Boro: el último maestro. - 15
Marco sabía el peligro en el que se encontraban, por ello, miró a Boro y asintió con la cabeza en aprobación del trato. El joven enrolló el pergamino y levantó la cabeza con cuidado de no reaccionar demasiado rápido u ofender al nigromante.
—Pagaremos el precio. Le agradecemos la oportunidad y si nos lo permite, nos gustaría partir de inmediato —respondió Boro consternado.
—Aún no —gritó el cuervo tajantemente.
La mujer al frente del Multicromatico, rodeo el árbol y se aproximó a uno de los pilares lejanos. Debajo del soporte, había una gran cantidad de plantas, todas ellas tenían flores fosforescentes tan blancas como la nieve y debajo de cada una de ellas había un pequeño fruto, algunos eran amarillos, otros blancos y solo unos cuantos brillaban tanto como las mismas flores.
La no muerta, se inclinó enfrente de las plantas y arrancó con gentileza tres frutos amarillos. Las flores de esos tres, perdieron el brillo que tenían y sus pétalos se cerraron en el acto, después, comenzaron a encogerse hasta alcanzar el tamaño de una nuez, por último, el brillo en su interior empezó a palpitar.
La mujer caminó con normalidad, pero con cada paso que daba la distancia que había entre ella y los vivos se cerraba a gran velocidad. Cuando estaba a solo diez metros de distancia, Boro y Marco sintieron un fuerte escalofrío. Ambos se dieron cuenta de inmediato que esa cosa no era más que otro títere, pero uno incomparablemente fuerte.
En la boca del estómago, en el mismo lugar en que se supone que todos los seres vivos tienen su núcleo, la no muerta tenía un brillo muy especial, uno que evidenciaba una enorme cantidad de esencia almacenada. Boro intentó realizar una estimación rápida, pero sucedió exactamente lo mismo que con el Buitre de Cenizas, la no muerta era tan fuerte que él ni siquiera era capaz de medir su fuerza.
La no muerta se paró enfrente de los vivos, y les ofreció los tres frutos que había tomado con anterioridad. Los dos jóvenes miraron al cuervo de cuatro ojos y este bajó y subió su pico en signo de aprobación. Boro tomó los frutos y los repartió entre ellos.
—Una hora para partir y un día para regresar —exclamó el cuervo con su típica inhumana antes de alzar el vuelo y desaparecer ante los ojos en menos de dos segundos.
La no muerta regresó hasta el Multicromatico y tomó su postura inicial. El no muerto de la entrada retrocedió un par de metros y la mitad inferior de su cuerpo fue succionada por la tierra.
—¿Qué hacemos? —cuestionó Marco con la mirada fija en el fruto.
Boro suspiro y se mantuvo en silencio por un efímero momento, durante el cual, comprobó que la entrada seguía bloqueada.
—Comer y descansar un poco antes, creo que nos han dado toda una hora para ello.
Filot estaba absorto con el fruto en sus manos y la baba comenzaba a desprenderse de sus labios, no habían probado alimento desde el día anterior, y como se mantuvo despierto durante el vuelo, su cuerpo le imploraba por algo de alimento.
—¿Puedo comerlo? —cuestionó al lamerse el labio inferior.
—Espera, primero lo probaré yo —mencionó Boro.
Filot estaba apunto de preguntar por qué, pero el joven no perdió tiempo y mordió el fruto de inmediato, dejando al niño con la boca abierta. Por otra parte, Marco reaccionó de la misma manera aunque por motivos diferentes, él no tenía ni idea de que clase de hierba había dado ese fruto tan peculiar, por lo que, al contrario de Filot, lo último que quería era probarlo
—Esperen un poco más —ordenó después de tragar el pequeño trozo que había mordido.
Cerró los ojos e intentó sentir si había algún cambio en su cuerpo, y para su buena suerte, su sospecha inicial había sido totalmente acertada, una gran cantidad de esencia empezó a emanar desde su estómago y comenzó a esparcirse por todo su cuerpo. Juntó sus manos en el centro de su abdomen e intentó redirigir la esencia directo a su núcleo.
Marco miró con preocupación a su amigo, frunció el ceño y con el temor de que el fruto fuese venenoso, se acercó hacia él y concentró esencia en sus ojos para monitorear a Boro. Acto seguido, su expresión se relajó y estalló en euforia. Ese pequeño fruto tenía un poder increíble, tanto así que la esencia comenzaba a emanar del cuerpo del joven mago en grandes cantidades. Marco miró a Filot y sonrió plácidamente.
—Todo está bien, pero, es mejor que esperemos un poco —explicó al mismo tiempo en que se colocaba entre su amigo y el no muerto, para prevenir cualquier imprevisto no deseado.
Sin embargo, los dos no muertos se mantuvieron exactamente en la misma pose durante el proceso de asimilación, provocando que a Marco se le erizara la piel y lo mantuvieran al borde de la desesperación. Boro tardó un poco más de cinco minutos en asimilar toda la esencia que había obtenido del pequeño bocado. Abrió los ojos y sonrió de oreja a oreja.
—Increíble, es un auténtico fruto de Esentia. Su efecto es fascinante, incluso sin estar maduro.
—Es una Esentina, ¿En serio? —exclamó Boro con los ojos muy abiertos, giró su rostro y analizó su alrededor—. Entonces todas las plantas medicinales que hay aquí, son reales… aunque dudo que haya algo más valioso que una Esentia, esto es simplemente una locura.
Marco se vio tan emocionado que por un breve momento había olvidado en donde se encontraban. Filot lo miró con el ceño fruncido por su reacción tan atípica, después, miró al fruto mordido en las de Boro y sus ojos brillaron con un nuevo desplante de codicia.
—¿Es muy valioso? ¿Lo podemos vender? —cuestionó el pequeño antes de que su estómago rugiera, su rostro adaptara una expresión de malestar y sus intenciones cambiaran— ¿Me lo puedo comer?
—Es totalmente comestible, pero no creo que debas comerlo —mencionó Marco.
—¿Por qué? —exclamó Filot con el rostro lleno de decepción, tristeza y frustración.
—No te exaltes pequeño, Marco tiene razón, no sabemos qué efecto tendría en ti, en el mejor de los casos desperdiciarías todas sus bondades y en el peor de los casos, tu núcleo podría explotar —explicó Boro con una sonrisa ligera, miró hacia la no muerta debajo del gran Multicromatico, su expresión se torno seria de nuevo y exhaló con fuerza—. Creo que no debemos de perder el tiempo.
—Entonces… ¿No puedo comerlo?
Boro lo miró con ternura y la sonrisa regresó a su rostro.
—Si y no, solo te dejare darle una sola mordida, pero no a esa —dijo mientras apuntaba al fruto que el niño tenía en sus manos—. Si la muerdes se echara a perder más rápido, así que te compartiré un trozo del mío.
Filot se alegró por un segundo y después su sonrisa decayó en cuanto el joven terminó la frase, estaba contento porque podría probar ese mágico fruto, pero al mismo tiempo decepcionado porque sabía que un solo trozo no sería suficiente para saciar su hambre. Los dos jóvenes rieron un poco al verlo abatido.
—No te preocupes, puedes comer esto mientras nosotros recuperamos nuestra esencia —comentó Boro al sacar unos cuantos trozos de carne seca de su collar.
El rostro de Filot se llenó de felicidad e intercambio el fruto sin dudarlo.
—Pero antes de que te comas eso, dale una pequeña mordida al fruto —ordenó Boro con tranquilidad.
—Disculpa, pero no sería mejor que pruebe del mío, tú necesitas más esencia que yo, y además, no creo que sea buena idea que los dos nos sentemos a digerir la Esentina tan tranquilamente —comentó Marco sin perder de vista al primer no muerto.
Boro suspiro y miró a la mujer debajo del Multicromatico.
—La verdad, es que esperar a que comencemos a meditar para matarnos no tiene sentido, si nos quisieran muertos, jamás hubiéramos tenido la oportunidad de tener esta conversación en primer lugar. En cuanto a lo primero, un pequeño mordisco no tiene mucha importancia.
Marco únicamente bufó en respuesta, pero aun así, compartió su fruto con Filot en vez de que su amigo lo hiciera. Acto seguido, tomó asiento en la fría tierra y comenzó a digerir el fruto sin muchos ánimos, aunque después de dar el primer mordisco y de que su cuerpo comenzar a estimularse por la gran cantidad de esencia que emanaba el fruto, se olvidó de todo pensamiento negativo e intentó aprovechar la oportunidad que tenía en frente.
Todos en el mundo son capaces de asimilar esencia del medio ambiente, sin embargo, el núcleo de los humanos es demasiado rígido, por lo que su capacidad de almacenamiento es demasiado limitada. En comparativa, es como tratar de llenar con aire una cubeta que ya está llena de agua solo con la ayuda de un popote del tamaño de un alfiler.
En otras palabras, el órgano metafísico llamado núcleo de esencia, es cómo un globo muy difícil de inflar, el cual, una vez es llenado se expande, y el proceso de llenado comienza de nuevo de nuevo. Sin embargo, lograr que un núcleo se expanda es sumamente complicado, pues la presión que un humano puede ejercer sobre él, únicamente con la ayuda de la esencia recabada desde el medio ambiente, es relativamente insignificante.
Por ello, cuando los magos quieren tener un avance significativo, recurren a ayudas externas, como elixires, frutos de esencia, píldoras, etc. Y uno de los objetos con un mayor índice de éxito en la expansión de los núcleos de esencia, era la Esentina, sin embargo, para que esto ocurra era necesario que el mago primero tenga su núcleo en su máxima capacidad, ya que de estar vacío, la esencia otorgada por el fruto solo alcanzaría para llenar las reservas del mago sin otorgarles un avance significativo.
Aún así, con todas las probabilidades en contra, era inevitable que Marco no se sintiera optimista y feliz al tener la oportunidad de comer uno de esos frutos tan valorados por la sociedad mágica. Por otra parte, Boro se mantuvo mucho más sereno, él sabía a la perfección que en las condiciones tan deplorables en la que se encontraban, tener un avance era prácticamente imposible.
Por ello, procedió a asimilar el fruto con total calma y poco optimismo. En el caso de Filot, la diminuta mordida que le dio a la Esentina, fue más que suficiente como para sentir que su cabeza le explotaba, su experiencia era nula y aunque sus maestros le habían explicado con anterioridad como asimilar esencia desde el ambiente, llevar la teoría a la práctica fue un trabajo casi imposible. Aunque asimilar esencia desde un fruto era mucho más fácil que hacerlo desde el ambiente, el nulo entrenamiento práctico de Filot, hicieron que toda la esencia se escapara sin poder hacer nada para asimilarla.
Lo único bueno que pudo rescatar de su pobre actuación con el trozo de Esentina, fue que adquirió bastante experiencia al tratar de absorber esencia, haciendo que su entrenamiento futuro no fuera tan complicado como normalmente sería. Cuando Filot abrió los ojos, sorpresivamente tenía a Boro frente a él y lo observaba con bastante curiosidad.
—Aunque no pudiste asimilar ninguna pizca de esencia, no olvides ese sentimiento e intenta replicarlo, pero ahora utilizando al medio ambiente como fuente.
Aunque el estómago de Filot pedía a gritos algo para comer, la emoción del momento hizo que el pequeño se olvidará de su hambre por un momento. Asintió y procedió de inmediato a intentar asimilar esencia sin muchos resultados.
Cuanto Filot cerró los ojos, Boro le lanzó una última mirada a la mujer debajo del Multicromatico, acto seguido, se sentó con mucha precaución y procedió a digerir la Esentina. Después de media hora de arduo trabajo, el hambre aunado a un fuerte dolor de cabeza, hicieron que Filot saliera de su trance.
Devoró los trozos de carne en un instante y comenzó a explorar la caverna con su mirada, pero después de que sus ojos se toparon con los de la no muerta de blanco, sintió un fuerte escalofríos y el miedo comenzó a invadirlo, se apresuró a llegar a un lado de sus maestros, se acurruco en la espalda de Marco y espero en silencio hasta que uno de los terminara.
Veinte minutos después, Marco y Boro recuperaron toda su esencia perdida, se pusieron de pie con lentitud y en cuanto giraron hacia la salida, notaron que de nuevo esta se encontraba abierta, una clara señal de que debían abandonar el lugar de inmediato.
Los tres hicieron una pequeña reverencia, agradecieron en voz alta y se marcharon sin mirar atrás. Boro tomó la delantera y comenzó a despejar el camino con hechizos simples de esencia neutral. Marco subió a Filot a su espalda y comenzaron a correr junto a su amigo hacia las profundidades de la frontera de Malus Virentia.
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