¿¡Celos sabor a chocolate!? (crossover) - 1.5
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- 1.5 - Una loca invocación (Partes del 3 al 5)
Parte 3.
Durante el transcurso de la conversación entre Celeste y Lyna; la cruel y malvada Amaltea estaba dándole la espalda al par de chicas, enojada por su peculiar encuentro con Celeste y a la vez metida en sus pensamientos…
“Una sirvienta niña bonita de otro mundo y una semihumana paloma con súper fuerza y pechos grandes”, pensó Amaltea mientras miraba acomplejada sus pechos. No era que los suyos fuesen muy pequeños, sino que a comparación con los de Lyna y Celeste, su busto era insignificante. Para entender mejor este importantísimo detalle que sin duda mejorará la compresión de la trama, es necesario aplicar una formula comparativa entre el pecho de Amaltea como el diámetro de una canica en contraste con los de Lyna siendo del tamaño total como los de un balón de fut…
“Oye, narrador…”. …En comparación con los de Celeste tomando como referencia el diámetro total de la luna…
“Oye, maldito, narrador”. ¿Por qué se empieza a sentir un aura asesina en el ambiente proveniente de Amaltea? Como sea, continuando con la relevante explicación…
“¡Narrador!”. ¿Narrador? ¿en qué diablos está pensando Amaltea? de hecho, ¿porque se dirige a una existencia casi omnisciente que se encarga de contar la historia en 3ª persona y que no es un mero personaje del relato, sino que se encarga de transmitirlo desde “fuera” y cuya labor es funcionar casi como un dios quien, lo conoce todo sobre los personajes y las tramas, que puede predecir el porvenir, suponer y juzgar, es decir un narrador? ¿no es algo en contra las leyes de la literatura?
“……………………………………………………………………………………”.
“¡MUERE IDIOTA!”.
¡Ja! como si tu pudieras matar a un narra…
Parte 4.
Comencemos de nuevo… No, ¡comencemos desde cero!
***
Durante el transcurso de la conversación entre Celeste y Lyna; la cruel y malvada Amaltea estaba dándole la espalda al par de chicas, enojada por su peculiar encuentro con la guardiana y a la vez metida en sus pensamientos…
“Una sirvienta niña bonita de otro mundo y una semihumana paloma con súper fuerza y pechos grandes”, pensó Amaltea.
—Vo-volviendo al tema, debemos decirle a la señorita Amaltea que nos devuelva a nuestros mundos, ella con gusto va acceder… creo. —Miró de reojo a Lyna quien decía aquello.
“¿Eh? Están hablando de mí”. Chasqueó su lengua. “Por supuesto, con gusto devolveré a un par de inútiles como ustedes. ¡Ja! Al fin y al cabo, no me sirven para nada. Un segundo… creo que hay algo que no estoy tomando en cuenta ¿De verdad puedo devolverlas a sus mundos?”. Se llevó la mano a la barbilla y le costó tragar saliva.
—Sale y vale ji, ji, ji… —Celeste se acercaba poco a poco a su invocadora…
“No tengo muy claro cómo funciona esta habilidad de porquería, pero técnicamente debería poder desarrollar alguna técnica para hacerlas volver a sus mundos, supongo…, si lo pienso objetivamente, esto se trata de una habilidad que puede modificar el espacio, ¿no? Ash, no lo tengo claro, maldito poder; normalmente tras recibir una Habilidad Sagrada ya un Elegido sabe perfectamente lo que hace dicha habilidad, como si la Roca se lo enseñase. Quizás no lo tengo claro porque esta habilidad quizás sea un error”. Inhaló y exhaló profundamente, también escuchó una “irritante” voz decir “Chica de los corazoncitos, la que anda en las nubes, hola, hola…”, pero estaba tan metida en sus pensamientos que ignoró tal voz al punto de prácticamente olvidarla.
“Pero ¿es lógico de mi parte pensar en que realmente todo es un error? o ¿qué el hecho de que estas estúpidas chicas hayan sido invocadas en lugar de un ser poderoso para destripar a la retardada de Selene solo sea un fallo? ¿y si de verdad ellas son las herramientas que necesitaba?… Claro, eso es…”. Continuó pensando.
—¡AMALTEAAAAAAAAAAAAAAA! —Un grito extremadamente potente sacó rotundamente a Amaltea de sus pensamientos, la chica se sobresaltó al escuchar directamente a sus oídos tal irritante grito. Sin duda, esto fue ocasionado por la traviesa Celeste.
—¿¡QUE DEMONIOS TE PASA PAJARITA IDIOTA!? ¡DIOS, QUE SUSTO! —También gritó Amaltea al oído de Celeste, al parecer, el grito de la chica ángel fue tan fuerte que la ensordeció por un rato y ésta ni podía escuchar bien su propia voz.
“C—-UU—YY”. Se quejó el Cuy, su cuerpo vibraba mareado, como si fuese la consecuencia de haber estado dentro de una campana justamente cuando alguien la tocaba. Obviamente esto se debía al potente grito de su dueña.
—Upsi, lo siento —dijo con completa dulzura pese a la actitud agresiva de Amaltea—. Es que te llamaba y no me escuchabas, parecías un zombi metida en tus pensamientos, así en plan “daaahhh”. —Hizo una pose como si fuera un zombi distraído.
—No sé qué sea un zombi, pero no es como si me importase. A ver, tú no me agradas para nada, así que dime lo que querías, rata apestosa. —Amaltea cruzó sus brazos y relajó su postura inclinando su cadera a un lado.
—¡Una rata! ¿dónde? —Giró su cabeza a la derecha buscando a dicho animal—. ¡¿Dónde?! —Giró velozmente su cabeza a la izquierda—. Espera, te refieres a mí. —Se señaló a sí misma, otra vez se despistó con lo mismo.
Amaltea frunció exageradamente el ceño y crujió sus dientes enojada.
—¡UUUUHHH! ¡Qué lenta y molesta! ¡Ya dime, lenteja!
—Ooohhh sííí. Bueno, es que te quería pedir si podías enviarme de regreso a mi mundo, por fis. Es que ya sabes, las responsabilidades y eso, pero oye, no digo que este mundo sea aburrido, no, no, no es eso, es solo que… —Entrecerró un ojo e hizo un ademan de urgencia—. Estamos en apuros tanto Pepe como yo, ah y como mi amiguita Lyna también…
—¡NO!
—Espera, espera… Creo que no te escuché bien. ¿Podrías repetirlo? —Se llevó la mano a la oreja dando a entender que no oyó bien.
—¡Que no! ¿a qué estás sorda?
—Uhm, no creo que ese sea el problema, es que en realidad esa no era la respuesta que quería escuchar. —Se inclinó ante Amaltea de manera de súplica y mostró una tierna carita similar a las que ponen los perritos chiquitos cuando piden comida, el Cuy hizo lo mismo—. Por fiiiiiisss… Mi protegido me espera.
—Ash, está bien.
—¿En serio? —Su rostro se iluminó de la emoción.
—¡Por supuesto que no! ¡Solo jugaba contigo…! Ja, Ja, Ja, que tonta eres.
—Andaleeee, por fisssssss —Mostró una carita aún más tierna. Una persona común y corriente ya hubiese sucumbido a esa encantadora expresión facial; sin embargo, Amaltea ni se inmutaba, así de cruel e inhumana era esta chica. Espera… ella es una Elegida, no es humana por lo que es más cruel aún.
—No… espera, déjame pensarlo… —Hizo un gesto como si estuviese reflexionando en la situación, al parecer les iba a decir que sí—. No, en definitiva, mi respuesta sigue siendo no.
Lyna se acercaba, su radiante y abundante cabello blanco era llevado por el viento de manera artística. Además, sus gestos faciales también eran tiernos, similar al de una niña desamparada. Era obvio lo que iba a pedir la encantadora sirvienta. Esta sublime expresión tenía como objetivo enternecer el corazón de su invocadora de manera que accediera a sus peticiones.
—Señorita Amaltea, yo también necesito volver a mi… —decía Lyna con una voz cordial, pero fue abruptamente interrumpida.
—No, no y nooooo. Además, quita esa cara de huérfana estúpida… me choca.
—Esooo… eso fue ofensivo. —Lyna se llevó la mano al pecho, al parecer le molestó ese comentario, así que levantó un poco su angelical voz y continuó—. E-eres una mentirosa, hace un momento me dijiste que me llevarías a mi mundo ¿Po-por qué eres así? e-estúpida eres tú… —Se detuvo arrepentida de lo que dijo, era anormal en ella tener una actitud como esa, quizás este comportamiento se debía por sus ganas de volver a ver a Alessio. De todos modos, ella inclinó un poco su cuerpo como señal de arrepentimiento—. Siento lo que dije, señorita Amaltea. Pe-pero, por favor…
Antes, Amaltea había decidido intentar devolver a estas chicas a sus mundos, entonces ¿a qué se debía este cambio de opinión? Todo se reducía a la siguiente conclusión que llegó anteriormente:
“Creo que ya lo entiendo, esta repugnante habilidad invoca a un individuo que tenga relación con mi necesidad o situación actual. Cuando la usé por primera vez, solo tenía entre mis pensamientos la idea de derrotar a Selene usando mis encantos como mujer; sin embargo, no tenía claro que hacer para ganarme el corazón de Rigel. ¿Podría ser Lyna una herramienta que pueda usar para cumplir este objetivo?, la segunda vez que usé la habilidad también tenía la misma idea en mente, pero la diferencia fue que deseé a un ser más fuerte y fue allí cuando apareció la pechugona maciza esta. Está claro, la habilidad debe beneficiarme de alguna manera, por lo que la aprovecharé y usaré a estas chicas. Haré un experimento”. Una retorcida risilla emanaba de su boca. Ya para este momento Lyna y Celeste seguían suplicándole.
—Oigan, niñas bonitas —dijo Amaltea calmada—. Quiero comentarles algo. Así que levántate, alitas de pollo, que me irritas… —Miró a Celeste quien aún estaba suplicando en el suelo.
—¡Cambiaste de opinión! —Se levantó exageradamente animada—. ¡Mereces un abrazo! —Intentó hacerlo, pero Amaltea lo evitó.
—De eso ni hablar… —Se mostró completamente apática al abrazo.
—Señorita Amaltea, ¿de qué nos quiere hablar? —preguntó Lyna.
—Solo les mencionaré una pregunta basada en un caso hipotético, dependiendo de su respuesta las dejaré volver o no a sus mundos… —Mostró una sonrisa malvada—. ¿Están de acuerdo?
Celeste y Lyna se miraron las caras preocupadas, ¿qué estaban a punto de escuchar? Era una completa locura que la posibilidad de regresar a sus mundos se decidiera en base a determinada respuesta. Aun así, teniendo firmemente una imagen de Alessio en su mente; Lyna se llenó de valor y dijo:
—Ade-adelante, solo espero que cumplas tus palabras amm… por favor.
—Yo… no sé… —dijo Celeste quien le costó tragar saliva—. Siempre he sido mala en los exámenes.
—Al caso, ahí voy… —Amaltea contuvo el aliento unos segundos, por algún motivo se mostró un poquitín nerviosa y sonrojada, pero manteniendo ese particular carácter serio digno de su raza—. Solo hipotéticamente hablando, sí… sí, no es algo re-real sino solo es hipotético, ya saben, cómo una suposición…
—¡Aja! —exclamó Celeste.
—Es de-decir… no es qu-e s-ea mi caso… nooo para nada… ja, ja, ja, ja… —Esa fue una risita falsa, ¿qué demonios le estaba pasando a la “fuerte” Amaltea de hace unos momentos? ¿por qué decía todas esas tonterías de repente?—. Amm… bueno, digamos que cierta chica li-linda esta-aba comprometida a casarse con determinado chico-oo, e-sto e-mocinó a la chic-a; pues por fin tendrí-ía a su perrito faldero que tanto anhelaba. Pe-pero re-resultó ser que el perrito ya tenía una novia se-secreta que incluso sufría de retraso mental… ¿qué debería hacer l-a l-a chica linda par-a derrotar con sus encantos como mujer a la retrasad-a y ganarse a-l perrito faldero? —Bajó mucho su tono de voz. Era innegable que la demonio de hace unos momentos conocida como “Amaltea”; tras contar aquella “hipótesis” se había convertido en un tierno minino, pero ¿realmente Amaltea era así?—. Pero, como he dicho, esto es una hipótesis, no es que sea mi caso ni nada como por el estilo…
“Si es su caso”. Apareció Pepe con un cartel que decía esto y señalaba a Amaltea quien estaba justo a su lado derecho. Ella al ver esto frunció el ceño y pateó al Cuy mandándolo a volar por los aires.
—¡Pepeeee! —exclamó Celeste mientras veía a su mascota dar volteretas en el aire.
—Ay. No te preocupes, tu rata tiene alas y estará bien. Ahora responde a mi pregunta.
—Bueno, es una historia interesante —respondió Lyna, ella obviamente captó que ese era el caso de Amaltea. Llegó a la conclusión de que esta Elegida era así debido a ese problema—. Hace un tiempo, Alessio me enseñó que nunca es bueno ocultar lo que uno siente por el otro. Por lo visto, sientes algún tipo de sentimiento por ese chico… —Se avergonzó más al expresar sus sentimientos y pensamientos en otra persona, pero si se trataba de ayudarla y volver a su mundo, no tenía opción—. N-no sé qué tipo de relación tendrán, pero si tengo una recomendación que no sé si pueda funcionar…
—Solo dilo de una vez —interrumpió Amaltea.
—L-lo siento… yo nunca había tenido contacto con un chico, por lo que no puedo darte buenas recomendaciones debido a mi poca experiencia con ellos. Pero ahora que tengo a un chico que me brinda su gentileza y me aprecia, yo lo atiendo y lo trato como a mí me gustaría que me tratara, pero pensando que al también le agrade y se sienta cómodo, por supuesto…
—¿A qué punto quieres llegar?
—E-el punto es que para ganarte el corazón del chico que quieres, puedes darle algo, o bueno, no sé qué tipo de cosas o pasatiempos tendrá esa persona “hipotética” que mencionas, pero si le das lo que a él le guste como no sé… un bocadillo, un regalo, un abrazo, tocarle su cabello… darle un beso… —Lyna divagó y pensó en las posibilidades de darles esas cosas a Alessio.
—Ridículo. Ja, Ja, Ja… ¡Eso, eso fue muy cursi sobre todo viniendo de una criada como tú, mejor deja de pensar en tus fantasías! —Parece que Amaltea tiene un extraño concepto de lo que es una relación amorosa.
—P-perdona… m-me dejé llevar…
—¡Tch! Aunque me cueste admitirlo, debo aceptar que es interesante todo lo has dicho. Por lo visto, sí que tienes algo de experiencia en eso. Ahora, ¿Qué opinas, Celeste? —dirigió su mirada a donde estaba la chica ángel.
—Chocolate…
—¡¿Qué?!
—Sííí, choco, choco… ji, ji, ji…
Tanto Lyna como Amaltea pusieron caras graciosas al no entender el punto.
—¡¿Podrías explicar tu respuesta?! —Amaltea estaba a punto de estallar en rabia otra vez.
—Bueno, bueno, si insistes; en mi mundo existe un día especial del amor y la amistad. En ese día las chicas y los chicos se regalan chocolates y a veces declaran su amor ¡Y gracias al poder del choco, choco, las respuestas siempre son afirmativas! —Los ojos de Celeste tomaron forma de corazoncitos al tan solo pensar en esto.
Tanto Amaltea como Lyna se mostraron extremadamente interesadas en el tema.
—¿El poder del chocolate? —preguntó Lyna mientras inclinaba a un costado la cabeza.
—Shipi, verás… cuanto mayor sea la calidad del ingrediente y el amor con el que se elabore el chocolate, más probable es que a quien se lo regales se fije en ti. Básicamente el chocolate enamora a las personas… o algo así decía aquella pancarta —Cerró un ojo y sacó la lengua—. Y bueno, esa es mi respuesta ¡Ahora devuélvenos a nuestros mundos!
Tanto Lyna como Amaltea se quedaron atónitas, ambas acababan de descubrir un arma única para usarla en su campo de batalla amoroso.
“Alessio… ya sé que es lo primero que te voy a preparar cuando vuelva”. Pensó Lyna mientras se imaginaba mil posibles respuestas del chico que apreciaba.
Por parte de Amaltea…
“Ya veoooo… Tiene sentido, así que chocolate ¿eh?”. Mostró una sonrisa diabólica mientras maquinaba algo cruel. No, en serio era diabólica.
—Que idiotas…
—¡¿Eh?! —exclamaron tanto Lyna como Celeste al mismo tiempo.
—Sus respuestas fueron acertadas…
Tanto Lyna y Celeste se emocionaron y empezaron a celebrar emocionadas, por fin volverían a sus mundos. Pero Amaltea prosiguió:
—Y por esa razón… —Como si un fuego infernal emergiese de esta cruel chica convirtiendo así en brazas su mundo alrededor, como si sus ojos color esmeralda se hubiesen bañado en un sanguinario carmesí, y como si su boca mostrase una medialuna sangrienta siendo esa su sonrisa; Amaltea acompañada de su risa maligna continuó—. Ustedes perdieron…
Parte 5.
—¿Eh? ¿Amaltea? —dijo Lyna estupefacta mientras miraba extrañada a la sonriente villana—. ¿Exactamente a qué te refieres con que perdimos? Amm, es decir, te dimos la respuesta que necesitabas escuchar ¿no?
—Sí y por ese mismo motivo perdieron —respondió maltea, en su cara se mostraba una expresión maquinadora.
Celeste levantó su dedo índice señalando al cielo y rascándose la cabeza con su otra mano igual de confundida, dijo:
—Me temo que yo tampoco lo comprendo.
—Parece que sus diminutos cerebros no comprenden nada. Verán: la “hipótesis” que mencioné anteriormente es real y sí era mi caso. Si fueron tan torpes como para no darse cuenta de ello es que son decepcionantes… —dijo Amaltea.
—Yo sí me di cuenta, era demasiado obvio —afirmó Lyna—. ¿Pero qué tiene que ver?
—Uh, yo no sé qué es una hipótesis, pero te referías a ti misma ¿no? Je, je… —añadió Celeste con su típica inocencia. Sin embargo, fue ignorada.
—Señorita Amaltea, cumpla con lo que dijo anteriormente. ¡Regrésanos a nuestros mundos!
—¡No! ¡no lo haré! Al menos no por ahora —aseguró Amaltea con voz seca y sin intenciones de dar su brazo a torcer—. Ustedes son parte de mi habilidad, mis esclavas y harán lo que diga.
Lyna sintió un nudo en la garganta al escuchar aquello, ¿cuánto tiempo tendría que esperar para volver a ver a su querido Alessio? Además, ¿cómo se iba a defender estando en un mundo al que ni siquiera conocía? Su preocupación era más que evidente siendo ésta expuesta mediante su lenguaje corporal. Amaltea haciendo caso omiso a los nervios de la chica, continuó:
—Te explicaré mejor mi punto, les dije dicha “hipótesis” con la finalidad de probar su utilidad. Básicamente si sus respuestas hubiesen sido una estupidez que no me hubiere servido para nada, pues con gusto las devolvería a sus mundos como las basuras que son. Sin embargo, ya que sus respuestas resultaron ser útiles y no mera basura; me he dado cuenta que ustedes pueden ser herramientas eficaces para mis propósitos románticos. ¡Por lo que si quieren volver a sus mundos deberán ayudarme a ganarme a ese chico! —Empezó a reírse maliciosamente. Definitivamente esta Elegida era comparable a un demonio cruel que se aprovechaba de aquellas lógicas locas para hacer sufrir a sus víctimas—. Para ser más exacta… deberán ayudarme a elaborar el chocolate perfecto.
—¿Hacer chocolate? ¿solo eso? —dijo Celeste despreocupada—. Pues no es tan difícil…
—Noooo, señorita Celeste… —dijo Lyna con el ceño fruncido. Es impresionante que Amaltea consiguiese hacer enojar a una chica tan tranquila como Lyna—. No creo que sea tan simple, no al menos viniendo de ella. —Señaló a Amaltea.
—Exacto… —La Elegida chasqueó sus dedos—. Para elaborar este chocolate perfecto deberán acompañarme y protegerme con sus vidas ¡Ja! Iremos al Monte de Kruger. Según cuenta la leyenda, allí existe una legendaria planta de cacao que produce las semillas perfectas; sin embargo, para llegar allí deberemos ir a una Central de Teletrasporte, ir al estado de Vordania, sobrevivir al paso de la Laguna de Acido Viscoso, enfrentarnos a las criaturas que residen en el abandonado Cementerio de las Incertidumbres, pasar por el mítico Jardín de los Helix y finalmente llegaremos a nuestro destino… ¡Bua, ja, ja, ja!
—…
—…
Un silencio incomodo permaneció, Amaltea hacía una exagerada pose de villana ante su “siniestro” plan. Lyna y Celeste tenían sus bocas y ojos abiertas de par en par, cosa que era totalmente compresible. ¿No era algo demasiado exagerado? Es decir, solo debían elaborar chocolate ¿Para qué tanto?
Finalmente, para romper el hielo, Celeste dijo:
—¿Y no es más fácil ir a comprarlo a una tienda? —Por algún motivo miraba a Amaltea como si hubiera enloquecido.
—¡Mejor cállate, idiota! ¿Quieren volver a sus mundos? ¡Entonces obedézcame!
“Al parecer no tenemos alternativa”. Pepe el Cuy, apareció todo vendado, justo al lado de Celeste con un cartel que decía esto.
Todos a excepción de Amaltea suspiraron frustrados.
—Entonces ¿si cumplimos con tus caprichos nos regresaras a nuestros mundos? —dijo Lyna enrojecida del enojo.
—Sí, lo prometo —respondió Amaltea.
“En realidad, no sé si pueda hacerlas regresar…”. Pensó, varias gotas de sudor bajaban por su mejilla tan solo al pensar en esto.
—Bu-bueno, no tengo más opción… —Una curiosa y conveniente idea llegó a la mente de Lyna tras decir esto.
“Ahora que lo pienso, puedo aprovecharme de la situación y llevarle un rico chocolate de este mundo a Alessio. Si lo que Celeste dice es verdad, entonces…”. Pensó Lyna, fantaseó con una vergonzosa situación donde Alessio se enamoraba perdidamente de ella gracias al poder del chocolate. Esto la hizo sonrojarse inevitablemente. “¡Qué vergüenza!”.
—¡Uh! ¡Aaah! si el viaje es tan peligroso, entonces te conviene tener a un ángel guardián. Creo que ya comprendo tu forma de pensar —añadió Celeste refiriéndose a Amaltea—. Entonces no me queda de otra para volver a mi mundo, umm esto al menos me servirá de entrenamiento. —Suspiró frustrada realizando una exagerada expresión caricaturesca, solo para luego mostrar una sonrisa de oreja a oreja y exclamar—. ¡Ohhhh sííí, está bien, chicas! ¡hagamos chocolate!
***
Las chicas continuaron hablando por un rato y luego se retiraron de la colina en la que estaban. Acordaron ir al castillo de Amaltea a planificar el peligroso viaje. Sin embargo, no se percataron que una mirada pervertida las observaba desde un arbusto lejano.
—Maravillosamente maravilloso, estupendamente estupendo, el Rey estará contentamente contento… —dijo el sujeto escondido tras lamerse los labios—. Si le llevo a una Elegida como tú —Miró fijamente a Amaltea. Se dibujó una sonrisa pervertida en su rostro—. ¡Qué es tan deliciosamente deliciosa, entonces mi vida será placenteramente placentera!
Este vil sujeto que tenía una ridícula forma de hablar, planificaba algo ¿qué podría ser?
Y de esta forma, en base a un mero capricho por parte de Amaltea, comenzó la gran aventuran de estas chicas —y un cuy— en el mundo de Astergard en búsqueda del mítico chocolate perfecto. ¿Qué sorpresas les tiene preparado este cruel mundo a este peculiar grupo? ¡Habrá que descubrirlo!
El capítulo 2 estará disponible este 21 de febrero ;). No olviden comentar y guardar la obra para un mayor disfrute.
Comments for chapter "1.5"
QUE TE PARECIÓ?
La malvada y extravagante Almatea parece que encontró la receta infalible para atrapar a ese amor tan anhelado. Pero su trato degradante, sin llegar a la tortura física y cadenas las hizo sus esclavas, en ese reino nada mágico para Lyna y Celeste.
Me sorprende sus fantasías saludables e inocentes de Lyna, ojala no sean imposibles ya que sueña con conquistar el corazón de Alessio.
La rebelde celeste se muestra bastante independiente y lucha para quedar librada de alguna atadura a diferencia de Lyna con una menor autoestima, la pobre sirvienta que necesita ser salvada por Alessio.
Recién voy entendiendo la historia, igual debo terminar de leer las novelas completicas y por separado.
Fue genial leer. Me gustó mucho!! 😉
Me alegra que te guste. El amor que le pusimos a esta obra fue lo que causó que gustara tanto 🙂 Para el capítulo 2 prometemos sorpresas bastantes divertidas. En cuanto Amaltea, sí, ella solo considera a esas chicas parte de su habilidad. ¿Cambiará algún día su punto de vista?