Blasphemy (2024) - 09
El Old Stinker, también conocido como el hombre lobo de Hull, es un críptido que forma parte de la cultura de aquella ciudad británica y tiene su gran particularidad de ser una especie de licántropo clase inferior de menor tamaño y figura mas grotesca. Cuenta con un característico hedor que lo hace difícil de confrontar.
Se dice que desde hace varios años aterrorizaba a los poblados locales alrededor de Hull, pero eso es solo la historia “oficial” contada por el Vaticano, porque el verdadero relato es muy diferente, ya que se cuenta que nacido de una comunidad gitana, el joven fue seleccionado por Gaia en forma de planta cuyos pétalos emanaban un fuerte olor que impedía a los animales acercarse y mucho menos a humanos. El chico, de tan solo diez años, fue devorado por aquella planta y luego renacido como “el guardián de Hull”.
Sin embargo, la joven tenía una cierta particularidad, poseía una marca de nacimiento que data de mucho antes de la fundación de Hull y que consiste en que su estirpe gitana era licántropa y a una cierta edad avanzada podían manifestar sus verdaderas formas como los popularmente conocidos entre poblados rurales como “werewolf”. Su caso es muy similar al de Oliver, pero en un rango inferior, ya que él fue elegido por el gran lobo negro, autoridad de aquel bosque mientras que Stinker es una mutación propia del bosque.
En pocas palabras, Oliver poseía en su sangre como Sinker la facultad de ser un hombre lobo por su familia, pero a esto se le sumó que entró en contacto con el licántropo original mientras que el nacido en Hull adquirió una forma alternativa, muy inferior en poder, fuerza, resistencia y sentidos. Incluso el mejor sentido del críptido, su olfato, está severamente comprometido por el excesivo hedor que emana, pero en compensación su velocidad es muy superior:
—Muy bien, para empezar, no eres mi primo, Harry. —le aclara Oliver.
—Ser licántropos en pleno derecho nos hace primos, algo lejanos. —le dice Harry.
—Los únicos primos que tuvo yacen enterrados en Lyon, tu solo eres un licántropo mas del montón. —responde Oliver.
—Fu, fu, fu, es una pena que seas así con quizás de los pocos grandes lobos del mundo. —exclama Harry mientras saca las manos de sus bolsillos y crecen las garras listas para causar daño.
—Piensa bien lo que vas hacer. Te advierto que no estamos de humor y el tiempo está en nuestra contra. —dice en voz amenazante Oliver.
—Yo también tengo que advertirte de algo. Tengo que proteger este lugar sagrado de los intrusos.
—¿Y qué te hace creer que somos intrusos?
—Quien sabe, rechazas a Gaia a pesar de haber recibido su bendición.
—Era bebé y mi marca de nacimiento es solo una maldición.
—Eso dices ahora.
—Eso digo yo porque es un maldito problema.
Mientras los ven discutir, Zanya exclama agobiada:
—Son como niños peleándose por un juguete.
—¿No tendríamos que detenerlos antes de que pase a mayores? —pregunta Luminara.
—Yo creo que es interesante ver a dos werewolf pelear. —dice Edwards, atrayendo la mirada de desagrado de Zanya y Luminara.
Theressa se acerca y separa a ambos con sus manos y al cerrar los ojos grita:
—¡Y-Ya dejen de pelear por favor!
—¿Theressa? —dice Oliver.
—¿Huh? ¿Quién demonios es esta chica? —se queda sorprendido Harry.
—No se que es lo que pasa entre ustedes, pero siento mucha soledad en sus palabras. Sobre todo, en las tuyas, Harry, por eso creo que te sientes muy solo y buscas a los tuyos y refugiarte en ellos. —dice Theressa con expresión de tristeza.
—¡¿Tu como es que…?!—retrocede Harry.
—No tienes que pretender hacerte el fuerte. En este ultimo tiempo me he sentido muy sola hasta que encontré a estas personas, porque para mí no son críptido. Son mas humanos que las mismas personas que habitan este mundo, y eso también creo de ti.
Cada palabra que sale de la boca de Theressa le molesta a Harry, porque están llenas de verdad y aunque le resulta insufrible, el joven Stinker apenas retrocede, pero se siente cautivado por la humana que, sin conocerlo alguno, también sabe mucho sobre su corazón porque ella también sabe lo que es estar sola en un mundo que se le muestra hostil:
—¡Tsk! Eres una humana muy extraña. —dice y luego sonríe— Aunque no voy a negar que tu lado críptido me resulta encantador.
—¿Huh? —se sorprende Theressa.
—Bien, los guiaré hacia el territorio sagrado. Siempre y cuando respeten la autoridad de…—desvía levemente la mirada hacia Edwards y rápidamente lo reconoce—¡Edwards Galand! ¡¿Qué demonios haces aquí?! —se exalta por su presencia.
—Siempre estuve aquí. —responde el dullaham.
—Siempre estuvo aquí. —piensan Zanya, Luminara, Oliver y Theressa.
—Ejem, ejem, como sea. Los ayudaré así que procuren comportarse.
De repente, se escucha un disparo al aire que los hace poner en guardia y mirar hacia el camino que lleva hasta Londres, allí se acerca un grupo de sacerdotes de muy bajo nivel respecto a los obispos y siendo acompañado por estos, el padre Troy con una cold en la mano derecha y un rosario en la izquierda pronuncia palabras como si fueran los sermones de una misa católica.
Tras menos que treinta segundos hablando sin parar sobre lo pecaminosa que es la existencia de los críptidos, Troy levanta su mano y apunta con el arma a Oliver y luego a Zanya. Cualquiera de los dos le basta para hacer, según él, la diferencia en el mundo y quizás le valga un ascenso en la iglesia como obispo.
Harry ve el arma y entre en una intensa furia ya que ningún arma humana debe entrar en tierra de Gaia tal y como lo que representa el templo de Stonehenge. Entonces Stinker se acerca mientras expulsa con mayor violencia ese hedor característico, mientras que su figura se deforma en una mas delgada, casi huesuda, su rostro se cubre de pelos y la mandíbula adquiere una forma mas canina, pero con ocio corto. Los ojos se tornan verdosos, diferente de los amarillentos de los licántropos puros como Oliver y el tamaño, si bien es menor y su musculatura menos definida, es mas alargado con piernas y brazos delgados pero que parecen guadañas con las agarras afiladas:
—¿Te atreves a irrumpir en tierra de Gaia? ¿acaso estás demente humano? —se acerca Harry.
—¡Tu, vas a ser el primero entonces! ¡tengo cinco balas, tu te llevarás tres por engreído! —exclama el padre Troy. Le apunta con el arma y dispara varias veces, pero apenas le roza el hombro.
—¿Qué? ¡¿Qué está pasando?! ¡¿Por qué no puedo darle?! —se molesta el padre.
—Padre Troy, los sacerdotes…—le muestra su subordinado mas cercano como los sacerdotes se encuentran muertos en el suelo debido al insoportable olor que desprende Harry, y es que su mayor fuerza no es la velocidad ni forma como críptido sino que a voluntad puede emanar veneno como vapores dirigidos a sus enemigos.
El padre Troy y con su mano temblorosa apunta al críptido pero la fuerza en el gatillo lo ha abandonado por lo que Harry sonríe y se lanza al ataque, primero contra el subordinado del hombre de fe, rompiéndole el cuello de un puñetazo. Luego gira su cuerpo y con ojos frenéticos color verde toma a Troy de ambos hombros y con las fauces abriéndose con toda la extensión posible lo toma de la cabeza. Luminara le cubre los ojos a Theressa y Edwards se pone delante de ella para que con su espalda tapase la horrenda escena.
De esta manera, el padre Troy alcanza el final de su existencia de una horrible manera. Su intención era capturar a Theressa, no sin antes rematar a Oliver y Zanya, pero no contó con la presencia de una gorgona, un dullaham y otro licántropo con tales habilidades y resistencia a la plata. Algo inusual en una bestia de su clase.
Oliver suspira y camina hacia Harry, es normal que un licántropo joven se descontrole bajo estrés o excitación durante la batalla. No es posible asegurar que Harry estuviera bajo control por lo que Oliver se siente responsable de que no los atacase:
—¿Harry? —pregunta Oliver y al ver que no responde y le da la espalda se prepara para lo peor— ¡Harry!
—¿Huh? —se da media vuelta— Oh, solo espera…espera un momento…este…tengo sangre en mis dientes…
—Haaaaa, me asustaste.
—Oye, esta bien que tenga apenas cuarenta años como Old Stinker pero ¿sabes? Tengo mucho autocontrol en mi forma bestial.
—Lo que tu digas.
Harry se asoma para ver a Theressa y cuando sus miradas se chocan le dice sonriente:
—Estoy bien, princesa.
—Aha…—responde tímida.
—Síganme. Hay un camino largo.
—Específicamente ¿A dónde vamos? —pregunta Zanya.
—¿No querían ir al reino de Gaia? —dice Harry.
—Si. —responde Zanya.
—Pues, en vista de que los inquisidores vigilan los caminos oficiales no hay de otra que tomar el camino más largo.
—¿Cuál es ese camino? —pregunta Theressa.
—Usaremos el trasbordador marítimo del Canal de la Mancha.
—¿No me digas que iremos en esa pequeña barcaza comandada por…? —se exalta Edwards.
—Tiene que ser una broma. —dice Oliver.
Theressa no entiende de que hablan pues ella había llegado a través de un barco enorme con varios refugiados críptidos ocultos entre cajas y barriles:
—¿Qué sucede? —pregunta Theressa.
—Esa barcaza de la que habla está comandada por una pequeña tripulación bastante peligrosa y que sube a la superficie del agua si la oferta es tentadora. —explica Luminara— Esa tripulación la componen sirenas piratas.
—Prepárense para un viaje largo hacia…Francia…
***PARTE 2***
Mientras tanto a lo lejos, Sebastian y Rose sigue los pasos del grupo a una distancia prudente por orden del papa. Sus órdenes son mantener una vigilancia para saber que movimientos pretendes y si resultan un pronto peligro para la iglesia.
Para el Vaticano es mas importante controlar completamente territorios que aún se resisten a al mandato de la religión católico. Casos como el de Japón o los zulúes en África son problemáticos para los planes del papa y por ello es que toda su atención se desvía en esos lugares:
—El padre Troy…fue…—Rose se sorprende, pero le es indiferente ya que en el primer instante que conoció al padre Troy, no le cayó nada bien.
—Así que un licántropo de la rama vegetal ¿huh? Interesante. Esto tendremos que informarlo más tarde. El papa debe saberlo.
—¿Ahora que hacemos? ¿regresamos al Vaticano? Ya no hay mucho que hacer aquí.
—Esperemos para saber que ordenes nos dará el papa.
Al decir esto se queda en silencio, pensativo y a la expectativa de las órdenes del santo padre:
—¿En qué piensa?
—Hay muchas cosas que me dejan intranquilo. Si tuviera que enumerarlas serian demasiadas. Por ahora nuestra misión aquí acabó. Vamos a Londres a descansar.
—Ya veo. —exclama Rose y sostiene con ambas manos su rosario— ¿Se lo dejaremos a él? ¿lo dejaremos actuar a sus anchas a pesar de…?
—Hasta el momento cumple bien con su papel. En unos días llegaremos a su destino sin que se lo esperen.
Comments for chapter "09"
QUE TE PARECIÓ?