¿¡Celos sabor a chocolate!? (crossover) - 2.0
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- 2.0 - Sean bienvenidas a este mundo hermoso y cruel (Partes del 1 al 3)
Parte 1.
El Cementerio de las Incertidumbres, se trata de una enorme región llena de lapidas que se pierden al llegar al pie de las montañas. Según cuenta la leyenda, estas son las antiguas tumbas de incontables héroes caídos, pero que, por algún motivo, nadie los recuerda y no existe ningún registro escrito de quienes eran. Sin duda, es uno de los lugares más raros del mundo de Astergard. Por esa razón, eran pocos los que entraban a esa zona y los mismos Elegidos se encargaron de esparcir el rumor de que era una región maldita donde existía la incertidumbre de: “algo malo podría pasar si voy por allí”.
No obstante, por más terrorífico que parezca ser el Cementerio de las Incertidumbres; en realidad era un bello lugar. Alrededor de las lapidas, miles de flores de todos los colores vestían todo el campo en derredor, y la amarillenta luz del sol generaba un espectáculo visual para aquellas chicas que caminaban por el campo floral..
—¡E-es un lugar precioso! Mi corazón salta de alegría solo al contemplarlo… Si solo estuviera él… —La sirvienta, Lyna, dijo esto mientras olfateaba una flor que era tan bella como ella. Si un artista la observase de perfil oliendo aquella flor, sin duda se vería inspirado a crear una magnificente obra de arte siendo Lyna la modelo perfecta—. Es mejor a como lo imaginé, a comparación a como lo describía aquel libro que hace mucho leí… —En la cara de Lyna una gran alegría se podía notar.
—Uy, uy. ¿Qué pasa? ¿nunca has visto un campo de flores? Je, je, je. Si ese es el caso ya somos dos… —Celeste, quien andaba a su lado derecho, le respondió. La energética sonrisa en el rostro de ella contagiaba de alegría a quien la mirase. Sí, ella era una chica ángel cuya amistad todos desearía tener, bueno no todos…—. Aunque si te soy honesta, no me sorprende mucho este sitio, de hechoooo, me dio miellito cuando la cascarrabias dijo el nombre de este lugar. —Hizo una mueca juguetona de sentir miedito.
Lyna bajó la cabeza y se entristeció un poco:
—P-pues yo he salido muy poco al exterior. Si-siempre he vivido bajo órdenes de los demás. —Sacudió la cabeza—. No importa. Señorita Celeste, supongo que al ser un ángel vienes de un lugar mucho más hermoso. Me gustaría ser como tú, tener y alas y volar libremente por el…
—¡Estúpida, estúpida, estúpida, maldita flor! —Amaltea, la vil Elegida; interrumpió a Lyna al gritar aquello. Ella pisoteaba vez tras vez una flor a sus pies hasta machacarla y hacerla trizas—. ¡Cómo te atreves a rasguñarme, basura, basura!
“¿¿¡¡¡¡PERO KHE ACE ESA LOKA!!!!??”, Pepe el adorable cuy, sacó un cartel que decía esto y señalaba a Amaltea. Debido a un pétalo destruido que era jabonoso; el Cuy se resbaló y miró sin querer bajo la falda de Amaltea. La Elegida al notarlo le dirigió una mirada asesina y la criaturita se avergonzó.
—Aaaah, ¿otra vez? Parece que de verdad eres una repugnante rata pervertida. —Hincó una mirada de muerte sobre el “inocente cuy”—. Aún no he olvidado lo que hiciste aquella vez, ¿sabes?…
Recapitulemos un poco, actualmente las chicas ya llevaban más de cinco días desde que fueron invocadas, pero ¿cómo fueron sus días anteriores mientras viajaban por previas regiones?
***
Viajemos al pasado, en la primera noche desde que fueron invocadas… Cuando estaban alojadas en el castillo de Amaltea…
—Ya es hora de tomar mi baño nocturno —dijo la chica de pelo rosa mientras se desvestía dentro de su baño—. Tara-la-la-la-la… —tarareó tiernamente una canción, ¡oh vaya, que inesperado!
Entró en la bañera y empezó a disfrutar de la calidez del agua; mas no notó que una avergonzada criatura antes estuvo bañándose allí, dicha criatura intentaba escapar. Sin embargo, falló en su escape y fue tomado por las manos de Amaltea. Debido al vapor, la chica confundió al cuy con una esponja y empezó a frotárselo por todo su cuerpo desnudo. Ella sintió una peculiar satisfacción, pero, luego se percató de:
—Qué raro, ¿desde cuándo las esponjas chirrean? —Amaltea miró la supuesta esponja y el cuy sacó un cartel que un “Upsi, ¿me perdonas?” tenía escrito.
Ambos se miraron fijamente y simultáneamente el portal del Arma Sagrada de Amaltea aparecía a su lado. Y bueno, ya el resto es historia…
***
Tras recordar aquella situación tan vergonzosa, Amaltea continuó:
—Esta ha sido la gota que derramó el vaso y es por eso que te mataré ya mismo. —Una expresión propia de un homicida se manifestaba en su rostro. De un rápido movimiento el cuy se escondió tras de Celeste mientras hacía gestos en su defensa, pero la asesina que se le acercaba no se detenía.
—Ummm, ¡Cascarrabias! Detente, sabes que fue un accidente… —Defendió Celeste. Al principio habló seriamente, pero luego se rascó la sien y mostró su animosa sonrisa—. Je, je, je, no es necesario que armes tanto espectáculo, solo abrácense y todo ¡OK! —Alzó ambos brazos para luego bajarlos en arco haciendo así un arcoíris imaginario en el aire, esto daba a entender paz y amor.
—¿¡Jaaaa!? Has de ser muy hipócrita si me dices eso a mí, ¿o acaso olvidaste el vergonzoso espectáculo que armaste en la Central de Teletrasporte?
—Ohhh, esoooo. —Entrecerró sus ojos e hizo una mueca graciosa.
***
Al día siguiente que fueron invocadas… estando en el C.T…
—¡Ahhhh reluciente, Pepe! Uhhhh ¡Reluciente! —Decía Celeste.
En sus ojos se reflejaba el brillo de un precioso cristal rojo que estaba en un soporte de Allidentista.
—Cheñorita, poofavo, ¿podría usted toucar el cristal y larwase de aquiwua? Ya lleva mewua hora mirándolo. Solo tócalo y te teletapotará al estawuo de Vordania… pofavooooo… —dijo un empleado semihumano, con un rostro de obstinación, que estaba tras de ella. Tras él, una larga fila de enojados individuos esperaba para usar el cristal.
—Vale, vale. Chaito entonces… ji, ji. —Abrió la palma de su mano como si fuese a agarrar el cristal, no midió su descomunal fuerza y al cerrarla hizo añicos el cristal—. ¡AHHHHHH!
—¡Ay, pofavo! ¡No fastidie, mamiwa!
Todos los que esperaban se enojaron y empezaron a abuchearle.
Celeste y Pepe empezaron a pedir perdón y se disculparon con todos… y el resto es historia.
***
—Ahora que lo pienso… ese sujeto hablaba muy extraño. Je, je, la gente de este mundo es muy raritaaa… —decía Celeste mientras miraba al cielo distraída, tenía los dedos en su barbilla y recordaba aquella situación. Luego miró al frente y notó que Amaltea ya no estaba—. ¿Eh? ¿Amaltea? ¡Ah! ¡Y, PEPEEEE! —Volteó y notó que ahora el Cuy se protegía tras de Lyna y que Amaltea se acercaba a ella con su aura asesina.
Lyna había descubierto lo terrible que podría ser Amaltea, de hecho, sabía que de verdad la Elegida podría asesinar al cuy. Lyna recordó el gran valor que tuvo Alessio cuando se enfrentó a un poderoso ejército sanguinario; pese a que él era débil, nunca retrocedió y defendió a todos sin darse por vencido. Teniendo este hecho presente, Lyna se puso fuerte ante Amaltea dándole a entender que no permitiría que tocase al cuy. No obstante, la testaruda Elegida tenía un as bajo la manga.
—Señorita Amaltea, será mejor que se deten… —Intentó decir Lyna pero…
—¡Absurdo! ¿debería escuchar las palabras de una tonta sirvienta que cuando le ordenan limpiar más bien termina haciendo un desastre? Yo aún no he olvidado lo que hiciste en aquella cabaña…
—Ammm —Lyna se sonrojó mucho y negó moviendo lado a lado las manos—. ¡Eso no fue mi culpa!… ¿ooh sí?
***
Durante la tercera noche desde que fueron invocadas… estando en una posada en la ciudad de Vordania.
—Muchísimas gracias, señor, estábamos desesperadas buscando donde pasar la noche, pero gracias a su amabilidad podremos dormir tranquilas. Antes de eso, ¿hay algo en lo que pueda colaborar? —Caminando por un pasillo que era totalmente de madera, Lyna le dijo esto al dueño de la posada.
—LULULU, eres una jovencita muy dulce, además, veo que eres una sirvienta. Pues ya que insistes; el baño está sucio, ¿podrías darle una limpiadita? LALALA.
—¡Sí!
Al dirigirse al baño y tras acordar con Pepe que le ayudase —siendo él la esponja— notaron que aquel baño era inmenso y, peor aún; no había agua. ¿Cómo podrían limpiarlo bajo esas circunstancias? Pues, después de buscar, notaron que había un misterioso interruptor que estaba escondido; arriba tenia escrito algo con color rojo.
—No entiendo lo que dice, pero supongo que de acá sale el agua… —Tiró del interruptor.
…
Al cabo de un rato, Celeste caminaba por los pasillos y justo cuando pasó frente a la puerta del baño… la puerta se partió, salió un montonazo de agua como una inundación, causó un desastre que revolcó a Celeste y arruinó casi toda la cabaña.
—Yupiiiii ¡Divertido! —Había dicho Celeste mientras era llevada por el aguacero.
Por otro lado…
—¡¿Pero que acaba de pasar!? —dijo Lyna quien estaba en medio del baño, completamente empapada a la vez que moría de vergüenza.
En serio… ¿Qué demonios pasó en ese baño? Pues el resto es historia…
***
Lyna también se distrajo un instante recordando aquello, pero rápidamente se percató de las intenciones de Amaltea, quien intentaba patear al cuy, e interfirió.
—Ah, ya lo entiendo, señorita Amaltea, —Lyna sonrió con confianza, aunque normalmente era tímida, al pensar en lo que Alessio hizo, ella se inspiraba lo suficiente como para desafiar a su invocadora.
—Apartarte, criada rebelde. Esa rata merece una lección —dijo Amaltea, ella intentaba retirar a Lyna.
—¡No! De hecho, y-ya que usted nos anda recordando estas cosas; pues ¿Olvidaste que Pepe te salvó anteriormente de una muerte pa-pa-patetica?
Amaltea se detuvo y puso cara de póker.
—¡Eso no cuenta! —dijo picada.
***
Hace un día… Al llegar a la Laguna de Ácido Viscoso.
El grupo se encontraba caminando en un inestable puente colgante, a sus pies había una caída inmensa que terminaba en una laguna de ácido venenoso donde habitaban criaturas de horror. Celestes y Pepe al pasar por allí estaban calmados ya que podían volar, pero…
—Qué miedo —decía Lyna al mirar la gran altura.
—¡Además de desastrosa, eres cobarde! Ridículo. ¿En serio te dan miedo las alturas, criada?
—Amm n-noo es precisamente eso…
Amaltea tomó la soga que sostenía ambos extremos del puente y empezó a balancearlas apropósito y sin cuidado. Notó que Lyna se asustaba y empezó a burlarse de ella. Pero, la tabla bajo los pies de Amaltea se partió y la chica cayó al vacío, en el cual, solo una humillante muerte le esperaba.
—¡AHHHHHHHHHGGGG! —gritó de mied…—Nah, bromeo, no es como si yo fuese a moriiiiir —dijo Amaltea completamente confiada mientras descendía a gran velocidad. Pero al notar que no era rescatada, empezó a gritar de miedo de verdad. —¡Aiiiyudaaaa! ¡Ahhgggg!
Al final sus cálculos fueron correctos; antes de caer a la laguna fue salvada por Celeste y el cuy quienes la sostuvieron hasta regresarla al puente.
—Cascarrabias, te conviene ser más gentil con los demás, siento que eres una fábrica de karma —añadió Celeste mientras le sacaba la legua.
Lyna también aprovechó para regañarla y el resto ya es historia…
***
—Vaya, no puedo creer que recuerdes y digas cosas tan triviales, niña. —dijo Amaltea, luego se mordió el labio al notar que ya no tenía ninguna base sólida con la que defenderse.
—Pero sí… sí eso ocurrió ayer, señorita Amaltea —Lyna ladeó la cabeza y mostró una sonrisa forzada—. Así que, por favor, ya deje a Pepe en paz. Él no ha hecho nada malo.
El pequeño cuy se tiró al suelo y reveló una dócil mirada, como la de un tierno perrito.
—¡Tch! Vale… —Cediendo, Amaltea se cruzó de brazos y cuando se retiraba continuó diciendo—. Vayan preparándose. Ya debemos continuar, enanas… —Y Amaltea continuó andando.
Lyna mostró su bella sonrisa y se dirigió a Pepe:
—Esto me lo enseñó Alessio, cuando logres algo debes… ¡Chocar esos cinco!
“Cuy, cuy”. Pepe saltó y la palma de su mano o ¿pata? Impactó con la de Lyna produciendo así el sonido característico de chocarse las manos. Después Lyna empezó a acariciarlo.
Sin embargo, mientras las chicas interactuaban; una flor buscaba venganza. El suelo empezó a temblar y la flor que Amaltea destruyó causó que una criatura dependiente de ella emergiera de la tierra. ¡Era una gigantesca planta carnívora que podía moverse como un organismo heterótrofo y que rugía como un león!
—¡Uh! ¡Genial! —exclamó Celeste. Sus ardientes ojos reflejaban a la criatura—. Ohhhh sííí ¡Al fin algo de acción! —Dio brinquitos de alegría y mostró sus formidables bíceps.
Parte 2.
Apenas la planta surgió de la tierra, empleando de alguna forma sus raíces para moverse, se dirigió a Amaltea con intenciones de devorarla. Mientras esa cosa se movía destruía las flores del campo y algunas lapidas, irrespetando de esta manera a los difuntos…
—Ja, ja, ja. ¿Pero qué intentas, lechuga? —Se burló Amaltea, a la vez se acercaba al imponentemente atacante en vez de alejarse—. Ven a mí, Corazón Alado.
Alzó su mano derecha y la gema con forma de corazón que estaba en el dorso de su mano se alumbró en un suave carmesí. De repente, de allí se formó una criatura voladora que literalmente tenía la forma de un corazón animado. Sus alas eran como las de un murciélago y el centro estaba roto. Esto era lo que podía hacer su Arma sagrada; la gema, invocaba a esta criatura que residía en su interior.
—¡Dispara! —ordenó Amaltea.
Del centro del corazón salieron varios proyectiles multicolores que impactaron contra la bestia. Al ser una planta no le causó daño verdadero, pero al menos le hizo retroceder un poco.
La planta tenía varios pecíolos tan alargados como lianas, estos conectaban las hojas y el tallo. Por lo que los movió como si fuera un tentáculo e intentó tomar a la Elegida…
—¡Cuidado, cascarrabias! —gritó Celeste quien estaba alejada a varios metros de Amaltea, ella estaba al lado de Lyna y simplemente observaban.
—¿De-deberíamos ayudarla? —preguntó Lyna.
—Antes veamos lo que hace, ji, ji, ji. No parece necesitarnos, es fuerte. Ouh, ¡¿Podría ser una buena rival para los entrenamientos?! Mi profe quizás estaría muy complacido con ella… ummm intereshante.
A la vez, los pecíolos estaban a punto de impactar contra Amaltea, pero… ella estaba parada de brazos cruzados y calmadamente dijo:
—¡Piedad (HS)! —Era su primera Habilidad Sagrada, la cual evitaba que cualquier organismo le hiciese daño.
Los pecíolos se desviaron contra su voluntad e impactaron en el suelo. No le causaron nada de daño a la Elegida, ni siquiera el polvo que fue levantado la tocó.
—¿Es todo lo que tienes, bestia estupi…? —Amaltea bajó la guardia, no se percató de que una raíz salió de la tierra y se amarró a su pierna—. ¡Maldición!
Tras decir eso, la raíz tomó impulso y catapultó a Amaltea arrojándola por los aires. Luego, varios pecíolos la atajaron y se amarraron por todo su cuerpo. Ahora, la planta carnívora recogía sus pecíolos y dirigía a su presa a sus fauces. Por más que la Elegida luchase, no podía liberarse.
—Ohhhh sí, ahora sí debemos ayudarla —dijo Celeste mientras chocaba sus puños y se preparaba para atacar.
—Espera… tengo una idea —añadió Lyna mientras mostraba una sonrisa maquinadora. Ese era un gesto que ella jamás había mostrado. ¿Qué demonios? ¿en tan poco tiempo Amaltea había influenciado tanto en ella?
—¡¿Qué tramas, amiga?! —Celeste se rascó la barbilla.
—Un trato.
—¿Ah? ¿aaaaah? ¿jaaaaa?
Lyna se acercó calmadamente a la planta y —ya que esta la ignoraba— no se enfrentaba a peligro alguno, luego Lyna le gritó a Amaltea:
—¡Invo-invocadora!, ¿necesita ayuda?
—¡¿Tu qué crees, boba?! —respondió Amaltea, quien cada vez estaba más cerca de la boca llena de dientes de la planta.
—¡Bien! Entonces hagamos un… ¡un trato!… amm te ayudaremos a cambio de que nos regreses a nuestros mundos, además que dejaras atrás toda esta locura.
Lyna no podía perder más tiempo, necesitaba ver a Alessio. La desesperación por verlo le hacía tomar decisiones como esta. Claro, ella se sentía bastante mal por negociar de esa manera la vida Amaltea, pero no tenía alternativa…
—Pues, mira, insecto. Te tengo un mejor trato… ayúdame o dejaré que me devoren, así nunca volverás a tu mundo. Ah y claro, antes de morir me aseguraré de lanzar sobre ti “Corazón Roto” para hacer trizas los sentimientos que tienes con el chico tonto ese. ¡Bua, ja, ja, ja! —Empezó a reírse como toda una lunática malvada.
Aquello ultimo le indignó bastante; Lyna apretó con fuerza sus labios y puño y se enrojeció de la molestia. Hacer enojar a una chica tan dulce y tranquila como Lyna debía considerarse un logro de nivel supremo, sin embargo, Amaltea lo conseguía con total facilidad. También ella era una chica muy sumisa; por lo que no pudo mantener lo anterior, sobre todo porque le aterró la idea de perder los sentimientos que había desarrollado.
—N-no… yo, ¡Alessio…! —Inclinó la cabeza, cerró sus papados con tristeza y…—. ¡Señorita Celeste, ayudémosla!
—Ridículo, que fácil es hacerte cambiar de parecer. Bueno, acá las espero ¡ja! —Amaltea estaba muyyyy cerca de ser devorada.
Lyna estaba nerviosa, no sabía que era lo mejor que podía hacer en ese momento. Por otro lado, entendía que en verdad no podía hacer mucho para ayudar a Amaltea, pues era débil y esto la hizo sentirse inútil. Su corazón palpitaba con fuerzas y cuando estaba a punto de desesperarse… sintió una reconfortante calidez en sus hombros. Giró la mirada y observó la mano de Celeste en su hombro derecho, la expresión valerosa en el rostro de la chica ángel daba a entender el mensaje de: “Tú tranquila, todo estará bien, yo estoy aquí”. En su otro hombro estaba Pepe sacando el pecho, posando como Superman; al cruzar sus miradas, Pepe le sonrió y le mostró el dedo pulgar.
—Podemos hacerlo… —aseguró Celeste—. No es correcto abandonar a alguien que está en peligro, sin importar lo mala que sea. La ayudaremos y le enseñaremos a esa niña mala lo que es la verdadera amistad.
—Pe-pero… yo… yo no puedo hacer nada ¡soy débil! ¡una inútil que solo sabe vivir bajo las ordenes de los demás!
—Noooo, Lyna, para nada. A mi parecer eres grande. No lo olvides: “¡Tú fortaleza no debe radicar en tu fuerza, sino en el poder de tu corazón!” y créeme amiga, tu corazón es muuuuy grande. Je, te lo asegura un ángel guardián.
Aquellas palabras enternecieron a Lyna, la tristeza de esta situación que se le fue acumulando se desvanecía a compás de las palabras de Celeste. Mientras tanto, Pepe hacía en vano todo tipo de acciones para que las distraídas chicas se percataran de que Amaltea estaba a punto de ser tragada.
—Eso cree… ¿por qué? ¿qué es lo que tú y él ven en mí? Yo… yo… —apaciguó su triste expresión.
—Ya te lo he dicho, —Celeste le sonrió cálidamente—. Dices que estas harta de vivir bajo órdenes… entonces, Lyna, toma tus propias decisiones a partir de ahora… No necesitas éstas alas, —señaló sus alas—, para ser libre, tú…
—¡Jaaaaaa, vaya que son repugnantemente lindas! Lamento interrumpir su bello momento, pero esta estúpida lechuga estuvo a punto de cortarme la cabeza, ¿saben? —dijo Amaltea, en efecto, estaba de cabeza y bajo de ella la boca llena de dientes de la planta, similar a la de una Venus atrapamoscas, estaba entrecerrada apunto de decapitarla, la única razón por la que Amaltea aún estaba viva era porque usó “Piedad (HS)”.
—¡Upsi! Lo olvide… je, je, je… ¡¿Pepe, por qué no nos avisaste?!
“¿En serio? ._.”, Pepe mostró un cartel que decía eso a la vez que mostraba una cara similar al emoticón que dibujó.
Por otro lado, una motivada Lyna dijo con convicción:
—Muchas gracias, señorita Celeste, ahora sé lo que debo hacer —Se llevó la mano al pecho y miró el tallo de la planta—. Haré de carnada, usted ataque.
Y sin pensárselo mucho, la inspirada Lyna corrió, cerró su puño y estaba a punto de golpear el tallo de la planta… La distraída Celeste tardó en darse cuenta y dijo:
—¡Eyyyy! ¡¡¡Pero tampoco te lances a lo loco!!!
—¡Ahhhh! —Gritaba Lyna con voluntad; hasta que su pequeño puño estaba a punto de golpear con todas sus fuerzas a la monstruo planta y… yyyy… ¡¡¡YYYY!!!…
“Pug”, fue el sonido producido por su débil puñetazo… sin embargo, esto llamó la atención de la bestia; inmediatamente, esta balanceó sus peciolos contra Lyna; ella se echó para atrás esquivando el primer ataque…
—P-por fa-favor… n-no me lastimes —dijo mientras encogía todo su cuerpo estando temblorosa. Un pecíolo la atacó por la espalda y se enrolló por todo el cuerpo de la sirvienta, tal y como una anaconda constriñe a su víctima —. ¡Aha-ahora, se-señorita Celeste!
Gracias a que Lyna distrajo a la criatura, Celeste voló, la flanqueó y, estando sobre lo que podría llamarse “el labio superior de la planta”; se abalanzó mostrando su imponente puño…
—¡No permitiré que le hagas daño a mi amiga! —exclamó mientras descendía.
Y dio un su primer golpe justo en la mandíbula de la planta, aquel golpe fue tan potente que el aire vibró, resonó como un estallido y una onda de choque balanceó violentamente toda la vegetación alrededor. A consecuencia de esto, toda la mandíbula de la bestia se deformó mientras sus dientes volaban por los aires.
—¡Aso-asombroso! —dijo Lyna, estaba admirada con Celeste.
—¡¡¡Eso no es todo!!!
Sin siquiera permitir que la planta pudiese reaccionar, Celeste ejecutó un combo de puñetazos y patadas; cada uno tenía la fuerza de cien hombres:
Gancho derecho. Gancho izquierdo. Golpe recto. Rodillazo. Patada triple. Crochet lateral…
—¡Es mi deber como ángel guardián, proteger a mis amigos hasta el final!
Y para cerrar con broche de oro; ejecutó con su mano derecha un Uppercut, dicho golpe lo realizó verticalmente hasta impactar contra la mandíbula inferior de la bestia. Ante la gran fuerza, las raíces de la criatura agrietaron la tierra y mandó a volar a la enorme planta algunos metros, pero… pese a que Celeste la estaba machacando; esta aún se resistía, como si se regenerase.
—¿Qué pasa con esta cosa? Vaya que es dura… —Celeste curveó las comisuras de su boca efectuando así una divertida sonrisa—. Es perfecta para entrenar. —Chocó sus puños.
Mientras todo eso estuvo ocurriendo…
Pepe aprovechó la oportunidad, voló y se puso sobre los pecíolos que constreñían a Amaltea. La atadura comenzaba desde el pecho de ella y allí se posó el cuy. Luego, con sus largos dientes, este empezó a morder velozmente los pecíolos para de esta manera desatar y salvar a la Elegida, sin embargo…
—¡Pero qué asco! Quítate de encima, rata pervertida —dijo Amaltea con una cara que reflejaba su desagrado—. Quiero que me saque de acá la niña paloma no tú… ¡Corazón alado!
“¡¡¡Cuy, cuy!!!” Inmediatamente un proyectil proveniente del corazón salió disparado contra Pepe, el roedor rápidamente se percató y esquivó el ataque. Ahora este, mostrando una caricaturista expresión de confusión, sacó un cartel que decía: “Esta loca no tiene remedio”. Debido a esto, Pepe optó por ayudar a Lyna.
Ya que la planta se movía abruptamente a todas direcciones debido incesantes golpes de Celeste; Amaltea y Lyna empezaron a marearse a causa de estos movimientos.
—¡No lo soporto más! ¡Sácame de aquí, niña paloma! —exigía Amaltea con la cara verde.
—Al menos di por favor, ¡chanfle! —respondió Celeste.
Ya que Amaltea distrajo a Celeste, un rápido pecíolo fue contra la chica ángel y se amarró por todo su cuerpo, atando sus brazos, piernas y sometiendo su cuerpo a una posición similar a la de una momia. No obstante, Celeste inhaló aire con fuerza y con solo agrandar sus tonificados músculos hizo añicos aquella extremidad de la planta que la tenía atada.
—¡Necesitarás mucho más que esto para detener la gran fuerza que emerge de mi esencia! —Tras decir ello, voló a donde estaba Amaltea y de una patada rompió donde comenzaba el rabillo que sostenía a la Elegida. Sostuvo un extremo del mismo y lo jaló horizontalmente con fuerza, esto hizo que Amaltea se desenrollara dando innumerables vueltas hasta llegar al suelo, sana e intacta, aunque súper mareada.
—¡Estúpidaaaaaaaaaaa! —Se quejó Amaltea estando rostro a tierra, sus pupilas daban vueltas y vueltas.
—Upsi, lo siento, cascarrabias. —Cerró un ojo y le sacó la lengua.
Finalmente, Lyna fue desatada gracias a Pepe.
—Muchas gracias, Pepe —Agradeció Lyna. El pequeño cuy la sostenía de la ropa y luchaba por dejarla sana en la tierra.
Estando ahora en el suelo, Lyna acarició tiernamente a Pepe demostrando así su agradecimiento.
—Que afortunada es Celeste de tener una mascota como tú. —Tras oír eso, el cuy se sonrojó, espera ¿qué? Luego se enserió y continuó—. Debemos ayudar a la señorita Celeste, ese monstruo debe tener alguna debilidad…
Justo cuando decía eso, Lyna miró a un costado de la planta y notó que la flor que antes Amaltea destruyó se había regenerado y esta absorbía unas extrañas partículas del ambiente.
—Cre-eo… amm no sé… pero ¿podría ser eso lo que hace que se regenere? —Aunque insegura, Lyna analizó aquella posibilidad—. Hay que intentarlo, Pepe… por favor, ayúdame a destruir esa flor. —En respuesta, el cuy le sacó el dedo pulgar, tras ello, corrieron a cumplir con lo propuesto.
La bestia al notar que estaban a punto de destruir la flor, rugió y dirigió todos sus ataques contra Lyna y Pepe, pero…
—¿A dónde miras? —dijo Celeste. Ella apareció a un costado y detenía los ataques, aunque no pudo pararlos todos…
Mientras Lyna corría, una gran inseguridad molestaba todo su ser, ¿y si estaba equivocada? ¿y si solo estaba haciendo el ridículo? ¿y si solo era un estorbo? Cada vez aquellos sentimientos se hacían más fuertes y, a consecuencia, los pasos de ella vacilaban. Pero justo cuando estaba a punto de retroceder…
—¡Tú puedes, Lyna! —Le animó Celeste.
“Lo lograras, Lyna”, Pepe, quien volaba a su lado, sacó un cartel que eso tenía escrito.
Aunque eran pocas palabras, fueron más que suficiente para que ella se diera cuenta de lo importante que era. Alessio ya se lo había dicho, Celeste también, incluso Pepe. Ellos confiaban en ella, así que…
—No los defraudaré…
Lyna corrió y corrió, que esos tres confiaran en ella le daba la confianza que tanto necesitaba. Cinco peciolos azotaron contra ella, pero Lyna, siendo guiada por esta fuerza que emergía de su corazón, se deslizó por el suelo esquivando aquel ataque… una raíz apareció al frente con intenciones de cortarla en dos, pero ella saltó y estando a solo centímetros de aplastar la flor…
Lentamente una sonrisa cruel y burlona se formaba en el rostro de cierta Elegida y esta dijo: “Ataca, Corazón alado”.
Un proyectil impactó contra la flor destruyéndola. También causó que Lyna se desequilibrara y cayera de rodillas en el suelo.
—Aaaauch.
—¡Pero que aguafiestas! —Dijo Celeste quien observaba desde lo alto.
—Ja, ja, ja, ja. —Como era de esperarse, Amaltea se empezó a burlar como toda una bruja malvada.
En tal caso, Celeste aprovechó y le dio un golpe poderoso a la planta, haciendo que se partiera en dos. La teoría de Lyna era correcta. La planta sucumbió al ataque y cayó diagonalmente justo en la dirección donde estaba Amaltea…
—Upsi —dijo Celeste mientras se tocaba un mechón de pelo.
—Ja, jaaa. ¡Ahhhhhggg! —Deteniendo su risa malvada y notando que estaba a punto de ser aplastada; Amaltea se sobresaltó y corrió—. Maldito Karma…
A duras penas evitó ser aplastada, aun así, una rama consiguió golpear contra su cabeza noqueando momentáneamente a la Elegida.
***
Pasaron un par de minutos y las chicas se reunieron, Lyna solo sufrió un pequeño raspón mientras que Amaltea tenía un gran chichón en su cabeza, Celeste estaba intacta. Aprovecharon esos minutos de calma para tomar aire a la vez que observaban como toda la belleza del lugar fue arruinada debido a su loco combate. Cuando todo parecía que estaba bien, nuevamente la tierra empezó a temblar…
—Ay no fastidies… —dijo una amargada Amaltea.
Levantado polvo y polvo, destruyendo lapidas y lapidas, matando flores y flores; del suelo emergieron un montonazo de plantas carnívoras, algunas eran incluso más grandes que la primera.
—N-no… no puede ser. —El corazón de Lyna se aceleró y un gran miedo la atacó.
Todas las plantas rugieron y estando más agresivas que antes se movilizaron con intenciones de destruir a las chicas…
—Quédense detrás de mí, yo las protejo —decía Celeste quien se ponía al frente de las chicas y se preparaba para el combate. Por primera vez, Celeste se mostraba completamente seria, incluso ella dudaba si podría protegerlos a todos debido a la gran cantidad de enemigos.
Cuando las esperanzas eran bajas y las bestias estaban muy cerca… una misteriosa y agradable melodía se escuchó en todo el lugar; era una lenta y bien sincronizada canción que deleitaba el oído, incluso las plantas se detuvieron en seco, balancearon sus tallos como si estuvieran bailando y aquella melodía las relajó de manera que volvieron al suelo pacíficamente…
Las chicas se asombraron al percatarse de aquello y girando sus cabezas guiándose por el sonido, observaron a un pequeño niño que se les aproximaba. Este chico tenía una flauta con la cual producía aquella melodía armoniosa y deleitante. El símbolo de la “igualdad” en su mejilla indicaba que era un humano, cosa que era cuanto menos extraña. En ese mundo todos tenían una marca distintiva que señalaba a que raza pertenecía determinado individuo.
En medio de las lapidas y flores destruidas, aquel chico que solo inspiraba tranquilidad, armonía, inocencia y pureza, se detuvo al estar al frente de las chicas, dejó de tocar la flauta y moviendo sus jóvenes labios de manera artística dijo:
—A estas marrrditas plantas les van a farrtar lianas para pelarrrme la v#@%*…
—¡¡¡Niño!!! —Le regañó Celeste.
Parte 3.
Resulta que aquel chico se llamaba Caín. Lyna y Celeste mantuvieron una conversación con él y le hicieron varias preguntas. Descubrieron que él siempre salía a caminar por las montañas y casualmente se encontró con ellas. También les mencionó que había una aldea humana muy cerca, cosa que le llamó la atención de Amaltea:
—¿Una aldea de basura humana? ¿acá en el Cementerio de las Incertidumbres? No es posible…
—A po tú te la da de muy lista ¿no?, pos sí, menorrr, mi papi construyó una aldeíta aquí pa mantenerrrrnos a salvos de los opresorres Elegidos como tú. —Respondió el niño con una forma de hablar típica de los vándalos—. Err se aprovechó los falsos rumores de este lugarrr y to ha salio bien…
—¿A salvo? —preguntó Celeste mientras hacía gestos que daban a entender que eso no la convencía—. ¿Pero qué hay de ese montón de monstruos que aquí residen?
—¿No lo acabas de verrr, chavala? La musiquita de la flautita hipnotiza a los monstrrruos plantas. Ellas odian la cacofonía, mi amor.
—¿Mi amor? —Celeste se emocionó por ese piropo, con total inocencia—. Eres un pequeño muy simpático. —Se agachó de cuclillas, al nivel del chico, y le apretó las mejillas, después lo abrazó hasta asfixiarlo con sus pechos.
—Errr diablo, moriré de la forrrma más macha posible. Esta broma es err cielo. —Salía sangre de su nariz…
Después de “mimar” al niño, continuaron conversando. Finalmente acordaron ir a la aldea, por lo que continuaron su camino en aquel campo de flores.
***
A lo lejos, detrás de una piedra; una mirada pervertida se posaba sobre las chicas:
—Esto es interesantemente interesante. Premio doble, así que humanos aquí escondidos —dijo el sujeto de la máscara depravada. Él posó su mirada sobre una sirvienta semihumana que tenía los rasgos de algún animal extraño, tres colas y orejas puntiagudas, ella estaba a su lado y sentada en el suelo. La semihumana tenía un grillete en el cuello que estaba acoplado a una cadena que el enmascarado sostenía, era como si esta aporreada mujer fuese la mascota de ese sujeto. Lo más perturbador era que ella mostraba una expresión gozosa pese a su situación—. ¿Escuchaste escuchando, mi juguetito?…
—Sí, amado amo… ¿que desea que haga, mi señor? —respondió la sirvienta de manera condescendiente en el buen sentido, así es, esta sirvienta le gustaba complacer a ese sujeto.
—Quiero queriendo que a esa otra sirvienta. —Señaló a Lyna, quien estaba a lo lejos y casi se perdía de la vista—. Y a la semihumana, las ********. Pero antes… deseo que entregues entregando este mensaje…
***
Siguiente capítulo: 28/02/2021
Comments for chapter "2.0"
QUE TE PARECIÓ?
Que personaje y rol importante que juega el cuy en varias escenas, reflejando picardía.
¡Eres un total….! … ¡Eres un total imprudente! Parece decir la Elegida cuando tuvo su primer encuentro sorpresa. 🐇
Las plantas monstruo parecían ser una especie de mutación, se desarrollaban casi sin limitación. 🐉🍃
Caín esa forma peculiar de hablar, en la frase ellas odian la cacofonía, “Mi Amol” 😂😅
Es que… Es que PepeGod es lo mejor xd
Es que PepeGod es el verdadero protagonista de esta historia. Siempre soluciona todas las desventuras de nuestras heroínas jajaja.
No te imaginas el bombardeo de cacofonías que son expresadas acá en Venezuela. ¡Dolor de oído! Es una futura referencia, por cierto.
Que bueno el cuy porque ayudó a Lina 🥰