¿¡Celos sabor a chocolate!? (crossover) - 4.2
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- 4.2 - Capítulo 4: La persecución de los valientes (Partes 3 y 4)
Parte 3.
Un molesto zumbido, provocado por el aleteo de un insecto, fastidiaba los oídos de cierto individuo. Este insecto, que tenía muchas patas como un ciempiés y varias alas tornasol, sobrevolaba alrededor de una oreja blanca, larga y puntiaguda. Como todo buen insecto, su objetivo era molestar a esa persona para luego alejarse tranquilamente. No obstante, sin previo aviso, fue capturado por una legua áspera. Fue el individuo que él molestaba, esta giró rápidamente su cabeza y, abriendo su boca, consumió al insecto. Mientras el cuerpo del insecto crujía al ser triturado por los dientes, y su sangre verde era regada y saboreada en la lengua de aquella persona, ella habló a la par que masticaba:
—… Y eso fue lo que ocurrió…
El rostro de ella denotaba total indiferencia a lo que acababa de hacer, pues se comió al asqueroso insecto de una forma salvaje y desagradable. Sí, la persona que devoró al insecto no era otra que la Eldrie del tipo Helix que había aparecido de la nada y que se dedicó a contarle a Celeste, Lyna y compañía lo ocurrido con Amaltea. Luego prosiguió:
—…En resumen, se llevaron llevand… perdón —carraspeó—… a su amiga porque ella se lo buscó. Asaltó y maltrató a ese indefenso Elegido enmascarado que pasó por aquí de casualidad, ella insistió en que él debía convertirse en su esclavo o si no lo golpearía. Y, mi gran señor… digo, digo, el pobre hombre tuvo que defenderse de esa vándala, su amiga. Por lo que vi, él fue benevolente cuando la capturo y la llevó a la justicia. Él realmente no es un vil villano malvado, Gh. —Terminó de tragarse al insecto y se lamió la sangre verde que quedó en los labios.
Los presentes que oían la historia: Lyna, Celeste y el resto de las chicas vacas que vivían en la tienda, hacían gestos distintos basados en la impresión que esa Eldrie Helix les causaba. Celeste parecía distraída y por un momento se preguntó que sabor tendría ese insecto que la Eldrie se comió. Lyna, por su parte, se esforzaba por prestar atención a la historia de la Eldrie, pero sus sospechas sobre ella aún no habían desaparecido. Las demás chicas vacas se asquearon cuando vieron como la Eldrie Helix se había comido el insecto, aunque una de ellas —la que se había desmayado— se dio cuenta de algo, frunció el ceño y preguntó:
—Oiga, hay muchas cosas que no coinciden con su historia. Antes de desmayarme, recuerdo bien que fue ese sujeto enmascarado el que nos atacó sin previo aviso… —Bajó el tono de su voz y se llevó la mano a la cabeza—… Recuerdo que incluso el me atacó con un arma, pero… —Ella pausó.
—Fuiste salvada por la cascarrabias —Terminó de decir Celeste, quien volvió al ritmo de la conversación. Luego chocó su puño derecho con la palma de su mano izquierda y afirmó dirigiéndose a la Helix—. ¿Realmente Amaltea asaltó a otro Elegido sin ninguna razón? ¿No era él un villano?
—Aho-ahora no sé qué pensar. En cuanto a la señorita Amaltea, co-conociéndola, es posible. —Agregó Lyna tartamudeando—. Pero en la situación en la que estábamos, no tendría sentido que ella hiciera eso. —Miró con un poco de nerviosismo a la Helix—. Ade-ademas, tu historia no coincide con la de ella —Giró su cabeza a donde estaba la semihumana vaca que antes se desmayó.
—Veo que desconfían de mí. ¿Por qué prefieren creer en la historia de esa ternera? Ella incluso se golpeó la cabeza y quedó quedan… digo, terminó aturdida y despertó contando delirios. —La chica Helix habló para después suspirar. Luego inclinó un poco su torso para atrás, unió ambas manos y se las llevó a la parte trasera del cráneo, era una pose indiferente—. La ternerita afirma que la Elegida esa la salvó. Que graciosa, están bastante mal si se tragan esa historia.
—Yo… —la semihumana vaca en cuestión empezó a razonar y a dudar de sí misma, ¿estaban bien o no sus recuerdos?—… pero yo… estoy casi segura de que así fue.
—Patrañas mentiras… perdón, quiero decir, ¿no serás tú comediante? Una Elegida salvando a una Eldrie, eso sí es de risa.
Las demás chicas vacas empezaron a murmurar y también dudaban en que creer. Celeste notó eso y, recordando parte de su propósito, dijo:
—Pues yo si lo creo. Sé que esos villanos pueden cambiar. Tengo certeza en que… aunque la cascarrabias suele ser una niña mala, estoy segura que en el fondo reside una chiquilla buena. —Pese a que Celeste aún estaba convencida de esto, su expresión se ensombreció al recordar todo lo que había ocurrido en la mañana, al fin y al cabo, la maldad de esos supuestos “niños malos” había causado que dos personas murieran.
—Tonterías, eso no son más que idealismos infantiles.
Celeste frunció ligeramente el ceño. En sus iris color celeste se reflejaba el aspecto de aquella Eldrie Helix, poseía: tres colas de color blanco como las nubes, cabello corto y grisáceo como el acero, una bronceada piel morena y unas largas orejas puntiagudas color café. Lo más destacable era su vestimenta, puesto que no era más que lencería con bordados clásicos de los atuendos de sirvientas. Lo más sospechoso es que tenía un grillete en el cuello, similar al de los esclavos.
“Cuy, cuy”. De repente, Pepe empezó a llamar muy fuerte, todos se voltearon a donde él estaba. El cuy señalaba una grieta que estaba en la escalera de entrada a la tienda “Mu, Muu, Muuu, MUUUU”. Claramente era un daño causado por un arma filosa. Luego Pepe sacó un cartel de quien sabe dónde y este decía: “Sospechoso”.
—Oo-oh, buen detalle, señor Pepe —comentó Lyna, quien analizó la situación.
El cuy miró fijamente a Lyna con los ojos y labios rectos, hizo la misma expresión que haría una mujer joven cuando le llaman “señora”. Probablemente, ni siquiera a los cuys les gusta que le pongan más edad.
Sea como sea, Lyna sonrió, porque también quería creer en que Amaltea podría hacer algo bueno, entonces prosiguió:
—¿Cómo explicas eso? —Lyna se dirigió a la chica Helix y señaló la grieta en el suelo de madera.
—Que injustas son. No veo viend… digo, porque le dan tanta importancia a lo que señala esa fea criatura irracional —Observó de manera burlesca a Pepe—. No es como si sepa todos los detalles de lo que pasó. Aunque, axiomáticamente, esa grieta es una secuela del combate. —Terminó de defenderse vagamente la Eldrie Helix.
“¡¡¡Cuy, cuy!!!”. El señor Pepe empezó a reprocharle.
—Oye, chica gato… ¿o era conejito? ¡Como sea! no le digas así a mi Pepe. —Dijo Celeste, como si estuviera regañando a una niña. Después tomó al ofendido Pepe y abrazó contra su enorme pecho—. Si le dices así me será muy difícil hacerte una amiwa.
—Tú mejor no me confundas con un Eldrie conejo. De todos modos, eso de la amistad no podría importarme menos.
—Muuuu, mu, ya dejen eso. Se están desviando del tema. —Dijo una de las chicas vacas, luego ella se cruzó de brazos y vio con enojo a la chica Helix—. No confiamos en usted, diga su nombre al menos.
—Que desagradecidos. ¿Y qué onda con esa mirada? Que miedo…
—¿Mu?
—Ash, insistente. Yo no necesito tener un nombre, así lo dijo mi gran se… No, eso realmente no importa. De hecho… —La chica Helix ladeó la cabeza sutilmente, enderezó sus hombros y con una expresión malintencionada, dijo—: ¿No deberías preocuparte más por tu compañera?
—Mu. ¿De qué hablas?
Justo cuando la chica vaca terminó de decir eso, alguien salió desesperadamente de la tienda; se trataba de una de las hijas de las chicas vacas. La pequeña dijo con miedo:
—¡No está! ¡No encuentro a la tía Momu! ¡No la encuentro por ningún lado!
—¡¿Qué?! —Exclamaron varias chicas vacas en sorpresa.
***
Tras pasar unos minutos y de confirmar que no se encontraba por ningún lado la Eldrie vaca llamada “Momu”…
—Mi hermana… —Dijo la Eldrie vaca que antes se desmayó—. Creí que estuvo escondida y estaba en la tienda… No puede ser, ¿acaso le pasó algo? —Ella empezó a preocuparse mucho.
—De-descuide, doña Mumu. Estoy segura de que su hermanita está bien. —Tan rápido como la chica vaca empezó a preocuparse, fue calmada por la voz angelical de Lyna. Es natural, su voz melodiosa calmaría hasta las almas pecaminosas.
—Estoy de acuerdo. Ella no debe estar lejos, chica Mu. —Y ante un ángel autentico como Celeste diciendo esas palabras, la preocupación bajó aún más. Solo estar en la presencia de Celeste evocaba un sentimiento similar al de encontrar un refugio en medio de una tormenta, así de increíble era.
Con los dedos en la barbilla y analizando varias cosas en su inocente mentecita, Celeste estuvo unos segundos pensativa y dijo:
—Y por lo que antes oí, la chica conejito ¿O era Helix? En fin, ella debe saber algo.
—Es cierto, vamos a preguntarle. También debe saber a dónde se llevaron a la señorita Amaltea. Podemos hacerlo, lograremos resolver esto.
Lyna le sonrió levemente y con confianza a Celeste, sin embargo, la mirada de la chica ángel ya no era la misma de ayer, solo denotaba una tristeza que se esforzaba inútilmente por esconder. Celeste no correspondió la sonrisa de Lyna.
***
Finamente todas las chicas volvieron a reunirse delante de la sospechosa Eldrie Helix y le preguntaron si ella sabía algo sobre la desaparición de Momu.
—Ahora sí me quieren escuchar. Es doloso que sean así conmigo, no deberíamos ser desconsideradas entre damas ¿sí, cierto?
Lyna inclinó un poco el torso y un tanto avergonzada se disculpó:
—E-en nombre de todas, nos disculpamos por eso. Pero por favor, cuéntenos lo que sepa de Momu…
La Helix miró de pies a cabeza a Lyna y, por alguna razón, ella se llevó la mano al pecho, como si ver a Lyna le hiciera sentir algo extraño. Luego sacudió su cabeza y cambió de actitud:
—No, soy yo la que debe disculparse disculp… tch —Su tono de voz irónico no coincidía con esa disculpa—. Quiero decir, lo que le pasó a esa mujerzuela fue un detalle que olvidé comentar. Y, por lo que oí, esa mujerzuela salió toda ofrecida al ver los músculos del gran seño… perdón, quise decir, del pobre hombre… y le vendió su cuerpo. Puede ser que él se la llevó llevan… tch.
Lyna, Celeste y Pepe inclinaron sus cabezas con confusión, pero en el caso de las otras chicas vacas que oían fue muy distinto; ellas se sobresaltaron con enojó, principalmente Mumu, que era la hermana de Momu, y afirmó con dureza:
—¡Mu! ¡Mu! ¡Eres una sucia mentirosa! ¡Mi hermanita jamás haría algo tan indecente como eso! —Mumu estaba tan indignada que agarró los hombros de la Eldrie Helix con fuerza y empezó a sacudirla lentamente.
—Ey, déjame ¿qué te pasa, ternerita?
—¡Di la verdad ¿qué quieres?! ¡Hasta ahora solo has contado patrañas!
Sin hacer tanto esfuerzo, La chica Eldrie empujó sutilmente a Mumu y luego se sacudió los hombros con indiferencia.
—Ahora la ternerita sí se anda de valiente, hipócrita —Carraspeó y suspiró—. No importa, miren, yo solo les hago el favor de contarles lo que pasó.
—Tú…
—Ah, ya lo entiendo, por escuchar la verdad verdade… Ash, o sea, te desahogas conmigo ya que en realidad eres tan mal hermana que incluso permitiste que cayera así de bajo. Quiero decir, todas ustedes son unas zorras, es ese su trabajo ¿sí, cierto?
—¡Ahora si te pasaste de la raya, maldita!
De inmediato varías chicas vacas se acercaron con enojo a la abusiva Eldrie Helix. No obstante, antes de que algo pasara, un muro poderoso se puso en el medio: Celeste.
—¡Deténganse! —Gritó ella con poderío. Se centró en ver a las chicas vacas y se les dirigió—: Suficiente de golpes y esas cosas por hoy. Ay ¿Por qué reaccionan así? Solo miren nuestra situación; no es momento de pelear, sino de unirnos. —Se volteó y señaló a la chica Helix—. Y tú, amiga, no le digas zorra, ellas son chicas cebras, que las confundas de especie es de muy mal gusto ¿okey?
Pepe —que ahora estaba en el hombro de Celeste— se cubrió la cara con ambas manos con vergüenza ajena.
—Señorita Celeste… No, no es buen momento para decirle, mejor otro d-día l-le explico. —Decía Lyna tartamudeando y con incomodidad, luego ella se acercó y se puso al lado de Celeste—. Mi compañera tiene razón, no ganamos nada con discutir entre nosotras, ahora mismo tenemos varios problemas. M-mejor esforcémonos por solucionarlo. —Costándole tragar saliva, dirigió su cabeza a la Eldrie Helix—. Y us-usted, por favor, no ha-hable de esa manera.
—Pero sí he sido tan sumisa. —Respondió ella con ironía.
Costó, pero al final todas se calmaron y pudieron continuar con la conversación. Aunque sí es cierto que esa semihumana Helix era muy sospechosa, no había prueba o motivo alguno que indicara que ella realmente estuviera aliada con los villanos. Aun así, todos igual seguían cautelosos con ella, se debía también a su forma abusiva de hablar. Definitivamente había algo muy raro con esa semihumana.
Finalmente, la Helix reveló a donde se dirigió aquel Elegido con ambas chicas, ella dijo que él fue al Monte Kruger. Esto, por supuesto, sorprendió a todos. ¿Por qué se dirigiría a ese lugar en el que no había civilización?
Que la Eldrie Helix supiera tanto también la hacía ver sospechosa, por lo que Lyna llamó a Celeste y a Pepe al privado.
Parte 4.
—¿Qué pasa, Lyna? ¿Por qué nos llamaste? —preguntó Celeste.
El trio se había alejado de aquella multitud que no paraba de murmurar, para que así Lyna pudiera comentarle solo a Celeste y Pepe un mensaje importante, para ello, la maid invadió el espacio de Celeste, tratando de no incomodarle, y le dijo casi al oído:
—E-es respecto a esa chica misteriosa… ¿No te parece raro que ella haya salido de la nada y sepa donde este la señorita Amaltea?
—Uhm, supongo que sí… —Celeste miró al cielo amarillento y percibió que pronto caería el atardecer, sin embargo, ella no se centró en eso, sino que pensó en lo que Lyna decía. Luego prosiguió—: Bueh, supongo que no tenemos otra alternativa más que confiar en ella; es que… es la única que sabe dónde está nuestra amiga gruñona.
Incluso la inocente Celeste había dudado en la veracidad de las palabras de aquella Helix, sin embargo, ella no veía razones para que esa semihumana le mintiera, por eso estaba dispuesta a darle una oportunidad; esto sorprendió a Lyna.
—Pero, s-señorita Celeste, puede ser una trampa… Sé que ella es la única que nos ha aportado una pista para llevarnos hacia la señorita Amaltea, pero no puedo confiar en esa chica… Amm, ¿cómo decirlo? —Lyna se puso cabizbaja y pensó muy bien en lo siguiente que diría—: Puedo sentir un vacío y falsedad en sus palabras, su mirada no me da buenas vibras.
Esas últimas palabras estaban llenas de inseguridad ya que no era un argumento basado en pruebas objetivas sino fundamentado en una impresión subjetiva.
—Lyna, yo creo que no hay que juzgar a los demás apresuradamente, quizás la chica conejo sea una buena persona, solo que no habla bien. —Celeste se esforzó por sonreír y trasmitirle confianza a Lyna, pero la receptora de su sonrisa no parecía cambiar y aún denotaba angustia—: No te preocupes, Lyna, lo importante es que ya sé algo de Amaltea e iré a rescatarla.
“¡Cuy! ¡cuy!”. Los chillidos de Pepe hicieron llamar la atención de aquellas chicas que no llegaban a un acuerdo, así que cuando ellas se voltearon, Pepe sacó un cartel que decía: “¿En serio tenemos que ir?”. La caricaturesca cara del cuy expresaba su fastidio por ir a buscar a esa “cascarrabias de Amaltea”.
—Pepe… los amiguitos no se abandonan —Celeste se paró firmemente y le dijo esto a Pepe sin dudar.
—¿A-amigos…?
Lyna se sintió extraña al oír a Celeste referirse a Amaltea como una “amiga”; al final de cuentas, todo era culpa de esa Elegida: que Celeste experimentara el horror de ver a los demás morir, que Lyna no esté en su mundo y todos los problemas desde que llegaron a Astergard, todos eran por culpa de su cruel invocadora.
—¡Claro! Los verdaderos amigos se arriesgan para ayudar al otro, ¿no? aunque dudo que la cascarrabias nos ayude a nosotras… —Celeste se sacudió la cabeza—. ¡De todos modos! A pesar de cómo es… ¡Ella sigue siendo nuestra compañera y no debemos abandonarla!
Celeste apretó sus puños con determinación y dio un par de pasos, dándole la espada a Lyna y preparándose para emprender vuelo, no obstante, Lyna la tomó del brazo y la detuvo.
—¡E-es muy peligroso que vayas, estoy segura que es una trampa! —Ella había alzado el tono de su voz, pero luego lo apaciguó—: Celeste, sé que eres fuerte, pero… no sabemos a qué amenaza nos enfrentamos… yo… —Lyna tembló un poco y se mostró muy angustiada—. ¡Yo no quiero que les pase nada, ni a ti, ni a Pepe e incluso a la señorita Amaltea…!
Lyna entendía que, si se trataba de proteger a Amaltea, era necesario ir a buscarla, pero eso involucraba un riesgo en el que Celeste quizás podría verse afectada y Lyna no podía permitirlo, pero Celeste pensaba en algo diferente…
—Si es tan peligroso, entonces tengo más razones para ir. ¡Yo soy un ángel guardián y mi deber proteger a los demás! —La expresión de Celeste se ensombreció, nuevamente recordó los traumáticos eventos de esa mañana—. Ya no pienso volver a fallar, nunca más… esta vez no me contendré si se trata de salvarlos…
Fue entonces cuando Lyna comprendió la gran determinación de Celeste y que ella no daría su brazo a torcer, por lo tanto, si no podía con ella, se le uniría:
—E-entonces déjame ayudarte; iré contigo. —Declaró, y frunció el ceño.
Lyna había dicho eso con valor; gracias a su “conversación” con el Alessio imaginario, ella entendió que podía hacer cualquier cosa si se lo proponía y se esforzaba por lograrlo, buscar a Amaltea no era la excepción.
Celeste relajó sus hombros, se giró, observó fijamente a Lyna y parecía nerviosa por la declaración de esta.
—N-no es necesario que me acompañes, Lyna, estará bien si voy sola. Como dije, es mi deber protegerlos a todos.
—¿Y a ti, Celeste? ¿Quién te protegerá a ti? —La voz de Lyna se volvió más clamada y llena de sentimiento—. Quiero ayudarte, eso es lo que hace un equipo ¿no?
—Ajám, pero… ¡Ay! Aprecio que quieras ayudarme, pero, por favor, amiwa, entiende… debes quedarte, sabes bien que es muy peligroso ir allí. Quiero decir, ¿realmente que podrías hacer?
Estaba claro lo que Celeste quería trasmitir: en el caso de que ocurriese un combate, Lyna solo estorbaría y se arriesgaría por nada.
—S-sé que soy débil y no podré aportar mucho, pero algo… ¡en algo podría ayudarlas!… Confía en mí, Celeste… en lo que puedo hacer.
Lyna había llevado su mano a su pecho, sintiendo su corazón palpitante y se dejó llevar por la cálida determinación que movía todo su cuerpo.
—Uhmmm, más me ayudarías si te quedas aquí y cuidas de los heridos. ¿Por qué insistes? ¿Ya olvidaste lo que les ocurrió a esos pobres aldeanos? Ahora, si lo mismo le ocurriese a Pepe y a ti, yo…
—¡Celeste! Eso es lo que significa ser parte de un equipo, si uno se lanza al peligro, sus compañeros también; si un miembro está en riesgo, todos le ayudan… eso fue lo que A-Alessio me enseñó y es verdad.
La decidida Lyna extendió su mano abierta, como si quisiera chocar los cinco con Celeste. Lyna deseaba que Celeste aceptara, que entendiera el valor de sus compañeras y confiara más en ellas. Pero, esta solo apartó su mirada, apretó sus dientes y, tal cual como una madre sobreprotectora, ella rechazó a Lyna:
—Lo siento, pero ya me decidí: no vendrás, tampoco Pepe… es muy peligroso para ambos.
Aunque Celeste prácticamente ordenó eso, Lyna no mostraba ningún indicio de dejarla ir sola; entonces a Celeste se le ocurrió una idea para alejar a Lyna, así que refunfuñó con calma:
—Amiwa, yo… creo que mencionas muy seguido a tu amigo Alessio, ¿solo quieres venir porque él te lo enseñó eso de los equipos o porque realmente lo quieres hacer?
—Ambas… Q-quiero ir porque somos un equipo y entiendo lo que significa ser parte de uno justamente porque él me lo enseñó.
—“Él me lo enseño” ¿Ves, amiwa? Sólo lo haces porque él te lo ha dicho, no es algo que realmente nazca de ti, de tu interior… de tu esencia.
Lyna sabía que todo eso lo decía solo para protegerla, por lo que intentó seguir insistiendo, pero…
—Pero yo…
—Quiero que estés bien, que no se arriesguen de ninguna forma… más aún si vienes con esa idea equivocada de los equipos; podrías hacer alguna locura y… —Celeste se acercó mucho a Lyna, la tomó por los hombros y la sacudió con suavidad, era como si Celeste suplicara que le entendiera. Sus ojos preocupados se encontraron, con solo mirarse se podían percibir el montón de emociones mezcladas en lo más profundo de sus almas. Entonces Celeste prosiguió con una falsa dureza—: ¡Es decir, ya deja de lado lo que diría Alessio! ¡Piensa, Lyna, piensa por ti misma! Por favor, entiende que lo hago por tu bien…
Celeste no era lo suficientemente lista como para refutar con un comentario valido el argumento de Lyna sobre los equipos, por eso sus respuestas fueron vagas. Realmente la chica ángel hubiera deseado tener mejores palabras para darle a entender a Lyna que simplemente la quería tanto, que quería que siempre estuviera bien.
Lyna continuó insistiendo, pero Celeste siempre se negó. Finalmente, Celeste se dio la vuelta y dándole la espalda a Lyna, comentó:
—Por favor, manténganse a raya, yo me encargo de todo. —Miró heroicamente a Pepe y Lyna, el mensaje estaba claro.
Con la misma pose de un súper héroe, Celeste de un salto emprendió vuelo rumbo al monte Kruger; también dejó atrás a Pepe, quien recibió la orden de vigilar a Lyna.
¿Qué amenazas esperaban en la cima de esa montaña? Pronto Celeste descubriría la respuesta de una forma totalmente inesperada…
Por parte de Lyna, quien estaba cabizbaja; la cual sentía una fuerte emoción de angustia en su pecho, deseando que esa amiga volviera y le dijera “Lyna, te necesito”, ella terminó aceptándolo y mantuvo expresión triste en su rostro.
—Vuelve a salvo, señorita Celeste —Dijo, con ambas manos unidas como si estuviera rezando, y mientras miraba como la chica ángel se perdía entre las nubes.
Comments for chapter "4.2"
QUE TE PARECIÓ?
Lyna la dulce Lyna vuelve a mencionar a Alessio y tener en cuenta algunas recomendaciones jaja y también Pepe Cuy queda fuera de esta peligrosa aventura de rescate, será sin retorno? Veo a una invencible, arriesgada y superhéroe Celeste emprender el rescate arriesgado de la amiga gruñona :-O
jajaja ahora con estas opciones uno puede agregar Gif me parecen graciosos! espero sea de su agrado, yo me divierto adjuntando de acuerdo a la descripción de la historia!