Cenizas del Alma - 03
Parte 1
Como en días anteriores el cielo estaba completamente nublado debido a la temporada y los primeros indicios de lluvia se dejaban entrever, esto alteraba a Albert quien caminaba rápidamente por las calles de la ciudad deseando que solo se tratara de una pequeña llovizna.
– ¿Estás seguro que esta es la mejor forma de llegar a la mansión?
– ‘Ya te dije que no podíamos seguir usando tu auto, es probable que luego de la desaparición de jefe de policía estén buscando al culpable y aunque no estuvieran buscando tu auto específicamente no podíamos arriesgarnos a que nos atrapasen’
-Eso ya lo sé, no soy tonto, me refería que sería mejor contratar un taxi para llegar más rápido quizás, digo todavía me queda dinero suficiente como para pagarle.
Albert cerró su abrigo y puso sus manos en sus bolsillos para resguardarse del helado viento.
– ‘Tampoco es una opción contratar los servicios de otra persona, solo mírate, llevas la ropa manchada con sangre, en mi opinión pareces bastante sospechoso’
-Pero caminar hasta allí es demasiado son alrededor de 87 kilómetros me tomaría horas llegar a pie, tampoco tengo una gran resistencia física lo que complica más las cosas.
Albert algo preocupado apuro el paso mientras trataba de mantenerse tranquilo y no llamar demasiado la atención.
– ‘Un poco más de 8 horas nos tomaría llegar a la mansión si mantienes el paso a unos 10 kilómetros por hora, sin embargo, si no queremos llamar en exceso la atención es lo mejor, por lo demás el cansancio no es un problema con mi ayuda, solo piensa en cómo solo has dormido un par de horas estos últimos días, pero sigues en pie como si nada’
-Eso es verdad me siento como si hubiera descansado toda la noche, aunque el hambre me está matando.
Dijo Albert mientras se agarra el estómago con ambas manos.
– ‘Eso es normal viendo el tiempo que llevas despierto eso debe consumir mucha energía’
-Supongo que comprare algo que pueda comer mientras camino, no quiero desperdiciar el tiempo, menos ahora que tengo mucho camino que recorrer.
Parte 2.
La helada noche ya había caído, Albert se encontraba bajo la incesante lluvia a las afueras de un enorme portón y a lo lejos se podía distinguir una imponente mansión con algunas luces encendidas en su interior. Tanto la muralla como el portón de acero masivo tenían una altura considerable que sumado a que no había ninguna clase de apoyo en el lugar, lo hacía imposible de escalar de ninguna manera.
-Abadón tienes alguna idea de cómo podría pasar por aquí.
Dijo Albert tras unas cuantas vueltas que dio al muro.
– ‘La forma más rápida y sencilla seria saltándolo’
En la cara de Albert de inmediato se formó una mueca.
-Eso es imposible para mí, está demasiado alto para siquiera alcanzar un borde con mis manos de un salto.
– ‘Solo inténtalo y veras como si podrás hacerlo’
Albert dudando de la palabra de Abadón se paró en frente del muro, se agacho un poco para poder tomar impulso y salto con todas sus fuerzas e increíblemente tan alto que pudo aterrizar con sus pies en el borde del muro quedando así parado en este para luego dar otro pequeño salto para quedar dentro de la propiedad.
– ¿Cómo hiciste eso?, me hubieras avisado al menos, casi me caigo.
Albert estaba notoriamente sorprendido ante la gran proeza física que había hecho.
– ‘Ya había hecho algo parecido con anterioridad, más precisamente cuando noqueaste al jefe de policía, aumente tu fuerza para que se te hiciera más fácil’
-Eso es de bastante ayuda, pero me parece que es demasiado conveniente que puedas hacer algo así sin más… supongo que ese aumento de fuerza debe tener sus inconvenientes.
– ‘No tantos como puedes llegar a pensar, el único costo es que uso una pequeña cantidad de tu alma para hacerlo y que si no lo controlo bien los músculos de tu cuerpo pueden desgarrarse por la sobre exigencia sufrida’
Ante las palabras de Abadón el algo asustado Albert se comenzó a tocar sus piernas para comprobar que todo estuviera bien con sus piernas.
-Si es así, no deberías usar esa habilidad para cosas tan triviales, no quiero morir antes de encontrar a mi hija.
– ‘Aunque el alma se regenere muy lentamente, es suficiente para remplazar la pequeña cantidad que utilizo para esto, además mi control sobre esta habilidad es perfecto por lo que no tienes que preocuparte de dañarte los músculos’
Viendo que las palabras de Abadón eran ciertas al no notar cambios en sus piernas Albert con un suspiro dijo.
-Me alivia de cierta manera escuchar eso, pero no puedo quitarme el nerviosismo que tengo de entrar a este lugar.
– ‘Lo mejor sería hacerlo sigilosamente para evitar mayores complicaciones mientras buscamos a tu hija’
-Supongo entonces que no debo usar la pistola que le robe al jefe de policía, también en lo posible tratar que ellos no usen las armas que probablemente tienen.
– ‘Con la daga será más que suficiente créeme y con esta lluvia podremos evitar que los guardias que estén más lejos puedan oírnos si lo hacemos bien.
Bajo la lluvia Albert se acercaba lentamente a la mansión escondiéndose en la vegetación que rodeaba esta para no llamar la atención, cuando estuvo lo suficientemente cerca pudo ver que en el frontis de la ostentosa mansión se encontraban tres guardias armados con subametralladoras por lo que no era una buena opción tratar de infiltrase por ese lugar.
Buscando lugares por los cuales poder entrar a la mansión Albert rodeo el muro hasta su parte trasera en la que a diferencia de la parte frontal con tres guardias estaba custodiada solamente por uno también armado quien estaba parado en una pequeña terraza techada protegiéndose de la lluvia mientras vigilaba el perímetro. Para Albert esta era su mejor opción para entrar a la mansión, aunque fuera solo uno cualquier error podría atraer a más guardias armados, algo a lo que no podía enfrentarse.
-Tal vez pueda atraerlo legos de la puerta de alguna forma, pero tendría que entrar rápidamente lo que no me permitiría ver si hay alguien más adentro.
– ‘En estos momentos te estás jugando la vida, si alguien te ve y alerta a los demás no creo que pueda sacarte de esta sin ningún daño serio, por lo tanto, lo mejor sería deshacernos rápidamente del guardia’
-Estas insinuando que lo asesine, no tengo nada personal contra el a diferencia del jefe de policía, quizás ni siquiera sabe que es lo que hacen aquí.
Susurro Albert algo nervioso.
– ‘No estás pensando claramente Albert, seguramente todas las personas que estén en este lugar hayan cometido alguna clase de crimen, no creo que todos sean blancas palomas, aparte es la única forma de entrar fácilmente y que no nos descubran’.
Aceptando las palabras de Abadón y convenciéndose que todo aquello era inevitable Albert dijo.
-Puedes hacer lo mismo que hiciste conmigo la vez pasada, creo que así seguramente sea capaz de hacerlo.
– ‘Claro que lo hare, también aumentare tu fuerza y reflejos, tu solo concéntrate en matarlo rápida y silenciosamente’
-Ok… estoy listo, solo hazlo esta vez no me resistiré.
Tras unos pocos segundos todas las dudas y preocupaciones de Albert se desvanecieron solo quedando el ferviente deseo de rescatar a su hija a cualquier costo.
– ¿Qué tanto aumentaste mi fuerza Abadón?
El tono inseguro de Albert desapareció dejando solo una tranquila y firme voz.
– ‘Suficiente como para romperle un brazo como si fuera una simple rama’
-Supongo entonces que será suficiente como para someterlo fácilmente.
Albert tomo una roca de tamaño mediano y la lanzo hacia un árbol lo que produjo un sonido lo suficientemente fuerte como para que el guardia se diera cuenta de este, pero antes de dirigirse a comprobar que era lo que había causado el ruido tomo su radio comunicador y hablo por este para indicar a los demás que había oído algo extraño y que lo revisaría.
Sin preocuparse por el aviso del guardia a sus demás compañeros Albert espero que este se acercara lo suficiente como para poder atacarlo de sorpresa por lo que se mantuvo oculto entre la vegetación esperando el momento perfecto.
Cuando el guardia estuvo lo más cerca posible Albert salto de su escondite a una velocidad inaudita y clavo la daga que llevaba consigo en el pecho del guardia atravesándolo completamente mientras que con su otra mano le cubría la boca para evitar que produjera algún grito que alertara a los demás.
Tras esconder el cuerpo del guardia en unos arbustos Albert tomo la radio comunicadora que llevaba para poder estar al tanto de todos los movimientos demás los guardias.
– ‘Como van las cosas en la parte trasera de la mansión, pudiste identificar el sonido que escuchaste’
La radio comenzó a sonar pidiendo verificación de que todo estaba bien por parte de los otros guardias, pero Albert no perdió la calma ante esto por lo que tomo la radio, la acerco a su cara y dijo.
– Nada de qué preocuparse, seguramente solo era un mapache o algún otro animal.
– ‘Estas seguro de eso, te oigo un poco extraño’
-Debe ser que estoy por enfermarme debido a toda esta lluvia, de todas formas, si pasa algo más avisare por la radio.
– ‘Estaremos atentos a cualquier cosa, si necesitas refuerzos solo pídelos’.
-Ok.
Logrando engañar al guardia Albert se acercó a la terraza, se escondió y comenzó a mirar hacia dentro de la mansión para ver si podía encontrar más guardias que pudieran descubrirlo. Al no ver más gente de momento, Albert decidió entrar abriendo el ventanal lo que lo llevo a una habitación llena de cosas que parecían bastante caras, pero sin distraerse por el lujo de la habitación se dirigió a la puerta la abrió un poco y pudo ver a un guardia más estaba parado en el pasillo.
Debido a que Albert no quería ocupar la misma estrategia anterior para evitar inconvenientes decidió colocarse al lado de la puerta cerrada para poder escuchar como el guardia pasaba por el pasillo y gracias a Abadón quien había agudizado sus sentidos la tarea se le hiso increíblemente fácil.
Cuando Albert escucho que el guardia había pasado por fuera de la puerta de la habitación en la que se encontraba este abrió rápidamente la puerta y con un corte preciso rebano el cuello del desprevenido guardia matándolo en el instante.
– ‘No puedes seguir así, te estas tardando demasiado en desacerté de ellos y seguramente no tarden demasiado en empezar a buscarte’
– ¿Y qué quieres que haga?, ellos son más que yo y están armados hasta los dientes, no sería sensato de mi parte lanzarme sin más si es que quiero seguir viviendo.
– ‘Eso lo tengo claro, pero todavía tengo algunas cartas bajo la maga, no quería utilizarlo ahora, pero creo que no me queda otra alternativa’
– ¿Es alguna clase de poder?, eso me vendría bastante bien en estos momentos.
– ‘No diría eso exactamente, más bien sería algo que solo podría hacer en esta clase de situación además no es muy elegante que digamos y no te va gustar’
-Eso no me genera nada de confianza sabes.
– ‘Solo limítate a seguir mis instrucciones y talvez todo resulte como espero’
-Mmmmm… Está bien, ¿Qué tengo que hacer?
– ‘Cuando te de la señal, te lanzas a matar a todo el que se te ponga por delante sin importarte nada más, entendido’
Albert quedo como de piedra al escuchar las descabelladas palabras de Abadón.
-Sabes que eso es exactamente lo que estamos tratando de evitar, me niego a hacer de diana de tiro para esos sujetos.
– ‘Te dije que no te gustaría, pero es la única forma de terminar esto rápidamente además no tienes de que preocuparte yo me encargare de que no termines como coladera’
El intento de Abadón de convencer a Albert fue infructífero dejándole muchas dudas de lo que pretendía hacer.
-Al menos me podría decir que es lo que vas a hacer.
– ‘Mientras menos sepas más probabilidades de éxito tenemos’
Albert debatía consigo mismo pensando si seguir las ordenes de Abadón al pie de la letra o tratar de hacerlo entrar en razón de alguna manera, sin embargo, tras un minuto la segunda opción quedo descartada completamente. Albert sin mas alternativas solo acepto su destino y resignado dijo.
-Espero que tengas razón.
Tras verificar todas las puertas Albert dio con una que llevaba hacia un salón principal con escaleras que llevaban al segundo piso, pero en la sala se encontraban tres guardias armados que impedían el paso.
– ‘Lo mejor sería ir por ahí, desde afuera pude notar que solo había una única luz encendida en el segundo piso, cuando de la señal harás lo que te dije’.
-Estoy listo cuando tú quieras.
Tras unos momentos de espera, la voz de Abadón sonó estrepitosamente dentro de la cabeza de Albert.
– ‘¡AHORA!’
Con esa simple orden Albert sabiendo lo que tenía que hacer abrió la puerta de golpe y corrió rápidamente al guardia que tenía más cerca y gracias a que Abadón había aumentado sus habilidades físicas este llego increíblemente rápido al frente del guardia apuñalándolo en el pecho. Rápidamente los otros dos guardias se dieron cuenta de esto y apuntaron sus armas a Albert quien habiendo quitado la daga del pecho del primer guardia trato de correr asía el segundo pero de inmediato sintió un inmenso dolor en su mano izquierda la cual había comenzado a sangrar.
Tras percatarse de que había recibido un disparo en su mano otra bala atravesó su hombro dejando un poco choqueado Albert quien seguía tratando de acercarse al siguiente guardia para poder atacarlo. Un tercer disparo alcanzo a Albert en una de sus piernas lo que lo hizo perder el equilibrio momentáneamente, pero esto no detuvo a Albert quien se lanzó a atacar nuevamente a los guardias restantes escuchando un cuarto disparo, sin embargo esta vez no sintió el impacto de la bala en ninguna parte de su cuerpo a cambio su cuerpo se había movido solo hacia un lado lo suficiente como para evitar la bala, pensando que eso era obra de Abadón Albert continuo más confiado pero el siguiente disparo nuevamente logro impactar en el otro hombro, sin tiempo para pensar Albert con un último empujón logro llegar donde el segundo guardia a quien asesino cortándole la garganta.
Albert estaba bastante herido y adolorido, pero sin poder descansar fijo su mirada en el guardia restante quien seguía apuntándole con su pistola. Sin titubear Albert salto nuevamente al ataque y nuevamente un disparo impacto en su brazo derecho, pero sin importarle más el dolor siguió en línea recta oyéndose otro disparo el cual rozo la mejilla de Albert y el siguiente su costado, el siguiente nuevamente le dio la pierna y aunque apenas podía mantenerse de pie su objetivo esta justo al frente de el por lo que sin pensarlo ni un segundo Albert clavo la daga en su ojo matándolo al instante.
Para Albert una eternidad había pasado desde que inicio con el ataque, pero lo cierto es que solo habían pasado unos cuantos segundos.
– ¡Creí que no dejarías que me dieran!
Albert sonaba claramente enojado y adolorido.
– ‘No es tiempo para lloriquear ya alertaste a todos los demás guardias, por suerte estos tenían solo pistolas a diferencia de los de afuera’
-Aaarrrggg… Como duele, ahora que, apenas puedo moverme así y los demás llegaran en cualquier momento.
– ‘Sanare tus heridas lo suficiente para que puedas correr hasta el segundo piso y encontrar la habitación en la que de seguro estará el jefe de esta gente’
-Y si me encuentro más guardias de camino, no quiero recibir más disparos.
– ‘Lo mejor que puedo hacer en estas condiciones es evitar las balas que puedan impactar en lugares vitales, con las demás tendrás que aguantar el dolor’
-Al menos estoy seguro de que no moriré aquí además ya que alerte a los guardias ya no importa si utilizo armas de fuego, aunque mi puntería debe ser pésima.
– ‘Listo, te sane lo necesario para que puedas volver a la acción, tenemos que encontrar pronto al jefe del lugar, no creo que aguantemos mucho más si no es así’.
Verificando que sus piernas estaban nuevamente en estado de poder moverse con libertad nuevamente, Albert comenzó a subir las escaleras hacia el segundo piso, mientras a su espalda se escuchaban las pisadas y gritos de los guardias quienes corrían hacia el lugar en donde se encontraba Albert.
– ‘Seguramente en el segundo piso debe de haber más guardias tienes que estar atento y eliminarlos lo más pronto posible’
-Lo tengo claro, si no actuó rápido tendré problemas a mi espalda también por lo que tratare de avanzar lo más rápido posible.
Llegando a la segunda planta de la mansión un disparo que provenía desde el primer piso dio de lleno en la pierna derecha de Albert por lo perdiendo el equilibrio casi cayo por las escaleras, pero aguantando el dolor logro afirmarse del pasamanos e impulsarse con su otra pierna para salir del rango del atacante.
-Deberías esforzarte más en evitar los disparos que vayan a mis piernas o no podré seguir avanzando.
– ‘Estoy consciente de ello, pero yo solo puedo ver lo que tú por lo que si no estás viendo en la dirección de dónde provino el disparo no podré esquivarla’
-No crees que debiste habérmelo dicho antes, como por ejemplo antes de salir a pelear por mi vida.
– ‘Estas dramatizando demasiado las cosas, si te lo hubiera dicho no hubieras accedido tan fácilmente y hubiéramos perdido tiempo valioso además ya no te sirve de nada enojarte, mejor concéntrate en seguir avanzando’
Aguantando las ganas de gritarle a Abadón y el dolor Albert continuo su camino mientras respondía resignado.
-No me queda de otra supongo.
Resignado Albert continuo por el pasillo principal del segundo piso encontrándose directamente con un guardia que salía por una puerta enfrente suyo quien le apunto y disparo rápidamente, pero esta vez la bala solo roso la mejilla de Albert quien velozmente se acercó al guardia cortándole hábilmente la garganta matándolo de inmediato y continuando su camino.
-Creí que podría moverme más rápido además mi fuerza es menor que antes.
Le recrimino Albert a Abadón, mientras atacaba a dos guardias que habían aparecido al girar por el pasillo.
– ‘No me exijas tanto, debo seguir juntando nuestras almas, curar lo mejor que pueda tus heridas además del hecho de tener que controlar tu cuerpo durante un instante para poder esquivar las balas y si le sumas aumentar tus capacidades físicas es bastante carga, son cosas que requieren de extrema concentración todas ellas por lo que decidí mantener la última al mínimo para evitar que te lesiones los músculos.
Cuando Abadón termino de explicarle a Albert este ya había acabado con los dos guardias que habían aparecido, terminando sin embargo con un par más de disparos en el cuerpo.
Tras matar a unos cuantos guardias más Albert se encontraba manchado completamente con su sangre y bastante herido sin embargo sus esfuerzos dieron frutos, encontrando la habitación que estaba buscando a la cual entro velozmente hallando en ella un hombre de unos 40 años sentando detrás de un lujoso escritorio con dos guardas espaldas uno a cada lado con metralletas en sus manos pero en la habitación la que más destacaba era una joven mujer rubia que se encontraba escondiéndose cerca de los guardias quienes apuntaban sus armas hacia Albert que levanto las manos en alto.
-Creo que encontré al que estaba buscando.
-Disparen.
Siguiendo las órdenes del hombre sentado detrás del escritorio los dos guardias sin dudarlo dispararon sus armas en dirección a Albert, pero Abadón viendo el inminente peligro decidió tomar por un momento el control completo del cuerpo de Albert para así en un movimiento casi imperceptible a la vista humana lanzar con increíble fuerza y velocidad la daga que tenía en su mano derecha clavándola en la cabeza del guardia de la derecha mientras con su otra mano en la cual tenía una pistola disparo al segundo guardia dándole entre los ojos matando inmediatamente a la vez que esquivaba como mejor podía la lluvia de balas evitando las que fueran hacia la cabeza, o órganos vitales pero dejando impactar las demás.
Con los dos guardias muertos en el piso, su cuerpo ensangrentado y lleno de heridas de balas Albert se acercó rápidamente al sujeto del escritorio quien estaba aturdido por lo que acababa de ver, en ese instante la puerta volvió a abrirse estrepitosamente entrando unos diez guardias más todos con armas, pero previniendo esto Albert se había colocado detrás del que seguramente era el jefe de todos ellos apuntándole a la cabeza con su arma a la vez que lo sostenía envolviendo su brazo en su cuello.
-Diles que se vallan si no quieres terminar como esos dos.
Debido al shock causado, el tipo al que Albert tenía retenido solo podía balbucear cosas sin sentido.
– ¡HAS QUE SE BAYAN AHORA!
Albert apretó fuertemente el cuello del hombre cortando su agitada respiración para despertarlo de su tranque lo que resulto bastante bien.
-Largo… Es que no me escuchan váyanse todos déjenos solos.
-Que también dejen sus armas en el piso.
-Hagan lo que dice ¡RAPIDO!
-Veo que eres una persona sensata.
Cuando todos los guardias abandonaban la habitación juntos a ellos también lo hacia la mujer que se encontraba en la habitación quien lucía bastante asustada por todo lo que estaba ocurriendo a su alrededor.
– ‘Que aquella mujer no deje la habitación’
-Debería ser suficiente con que tenga a este como rehén.
– ‘Solo hazlo, algo raro está ocurriendo aquí, cuando se calmen un poco las cosas te explicare’
-Tu, la mujer quiero que también te quedes.
Autoritariamente Albert dio la orden y sumisamente esta tuvo que obedecerla volviendo a entrar a la habitación sin decir palabra alguna mientras temblaba del miedo.
Cuando solo quedaron los tres en la habitación Albert libero al hombre que tenía atrapado con su brazo y sin dejar de apuntarle serró la puerta por dentro y comenzó con el interrogatorio.
-Si veo que estas tramando algo o se acerca alguno de tus guardias te matare al igual que a ella por lo que les recomiendo que permanezcan calmados y respondan a todas mis preguntas con la verdad.
Con un gesto de si con la cabeza, ambas personas respondieron positivamente a las exigencias de Albert quien se sentó enfrente del escritorio mientras seguía apuntando con su arma.
– ¿Cómo te llamas?
-Mi nombre es Owen… Owen Green.
-Y la señorita de ahí.
-Ella se llama Evelyn es mi secretaria.
-Bueno Owen, señorita Evelyn mi nombre es Albert, diría que es un placer conocerlos, pero estaría mintiendo y no me gusta mentir.
Albert saco un paquete de cigarrillos de su bolsillo saco uno, se lo puso en su boca y comenzó a buscar su encendedor, pero se dio cuenta de que no estaba en ninguno de sus bolsillos.
-Tienes encendedor el mío lo debí perder ahí afuera.
Tembloroso Owen saco un encendedor enchapado en oro de su bolsillo y se lo entrego a Albert quien de inmediato encendió el cigarrillo en su boca.
-Es bastante bonito el encendedor, te importa si me lo quedo.
Moviendo la cabeza para indicar que no le importaba Owen respondió de la única manera que podía hacerlo en esa circunstancia.
-Dime Owen sabes ¿Por qué estoy aquí?
-No tengo ni la más mínima idea de el por qué.
-No te preocupes Owen yo te diré por que vine aquí, vine para recuperar a mi hija, la reconoces.
Albert saco de su bolsillo su celular y le mostro una foto de su hija en él.
-No sé de qué me estás hablando, nunca en mi vida había visto a esa niña.
– ¡NO ME MIENTAS! se perfectamente que es lo que hacen en este lugar, dime dónde está mi hija o te hare sufrir de tal manera que nunca podrás quitarte su rostro de tu mente.
Asustado por Albert quien había matado a un número considerable de sus guardias además del hecho que se encontraba fumando un cigarro tranquilamente aunque su cuerpo estuviera lleno de agujeros de bala, Owen pensó que no era buena idea tratar de oponérsele después de ver de lo que era capaz pero aun así trato de hacerlo débilmente.
-No puedo decir… no pue… no.
En ese instante Owen se desmayó azotando su cabeza contra el mueble, por lo que Albert se acercó a él para comprobar si solo estaba actuando o era verdad que se había desmayado. Tras verificar que definitivamente Owen se había desmayado Albert enfoco su atención en la secretaria.
-Esto pasa a menudo.
-El señor Green sufre de Hipoglucemia, por lo que si se estresa y le baja demasiado el azúcar en la sangre tiende a desmayarse y no despertar en buen tiempo.
– ‘Albert creo que es mejor que me dejes encargarme a mi esta vez de la situación’
-Estas seguro, siempre dices que debo hacerlo yo mismo que tu solo eres un apoyo, además solo tengo que esperar a que despierte o hacerlo yo mismo.
– ‘Esta vez no es como la anterior, no importa que tanto aguardes o lo que hagas el simplemente no despertara, solo déjame hacerlo, ya entenderás el por qué’
-No me dijiste que no podías tomar control completo de mi cuerpo.
-‘En estos momentos estamos relativamente a salvo por lo que mi carga se ha reducido bastante como para poder hacerlo’
-Ok, te dejo hacer lo quieras de todos modos no puedo negarme.
Abadón controlando el cuerpo de Albert se paró de la silla y arrojo el cigarrillo que este estaba fumando y se acercó hacia Evelyn sin dejar de apuntarle con su arma.
-De momento lo necesito con vida, así que no tengo problemas en que le inyectes para que pueda despertar.
-Lo siento, pero no se hacerlo.
-Cómo es posible que no sepas como hacerlo, trabajas para él no es así, también dijiste que esto pasaba con frecuencia por lo que deberías tener nociones al menos de que hacer en estas situaciones.
-Generalmente se encarga su guarda espaldas principal, el que esta tirado a su izquierda.
-Si es así no te preocupes yo te guiare en cómo hacerlo, solo debes seguir mis instrucciones, lo primero es que busques entre su ropa la inyección que requiere.
Haciendo caso a Abadón Evelyn comenzó a buscar la inyección, pero tras buscarla por todos lados no pudo encontrarla.
-Parece que no la tiene consigo en estos momentos.
-Me sorprende lo tranquila que estas para estar en semejante situación, una persona normal estaría temblando de miedo o incluso paralizada.
-Aunque no lo parezca estoy bastante nerviosa y asustada pero no puedo negarme a sus peticiones o sí.
La mujer cambio la expresión serena que tenía por una singular sonrisa que reflejaba miedo y nerviosismo.
-Por qué no dejas ya la actuación y revelas tu verdadera identidad.
-No… No tengo idea de que me está hablando.
Dijo Evelyn mientras se alejaba temblorosamente de Abadón, pero este en un santiamén se posó enfrente de ella y con su mano libre la agarró del cuello levantándola del piso y apoyando el cañón del arma en la barbilla de esta.
-No tengo tiempo para tus juegos dime de inmediato quién eres.
-Por favor no… no me mate… por fa…vor… no sé de qué me está hablando.
-Si es así como quieres jugar no me dejas más opciones… In nomine Iesu, exorcizo te, in nomine Iesu, dic nomen tuum, in nomine Iesu, si es hic, manifesta te.
No pasó nada en absoluto con las palabras de Abadón, Evelyn seguía retorciéndose tratando de escapar de su captor.
– In nomine Iesu, exorcizo te, in nomine Iesu, dic nomen tuum, in nomine Iesu, si es hic, manifesta te.
Con autoridad Abadón siguió repitiendo esas palabras hasta que.
-Je…JAJAJAJAJAJAJA, Crees que tus oraciones podrán hacerme algo, ya no tienes el poder de exorcizar caído.
Respondió con una voz más grave, totalmente distinta a la que tenía unos segundos antes además de haberle cambiando también la expresión de su rostro a una más sombría.
-Nunca fue mi intención hacerlo, solo quería que te mostraras.
-Para que, de todas formas no puedes hacer nada contra mí, si solo no hubieras abandonado tu divinidad.
Una pequeña y macabra risita se le escapo con esas palabras.
– ¿Qué no puedo hacerte nada?, creo que me estas subestimando, solo tengo que exorcizarte para después poder interrogar al idiota que desmayaste.
– No será que tú te estas sobre estimando, no hay forma de que puedas exorcizarme, ya no tienes el poder para hacerlo también está el pequeño detalle de que no conoces mi nombre el cual tampoco podrás obtener de ninguna manera.
Una siniestra sonrisa se esbozó en la cara de Abadón.
-La manera tradicional no es la única manera de exorcizar un demonio de una persona, ¿Quieres que te lo demuestre?
-No juegues conmigo, no serias capaz de matar a una de tus preciados humanos.
-Eso crees, que no se te olvide como fue que esos dos terminaron así, hice un trato y tú sabes bien que nosotros los respetamos hasta el final, no me queda más opción que matarla y hacer quedes amarrado a su alma hasta que lleguen a recogerla y te atrapen infringiendo las normas.
-Bien pensado caído, no quiero encontrarme con el cuándo venga por esta desgraciada alma, así que no me queda otra… más que matarte primero.
Evelyn en ese momento con su mano derecha golpeo el brazo de Abadón quebrándolo de un solo golpe, lo que le permitió escapar y tomar distancia de él para tomar una de las armas del piso y apuntarle.
-Ahora estamos en igualdad de condiciones, no lo crees.
Evelyn había podido librarse, pero debido al fuerte golpe que dio para lograrlo rompió completamente su brazo dejándolo inutilizable.
-Te recomiendo que te rindas no tienes como poder ganarme.
Dijo Abadón totalmente convencido.
-Nuevamente te estas sobre estimando, en estos momentos no hay diferencia entre los cuerpos que estamos poseyendo, de modo que tengo bastantes posibilidades de salir airoso.
Tras tratar de disparar y ver que el arma no tenía balas rápidamente Evelyn se lanzó hacia un lado del escritorio y tomo la daga que se encontraba incrustada en la cabeza del guardia muerto, a esto Abadón respondió disparando a una de sus piernas lo que no la detuvo en absoluto.
-Si sigues así, el cuerpo que posees terminara muriendo.
-Hablas de esta insignificante herida, aunque controlo el cuerpo no siento nada así que mientras pueda escapar con vida un par de heridas son aceptables a parte ahora tengo la ventaja.
En ese momento Evelyn ataco de frente a Abadón quien disparo a la otra pierna dando de lleno, pero esto no la detuvo en su embestida. Tras esquivar fácilmente el ataque, Abadón intento disparar, pero su arma se había quedado sin balas por lo que en esos momentos solo podía esquivar los rápidos cortes de Evelyn.
-Sabía que no eras capaz de matar a alguien que no hecho nada malo por voluntad propia, eres tan predecible Abadón.
-Antes de matarla necesito interrogarte y descubrir cómo es que sabes tanto.
-Lo que tú digas Abadón, ahora no tienes como defenderte y una vez que mate el cuerpo que controlas, sufrirás el destino que tenías previsto para mí.
Pasaron varios minutos en los que Abadón solo se limitaba a esquivar los ataques de Evelyn como mejor podía, pero varios de ellos le habían dado dejándole graves cortes por todo el cuerpo al punto de haber manchado hasta las paredes con su sangre.
-Te veo cansado, ya te rendirás, admítelo no tienes como poder ganarme.
-Yo ya he ganado, este encuentro.
En ese momento una sonrisa burlona aprecio en el rostro de Abadón mientras respondía a las burlas de Evelyn.
-No es momento para que te rías, acaso ya perdiste la cabeza.
Evelyn trato de lanzarse nuevamente al ataque, pero algo le impidió moverse del lugar en el que se encontraba y al mirar sus pies su sorpresa fue inmensa cuando vio que unas huesudas manos negras sostenían sus pies con una enorme fuerza. Las manos negras salían de la sangre derramada por el piso y también empezaron a salir por una pared a las espaldas de Evelyn sosteniéndole ambos brazos y tapándole la boca.
Abadón se acercó entonces a Evelyn y con un movimiento las manos que cubrían su boca se hicieron cenizas.
-Es imposible no deberías de ser capaz de usar eso mientras estas poseyendo un cuerpo.
-Esas fueron conclusiones tuyas, en ningún momento mencione estar poseyendo este cuerpo.
– ¿Si pudiste usar esa habilidad y no estas poseyendo el cuerpo?… No me digas que rompiste uno de los más grandes tabúes.
Quedándose en silencio Abadón siguió caminando hacia la capturada Evelyn.
– ¡ME DAS ASCO!, cómo pudiste hacer tal cosa con estas bestias inmundas, cuando nuestros hermanos se enteren de lo que has hecho te espera un castigo peor que el infierno.
Sin hacer casón a las palabras de Evelyn, Abadón le quito la daga de la mano y la puso en su cuello.
-Ahora dime cómo es que sabías que era yo quien vendría.
-No sabía que vendrías, fue mera suerte que adivinara, digo la noticia de que te escapaste de tu encierro se propago rápidamente.
-No te hagas el tonto, crees que no note que estabas esperándome, si no como explicas el quedarte en este lugar tan vulnerable y con tan pocos guardias.
-Al parecer pasar tanto tiempo encerrado te ha vuelto paranoico, me quede para ver cómo es que matabas a las bestias que tanto te gusta defender.
Una mueca se dibujo en la cara de Abadón.
-Me estoy hartando de tus juegos y en vista de que no estás dispuesto a decirme lo que quiero, solo me queda matarla a ella y sacarte de mi camino.
-Tranquilo no te desesperes Abadón, no tienes que llegar a tales extremos, me iré por cuenta propia pero antes déjame darte un consejo o más bien una advertencia.
-Que sea rápido.
-El comienzo del fin se está acercando Abadón y tú tienes un importante papel que cumplir, no es una simple coincidencia que después de tantos años te hayan liberado, alguien está preparando sus piezas para el día en que se desate el caos y tu solo eres una más de ellas.
-Crees acaso que no lo note… era casi imposible liberarme sin ayuda externa…aun así no pienso jugar bajo sus reglas.
– ¡HO!, mira la hora, tengo otros asuntos que atender, fue un gusto verte después de tanto tiempo y no te preocupes por que revele tu secreto, aunque no compartamos exactamente el mismo objetivo deseamos básicamente lo mismo, por lo que talvez podamos colaborar en algún momento.
-Todo esto fue para decirme eso.
-En parte sí, pero la verdad disfrutaba bastante estar aquí, pero qué más da, espero encontrarnos nuevamente en el futuro.
En ese momento el cuerpo de Evelyn empezó a convulsionar fuertemente y de cada orificio de su cuerpo comenzaron a brotar un sinfín de asquerosos insectos de todos los tipos quienes iban volviéndose arena a medida que tocaban el piso, esto continuo hasta que de golpe dejaron de brotar y el cuerpo dejo de moverse como si estuviera muerta.
Habiendo verificado que Evelyn siguiera viva Abadón con un gesto hiso desaparecer las manos que sostenían su cuerpo dejándola caer al piso.
– ‘¿Que ha sido todo eso?, realmente pensé que la matarías’
-Tengo como regla no matar personas las cuales su alma no esté manchada por el pecado, todo fue una treta para intentar hacer que el ente que la poseía dejara su cuerpo.
Abadón aun controlando el cuerpo de Albert, saco un cigarrillo, lo encendió y comenzó fumar.
– ‘Ya que todo paso, me podrías devolver el control de mi cuerpo también sería bueno que curases los cortes que le hicieron a mi cuerpo durante la pelea’
-Es mejor que de momento no te devuelva el control, y con respecto a las heridas esta vez no puedo simplemente sanarlas como en veces pasadas.
– ‘¿Por qué?, por lo que he visto se te da bastante bien hacerlo.’
-La daga no es un arma normal, está hecha de un material especial conocido como plata negra que atreves del proceso de forja le dan la capacidad de evitar que las heridas infringidas por esta sean sanadas fácilmente.
– ‘Dices fácilmente por lo que se puede hacer, aunque sea más complicado’
Abadón exhalo una gran cantidad de humo de su boca, mientras disfrutaba auténticamente el cigarro.
-Claro que podría hacerlo incluso sanar todas tus heridas en un instante, pero el desgaste físico y del alma que provocaría esto sería un precio demasiado alto a pagar, lo mejor es que lo haga lentamente.
– ‘Y cuanto crees que te tomaría hacerlo’
-Para hacerlo completamente unas cuantas horas, lo suficiente como para moverse sin problema tomaría cerca de una hora.
– ‘Sabes que no tenemos tanto tiempo, en cualquier momento podrían volver más guardias de los que se fueron’
-Eso ya lo sé, talvez podría sanar lo de una hora en un instante, pero te quitaría cerca de 10 años de vida.
– ‘Si no lo haces de todas maneras moriría aquí, no creo que haya otra opción’
-Esta vez tendré que darte la razón.
En ese momento el cuerpo de Albert comenzó a sanar rápidamente hasta el punto de que las graves heridas pararon de sangrar y este pudo moverse con cierta libertad nuevamente.
-Lo que queda es despertarlo y hacer que hable.
Abadón se acercó al desmayado Owen y puso su mano en su frente lo que lo despertó como por arte de magia.
-Ya que despertaste Owen podemos continuar con nuestra charla.
Al ver a su secretaria en el piso con un brazo claramente quebrado y aún más sangre de la que había antes Owen se alejó temerosamente de Abadón cayéndose en el intento.
-Haremos esto rápido Owen, dime donde está esta niña.
Mostrándole la foto de la hija de Albert en el celular, Abadón se acercó a Owen quien seguía tratando de escapar arrastrándose en el piso.
-No puedo decir nada, mis clientes son personas con mucho poder e influentes, no dudarían en matarme si revelo su información.
-Yo tampoco dudare en matarte si no lo haces.
Sin responder Owen se trató de levantar y salir corriendo, pero Abadón lo agarro de su ropa y de un solo tirón lo volvió a sentar en la silla en la que se encontraba antes.
-Te hare las cosas más simples, Owen tu eres un pecador empedernido, has cometido cada uno de los 7 pecados capitales en abundancia y como tal cuando mueras tu alma solo puede ir al infierno y no es un bonito lugar para pasar una eternidad.
-Yo no creo en esa clase cosas, no trates de tomarme como ingenuo.
Owen trato de pararse para escapar nuevamente, pero manos negras comenzaron a brotar de la sangre del piso atrapándolo y sentándolo en su silla.
-Deberías creer Owen, lo dijo por experiencia propia, he visto con mis propios ojos el mismísimo infierno, donde las almas de las personas solo pueden sentir agonía, dolor, miedo, el lamento de los condenados es todo lo que se puede oír y la única actividad es la tortura, si estas ansioso por ir no tengo problemas en enviarte ahora mismo, pero si me dices lo que quiero saber te dejare vivo y tendrás el suficiente tiempo como para desaparecer y escapar de las garras de tus clientes, no es mal trato, piénsalo.
-La niña ya no se encuentra aquí.
-Me dijeron que la mantendrían aquí por unos días, ¿Qué fue lo que paso?
-El cliente que la encargo cancelo en contrato, dijo que ya no la necesitaba y que podía quedarme con el dinero que había pagado por adelant…
En ese momento Abadón le dio un fuerte golpe en el rostro a Owen a quien le comenzó a sangrar la nariz.
-Cálmate Albert si lo desmayas no podré seguir con el interrogatorio.
– ‘No puedo evitarlo, cuando este maldito habla de mi hija como si fuera un objeto que puedes comprar y hacer lo que quieras con el’
Albert sonaba claramente alterado en la cabaza de Abadón.
-Tengo claro tus sentimientos, pero reprímelos por el momento, no te preocupes recibirá su justo castigo cuando muera.
– ‘Voy a tratar de contenerme, pero no prometo nada’
-Con eso es suficiente.
-Por qué me golpeaste te estaba contando lo que querías.
-Solo tuve ganas de hacerlo, ahora continua.
Limpiándose la sangre de la cara con la manga de su ropa Owen continuo.
-Como cancelaron la orden y la niña estaba causando muchos problemas decidí desarme rápidamente de ella y se la vendí a un cliente frecuen…
Otro golpe impacto en el rostro de Owen esta ves quebrándole la nariz y dejándole una cortada en su labio por lo que este comenzó a retorcerse del dolor.
-Lo siento fue un tic, continua por favor.
Sosteniendo su nariz por el dolor y con voz gangosa Owen respondió.
-El nuevo cliente se la llevo ayer en la noche, la dirección está en la computadora, si me dejas buscarla te la anotare un papel.
Mientras Owen buscaba la dirección en la computadora Albert insistía en una cosa.
– ‘Cuando me entregue la dirección déjame matarlo’
-No puedo ya le di mi palabra de que no lo aria si cooperaba y nunca rompo mi palabra.
– ‘No estarías rompiendo tu palabra porque yo sería el que lo haga’
-Aun así, no puedo dejarte además donde quedo el Albert que no quería mancharse las manos con sangre innecesariamente.
– ‘Ya no me importan esas cosas, ya he matado a suficientes personas como para cohibirme por una muerte más, aparte se la merece’
-Solo déjalo, créeme cuando te digo que lo que le espera después de esto es un destino peor que cualquier dolor o tortura que puedas infringirle.
– ‘Aun así, no puedo evitar querer verlo sufrir y retorcerse’
Cuando Abadón estaba por responder, Owen le entrego una nota con una dirección y un nombre anotados en ella.
-Eso es todo no.
-Todavía quiero saber algo más, quien era el primer cliente.
Owen dudo por un segundo, pero queriendo evitar otro golpe opto por responder.
-No lo sé, no dio nombres ni nada parecido solo pago una inmensa cantidad de dinero y pidió que fuera ella específicamente.
-Una última cosa, quienes fueron los que raptaron a la niña.
A la par que preguntaba Abadón apago el cigarrillo casi acabado en la mano de Owen a lo que este aguantando lo mejor que pudo el dolor respondió.
-Envié a mis mejores, los dos que están aquí muertos, no sé si habrán llevado a alguien más.
-Creo que eso es todo lo que quería saber.
Al tener lo que quería las manos que mantenían a Owen cautivo se hicieron cenizas dejándolo libre.
-Una cosa más Owen si esta información resulta ser falsa no creo tener que mencionar lo que te esperara.
Con un potente golpe Abadón noqueo a Owen y se dispuso a marcharse tomando una de las pistolas que se encontraban en el piso pensando que podría serle útil más adelante, pero al abrir la puerta para hacerlo se encontró con una decena de guardias que le apuntaban con sus armas.
-Seré directo con ustedes, no estoy de ánimo para este juego, así que a todo aquel que baje su arma le perdonare la vida.
La mayoría de los guardias al conocer de primera mano lo que él podía hacer por haber visto como había matado a muchos de sus compañeros con facilidad y que ni las balas podían pararlo comenzaron a dudar si enfrentársele, menos uno quien trato de convencer a sus compañeros de atacar.
-No le hagan caso, tenemos mayoría numérica, estamos todos armados y apuntándole es imposible que pueda con todos nos…
En un parpadeo la cabeza de aquel guardia rodo por el suelo mientras la sangre que salía por su cercenado cuello salto manchando la cara y ropas de los compañeros que estaban cerca de él.
-Alguien más quiere hacerse el valiente o tiene algo que decir.
Abadón se había posicionado frente a aquel guardia a una increíble velocidad y de un solo movimiento corto su cuello con la daga decapitándolo.
Los demás guardias al ver esto dejaron de resistirse arrojando sus armas al piso, para luego salir corriendo de ahí.
Ya a las afueras de la mansión en un auto que había robado de esta, Albert se encontraba revisando algo en su celular.
-HAAAA, que bien se siente tener mi cuerpo de vuelta.
– ‘Ya revisaste la dirección que esta anotada en el papel’
-En eso estoy, mmmm… aquí esta, según esto son un poco más de 200 kilómetros para llegar, además es hacia el lado contrario por donde vinimos por lo que habrá que devolvernos, lo bueno es que ahora contamos con un auto.
– ‘Entonces serán unas cuantas horas hasta llegar al lugar, eso servirá para poder curar las heridas que nos infringieron’.
Albert prendió un cigarrillo con el encendedor que le había quitado a Owen y se puso en marcha a encontrar a su hija.
Parte 3
Ese mismo día al atardecer Cody se encontraba ordenando su equipamiento en el departamento que había arrendado cuando recibió una llamada de su amigo Robert.
-Habla Cody.
-‘Cody ya tengo toda la información que me pediste esta mañana con respecto al jefe de policía de la ciudad además de todo lo relacionado con el libro que fue robado, ya te le he enviado a tu correo’
-Podrías hacerme un resumen rápido de lo más importante no creo tener el tiempo suficiente como para leerlo todo.
– ‘Esas son escusas, solo te da pereza hacerlo’
-Me conoces tan bien Robert, así que, me harás el resumen como favor.
– ‘En mérito de que tal vez no tengas mucho tiempo para encontrar al culpable te diré lo más importante’
-Gracias, no dudes que te pagare el favor cuando vuelva.
-‘Si lo que tú digas, para empezar verifique las cuentas bancarias del jefe policía y tal como pensabas se le ha depositado grandes sumas de dinero desde hace un poco menos de un año’
-Supongo entonces que lo estaban sobornando.
– ‘Pensé eso mismo por lo que me puse a indagar sobre organizaciones criminales en la zona que podrían llegar a manejar esas cantidades de dinero y aunque hice todo lo posible no pude encontrar ninguna organización o banda criminal con esas características lo que es realmente raro considerando que las desapariciones de personas principalmente niños, niñas y mujeres han aumentado.’
-Eso solo reafirma que el jefe de policía estaba encubriendo a alguien, talvez un negocio de tráfico de personas.
– ‘Si ese fuera el caso no veo cómo encaja todo esto con el robo del libro’
-Hace rato recibí otra llamada de un detective que estaba investigando la muerte del jefe de policía y me indico que las huellas digitales encontradas tanto como en la escena del asesinato del Padre Wolphin como en la del jefe de policía coinciden, siendo estas de Albert Lake un hombre de mediana edad que hace días reporto el secuestro de su hija y asesinato de su esposa, pero no se encontraron pistas importantes para su caso.
– ‘Tal vez de alguna forma descubrió que el jefe de policía estaba encubriendo los casos de secuestros y pensó en tomar venganza por mano propia’
-Aunque eso explicaría el asesinato del jefe de policía, el asesinato del Padre Wolphin y el robo del libro no terminan de encajar con la hipótesis de una venganza personal.
-‘Pero qué tal si cometió los crimines para recuperar su hija’
-Quieres decir que pudo ser extorsionado para matar al jefe de policía y al padre Wolphin para después robar un libro que nadie sabía que existía, no me parece muy posible.
– ‘Y si alguien quiere el libro a toda costa y tanto el padre Wolphin como el jefe de policía estorvaban en sus planes por lo que decidió extorsionar a una persona normal para así hacer que Wolphin bajara la guardia pensando que no había peligro alguno’
-Pero y el jefe de policía como encajaría en todo esto.
– ‘Sabes bien que a los demonios le gusta jugar con las personas y deshacerse de ellas cuando se aburren, si el jefe de policía se puso avaricioso y comenzó a pedir más dinero como compensación por cubrir sus actividades tendría más razones para deshacerse de él’
Tras pensarlo un tiempo Cody llego a una conclusión.
-Creo que es la mejor hipótesis que podemos tener sin más datos, lo que me lleva a pensar que si un demonio poseyendo a alguien se apodera del libro sería un potencial peligro por lo que me tengo que apurar en encontrarlo.
-‘También pensando que podría estar relacionado busque quien podría estar vinculado de alguna manera y encontré que a las afueras de la ciudad se encuentra una mansión cuyo dueño Owen Green hace años fue acusado de delitos como tráfico de personas pero los cargos fueron desestimados por falta de pruebas, en auto no te demorarías más de hora y media en llegar al lugar´.
-Si parto ahora llegare bastante tarde en la noche, de hecho, ya está oscureciendo.
– ‘Ya te envié la dirección a tu celular’
Cody tomo las cosas que antes estaba ordenando, las dejo en la cajuela de su auto y partió asía la dirección que le había dado Robert con quien siguió hablando durante el viaje.
– ¿Con respecto al libro que averiguaste?
– ‘El libro en si es una prisión diseñada para encerrar a un ser de extremo poder hace cientos de años’
-Sabes el nombre de lo que encerraron ahí y el ¿Por qué?
-Según los archivos la entidad encerrada es Apollyon el ángel de la destrucción, pero no pude encontrar el porqué de su encierro.
-Tenía razón entonces si lo liberan podría desatarse el caos en el mundo.
– ‘No hay de qué preocuparse ya que el libro no solo sirvió como prisión también iba absorbiendo el poder de Apollyon, así que si se llegara a liberar no creo que te causara grandes problemas’
-Es un alivio, por tanto, si poseyera a una persona no creo que pudiera hacerme frente si fuera el caso.
– ‘Pienso lo mismo que tú, pero eso no le quita la gravedad al asunto, te sugiero como alguien que tiene más experiencia que tú que no te confíes’
-No lo hare, de hecho, para estar más seguro sabes cuales eran las habilidades de Apollyon.
– ‘Solo aparecen vagas referencias a estas, así que no puedo darte nada concreto’
-Supongo que ya lo averiguare, una cosa más antes de colgar puedes hacerme un favor, talvez puedas tratar de rastrear el celular de Albert.
– ‘Hare lo que pueda, te llamare cuando tenga algo’
-Ok.
Ya era de noche y había pasado cerca de media hora desde que Albert había abandonado la mansión y Owen había despertado tras unos cuantos minutos y se encontraba tratando reorganizar su seguridad desde su oficina.
-Espero que algo así no se vuelva a repetir si es necesario contrata más personal y dales mejores armas el dinero no es problema.
-No se preocupe señor la mayoría de los guardias ya volvieron a sus puestos además de que todos los que estaban en su descanso ahora también están ayudando en la vigilancia por lo que tenemos bastante personal para repeler cualquier amenaza.
En ese momento la puerta de su oficina se abrió y un joven de pelo negro entro tranquilamente con una espada ensangrentada en mano.
-Al fin te encontré, tu pareces un jefe de mafia.
– ¿Quién eres tú? ¿Cómo pudiste llegar hasta aquí?
-Si te refieres a todos esos tipos con armas ya están todos muertos.
El hombre nerviosamente llamo por su radio a sus compañeros, pero nadie respondió, al ver esto desesperadamente desenfundo su pistola y disparo descargando el cargador completamente, pero ni una sola bala le llego al joven a pesar de que no se había movido ni un centímetro de su posición.
-Me decepcionan, estaba esperando enfrentarme a un poseso, al parecer no será el caso.
El joven comenzó a acercarse al guardia quien trataba de recargar el arma, sin embargo, cuando estaba apuntando con el arma ya cargada nuevamente el joven había desaparecido de su vista y sintió un punzante dolor en sus muñecas, así como en su pecho, dándose cuenta tras unos segundos que ya no tenía manos y que de su pecho la sangre no paraba de brotar para caer muerto sin saber que había pasado exactamente.
Apuntando su espada hacia Owen el joven de pelo negro se acercó y se paró enfrente de él.
-Supongo que eres Owen Green.
– ¡No de nuevo!, ¿Qué quieres?, te daré lo que me pidas solo… déjenme en paz.
-Que cooperativo de tu parte, entonces iré directo al grano que sabes de Albert Lake.
-Ese hombre llego aquí matando a algunos de mis guardias exigiendo que le digiera el paradero de su hija.
– ¿Y le dijiste donde encontrarla?
-Si lo hice, está en la mansión de uno de mis clientes no muy lejos de aquí.
-Voy a necesitar que me digas la dirección exacta Owen.
Owen rápidamente saco lápiz y papel para posteriormente anotar la dirección en este y entregársela a aquel joven.
-Eso es todo lo que necesitaba, por ende, ya no me sirves de nada, tienes algunas últimas palabras, talvez arrepentimiento de algo.
Owen en ese momento comenzó a llorar y a pedir clemencia mientras se arrodillaba en el piso.
-Por favor te di lo que querías, no me resiste en absoluto, perdóname la vida sí.
-El caso es que no soporto a las personas como tu Owen, que se dedican a lucrar con el sufrimiento de las personas, me causan repulsión, podría haber hecho todo esto sin derramar una gota de sangre, pero decidí hacerle un favor al mundo y eliminarte a ti y a tus subordinados.
-Por favor no, hare lo quie..
En un solo movimiento el joven rajo la garganta de Owen para posteriormente tomar la torre del pc, limpiar la espada que llevaba y salir de la mansión rumbo a su nuevo objetivo.
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