¿¡Celos sabor a chocolate!? (crossover) - 3.5
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- 3.5 - Crueldad Injustificable (Partes del 3 al 5)
Parte 3.
Antes de que Celeste pudiera evitarlo, sin poder lograr nada, siendo la distancia entre ella, Centurión y Caín una desventaja que ni su velocidad pudo igualar.
—¡¡¡Ahhhhh!!! ¡¡¡Mataste a mi padre!!! —gritó Caín. Él se abalanzó realizando una estocada con su espada contra el aparente asesino de su padre.
—Escoria, así no es como se ataca por la espalda —Se burló Centurión. Caín estaba a solo un metro de apuñalarlo por los riñones, pese a ello, el villano sonrió…—. Cuchilla Sónica (HS).
Usó esta habilidad y ocurrió algo extraño; un fenómeno que violó cualquier ley que exista en nuestro mundo. No, todos estos poderes ignoraban la lógica tras la ciencia. Pues, varías ondas sónicas aparecieron detenidas en el aire, dichas ondas vibraban creando un sonido horrible como si ella misma se repeliera o rebotase, pero mantenían siempre la misma forma y tamaño. Era como una materialización de diferentes ondas sónicas convertidas en cuchillas casi invisibles.
Varias de estas cuchillas se formaron levitando tras la espalda de Caín y antes de que él pudiera matar a Centurión; estas cuchillas irían hacia él diagonalmente y aguajearían todo su cuerpo, perforarían sus órganos y atravesarían toda su cabeza desparramando sus sesos.
Como si el tiempo avanzara en cámara lenta… Un chico apunto de matar a un villano, el villano a punto de matar al chico y una Ángel Guardián desplazándose sin la posibilidad de llegar a tiempo… Todo ello ocurriendo en un par de segundos; se dio por sentado la muerte del chico, pero…
Algo increíble ocurrió…
…
…
Algo se activó en ella, un instinto que la hizo moverse superando sus propios límites. Todo su cuerpo le ordenó y la hizo ejecutar inmediatamente la acción de proteger a su hijo. El instinto materno. El amor de una madre… En aquel mundo lento, ella se lanzó y empujó al exasperado chico a un lado quedando ella justo en la trayectoria de las cuchillas.
Imaginando que el mundo se censuró en carmesí, la negra silueta de esta gran madre, la mamá de Caín, fue traspasada por varias cuchillas sónicas. Todo su cuerpo se llenó de agujeros que reventaron sus órganos y deformaron toda su figura dejándola totalmente irreconocible, pero eso no era lo que le importaba. Mientras ella caía al suelo en esa diminuta fracción de tiempo, sonrió estando satisfecha de salvar a su hijo. Se sacrificó por él. Su gran muestra de amor. El sacrificio de una madre por su pequeño.
—¡¡¡Mamá!!! —Mientras Caín era empujado a un lado, antes de llegar al suelo, él extendió su mano tratando de que se encontrara con la de su madre. Pero eso no ocurrió, solo contempló en ese lento mundo la muerte de ella.
—¡Nooooo! —gritó una derrotada Celeste.
Todo pasó tan rápido que Celeste siquiera pudo llegar a tiempo, ella falló. Exactamente cuando la esposa del jefe fue asesinada, es en ese momento en el que Celeste llegó volando delante de Centurión. Inmediatamente golpeó al villano con tanta fuerza que lo mandó a volar contra una casa que no se incendió, el golpe fue tan fuerte que la madera de la pared se partió debido al impacto del proyectil; el cuerpo de Centurión.
Para la percepción del ojo humano, como si el tiempo volviese a la normalidad…
—N-no puede ser… —Dijo Lyna cubriéndose la boca al ver la horrible escena. Ella solo se limitó a observar. Después corrió hacia donde estaba la esposa del jefe. Quizás podría ayudarla… solo quizás…
—¡Ma! ¡Ma! ¡Despierta, despierta, despierta, despiertadespiertadespiertadespiertadespierta! —exclamaba Caín.
Él rápidamente se levantó y fue a poner el sangrante cuerpo de su madre en su regazo. Mientras gritaba, a la vez que unos torrentes de lágrimas brotaban de sus ojos, a la par que buscaba desesperadamente la forma de salvar a su madre… ella dijo sus últimas palabras, expulsando así su último aliento…
—A…adiós… H-hijo. T-te amamos, lo encargamo…s todo a ti… —Había sido tan perforada que con su cuerpo tan destruido fue un milagro o una bendición de los dioses que le permitió despedirse de su hijo, su ultimo adiós. Alzando su destrozada mano acarició tiernamente la mejilla de Caín. Posteriormente, cerrando sus parpados y sonriendo por última vez; Amanda Desiree, murió.
—¡No! ¡Ma! ¡Ma! ¡No! ¡No te vayas! ¡Nooo, por favor! ¡No! Te prometo que me portaré bien, pero quédate. Debes vivir para verlo ¡Ma! ¡Ma! ¡No! —Caín cayó aún más en las lágrimas y empezó a descargar todo el dolor de su cuerpo mediante un incesante llanto. Naturalmente se culpaba a sí mismo por lo ocurrido.
Lyna estaba al lado de Caín, no tenía nada que decir en ese momento. Ella solo estuvo viendo las heridas en todo el cuerpo de Amanda e instantáneamente notó que era imposible salvarla. Solo pudo bajar la mirada, cerrar con fuerza sus manos ensangrentadas y decir:
—Lo siento.
Celeste estaba helada, parada derecha y sin dejar de mirar la cosa roja que salía del cuerpo de aquella mujer. Todos se veían extremadamente tristes. La mujer animosa de ayer, aquella que amaba muchísimo a su familia, la que siempre sonreía y bromea; ahora estaba tiesa, con su carne desparramada en el suelo y cubierta de ese liquido rojo. Sencillamente Celeste no lo comprendía, lo que observaba disentía con su conciencia, su esencia, su ser. Nada tenía sentido, todo era ridículo, absurdo, estúpido… Y es por eso que nuevamente se preguntó: “¿Por qué?”.
—¡¡¡Hermoso!!! ¡¡¡Hermoso!!! ¡¡¡Bella melodía!!! ¡¡¡El son de la muerte!!!
Sin darle oportunidad a Celeste de encontrar respuesta a su pregunta, se escuchó una voz que reconocieron de inmediato. Todos se giraron a la dirección de esa voz y observaron al causante de toda esta tragedia, Centurión.
Él estaba bastante herido por el golpe, pero una inexplicable euforia superponía el dolor que debería sentir.
—Los gritos de ese niño. Perder a su madre. ¡¡¡Su llanto de horror!!! ¡¡¡Su tortura interna es deleitante!!! ¡¡¡Me exacerba, reconforta y excita!!! Pero… es una lástima… —Centurión, disfrutando el dolor de Caín, salió de la casa y se detuvo justo al frente de donde impactó.
—¡Tú! —exclamó Celeste al verlo y en ese momento chocó sus puños preparándose para atacar.
Centurión ignoró a la amenazante Celeste y chasqueó sus dedos. En ese instante algo extraño ocurrió, los otros Elegidos que estaban noqueados empezaron a convulsionar de una manera peculiar. Celeste al ver esto se detuvo confundida.
—¡Es una completa lastima no poder escuchar más esta bella melodía de horror! Eldrie ave, eres tan… tan… tan encantadora, fuer… No, escúchame, óyeme, púdrete y muérete montón de excremento, por favor y gracias. Maldita cerda repulsiva, resultaste ser muy fuerte y ni puedo contra ti. Siendo más fuerte me golpeaste sin siquiera acordar destriparnos. —Centurión se mostró más enojado y señaló a Celeste—. Escúchame hasta que te sangren los oídos, perra desconsiderada, pútrido montón de carne, nos largamos de aquí. —Centurión dirigió su mano a un bolsillo y sacó una extraña cajita—. Pero nos volveremos a ver muy pronto.
Apenas hizo eso todos los Elegidos dejaron de convulsionar y se levantaron en sincronía, dirigieron sus manos a los bolsillos de sus trajes y sacaron raras cajitas idénticas a las de Centurión.
—¿Qué están haciendo? —dijo Lyna en alerta, mientras protegía a Caín con su cuerpo. Ver a todos esos Elegidos levantarse de golpe significaba otro posible combate, pero…
—¡Sí! ¡Váyanse, villanos, reflexionen en lo que hicieron y no regresen nunca! —dijo Celeste. En su inocencia no entendía que el delito de estos sujetos merecía un mayor castigo. Centurión había demostrado ser el peor, es por eso que Celeste le pegó más fuerte a él.
—Parece que tu oído no escucha. Entonces ninguno de ustedes lo necesitan —dijo Centurión. De inmediato alzó su brazo y con la palma abierta señalaba al cielo, justo allí se formaba una estática y pequeña bola formada de ondas sónicas—. Escuchen su muerte por favor, se los agradezco y gracias muéranse todos, de nada. ¡Revienta cráneos (HS)!
—¡Todos, cúbranse las orejas, ahora! —gritó Lyna antes de que Centurión terminara de invocar su habilidad. Lyna fue lista y rápidamente analizó el significado de las palabras del Elegido, supo que este atacaría con un horrible sonido y sus sospechas fueron ciertas.
Apenas Centurión terminó de decir su habilidad, cerró su puño y aplastó la bola de sonido. Como resultado se escuchó un poderosísimo sonido de frecuencia grave que se amplificaba más y más. La naturaleza de este sonido era para aturdir y cuan más cerca se estuviera de Centurión peores eran las consecuencias, los más cercanos a él le sangraron las orejas, de hecho, si alguien estuviera al lado de él mientras usaba su habilidad, pues era bastante posible que explotara el cerebro debido a las absurdas vibraciones, por suerte nadie estaba tan cerca.
Gracias a la advertencia de Lyna, los aldeanos se prepararon y no se vieron exageradamente afectados. Aun así, muchos se revolcaban en el suelo ante el destructivo sonido.
—¡¡GHHHH!! —gritaban todos los aldeanos. Lyna también estaba encogida de cuerpo mientras resistía el horrible poder.
—¡Basta de esto! —gritó Celeste. Ella era tan impresionante que aduras penas se veía afectada. Así que tomó impulso y de un súper salto llegó delante de Centurión, inmediatamente lo golpeo por el abdomen. Instantáneamente la habilidad cesó, pero Centurión sonrió y abriendo la cajita tocó un cristal.
—Algún día te tendré —afirmó él mientras tocaba el cristal y empezó a desaparecer de pies a cabeza. Así es, ese era un cristal de teletrasporte. Lo más extraño era que los demás Elegidos hicieron lo mismo que él simultáneamente y empezaron a esfumarse.
—¡¿Eh?!
Celeste se detuvo confundida y antes de que pudiera realizar alguna otra acción, los cobardes villanos ya habían desaparecido.
De esta forma concluyó el combate en la aldea escondida. La conclusión de la inesperada batalla dejó a dos muertos de por medio, la mitad del pueblo destruido y muchos heridos tanto física, mental y emocionalmente ni Celeste ni Lyna eran la excepción.
Parte 4.
Habían pasado las horas. Lo primero que se realizó fue un entierro digno para Mike y Amanda, quienes dieron sus vidas a favor de la seguridad de los aldeanos y su querido hijo único. Había sido triste. Un día pesado que dolería al recordarlo, sobre todo Caín, quien era aplastado por un dolor y una culpa abrumadora.
Además, se le había impuesto una carga mayor, ahora él era el nuevo jefe de la aldea. ¿Cómo lograría guiar a toda esa gente en una situación tan difícil? Él no tenía la experiencia ni fuerza suficiente como para guiar a todo un pueblo.
Aunque por lo momentos eso no le importaba tanto…
Bajo un cielo gris acompañado de una llovizna que creaba una triste ambientación, todos los aldeanos estaban agrupados, con caras largas y sin saber que hacer ya que no tenían esperanzas; pues la aldea había sido descubierta. Era obvio que tarde o temprano volverían a atacar.
Por lo momentos solo se reunían a los heridos en un mismo sitio para que fueran tratados por quienes conocían de medicina natural, como Lyna. Otros simplemente buscaban algo que recuperar de sus hogares destruidos, Celeste ayudaba en esta labor. Por último, algunos buscaban si quedaba algún herido bajo escombros. Para los desaparecidos, Pepe ayudaba plenamente en esta labor y, gracias a su posibilidad de comunicarse con otros animales, le pidió a su “harem” de Helixs que le ayudaran con ello.
Pese a que Celeste estaba traumada por todos los acontecimientos recientes, ella se esforzó por reprimir dicho malestar y trataba de animar a los aldeanos, pero sacar así sea la más mínima sonrisa escatimaba de muchísimo esfuerzo. ¿Qué había pasado con los aldeanos tan animosos y alegres?
***
Aunque había sido algo muy crudo e injusto, ella ya estaba acostumbrada a ver violencia como esta. Aquella vez, cuando la mansión Ernst fue atacada por un ejército enemigo; sangre, cadáveres, el hedor a muerte y la maldad predominaba. Esa misma vez, ella junto con su hermana iban a tratar a muchos heridos y de alguna forma pudo mantener la calma. No, eso fue posible porque conoció a ese chico, Alessio; quizás por esa confianza que le otorgaron las palabras de él… No obstante, ahora Lyna estaba en otro mundo y su héroe no se encontraba a su lado para ayudarle a que se sintiera segura de sí misma.
Para colmo, Celeste había dudado de su fuerza… O al menos eso creyó. De todos modos, Lyna no había aportado mucho en la batalla anterior.
“Pude aportar más en esa batalla… Yo… debí, pero…”, pensó Lyna.
Empezó a pensar en lo débil e inservible que es para el grupo, quizás si tuviera más valentía o voluntad, solo con eso quizás hubiera logrado algo… Pero, incluso sus argumentos fallaron contra Centurión. Aunque ella tenía razón, al final fue algo vacío que no aportó nada, o al menos así la torturaban sus pensamientos y sentimientos…
Lyna, quien ahora atendía a un aldeano malhumorado, se distrajo pensando en esto… Ella aplicaba una savia cicatrizante en una herida profunda en el brazo de ese señor.
Nuevamente una imagen del valiente Alessio llegó a su mente, no obstante, esa imagen vino acompañada con un pensamiento negativo; la posibilidad de no volver a verlo nunca más, al final de cuentas, estaba en ese mundo desconocido que aparentaba ser peor que el suyo, además su invocadora pertenecía a esa raza de seres malvados, era natural que tuviera estos pensamientos pesimistas; sin embargo, estar distraída mientras se trata con heridos puede ser un grave error…
—Kra. Kra. ¡Auch! ¡¡Qué no ves lo que haces, muchacha inútil!! Es por eso que dicen “Quien deja la bendición de Arismendi a manos de una mocosa de cuna, termina aporreado” —Le insultó el anciano que ella atendía.
Lyna por andar absorta en sus pensamientos, usó mucha fuerza al aplicar la savia y terminó aporreando al viejo refunfuñón. Sentirse inútil y cometer un error tonto en algo en lo que crees que eres bueno, sin duda aumentará ese mal sentimiento, Lyna no era la excepción.
—L-lo siento, se-señor —Se disculpó la temblorosa Lyna a la vez que hizo una sutil reverencia en señal de arrepentimiento.
—Mejor traigan a otra. ¡Largo!
—Y-yo… no se preocup-e y-yo puedo, de verdad lo sien…
—¡Largo!
—Pero… yo… ¡Perdón!
—Grr…
Lyna sacudió la cabeza y alzo sus manos cubriéndose como si estuviera protegiéndose de un golpe. Al notar que nada pasaba, observó que todos los pueblerinos la miraban feo, los ojos de ellos la oprimían. Así que se levantó de la silla en la que estaba y dejó atrás al herido; salió del lugar en el que se encontraba y corrió al bosque hasta quedar sola.
“De verdad soy… inútil. Sin Alessio verdaderamente no puedo hacer nada… yo… hasta Celeste se decepcionó…”, pensó mientras se sentaba en la pata de un árbol. Y allí, ella continuó estando triste consigo misma, afligida por los eventos ocurridos. Todo era tan blanco y negro. No importaba en donde estuviera, incluso si era otro mundo, todo era del mismo color. No, no era así, sí existía alguien que coloreaba su día a día…
—Te extraño, te extraño mucho… N-no puedo más, no puedo más… —Se lamentaba y cubría su rostro con las manos—. T-toda esa gente… todos están sufriendo… ¿Por qué? ¿Por qué tuvo que pasar esto?… Quiero verte, quiero verte… Alessio… Quiero abrazarte… Volver a ver esa sonrisa… Ver tus duros y suaves ojos… Sentir tu varonil voz y tocar tu suave mano… Atenderte y, y…
Cuanto más hablaba más se humedecían sus ojos. Luego recordó unas palabras que Centurión le dirigió, palabras que le dolieron.
Lyna se puso en posición fetal, abrazando sus rodillas y pegó su rostro sobre los dorsos de sus manos…
—Tengo miedo… Mucho miedo… No sirvo… Solo soy una sirvienta… Solo vivo… —Se detuvo a la par que una lagrima salía de su ojo—. A base de las ordenes de los demás…
Lo más apto para ella era rendirse y aceptar que nunca más volvería a ver a ese chico especial que iluminaba sus días. Su corazón latía cada vez más rápido al pensar en las cosas que le pasaría si se quedaba en este mundo, no había nada que podía hacer en esos momentos…
“No todo está perdido”, se escucha una nueva voz en su cabeza.
—Sí lo está. No puedo hacer nada… Si tan solo no tuviera este sello, tal vez sería como mi hermana… Sería importante, podría proteger a los demás… Ayudar…
“No todo depende de la fuerza de una persona”.
—Claro que depende. Los más fuertes son los que dominan, las débiles como yo nos quedamos así… Soy inútil, inútil, inútil…
“Creo que no estás entendiendo”.
—¿Entender qué? Entiendo que sea débil, inútil, que no podré ver a, a… Ale… —Decía mientras apretaba su cabello por el dolor—. No podré salvar a nadie… Solo quiero volver y estar con él… Sé que es muy egoísta de mi parte, pero no puedo hacer nada si no está a mi lado…
“¿Qué es lo que ves en él que tu no ves en ti?».
Era una pregunta hecha desde su interior. Se trataba de una situación extraña donde ella misma y su ser interior se hablaban. No era la primera vez que esto sucedía, en más de una ocasión le pasó esto. Incluso Lyna respondía como si se tratara de una persona aparte de ella…
—¡Q-qué es lo que veo en él?… E-es bueno… Gentil… Amable… Me trata con cariño; me ve como una persona y no como su sirvienta. Sé que él es débil… Pero es asombroso y fuerte a su manera. Sí, maravilloso y reluciente. No le teme a nada y habla sin temor… Es todo lo contrario a lo que soy…
“Es verdad… Pero hay una cosa en común que comparten ustedes”.
—No… Él es mejor que yo… Yo solo soy una sirvienta… una que solo sig…
“Una que puede hacer todo lo que se proponga, al igual que él”.
—Una que… No… Yo no puedo hacer eso… S-solo vivo a base de…
“No, tú eres más que eso…”.
—¡¡¡Soy una maldita sirvienta!!! No tengo carácter, soy una tonta, soy débil, no puedo hacer grandes cosas. ¡¡¡¿Acaso no lo entiendes?!!!… Solo vivo a base de las ordenes de los demás… Mi vida depende ello… Soy… Soy…
—Mi sirvienta favorita. —Dijo una extraña y familiar voz al improviso. La voz hizo eco en los oídos de la sirvienta y ella volteó a observar quien dijo esas palabras.
Al girar su mirada suavemente, teniendo pequeñas gotas retenidas en sus mejillas, Lyna observa a ese chico… Ese mismo que no había visto desde hace días, días que ella tomaba como años…
Al observarlo detalladamente, ve como todo su cuerpo se iluminaba de un color cristalino, no cabía duda que era él. Así que Lyna comienza a tartamudear su nombre. Él solo está sentado a su costado, mirando fijamente hacia adelante, sin observarla…
—Somos débiles. Eso está bien, no hay por qué avergonzarnos de eso… —prosiguió él.
—A-A-Al-Alessio… ¿E-eres t-tú?… —Tartamudeó Lyna.
—Pero… Tampoco que eso sea un impedimento para cumplir nuestros objetivos… Lyna. —Alessio voltea su mirada y observa a su querida y fiel amiga.
—A-Ale… Alessio… Ciertamente soy una inútil. Lo que creo que sé hacer lo hago mal. Cuando hay enemigos solo estorbo… ¿Qué puede hacer una… sirvienta tan frágil como yo? No puedo hacer nada… No puedo…
—Tú puedes, Lyna. —El Alessio que la miraba con suavidad, ese mismo chico que era iluminado por un pilar de luz que logró hacerse paso entre el cielo nublado, le dijo estas palabras.
—Ni siquiera creo en mí misma… No puedo… Es arrogante por mi parte pensar que los demás confíen en mi cuando ni yo mismo creo en mi fuerza.
—Todos alguna vez nos hemos sentido inseguros. Que somos un asco o no valemos nada. No sabemos qué hacer, yo me siento así de vez en cuando. Aunque, a pesar de eso, hay que salir adelante. Da igual lo que digan los demás, si hay inspiración y amor en tu corazón por lo que haces, no importa si te equivocas, levante. Demuéstrate a ti misma lo que vales, de lo que eres capaz. A veces queremos que alguien nos acaricie y nos diga que todo irá bien, pero la realidad es que eso no suele pasar, aunque quisiéramos… sólo tenemos que afrontarlo y seguir adelante. “Las burlas del ayer serán las envidias y asombros del mañana”. Pero ahora, dedícate a seguir tus sueños, tus objetivos y tu felicidad. Puede que el camino no sea bello y que debes aguantar y batallar, pero al final de este, los resultados serán más que una simple felicidad. Además, con la experiencia que has adquirido en ese arduo y duro camino, aprenderás que se puede tener una felicidad que llena el corazón y verás lo gratificante que es vivir la vida. Puedes lograrlo. Así que, Lyna, debes creer en ti tal y como yo tengo fe en ti. —El Alessio que estaba al costado de ella, esa extraña persona que parecía que pronto se desvanecería, le aseguró esto—. ¿Por qué no lo tomas como punto de partida y crees en ti misma? —Ese Alessio que la miraba a sus ojos, ese valiente héroe que creía ciegamente en una “inútil como ella”, estaba por desvanecerse.
—No sé qué es lo que ves en mí. La verdad es que no puedo…
—¿Estás segura de eso? Yo no.
—Sí… Siempre ha sido así…
—Te lo repetiré miles de veces de ser necesario. Tú puedes, Lyna. Sé que puedes, me lo has demostrado muchas veces. —Esa fantasía delante de sus ojos, ese gran chico que arrebató su corazón, nuevamente enfatizó su valía.
—Realmente soy… tonta, inútil e idiota…
—No, para mí eres increíble, eres útil, inteligente, maravillosa y bella. Eso es lo que pienso de ti. Veo en ti más de lo que crees… Solo hace falta que tú lo veas. ¿Lo harás? Lyna. —Ese héroe, Alessio, el chico producto de su imaginación, aquel que estuvo desvaneciéndose poco a poco; finalmente terminó de desaparecer.
En un silencio reconfortante, en aquel mundo gris que poco a poco empezaba a tener color y en aquellas comisuras de sus labios que se arqueaban para regalar una humilde sonrisa al firmamento… Sí, mirando al cielo, buscando nuevamente su voz… una lagrima bajaba por su mejilla izquierda hasta caer. A pesar de que el Alessio real jamás estuvo allí, este recuerdo avocado de hace varias semanas le dio las fuerzas que necesitaba. Así es, aunque Lyna esté nerviosa, cuando siente que el mundo la desprecia, instintivamente Él aparece para calmarla. Por lo que, en agradecimiento, ella le responde:
—A pesar de lo lejos que estemos, siempre tienes algo bonito que decir, Alessio…
Nuevamente los ánimos de Lyna volvieron. Así que, tras agradecer la existencia misma de su amado, ella se levantó y fue a atender a esos heridos. Esta vez ayudaría a todos. Tenía que hacerlo… Claro que podía efectuarlo gracias a las palabras de ese Alessio, su héroe que ilumina su vida.
Parte 5.
—Mu, mu, lo lamento mumuchoooo, pero no recuerdo más que eso…
Habían pasado algunas horas más, Celeste y Lyna habían ayudado muchísimo a los aldeanos, pero era demasiado extraño que Amaltea no hubiera aparecido. Originalmente creyeron que Amaltea simplemente no le importó lo que ocurría y por eso no bajó de la colina a ayudar. Si alguien tan poderosa como Amaltea hubiera estado allí, la desgracia hubiese sido menor.
Celeste estaba al tanto del poder de Amaltea, aunque esa Elegida ni siquiera lo había mostrado porque obligaba a sus “sirvientes” a hacerlo todo. Además, no era precipitado suponer que con su personalidad hubiera humillado a Centurión.
Pero… ¿Qué había pasado con ella? Para dar respuesta a esa pregunta, Lyna, Pepe y Celeste fueron a la sima de la colina que estaba al norte del pueblo, era donde Amaltea estuvo la última vez que la vieron. Al llegar frente a la tienda “Mu, Muu, Muuu, MUUUU” se encontraron con una semihumana del tipo vaca “durmiendo” en la entrada y no había señal de Amaltea por ningún lado.
Así que Celeste despertó abruptamente a la chica vaca con un llamado a su oreja —en realidad estaba desmayada—. La Eldrie despertó asustada y exclamando un grito…
Al calmarla, la gentil Lyna le ayudó a que se recuperara y cuando la chica ya parecía mejor le preguntaron:
—¿Sabes que le pasó a la chica amargada de cabello rosa? Estaba acá ante de… —Preguntó la chica ángel, la expresión de Celeste se ensombreció un poco—… Antes de “eso”.
—No… Mu. No sé de qué hablas… —Respondió la chica vaca llevándose la mano a la sien.
—Es natural, señorita Celeste. Seguramente se desmayó durante el ataque. —dijo Lyna quien rápidamente entendió la situación de la mujer vaca.
—P…pero sí recuerdo a una Elegida de pelo rosa.
—¡Bien, bien! ¿Qué pasó con ella, chica mu? —preguntó Celeste, por más que intentara regresar a su estado de ánimo anterior, no podía tras recordar “aquello”.
—Lo último que recuerdo antes de desmayarme era a un hombre que usaba una… una máscara muumumuy espeluznante. Luego un hacha estuvo a punto de matarme y… Esa… ¡Esa Elegida me protegió! Pero igual me asusté mucho y caí desmayada en ese momento.
—Te protegió dices… ¡Lo sabía!… Sí hay bondad en el corazón de esa cascarrabias. —Celeste tomó con firmeza los hombros de la chica—. ¡¿Eso es todo?!
—Mu, mu, lo lamento mumuchoooo, pero no recuerdo más que eso…
Tomando en cuenta lo que la Eldrie dijo: “Un hombre con una máscara espeluznante”…
—Entonces había otro… —dijo Lyna y se detuvo antes de decir lo siguiente, como si no quisiera pensar en la posibilidad de que había…
—…Otro villano —Terminó de decir Celeste.
—Así es —De repente se escuchó una voz desconocida que provenía desde la maleza—. Es el amado… perdón —Carraspeó y aclaró su voz dando a entender que era un error lo último que dijo—. Yo observé todo lo ocurrido ¿quieren saber?
Los presentes se voltearon a la dirección de esa voz y observaron a una sirvienta que salía de un arbusto. Era una Eldrie de tres colas y de orejas largas y puntiagudas. En resumen, era…
—¡Eres una Eldire del tipo Helix! —dijo la chica vaca totalmente admirada, su expresión denotaba el asombro de ver algo único—. Nunca te había visto por aquí…
—¿Oh? ¿Entonces tú sabes lo que pasó? —añadió Celeste confiando de inmediato en esta desconocida.
—Ciertamente, sí, en efec… —Se aclaró la garganta nuevamente—. Perdón, yo estuve escondida allí chismeado todo el desastre —respondió la chica Helix a la par que señalaba la copa de un árbol mientras se acercaba a Celeste—. Les contaré contan… Gh, todo…
Esta misteriosa sirvienta que apareció de la nada afirmaba saber aquella información tan valiosa, pero había algo extraño en ella… su manera de hablar y, sobre todo, su mirada frívola, sus irises color café estaban tan vacíos que daba la impresión de que podrías perderte en ellos. Aunque la inocente Celeste no sospechó para nada en ella, en el caso de Lyna era distinto… ella conocía esa mirada mejor que nadie, ella entendía ese rostro tan inexpresivo… Pues esa cara, esa expresión, todo indicaba que esa era una persona que indudablemente vivía bajó ordenes de los demás.
Pero más allá de eso, lo que verdaderamente inquietó a Lyna era que, en contraste con ella, había algo más en esa mirada… No lo sabía claramente, pero era algo oscuro… demasiado tenebroso como para describirlo.
“¿Qué tramará esa persona?”, pensó Lyna mientras fruncía el ceño.
***
El capítulo 4 estará disponible el 21 de abril.
Comments for chapter "3.5"
QUE TE PARECIÓ?
Se ganó el titulo de «La Aldea del terror» por lo que aconteció.
Que crueldad. Caín viendo todo lo malo que le pasó a su madre y tembló de asombro al presenciar su muerte. 😰
Celeste se enfureció tanto y con un terror aplastante le dio su merecido pero ese villano no muestra ninguna señal de temor ni arrepentimiento, se merecían ser alimento de los buitres y animales salvajes.😠
También me sorprendió la ausencia de Amaltea 😕
Está muy entretenida. Saludos!!
Me alegra que te guste, Marita. Ya sabes, Astergard puede ser un mundo muy bello, pero, a la vez, tan mortal como una bella flor venenosa. ¿Que pasó con nuestra pedante Amaltea? Quien sabe… todo un misterio.
Saludos… :3
Jajaja clicbait xD, la miniatura del capítulo me trajo aquí :v