Cenizas del Alma - 02
Parte 1
Faltando unas pocas horas para que amaneciera y después de una ducha Albert se encontraba cambiándose de ropa en su habitación a petición de Abadón que se quejó de su andrajosa apariencia, cambiando su sucio traje por uno limpio del mismo tono negro.
– ‘¿Por qué te pones un traje igual al que tenías puesto?, podrías haber variado un poco el vestuario’.
Menciono Abadón mientras Albert terminaba de vestirse.
-Me dijiste que no importaba lo que me pusiere, usaba estos trajes a diario en el trabajo y me siento cómodo usándolos además todavía estoy de luto y si te molesta tendrás que aguantarte.
– ‘No es que me importe como vistas, solo me causo curiosidad que eligieras uno igual’.
Tras la aclaración de Abadón, Albert saco un cigarro y luego de encenderlo se lo llevo a su boca dando un par de profundas bocanadas para luego soltar todo el humo contenido en sus pulmones a la par que preguntaba.
– ¿Por dónde comenzamos?.
Corta pero concisa fue la pregunta dirigida a Abadón quien no tardó en responder.
– ‘Necesitamos una pista, un rastro que seguir par…’.
Con tono algo alterado Albert interrumpió a Abadón no dejándolo terminar.
-Si tuviera alguna pista no estaría en este predicamento, tampoco sabría por dónde comenzar a buscar, no soy un detective sabes.
– ‘Ahí es donde te equivocas, tenemos una pista y bastante certera’.
Dijo Abadón sonando bastante confiado en la mente de Albert.
-No entiendo de que pista hablas, los vecinos al parecer no oyeron ni vieron nada, además no hay cámaras cerca de aquí por lo que ni siquiera se el color del auto en el que escaparon.
Se notaba que cada vez Albert se alteraba más y más con la situación de incertidumbre en la que se encontraba.
– ‘A lo que me refiero no es ninguna de esas cosas, sino algo que se escapa a simple vista… ¿Cómo es que no hay nada?,¿Nadie escucho o vio algo extraño ese día?,¿Ninguna cámara capto lo sucedido?, no te parece “Conveniente” o al menos extraña toda la situación, lo que me lleva a preguntarme, ¿Quién en primer lugar te dijo que no había nada?’.
Las palabras de Abadón calaron fuerte en la mente de Albert quien de inmediato se preguntó a sí mismo.
– ¿Quién me dijo que no habían pistas?.
Dando un pequeño golpe en su frente Albert se dio cuenta de lo que tratada de dar a entender Abadón.
– ¡AH! El jefe del departamento de policía, fue con él con quien hablé cuando fui citado al departamento de policía.
Albert ni siquiera trato de ocultar la expresión sorpresa ante lo que sugería Abadón.
– ‘Cuando te llevaron para interrogarte, él fue quien lo hiso no es así y cuando termino de hacerlo dijo lamentar tal atroz hecho, que darán con los culpables, que no te preocuparas y un montón de mentiras más para mantenerte tranquilo´.
-Como va hacer posible que el jefe del departamento de policía este mintiendo, además como es que sabias que él fue quien me interrogo y las cosas que me dijo.
Era natural para Albert dudar ante las palabras de Abadón, sin embargo este tenia sus razones.
– ‘Cuando comencé el proceso para unir nuestras almas tuve acceso a todos tus vivencias y recuerdos, por lo que ahora se todo lo que tú sabes, pude revivir el momento como si yo hubiese estado hay y pude notar como te mentía en tu cara sin tu siquiera darte cuenta’.
-No debería yo tener tus recuerdos también si ese fuera el caso.
Una corta risa resonó en la cabeza de Albert.
– ‘Sabes cuantos años he vivido, tu vida no es más que un suspiro de la mía, tu cerebro no podría aguantar tal descarga de información por lo que no lo permití, pero tranquilo ya llegara el momento en el que sepas todo lo que yo’.
-Siendo así, estas seguro de que me mintió el jefe de policía… solo quiero estar seguro de que no estés cometiendo un error.
Albert todavía estaba dubitativo de las palabras de Abadón, y lo hacía notar en el tono de su voz y expresiones.
– ‘Siempre estoy seguro de lo que dijo, puedo saber con solo verlo cuando un humano miente, ese hombre no será el culpable, pero estoy seguro de que te mintió y de que está ocultando información ‘.
Sin saber que responder por la revelación, Albert salió de su habitación encendió otro cigarrillo y se sentó sin ánimos en el sofá de su salón principal.
– ¡AHHHHHH! ¿Qué voy a hacer?.
– ‘¿Qué es lo que te preocupa tanto?’.
La expresión de Albert era de consternación ante la situación.
-Acaso no lo entiendes, esa persona es el jefe de la policía de la ciudad, si me mintió es porque seguramente está siendo sobornado para hacer la vista gorda además no puedo denunciarlo por corrupción diciendo que una voz en mi cabeza me lo dijo como única prueba.
– ‘Te complicas demasiado las cosas solo tienes que sacarle la información que tenga y podremos seguir con la búsqueda’.
Abadón a diferencia de Albert sonaba calmado, como si nada de eso realmente le importara.
-Que no escuchas, no puedo simplemente llegar y pedirle amablemente que me diga lo que sabe y que sé que está mintiendo, simplemente se reirá de mí y de seguro me arresta.
– ‘No he dicho nada de ser amables, hay formas más fáciles de hacer hablar a un mentiroso solo hacen falta unas pocas cosas y un lugar apropiado’.
Era claro para Albert lo que Abadón sugería y aunque sonara siniestro, extrañamente no le pareció tan mala idea si se mantenía dentro de los límites razonables.
-No quiero llegar a esos extremos, pero si me ayudas haciéndolo por mí, estoy dispuesto a dejar que tomes el control de mi cuerpo con la condición de que no mates a nadie.
– ‘Preferiría que lo hicieras tú mismo las cosas, pero no me quiera entrenar demasiado y si es la única forma de seguir con esto, te prometo que no usare tu cuerpo para matar a nadie… sin tu consentimiento.
La ultima parte de lo que dijo Abadón no pudo ser entendida claramente por Albert aunque escuchara la voz en su cabeza, por lo que decidió no darle mas vueltas de las necesarias al asusto.
-Espero que sea cierto.
– ‘No te preocupes siempre cumplo con mi palabra’.
Parte 2
La mañana llegaba a su fin dando paso al medio día, pero como en días anteriores las nubes tapaban la mayor parte de los rayos del sol lo que auguraba una fuerte lluvia además una espesa neblina que no dejaba ver cubría toda la ciudad, en este melancólico ambiente una antigua catedral destacaba por haber sido la escena de un horrendo asesinato.
Llegando a la escena del crimen un joven muchacho de no más de 20 años, llevaba ropa casual, de pelo negro y con unas notables ojeras se presentó ante el detective a cargo de la investigación.
-Soy Cody Legbok, un placer conocerlo.
El detective se quedó en silencio y confundido debido a que prácticamente le doblaba la edad a la persona delante de él, por lo que se limitó a mirarlo incrédulamente.
-Supongo que recibió el aviso de que vendría a registrar la escena y el cadáver.
-Perdón por mi sorpresa, es que… me esperaba que la persona que vendría fuera mayor.
El detective todavía parecía incrédulo mientras miraba a Cody.
-No se preocupe siempre me sucede lo mismo.
-Te seré honesto, me parece extraño todo esto, pero son las ordenes de arriba… no me queda de otra que aceptar… por cierto, mi nombre es Daniel Green.
El detective Daniel pareció aceptar a Cody aunque no de muy buena gana, a lo que este ultimo con tono jovial le respondió.
-Que perspicaz de su parte detective, no se preocupe en cuanto tenga la información que necesite me iré y los dejare seguir con su trabajo, así que sin perder más el tiempo me mostraría la escena por favor.
-Claro, por aquí.
El detective Daniel le hiso un gesto de sígueme con la mano a Cody y comenzó a adentrarse en la catedral en dirección del cuarto donde se encontraba el cuerpo.
Ya en la oficina y tras inspeccionar la escena por unos cuantos minutos minuciosamente Cody comenzó a hacerle preguntas al detective Daniel.
– Supongo que la causa de la muerte es la puñalada en el corazón, me podría decir, ¿Qué tipo de arma se utilizó para infligir la herida?.
Ante la pregunta de Cody el detective Daniel tomo el expediente que llevaba consigo y comenzó a revisarlo.
-Basados en los primeros análisis, suponemos que por la forma de la herida no pudo haber sido un simple cuchillo, por lo que probablemente fuera un arma con dos filos, tal vez una espada o una daga, se tendría que esperar el análisis completo del forense para poder entregar más detalles.
De inmediato la cara de Cody cambio a una de preocupación mientras escuchaba la descripción del arma.
– ¿Pudieron encontrar el arma homicida en la escena?.
-Buscamos por todo el lugar, pero no encontramos nada que se pareciera a la descripción que tenemos, por tanto, suponemos que el asesino se la llevo con el cuándo abandono el lugar.
El detective Daniel noto debido a la expresión de Cody que algo sabia al respecto, sin embargo, tratándose solo de una suposición no podía hacer nada más que guardárselo para si mismo.
-Aunque pueda parecer extraña la pregunta, ¿Encontraron algún arma en el lugar?, aunque esta no concordara con la de la herida.
-Solo cuchillos de cocina de los que se pueden encontrar en cualquier lugar, nada especial.
De la boca de Cody salió un chasquido mostrando su inconformidad con el asunto y tras unos cuantos segundos de silencio de inmediato siguió con sus precisas preguntas al detective.
-Cuando revise el lugar note que está demasiado ordenado no hay ni un solo rastro de pelea o forcejeo, eso es raro no cree detective.
-En efecto, por lo que sabemos no se oyeron gritos de ayuda de la víctima, además de eso no hay marcas en sus brazos ni manos lo que indica que no se defendió, por lo que es probable que haya sido un ataque sorpresa por la espalda.
Nuevamente Cody hiso una gran mueca.
-Ataque sorpresa, me pare poco probable que haya sido de esa manera.
El detective se sorprendió ante las palabras de Cody y pregunto algo inquieto.
-¿A que te refieres con poco probable?.
Cody apunto a la herida que tenia el cuerpo en su pecho y respondió la pregunta.
-Mmmmmm…. La posición de la herida indica que fue atacado de frente, la acción instintiva ante un ataque así es protegerse o escapar, pero ninguna de las dos es plausible la habitación ordenada y la presencia de heridas en los brazos y manos las descartan, algún detalle se me debe estar escapando.
Cody se quedó pensando por casi diez minutos en total silencio mientras contemplaba la escena del crimen desde distintos ángulos, hasta que repentinamente le pregunto al detective Daniel.
– ¿Revisaron el suelo bajo el cuerpo?, principalmente el área a la altura de la herida.
Dándose cuenta del razonamiento de Cody el detective Daniel rápidamente pidió ayuda para mover el cuerpo para poder revisar el área que le fue indicada por Cody, encontrando la pieza que faltaba en el rompecabezas.
-Tal como diste a entender, había una pequeña marca en el piso a la altura de la herida, he visto marcas similares antes y puedo asegurar que son producidas con la punta de un cuchillo, si fueron hechas con el arma homicida indicaría que el cuerpo ya estaba en el piso cuando lo atacaron… fue bastante ingeniosa tu deducción.
-Se abrían dado cuenta de todas maneras cuando movieran el cuerpo, por ahora esperare el análisis de toxicología para comprobar si fue drogado de alguna forma para reducirlo primero antes de realizar el asesinato, aunque personal mente no creo que ese sea el caso, pero no está de más para descartar posibilidades.
Ya teniendo más confianza en Cody debido a la gran capacidad que había demostrado el detective Daniel decidió colaborar con el como era debido entregándole información sin que este se la pidiera primero.
-Algo que también pude ser relevante es que sobre el escritorio se encontraban una taza de té a medias y una de café complemente llena a excepción de un poco que al parecer se derramo sobre el escritorio.
-Mmmmmm… quizás el asesino estuvo conversando un tiempo con la victima antes de cometer el homicidio.
-Es posible, pero también cabe la posibilidad de que sean anterior al asesinato, anqué de todas formas ya enviamos a analizar las tasas en busca de huellas y rastros de ADN en ellas.
Tras las palabras del detective Cody comenzó a dar vueltas por la habitación mirando minuciosamente toda la habitación, hasta que algo confundido hablo.
-Una cosa más no para de molestarme, esta todo demasiado ordenado, nada parece fuera de lugar, tampoco parece que se hubieran llevado nada.
El detective Daniel miro de nuevo el expediente para luego responder a la inquietud de Cody.
-Preguntamos a las personas del lugar con la hipótesis de que se tratase de un robo que resulto mal, pero al parecer no faltaba nada de valor importante, además de esta oficina también revisamos la habitación a la que lleva aquella puerta, pero solo encontramos libros y al parecer solo el difunto conocía cuáles eran los libros que se encontraban guardados allí, por lo que es imposible saber si se llevaron algo de ahí.
-No le molesta que eche un vistazo cierto.
-No hay problema, después de todo ya vio todo lo demas.
Siguiéndolo a sus espaldas el detective Daniel acompaño a Cody a la habitación, este encendió la luz y se mantuvo esperando mientras Cody miraba el lugar.
– ¿Estás buscando algo en particular?.
-Solo estoy viendo si encuentro algo que me pueda dar una pista más de lo que paso aquí detective.
Tras algunos minutos de espera Cody salió de la habitación junto al detective Daniel volviendo a la oficina.
-Encontró lo que estaba buscando.
Con un gran suspiro este le respondió al detective.
-Como le mencione antes no buscaba nada en particular, solo vi libros viejos sin nada más que aportar a la investigación.
-Bueno solo queda esperar los análisis del laboratorio, pero estos se podrían tardar un tiempo.
Tras pensarlo unos segundos Cody le dijo algo cansado mientras se estiraba al detective.
-Tengo más cosas que hacer hoy por lo que cuando estos estén listos podría enviarme los resultados a esta dirección, también una copia escrita o en video de las interrogaciones que se hagan.
-No hay problema.
Entonces Cody le paso un papel con una dirección y un numero de contacto al detective Daniel y se marchó mientras se despedía con su mano.
Tras alejarse bastante de la catedral Cody saco su celular y llamo a uno de sus contactos.
-Soy Cody, las cosas son peores de lo que pensamos, no solo mataron a Wolphin también se llevaron el libro que estaba encargado de proteger, te enviare los detalles por correo en cuanto tenga toda la información.
– ‘Bien le are llegar la información al maestre en cuanto me sea posible, algo más que quieras reportar’.
-Necesito que averigües en los archivos que tipo de arma poseía Wolphin, sospecho que fue asesinado por su propia arma.
– ‘Dame un momento…mmmmm… Aquí esta Elliot Wolphin por lo general llevaba consigo una daga de doble filo’
-Tenía razón entonces, pero sigue siendo extraño.
– ‘Además al parecer hace poco más de un mes se le prohibió específicamente que llevara su arma con el sin el previo permiso de la orden’
– ¿Cuál sería la razón para esa orden?
– ‘Lo siento, pero esa información no aparece detalla en los archivos’
-Prácticamente lo dejaron indefenso ante algún ataque, todo esto es demasiado raro, podrías retrasar los informes lo que más puedas.
– ‘¿Crees que la orden tiene algo que ver en todo esto?’
– No solo en este caso, he notado que hace tiempo han estado ocurriendo muchas cosas extrañas en torno a la orden y muchas de ellas no serían posible sin la intervención de esta.
– ‘Sabes lo que me estas pidiendo verdad, si el Maestre o incluso el Mariscal se llegan a enterar de esto puede, que me arrastres a mí también’
-Entiendo que puede que solo sea que lo estoy pensando demasiado y talvez solo sean coincidencias, solo quiero encontrar al culpable rápido y sacarle toda la información para así despejar mis dudas, podrías asarme ese favor.
– ‘Esta bien te ayudare, solamente porque te conozco desde hace años y nunca te has equivocado con estas cosas, pero no voy a poder mantener la mentira por siempre, será mejor que hagas lo que tengas pensado rápido’
-No te preocupes solo serán un par de días.
– ‘Que no se te olvide que me deberás un favor y pienso cobrártelo’
Cody colgó su teléfono, lo guardo en su bolsillo y dijo para sí mismo.
-No tengo mucho tiempo, pero tengo que darlo todo para destapar lo que está tramando el maestre.
Al otro lado del teléfono se encontraba un compañero de Cody unos años mayor que él, su aspecto era delgado, de cabello castaño desordenado y con lentes, quien suspiraba mientras pensaba en el embrollo que se había metido, pero su meditación fue interrumpida por una estrepitosa voz.
-El escudero Cody ya contacto para entregar su informe de lo que sucedido con el hermano Wolphin.
Era el mariscal de la orden un hombre alto de mediana edad casi en sus cuarenta, de pelo cano que lo miraba inquisitoriamente poniendo nervioso al joven escudero.
-Me acaba de llamar reportando que está por comenzar con la investigación y que cuando descubra algo de relevancia nos informara de sus descubrimientos inmediatamente.
-Cuando Cody envié la información por favor háznosla llegar lo más rápido posible.
-Si señor, como ordene.
Quitando su seria cara por una más alegre el mariscal se dio la vuelta para marcharse, pero en antes de salir de la habitación giro su cabeza y miro al joven directamente.
-Roberto casi se me olvida decirte que el maestre quiere que busques cierta información en los documentos antiguos por lo que debes pasarte por su oficina, en una media hora más.
Ya estando solo Roberto pudo respirar nuevamente, no dejando de pensar en lo que había hecho, le asustaba pensar en que pasaría si su maestro descubría que le había mentido.
El Mariscal por su parte tras hablar con su pupilo se dirigió a la oficina del Maestre para pasarle la poca información que había obtenido.
-Al parecer el informe del caso del hermano Wolphin tardara un tiempo más, también sus órdenes han sido trasmitidas al escudero Robert como pidió.
-Bien eso es todo por el momento, puedes retirarte.
Respondió el Maestre sin moverse de su silla mientras miraba por el hermoso ventanal de su oficina, dándole la espalda al Mariscal.
-A sus órdenes Maestre.
Cuando el Mariscal dejo la habitación en esta solo quedaron dos personas el Maestre de la orden y su escudero que le servía como mano derecha.
-Perdone por la pregunta señor, pero ¿Por qué envió a alguien como Cody a investigar el caso?, no hubiera sido mejor enviar a alguien con más experiencia.
Sin dejar de admirar el paisaje el Maestre respondió con voz serena a su escudero.
– Acaso estas dudando de mi elección.
El escudero al exaltado respondió de inmediato.
-No es eso, más bien no entiendo por qué enviarlo a él habiendo opciones mejores, además está el hecho de que es bastante rebelde dentro de la orden.
-Por eso mismo es que lo he elegido para el trabajo, aunque es joven es bastante inteligente y perspicaz, puede que le falte experiencia y que no sea el más fuerte de sus compañeros, pero es un excelente peón.
-Un peón, no entiendo lo que trata de decir.
-Como un peón si lo mantengo en el juego este podría promocionar y así ganar una pieza de mayor valor estratégico, pero debido a su actitud de meter las narices donde no debe puede que en algún momento me genere problemas por lo que esta ves decidí mandarlo como una pieza de sacrificio.
-Pero no sería malo que el libro fuera robado y Cody no pueda recuperarlo.
-Si el libro fue robado, que es lo más probable, Cody tendrá que enfrentarse al ladrón o ladrones, si recuperara el libro no le daría mayor importancia al tema y esperaría la siguiente oportunidad de usarlo como un peón, pero si no fuera así sería porque en el intento de recuperarlo fue asesinado lo que nos serviría para medir el nivel de la amenaza con la que tratamos también me libraría de un pequeño entrometido, no importa lo que pase habrá una ganancia.
-No cree que es irresponsable dejar de esa manera libre a alguien con aquel peligroso libro.
-Te preocupas demasiado, el sello que tiene ese libro es prácticamente irrompible, por lo que no sirve de mucho en ese estado.
-Entonces qué sentido tiene robarlo.
-Probablemente el o los que hayan robado el libro no sepan eso y aunque no se pueda romper el sello debe de haber otra manera de liberar lo que se encuentra en su interior, eso respondió tus dudas.
-Gracias por despejar mis dudas mi señor, no soy digno de tal honor.
-No tienes por qué agradecer, no pretendo ser un tirano por tanto si tienes alguna otra duda en el futuro no dudes en preguntar.
En ese momento alguien toco la puerta para seguido entrar rápidamente.
-Con su permiso Maestre, me mando a llamar no es así.
-Así es necesito que cumplas una importante tarea Robert.
-Estoy a sus órdenes mi señor.
Robert hiso una reverencia.
-Lo primero es que busques en los archivos del monasterio todo lo relacionado con el libro y le envíes esa información a Cody ya que le hará falta para cumplir con su misión, también debes darle la orden de que no debe matar al culpable, para así poder interrogarlo.
– ¿Y en el caso de que fuera más de una persona los culpables?
-Tiene permiso de deshacerse como mejor estime conveniente de ellos a excepción del jefe a quien deberá traer para interrogarlo.
-Comprendo, si me disculpa me retirare para revisar los archivos y pasar sus órdenes.
Se le notaba incomodo a Robert y con ganas de abandonar el lugar lo más rápido posible.
-Puedes marcharte y antes de que se me olvide, dile también a Cody de que es libre de tomarse su tiempo.
Con sus órdenes Robert se levantó rápidamente y salió de la habitación para cumplirlas.
Parte 3
La noche nuevamente se había posado en la ciudad y Albert se encontraba en su auto a las afueras de la estación de policía esperando a que el jefe de policía saliera para dirigirse a su hogar.
-Llevamos todo el día esperando, no crees que podríamos haber aprovechado mejor el tiempo.
– ‘Esta es la única pista que tenemos además no sabes la hora exacta a la que sale de trabajar, por tanto, lo mejor era esperar’.
Intranquilo Albert encendió un cigarrillo utilizando el encendedor del auto para tratar de relajarse al menos un poco.
-Lo sé, lo se… pero no me puedo quedar tranquilo solo esperando mientras mi hija esta quien sabe dónde, también el solo esperar sin más me hace estar aún más intranquilo.
– ‘Te mentiría si te digiera que te comprendo, pero comparto el sentimiento de aburrimiento’
Algo sorprendido Albert suspiro fuertemente a la par que dejaba salir el humo de sus pulmones.
-Entonces también puedes aburrirte, me resulta extraño que seres como tu puedan sentir esa clase de sensación.
Cuando Abadón estaba por responder el jefe de policías salió en su auto e inmediatamente Albert lo comenzó a seguir de cerca mientras seguía conversando con Abadón.
– ¿Qué vas a hacer para que nos diga lo que sabe?
– ‘Creo que estas confundido, yo solo pienso ser tu apoyo en todo esto’
Como siempre el tono de Abadón era serio y sereno, era claro para Albert que no estaba mintiendo, aun así, replico de todas maneras.
-Pero dijiste que te encargarías de hacer que confesara y hasta prometiste no matarlo.
– ‘Exacto prometí no matarlo, pero es debido a que nunca tuve la intención de hacerlo yo mismo, además tú puedes hacerlo solo por lo que te estaré apoyando con lo que necesites’
El sudor frio comenzó a correr por todo el cuerpo de Albert a la par que un pequeño temblor en sus manos se hacia presente.
-Ya deberías saberlo no soy bueno en este tipo de situaciones, no sabría que hacer o decir
– ‘Como ya dije no puedo hacerlo yo, el proceso para unir nuestras almas es delicado y requiere de mucha concentración, no puedo con ambas cosas al mismo tiempo, pero puedo decirte cuando mienta, también te quitare tus inhibiciones como la vez anterior.
-Aun así, no puedo solamente llegar y preguntarle, puede que hasta me arreste o peor aun que me dispare.
El pequeño temblor en el cuerpo de Albert se intensifico apenas dejando manejar.
– ‘Entonces solo secuéstralo y has que hable no podría ser más sencillo’
-No puedo seguir cometiendo crímenes, tal vez ya me estén buscando por lo que hice antes.
– ‘Ese no es un problema para ti Albert… te has puesto a pensar en lo que significa tu nueva apariencia’
-Dijiste que necesitabas mi cuerpo en las mejores condiciones posibles para después.
– ‘Esa es solo parte de la verdad, con esta apariencia más joven no importa si dejamos huellas o rastros de ADN, ellos estarán buscando a un hombre cerca de los 40 años y que utiliza lentes, por lo que lo único que debería preocuparte es cómo vas a hacer que te diga todo lo que sabe’
Las palabras de Abadón hicieron que algo del nerviosismo de Albert se calmara un poco y teniendo la cabeza algo más fría este comenzó a pensar seriamente en una manera de lograr su cometido.
Tras unos cuantos minutos de persecución al jefe del policía este se estaciono a las afueras de una tienda para seguido salir rápidamente de su auto y entrar en esta. Aprovechando la oportunidad Albert que lo seguía de una distancia prudente se estaciono lo en la puesta de al lado para esperarlo.
-Debería ir ahora, pero todavía no sé qué hacer… ¡HAAAAAAAAA!, que hago.
Con sus manos sobre su cabeza Albert perdió la calma ante la situación en la que se encontraba, pero antes de que su desesperación se apoderara completamente de él la voz en su cabeza se encargó de calmarlo.
– ‘Tranquilízate ahora no es el momento para perder los estribos, te diré que hacer así que cálmate de una vez’
-Está bien te hare caso, pero no quiero cometer violencia innecesaria.
– ‘Solo debes salir del auto esperar a que salga de la tienda, luego llamas su atención y lo secuestras’
-¡NO ME AYUDAS EN NADA!… pero supongo que es mejor que no hacer nada.
Ya calmado y con un objetivo Albert se bajó de su auto y se paró a las afueras de la tienda a esperar que el jefe de policía saliera, mientras no podía parar de pensar en que haría exactamente cuando el saliera.
Tras unos 5 minutos Albert vio como el jefe de policía salía de la tienda y una extraña sensación recorrió su cuerpo, pero sin darle mucha importancia este levantando la mano y llamo su atención diciendo en voz alta.
-Hey! Arnold cuanto tiempo sin vernos, ¿Cómo has estado?,¿Cómo te ha ido en el trabajo?, te veo agotado, debe ser duro ser policía.
Completamente confundido ante aquella situación y sin saber bien cómo responder el jefe de policía Arnold se acercó cautamente y solo puedo gesticular unas cuantas palabras con voz cansada.
-Perdón, pero ¿Te conozco?
-Cómo puedes decir eso, parece que la edad te está afectando, ven acércate más estoy seguro de que si conversamos un poco podrás recordar quien soy.
Sorprendido con la familiaridad con que era tratado y del hecho de que conocía su nombre y profesión, Arnold trato de recordad a aquella persona, pero simplemente no podía hacerlo.
-Parece que de verdad no me recuerdas, es triste sabes.
-Lo siento, aunque trato de recordarte sinceramente no puedo hacerlo, aunque me pareces extrañamente familiar.
-Mmmmm… Ya sé en mi auto tengo mi celular con una foto de los dos, eso talvez refresque tu memoria.
Dijo Albert mientras apuntaba hacia su auto en su espalda.
Tras registrar rápidamente el auto Albert se paró al lado de la puerta abierta y llamo con un gesto a Arnold que lo miraba desde la acera.
-Mira de seguro ahora si recordaras quien soy.
Arnold se acercó a su lado y miro curiosamente la pantalla del celular, pero para su sorpresa la imagen estaba lejos de ser lo que le habían dicho. En la imagen se mostraba una niña de unos 10 o 11 años jugando mientras esta miraba hacia la pantalla.
El jefe de policía Arnold reconoció de inmediato a la pequeña niña de la foto, en ese instante su corazón comenzó a latir rápidamente, la piel se le puso de gallina y con su mano lentamente trataba de tomar el arma que siempre llevaba consigo mientras hacía como si no entendiera lo que pasaba.
-No entiendo, creí que me mostrarías una foto de nosotros.
Dijo nerviosamente Arnold, pero la contrastantemente calmada vos de Albert al responder solo lo puso más nervioso al punto de que no podía encontrar su arma por más que la buscaba.
-Ahora si me recuerdas.
Junto con las palabras de Albert, el jefe de policía sintió un fuerte golpe en su nuca cayendo desmayado al instante, pero antes de que este tocara el suelo fue agarrado por Albert quien lo metió en los asientos traseros de su auto para luego rápidamente se colocarse en el asiento del conductor arrancando el auto y dirigiéndose a un lugar desconocido.
– ‘Me sorprendes Albert, fue una buena idea usar tu nueva apariencia y el conocimiento que tienes de el para confundirlo y atraerlo a tú trampa’
-No sé bien que paso ahí, solo actué en el calor del momento, normalmente no aria algo así.
– ‘Eso es porque como te dije antes, te quite todas tus inhibiciones además en el momento del golpe aumente ligeramente tu fuerza lo suficiente para noquearlo sin matarlo’
Albert estaba notoriamente sorprendido por lo que había hecho dejándole en el pecho la imperiosa necesidad de volver a hacer algo parecido.
-Gracias por eso, aunque se sintió raro, creo que me gusto esa sensación de liberación.
– ‘Ese es el espíritu Albert, pero ya que lo secuestraste, ¿Qué piensas hacer ahora?’
-Conozco unas bodegas abandonadas no muy lejos de aquí por lo que pienso llevarlo a ese lugar para interrogarlo.
– ‘Bien pesado Albert, ves que puedes hacer lo que quieras mientras te lo propongas solo te hacía falta un pequeño empujoncito’
En el almacén abandonado Albert encendió las luces de una pequeña oficina, sentó a un desmayado Arnold en una desgastada y oxidad silla de metal, para posteriormente amarrarlo con unas cuerdas que este traía en su auto, luego poso una silla al frente del maniatado jefe de policía, se sentó en ella y comenzó a fumar un cigarrillo mientras esperaba que Arnold despertara.
Los minutos pasaban, pero Arnold no despertaba, esto impaciento a Albert quien fue a su auto rápidamente a buscar algo con que despertarlo y entre las cosas que había comprado Arnold se encontraban varias botellas de alcohol, por lo que tomo una botella de wiski, de vodka y una de brandy y se las llevó consigo.
Tras volver de su auto Albert abrió la botella de brandy y comenzó a bañar a Arnold con el alcohol para despertarlo mientras que con su otra mano continuaba fumando, lo que funciono bastante bien debido a este comenzó a despertar cuando la botella estaba por acabarse, pero este estaba confundido y adormilado todavía por lo que Albert tomo la daga que traía consigo y se la clavó con todas sus fuerzas en su muslo lo que causo un inmenso dolor en Arnold cuyos gritos eran acallados por la cinta adhesiva puesta en su boca.
-Vamos a comenzar esto, quiero que me digas toda la verdad, si llegas a mentirme lo sabré de inmediato por lo que no te conviene hacerlo.
Con esas palabras Albert se acercó a el jefe de policía y de un solo tirón retiro la cinta adhesiva de su boca.
-¡AYUDA, QUE ALGUIEN ME AYU…!
– ¡QUE ALGIEN AYUDE A ESTE POBRE HOMBRE!… que tan estúpido crees que soy, no importa que tanto grites nadie vendrá a ayudarte, está prohibido el paso a este lugar además del echo que está bastante apartado y no hay guardias de seguridad, por lo que no te molestes en intentarlo.
Haciendo caso omiso a lo que Albert había manifestado, Arnold siguió pidiendo ayuda a gritos con la esperanza de que lo que le habían dicho fuera mentira para despistarlo, pero sin inmutarse Albert se sentó nuevamente y continúo fumando. Tras varios minutos gritando como loco Arnold se rindió ante la idea de que no le habían mentido en absoluto y que solo estaba desperdiciando energías gritando de esa manera por lo que miro directamente a Albert y con una voz llena de ira le dijo.
-Sabes acaso quien soy yo y lo que te pasara cuando te descubran, por lo que si no quieres terminar en la peor cárcel del país de por vida libérame inmediatamente y talvez, solo talvez sea un poco indulgente.
Albert soltó algo de humo con su boca.
-JAJAJAJAJAJAJAJAA… ¿Liberarte?, claro cuando contestes todas mis preguntas y dependiendo de tus respuestas y grado de cooperación talvez lo haga, solo talvez lo haga.
Con miedo por la serenidad de Albert en sus palabras y rostro, Arnold solo pudo titubear una pregunta.
– ¿Qui… quién eres?
-Creí que ya lo habrías deducido, especialmente después de mostrarte aquella foto.
Arnold hiso memoria de lo acontecido antes de desmayarse, pero no recordaba mucho.
-Por un momento pensé que eras el padre de aquella niña, pero aquel sujeto era mucho más viejo que tú por lo que no tengo idea de quién eres.
-Entonces déjame presentarme apropiadamente, mi nombre es Albert Lake y como mencionaste soy el padre de la niña en la foto.
– ¡ESO ES IMPOSBLE!, no soy tan estúpido para tragarme tus mentiras.
-Si me crees o no eso no me importa, no te he traído aquí solo para presentarme y hacer charla variada, lo que realmente quiero es que me cuentes la verdad sobre el caso de mi hija.
-No sé de qué me hablas no hay pruebas concretas o algún posible culpable y al parecer los culpables huyeron por calles sin cámaras de seguridad, eso es todo lo que se.
Ante las palabras del jefe de policía una voz sonó en la cabeza de Albert que le indicaba que le habían dicho solo mentiras.
-Eso es exactamente lo mismo que me dijiste la primera vez, pero a diferencia de aquella ocasión no volveré a caer estúpidamente en tus mentiras.
Albert tomo de entre sus cosas la pistola que antes llevaba el jefe de policía Arnold y poso el cañón del arma en la frente de este.
-No me hagas volver a preguntarte, ¿Qué es lo que sabes?.
-Ya te lo he dicho no tengo idea de que estas hablando.
El rostro de Arnold reflejaba claramente su nerviosismo, pero claro quien no estaría nervioso con una pistola en su cabeza pensó Albert.
-No quería que las cosas llegaran a este punto, pero no dejas de mentir por lo que no me queda más opción que sacarte la verdad a la fuerza.
-En que te vasas para decir que te estoy mintiendo, alguna prueba debes tener.
– ¿Pruebas?, no tengo ninguna en concreto, solo una vocecita en mi cabeza que me dices que eres un mentiroso.
Quedándose en silencio por las locas palabras de Albert quien dejo la pistola de lado tomando la daga en su lugar, para posteriormente acercársele nuevamente mientras decía.
– ¡DIME LO QUE SABES!
-Acaso te escuchas a ti mismo, pareces un loco.
En ese momento Albert clavo la daga en la mano del jefe de policía con tal fuerza que este atravesó completamente la mamo incrustándose la punta en el apoyabrazos de la silla. Arnold grito ensordecedoramente por el dolor provocado por la gran herida infligida en su mano.
Tras esperar a que Arnold dejara de gritar, Albert volvió a preguntar.
-Si no quieres que le pase lo mismo a tu otra mano, me vas a contar todo lo que sepas.
-Por favor para, de verdad no sé de qué estás hablando.
Ante las desesperadas palabras del jefe de policía, Albert dudo genuinamente de si hacia lo correcto, pero nuevamente una voz sonó en su cabeza.
– ‘Que estás haciendo, no es momento para dudar, nada de lo que te ha dicho ha sido verdad’
-Pero como estas tan seguro de que me miente.
Dijo Albert en voz alta mientras apuntaba a Arnold con su mano.
– ¿A quién le estás hablando loco?, soy el único aquí.
Ignorando las palabras de Arnold, Albert siguió su conversación con Abadón.
– ‘Ya te he demostrado mi poder antes no es así, por lo que confía en mi cuando te digo que te está mintiendo’
Tras meditarlo por unos segundos Albert respondio.
-Mmmmmmmmm, no me convences del todo, pero es innegable tu poder, así que confiare en ti de momento.
Albert apunto a Arnold con su daga.
-En cuanto a ti, si no me respondes ya sabes lo que te pasara.
Arnold se quedó en silencio por lo que Albert se acercó, alzo su brazo y nuevamente con toda su fuerza clavo la daga en la otra mano, dejándole como la vez anterior una gran herida lo que causo nuevamente fuertes gritos por parte de Arnold.
-Estas colmando mi paciencia, dime lo que sabes o el castigo empeorara.
-No, no sé nada, por favor déjame ir, no le diré a nadie de esto.
-Ya me cansé de esto y viendo que no estás dispuesto a cooperar creo que es hora de intentar un nuevo enfoque.
Diciendo esto Albert volvió a poner una cinta en la boca de Arnold y tras esto se dirigió a su auto y tomo los cables para pasar corriente de su cajuela y volvió a donde se encontraba el jefe de policía.
-Sabes un amigo que trabaja en la compañía eléctrica me conto acerca de este lugar, me dijo que, aunque este abandonado el suministro eléctrico nunca fue cortado y que no había planes para hacerlo a corto plazo, por lo que se me ocurrió probar algo que vi en una película una vez.
Albert apago una de las luces del lugar, para luego subirse en una silla para cortar el cable que iba a la ampolleta apagada, conecto los extremos de los cables para pasar corriente al cable expuesto, le puso algo de la misma cinta que uso para tapar la boca de Arnold y en seguida se bajó de la silla dejando ambos cables colgando para después acercar a Arnold con todo y silla a los cables.
Teniendo todo casi listo Albert se dio cuenta de que le faltaba algo para cumplir con su plan por lo que se puso a buscar por el almacén hasta que encontró unas barras de hierro un poco oxidadas, pero de tamaño perfecto para su propósito. Ya con una barra en cada mano Albert procedió a clavarlas en las piernas de Arnold para a continuación conectar los cables que había dejado colgando con anterioridad.
-Eso fue un poco más difícil de lo que imagine, pero veamos si funciona igual que en el cine.
Con un movimiento simple Albert presiono el interruptor de la luz dejando pasar la corriente por el cuerpo de Arnold que debido a la cinta en su boca no podía gritar, pero el dolor era tal que todo su cuerpo convulsionaba por este.
-No te preocupes debido a la posición de las barras la electricidad no pasará por tus órganos más importante por lo que mientras no te desmayes o te produzca quemadura todo estará bien.
Tras unos cuantos segundos de esa tortura Albert presiono nuevamente el interruptor y se acercó a Arnold quitándole la cinta de su boca.
– ¿Ya tienes ganas de hablar?
A esta pregunta Arnold respondió con un escupo en el rostro de Albert quien sin perder la serenidad se alejó hacia el interruptor.
-Crees que vas a lograr algo con esa actitud, tengo toda la noche para seguir con esto, pero dime, ¿Cuánto tiempo más vas a aguantar?
Presionando nuevamente el interruptor los gritos comenzaron a resonar por todo el lugar, pasando cerca de un minuto hasta que Arnold entre gritos digo.
– ¡Lo admito, te mentí!
Albert apago momentáneamente el interruptor.
-Entonces ahora me dirás todo lo que sabes.
-¡NO PUEDO DECIRLO, ME MATARAN A MI Y A MI FAMILIA!.
-Deberías preocuparte por el ahora.
Albert presiono el interruptor y los desesperados gritos comenzaron nuevamente hasta que entre ellos una desesperada frase hiso que Albert presionara el interruptor.
-¡TE LO DIRE TODO!, solo apaga eso, por favor te lo suplico.
-Esa es la actitud que buscaba, ahora dime que fue lo que paso con mi hija.
Albert presiono el interruptor para acercarse luego con una sonrisa a Arnold.
-Hay una organización que se dedica a la trata de personas y al parecer algún cliente misterioso pago mucho por secuestrarla, eso es todo lo que se lo juro.
– ‘Aunque esta vez dijo la verdad todavía está ocultando secretos’
-Al fin estamos avanzando, pero todavía no me dices toda la verdad no es así, creo que estarás más dispuestos a cooperar si pasas un par de horas recibiendo descargas eléctricas continuas.
-No, todo menos más tortura, por favor, te he dicho todo lo que se lo juro.
-Si no quieres que siga solamente tienes que decirme lo que ocultas y se acabara tu calvario.
-No… no puedo, no puedo decírtelo o mataran a mi familia.
Al ver la desesperada actitud de Arnold por proteger a su familia a toda costa, Albert comenzó a entrar en razón y pudo notar lo que estaba haciendo, no solo estaba torturando a un hombre, sino que también lo amenazaba con matarlo.
-No puedo continuar con esto.
– ‘Que estás diciendo Albert, que no te engañen su palabrería, si lo dejas libre toda la policía te estará buscando, no puedo permitir que te atrapen sin antes completar el contrato’
– Ya no sé qué más hacer para que hable, claramente no importa que tanta tortura física aplique no sedera, todo aquello fue como si no hubiera sido yo mismo quien hacia todas esas cosas horribles.
El nerviosismo característico de Albert se hiso nuevamente presente y tratando de calmarse este trato infructuosamente de encender un cigarrillo.
– ‘Esas son puras tonterías Albert, sabes tan bien como yo que todo lo que acabas de hacer fue por voluntad propia, eran tus deseos de encontrar a tu hija, al parecer el efecto de lo que hice antes ya se te paso por lo que volveré a hacerlo’.
– ¡NO!… no quiero sentirme así de nuevo, ese no era yo, no quiero volver a tener esa clase de pensamientos nunca más.
– ‘EL trato era que te ayudaría a encontrar a tu hija y lo hare, aunque tú no quieras admitirlo este es el único camino para lograrlo.
La normalmente calmada voz de Abadón se estaba volviendo lentamente más colérica en la cabeza de Albert algo que solo lo hiso ponerse mas nervioso.
-Aun así, me niego a rebajarme a su nivel.
– ‘Veremos si piensas igual en un par de segundos’
Tras esto Albert trato de resistirse a Abadón al punto de caer de rodillas al piso, pero la influencia de este era demasiado poderosa por lo que tras un par de segundos de gritos y sacudidas por el piso Albert se calmó de repente, se paró y comenzó a acercarse nuevamente al maniatado Arnold.
-JAJA… JAJAJ…AJA…JAJAJAJAJAJA… y pensar que estuve a punto de perdonarle la vida a una basura como tú, pero ya todo está claro, entendí lo que debo hacer.
Arnold al estar medio desmayado no podía entender nada de lo que estaba pasando y menos responder coherentemente a nada, por lo que Albert tomo del pelo a este para levantarle la cara y poder verla para posteriormente golpearlo rompiéndole la nariz y despertándolo de su letargo.
-Ahora que estas despierto de nuevo me dirás todo o las consecuencias serán aún más graves.
-Ya te lo dije, no puedo…solo mátame y termina este sufrimiento.
-Me quedo claro que no importa lo que te haga no me dirás lo que quiero oír, pero desafortunadamente para ti, torturarte físicamente no es lo único que puedo hacer.
Albert tomo la botella de wiski del piso, se sentó enfrente de Arnold y comenzó a beber de ella.
-Aunque provocarte dolor físico no resulto, hay otra forma de dañarte que es peor a cualquier tortura normal que se te pueda ocurrir y yo la experimente de primera mano.
-No importa lo que hagas no te diré nada más, ¡SOLO MATAME!
-Me dirás todo lo que sabes o traeré aquí a tu hijo mayor el de las fotos en tu billetera y le hare exactamente lo mismo que a ti, mientras miras como sufre y muere lentamente sin poder hacer nada.
-Estas enfermo, mi hijo no tiene nada que ver en esto, él es inocente.
Ante las palabras de Arnold la colera de Albert se apodero de el.
-Mi hija también era inocente, pero al parecer eso a ti no te importo ni en lo más mínimo, de hecho, pensándolo mejor que tal si incluimos en esto a tu otro hijo, el pequeño y lo obligamos a participar en la tortura del más grande.
Para Arnold frente a él no había nada más que un demente y dejándose llevar por sus emociones le dijo a Albert enrabiado.
-Eres un maldito psicópata, hijo de perra, no te saldrás con la tuya, como le toques un pelo a mis hijos lo pagaras caro.
– Mira tú posición antes de amenazar a alguien más, si no me dices todo ahora aré que sientas la misma desesperación, frustración e impotencia que yo sentí cuando se llevaron a mi hija y ¡CREEME!, no quiere pasar por eso.
Al ver que el jefe de policía no respondía Albert tomo la pistola, la daga y comenzó a caminar hacia la salida con la disposición de marcharse del lugar, pero antes de que este saliera del lugar Arnold le grito.
– ¡ESTA BIEN TE DIRE TODO LO QUIERAS SABER!… solo no le hagas daño a mi familia.
Albert se acercó al jefe de policía, dejo la pistola a un lado y con la daga en el cuello de este respondío.
-Eso dependerá de tu siguiente respuesta, ¿Qué organización fue y que relación tienes con ellos?
Sin mas salidas Arnold cedió ante las exigencias de Albert.
-Los que raptaron a aquella niña es una mafia que funciona por toda Europa con base en esta ciudad, secuestrando y vendiendo personas a pedido, además también se dedican a la venta de drogas y el tráfico de armas y me pagan para que yo haga la vista gorda en sus asuntos.
– ¿Dónde se llevan a las personas que raptan?
– Hay una mansión a las afueras de la ciudad, en auto te tomaría unas 3 horas en llegar, al parecer la llevaron hay para entregársela al cliente que la encargo.
Dándole un golpe por la ira que sentía en ese momento Albert le saco varios dientes y le dijo.
-No hables de mi hija como si fuera un objeto bastardo, algo más que tengas que decir, pero cuidado sabré si estas mintiendo u ocultas informaciones.
-Lo… lo siento, al parecer la mantendrán hay un par de días más antes de que la persona que pago vaya por ella por lo que si te apuras talvez llegues antes de que se la lleven a otro lugar.
– ¿Eso es todo?
-Sí, es todo lo que se.
-‘Esta vez sí dijo todo lo que sabía’.
-Entiendo, gracias por tu cooperación, pero… sabes que no puedo liberarte no es así.
-Prométeme que no le harás daño a mi familia.
-Ya no me serviría de nada hacerlo.
Albert tomo la pistola le apunto a la cabeza y jalo el gatillo matándolo en el instante para luego recoger sus cosas y salir del lugar dirigiéndose a su auto.
– ‘Me sorprendiste Albert no pensé que fueras capas de amenazar a alguien de esa manera aun con mi ayuda’
-Solo fueron amenazas vacías nunca podría hacer una atrocidad así a personas inocentes, ni siquiera contigo controlándome.
– ‘Ya te lo había dicho, yo no soy capaz de eso, solamente te di el empujón necesario para hacer lo que tuvieras que hacer, todo fue echo bajo tu plena voluntad ‘.
-En el fondo sé que es como dices, por un momento realmente pensé en hacer lo que dije, pero no quiero admitir la existencia de esa otra parte de mi ni tampoco lo liberador y bien que se siente, no puedo imaginarme las atrocidades que puedo llegar a hacer en ese estado.
– ‘De todos modos no te hubiera permitido hacer eso con personas inocentes’
-Creí que eras como un demonio y nosotros no te importábamos en nada.
Albert se noto genuinamente ante las palabras de Abadón.
– ‘No soy una bestia sin emociones sabes, me sienta mal el dañar a inocentes’.
Parte 4
Al día siguiente entrando al medio día, en un pequeño apartamento de la ciudad se encontraba Cody preparando su almuerzo cuando alguien toco la puerta, despreocupadamente este se dirigió a abrirla para ver quien se encontraba tocando, siendo una persona que él ya conocía.
-Detective no esperaba verlo de nuevo tan pronto, pase.
-Tengo que declinar a su oferta, solo vengo de paso a entregarle esto.
El detective saco un sobre amarillo bastante abultado y se lo entrego a Cody.
-Son pruebas incriminatorias del asesinato de Padre Wolphin.
-Tan rápido pensé que el examen de ADN tomaría más tiempo.
-El examen estará listo en un par de días más pero seguramente las muestras son de Albert Lake, sus huellas estaban en la taza de café que se encontró en la escena.
-Y cómo es que tenían sus huellas en el registro, es un delincuente reincidente.
-Nada de eso, sus huellas están en la base de datos debido a que hace unos cuantos días atrás presento una denuncia de asesinato y secuestro de su esposa e hija respectivamente por lo que se le tomo la declaración, su ADN y huellas para descartarlo como sospechoso.
Cody hiso una pronunciada muesca ante las palabras de del detective.
-Pero esas no son suficientes pruebas para mí, puede que el haya estado antes de que se cometiera el crimen en la oficina del Padre Wolphin.
-Crei que diría eso… tras revisar las cámaras de la zona descubrimos que el auto registrado a su nombre circulo en dirección a la catedral para luego más o menos a la misma hora de la muerte volver a circular por el mismo lugar en dirección opuesta a exceso de velocidad.
-Lo que podría indicar que tras el asesinato salió huyendo, esta todo en este sobre verdad.
Cody abrió el abultado sobre para ojearlo un poco mientras continuaba la conversación.
–Eso no es todo, esta mañana se hiso la denuncia por desaparición del jefe de policía… en resumidas cuentas, revisamos las cámaras de transito nuevamente y se puede ver claramente el auto de Albert Lake siguiendo a el del jefe de policía, luego se ve como se aleja de donde se encontró el auto del jefe de policía abandonado, tras eso se le pierde el rastro, aunque seguimos revisando las cámaras para descubrir a donde se dirigía.
Sin mucho interés y no quitando su vista del expediente Cody pregunto.
– ¿Tenían alguna clase de relación ellos dos?.
-Que yo sepa se habían visto por primera vez el día en que hiso la denuncia por lo ocurrido con su familia, él se encargó de tomar el testimonio lo que es raro ya que normalmente lo hace otra persona.
Cody cerró el expediente y amablemente le hablo al detective.
-Gracias, no lo retengo más se nota que tiene mucho trabajo por hacer.
-No hay problemas, cuando tenga más información sobre el caso se la hare saber en cuanto pueda.
El detective habiendo cumplido su cometido se dio media vuelta y se alejó despidiéndose con su mano.
-De nuevo gracias, le deseo suerte en el trabajo.
Cody serró la puerta, se sentó en el sillón de la sala y comenzó a divagar.
-Al parecer el jefe de policía está metido en todo esto, tendré que investigarlo, pero no puedo pedírselo a la policía o notaran lo que estoy haciendo, talvez haciendo que la orden mueva unos cuantos hilos consiga algo, pero claro para eso tendría que enviar mi informe.
Suspirando Cody se paró y continúo preparando su almuerzo.
-Ya veré que hago.
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