Blasphemy (2024) - 10
Dos días después, Harry los guía por un camino rápido y directo hasta donde se encuentran apostadas las sirenas sin que ningún humano pudiera sospechar que existen entre ellos.
Las sirenas, una leyenda de navegantes perdidos en el amor o la desilusión amorosa, son seres que conceden el deseo de la aventura sensual y erótica, pero con tu cuerpo y alma siendo entregadas a ellas. Son mujeres hermosas como forma alternativa pero la real es completamente diferente.
Se dice que son hijas de tritón, un señor del océano de la antigüedad, otras leyendas las confirman como mujeres desdichadas en el amor que fallecen en el mar y reencarnan en monstruos con hambre de hombres que sufren de lo mismo.
La realidad es que en un mundo donde la iglesia ha cazado miles de ellas por siglos hasta dejarlas casi en extinción tuvieron que adaptarse para convertirse en navegantes para ayudar a críptidos como una forma de resistencia. Lógicamente siempre es con un pago, aunque se dan ciertas excepciones.
El grupo llega a un pequeño muelle donde se encuentran cinco mujeres de cabello colorado y piel de porcelana tan blanca que es increíble que existan. Rápidamente las cinco alzan su mirada y detienen sus quehaceres para mirar a Theressa.
Una de ellas se acerca con una escoba y le apunta a Harry:
—¿Quiénes son ustedes y porque esa chica emana un olor humano y a la vez críptido?
—No estamos aquí para pelear ni nada por el estilo. —responde Harry.
—Entonces tu explicación debería ser más que convincente.
Theressa se acerca y dice:
—Por favor, no pelee. Mi nombre es Theressa Van Helsing y…
—¿Van Helsing? —retrocede sorprendida— Eso lo explica bastante. ¿Quieren ir a Hayling Island?
—¿Es posible? —pregunta Theressa.
—Puede ser. Todo dependerá de que me respondas esta pregunta.
—¿Cuál?
La mujer se acerca al agua y como si fuera un imam, el agua y ostras la envuelven convirtiéndola en una criatura con fauces y dientes afilados. La mitad de su cuerpo se convierte en una cola de criatura marina color verde, sus pechos quedan al descubierto y de los codos salen aletas filosas mientras que sus uñas se ponen en punta larga. Mientras tanto, las demás mujeres se ponen en fila con rostros de cierta pena ante la soledad que las abruma:
—¿Crees que somos monstruos?
Theressa no duda y niega con la cabeza, que para sorpresa de la sirena es una respuesta atípica pero que necesita de una justificación convincente:
—Dime ¿Por qué?
—No me pareces un monstruo, eres alguien muy hermosa y siento que vives con una pesadez en tu corazón que necesita ser sanada. —se acerca a la sirena metiéndose al agua y con ambos brazos la envuelve con cierto amor maternal.
—¡¿Q-Que es lo que haces?! —se exalta la sirena.
—Ninguno de ustedes es un monstruo o algo parecido. Monstruos son aquellos que no valoran la vida de los demás ni piensan en sus sentimientos. Monstruos también son los que obligan a los demás a seguir una ideología que no concuerda con sus sentimientos, para mi esos son los verdaderos monstruos.
—Loana. —dice la sirena.
—¿Huh? —deja escapar Theressa.
—Me llamo Loana.
—Es un placer Loana. —sonríe la bruja.
—E-El placer es mío…Theressa.
Loana vuelve a su forma humana y tomada de la mano con Theressa regresan a la superficie. Una de las sirenas la mira con mejor detalle y sorprendida pregunta:
—¿Estás llorando?
—C-Claro que sí, ¿Qué no ves? Ella es la elegida por Gaia.
Inmediatamente las sirenas se inclinan ante Theressa. Ella aún no es capaz de entender la magnitud de ser la elegida por Gaia.
Harry vuelve al tema en cuestión:
—Loana.
—Si, yo los llevaré en mi barcaza y los ayudaré a obtener el servicio del transporte. Confíe en mí, Theressa es la garantía de que funcionará.
Harry saca de sus ropajes una bolsa de piel con decenas de monedas de cobre y plata que, para los críptidos, alejados en cierta forma de las nuevas costumbres del mundo impuesto por la iglesia, tienen mucho más valor que el dinero en papel. Sin embargo, Loana rechaza el pago y señala disimuladamente a Theressa:
—Se que sonará cursi pero nuestro pago es que esa chica llegue al reino de Gaia. Así que guarda esa bolsa y úsenla para comprar víveres una vez lleguen y ropa adecuada para ella.
—Entendido. —responde Harry.
—Además nuestra misión es protegerla en alta mar, como ustedes en la superficie.
Varias horas más tarde, las sirenas acaban con la preparación de la barcaza que llevará al grupo directo hasta Hayling Island. Para que no haya sorpresa como la presencia de inquisidores hurgando en el lugar o algún otro chismoso, las sirenas invocan a serpientes marinas para que protejan el camino y en caso de invasores terrestres poder defender el lugar.
Para la iglesia, las sirenas son herramientas útiles para el control del canal de la mancha por lo que permiten sus actividades siempre y cuando informen una vez al mes lo que sucede. Por temor al poder de los arzobispos y el papa, ninguna comete el error de expresar rebeldía y hacen lo que les ordenan, pero ahora que la población aumentó con el tiempo y la llegada de Theressa como la elegida por Gaia, ven como el momento adecuado para alzarse.
Según ella, Theressa representa el cambio de marea en el mundo y no quieren estar fuera.
Tras varias horas recorriendo con un barco unido a una cuerda en sentido recto hasta la isla, llegan a la costa de Hayling Island y a pesar de estar con Loana, son recibidos con miradas despectivas y armas como garras o lanzas o sus famosos tridentes apuntándoles al cuello y rostro.
Una mujer extremadamente hermosa se destaca del resto acercándose con una extraña daga con un ojo que se mueve en el mango. Ve a Theressa y rápidamente se acerca a ella, pero Zanya y Luminara se interponen con mirada asesina, mientras Oliver libera un poco de su furia licántropa y Edwards, bueno él es un dullaham, su sola presencia podría hacer temblar a cualquier, pero se mantiene a la expectativa ya que desea mantenerse misterioso:
—Mi nombre es Tesalia, como la ciudad griega. Protegen a esa chica a pesar de estar con armas apuntándoles al cuello. Significa que es alguien importante…pero ¿de qué manera? No es un gran grupo como para ser alguien importa o famosa. No eres de la realeza, obviamente porque ellos son subordinados del papa. Entonces ¿Qué eres? Te acompañan críptidos lo cual me hace pensar que eres importante para nosotros, pero… ¿por qué? Son muchas respuestas. —camina de un lado al otro murmurando en voz alta.
—¡Tesalia, ella es…! —dice Loana.
—¡Shhhh! —apoya su dedo índice en los labios de Loana para callarla—Déjame pensar ¿quieres?
Loana asienta con la cabeza:
—Gracias. ¿En dónde estaba? Ah, si ¿por qué eres importante para nosotros?
—M-Mi nombre es Theressa…Van Helsing…
—Oh, con que de eso se trata. Entonces tengamos un momento a solas. —ordena con su cabeza a que las demás sirenas retengan al grupo. Tesalia toma de la mano a Theressa y se la lleva a una cabaña cercana a pesar de que a lo lejos Zanya y Luminara gritan furiosas pero la joven les sonríe para demostrarles que ella estará bien.
Tesalia abre la puerta y empuja levemente a Theressa para que entre. Cierra con llave la puerta y empuja una vez más a la chica hasta una silla. Tesalia se sienta frente a ella y dice sorprendida:
—¿Nieta o hija de Abraham?
—N-Nieta.
—Con que sí. ¿Cuándo sucedió?
—Era muy pequeña y dejamos de saber sobre él cuando se fue hasta que nos dijeron que murió en una misión.
—Ya sabes que no fue así ¿cierto?
—Aja.
—Bien, porque vas a necesitar de mucha fuerza y no me refiero a músculos, resistencia o la magia que cargues contigo sino aquí…—apoya su mano en donde está el corazón de Theressa— vas a sufrir muchas perdidas de ahora en más y no sabrás si tus compañeros podrán sobrevivir.
—¿Por qué me dices esto?
—Porque ser la elegida de Gaia no es para tomarse a la ligera. ¿Entiendes? Es un compromiso con nuestra gente.
—Pero ¿Qué es ser la elegida por Gaia?
—Eso tendrás que descubrirlo por ti misma. No me corresponde contarte todo.
La sirena, que a fin de cuentas parece la líder de la raza, se le queda mirando durante varios segundos a los ojos de Theressa. No para de sorprenderle la semejanza con Abraham, un gran amigo de su juventud y alguien en quien confiaba mucho en las duras batallas contra la iglesia.
Lanza una pequeña carcajada para disgusto de Theressa quien no entiende que le pasa:
—Eres realmente su nieta.
—¿Qué?
—Se parecen mucho y aun así eres completamente diferente. Oh, que cortesía la mi ¿quieres un poco de té?
—No, gracias, te agradezco. —agradece y niega con su cabeza— ¿Por qué soy completamente diferente a mi abuelo?
—Sensaciones mías.
A pesar de su apariencia atractiva y la ferocidad con los desconocidos, Tesalia desprende una amabilidad y cariño materno similar a Luminara pero la enorme sensualidad que puede desbordar Zanya. Solo con verla y estar sentada en la misma mesa que ella, Theressa se siente realmente cómoda.
Entonces, Tesalia le hace una última pregunta para regresar con el grupo. Todo depende de lo que le responda la joven bruja:
—Dime algo más, y quiero que pienses la respuesta. Si es una respuesta que me convence entonces partiremos de inmediato para Francia.
—¿Francia? ¿Cómo sabias que…?
—Si eres la elegida por Gaia entonces tu único destino si vienes a nosotras es llegar a la puerta del reino. ¿Estás lista?
—Si.
—¿Qué harás una vez llegues? Es simple ¿no lo crees?
—¿Qué haré cuando llegue?
—Es difícil de responder. ¿Iras a recorrer? ¿querrás conocer todo lo que puedas? Verás que es una mejor vida en ese territorio sagrado y te quedarás ¿quién sabe?
—Yo…
—¿Huh?
—¡Yo quiero conocer a cada uno de los habitantes de ese lugar! ¡eso es lo que deseos! Aunque…no se si tenga la fuerza para cumplir con las expectativas como la elegida. Es muy frustrante y sigo siendo débil…
Tesalia le acaricia la cabeza con mucho cuidado:
—Esa es una buena respuesta. Mejor de la que podría pedir. —se pone de pie abruptamente— Bien, no hay tiempo que perder. Es un camino de tres horas y el tiempo apremia.
—¿Eso quiere decir qué?
—Ven, tienen que tomarse un transporte.
—¡M-Muchas gracias!
—Es lo menos que puedo hacer por la elegida y también la nieta de mi querido amigo Abraham.
Una vez aclarado las cosas, las sirenas preparan su barco llamado “Tifón” con suministros que sospechosamente son para casi un mes y varias armas de fuego que tenían escondidas. El grupo observa, pero no hace ninguna pregunta.
Zanya habla con Oliver sobre las enormes probabilidades de que en Francia encuentren más problemas ya que una de las catedrales más importantes de Europa es también de las sedes más poderosas de la iglesia, Notre Dame.
Tesalia ordena llevar una caja con pólvora para dinamita y balas que robaron hace tiempo y en parte se encuentran algo oxidadas por estar en un lugar húmedo:
—Con la aparición de Theressa no podemos quedarnos quietas en este sitio. Por esa razón decidimos regresar al reino de Gaia. —explica Tesalia.
—Ustedes eran de ese reino ¿verdad? —pregunta Zanya.
—A diferencia de muchos criptidos nacidos en el mundo humano como ustedes, nosotras tenemos nuestro origen en el Reino de Gaia, pero nuestra especie se vio abrumada por la prosperidad. Al final somos descendientes del señor de las aguas en Gaia, pero también de una humana que llegó a ese territorio. Ambos tuvieron una hija llamada Peranna y de ella proviene nuestra estirpe. El resto es una equivocación nuestra por creer que el mundo humano sería interesante y divertido.
—¿Él no intercedió? —pregunta Edwards.
—Él fue el primero en intentar convencer a nuestra madre y luego a nosotras, pero no hicimos caso.
—E-Espera… ¿Qué edad tienen? —pregunta Harry exaltado.
—No viene al caso.
—¿Y porque las armas? —pregunta Zanya.
—Una guerra es inevitable. Solo nos preparamos para cuando llegue. —responde Tesalia.
—No permitiremos que Theressa esté en una guerra. Haremos lo imposible para que eso no suceda. —dice Luminara.
—Sabemos que eso no depende de nosotros. Sino de ese pacto tripartito entre los mayores poderes del mundo. —exclama Tesalia— Ya es momento, suban al barco.
Los tripulantes se suben al barco a través de una plataforma de madera. El número total de tripulantes, contando al grupo de Theressa, es de al menos setenta y siete en un barco de similar tamaño que un galeón.
Tesalia reúne a sus principales comandantes y al grupo de la bruja en una habitación usada como centro de reuniones de estrategia. Allí extiende sobre una mesa el mapa de Hayling Island, el canal de la mancha y una parte del norte de Francia. Allí se ve trazado una ruta que lleva hasta Ruan, una ciudad ahora de importancia naval para Francia y que es legendaria entre los críptidos.
Theressa ve confundida que esté marcada esa ciudad y no Lyon o Paris, supuestamente ciudades de mucha mayor importancia que Ruan:
—¿Qué hay en Ruan? —pregunta la joven.
—Ruan es una de las tantas puertas para entrar al reino de Gaia. —responde Tesalia.
—¿Lyon o Paris no eran puertas?
—Eso lo dije para confundir al padre Troy. —reconoce Harry.
—¿Lo dijiste para confundirle? Entonces mentiste. —dice Theressa.
—Fue una buena estrategia. —dice Oliver.
—Por supuesto. —exclama orgullo.
—Theressa. —dice Tesalia.
—¿Sí?
—Ruan no solo es un sitio que permite la navegación y es una ruta directa desde el mar del canal de la mancha, sino que es un territorio sagrado para los críptidos. Allí murió una leyenda y pasó a convertirse en algo más.
Theressa espera con atención la respuesta de Tesalia, pero esta se queda en silencio.
Llega corriendo una de las sirenas al grito de “tierra a la vista comandante”, entonces Tesalia se da media vuelta y corre por las escaleras hacia arriba para observar la costa francesa:
—El río Sena. Tenemos tres días de navegación. En cuanto lleguemos nos encontraremos con tierra enemiga así que estén atentos ¿de acuerdo?
Tesalia regresa a su camarote y antes de dejarle con la duda a la joven le dice en voz baja para que solo ella la escuche.
—Tus dudas se ven a aclarar cuando llegues al reino de Gaia. Ella estará allí para recibirte.
—¿Quién me recibirá? ¿Cómo es que sabes esto? —voltea la mirada y ve a Tesalia ya en su camarote y cierra la puerta.
Horas más tarde, Theressa se queda en la parte superior del barco en lugar del castillo de proa donde están los invitados de las sirenas. La joven se trepa en el palo mayor hasta avistar todo un vasto territorio verde y abajo en el mar ve a decenas de sirenas recorrer las aguas para recordarse siempre quienes son y jamás olvidar su origen. Varias de ellas alcanzan a ver a la joven y la saluda extendiendo sus manos y moviéndolas mientras aletean entre las olas.
Theressa, sonriente, les devuelve el saludo con gran emoción.
El viento golpea su rostro y cabello, sintiéndose realmente viva y con esperanza.
***PARTE 2***
Tres días después a pocos kilómetros de Ruan, Tesalia llama de urgencia a los comandantes para un aviso de emergencia. El mapa de la ruta sigue en la mesa, pero esta vez tiene una “X” marcada lo que significa peligro para las sirenas:
—Varias de nuestras exploradoras avistaron el vuelo de arzobispos por el rio Sena. Tendremos que fijar una ruta alternativa por tierra. —exclama Tesalia.
—Estaremos en desventaja si recorremos kilómetros en tierra. Si nos atacan arzobispos se acabó. —dice Loana— Tendríamos que tomar otra ruta. Quizás una más larga. —propone.
—El tiempo apremia. ¿Qué otra ruta rápida hay que no sea peligrosa? —pregunta Zanya.
—No hay ninguna. Las demás están controladas por la iglesia. Esta ruta es de constante flujo comercial por eso su control es menor, pero…maldición…—responde Tesalia.
—Theressa ¿Qué propones? —pregunta Harry.
—¿Yo?
—¿Quieres continuar o seguimos a pie por una ruta más peligrosa pero no nos toparemos con arzobispos? —pregunta Harry.
Tesalia mira a Harry con cierta inquietud ya que parece atribuirse un liderazgo que no le pertenece. Entonces interrumpe para decirle a Theressa:
—¿Quieres dejarnos a nosotros la ruta? No te sientas presionada. Puedes confiar en nosotros. —le dice la sirena.
—Yo…creo que ir por tierra está bien. No quiero que sea peligroso para nadie así que me parece bien. —decide Theressa.
—Correcto, Loana, informa que desembarcamos aquí.
—Entendido.
La timonel recibe la orden para acercarse a un terreno firme y que permita colocar la plataforma de madera sin problemas.
Mientras las sirenas descargan los suministros y armas para ser transportadas a pie, Theressa desciende con los demás, el más animado por haber llegado a tierra firme es Oliver ya que no tolera los movimientos del mar y termina por darle nauseas.
Edwards se aleja un poco y toca un árbol entrando en contacto con la esencia misma de Gaia a través de las raíces. Su verdadera naturaleza es un misterio, pero se dice que los dullaham son guardianes del inframundo, pero también protectores de la vida y subordinados de una fuerza natural imparable que será quien los reciba al llegar.
El árbol le cuenta a Edwards que hay movimientos sospechosos por tierra y sus hojas, que revolotean por los aires, alcanzan a detectar que por las alturas hay un peligro aún más rondando amenazante y deseoso de exterminarlos:
—¡Hey, Edwards! — lo llama Theressa.
Edwards abre sus ojos y mira con pánico hacia Theressa y luego el barco:
—¡Salgan de ahí! —grita a las sirenas.
De repente, el barco es atravesado por múltiples espadas de luz seguido de una fuerte explosión que arrasa con todos dentro del transporte. Esa explosión lanza una onda expansiva que arroja violentamente a todos en tierra firme contra el suelo y a otros arrastra por el suelo. Theressa apenas recibe heridas, pero gracias a que Luminara la alcanza a envolver con sus firmes brazos y se transforma en gorgona con cabellos serpiente largos y poderoses, cuerpo alargado y escamoso que dan forma de una serpiente gigante para que con su cuerpo reciba todo el daño posible. Zanya y Oliver se aferran al suelo al introducir sus manos contra la tierra.
Las sirenas que se encontraban allí gritan de agonía mientras las llamas exterminan sus existencias. Theressa abre sus ojos y ve al barco reventado y cuerpos incinerados de varias sirenas.
Incapaz de reaccionar, Theressa llora y cubre su boca. Luminara le tapa los ojos y susurra al oído:
—Tranquila, no mires. Intenta no mirar eso.
Desde el cielo descienden Sebastian, Roses y otros tres arzobispos hasta donde se encuentran las sirenas supervivientes y el grupo de Theressa. Cuando los arzobispos hacen acto de presencia, el tiempo es como si se detuviera y sus auras desprenden odio y amenazante peligro. Su sed de sangre hace, incluso, poner nervioso a Edwards. Una cosa es el arzobispo de bajo rango como Lucio y otros son los que posee más de dos pares de alas están en otro nivel:
—Llegamos justo a tiempo. —dice Sebastian al observar a todos en el suelo.
—¡Quiero la cabeza de la chica bruja! —exclama Rose con entusiasmo.
—Espera un momento. Tenemos una cosa más. —dice Sebastian.
—Por supuesto.
Sebastian mira a Harry, quien se acerca sin temor a ellos para sorpresa de todos. Tesalia, quien yace en el suelo con un hombro dislocado y el rostro ensangrentado muy cerca de los restos del barco:
—¡Traidor! —grita la comandante sirena.
—Lo hiciste bien Stinker. Ten tu paga. —le arroja un pedazo de página de un libro prohibido por la iglesia.
—¡¿Qué fue lo que hiciste?! ¡maldito hijo de perra! ¡te mataré! —grita Oliver, reclamando por la verdad.
—¿Por qué lo hice? —pregunta Harry y pisotea el suelo con fuerza— ¡¿acaso quieres que siga siendo Old Stinker maldito imbécil?! ¡siempre odié mi condición y nunca te importó!
—¿Ya puedo ir? —pregunta Rose.
—Tráela con vida. —dice Sebastian— Es importante que está viva.
—Comprendo. —dice y luego avanza hacia la chica y la gorgona— No te dolerá. —exclama mientras esboza una expresión de tristeza.
Comments for chapter "10"
QUE TE PARECIÓ?