Bajo Mi Mente En Otro Mundo - 28
“Tú sólo eres una Altramista, no puedes ser nada más que eso”, recordaba unas voces…
“Tú hermano es mejor que tú, sólo estás acá para mantenerlo cuerdo y nos haga caso”, seguía recordando esas palabras…
“Ven acá, Altramista malcriada”, recordaba las veces que venía golpeada con esa gruesa regla en la palma de su mano…
Inés, en un profundo sueño luego de ese festival, inconscientemente recuerda esas palabras que le decía esa persona que le dio una oportunidad en hacer algo en sus vidas, o eso era lo que quería para su hermano; era Velleda en sus sueños donde recordaba cada insulto o denigración hacia ella…
“Maldita Altramista, te golpeare más fuerte la próxima vez”
“Tú existencia es nula, no vales nada”
Así era continuamente cada sueño, otros días más fuertes que otros, su mente siempre intentaba hacerle recordar lo que es ella en realidad, pero alguien siempre intentaba calmarla ante esos pensamientos…
“Oye hermana, ¿estás bien?”
“Oye hermana, ¿has leído este documento?”
“Oye hermana, te vez más esplendida que el día anterior”
“Hermana, te prometo que siempre te protegeré, somos familia, y tú eres la cosa más importante para mí”
Recordaba esas palabras de su hermano gemelo, Ron, del que tanto extrañaba.
Sintiendo un leve peso en su ser, despierta repentinamente para sentir la luz de un nuevo amanecer.
Observando alrededor suya, veía como Luz dormía tan plácidamente con un poco de comida en su cubrecama, mientras que Lyna, esa sirvienta de la cual despreciaba veía que encima de ella había un libro, muy probable se quedó dormida al leer hasta tan tarde, y a su costado, en su mesa de noche, estaba el retrato que se habían hecho el día anterior, Inés se cuestionaba del porque acepto estar ahí, observándolo sin muestra de emoción alguna.
Volteando su mirada hacia ese sol naciente, sabiendo que las dos están completamente dormidas, expulsa las siguientes palabras…
—Buenos días, hermano. —Expresaba en voz baja al recordarlo al ver ese sol que ambos al mismo tiempo presenciaban.
Al pasar de unas horas, una hora exacta como las 10:00 a.m, Alessio y compañía se habían levantado de a uno a uno, limpios y preparados para un nuevo día, sentían que su suerte estaría por cambiar por ese evento del día anterior, el pueblo no dejaba de hablar de eso, era como si se tratara el día siguiente de navidad, o eso era lo que presenciaba Alessio.
Los más viejos hacían tirados dormidos en la plaza, algunos seguían bebiendo como si de leche materna se trataba, viejos bebes independientes que quitaban sus penas en el alcohol.
Por suerte había algunos puestos que hacían abiertos en este día especial, por lo que van a tomar su desayuno, siendo Lyna que invitaba a sus amigos para que se alimentaran bien.
Con el estómago lleno y con la emoción en sus rostros, cosa que Inés no entendía porque se emocionaban, van hacia el gremio en busca de un nuevo trabajo.
Al entrar se topan con Tom que colgaba en el pizarrón un cartel que ocultaba las hojas que hacía colgadas.
—¡Oye Tom! ¿Qué cosa estás colgando ahí? —Preguntaba Jeremy.
—Hola Jeremia y compañía, llegan justo a tiempo.
—¿A que te refieres? Dilo rápido.
—Oye, oye, calma Jeremia, recién nos vemos hoy, ¿y así inicias una conversación con el amigo de tu infancia? Que malo eres… —Formaba un puchero.
—¡Idiota! ¡Deja de comportarte así! ¡Eres el recepcionista!
—Jooo… no tienes solución. —colocaba el cartel.
Observando lo que había en el pizarrón, Lyna lo lee.
—¿Evento de gemas…?
—Así es, trata de que los aventureros, con un grupo de 4 o más personas estarán fuera en el campo por unos cuantos días cazando a los monstruos que deambulan por ahí, el equipo que más gemas quite de ellos ganará un premio, ¡deberás estar contento Jeremia! ¡Será la primera vez que participarás en uno!
—Pues claro que lo estoy —cruzaba sus brazos—, pero muy posiblemente los daños que haremos tendremos que pagarlo, ¿o no es así? —Le preguntaba.
—Tu ya sabes que forma parte del reglamento, pero esa vez con lo que sucedió con los Mapolas fueron daños más graves de lo que han hecho en misiones anteriores y del cual el gremio no podía pagar, pero no se preocupen, al ser un evento que el gremio pagará por los daños con el fin de disminuir a los monstruos que hay en estas tierras, no piensen en contenerse.
—Ya veo… —Jeremy seguía sin confiar del todo—, en todo caso “ALGUIEN” debería controlar sus flechas si no quiere quemar todo un bosque entero. —Indicaba a Luz.
—Ya me disculpé, no volverá a pasar. —Volteaba su mirada con un poco de vergüenza—. En fin, ¿cuándo comenzará el evento? —Preguntaba a Tom.
—Cómo dije antes, justo llegaron a tiempo al ser los primeros en saber del evento ya que todos los aventureros estarán reposando de una resaca sin igual, pero me sorprende que sigas en pie tan temprano, Jeremia.
—Idiota, estuviste ayer con nosotros, tu sabes que no bebí de más…
—Porque estaba tu madre, ¿no? —Interrumpía Tom.
—¡Agh! ¡no es por ella! ¡Pero en fin! De algo valió la pena habernos levantado temprano, ahora que somos cinco en el equipo, ¡podremos al fin participar en este evento! —Expresaba ansioso.
—Muy bien, supongo que todos estarán preparados, así que síganme, pondré sus nombres en la lista y cada uno deberá firmarlo a excepción de usted, señor Alessio, en su caso el señor E nos recomendó que no des ni una firma, pero tienes su aprobación.
—Ese Emilio… Que piensa que soy, ¿un simple bebé…? —Opinaba Alessio en voz baja.
Siguiendo a Tom hacia la recepción, a cada uno les entrega una hoja para que firmaran su participación, terminado y revisados en ese tipo de impresora mágica, hace cuatro pitidos como confirmación de las cuatros firmas.
—Bien, ya están inscritos, ahora les explicaré que tendrán que hacer; el gremio ofrecerá un pequeño cristal para que lo pongan en su campamento, así ni un monstruo se acercará y podrán dormir tranquilitos —ponía el pequeño cristal triangular en la mesa—, también le daremos una bolsa especial para que pongan las gemas que saquen de los monstruos, nunca se sabe que tipo de toxicidad podría tener esas cosas, así que más vale estar prevenidos, y por última cosa, este sería su mapa hacia el lugar que tendrán que ir, a cada grupo se le dio distintas localizaciones, así que difícilmente lograrán encontrarse.
—¿Y eso sería todo? —Dice Jeremy con el ceño en alto.
—Por su puesto que no, pero si me dices algo que valga la pena lo diré.
—Mejor nada, eso sería todo, vámonos. —Tomaba las cosas.
—O-oye espera, ¿en serio no querrás que diga la última cosa? ¡¿La cosa más importantisisisisísima de todo aventurero debe saber?! —Insistía con movimientos juguetones.
—¿No morir? —Decía Alessio siguiendo el juego.
—¡No! —Negaba Tom.
—¿No ayudar a otros? —Agregaba Lyna.
—¡Qué nooo!
—¡Ya sé! ¡Ya sé! ¡No dejar morir de hambre a tus compañeros!
—¡Noooo! ¡Aaaah! ¡Quiero que Jeremia lo sepa! —Agitando sus manos de manera caricaturesca para llamar la atención de Jeremy.
—¡Ay…! —Suspiraba—. Sí tanto quieres que lo sepa, entonces tendrás que dejarme de llamar Jeremía.
—¡Nunca! —Respondía directamente.
—Entonces nos vemos, chicos, vámonos, no hay más tiempo que perder.
Tomando la delantera sin hacer caso lo que decía Tom, este, corto de palabras sabiendo que su juego no iba a servir para nada, al ver que ya estaban por irse, los detiene.
—¡Espera! ¡J-Jeremy! —Pronunciaba su nombre, deteniéndole.
—¿Me llamaste por mi propio nombre? —Decía extrañado.
—Era la única forma para tener tú atención, realmente si hay algo que quiero decir y es muy importante.
Teniendo la atención de los demás, lo observan.
—Escúpelo cabeza de coco, si así es que quieres que te llame ahora…
Sintiendo el choque de otro cuerpo en el suyo, Tom, sin pensarlo, lo había abrazado al improviso.
—Tú hermano estaría muy orgulloso de ti, estás logrando lo que él hubiera querido, así que, por la bendición del Dragón del Norte, espero que te vaya bien y a todos ustedes, el señor John y yo los esperamos con ansias…
Jeremy, que estaba congelado ante el abrazo de él, era algo inaceptable que encendía una furia e incomodidad, así que, dándole un pequeño golpe en su cabeza, Tom lo suelta para sobarse.
—O-oye… eso dolió…
—¡Y te dolerá más si lo vuelves hacer, cabeza de coco! ¡Tan sólo te bastaba decirlo! ¡No abrazarme!
—Jejeje…—Reía ante tus gritos…
—Que caso son Jeremy y Tom, ¿no crees, Alessio? —Dice Lyna.
—Son tan buenos amigos. —Bromeaba, haciendo sentir avergonzado a Jeremy.
—¡Ustedes dos!
Formando un puño para controlar su enojo, Inés los observaba con extrañeza, ¿por qué motivo se comportaban tan así? ¿Por qué son tan infantiles? Eso era lo que pensaba al divagar en momentos como estos, soportando tales escenas de las cuales quisiera escapar.
Calmándose la situación entre Tom y Jeremy, este rascando su cabeza lo observa.
—Ya no estes así cabeza de Coco… —tocía levemente—, a pesar de que eres un tipo raro tienes la suerte que aún te soporte… —le daba una palmada en el codo—, pero gracias por darnos suerte, mantén en orden este lugar y dile al viejo que cada vez se está volviendo más viejo.
—Claro, se lo haré saber, suerte a todos, nos vemos en unos días, chicos.
Despidiéndose y saliendo del gremio, con un objetivo en común sienten un nuevo aire de aventura.
—Bien, supongo que estaremos fuera por unos días, eso significa que tendremos que alistar todas nuestras cosas. —Dice Luz al estirar sus brazos.
—Podríamos dejar algunas cosas, sólo estaremos fuera unos días. —Agregaba Alessio.
—Es cierto, sólo hay que llevar lo fundamental, así tendremos más espacio para las provisiones y cosas importantes para acampar. —Hablaba Lyna.
—Entonces está decidido, debemos organizarnos y comprar algunas cosas antes de ir, supongo que de eso te podrías en cargar Lyna, y tu Alessio…
Mientras tanto Jeremy y los otros estaban hablando y organizándose, Inés, que poco a poco dejaba en poner atención a lo que estaban hablando, estaba ahí parada detrás de ellos, como si realmente fuera un fantasma.
Podrían haber pasado varios largos segundos ahí parada, y sin darse cuenta, los chicos habían dejado de hablar y habían comenzado a caminar.
Sin más remedio, los sigue con seriedad, su estrés en estar con ellos estaba aumentando.
Cada uno alista sus cosas y lo llevan al carruaje, Lyna por su parte, al ir junto con Alessio a comprar las provisiones, en su mente se estaba formando un sinfín de manjares que podría preparar.
Jeremy y Luz, que compraban mejoras y munición para sus armas, extrañamente Jeremy le había comprado una pequeña manta para su bate, Luz en cambio compró tres pulseras de distintos colores.
Luego de una larga compra, preparados y emocionados, Jeremy siendo el conductor, da el primer paso hacia esa aventura que, sin que ninguno lo sepa, será una aventura que no olvidarán en sus vidas.
Los cabagones, que tiraban el carruaje como si se tratara de una almohada, ya habían pasado una larga hora desde que salieron de San Siro; Luz, que sacaba de su bolsa algunos panes dulces, le entrega a cada uno de sus amigos.
—¡Es hora de la recreación! ¡A comer! —Daba el primer mordisco saboreando con gusto.
—¡Uhm! Está muy rico… —Expresaba Lyna.
—A que sí lo está. —le sonreía—, ¿tú qué opinas, Inés?
—…
No respondía.
—Por más que lo intentes ella no te responderá —tiraba las cuerdas—, no tiene caso que lo intentes, es una malhumorada asocial. —Dice Jeremy sin filtro alguno.
—¡No le digas así! No es necesario que me respondas Inés, lo que importa es que esté disfrutando del panecillo.
Teniendo de reojo hacia la conversación que tenían ellos, Inés pasaba de lo que decían, sólo seguía masticando al sentir la brisa que entraba en el carruaje.
—Tan lejos se encuentra el lugar, ¿Jeremy? —Preguntaba Alessio.
—El cabeza de coco de Tom nos dio una zona muy alejada, no es mi culpa que nos estemos tardando en llegar… —observa el mapa—, pero no quedará mucho para que lleguemos.
—Ya veo… —masticaba—, realmente está muy bueno el panecillo, ¿dónde lo compraste, Luz?
—No lo compré, mi abuelito me lo dio para comerlo en compañía —cogía otro panecillo—, ¿tú no quieres probar un poco, Jeremy? Están muy buenas.
Alzando su mano hasta llevárselo hacia la nariz de Jeremy, este lo aparta y le dice:
—Saca esa cosa de mi vista, yo tengo mis horas de comer, no como tú que podrías comer a cualquier hora.
—¡Cómo te atreves! ¡Ahm! —Se comía su panecillo con un cierto enojo—. ¡No te dejaré ni uno! ¡Ñam!
—¿Quieres calmarte, Luz? No exageres… —Decía un tanto avergonzado.
—Está bien, está bien… —digería—, cierto, cierto, también quiero entregarles esto.
Sacaba dos pulseras de su mochila.
—Tengan chicas, el celeste es para ti Lyna, y el verde es para Inés, y el mío es el rojo, los elegí por el color de nuestros ojos, espero les guste. —Sonreía.
—Luz… —Se lo ponía en su muñeca derecha—, m-muchas gracias… amiga. —Le respondía con una leve sonrisa.
—Te queda muy bien y va perfecto con el color de tus ojos, te ves más linda de lo normal. —Decía Alessio sin temor alguno, provocando un leve sonrojeo en ella.
—¿T-tú crees?
—¡Así es!
Sintiendo un cosquilleo en su interior, Lyna alza su mano para chocar con los de Alessio para calmar sus pulsos, mientras sucedía eso, Inés, que hacía sosteniendo la pulsera y escuchando lo que decían, sin razón alguna, disimuladamente, tira la pulsera del carruaje sin remordimiento alguno.
Luego de unos cuantos minutos más, Jeremy había volteado para adentrarse a un bosque, ya habían llegado a su destino, por lo que, buscando un buen lugar para el campamento, encuentran una zona muy cómoda; el lugar era rodeado de muchos árboles, mientras que en el centro de este estaba despejado de un buen espacio libre, por lo que deciden hacer el campamento en esa zona.
—¡Uf! Eso tomó unas cuantas horas, pero pudimos hacer un buen campamento. —Dice Luz al secar su frente del sudor.
—Todos hicimos un buen trabajo, además la zona no parece tan mala, —respiraba profundamente Alessio—, un poco de naturaleza y no tener la máscara puesta es un alivio.
Jeremy que estaba saliendo de su carpa, le habla.
—Yo no podría soportar estar con esa cosa en mi rostro por diez minutos, eso arruinaría la impresión con las chicas.
—Ni una chica se fijará en ti si sigues siendo así… —Decía Luz al acomodar las últimas cosas que faltaban junto con Lyna.
—¿Y eso qué? No cambiaré sólo para impresionar a una mujer, si a ella le gusta como soy pues adelante, ¿para que cambiar sólo para caer mejor a los demás que a ti mismo? Bueno, no nos adentremos en ese tema y comencemos a poner este cristal en una zona segura, a no ser que quieran tener en su cama a un monstruo. —Tiraba al aire el cristal para caer nuevamente en su mano.
—Tiene razón, Jeremy, ¿pero en que zona sería bueno colocarlo? —Preguntaba Lyna.
—Lo mejor sería ponerlo en una zona alta, así difícilmente podrá ser daño por algo o que alguien lo robe. —Respondía Luz.
—Entonces tu te podrás encargar de eso al ser tan buena al escalar árboles, toma —Le entregaba el cristal.
—Ya ni un por favor dices, pero qué más da.
Yendo a colocar el cristal, Inés que hacía sentada en un tronco observándolos, piensa…
“Son un par de idiotas, poner un cristal en lo alto sólo dará la probabilidad de que si hubiera un monstruo bajo nuestros pies podría subir y atacarnos sin problemas, pero por lo visto en estas tierras no hay monstruos de ese tipo, aún me sigue extrañando porque nos tocó un lugar tan alejado de toda civilización…”, observando como Alessio y Lyna preparaban algunas cosas para cocinar, esto le molesta más. “Aún siguen viviendo en su mundo de cuento, nunca se ponen a analizar en la situación donde están o con quien están, no entiendo porque esa sirvienta patética no duda de la existencia de él, o porque ni uno de los otros idiotas tampoco lo hacen… Son tan ignorantes en no dudar y cuestionarse nada ante él, o como él vive evitando una verdad que esconde ante nosotros”.
Inés sabía claramente que Alessio ocultaba algo, era inexplicable su semejanza hacia Emilio que nadie dudaba o hablaba de eso, era como si realmente estuvieran conviviendo con otra persona, pero Inés no podía verlo así, le era imposible e inimaginable que nadie debatía o le preguntaba sobre su existencia, tan segaros en su falsa carisma y ocultando un pasado desconocido ante ellos, cada persona pasaba de ello, a excepción de Ilna y ella, que en las últimas tres semanas han estado buscando una pista para saber más de él, pero sin prueba alguna que mostrara, la única forma de saberlo era hablar con ese chico que las mantenía confusas…
“Ya queda poco para tu segundo juicio, no pareces que realmente estes atento o preocupado ante eso, pero tendré que sacar varias respuestas y dudas antes de ese juicio, no es de extrañar que el evento del día de ayer no haya sido por casualidad, si tan sólo esa sirvienta estúpida no hubiera matado a Marst por defender a este posible enemigo desconocido, nuestras respuestas hubieran sido respondidas lo antes posible…”
Seguía pensando Inés; su objetivo era claro, esta duda ante la existencia de Alessio hubiera sido respondido y aclarado por Marst tan fácilmente como decir la tabla de uno, un Altramista tan veterano y experto como él, que hacía encarcelado por un motivo desconocido y asesinado por esa tierna y calmada sirvienta, podría haber sido la llave para abrir el candado de las dudas, pero ahora todo daba indicio a que Inés, que había estado estudiando a Alessio y adentrarse más a profundidad a los estudios Altramistas, algo podía sacar de él y aclarar unas cuantas dudas antes de ese juicio que decidirá el destino de algo…
Pasado varios minutos luego de ese pensamiento de parte de Inés, Alessio y Lyna habían preparado un delicioso manjar como almuerzo, pasado otros varios minutos y con el estomago lleno, estaban preparados para ir a cazar unos monstruos.
—¡UUUUGH! —Se estiraba Luz—. Que rico estuvo su almuerzo, creo que es la primera vez que como algo tan bien preparado de parte tuya, Lyna—Dice Luz mientras caminaban por los pastizales.
—No hay de que, Luz, también fue gracias a Alessio.
—Je, je, je… —frotaba su cabello—, realmente no hice mucho más que lavar las verduras y pasarte los condimentos, pero fue bueno ayudarte.
—Y aprecio mucho tu ayuda, Alessio. —Devolviéndole una sonrisa encantadora, Alessio hace lo mismo.
Mientras caminaban, Jeremy que hacía adelante, les dirige la palabra:
—Estuvo bueno, no tengo quejas.
—Claro que no puedes quejarte, todo lo que prepara Lyna es exquisito. —Afirmaba lo obvio Alessio.
—Me alagas, Alessio, aunque debo admitir que cuando era muy niña me confundía demasiado con la sal y azúcar, por accidente siempre metía la sal en el té, o la azúcar al preparar el arroz… —Bajaba su mirada.
—Cierto, cierto… Es un fastidio que nos sucede a todos, sería bueno que existiera una ventaja o bendición que te haga diferenciar la sal contra la azúcar, por más tonto que parezca, tener esa habilidad de diferenciarlos es muy importante sobre todo en la cocina.
—Así es, Alessio, pero dudo que exista algo así o que alguien tenga tal ventaja…
—Sí… pero que suertudo sería el que lo tuviera…
Divagaban al hablar.
—Que buena idea tuviste en poner el campamente cerca de un rio, Jeremy, esta noche me daré un buen baño luego de la cacería. —Dice Luz.
—Fue pura suerte, pero es algo muy bueno tener facilidad en tener disponibilidad de agua y hablando de cacería… miren al frente.
Observando la cosa que detuvo al grupo, Jeremy los señala para que se oculten detrás de un arbusto.
—¿Qué sucede? ¿Por qué nos llevas a un…
—Silencio, Luz, tengan cuidado, hay un desamparado a unos metros delante de nosotros.
—¿Desamparado? —Preguntaba Alessio.
—Son unos de los tantos monstruos, mejor dicho, variaciones que hay de estos, este por ejemplo tiene la mala fama de estar siempre solos y nunca estar en grupos, emiten también una aura muy negativa, más en las noches y se vuelven hostiles a esas horas, en el día sólo divagan con la mano en su rostro, como si estuvieran lamentándose o buscando consuelo, en si son inofensivos y pasivos si no les haces caso, pero eso no significa que te van a perdonar si los interrumpes en su inexplicable sufrimiento y te atacarán sin pensarlo.
—Wow… —Decía Alessio sorprendido.
—¿Y qué piensas hacer, Jeremy? —Preguntaba Luz
—Bueno, no son difíciles de derrotar, pero tampoco son los que te dejan gemas de gran valor al derrotarlos al ser muy comunes, menuda mierda.
—¿Entonces pasamos de él o hacemos algo?
—No lo sé, Luz… —Volteaba su mirada—. Alessio, Lyna, Inés… ¿Ustedes que opinan?
—Eh… b-bueno… He escuchado respecto a este monstruo, muy pocas veces me he llegado a topar con ellos, pero… —Observaba a Alessio en busca de una respuesta.
Alessio que miraba atentamente a ese monstruo, tan pálido y medio desnudo que deambulaba sin rumbo, siente la mirada de Lyna.
—Lo mejor sería acabar con él, está cerca del campamento y por más que tengamos el cristal, sería un problema que estuviera merodeando cerca de nosotros, eso posiblemente podría traer más monstruos.
—Entonces está decidido, quédense acá, yo acabaré con él.
Jeremy, que salía del arbusto en sigilo para que poco a poco aumentara su velocidad, los otros lo observaban como se acercaba hacia el Desamparado, este, que poco a poco sentía su presencia, sin que se lo esperara y al no haber tenido una reacción rápida, Jeremy, con todas sus fuerzas y sin piedad alguna, con su bate le golpea un golpe directo en su rostro, haciendo que caiga al suelo para que paso seguido le golpee continuamente en su cráneo, matándolo al instante, y varias gotas de sangre salieran dispersaras por el aire, manchando el rostro de Jeremy.
Acabado y sin ver que tenga presencia de vida, hace una señal indicando que tienen el paso libre.
—Si que no tuviste piedad con él, Jeremy. —Dice Luz.
—Tu ya sabes que no hay que confiarnos con estos tipos —se limpiaba el rostro—, en fin, este es el primer monstruo que nos topamos, no fue difícil. —cortaba su corazón—, he aquí la primera gema, ni tan brillosa ni tan colorida, parece carbón o algo similar, pero nos vale. —Lo colocaba en la bolsa.
Alessio y Lyna que llegaban como últimos, observan el cráneo machado del monstruo.
—Pensaba que su sangre sería de otro color… —Dice Alessio un tanto extrañado.
—Pobre monstruo… —Agregaba Lyna.
—No sientan pena por ellos, son monstruos, a fin de cuentas, han matado y atemorizado a muchas personas y nuestro deber como aventureros es acabar con ellos por la seguridad de los demás, así que lo mejor sería ya avanzar.
Les decía Jeremy y avanzaba.
—Tiene razón, es normal sentirse así las primeras veces, pero lo hacemos por un bien común, vamos chicos.
Luz, que avanzaba junto con Lyna, Alessio se queda quieto observando el cadáver, por una extraña razón sentía una leve conexión, o, mejor dicho, sentimiento al observarlo, era algo inexplicable que no le encontraba sentido alguno, pero una sensación de incertidumbre nacía al observar a ese monstruo llamado Desamparado.
Inés, que hacía detrás de él, lo observaba con extrañeza… ¿por qué motivo observaba tanto el cadáver? ¿Por qué mostraba algún tipo de pena hacia ello? Eso era lo que pensaba, pero, a fin de cuentas, sólo eran preguntas al aire que nomas alimentaban su curiosidad hacia él.
Continuando al caminar, llegan a una pequeña aldea, llegado hacia ahí sienten una profunda soledad y silencio, las pocas estructuras de casas, bares y lo que parecía ser una pequeña capilla, estaban abundaras de césped y musgo, indicando los varios años que estaba abandonado el lugar.
—No hay nadie por aquí, este lugar por desgracia perdió o le robaron su cristal…
—¿Por qué dice eso, Luz? —Preguntaba Lyna curiosa.
—A veces en pueblos alejados de la civilización tienen muchas dificultades en conseguir cristales que detengan el paso de los monstruos, lo más probable es que se lo hayan robado una aldea enemiga o bandidos, pero es una pena que este lugar haya acabado así…
—Sí… Da mucha más pena porque se ve que fue una aldea humilde, no es nada barato tener esos cristales, pero bueno, no podemos hacer mucho por ahora. —Expresaba Jeremy.
Sentándose en lo que sería lo poco que queda de un pequeño banco, Luz saca de su mochila unos cuantos aperitivos.
—Y bien… ¿Cuántas gemas vamos por ahora? —Preguntaba Alessio a Jeremy.
—Veamos… —abría la bolsa—, unos diez por lo menos, esos Desamparados son tan comunes en estas zonas, y por lo que dan, no será mucho lo que nos darán por haber acabado con ellos. —Lo cerraba.
—Será en la noche donde tal vez haya más monstruos que den más valor.
—En si tienes razón, querido Alessio, veo que has aprendido del mejor. —Dice Jeremy con orgullo.
—Lo único que aprendí de ti es no ser tú. —Masticaba sin prejuicio alguno.
—¡Qué va! Sólo hay un Jeremy, y nadie será mejor que yo mismo, así que haces bien en no copiarme, copia, ¡jajaja! —Reía mientras le daba palmadas en la espalda a Alessio.
Lyna que servía un poco de té caliente en los vasos, no evita hablar.
—Este lugar se siente muy calmado, es una pena lo que sucedió acá. —Le daba el vaso a Luz, haciendo que ella le responda.
—Gracias, amiga —bebía—, ¡ah! Qué rico té, y si es una pena lo que sucedió, esto suele suceder en aldeas alejaras de la civilización, pero no podemos hacer mucho.
Pensando en las palabras que decía, no evita sentir lastima por las personas que vivieron ahí.
—Eso es cierto… muchas familias que vivieron acá, niños, ancianos, padres y madres… todos ya no están aquí…
—Tranquila, amiga, son cosas que pasan. —Animaba Luz.
—Bueno, bueno, bueno, cambiemos de tema —interrumpía Jeremy—, Este lugar no es muy grande, por lo que podremos recoger algunas cosas que nos podrán servir.
—¿Eso no sería robar? —Expresa Lyna.
—Para nada, si no tiene dueño entonces puede ser nuestro; entiendo que puede parecer muy egoísta de nuestra parte, pero no podemos desperdiciar algo hasta que se pudra, posiblemente una que otra cosa podrá sernos útiles, aunqueeee creo que no haya nada acá, es muy posible que haya habido varios saqueadores en el transcurso de los años.
—¿Y nosotros no seríamos también esos saqueadores? —Comentaba Alessio.
—Claro que en cierta parte lo somos, pero no en la manera tan negativa o malo de la palabra, somos aventureros, y en cierta parte estamos permitidos para hacer eso, dicho esto es bueno que formemos un grupo y saber por dónde iniciar, ¿sugerencias?
—Lo mejor sería comenzar por las casas. —Sugería Luz.
—Es bueno iniciar ahí, pero es muy probable que no haya ni hasta una migaja de pan, pero bueno, nunca es malo iniciar por las casas, entonces, el ritmo será buscar en todas las casas, y por último sería buscar en la capilla, tal vez nos tome un buen tiempo hacer todo esto, por lo que sería bueno formar un grupo, y ya sé quién me acompañará —Ponía su mano en el hombro de Alessio.
—Sabía que ibas a elegir que vaya contigo, pero yo tenía planeado ir con Lyna esta vez.
—¡Wow! Tú no desaprovechas el momento a estar a solas, bueno, no te juzgo, sólo no quiero ser tío tan joven. —Bromeaba al guiñar sus ojos.
—¿Qué te hace creer eso? Ya son dos veces que lo dices, ¡ah! —Suspiraba—. ¿Tú que dices, Lyna? No te obligo en venir conmigo…
—Claro que vendré contigo, Alessio —lo interrumpía—, juntos haremos un buen trabajo. —Aceptaba, no podía perder la oportunidad de estar a solas con él.
—Supongo que ahora quedamos nosotros tres, ¿qué dices, Luz? ¿Te vienes a mi grupo?
—No pierdo nada si vengo contigo, verás que encontraré mejores cosas tan rápido que tú, ¡jiji! —terminaba de masticar su último panecillo—, Inés, tu vienes con nosotros.
Inés, que hacía inmersiva en sus pensamientos, vuelve a la realidad al ser llamada por esa ‘mocosa’ que hacía ver que todo estaba bien, su buena actitud sólo le daba las ganas que le sucediera algo para que dejara de ser tan así.
—…
No respondía, su silencio no fue más que una aceptación que interpretó Luz.
—¡Bien! Entonces grupo uno Alessio y Lyna, y grupo dos Jeremy, Inés y yo, si encuentran algo no se olviden ponerlo en una bolsa, tengan. —Le entregaba la bolsa a Alessio.
—Gracias, Luz, esto se está volviendo mucho más divertido de lo que esperaba.
“Fantástico, unas de mis actividades favoritas cuando jugaba juegos de aventuras me gustaba lootear o recoger cualquier cosa, está es mi oportunidad de hacer realidad ese sueño”, decía Alessio en sus pensamientos, mostrando su emoción hacia los demás.
—Demos nuestro mejor esfuerzo, Alessio. —Lyna, que hacía en su costado, abría la palma de su mano.
—Claro, demos lo mejor de ambos. —chocándose ambas palmas, cada grupo se separada y fuera a buscar lo suyo.
Yendo a la primera casa a ver lo que podían encontrar, en el transcurso observaban lo muy desordenado y desgastadas que estaban las maderas de los hogares, ventanas rotas y la naturaleza dominando su territorio, cada casa mostraba lo mismo por fuera, hogares donde alguna vez vivieron personas.
Era un ambiente desolador, digno de un videojuego de fantasía, cosa que Alessio admiraba y no dejaba de ponerse en el papel del protagonista aventurero, aunque de aventurero tiene poco más que tener el alma en ello.
Lyna que hacía en su costado, observaba con detenimiento cada cosa que veía, claro estaba que al ser una sirvienta y estar acostumbrada al orden, ver tal desorden sólo activaba levemente esas ganas de limpiarlo, aunque lo hiciera, tardaría varios años en tan sólo arreglar una pequeña parte de lo que quedaba de esta aldea.
Ya dentro de la casa, por desgracia, no habían encontrado nada útil del cual les podría servir, era cierto lo que había dicho Jeremy, pero no dejarían de buscar hasta encontrar algo que les sirva, además, a pesar de no encontrar nada, disfrutaban estar los dos solos, hablaban con tranquilidad o disfrutaban del silencio donde los pájaros cantaban y decoraban el ambiente.
Por otra parte, el grupo de Jeremy, del cual habían tenido un poco de suerte en encontrar pequeñas cosas útiles, más rápido que el grupo de Alessio, al fin habían llegado hacia la capilla.
—Nada bueno… ¿Luz? —Dice Jeremy que revisaba los cajones.
—Nada, creo que no tendremos mucha suerte a diferencia que en las otras cosas.
—Es normal, estamos hablando de una capilla donde objetos de valor u ofrendas habrán sido lo primero que habría saqueado de este lugar; que desastre, no hay nada. —Cerraba los cajones.
Inés, que hacía observándolos desde atrás, miraba lo que parecía ser una capilla dirigida hacia el Dragón del Norte, esto principalmente por las pinturas medio desgastadas que se observaba desde el techo, donde el único en buen estado era el dibujo del Dragon ya mencionado.
—Oye, cuatro ojos, deja de estar ahí parada o tener tú mirada hacia el vacío, haz algo. —Dice Jeremy un tanto decepcionado al no encontrar nada.
Inés no hacía caso.
—Jeremy, mira esto. —Llamaba Luz.
—¿Encontraste algo?
—Es un pequeño cofre, ayúdame a sacarlo.
—Ahí vamos.
Mientras sacaban el cofre del cual estaba en un pequeño hueco escondido, tenían la leve esperanza de encontrar algo mucho más útil o valioso de lo que habían encontrado. Inés por su parte, que se había aburrido de estar parada y sabiendo que los dos estaban en el otro lado de la capilla, decide caminar al estar alejados de ellos.
Sólo se dedicaba a observar lo que una vez fue un lugar de oración, de fieles seguidores de ese Dragón que nadie vio, pero que saben que existe, o al menos su fe les hacía dar entender eso, pero Inés no era tan seguidora de tal culto; ¿dar una oración y admiración ante algo que no vieron? Eso era patético para ella.
Jeremy que intentaba abrir el candado del cofre a golpes, lográndolo abrirlo al sacrificar un poco del talón de su cuchillo, su emoción al esperar algo importante estaría por disminuirse…
—¡Papeles! ¡Sólo papeles! —Exclamaba Jeremy decepcionado.
Tirando el cofre al suelo y las hojas tiradas por el aire, Inés que hacía aún caminando escuchaba sus gritos de lamentos, era cómo si hubiera perdido la lotería, Inés no comprendía el porqué de ese gesto, por lo que no evita hablar.
—Qué esperaban, son idiotas al querer saquear un lugar muerto y abandonado. —Decía a secas.
Jeremy, que hacía decepcionado por lo conseguido, no le hacía gracia que ella dijera eso.
—¿Pero acaso al menos estás colaborando? ¿Eh? —Le respondía.
Tenía razón Jeremy, cosa que raramente Inés también estaba de acuerdo, pero no era motivo para que no dijera lo que realmente pensaba.
—No, no lo estoy haciendo porqué no soy un par de idiotas cómo ustedes que pierden su tiempo en cosas triviales y estúpidas.
—¿Cosas triviales? ¿De qué hablas tonta cuatro ojos? Sí lo único que haces es estar ahí parada sin hacer nada, pensando en tu mundo, ¡y te quejas por todo! —Jeremy tampoco se quedaba atrás, era cómo si una discusión estuviese por comenzar…
—¡Ey! ¡ey! ¡ey! Paren los dos, somos compañeros, no podemos estar discutiendo… —Decía Luz para calmar la situación.
—Yo no estoy discutiendo, ¡es ella la que inició!
—Pero le estás siguiendo el juego, no nos servirá de nada estar así. —Volteaba su mirada hacia ella—. Inés, amiga, cálmate un poco, no es necesario que reacciones así…
—No somos amigas, ni uno de ustedes lo es, que quede claro. —Le interrumpía y afirmaba.
—Inés… ¿Por qué dices esas cosas…?
—¡Agh! —Exaltaba Jeremy—. ¿Y entonces porqué estás haciendo acá? ¡Sí tanto no quieres colaborar con nosotros y sólo poner la horrible cara que pones y quejarte cada 24 horas mejor te hubieras largado!
Jeremy, exaltado sin soportar su comportamiento, tal cómo ella expulsaba lo que pensaba, el haría lo mismo.
—¡Jeremy! ¡Cálmate! No es su culpa que sea así…
—¡No es que sea así! Sí tanto no quisiera haber estado acá, se hubiera quedado en esa mansión encerrada, pero noooo, prefirió venir hasta acá para qué, ¿para sólo botar sus frustraciones ante nosotros? Dime Luz, ¿acaso ella te dijo algo en estos días? ¿algo amigable?
—No… Pero no me dijo nada malo, pero me está bien que no me diga nada, no la obligo, pero al menos aceptó mi pulsera que le regalé.
—¿Y tú crees que acaso lo tiene puesto? —La observaban esperando una respuesta de ella.
—No, no lo tengo, y lo boté. —Respondía sin remordimiento alguno.
—¡Inés! ¿Por qué…?
—Qué te dije, no sé porqué aún sigues acá… —se acercaba hacia Inés—, sí tanto nos odias, si tanto no quieres pasar tiempo con nosotros, ¿por qué sigues acá? Ni siquiera tienes empatía por lo que los demás hacen por ti.
—Yo nunca pedí que hicieran algo por mí, yo no les devolveré el favor. —Respondía como defensa.
—¿Acaso queremos que nos devolvieras el favor? ¿Acaso crees que todo lo que hace uno por alguien lo hace para querer algo a cambio? ¿Acaso queremos algo a cambio de ti?
Jeremy que seguía acercándose hacia Inés, ella instintivamente se estaba preparando ante cualquier ataque.
—…
Pero no decía nada.
—¿Acaso sólo piensas quedarte ahí callada cómo siempre? ¡Di algo! Explica porqué sigues aquí con nosotros, ¡¿Qué esperas?! ¿¡Qué desaparezcamos de la nada para dejarte en paz!? ¡¿Qué tu silencio nos atemorice?! ¡¿Esperas que alguien te saque de esto?!
Jeremy que aún seguía acercándose hacia Inés, parecía que podría hacerle algo, o eso era lo que sentía Luz, yendo a calmarlo.
—Jeremy, Jeremy… por favor, cálmate, no tenemos mucho que hacer acá, dejemos el tema de lado, vamos a juntarnos con Alessio y Lyna.
—Ellos pueden seguir estando solos, sólo quiero saber por qué está acá, ¿por cual motivo sigue soportando estar con nosotros?
Seguía callada
—¿Dirás algo? ¿O esperas que alguien hable por ti?
El motivo era obvio, pero nadie más debería saber el motivo por el cual vino, era un secreto que sólo Ilna y ella sabían, y por más que insistiera, ella no diría ni una palabra, aunque Jeremy mostraba que no dejaría de acercarse hacia ella por más resistencia que pusiera.
Aunque Jeremy no medía sus palabras al hablar, por accidente y sin saberlo, mencionaría algo que destallaría en su contrataque…
—¿Esperas que esa chica que estuvo a tu lado antes que vinieras con nosotros hable por ti? ¿O esperas que tú hermano hable por…
Sin saberlo y luego de sentir algo caliente que había rozado por su mejilla derecha, sin ni siquiera haberse dado cuenta que esa chica a la que le llamaba cuatro ojos, con sólo haber alzado su dedo índice que indicaba hacia él, había salido un leve láser verdoso que había razado por milagro su mejilla, y del cuál, por error, había provocado que la campana de la capilla comenzara a sonar.
Por otra parte, antes que sonara la campana y que la discusión de Jeremy e Inés estaba por comenzar, Alessio y Lyna aún estaban en la tercera casa, realmente si se habían tomado su tiempo en ir a su ritmo.
—Qué vacío es este lugar, espero que los otros hayan encontrado algo. —Decía Alessio que revisaba por debajo de una cama.
En cambio, Lyna había subido a la repisa de arriba gracias a unas escaleras que estaban por ahí.
—No hay nada acá, sólo mucho polvo… —Decía con un tonto incómodo.
—Eso sería algo muy grave si fuera en la mansión, ¿no?
—Y mucho, estaría en graves problemas.
—No me lo quiero imaginar… —Se acercaba hacia la escalera.
—¿Tú qué harías en cambio sí vivieras acá, Alessio? —Preguntaba Lyna para pasar el rato.
—Pues… Dudo mucho que llegue a vivir en una cabaña, o mucho menos en una aldea, pero si así fuera el caso… Entonces me dedicaría a traer la leña para la fogata, realmente nunca lo he hecho, pero sería divertido calentar tu hogar y disfrutar del calor de tu esfuerzo.
—Y… ¿Lo disfrutarías más con una compañía…?
—Claro, sería relajante y… no lo sé —sostenía la escalera para que Lyna bajara—, sería una paz indescriptible si… bueno, fueras tú la que estuvieras ahí…
Siendo sincero a lo que quería, con un poco de vergüenza, pero con valor al decir eso, Lyna, que estaba en la escalera lo observaba como apartaba la mirada, como si estuviera algo sonrojado al decir eso, cosa irónica que ella al mismo tiempo, al analizar lo que había dicho también se había sonrojado.
—S-sólo soy una sirvienta… D-debería darte tu espacio…
—Deja de decir eso, Lyna, eres mi amiga, no eres mi sirvienta, ten en cuenta eso. —Seguía apartando su mirada.
Era la primera vez que ambos se habrían de ese modo, era normal que había cierta tensión entre ambos, ni uno quería verse a los ojos por vergüenza a que el otro se sonroje de más, pero por accidente, mientras que Lyna bajaba las escaleras, Alessio que había dejado de poner fuerzas para equilibrarlo, Lyna cayera arriba de él y reaccionando a tiempo, pudo amortiguar su caída.
Por desgracia, y lo menos que querían se había provocado, cada uno, Alessio debajo de Lyna y Lyna encima de Alessio, ambos se observaban, aunque quisieran apartar sus miradas era cómo si realmente estuvieran magnetizados, no querían pero querían verse, Alessio podía ver con detalles sus ambos ojos celestes de los cuales, tan hermosos le era al verlo que parecía que podía estar hipnotizado, Lyna por su parte observaba con detalles cómo poco a poco se sonrojeaba más, eso le causaba ternura y una rara sensación dentro de ella nacía.
Era una situación tensa del cual podría haber pasado de más si no fuera que, en sus leves segundos que parecía eterno, una campana del cual, tan ruidosa que despertaría hasta el más dormilón les hacía volver a la realidad.
—¿Qué es ese sonido? —Decía Alessio del cual ponía sus ojos en dirección hacia dónde venía el sonido.
—Tal vez venga de la capilla…
Ambos levantándose y saliendo de la cabaña, observaban cómo Jeremy, Luz e Inés salían de la capilla, yendo hacia ellos.
—Oigan, ¿Por qué ese sonido? ¿Qué pasó? —Preguntaba Alessio en voz alta para que se le entendiera.
—Eso tendrás que decirlo a tu queridita amiguita. —Respondía Jeremy, indicado a Inés.
—¿Qué tiene que ver ella? ¿Qué sucedió?
—Eso te lo puedo explicar luego, hay que irnos de acá antes de que venga…
Cómo si el sonido de la campana hubiera desaparecido de la nada, extrañados, voltean sus miradas hacia todas las direcciones con confusión, y, cómo carta de bienvenida, la campana que hace un momento era insoportable, cómo si algo lo hubiera quitado y lanzado, había caído en unas de las cabañas donde habían estado Alessio y Lyna.
—S-sí no hubiéramos salido a tiempo… —Tartamudeaba Lyna.
—Hubiéramos sido aplastados… —Terminaba Alessio la frase.
—¿Quién tendría tal fuerza para hacer eso…? —Preguntaba Luz…
Jeremy, que se hacía una idea de lo que podría venir, apretando su mano y sacando su bate de su espalda, se pone a la defensiva.
—No se distraigan, por culpa de Inés tendremos que afrontarnos a algo grande y fuerte…
Escuchando la advertencia de Jeremy, Luz, al improviso prepara sus flechas.
—Alessio, Lyna, quiero que se alejen un poco, si es posible tiren piedras o palos, pero estén lejos de acá.
Sin dudar lo que decía Luz, hacían caso a lo que mandaba.
Inés, que había dado media vuelta, viene retenida por Jeremy.
—¿Tú a dónde crees que vas? Tú provocaste esto, ahora defiende y haz…
Sin poder terminar de hablar, la cosa de cual había lanzado la campana se había hecho presente luego de destruir el muro de la capilla que daba vista hacia donde estaban ellos.
Al verlos, este monstruo botó un rugido que incluso era más molesto de lo que había sido el sonido de la campana.
—Joder, un minotauro, los que nos faltaba… —Decía Jeremy.
Este minotauro, del cual bota un considerable vapor de sus orificios nasales y golpeaba su pecho con sus ambas manos, prepara su ataque hacia ellos.
—No será nada fácil, pero tiene su punto débil, es lo mismo que ese Mapola gigante, si hay una zona luminosa, hay que atacar ahí. —Indicaba Jeremy.
—Perfecto, ustedes distráiganlo, yo buscaré una zona para atacarle desde arriba. —Menciona Luz, caso seguido, se aleja en busca de un árbol.
El minotauro, que hacía aún en la capilla esperando un ataque de ellos, Jeremy lo observaba con atención.
—Escucha cuatro ojos, sé que no te agradamos, pero esta vez deberás colaborar por algo que ocasionaste.
Inés no decía nada.
—Maldita sea contigo, sólo te pediré que con tus rayitos que salen de tus dedos les des en los ojos, así será fácil distraerlo, ¿entiendes?
Sin hacer mucho caso a lo que decía, de mala manera, alza su mano y sin precisar su tiro, le había dado en la mano del minotauro, provocando que reaccionara.
—¡Qué mierdas haces, Inés! —Exclamaba Jeremy.
Gracias a la acción que hizo Inés, el minotauro comenzó a moverse, y de movimientos vacilares, inició a aumentar su velocidad hacia Inés.
Inés por su parte parecía confiada en su acción, no mostraba miedo alguno hacia esa criatura, pero Jeremy, instintivamente al ver que iban por ella y que no hacía nada para cubrirse, toma la decisión de defenderla, empujándola y recibiendo la fuerza del monstruo.
Cayendo al suelo por la defensa que le dio Jeremy, este, atrapado en las manos del minotauro, sentía como su cuerpo estaba siendo apretado por la presión que este estaba haciendo, sin posibilidad de moverse.
—¡Jeremy!
Luz, que estaba viendo en el aprieto que estaba, preparando sus flechas, tira uno por uno hacia el minotauro, pero este no reacciona a ello más cómo si fuera meras picazones de un mosquito.
—En esta posición no puedo hacer nada…
Mientras cambiaba su posición, Jeremy cada vez sentía que su cuerpo podría explotar como una mera uva, el minotauro no dejaba de apretarlo.
—I-Inés… H-haz algo… —Suplicaba Jeremy.
Como era de esperarse, Inés no hacía caso a lo que decía, simplemente se quedaba a observarlo, sin muestra alguno de querer ayudarlo.
—I-Inés…
Perdiendo la esperanza que ella le ayudara, no perdía la fe que saldría de esta, depender que ella haga algo es cómo esperar que un político cumpla su promesa.
A pesar de ello, su cuerpo no podría soportarlo por mucho, el minotauro sin remordimiento alguno podría haberlo partido en dos, pero la peculiaridad de estos monstruos era que disfrutaban ver a sus víctimas sufrir hasta matarlos, y este gozaba en lo que hacía.
Mientras que Jeremy perdía la consciencia, unos leves ruidos de rocas que chocaban y caían al suelo lo curiosea, observándolos.
—Alessio… Lyna…
Los dos débiles del grupo, de los cuales se le había dado la orden que se alejaran, habían vuelto con un montón de rocas, aunque eran pequeñas, las lanzaban hacia el minotauro para que se distraiga o los observara.
—¡Maldito monstruo! ¡Deja a nuestro amigo en paz! —Gritaba Alessio.
—Nadie toca a nuestro amigo. —Agregaba Lyna.
Ambos, que tiraban las rocas en la espalda del minotauro, este no reaccionaba a ello, era claro que no le dolía esas meras rocas, pero sentir a cada rato las rocas cayendo hacia él le estaba rompiendo su paciencia.
—¡Vamos Lyna, vamos! —Dice Alessio.
Continuando al tirar las rocas, poco a poco se notaba que el minotauro se estresaba, las venas en su rostro y los músculos de su espalda que se contraían era la indicación a ello.
Rompiendo su paciencia al sentir esas rocas, con sus ojos enrojecidos y tirando humo de su nariz, voltea bruscamente su rostro hacia ellos y comienza a rugir, provocando que Alessio y Lyna tiraran las rocas al suelo quedando sorprendido y atónitos ante tal bestia; pero Luz, que había esperado este momento y con una buena posición, tira una flecha directa hacia el ojo del minotauro, provocando que soltara a Jeremy.
Sintiendo la flecha en su ojo, el dolor indescriptible que sentía era notorio por los rugidos que botaba y cómo intentaba cubrir con su mano el sangrado que este había provocado.
Enojado y en busca de venganza, ve a los primeros a quien atacar, yendo hacia Alessio y Lyna, pero este viene detenido por el ataque de Jeremy que se ponía encima de él, controlándolo cómo si fuera el jinete.
—¿A-ahora quién es el que están en apuros? —Dice Jeremy que jalaba con fuerza sus cuernos.
Lo que tenía planeado Jeremy era darle a Luz la facilidad de dispararle hacia sus puntos débiles, provocando que otra flecha cayera en su otro ojo; ahora quedando completamente ciego, Jeremy tenía mucha más facilidad de controlarlo.
—¡Aléjense! —Mandaba Jeremy para tener el espacio libre.
Haciendo caso a lo que decía, los otros se marchan del lugar, no sabían que plan tenía en mente, pero parecía que tenía todo bajo control, o eso era lo que mostraba al tener montado a la bestia.
—Veo que ahora no puedes ver, pero tranquilo, yo seré tus ojos; ¿has jugado alguna vez demoler casas? Yo no, es algo que acabo de inventar ahora, y siéntete afortunado que serás el primero en inaugurar este maravilloso juego.
Con el plan que tenía en mente, y afortunadamente con las tantas casas que había, hace que el minotauro, controlando sus movimientos, hace que este chocara con las casas.
—¿Te gusta? ¿Te gusta este juego?
El minotauro sólo gritaba.
—Me lo tomaré como un sí.
Haciendo que choque en más casas, de las cuales ciertos pedazos de madera o de metal habían clavado en su cuerpo, llega un punto donde el minotauro quiere tener el control, sin pensar que, gracias a sus movimientos bruscos, Jeremy lo deja caer hacia la capilla, provocando que todos los escombros caigan hacia él.
Tirado y sin posibilidad de moverse, Jeremy, orgulloso y feliz lo que había hecho, se acerca hacia él sacando su cuchillo con una risa intimidante para el minotauro.
—¡JA, JA, JA, JA…! ¡Oh! Vas a tener que pensarlo dos veces antes de atacarnos, ¡pero en el infierno!
Encima de él y viendo la luz rojiza que hacía en su frente, clavando su cuchillo saca la gema que hacía dentro, provocando la muerte súbita del minotauro.
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Comments for chapter "28"
QUE TE PARECIÓ?
Buen capítulo . Esta pareja nunca pierden la oportunidad de estar a solas :v.
Lyna sintiendo pena por los montruos lo mejor 😍❤
Y una cosa más: