Bajo Mi Mente En Otro Mundo - 27
Después de esa noche precipitosa cuya buena celebración fue arruinado por ese chico llamado Carl, el grupo de Alessio que ya hacían sintiendo la luz de un nuevo amanecer en sus rostros; Lyna, con la costumbre de siempre levantarse primero, había ido a atender al padre Franco y a la hija Julia.
Luego que los haya ido a atender y que se hayan despedido de ella, padre e hija emprendieron a su largo viaje hasta el norte de PerKler.
Lyna, que volvía devuelta a su habitación, recuerda lo sucedido del día anterior, por primera vez en su vida había pasado por esa situación, era como si su tiempo se hubiera ralentizado en ese momento, su mente no reaccionaba ante lo sucedido, como si estuviera congelada, pero gracias a la interrupción de Alessio, su fiel amigo, quebró ese cristal que hacía en su cuerpo.
Por pasar en el pasadizo, ante estos recuerdos no pudo evitar abrir la puerta donde Alessio y Jeremy dormían tan plácidamente; mientras que otras personas dormían con muñecas de trapo o con un oso de peluche, Jeremy dormía con su bate lleno de clavos y adornos, total, era algo muy especial para él.
“El señorito Jeremy podría hacerse daño con eso”, eso fue lo que pensó Lyna al verlo.
Por otra parte, Alessio no hacía más que seguirle el ronquido a Jeremy, si Jeremy iniciaba, Alessio le seguía inconscientemente, esto fue lo que Lyna se dio cuenta, expresando una risa.
“Podría levantarlos, pero ayer fue un día muy duro para ellos”, observaba a Alessio, encendiendo algo dentro de ella.
—Muchas gracias por lo de anoche, mi Alessio.
Susurrando en voz baja hacia su oído, en muestra de gratitud por todo lo que ha hecho él por ella, por más insignificante y poco que sea, para ella era lo mucho que alguien le ha dado hasta ahora, dándole un suave y tierno beso en su frente, para luego acariciar su cabello y observarlo con una sonrisa amable.
Cuya amabilidad que no evitaba mostrar, no se esperaría que alguien hacía detrás de ella.
—Ooooh… Qué bonita escena. —Dice Jeremy, poniéndola nerviosa y sonrojada.
—¡S-señorito Jeremy! E-eh…N-no es l-lo que parece… N-no pretendía nada…
—¡Ja, ja, ja! Menos mal que estoy acá, no quiero ser tío tan joven.
Bromeando ante los nervios de ella, el no evitaba la posibilidad que algo más podría haber pasado si el no hubiera estado ahí, pero Lyna, al escuchar eso; sonrojada y no crear malentendidos, le responde.
—N-no es lo usted piensa, s-sólo le agradecí por lo del día de ayer, p-pensar cosas raras es muy irrespetuoso de su parte, Jeremy.
Al observarla que se estaba sonrojando más de lo común, no tiene de otra que calmarse.
—Perdona entonces, ¿y que haces despierta tan temprano? —Intentaba cambiar tema.
—Oh… Eh… —se calmaba—, T-tengo la costumbre de despertarme temprano, es por parte de mi trabajo, pero hoy me di un pequeño capricho de dormir treinta minutos más de lo común.
—¡Sólo treinta minutos más! Vaya, si que tienes unas reglas con eso de ser sirvienta, ¿y entonces que haz hecho hasta el momento? ¿Te la has pasado viendo a Alessio hasta que amanezca?
—P-para nada, estuve leyendo el libro especial que me prestó la anciana, luego de eso atendí al señor Franco y a la señorita Julia.
—Tú que si no pierdes el tiempo como sirvienta.
Cruzando sus brazos pensando lo estricto que es ese oficio, recuerda algo.
—Es verdad, hoy el tonto de Tom me tendrá que decir el precio de esa cosa que le saqué de ese Mapola, ¿sabes qué hora es, Lyna?
Poniendo su dedo índice a su mejilla y alzar su mirada, le responde.
—Cuando baje con el señor Franco y Julia, el reloj de abajo marcaban las… 12:40.
—¡12:40! ¡Carajo, es tarde! ¡Tanto hemos dormido!
—Así es; quería despertarlos, pero hubiera sido muy irrespetuosa de mi parte despertarlos por lo cansados que estaban.
—¡Pero dormir hasta tarde es como desperdiciar todo mi día! —se alzaba de un brinco—, Ve despertando a las otras, ¡tenemos que ir al gremio ahora mismo!
Haciendo caso lo que decía, Lyna va a despertar a las otras chicas que ya hacían despertándose por los gritos de Jeremy.
Despeinadas y alistándose para ir al gremio, cada uno en el trayecto comía unos panes dulces que Lyna les había comprado en la tienda de Tony.
Al salir hacia la plaza, grande fueron sus sorpresas con la cantidad de personas que había, había más movimiento de lo normal, y muchas decoraciones de color verdoso era lo que abundaba por el lugar.
Esto era una buena ocasión para que muchos mercaderes comiencen a vender sus productos, gritando por todos los vientos sus beneficios y ofertas, ni que hablar la cantidad de niños corriendo y jugando, compitiendo quien era el más rápido, o quien tenía el juguete más grande y genial, el colapso era tal que él único lugar que parecía estar algo vacío era el gremio, extrañando a los recién llegados del grupo de Alessio.
—Wow, no esperaba ver pocas almas por aquí… —Mencionaba Alessio.
De las pocas personas que había en el lugar, la única persona que destacaba entre todos ellos era Tom que emitía un aura alegre, moviendo su mano como signo de saludo.
—Hola amigos, vengan hacia aquí, no se queden parados. —Los llamaba.
Acercándose hacia el mostrador, Jeremy habla.
—¿Y que fue del valor de esa cosa que te di? ¿Acaso lo perdiste?
—¿De qué estás hablando, Jeremia? Recuerda que yo no olvido nada, y si eso pasa, yo mismo me castigaré.
—Que raro eres sabes, ¿y que valor tiene esa cosa? Espero haya valido la pena todo.
—Eres muy directo, Jeremia, pero si es eso lo que te interesa en vez de saber y lo que siente tu amigo de la infancia, eres muy avaricioso.
—La avaricia forma parte para cumplir mis objetivos, pero eso no quiere decir que no me preocupe por los demás, ¡pero no estamos para eso ahora! ¡Dime el precio!
—Esta bien, esta bien —agitaba suavemente su mano—, sólo era una bromita Jeremia, no te alteres.
Dando la vuelta para sacar lo que tanto esperaba Jeremy, Alessio le habla.
—Se ven que son buenos amigos.
—Sí… Todo porque lo defendí de unos bravucones y otras cosas hace varios años, pero eso no importa, sigue siendo un idiota al solo hablar tonterías y llamarme con ese nombre tan tonto.
—Tal vez lo diga de cariño. —Agregaba Lyna.
—Me da igual si lo dice por eso, por más que le diga que no me llame así tiende a ser terco y aumenta más sus ganas de llamarme así.
Tom, que hacía escuchando lo que decían, movía su retaguardia de izquierda a derecha con leves movimientos burlescos.
—Ya Jeremia, te emocionará las noticias que tengo que darte.
Al sacar una hoja y ponerlo en el mostrador, le indicaba a Jeremy y compañía lo que había escrito.
—A ver… Según lo descripto y dicho por ti Jeremia, eliminaron unos cuantos Mapolas y rescataron a dos personas que no hacen por aquí; hoy unos cuantos miembros del gremio fueron al lugar de los hechos para recoger los cadáveres y limpiar la zona, además, pudieron sacarle un tipo de gema incrustada según tu descripción de un Mapola gigante peludo; tal objeto similar es familiar como el de los monstruos que se encuentran por ahí, por lo que su valor podría depender de su uso, y este muestra ser un objeto único y poco visto…
—¿Y…? No digas mucha palabrería y ve al grano. —Interrumpía Jeremy.
—A eso voy, tuve que hablar con un experto en este tipo de gemas extraídas de estos monstruos, según sus palabras y su extrañeza, los coleccionistas podrían pagar un buen valor por este, por lo que podría valer…
Dejando de hablar para incrementar la curiosidad, Jeremy estaba ansiado por saber las siguientes palabras.
—¿Realmente quieres saberlo? —Preguntaba para aumentar su intriga.
—¡Sólo dilo!
—¿Quieres saberlo todo?
—¡Te voy a dar una paliza si no hablas! —Sujetando la vestimenta de Tom, bota una leve carcajada.
—Ya, ya, no te alteres, si quieres saber todo, entonces no me hago culpable —ajustaba su voz—, bien, el valor de la gema que me diste ayer podría valer entre 800 a 1000 monedas de oro.
Escuchando ese valor tan jugoso que entraba por sus oídos, deja impresionados a todos, inclusive, Inés había dado una leve impresión.
—E-espera… ¿l-lo estás diciendo bien? —Tartamudeaba Jeremy.
—Mil monedas de oro… ¡eso es muchísimo dinero…! —Expresaba Luz.
—Así es, eso es lo que escucharon, ese es el aproximado del valor de este objeto. —Dejaba claro Tom.
Jeremy, que limpiaba sus oídos ante tal reveladora cifra, no evita cerrar sus puños y gritar de la emoción; todo sus esfuerzos y años de duro trabajo al fin eran pagados, de la felicidad que sentía, abrazaba a Tom.
—¡Maldito desgraciado! ¡Lo hubieras dicho primero! ¡Somos ricos!
—Sí, je, je, je…
A Tom le alegraba mucho ver a su amigo alegre, pero ver que el ambiente se estaba formando muy iluminado con ellos, el no mostraba ese mismo sentimiento ya que aún había una cosa más de la cual no había dicho, siendo el motivo por el cual no celebraba como ellos.
—Jeremia…
—¡Esto es motivo de celebrarlo! ¡Ja, ja, ja! ¡Se lo tengo que contar a mi madre y a Jessica! Claro, primero deberíamos repartirnos entre todos el dinero.
—Jeremia…
—¡Al fin nuestros esfuerzos dieron frutos! ¡Quién diría que este día llegaría! ¡Gracias, Dragón del Norte!
Sin hacer caso la llamada de Tom, este toca su espalda llamando su atención.
—Jeremia, escucha…
—¡Claro que te escucho mi amigo! ¡Qué quieres decirme! —respondiéndole con una sonrisa de oreja a oreja, esto cambiaría por lo que estaba por decirle.
—Mira… es asombroso que en tan sólo una noche te hayas vuelto rico, pero hay otra cosa que aún no te he dicho.
—Sí, dime, ¡tal vez la próxima semana al fin te compraré un bate igual y podrás ir de aventuras junto conmigo!
Escuchando una promesa de la cual no se podría cumplir, teniendo una mirada suave y tomando fuerzas en decirlo, mira a otra parte para no ver su reacción y del resto.
—Todo el dinero que ganaron se irá directo a su deuda y reconstrucción de las áreas dañas y quemadas de la zona donde estuvieron, así que lo siento, no ganaste ni ganaron nada…
—¿Qué…?
Jeremy, que hace momentos había mostrado una gran alegría, ahora respondía como un tono muerto.
—Lo lamento, Jeremia, están en las reglas y tuviste y tuvieron suerte que ganaron lo suficiente para pagar su deuda por daños.
—Entonces seguimos siendo pobres como siempre… —observaba a Luz—, ¡esto es tú culpa! ¡Si no hubieras usado tus flechas incendiaras esto no habría pasado!
—¡O-oye! ¡No me eches la culpa! —pensando con claridad sus acciones, acepta su error—, Bueno… Tal vez si lo sea… lo siento chicos, y hasta nunca a mis ricos manjares. —Lamentaba con un puño formado.
Lo que hubiera parecido un cambio en sus vidas en un 180°, sólo fue un mero 360° al volver al mismo punto de antes; los más afectados eran Jeremy y Luz, siendo animados por Lyna y Alessio, pero sin éxito alguno.
Tom, dándose cuenta lo que había provocado, esperaba animarlos con sus siguientes palabras
—Escuchen, eso no es lo único que quiero decirles y tal vez ya no quieran escuchar nada más, pero hace menos de cuarenta minutos vino un señor llamado Franco.
—¿Ese gordo? ¿Acaso te dijo que nos pagará con panes? —Respondía Jeremy con sarcasmo.
—Para nada, sólo vino a saber sus nombres completos para luego darles sus pagos en unas semanas como agradecimiento.
—¿Y no dijo nada más? —Decía inesperadamente Inés.
—¿Cómo que no dijo nada más? Sólo pidió el nombre de Lyna, Jeremy, Luz y el tuyo, en ni un momento pidió el nombre de… bueno, Alfonso en este caso.
—Esta bien, de algo sirvió amenazarlo.
Pareciendo broma lo que decía Inés, por muy extraño que parezca había logrado animar el ambiente, pero era lo menos que ella quería, la verdad de esas palabras era que no habría sentido nada de empatía si realmente el padre o la hija hubieran muerto; sus prioridades eran más altas que preocuparse o sentir lastima por desconocidos.
—¿Así que eso es todo lo que querías decirnos?
—Así es, Jeremia, pero cambiando de tema, ya habrán visto que el pueblo se está preparando para el festival, por ende, el gremio cerrará temprano, así que tienen el día libre hasta el día de mañana.
—Bueno, supongo que no hay mal que por bien no venga, ese panzón no por algo nos quiere recompensar con algo, deberá tener mucho dinero, ¡ay!
Venía golpeado por Luz.
—¡Ten respeto hacia los demás!
—¡Ya deja de golpearme, no me importa si te lo repito, pero por tu culpa nos hemos quedado sin tener una fortuna!
—¡Eso que me importa! ¡Aún no estas listo para tener esa cantidad de dinero! ¡Solo te convertirías en alguien egocéntrico!
—¡Silencio, chica! ¡Yo hubiera ayudado a mi familia! ¡Tú sólo te los hubieras gastado en manjares hasta que el pantalón no te cierre!
—¡Tienes algún problema con mis gustos culinarios, Jeridiota!
Peleando entre ambos, cada uno estaba observando al otro, creando una chispa al verse entre ellos.
Alessio, que los había separado para calmar la situación, les habla.
—¡Cálmense los dos! Lo importante es que todo pudo salir bien y recibirán sus pagos, sea poco o mucho, es la muestra de la gratitud de una persona de la que pudo haber muerto.
Escuchando lo que decía, ambos calman sus aguas.
—Tiene razón… Es mejor olvidar eso y disfrutar este día libre, ¿qué dices, Jeremy?
—Olvidar que pude haber ganado esa cantidad de dinero es difícil de ingerir, pero bueno, ya habrá otra manera de ser ricos; las bebidas son más ricas y económicas en el festival, así que no todo está perdido.
—Así se habla Jeremia, espero que se diviertan y disfruten del festival, tal vez los vea luego.
Calmado la situación, todos se despiden de Tom y salen del gremio con las manos vacías y con un sentimiento de decepción.
—Bien, el festival comienza alrededor de unas cinco horas, en el tiempo que nos queda podemos ir a comer algo, ¿ustedes que dicen? —Recomendaba Luz al sentarse.
—Buena idea, no hemos hecho el desayuno así que lo mejor sería ir a comer algo muy rico. —Agregaba Lyna al juntar sus manos.
—Es cierto, el hambre está que me mata. —Mencionaba Alessio al darle vuelta a su estómago.
Lo que nadie se esperaba al decir eso, algo dentro de Luz se estaba creando en una necesidad de darles de comer y hacer que prueben lo que ella más gusta, era una buena ocasión de la cual se aprovecharía sin dudarlo.
—¡No se preocupen! ¡Yo sé a qué lugar llevarlos a comer!
Dando la delantera y que los demás la sigan, ella los iba a guiar hacia el lugar donde ella más amaba estar, sin tantos minutos que les habrá tomado ir hacia ese lugar, se dieron cuenta que ya habían pasado por esa zona el día anterior.
—¡Tarán! ¡Ya llegamos! —Exclamaba Luz con aire de alegría—. Este lugar les fascinará, tienen unos platillos que te hacen sentir, ¡hmmm!
Al deslizar la puerta con emoción, alza su voz.
—¡Mesa para cincos! —Expresaba a los confusos clientes que estaban comiendo con tranquilidad.
—Oye Luz, cálmate un poco, ni que fuera la última vez que comerás acá. —Dice Jeremy.
—¡Cállate! Si tu te emocionas al ir a tu cantina, yo me emociono en estar acá.
—Sí, ya que…
Esperando desde la puerta, un anciano se les acerca hacia ellos para atenderlos.
—Hace días que no te veo mi pequeña arquera, se ve que estas ocupada con el trabajo que te encomendaron. —Decía el anciano como si conociera a Luz.
—Lamento mucho si no he ido a casa abuelito, debería haberte enviado una carta, pero fueron días apretados. —Rascaba su cabeza con una sonrisa.
—No te preocupes, —observaba al grupo—, así que estos son tus nuevos amigos, soy el abuelo de Luz, espero que se estén divirtiendo por acá, en cambio tu no Jeremy, tú debes trabajar más duro y en perfeccionar tu calma ante las batallas.
—¡Eso es lo que intento! ¡Pero me es difícil! ¡Ay!
Renegando ante el consejo del abuelo, este con su bastón le da un golpe en su cabeza.
—Bueno, es un gusto tenerlos acá y que mi nieta y Jeremy los estén tratando bien, ¿seguros que Jeremy no les ha causado ni un problema?
Jeremy volteando sus miradas hacia ellos, esperaba que no dijeran nada malo de él.
—Es un buen compañero y amigo, pero es muy gritón. —Mencionaba Alessio.
—¡¿Qué?!
—Sí, y es muy dormilón. —Agregaba Lyna siguiéndole el juego a Alessio.
—¡Lyna!
Escuchando lo que decían, se sentía traicionado y con temor que se le dijera cosas malas de él, por más broma que parezca, no quería que el anciano supiera más de sus debilidades, podrá resistir cualquier puño o golpe, pero ese bastón le daba cierto temor al chocar en su cuerpo.
Ahora que Alessio y Lyna había dicho cosas “malas” de él, faltaría Inés que hablara, suponiendo como era ella, Jeremy se esperaría lo peor ante sus palabras, cosa que no estaría más en lo correcto en suponerlo.
—Es una persona confiada, avariciosa y patética que no mide sus palabras o entonación…
—¡I-Inés…! —Le interrumpía.
—A pesar de ello, se le puede ajustar su retorcida personalidad con duros golpes.
Sin esperar que Inés dijera algo así, Jeremy en vez de verlo como algo tierno o que se preocupaba por él, lo toma más como un insulto y burla hacia su persona.
—¡Podrías dejar de ser tan así, cuatro ojos! ¡Agh!
El anciano, observando la conversación que había entre ellos, botaba una leve carcajada y con eso ya respondía a su pregunta.
—Entonces todo esta bien, te salvaste por ahora Jeremy, pero recuerda —alzaba su bastón—, tendré muy en cuenta lo que dice tu amiguita, es sabia. —Refería a Inés.
Inés, que no mostraba sentimiento alguno ante esas palabras, sólo parpadea y su estómago, tan irrespetuoso sin quererlo, suena ante el signo del hambre.
—Sí están aquí no es sólo para ver a este anciano, vengan, los llevaré a sus mesas, deberán tener mucha hambre.
—No te preocupes Inés, te aseguro que te gustará lo que comerás acá, te lo prometo. —Expresaba Luz con felicidad.
A ella no le ponía nerviosa o ansiosa el silencio o seriedad de Inés, comprendía que ella era de pocas palabras y hacerla sentir menos sería malo de su parte, pero haría lo que fuera para que disfrutara el lugar donde ella más amaba estar.
Al ser dirigidos hacia su mesa, cada uno se sienta en sus lugares y ven el menú.
—Y bueno, ¿qué van a pedir? —Decía el anciano.
—Yo lo de siempre, un buen plato con carne asado con plátano y huevo frito y una baso de cerveza estoy más que contento. —Respondía Jeremy.
—Tú ya sabes lo que más me gusta abuelito, ¡una buena porción de arroz con ensalada mixta, o si no, también podría ser la ensalada morada con papas fritas y dos jugosas piernas de pollo asado junto con un jugo de limón!
—Sabía que iban a pedir eso, ¿y ustedes que van a pedir? —Preguntaba a los otros.
—Veamos… Wow, esto te puede gustar Ale… Alfonso —Indicaba Lyna ayudándole a Alessio al no saber leer el idioma de este mundo—. Este platillo es el mismo que te cocinaba, era de tus favoritos.
—Es lo que casi siempre me cocinabas y que rico que era, pero debe haber algo más en el menú, ¿qué es eso? —Señalaba uno de los platillos escritos.
—Este es una sopa de vegetales.
—¿Y que más hay abajo?
Lyna que le explicaba cada cosa del menú que había, el anciano se dirige hacia Inés.
—Por mientras que ellos deciden, ¿tú que pedirás?
Inés, que leía el menú con mucha atención, dejaba curiosa a Luz a saber lo que podía pedir.
—Un plato de lentejas que contenga salchichas recortadas y agua. —Bajaba el menú al responder directamente.
—¿Nada más eso? ¿No quieres que le ponga algo de arroz? ¿O una carne?
Observándolo con seriedad, piensa en las sugerencias que le decía.
—Eso no estaría mal, pero si eso significa que deba pagar más entonces no, sólo pediré eso.
—Vamos Inés, pide algo más, ¡la casa invita!
—¡Ejem! —Entonaba el anciano a Luz a su precipitación.
—B-bueno… Yo invitaré, je, je, je —se retractaba.
Inés, que no decía nada, ella ya había pedido lo que quería, no sentía la necesidad de pedir otra cosa.
Su silencio ante la petición de Luz, el anciano entiende su pedido y lo apunta.
—Entonces eso es lo que pedidas, esta bien, ¿y ustedes dos?
—Yo pedide un plato de ensaladas, y que tengan un poquito de sal, y si es posible un poco de limón no estaría mal acompañado con un vaso de agua. —Ordenaba Lyna.
—En mi caso yo pediré lo mismo que Luz pero un poco más reducido, quiero probar esa ensalada morada.
Alessio no pedía eso sólo por lo llamativo que sonaba, claro, lo era, pero era por otro motivo nostálgico de su viejo mundo, y si era cierto lo que suponía, entonces vendría más seguido a este lugar a comer.
—Bien, entonces esperen sus órdenes.
Marchándose hacia la cocina, el grupo de amigos comienzan a platicar.
—Creo que debería ayudar a tu abuelo, no puede hacer el todo sólo. —Dice Lyna, escapando su instinto de sirvienta.
—Ay Lyna, estas como aventurera, no te preocupes por mi abuelito, el tiene a sus cocineros ahí dentro, y si piensas que es sólo un pobre anciano pues te equivocas. Además de ser el que atiende este restaurante, él también es un buen enseñante con el uso del arco, y todo lo que sé fue gracias a él.
—Tienes razón, lamento mi precipitación, pero es algo de admirar que tu abuelo se esfuerce.
—Sí, el desde hace mucho podría haber dejado de trabajar y reposar sus últimos años en casa, pero, aunque él lo quisiera, no puede permitirse eso, sólo somos él y yo, se sobreexplota para poder cuidarme y que no me falte nada.
—Y no le haz dicho que no se, ¿podrías tomarle el puesto de su trabajo? —Preguntaba Alessio.
—Siempre le he dicho eso, pero es tan persistente que siempre vuelve al trabajo o nos entrena a mí y a la hermana de Jeremy, pero no se preocupen por eso, él se siente cómodo haciendo esto, desde muy joven siempre le ha gustado estar haciendo algo, así que ya es algo de él… —Observando el vació al recordar viejos recuerdos, reacciona rápidamente al no querer que la vean así—. B-bueno, así es mi abuelito, tan trabajador como Paquito el trabajadorcito, je, je… —Rascaba su cabeza.
—Prefiero más a tu abuelo que esos abuelos que hemos ayudado, al menos él hace algo, pero bueno, cambiando de tema, ¿qué planes podemos hacer? Tenemos el día libre. —Dice Jeremy.
Pensando en lo que podían hacer en el resto del día, rápidamente a cada uno se le vino una idea.
—Yo sugiero que paseamos por el lugar, deberían ya haber puesto algunas atracciones. —Sugería Luz.
—¡Es cierto! ¡Ya verás que este año romperé el récord de golpear a la bestia! —Desafiaba Jeremy con emoción.
—Eso ya estará por verse. —Ponía su mano en su musculo con aires de una victoria asegurada.
—Pues no está mal, realmente a mí no se me ocurren ni una idea, sólo quisiera disfrutar este día con ustedes —Expresaba Alessio—, y tú Lyna, ¿qué sugieres?
Lyna, que hacía pensando en dar una sugerencia, recuerda la conversación que tuvo con la anciana en la mañana hace dos días, por lo cual, un poco nerviosa en contarles lo que tenía en mente, comienza tartamudeando.
—E-estaba recordando algo… S-si soy sincera, me está gustando pasar estos días con ustedes, son días especiales del cual no quiero olvidar; e-esa vez cuando hable con la señora Andra mencionó algo que me estaba olvidando decirles, y creo que esta es una buena ocasión para contarles…
Sintiendo las miradas de sus amigos, baja levemente su mirada y juega con sus manos.
—Y-yo e-estaba pensando si… Bueno, t-tal vez…
Costándole hablar lo que pensaba, Alessio entendía lo difícil que era exprimirse hacia otros, el también había pasado por eso en su mundo, y en esos momentos cuando sufría eso, le hubiera gustado que le hicieran saber que no se burlarían de él por lo que dijera y que no estaba sólo, por lo cual, con este pensamiento, le habla.
—Entendemos lo que dices, suele ser complicado decir lo que sientes a los demás, pero ten en cuenta que somos tus amigos, y cualquier cosa que tengas que decir lo devolveremos con una sonrisa.
No era de extrañar que Alessio le dijera estas palabras, siempre él encontraba la manera para que su amiga no se sienta menos y se sepa valorar un poco más, darle la confianza que se exprima era algo que le llenaba, cosa que Lyna apreciaba e iluminaba más su cariño hacia él.
—Así es, Lyna, di lo que tienes que decir; si es divertido y nos reímos no es porque hayas dicho algo tonto, bueno, sí, pero no porque nos burlemos de ti, sino porque eres nuestra amiga, y entre amigos nos reímos. —Agregaba Luz.
—Escucha Lyna, yo suelo decir cualquier tontería cada hora, pero eso no me impide que hable de cualquier cosa, lo que te falta es más confianza en ti misma, ¡pero ey! Ve a tu ritmo y nosotros te seguiremos. —Expresaba Jeremy masticando un palillo.
—Chicos…
Observando su mano para luego ponerlo en su pecho para calmar sus pulsos, teniendo su mirada hacia abajo los alza para ver a cada uno de sus amigos.
—Gracias por la confianza y oportunidad que me han dado, yo al ser una sirvienta es difícil que tenga amigos, pero desde la llegada de Alessio todo cambio y estoy viviendo la otra cara de la moneda que nunca pensé volver a vivir y eso es gracias a ustedes y quisiera recordarlo para siempre, por eso quisiera sugerirles algo…
Conmovidos por las palabras que decía, cada uno le da la aprobación que hable, por lo que más segura de sí misma, les dirige las siguientes palabras:
—No se si estén de acuerdos, y no quiero que metan nada de dinero, yo seré que lo pague. La señora Andra me había comentado que aquí hay alguien que hace retratos, a-así que pensaba si quisieran que nos hicieran un retrato juntos, congelar un momento del tiempo y conservarlo por siempre, c-claro si es que quieren y l-lamento mi precipitación, tal vez no sea una buena s-sugerencia así que no…
—¡Qué buena idea! —Interrumpía Luz—. ¡Me parece algo genial hacer un recuerdo entre nosotros!
—Es cierto; ¿vez, Lyna? No fue difícil decir lo que sentías, yo también estoy de acuerdo en hacer un retrato todos juntos. —Dice Alessio apoyándola.
—Entonces eso es lo que haremos el día de hoy. —Jeremy, que tiraba un puño a la mesa, con emoción se expresa—. ¡así que demos por iniciado a este maravilloso festival!
Decididos por lo que iban a hacer, Lyna estaba contenta por el buen ambiente que había creado, Alessio que estaba a su costado le da una sonrisa, haciendo que ella misma haga lo mismo.
Emocionados y entusiasmados, con sus almuerzos listos comienzan a devorar y hablar de tantas cosas, no parecía que habría momento vergonzoso al hablar, bromeaban y reían sin parar, cosa contraria que Inés no mostraba dar, ya que sólo en su hermano llegaba recordar.
Al terminar sus almuerzos, pagando y despidiéndose del anciano, van afuera a disfrutar lo que podrá dar este festival que muchas emociones traía a los pueblerinos; yendo a diversos puestos de juego como el ya mencionado (Golpea al monstruo), donde trataba de golpear en los diez huecos que este muñeco podría salir aleatoriamente, siendo Luz la ganadora por tercer año consecutivo, creando una rabieta en Jeremy, que por accidente había roto el martillo del enojo, sin saber que por desgracia, debería pagar por eso, creando una burla amistosa entre sus amigos.
Y así se la pasaron toda la tarde, yendo a distintas atracciones y varios puestos de comida, vestimentas y objetos, Lyna queda maravillada ante las tantas cosas que veía, las ofertas exageradas le eran motivo de aprovechar el momento para comprar, a pesar de eso, se mide a sólo observar con curiosidad con algo de nostalgia, como si ver todos los puestos de negociosos y mercaderes le trajera viejos recuerdos de su niñez, pero estos pensamientos son interrumpidos al cambiar su mirada hacia sus amigos, para que recuerde el retrato que ella les había recomendado hacer.
Llegando hacia la tienda donde la señora Andra le había mencionado ir, hablan con el pintor que, con sus tantos retratos pegados en sus paredes, era significado que era un profesional, por lo que gastar una moneda a cambio de un recuerdo que podrá durar hasta el final de sus vidas, cada uno a gusto de cumplir ese deseo de Lyna, se ponen juntos y se quedan quietos por varios minutos hasta que el pintor tenga una base de ellos.
Luego de varios minutos hasta que acabara el pintor, este les dice que el retrato estará listo en unas horas, por lo que, saliendo todos con felicidad, se dan cuenta del cielo casi azulado que mostraba que el atardecer estaba por llegar.
Al caminar hacia la plaza platicando, dos figuras femeninas que parecía que se estaban acercando hacia ellos, unas de ellas saltan encima de Jeremy.
—¡Hermanito! —Decía una voz femenina desconocida.
—¡Agh! ¡Jessica, bájate, me asfixias! —Exclamaba
—Hija, no molestes a tu hermano, está trabajando.
—¡Pero mamá! Hace días que no lo veo, ¡cómo quisieras que reaccionara! —Observa a Jeremy con un puchero formado— ¡Eres un mal hermano por no enviarnos una carta! ¡Malo!
—Ey, ey, Jessica, me alegra verlas por acá, pero como dijo mamá, he estado ocupado en un asunto urgente, pero ya que estás acá, te quiero presentar a mis nuevos amigos, Alfonso, Lyna e In…
Observando a las caras nuevas que veía, interrumpiéndolo, va a saludarlos con emoción.
—¡Hola Luz! —Iba hacia ella—. ¡Wow! Ustedes deberán ser las personas de los que mi hermano y Luz cuidan, soy Jessica, y espero que estén disfrutando de estar acá, mi hermano suele ser un tanto tonto con gente nueva, pero es un buen hermano, ¿no es así, Luz?
—Exactamente Jessica. —Acariciaba su cabello—. Espero que estos días que he estado fuera hayas estado entrenando con el arco como hemos acordado. —Alzaba el ceño.
—Je, je, je… —Reía al saber que no había cumplido con eso.
—Lamento Luz si mi hija no ha entrenado mucho, ha estado más concentrada en sus estudios, cosa que alguien más podría haber estado haciendo en vez de adentrarse a este mundo de aventuras. —Observaba a Jeremy.
—Venga mamá, ya hemos hablado de esto.
Jeremy mientras hablaba con su madre, Lyna los observaba con curiosidad, como si nunca hubiera tenido esa atención maternal, pero esos pensamientos son interrumpidos por la hermana menor.
—¡Así que usted debe ser Lyna! ¡Eres muy bella! ¡Espero que seamos amigas! —Sosteniendo sus manos con las de Lyna, los suelta tan rápido al sentir contacto con ella.—. ¿Qué sucede? —Preguntaba extrañada.
—A-agradezco mucho tu a-algo, p-pero yo no soy nada bella, s-sólo soy una sirvienta…
—Oh… Entiendo… ¡Pero igualmente eres preciosa ji, ji, ji!
Sintiéndose presionada ante los repentinos halagos de ella, busca una respuesta en Alessio, observándolo.
—No te preocupes, Lyna, es cierto lo que dice, eres bella, de eso no hay dura.
Provocando que se sonrojada, sin encontrar un modo de salir de esto, sólo mantiene su mirada hacia abajo juntado sus manos.
—¡Vez! No te sientas mal, Kiki.
—¿K-ki… ki?
—Oh… Perdona, je, je, je —Rascaba su cabeza—, me recordaste a un personaje de una historia que estoy leyendo, es tan bella y tímida como tú.
Al escuchar la palabra “Historia”, era motivo para que dentro de Lyna le encendiera su pasión hacia la lectura, y gracias a esto, su miedo social desaparecía.
—U-una historia… ¿Te gusta leer historias?
—¡Claro! ¡Luz me presta muchos de sus libros ya leídos cada semana! ¿A ti también te gustan?
—Sí, a-aunque no he leído muchos por el poco tiempo que he leído, pero me gustan mucho…
Agarraba nuevamente sus manos.
—¡No importa si has leído pocos libros, lo que importa es la pasión que tienes hacia ellos!
—S-sí… Tienes razón. —Expresando una liviana confianza al compartir los mismos gustos, Alessio se sentía orgulloso ante esto, pero algo dentro de él le indicaba que debería ir a hacer sus necesidades.
—Oye Luz, ¿sabes donde hay un baño? —Preguntaba.
—Claro, hay uno cerca en el callejón del gremio, ¿por qué lo pides?
—¿Cómo que por qué lo pido? ¿Qué más entonces?
—Estaba bromeando, nosotros te esperemos en la fuente de la plaza, no te tardes mucho.
—Perfecto, Lyna… —La interrumpía mientras hablaba con Jessica—. Iré al baño, no tardaré mucho.
—Oh, en ese caso te acompaño.
—E-espera, no es necesario, se ve que estás disfrutando en conversar con la hermana de Jeremy, te hará bien compartir tus gustos con los demás.
—Sí, pero podrías perdert…
—No sé perderá, Kiki, es difícil que uno se pierda en este pueblo.
—Pero…
—¡Deja a tu novio en paz y pasa tiempo con la pequeña Jessica! —Abrazándola de manera tierna, la tiene prisionera— ¡Aaaah, hueles a fresas!
—A-alfonso, p-por favor, no te pierdas —Decía un tanto incomoda y preocupada.
—No te preocupes, a cualquier parte que vaya, cualquier camino me llevará hacia ti, así que dame esos cinco.
Alzando su mano, ella hace lo mismo que él; confiando su palabra, chocan sus manos.
—Y tu siempre tendrás mi apoyo y ayuda, no tardes.
Devolviéndose una sonrisa entre ambos, Alessio da media vuelta y va hacia el baño, dejando a Lyna atrás.
Mientras caminaba sólo viendo todo lo que estaba a su alrededor, era la primera vez que caminaba por su cuenta en este nuevo mundo, era una sensación extraña que le traía recuerdos de su viejo mundo al estar siempre sólo cuando caminaba, comparando ambas situaciones, era claro que había diferencias y esto le traía una paz mental y social al saber que, aunque camine solo, sabe que tiene sus amigos esperándole.
—Hola, Alfonso. —Mencionaba una voz gruesa que pasaba por ahí, era John que lo había saludado.
—Hola, señor John.
—¿Qué haces caminando sólo?
—Sólo estaba yendo al baño, nada más que eso.
—Entiendo. —Observando ambas partes, de izquierda a derecha, le habla—. ¿Tienes un minuto para hablar?
—Eh… Claro, ¿qué sucede?
—¿Cómo te encuentras estando acá?
—Pues bien, Jeremy y Luz son muy buenos con nosotros, han sido unos días un tanto movidos para mí, pero eso esta bien, era algo que yo quería.
—El querer de vivir la aventura, a muchos les nace eso, pero pocos mantienen ese deseo hasta el final.
Seguían caminando…
—Tiene razón; no se si pueda preguntarle, ¿pero usted desde hace cuanto tiempo lleva haciendo esto?
—¿A qué te refieres, muchacho?
—Bueno, para ser el jefe de un gremio deberás de haber pasado por varias aventuras supongo…
—Así es, muchas aventuras de las cuales me arrepiento de haber vivido…
Teniendo la mirada hacia adelante, Alessio se siente confundido ante esas palabras con un peso profundo…
—Lamento si pregunté eso… —Disculpaba Alessio.
—¿Por qué lo lamentas? —Suspiraba—. No importa.
Sin decir más mientras caminaban, Alessio se sentía en la necesidad de seguir hablándole, por lo que le dice:
—Le agradezco que haya aceptado para que venga acá.
—No tiene sentido que agradezcas, le debía un favor. —Refería a Emilio.
—Oh… bueno, tampoco quisiera indagar mucho, ¿pero desde hace cuánto tiempo conoce al señor E?
Escuchando la pregunta que le hacía esa persona igual que él, se queda callado para luego responderle.
—Desde hace varios años.
—Ya veo… sí que su amistad ha durado mucho, ¿no?
—…
Deteniéndose poco a poco al escuchar eso, tiene la mirada hacia el vacío, como si estuviera recordando algo del cual le estaba consumiendo.
—Eh… ¿Está todo bien, señor John?
Alzando su mirada hacia él, le habla.
—No somos amigos para nada, o al menos así lo fue hace varios años… —Volvía a tener la mirada hacia abajo—. Tanto poder, tanta influencia… ¿Para qué? Sí a las finales no ha solucionado los tantos problemas que hay en estas tierras como parar la delincuencia, la hambruna, los problemas sociales o cerrar o interferir en el tráfico ilegal de esclavos y de personas; no me cabe duda que la academia de donde viene tu amiga roben, o capturen a huérfanos para llevarlos ahí y entrenarlos en un régimen totalitario para lavarles sus mentes y privarles de su libertad sea de expresión que de vida, limitándose a sólo ser personas sumisas sin voluntad ni opinión propia, y sólo vivir a base de las ordenes de los demás… —Alzaba su mirada hacia Alessio—. ¿Qué es lo que realmente estás haciendo, Emilio…? ¿Ya olvidaste esas palabras que nos prometiste y por todo lo que hemos pasado…?
Apretando sus dientes al soportar su enojo, no aguantó expulsar esas palabras hacia esa persona que era similar a ese Emilio que él conocía, pero dándose cuenta hacia quién realmente le estaba hablando, soba suavemente su frente y se disculpa hacia el Alessio confundido.
—Hmm… Olvida lo que dije, no te incumbe nada lo que dije… —Tocaba su hombro—. Más bien, disfruta del festival con tus amigos chico, haz feliz a tu amiga, muy posiblemente haya pasado por mucho en esa academia, ve.
Dejándolo atrás sin decir más, esto extraña a Alessio, dejándolo más confundido de lo que ya había estado por las palabras del Mapola del día anterior, o lo que le dijo Marst, ya eran tres personas que le hacían cuestionar sobre el mundo donde estaba, no era un mundo donde todo parecía estar estático o que fuera color de rosas, era un mundo del cual tenía sus cosas por descubrir y mostraba una faceta que él aún no lograba ver.
Esto recorre en la mente de Alessio al caminar e ir al baño, ¿qué es lo que realmente quería significar lo que le dijo Marst o el tipo de la armadura en su primer día? ¿Qué tiene que ver Emilio con el Mapola del día de ayer o porque John mostraba rencor hacia él? ¿O porqué cada vez que quisiera hablar de su mundo había algo que le impedía?
Mirándose el espejo y al quitarse la mascara para lavarse su rostro, observa sus ojos con incertidumbre al buscar una respuesta, pero como siempre pasaba, no llegaba a nada, si no fuera porque tiene a sus amigos y está distraído por otras cosas, estaría muy consumido a esas interrogantes que hacen escondidas dentro de él, en busca de alguna respuesta…
Al salir del baño, observa el cielo bajo donde él estaba, a diferencia de los otros días, donde siempre iba acompañado de su típico anaranjado atardecer, sólo se mostraba un cielo azul cálido y pacífico con pocas nubes; sabiendo que faltaría poco para que sean las seis, hora importante para todos en el festival a la espera del atardecer verdoso, había alguien al cual no le importaba eso, interrumpiendo al apena Alessio que había salido del baño.
—¡Auch! —Exclamaba Alessio al ser apoyado hacia el muro con fuerzas.
—¿Te acuerdas de mí? ¿Creíste que nuestra pelea no iba a continuar? —Carl, que lo había estado siguiendo y en busca de venganza por lo de la noche anterior, le da un golpe en su estómago.
Alessio, tirado intentando recuperar el aliento, le era difícil con la máscara que tenía puesto, pero al improviso recibe una patada de parte él.
Ambos que se encontraban en un callejón algo oscuro sin que nadie pueda ver lo que estaba pasando, Carl había aprovechado esta situación para vengarse.
—¿Acaso quién eres para impedir que me junte con las mujeres que quiero? ¡¿eh?! —Al levantarlo bruscamente y empujarlo hacia una esquina para tenerlo en sus ojos, lo observa con desprecio—. Te vi hablando con John, no cabe duda de que eres su favorito y haya entablado una amistad rápido contigo, o que tengas a una verdadera belleza a tu lado, espero que aún no la hayas estrenado, porque yo debo ser el primero.
Sacando una pequeña navaja de sus bolsillos, lo muestra a Alessio para intimidarlo.
—Primero quiero saber quien está detrás de esa mascara, ¿por qué debes ocultarte? ¿tienes miedo de que se burlen de ti? No sé porque una belleza como ella se juntaría con un débil fracasado que oculta su identidad.
Apretado y sin salida, no podía hacer nada, había la posibilidad que mostrara su rostro y que vea a Emilio, pero eso podría provocar que él saliera corriendo y avisara a todos de su presencia, rompiendo la condición que hizo con su gemelo.
—¿P-por qué tanta obsesión con esto? N-no ganarás nada… —Decía Alessio pensando en un plan.
—Me gusta la venganza y hago lo que sea para tener lo que quiera, y si mi objetivo es esa amiga tuya, entonces haré lo que sea para tenerla. —Jugando con su navaja para intimidarlo, Alessio buscaba una manera para cubrirse con las pocas cosas que había en su alrededor.
—Si John se entera lo que vas a hacer, eso sólo te meterá en problemas… —Intentaba entrar en razón con él.
—¿Y a mí qué? Eres un don nadie, mereces una paliza para que sepas en que posición estás, gente como yo merece lo mejor, y tú sólo debes ¡servirnos! —Lanzaba el primer ataque.
—O-oye, ¡tú estás loco! —Esquivaba con temor.
—Je, je, je… —Reía disfrutando lo que hacía.
Carl era un busca pleito derecho y directo, si encontraba alguien que se creía mejor que él, lo destrozaría hasta que aceptara su posición delante de él, pero Alessio no estaba para ese juego de niños.
—Esto ya lo hemos dejado ayer; si no fuera porque tengo una promesa que cumplir haría lo que fuera para acabar contigo —aprieta sus puños—, no soporto que hables así de mi amiga, ella nunca se juntaría con un tipo como tú y no merece soportar a más personas de tu calibre…
Alessio sabía lo inútil que es hablar con él, la única razón por el cual lo hacía era para encontrar una manera de salir de esa situación, pero mientras más se acercaba Carl a él, más le era complicado encontrar una salida…
—Tú que sabes, idiota, yo dejo complacidas a cada mujer que está conmigo, los que me deben temer me temerán, y tú serás el siguiente, quiero ver tu reacción de horror cuando sientas mis golpes…
Estirando su mano para quitarle la máscara a Alessio, este intenta arrinconarse para impedirlo, pero era inútil, lo que debería haber sido un festival donde lo pasaría juntos con sus amigos, estaría apretado con este sujeto fuera de cabeza.
Alessio quería hacer algo, pero no podía hacer nada si su contrincante tenía un arma blanca, era casi seguro que si hacía algo malo podría acabar mal, no tenía ni un plan, estaba atrapado, sin ayuda, sin nadie, estaría por recibir una paliza injusta…
—A-Alessio… —Decía una voz detrás de Carl.
—…
Escuchando el tono de voz femenino que le recordaba a esa chica de la noche anterior, sin dudarlo voltea su mirada hacia ella; era Lyna que había ido a buscar a Alessio, pero al ver quien estaba delante de ella, se queda inmóvil ante su presencia.
—¿Por qué me miras así perrita? Tus ojos muestran ganas de estar conmigo, por eso viniste —agarraba su cabello sin permiso—, nunca olvidarás esta noche donde serás una dama gracias a mí…
Intentando bajar su mano poco a poco hasta llegar a su busto, Alessio que se estaba dando cuenta lo que estaba por suceder, aprovechando que estaba distraído y enojado por lo que estaba haciendo, con todas sus fuerzas sin contenerse, jala a Carl hacia él y sin miedo a que le pueda suceder algo, formando un puño en su mano le da un fuerte puñetazo en toda la nariz, cayendo al suelo para que paso seguido tomara la mano de Lyna y saliera corriendo del lugar.
Comenzando a correr sin parar para escapar de lo sucedido, sosteniendo la mano de Lyna, ella aún estaba perpleja por lo que había estado por suceder, como si su tiempo estuviera pasando en cámara lenta, alza su mirada y ve lo que sería la espalda de esa persona a la que podía siempre confiar y darse el lujo que quererlo, era Alessio sin lugar a duda.
Ambos seguían corriendo entre la multitud, Alessio no sabía a donde estaba yendo, lo único que le importaba era perder de vista a Carl, por lo que pensando que ya lo habría perdido, girando hacia otro callejón y apoyándose hacia el muro, Lyna se había apoyado en su pecho mientras que él la abrazaba como signo de protección, logrando escuchar los latidos de su corazón que no dejaban de palpitar.
—Creo que ya lo hemos perdido… —decía Alessio al recuperar el aliento—. ¿estás bien, Lyna?
Al escuchar su voz sin aliento, pero bondadosa como siempre, alzando su mirada hasta chocar con las suyas, arriba de él, algo que muchos habían estado esperando por varias décadas, perpleja ante lo que estaba viendo respondía sonrojada.
—S-sí… Alessio…
Al recibir esa respuesta, por un extraño motivo sentía que su corazón palpitaba más rápido de lo común, no porque estaba cansado por correr, era algo más que eso, tenerla así de cerca aumentaba sus pulsos, pero esto viene interrumpido por los gritos de emoción de las personas y unos explosivos que subían hasta el cielo, llevando su mirada hacia arriba y observara lo que parecía ser sacado de un cuento de fantasía.
Eran fuegos artificiales lo que había encima de ellos, acompañado de ese esperado y anhelado atardecer verdoso, cuya última aparición fue hace treinta años, siendo un símbolo al cambio y fin de la guerra de diez años.
La gente celebraba y gritaba a no más poder, muchos se saludaban y abrazaban al recordar a sus familiares que participaron en esa guerra, un momento especial que todos compartían y que todos de ese mundo podían presenciarlo; Emilio, que hacía sentado en su escritorio y observando ese atardecer verdoso, no evita recordar ese momento que Él dio inicio al fin a esa guerra, o la vez que hablo con el Dragón del Norte, pero deduciendo que ese atardecer verdoso no apareció de la nada, era más un aviso que algo de celebrar…
Inés, que hacía observando el cielo, nuevamente sus dudas eran claras, al igual que Emilio, ella presentía que eso no fue un evento aleatorio, pero a pesar de que sientan el mismo presentimiento, el contexto de eso era diferente en ambos, pero sus respuestas están cada vez más claras, y hablaría con Alessio a como de lugar antes que llegue su juicio más importante que determinará el destino de algo que ella desconoce, pero que sucederá ante esa señal que posiblemente venga del… Dragón del Norte.
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Comments for chapter "27"
QUE TE PARECIÓ?
Jeremy con un bat con clavos, jajaj si se lastimaría y me hiciste reír al inicio cuando él juega con Lyna, al sorprenderla miran a su Alessio jajaja.
El ya se hizo toda una película, hasta se proclamó tío 🤣🤣🤣♥ muy bueno
Y el ver como Lyna ya está mas que incluida en el grupo y los considera amigos, a pesar que según ella, es solo una sirvienta. Me encantó.
Y ese Carl no deja de molestar a nuestros querido Alessio y Lyna, pero ver como escaparon de el junto con los fuegos artificiales, da una sensación de tranquilidad y un respito para nuestros protagonistas después de todos los acontecimientos que vivieron :3
UN GRAN CAPÍTULO.
Felicidades JP, está fue más que una buena aventura, creo que es el inicio de una gran batalla que se avecina, me dejas con la intriga de lo que se nos avecina con el tan nombrado Dragón del Norte 💫🐉
Jajaj estos comentarios valen oro 😁🤭🤭