines y su cambio abrupto y apresurado de personalidad se que no queria ir pero debió disimularlo mejor xD, pero ey las risas no faltaron con su vaso de agua, esperemos mas capítulos!!
Jajaj Luz controla tu fuerza, casi me lo llevas al Jeremy con San Pedro :3
Y referente a Inés, ya con la conclusión de nuestros aventureros en lo relacionado con su batalla de las Mapolas, me pregunto ¿qué será lo que necesita pregintar?👀
Averiguarlo en el siguiente capítulo :3
Hasta ahora Alessio tratando de imponer respeto :’v.
Cierta mente senté una gran decepción por Alessio, pensé q podía mucho más… Pero me di cuenta con este capítulo lo q realmente el autor quiere trasmitir por parte del personaje, q por más que quiere hacer algo, no puede. Alessio tiene mucho q mejorar, no solo en habilidad sino también como personaje, y esta primera aventura es el comienzo para q pueda mejorar. Se ve q aún está en pañales y este es el inicio de su camino del héroe